Monkey D. Plum
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Kenshi Sato VS Sawaki
Información de la isla: Pequeña isla antiguamente bajo el control del Gobierno Mundial. Terminó siendo tomada por los revolucionarios y ahora es una pequeña base para los más novatos entre las filas rebeldes.
Turnos: Kenshi Sato - Sawaki y así, sucesivamente.
Reglas:
- El reto seria a KO.
- Los daños no serían permanentes.
- Sin límite de tiempo para el combate.
- El ganador ganara 1500 de exp y el perdedor 700 de exp.
- En caso de empate ambos ganan 700 de exp.
Kenshi Sato
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Kenshi Sato había vivido ese último mes igual que los tres anteriores. Le parecía casi un siglo el tiempo que había transcurrido desde su primera visita a Saint Reía, isla disputada por mucho tiempo entre el Gobierno Mundial y los Revolucionarios. Hasta la última vez que él recordara, la isla seguía siendo posesión de aquella organización rebelde que atentaba contra la seguridad de todo aquel que se interpusiera en su camino. Le resultaba curiosa la manera de actuar de aquellos sujetos, los que se hacían llamar Revolucionarios, los poseedores de la verdadera paz en el mundo. ¿Es que no es eso lo que quieren los Marines, una paz absoluta sin el terror que puedan causar los malditos piratas? Al parecer, ellos mismos tenían su propia definición de paz, de eso se daba cuenta...
Sin embargo, lo que la Marina hiciera con la escoria no debía entrar dentro de sus intereses. Siempre le había resultado curiosa la diferencia con la que aseguraban al pueblo la paz y con la que después actuaban, pero sin duda más atento estaba a sí mismo. Había estado toda esta última semana entrenando la espada, sin embargo, ¿qué mejor que hacerlo completamente a solas y rodeado de naturaleza?
Por ello se había tomado el domingo para desayunar sus bollos con crema y su fapuccino en la taberna de Gregory, como hacía habitualmente. Gregory era el dueño de un bar de la isla donde vivía, o por lo menos desde hacía tres años y hasta que lo trasladaran a otra base Marina, pero por lo pronto, su trabajo estaba allí. Greg había compartido los diez primeros años de su vida, en el mismo templo y siendo alumno del mismo maestro, pero ambos tenían muy distintas opiniones en la mayoría de las cosas, como en ese incendio. Sin embargo, lo casi bueno de todo aquello era que engañarle con la cuenta estaba más que chupado. Después de esto, se dirigiría a Saint Reía.
Kenshi se vistió con su fina bata negra que le caía hasta los tobillos y una especie de abrigo blanco que bajaba sobre sus hombros hasta recorrerle ambas mangas. Sujetó la espada dentro de una cinta clara que ató a su cintura, encima de la bata y debajo del abrigo. Se hizo a la mar y tardó no mucho más de hora y media en llegar, y habría sido menos si el mar hubiera abierto calma. La isla en la que residía estaba bastante cerca de muchos otros terrenos del South Blue.
Arrastró el bote por la arena y lo dejó cerca de un árbol, del cual comenzaba el bosque. Dio unos pasos hacia adelante mientras miraba cuidadosamente el entorno, ocupado únicamente por brisa cálida, el murmullo de las ramas chocándose entre sí y los rumores de los animales. Consiguió perderse rápidamente y, al poco, encontró el lugar que buscaba. Era una zona descubierta de árboles, ellos sólo la rodeaban y afortunadamente, las ramas que formaban parte de sus copas ofrecían una agradable y necesaria sombra. El sol comenzaba a ponerse insoportable.
Desenvainó la espada y después, se quedó meditando.
Unas pisadas desvelaron la presencia de alguien más, que no tardó en presentarse. Lo primero que se aventuró a pensar Sato fue que no sería más que un animal, de ahí hasta querer que se tratara de un individuo con ganas de pelea, aquello, sin duda, le serviría más. Sacó una sonrisa penetrante, de lado a lado y que muchas veces producía innecesarios escalofríos, mirando a su al rededor, más cerca de donde provenía el ruido. La pupila del ojo izquierdo de Sato se agrandó, mientras que su iris se volvía de un color rojo, rozando el escarlata. El blanco de sus ojos se convirtió en un gris metálico, y al completo, no dejaba de moverse. ¿Cuándo aparecería nuestro invitado?
Clavó la espada verticalmente en la tierra, con tanta fuerza que los pájaros de un árbol cercano salieron despedidos, asustados. No dijo nada más, quería jugar y acaba de recuperar su pelota.
