[Privado] Un dia de diversión [Whitedog y Kasan]

Seguía un día más de aventura por aquella gran isla del Grand Line llamada Arabasta, esta vez me encontraba en una ciudad algo diferente al resto de en las que había estado antes, esta parecía estar mas avanzada ya que tenía más edificios y las casas eran mas altas que en el resto de las ciudades de Arabasta. Además parecía que esta ciudad no tenía problemas de sequía, tal vez aquí llovería más.

Mientras paseaba por aquella ciudad me puse a buscar algún sitio para comer un poco y descansar del largo viaje del desierto. Pero al haber mas edificios me costaba mas orientarme y era más fácil perderme, aunque de todas formas me acababa perdiendo en todos los lados.

Entonces encontré que había una calle que estaba menos edificada, se notaba ya que allí se estaba más tranquilo y no había tanta gente y además soplaba bastante el viento de tal forma que hacía que mi túnica negra para protegerme del sol se movía bastante. Aquella zona era perfecta para mi, podría comer más tranquilo sin mucho jaleo.

Finalmente en esa misma calle encontré una taberna, el color de su fachada era blanco así que destacaba bastante en esa zona. Cuando entre dentro vi que había bastante gente, aunque la taberna solo se había llenado la mitad, al ver que la barra no había nadie me dirigí hacía ella para comer.

Había ido a Arabasta para despejarme y divertirme, varios compañeros del CP me habían dicho que en aquel reino se encontraba una ciudad llamada Rainbase, en ella había todo tipo de diversiones para distraer la mente.

Una vez en la ciudad antes de comenzar con la diversión decidí ir a tomar algo, el bullicio de la ciudad era atronador incluso mareante, por eso preferí buscar un lugar mas tranquilo.

Tras un rato caminando encontré un lugar apartado, una especie de taberna, justo el tipo de lugar que estaba buscando, rapidamente me acerqué al edificio y me adentré en el lugar.

Estaba comiendo y bebiendo en aquel restaurante, la verdad es que todo estaba muy bueno me estaba dando un buen atracón, mi cuerpo se lo merecía después de haber estado muchos días vagando por el desierto sin comer nada. No sabía cuantos platos llevaría ya.

- Jefe trae mas, por favor. -le dije al camarero.

Todo el mundo me observaba como comía desesperado y cada vez habían mas platos vacíos llenando la barra. De repente observe que un chico vestido de negro entro en la taberna, no me fije mucho ya que yo seguía con lo mio. Me sentía halagado con aquellos murmullos de la gente de la taberna, parecía que me admiraban por mi estomago sin fondo.

- ¡Que buena esta la comida! Pensaba que me moriría en el desierto. -dije muy emocionado.

Nada mas entrar a la taberna, pude ver a un muchacho comer como si no hubiera un mañana, y por lo que decía, lo había pasado muy crudo en el desierto, era normal, en Arabasta solo estas seguro al cien por cien si tienes comida y cobijo.

Me acerqué a la barra y le dije al camarero que me pusiera lo mismo que estaba comiendo el chico, yo no había pasado tanta hambre como el, pero necesitaba recuperar fuerzas tras las ultimas batallas.

Tras hacerle mi petición al camarero, me senté en una mesa cercana a la del joven, la comida no tardó en aparecer y comencé a tragar, el murmullo de la gente era algo exasperante, no podían meterse en sus cosas no, si no opinaban sobre el resto del mundo no eran felices, bueno, yo era feliz con mi comida asi que tampoco tenía mucho problema.

Mientras comía observe que la gente miraba a alguien más, me gire y vi que era el chico vestido de negro, parecía que el también tenía mucha hambre, no se si el también lo había pasado mal en el desierto pero había pedido lo mismo que yo y comía a la misma velocidad.

- ¿Tu también tienes hambre? Si quieres vente aquí conmigo y podemos compartir esta botella de vino. -le dije sonriendo mientras señalaba el taburete que estaba al lado del mio.

No se como reaccionaria pero es difícil encontrar a alguien que rechace una botella de vino, sobretodo para acompañar aquella deliciosa comida.

