Ficha de Olivia Voldaren

(Talentoso): Su dominio sobre su arma llega al punto de destrozar columnas de madera. (Lanza).

Mejoras en el ámbito de amaestrar animale, pudiendo hacer por ejemplo que con un simple reojo sepas lo que tu animal inicial se propone hacer, además de poder pedirle que haga cosas peligrosas siempre y cuando anteponiendo sus intintos naturales (por ejemplo, nunca saltará al fuego o se interpondrá entre una espada y tú). Por otrolado, se te permite tener hasta 2 animales adicionales que no podrán ser usados en combate. Deberán ser de rango bajo.

Tras varios intentos fallidos ya logras esconderte en lugar completamente oscuros sin que te vean y caminar haciendo poco ruido. Tus disfrases le gustan a algunos pero eres inexperto en este ámbito, a pesar de poder engañar a algún desconocido.

Nombre del objeto: Longinus, Astilla de la Luna

Características del objeto:Una lanza de un material desconocido que brilla ligeramente.

Habilidades especiales: Longinus es capaz de variar su longitud de uno a tres metros y medio instantáneamente. Es asombrosamente ligera e indestructible. Además de cambiar de forma, el extraño mineral posee otra cualidad espectacular. Es capaz de absorber cualquier clase de energía y transformarla en cualquier otro tipo en un radio de cinco metros desde su punta. Si su dueño la llama, la lanza volverá volando a gran velocidad hacia el y regresará a su mano (no dañándolo nunca). Además, el material posee una extraña "memoria", desplegando sus poderes solo si es esgrimida por su dueño. Todos los poderes del arma pueden ser activados a distancia, única y exclusivamente por su portador. No hay forma de engañar al arma para hacerse pasar por su dueño, pues lee hasta el alma de las personas.

Descripción completa del objeto: Longinus, Astilla de la Luna, es una lanza de un material desconocido con una longitud de dos metros de punta a punta, coronada por una punta triangular de unos diez centímetros de largo, un arco de 30 grados y apenas un milímetro de grosor. El material, indestructible, es del color de la plata pero desprende un ligero brillo blanquecino que recuerda a la luz de la luna. Todo el mástil está grabado en una lengua desconocida, intercalado con dibujos de todo tipo entre los cuales, en varias ocasiones, se adivinan referencias al astro nocturno del que saca su nombre. El culo del mástil tiene una runa indescriptible que brilla con mayor intensidad cuanta más energía se halle acumulada en el arma.

Nombre del objeto: Circle of the Moon (Objeto débil)

Características del objeto: Un anillo de plata muy resistente.

Habilidades especiales: La filigrana circular absorbe la luz natural (ya sea lunar o solar) y la almacena en forma de energía. Cada post expuesto a la luz lunar acumula energía equivalente a una nomenclatura (comenzando por ADD hasta AF). Si se lanza un ataque con una nomenclatura "X" y el anillo tiene carga equivalente a "X" o a "X"+1, aumenta en uno la nomenclatura del ataque. La luz solar tiene la mitad de efecto (cada dos posts, una nomenclatura).

Ejemplo: Olivia lanza un AIF con carga en el Circle of the Moon equivalente a un AIF. Toda la energía se libera y su ataque aumenta a AF. Si la carga fuera equivalente a AI, su uso sería inútil y, si tuviera carga equivalente a AF, gastaría toda para aumentar el AIF a AF. A efectos prácticos, cada 4 turnos en la noche y cada 8 en el día (suponiendo estar al aire libre) permite realizar AMF- AF potenciado a AMF por el objeto- AMF. La exposición debe ser prolongada (una nube no la corta, pero sí meterse en una casa y luego salir. Si la carga se corta, el anillo no acumula más energía hasta que se descarga.)

Olivia nació en el seno de una de las familias nobles más ricas de Skypia, los Voldaren. Con siglos de tradición a sus espaldas, los Voldaren eran conocidos por su altividad, su arrogancia y su elevado sentido del honor. Pese a estar situados en el extremo sur de la isla, tenían vasallos y propiedades a lo largo y ancho de toda la nube, siendo, a efectos prácticos, la familia más rica de toda Skypia. Debido a este hecho, los primeros años de Olivia transcurrieron sin percances. Incluso se podría decir que fue criada entre almohadones. Pero, a medida que la joven crecía, se fue volviendo más rebelde poco a poco hasta el punto de que, a los dieciséis años, sus padres no conseguían encontrar sirvientes que la aguantaran más de veinte minutos sin dimitir.


Debido a su carácter fuerte, la joven logró obtener el permiso de sus padres para viajar por toda la isla acompañada, obviamente, por una tropa de siervos y guardaespaldas. Esa fue la época que cambió su vida por completo y la convirtió en lo que hoy en día es.