Sin embargo, lo que la Marina hiciera con la escoria no debía entrar dentro de sus intereses. Siempre le había resultado curiosa la diferencia con la que aseguraban al pueblo la paz y con la que después actuaban, pero sin duda más atento estaba a sí mismo. Había estado toda esta última semana entrenando la espada, sin embargo, ¿qué mejor que hacerlo completamente a solas y rodeado de naturaleza?
Por ello se había tomado el domingo para desayunar sus bollos con crema y su fapuccino en la taberna de Gregory, como hacía habitualmente. Gregory era el dueño de un bar de la isla donde vivía, o por lo menos desde hacía tres años y hasta que lo trasladaran a otra base Marina, pero por lo pronto, su trabajo estaba allí. Greg había compartido los diez primeros años de su vida, en el mismo templo y siendo alumno del mismo maestro, pero ambos tenían muy distintas opiniones en la mayoría de las cosas, como en ese incendio. Sin embargo, lo casi bueno de todo aquello era que engañarle con la cuenta estaba más que chupado. Después de esto, se dirigiría a Saint Reía.
Kenshi se vistió con su fina bata negra que le caía hasta los tobillos y una especie de abrigo blanco que bajaba sobre sus hombros hasta recorrerle ambas mangas. Sujetó la espada dentro de una cinta clara que ató a su cintura, encima de la bata y debajo del abrigo. Se hizo a la mar y tardó no mucho más de hora y media en llegar, y habría sido menos si el mar hubiera abierto calma. La isla en la que residía estaba bastante cerca de muchos otros terrenos del South Blue.
Arrastró el bote por la arena y lo dejó cerca de un árbol, del cual comenzaba el bosque. Dio unos pasos hacia adelante mientras miraba cuidadosamente el entorno, ocupado únicamente por brisa cálida, el murmullo de las ramas chocándose entre sí y los rumores de los animales. Consiguió perderse rápidamente y, al poco, encontró el lugar que buscaba. Era una zona descubierta de árboles, ellos sólo la rodeaban y afortunadamente, las ramas que formaban parte de sus copas ofrecían una agradable y necesaria sombra. El sol comenzaba a ponerse insoportable.
Desenvainó la espada y después, se quedó meditando.
Unas pisadas desvelaron la presencia de alguien más, que no tardó en presentarse. Lo primero que se aventuró a pensar Sato fue que no sería más que un animal, de ahí hasta querer que se tratara de un individuo con ganas de pelea, aquello, sin duda, le serviría más. Sacó una sonrisa penetrante, de lado a lado y que muchas veces producía innecesarios escalofríos, mirando a su al rededor, más cerca de donde provenía el ruido. La pupila del ojo izquierdo de Sato se agrandó, mientras que su iris se volvía de un color rojo, rozando el escarlata. El blanco de sus ojos se convirtió en un gris metálico, y al completo, no dejaba de moverse. ¿Cuándo aparecería nuestro invitado?
Clavó la espada verticalmente en la tierra, con tanta fuerza que los pájaros de un árbol cercano salieron despedidos, asustados. No dijo nada más, quería jugar y acaba de recuperar su pelota.
Narro | Hablo | Pienso
Nikuya No Sato
Nivel: 15
Exp: 3500
Berries: 2700
Nombre: Kenshi Sato
Bando: Marine
Profesiones: Espadachín - Médico - Guardabosques.
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Ya estaba bastante aburrido de la misma rutina, entrenar solo en todas las islas en las que me encontraba, a decir verdad era algo que detestaba ya que así nunca podría saber si realmente me estaba haciendo fuerte o no, pero es que en la gran mayoría de las islas todas las personas se asustaban con mi presencia, lo normal al ver a un Gyojin, pero en fin estaba bastante aburrido y hace un tiempo que ya estaba en un barco rumbo a una isla, no tenía idea de cuánto me demoraría en llegar a la isla ya que no tenía algún mapa que me indicara la distancia que tenía hacía otra isla, en fin, estaba perdido y apenas con alimentos así que tendría que ocurrir un milagro para que no muriera en el mar. Tuve que sobrevivir cazando unos cuantos peces del mar, a decir verdad ser un tiburón maco me daba mucha ventaja bajo el agua ya que era una de las especies más rápidas del mar.