Estaba hinchándome a comer cuando el muchacho que había estado vagando por el desierto me ofreció compartir mesa y vino, realmente solo escuche la parte del vino, perfecto para bajar la comida.

-Por supuesto.

Rapidamente cogí mi plato y me trasladé a su mesa, alli seguí comiendo y comiendo, de tanto en tanto llenaba las copas de ambos con vino, a este paso tendríamos que cogernos el uno al otro para salir de la taberna sin chocarnos con nada.

-Dime, ¿Que te trae por aqui?

Me pareció correcto preguntarle, aunque con la borrachera que estabamos cogiendo no se si le haría mucho caso a sus palabras, pero por probar que no quede.

El chico acepto comer y beber conmigo, la verdad es que parecía bastante agradable, mientras comíamos y bebíamos el empezó una conversación preguntando que me traía por allí.

- Estoy aquí por casualidad, soy pirata que estaba perdido por el mar y acabe llegando a Arabasta. Llevo ya algunos días dando vueltas por el desierto. -dije riendo mientras bebía un trago.

- ¿Y a ti que te trae por aquí? -decidí preguntarle yo para seguir la conversación.

Tras preguntarle seguí comiendo y pidiendo mas comida, todo estaba delicioso, aunque me encontrará lleno quería seguir comiendo aquella suculenta comida.

- Por cierto yo soy Løuis Toby. -decidí presentarme a aquel hombre.

- Estoy aquí por casualidad, soy pirata que estaba perdido por el mar y acabe llegando a Arabasta. Llevo ya algunos días dando vueltas por el desierto.

Tras contarme su historía pensé que era un tipo con mucha suerte y mucho aguante, no todo el mundo es capaz de aguantar tanto tiempo sin siquiera un sorbo de agua, se merecía mi respeto solo por aquella hazaña.

- ¿Y a ti que te trae por aquí?  Por cierto yo soy Løuis Toby.


-¿Yo? Bueno, pues he decidido tomarme una vacaciones y descansar del trabajo jajaja.


-Por cierto, encantado de conocerte, me llamo Noa Kasanova.

Seguímos comiendo durante la conversación, aquel tipo me caía genial, era simpatico y encima me había invitado a vino, si nuestra relación seguía asi pronto se convertiría en mi mejor amigo, siempre y cuando siga invitando a vino.

-Brindemos por tu suerte en el desierto.

Dije mientras rellenaba las copas, una vez llenas agarré la mia y la elevé para brindar por aquel hombre.

- A tu salud Løuis Toby.

El chico me contó que estaba allí de vacaciones, y su nombre era Noa Kasanova entonces el decidió dar un brindis por mi suerte, me parecía un buen motivo ya que a mi me valía cualquier cosa con tal de levantar la jarra. Entonces le dije al camarero un gesto para que trajera otra botella.

- Bueno Noa, ¿a que te dedicas? si puede saberse claro. -dije yo mientras daba un trago.

Entonces el camarero trajo otra botella de vino, así que llene la jarra de Noa y llene la mía. Esta vez diría algún motivo para brindar, aunque tampoco se necesitaba motivo para beber y comer feliz.

- Esta vez brindamos por mi nuevo amigo, Noa. -dije yo sonriendo mientras alzaba la jarra todo lo que podía.

Aquel tipo me estaba cayendo bastante bien, creo que había encontrado un gran amigo en aquel desierto donde pensaba que iba a ser mi fin.

- Bueno Noa, ¿a que te dedicas? si puede saberse claro

-Claro hombre, me dedico a la repostería, hago todo tipo de dulces y demas para todo el mundo.

Evidentemente era una mentira, la tenía tan ensayada de tantas veces que la había utilizado que aun estando borracho la podía seguir diciendo, pero, ¿Que le iba a decir sino? Eeeyy, soy del Gobierno Mundial y me dedico a matar a quien me dicen... Hubiera estado muy feo, además, estaba de vacaciones y no me apetecía armar broncar por mi situación con el Gobierno.