Olivia caminaba descalza por la linde del bosque de una tierra que antaño se consideraba prohibida por culpa de un hombre que se creía un diós. Se reía con alegría mientras jugaba con los diversos animalejos que se encontraba, seguida de cerca por Marco, su guardaespaldas personal, que siempre llevaba a todas partes. Olivia tenía una muy buena relación con el alto y negro skipiano, fuerte, atlético, respetuoso y, por encima de todo, discreto. No decía nada a los padres de Olivia sobre sus excursiones a la antigua tierra prohibida, ni sobre ninguna otra de las muchas cosas que la joven hacía, pese a tener prohibidas.

Aquella mañana Olivia se había quitado su vestido de volantes para poder moverse con libertad y sin engancharse en las ramas. Se había quedado en ropa interior, pero aquello era un detalle insignificante, pues Marco nunca diría nada a nadie, aunque la joven se dio cuenta de que el guardaespaldas la vigilaba con especial énfasis, pero no sabía si por que estaba más preocupado que de costumbre, o por que le agradaban las vistas. De cualquier manera, Olivia no tenía intención de vestirse.

Viajaban con calma hacia el centro de la isla, donde se suponía que el antiguo diós había dejado un gran tesoro. Pero lo que interesaba a Olivia era que, según decían, un vampiro vigilaba el tesoro. La chica llevaba obsesionada con los vampiros toda su vida, debido a que en su familia se contaban cientos de historias sobre ellas. Supuestamente los vampiros eran poderosos seres sobrehumanos que se alimentaban de sangre, capaces de matar a una persona con una sola mano y con unos ojos brillantes e hipnóticos. Pero, pese a sus múltiples esfuerzos, no hayaron nada.

Tras todo un día de viaje por el bosque, Olivia se aburrió y decidió volver a casa, así que se dirigió hacia Marco y le indicó que deseaba volver, pero el skipiano, para variar, no le obedeció. Se quedó quieto, mirándola fijamente, pero no a los ojos. Olivia se dio cuenta de aquello y, asustada, trató de retroceder. Pero el skipiano, además de un gran guerrero, siempre había destacado por su asombrosa agilidad por lo que, en apenas un parpadeo, volvió a cortarle el paso y, con dos rápidos movimentos, la inmovilizó, en el suelo. Tras eso, pese a toda la resistencia que Olivia puso, sucedió lo inevitable.

La muchacha se despertó, completamente desnuda, en el bosque en el que Marco la había atacado, en el mismo punto. Marco estaba allí, a su lado, encogido en el suelo, llorando y maldiciéndose a si mismo por lo que acababa de hacer. La muchacha se levantó, aterrada, pero se calmó al ver que el skipiano no se levantaba. Sin separar sus ojos de el, aun llorando, se vistió y corrió sola hasta casa, donde se pasó toda la noche tirada en su cama, sollozando. Pero, por alguna extraña razón, no se sentía triste, sino feliz. Olivia era una persona muy orgullosa y creía en la superioridad de la nobleza, por lo que no estaba dispuesta a admitir que estaba enamorada de Marco desde hacía mucho tiempo.

La mañana siguiente, Marco volvió a la casa, con aspecto demacrado y los ojos enrojecidos. No dijo nada a nadie, ni una palabra, hasta que Olivia salió de su habitación y se acercó a el. El alto hombre se tiró de rodillas frente a ella y le suplicó perdón, pidiendo que lo mataran por lo que acababa de hacer. Olivia, tras dirigir una mirada de reojo a sus extrañados padres, acarició el rostro de Marco con el dorso de la mano y le ordenó levantarse, actuando como si no hubiera pasado nada. El hombre se sorprendió un poco, pero le siguió el juego a la joven. Una vez estuvieron lejos de miradas indiscretas, en un pequeño jardín en la parte traseda de su mansión de vacaciones, la joven, avergonzada de si misma y de su debilidad, le confesó sus sentimientos al guardaespaldas y le dijo que lo perdonaba. Aquello hizo que Marco se sintiera aún peor, pero las palabras, y caricias, de la joven, lograron calmarlo.

Desde ese día, y durante catorce años, la joven y Marco salían casi todos los días como si no pasara nada y mantenían su relación en secreto. Durante ese tiempo Olivia decidió que ya no quería ser una niña mimada y le pidió a Marco que le enseñara a luchar. El látigo que la joven siempre llevaba encima fue el arma que escogió de modo que, durante aquellos catorce años, dedicaron la mitad de cada día al entrenamiento de la noble. La otra mitad la invertían en disfrutar el uno del otro de todas las formas imaginables. Incluso llegaron a enfrentarse a bandas de bandidos locales, como parte del entrenamiento de la mujer. Pero tanto Marco como Olivia sabían que aquello no duraría para siempre, por lo que decidieron que, poco a poco, debían dejar de verse. Tardaron seis meses, pero al final consiguieron cesar las caricias, los besos y las escapadas a escondidas. El método fue muy simple, hacer que estuvieran en todo momento acompañados por alguien más.