Habrán pasado unos cinco o seis días sobreviviendo de esa manera hasta que por fin se veía una isla, al fin, luego de una eternidad en el mar había llegado a una isla. Espere que el barco llegara solo puesto que el viento estaba a mi favor así que era cosa de esperar para llegar sano y salvo a la isla, a decir verdad había sido un viaje duro pero el clima me estuvo ayudando mucho tiempo y casi nunca tuve que hacer cosas muy peligrosas para superar las inclemencias del clima. El barco al fin toco la orilla y yo sonreí a lo grande y me relaje, al fin había tocado tierra. Saque mi bolso y me lo colgué en mi hombro derecho, en ese bolso estaban las cosas básicas para sobrevivir. Y entonces deje mi barco cerca de un árbol y logre ver como es que había otra embarcación cerca, en pocas palabras había otra persona en esta isla que al parecer se notaba deshabitada, esperaba no encontrarme con ella puesto que no quería ninguna clase de problemas ya que solían haber problemas conmigo cerca.
Empecé a caminar adentrándome en el bosque, a decir verdad era un bonito bosque pero en donde uno fácilmente se podía perder y logre darme cuenta que eso ya había pasado, estaba perdido, suspire de forma pesada mientras trataba de recordar por donde había estado caminando pero nada, sin suerte alguna seguí avanzando hasta que logre llegar a una especie de claro pero entonces mi instinto me decía que en esa zona había peligro, pero lo ignore y seguí caminando y entonces logre ver a un chico con su espada clavada en el suelo tenía lo que parecía ser una bata negra hasta los tobillos y un abrigo blanco, a decir verdad estaba algo sorprendido por sus ropas ya que hacía algo de calor pero en fin algo me decía que al parecer las palabras no funcionarían con él pero aun así lo intente y le dije:
Sawaki: Hola, no quiero problemas solo saber la salida de este bosque. A decir verdad acabo de llegar y ya me perdí.-mencione entre risas, en todo caso estaba con la guardia alta ya que si ese sujeto me empezaba a atacar con la espada estaría en problemas, ya que nunca había sido bueno con las espadas y ese sujeto tendría las de ganar, aunque tenía la ventaja de ser diez veces más fuerte que un humano normal, se notaba a leguas que este no era uno normal así que esa ventaja desde el nacimiento al parecer no sabría para nada. Me quede callado mientras esperaba algún tipo de respuesta ya sea un ataque o algún tipo de palabras, y esperaba en mi corazón que fueran unas palabras las que fuera el siguiente movimiento de ese sujeto.
Habrán pasado unos cinco o seis días sobreviviendo de esa manera hasta que por fin se veía una isla, al fin, luego de una eternidad en el mar había llegado a una isla. Espere que el barco llegara solo puesto que el viento estaba a mi favor así que era cosa de esperar para llegar sano y salvo a la isla, a decir verdad había sido un viaje duro pero el clima me estuvo ayudando mucho tiempo y casi nunca tuve que hacer cosas muy peligrosas para superar las inclemencias del clima. El barco al fin toco la orilla y yo sonreí a lo grande y me relaje, al fin había tocado tierra. Saque mi bolso y me lo colgué en mi hombro derecho, en ese bolso estaban las cosas básicas para sobrevivir. Y entonces deje mi barco cerca de un árbol y logre ver como es que había otra embarcación cerca, en pocas palabras había otra persona en esta isla que al parecer se notaba deshabitada, esperaba no encontrarme con ella puesto que no quería ninguna clase de problemas ya que solían haber problemas conmigo cerca.
Empecé a caminar adentrándome en el bosque, a decir verdad era un bonito bosque pero en donde uno fácilmente se podía perder y logre darme cuenta que eso ya había pasado, estaba perdido, suspire de forma pesada mientras trataba de recordar por donde había estado caminando pero nada, sin suerte alguna seguí avanzando hasta que logre llegar a una especie de claro pero entonces mi instinto me decía que en esa zona había peligro, pero lo ignore y seguí caminando y entonces logre ver a un chico con su espada clavada en el suelo tenía lo que parecía ser una bata negra hasta los tobillos y un abrigo blanco, a decir verdad estaba algo sorprendido por sus ropas ya que hacía algo de calor pero en fin algo me decía que al parecer las palabras no funcionarían con él pero aun así lo intente y le dije:
Sawaki: Hola, no quiero problemas solo saber la salida de este bosque. A decir verdad acabo de llegar y ya me perdí.-mencione entre risas, en todo caso estaba con la guardia alta ya que si ese sujeto me empezaba a atacar con la espada estaría en problemas, ya que nunca había sido bueno con las espadas y ese sujeto tendría las de ganar, aunque tenía la ventaja de ser diez veces más fuerte que un humano normal, se notaba a leguas que este no era uno normal así que esa ventaja desde el nacimiento al parecer no sabría para nada. Me quede callado mientras esperaba algún tipo de respuesta ya sea un ataque o algún tipo de palabras, y esperaba en mi corazón que fueran unas palabras las que fuera el siguiente movimiento de ese sujeto.