De pronto el muchacho hizo otro brindis, esta vez por mi, se le veía que a este le encantaba levantar la copa por lo que fuera, además, pidió otra botella al camarero, no se como lo pensaría pagar, pero si la cosa se ponía fea yo emplearía mi frase mas característica: "Piernas para que os quiero".

La comida se había acabado, no me apetecía mas, estaba a reventar, me costaba incluso moverme de la silla, pero sobre el beber era otro cantar, eso lo podía hacer aun bajo tierra.

-Joder, que bien se come aqui.

Mientras seguíamos comiendo, Noa me contó que se dedicaba a la repostería, no sabía que era ese trabajo pero ya me lo explico un poco diciendo que hacía todo tipo de dulces para todo el mundo.

- ¿Así que te dedicas a hacer dulces? que pena que estés de vacaciones me gustaría comer alguno. -dije mientras me llenaba la boca de comida.

De repente parecía que toda la comida se había acabado, menudo fastidio me gustaría seguir bebiendo pero sin comida para acompañar no era lo mismo, pensé en seguir la fiesta en otra taberna aunque estaba bastante lleno, por beber sin comida de acompañamiento igual no estaba tan mal.

- Jefe, trae bebida, ya que no podemos comer beberemos. -dije riéndome.

- Bueno Noa, sabes algún sitio para divertirnos? tendrás que aprovechar bien tus vacaciones. -dije de nuevo riendo mientras esta vez daba un trago a mi jarra.

A Louis le apetecía comer algunos de mis dulces, una suerte que me pillase de vacaciones, de lo contrario no se como hubiera salido de aquella situación.

El muchacho volvió a pedir mas bebida, por lo visto era alcohólico o algo, era imposible beber tanto y con esa facilidad, en vez de sangre tenía que tener ron circulando por sus venas.

Seguimos bebiendo y me pregunto que si conocia algún lugar donde poder divertirnos o algo, segun tenía entendido una de las cosas que hicieron prosperar a aquella ciudad eran los casinos, asi que podríamos ir en busca de alguno a ver que sucedía.

-¿Que te parece si buscamos algún casino?

Noa me propuso ir a buscar un casino para divertirnos, no me gustaban jugar a juegos de apuestas, pero no tenía nada de dinero así que no tenía nada que perder si iba a un casino. Entonces deje mi jarra en la mesa y me dispuse a ir con mi nuevo amigo un casino.

- Esta bien, vamos a buscarlo. -le dije bastante contento.

- No llevo nada de dinero encima así que tenemos que inventar algo para salir de aquí. -le susurré a Noa.

Entonces me puse a pensar alguna estrategia para salir de allí, confiaba en que mi amigo hiciera lo mismo, aunque el se dedicaba a la repostería tal vez nunca haya hecho nunca nada de esto. Era bastante difícil irse sin mas ya que toda la gente de la taberna nos miraba por todo lo que habíamos comido y se pensaban que eramos unos monstruos o algo.

La madre que lo parió, yo pensaba que tendría algo de dinero al menos, me parece que en vez de ir a un casino nos tocaría escapar del tabernero.

Traté de pensar algo, pero tanto alcohol no me dejaba pensar con claridad, no me encontraba en condiciones para utilizar el Rokushiki y sobre los poderes de mi Akuma menos todavía, no se me ocurría nada, tenía que pensar algo para escapar de allí sin levantar sospechas.

Tras unos segundos pensando, hice lo primero que se me ocurrió, fingí una intoxicación etílica, me dejé caer al suelo y comencé a hacer como si mi cuerpo estuviese convulsionando.

A mi nuevo amigo parecía sorprenderle que no llevaba nada dinero encima, me hizo gracia ya que casi nunca solía llevar nada de dinero encima. Pero de repente mi amigo se desplomo en el suelo parecía que le había pasado algo grave o tal vez estuviera fingiendo para poder escapar de aquella taberna.

- Oye jefe, ¿sabes donde hay un medico? -le pregunte al tabernero intentando aguantarme la risa por el efecto del alcohol.