Pero, en el trigésimo aniversario de la mujer, sus padres le hicieron un regalo inesperado. Cuando el criado levantó la bandeja del desayuno de la noble, la cabeza cortada de Marco quedó al descubierto. Olivia quedó en shock unos instantes, pero luego rompió a llorar. Su madre se acercó a ella por la espalda y le explicó que todas las Voldaren, desde hacía ya doce generaciones, siempre se enamoraban de sus guardaespaldas, por lo que, para evitar la contaminación con plebeyos, siempre se los mataba. En su caso habían esperado tanto porque no había aparecido ningún pretendiente adecuado para Olivia, pero aquello había cambiado.

Ese mismo día, le presentaron al heredero de otra de las ricas casas de la isla, un muchacho gordo y pomposo que apestaba a colonia en todo momento. Olivia no solo lo rechazó, sino que le marcó la espalda con cincuenta latigazos y mató a todos sus criados como venganza, pues culpaba a aquel hombre de la muerte de Marco.

Para apaciguar la ira de la mujer, su padre le dio sus regalos de cumpleaños. Los dos eran reliquias de la casa. La primera era un látigo recubierto de espinas que había pasado de generación en generación desde siempre. La segunda era un cuervo hembra con un pelaje tan negro que reflejaba la luz.


Pero aquello no calmó a Olivia, quien, tras coger sus regalos, ordenó a su séquito que se preparara para partir y, pagando una fortuna, logró descender al mundo de abajo con la ayuda de un extraño hombre que se dedicaba a ello. Una vez estuvo al nivel del mar, se arrepintió de haber abandonado a su familia y se juró a si misma que, para honrar la memoria de Marco, haría que la familia Voldaren, a la que tan fielmente había servido, controlara toda la isla.

Tras ese momento, la mujer se dedicó a vagar por el mundo de abajo con la única compañía de su cuerva, a la que llamó Akarui, y un pequeño séquito de sirvientes, navegando en su pequeño barco, regalo de su vigésimo octavo cumpleaños.

Nombre: Akarui
Especie: Cuervo
Edad: 9 años
Sexo: Hembra
Características especiales: Sus plumas brillan de una forma inusual cuando el sol se refleja en ellas, como un espejo.
Vestimenta: Lleva una pajarita de color rojo intenso y un pequeñísimo frac diseñado a medida que no le resta movilidad a las alas ni al cuello.
Comportamiento: Suele desplazarse apoyada o en el hombro de Olivia o en alguna parte de su armadura. Por norma general, no se separa de ella más de cien metros, a no ser que esta así se lo indique. Siempre que alguien dice alguna palabra malsonante, Akarui grazna con cierto desdén. Si alguien intenta acariciarla, a parte de Olivia, le da un fuerte picotazo.
Gustos: Akarui adora por encima de todo los granos de maíz, que suele recibir como premio cada vez que hace algo bien. Tampoco le hace ascos a las bayas y demás frutos del bosque. Como todo cuervo, le gustan las cosas brillantes, pero solo si tienen algún detalle rojo.
Desagrados: Akarui odia los insultos y las palabras soeces. No le gustan los colores que no se acercan al rojo en la escala cromática. Detesta mojarse, aunque lo hará si es necesario. No le gusta que otras personas intenten tocarla, a menos que ella se pose en su hombro primero.

(Aprovecho ya para pedir la Multi-Multi no mi (paramecia de multiplicación, de grado 1 diría yo) para mi cuerva. No está especificado en las normas, pero Dry-Kun ya lo hizo con su mascota, así que creo que es viable. Estoy seguro de que la nota me da más que de sobra para esa akuma pero, por si me equivoco y no se me acepta, esperaré a la corrección para postear características y tabla.)

Nivel 1: Puede crear un máximo de dos clones idénticos a el, pero los clones no pueden moverse mucho.
Nivel 7: Puede crear cinco clones estáticos o uno que se mueva.
Nivel 15: Puede crear diez clones estáticos o tres que se muevan.
Nivel 23: Puede crear tantos clones estáticos como desee o cinco que se muevan.
Nivel 30: Sus clones estáticos pueden realizar un único movimiento todo el tiempo, como girar en círculos o avanzar en línea recta sin detenerse. Puede mantener siete clones que se muevan
Nivel 40: Puede mantener diez clones que se muevan.