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Una brisa cálida se hizo entre los dos presentes. El sol ya estorbaba desde hacía bastante tiempo, pero cada vez se hacía más intenso. Una vez más, Sato agradeció la sombra proveniente de las largas copas de los árboles, que entre hoja y hoja sólo dejaban pasar insignificantes rayos de sol. Al mismo tiempo, el murmullo de los animales era por momentos más distante, cosa que provocaba más incitación a cazar.
Una voz masculina se hizo paso entre la tranquilidad y la armonía que aportaba el entorno, y tardó poco tiempo en desvelarse.
Un Gyojin. El sujeto, individuo o como quisiera llamarlo, se trataba de un Gyojin. Sato había oído hablar barbaridades sobre esa especie, algunas para bien y otras para mal. Se decía mucho sobre su fuerza sobrehumana, sus tan aclamados 'puños', y al igual se hablaba sobre sus derechos y los que se les podrían suprimir. Sin embargo, el Marine siempre había preferido mantenerse al margen de debates del tipo. Había vivido la mayor parte de su vida ocupándose de sí mismo, de sus ideales y de lo que quería hacer, había llegado a adoptar una sangre fría que le alejaba de todo lo social, y para él, eso estaba bien.
Le resultó curiosa la forma en la que se dirigió al él, hasta que creyó que se trataba de una broma. ¿No quería problemas? ¿Es que Kenshi Sato tenía pintas de querer problemas? La comisura izquierda del labio del peliblanco se levantó, y sus ojos volvieron a entornarse en el Gyojin. Levantó el pie derecho, separándolo de la sandalia para rascarse la pierna mientras refugiaba los brazos dentro de su abrigo. No por frío, sino por mera comodidad.
—Pareces fuerte —Mintió, ladeando la cabeza y acomodando el pie sobre la sandalia, una vez más — ¿Me ayudarías... con el entrenamiento? —Musitó, arrastrando las palabras y en un tono irónico, interesado.
Antes de poder recibir una respuesta, Sato levantó la espada del suelo y corrió la poca distancia que le separaba del Gyojin, hasta situarse a medio metro. Perfectamente podría haber realizado lo siguiente situado donde antes, sin embargo, el bollo con crela y el frapuccino aún no habían terminado de digerirse, por lo que una carrerilla sería suficiente para despertarle.
—¡Sessaku nenshō! [AI]
Rápidamente, levantó la katana con la intención de que dibujar una línea diagonal y otra horizontal en el pecho del individuo, de forma que los movimientos quedaran casi impredecibles y los cortes quemaran pasados unos segundos.
Una voz masculina se hizo paso entre la tranquilidad y la armonía que aportaba el entorno, y tardó poco tiempo en desvelarse.
Un Gyojin. El sujeto, individuo o como quisiera llamarlo, se trataba de un Gyojin. Sato había oído hablar barbaridades sobre esa especie, algunas para bien y otras para mal. Se decía mucho sobre su fuerza sobrehumana, sus tan aclamados 'puños', y al igual se hablaba sobre sus derechos y los que se les podrían suprimir. Sin embargo, el Marine siempre había preferido mantenerse al margen de debates del tipo. Había vivido la mayor parte de su vida ocupándose de sí mismo, de sus ideales y de lo que quería hacer, había llegado a adoptar una sangre fría que le alejaba de todo lo social, y para él, eso estaba bien.
Le resultó curiosa la forma en la que se dirigió al él, hasta que creyó que se trataba de una broma. ¿No quería problemas? ¿Es que Kenshi Sato tenía pintas de querer problemas? La comisura izquierda del labio del peliblanco se levantó, y sus ojos volvieron a entornarse en el Gyojin. Levantó el pie derecho, separándolo de la sandalia para rascarse la pierna mientras refugiaba los brazos dentro de su abrigo. No por frío, sino por mera comodidad.
—Pareces fuerte —Mintió, ladeando la cabeza y acomodando el pie sobre la sandalia, una vez más — ¿Me ayudarías... con el entrenamiento? —Musitó, arrastrando las palabras y en un tono irónico, interesado.
Antes de poder recibir una respuesta, Sato levantó la espada del suelo y corrió la poca distancia que le separaba del Gyojin, hasta situarse a medio metro. Perfectamente podría haber realizado lo siguiente situado donde antes, sin embargo, el bollo con crela y el frapuccino aún no habían terminado de digerirse, por lo que una carrerilla sería suficiente para despertarle.