El tabernero me explico hacía donde tenía que ir para llegar al médico de aquella ciudad, no le hice mucho caso ya que tal vez fuera una estrategia para irnos sin pagar. Cuando acabo de hablarme el tabernero cogí a Noa de la cintura con un brazo y me fui de allí bastante rápido.

- Ahora luego vengo a pagarte la cuenta. -le dije al tabernero mientras me alejaba de allí.
- No te preocupes, lo importante es que tu amigo se recupere. -dijo el tabernero con preocupación.

Me daba un poco de pena, pero que iba a hacer yo, no tenía ni un solo doblón de oro no podría pagarle ni la propina. Cuando me aleje de allí mire a Noa para ver si estaba bien realmente.

- ¿Estas bien amigo? -le dije mientras vigilaba que nadie nos seguía.

-BUAJAJAJAJA

Escuchar toda la escena me hizo gracia, al final habíamos conseguir escapar sin pagar un solo Berrie, me preguntó si estaba bien aunque sabía de sobra que era todo una estratagema, tanto tiempo en el CP había hecho que se me diese genial interpretar cualquier papel, me levanté del suelo y me sacudí un poco el polvo.

-Bueno, ¿Que hacemos ahora? Porque sin dinero ninguno de los dos es tontería que vayamos a un casino.

No se me ocurría nada interesante que hacer allí, tampoco conocía mucho la isla ni el lugar como para sacarme algo de la manga, esperaba que aquel muchacho tuviese mejor idea que yo, quería seguir la fiesta.

Al final resulto ser que estaba fingiendo para salir de allí, me sorprendía mucho que alguien de un trabajo como elaborar dulces pudiera hacer estrategias así, aunque lo importante es que estábamos bien. Decía que no podíamos ir al casino ya que no tenía dinero, cosa que me hizo gracia y no pude aguantar la risa.

- Noa, yo nunca llevo dinero encima y voy a todos los sitios que quiero. -le dije mientras me reía.

Entonces pensé que igual a el no le gustaba ser perseguido, el era un ciudadano y yo un pirata, eramos bastante diferentes. Aunque Noa era diferente, a pesar de haberle dicho que era un pirata el acepto ser mi amigo, pocos ciudadanos se comportaban así.

- Te dejo elegir, si quieres podemos ir al casino o podemos seguir cada uno por nuestro lado, la decisión es tuya. - le dije finalmente.

El muchacho hizo alarde de su condición de pirata diciendo que el nunca llevaba dinero encima y no por ello dejaba de ir a ciertos lugares, me pareció bien lo que dijo, no me apetecía volver a mis tareas como agente así que lo único que salió de mi boca fueron las siguientes palabras:

-¿Donde dices que hay un casino por aqui?

Mis ganas de continuar la fiesta no me dejaban pensar con claridad, me traía sin cuidado meterme en problemas y follones, me las podría apañar sin ningún apuro, solo quedaba que el pirata dijera por donde ir

Noa quería seguir con la diversión, me preguntó donde estaba el casino pero yo no tenía ni idea de donde se encontraba, apenas llevaba unas horas en aquella ciudad y a mi me costaba mucho adaptarme a los sitios.

- Pues no tengo ni idea. Podemos meternos en todos los sitios hasta que lo encontremos. -dije yo riendo.

Me puse a mirar hacía los lados mirando los edificios intentando averiguar cual podría ser el casino de aquella ciudad, la verdad es que casi todos eran muy parecidos, pero había uno que destacaba ya que era una pirámide con un cocodrilo en la cima.

- ¿Probamos aquel sitio? -propuse señalando aquel edificio.

-Por mi perfecto, vayamos a divertirnos.


El día estaba siendo de lo mas entretenido, no quería que esto acabase, me lo estaba pasando como un enano de feria, no recordaba la última vez que me había divertido tanto, sin duda hacia mucho que no salía y me despejaba un poco de mis tareas del CP.

Mientras caminábamos manteniamos charlas tontas y bastante estupidas sobre cualquier tema que se nos venía a la cabeza, unos momentos muy divertidos, hasta que por fin llegamos a la puerta del edificio.