—¡Sessaku nenshō! [AI]
Rápidamente, levantó la katana con la intención de que dibujar una línea diagonal y otra horizontal en el pecho del individuo, de forma que los movimientos quedaran casi impredecibles y los cortes quemaran pasados unos segundos.
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El ambiente a decir verdad estaba bueno, el sol ya no estaba molestando pero yo no tenía esa sombra que tenía el otro sujeto, me sorprendió el hecho de que no se asustara y saliera corriendo ante mi presencia, cosa que me hizo sonreír de forma disimulada, a decir verdad esta isla me ofrecía una gran aventura pero lo primero era encontrar la salida de este bosque ya que si no podría llegar a mi pequeño barco. Con la mirada termine de analizar al sujeto, a decir verdad al ser un humano su fuerza debería estar por debajo de mi, pero confiarme ante ellos podría ser fatal así que decidí quedarme quieto y cuando este se levanto y puso sus manos en los interiores de su bata, me quede tranquilo ya que pensaba que no me atacaría, pero todo fue al contrario aunque sus palabras eran algo extrañas pero sus acciones mucho más, empezó a correr hacía mi. Suspire de forma pesada al ver sus acciones, a decir verdad el sujeto se veía fuerte pero aun así los humanos seguían siendo humanos y dudaba que pudiera hacer algo mejor, pero entonces sus actos fueron rápidos apenas pude seguirlo con la mirada tuve que saltar hacia atrás para esquivar su ataque aunque la espada logro cortarme uno de mis cabellos rubios, su ataque había sido fuerte tanto que me tuve que esforzar un poco para esquivarlo.
Una vez lo esquive deje mi bolso lejos del lugar de la pelea puesto que no quería que este saliera dañado y perder la cosas que traía en él, ¿Por qué todo terminaba así? En fin no me podía quedar de brazos cruzados y tenía que responder el ataque pero antes con un tono serio le dije al humano que me estaba atacando: Sawaki: No es mi estilo atacar humanos…pero tú lo pediste.-enfoque las últimas palabras, a decir verdad una pelea no me venía mal pero no quería que fuera de este modo, pero en fin no me podía quedar de brazos cruzados y una vez que me tranquilice, me quede callado. No diría ni una sola palabra más ya que están solo estarían de más, los hombres independientes de la raza solo sabían hablar con los puños, así que al alejarme un poco empecé a correr en zigzag tratando de confundir a mi rival y entonces salte para llegar mucho más rápido y usando mi Karate Gyojin, me gire sobre mi eje y trate de conectar una patada en sus costillas, al estar en tierra mi velocidad no eran tan veloz pero con la que tenía en este terreno debería ser suficiente para poder conectar esa patada en el humano. Después de todo dudaba que perdería contra este idiota que se atrevió a desafiarme. Pensaba en todo eso mientras que la patada se dirigía rápidamente a las costillas de mi rival...era el inicio de la pelea y yo ganaría pasara lo que pasara ganaría, no me permitiría perder...no hoy...usando mi fuerza de voluntad superaría cualquier obstáculo.
Una vez lo esquive deje mi bolso lejos del lugar de la pelea puesto que no quería que este saliera dañado y perder la cosas que traía en él, ¿Por qué todo terminaba así? En fin no me podía quedar de brazos cruzados y tenía que responder el ataque pero antes con un tono serio le dije al humano que me estaba atacando: Sawaki: No es mi estilo atacar humanos…pero tú lo pediste.-enfoque las últimas palabras, a decir verdad una pelea no me venía mal pero no quería que fuera de este modo, pero en fin no me podía quedar de brazos cruzados y una vez que me tranquilice, me quede callado. No diría ni una sola palabra más ya que están solo estarían de más, los hombres independientes de la raza solo sabían hablar con los puños, así que al alejarme un poco empecé a correr en zigzag tratando de confundir a mi rival y entonces salte para llegar mucho más rápido y usando mi Karate Gyojin, me gire sobre mi eje y trate de conectar una patada en sus costillas, al estar en tierra mi velocidad no eran tan veloz pero con la que tenía en este terreno debería ser suficiente para poder conectar esa patada en el humano. Después de todo dudaba que perdería contra este idiota que se atrevió a desafiarme. Pensaba en todo eso mientras que la patada se dirigía rápidamente a las costillas de mi rival...era el inicio de la pelea y yo ganaría pasara lo que pasara ganaría, no me permitiría perder...no hoy...usando mi fuerza de voluntad superaría cualquier obstáculo.
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La hoja de la katana, que tantas ganas tenía de saborear algo de sangre, terminó haciendo un corte sobre el aire. El Gyojin se había apartado con rapidez, había saltado hacia atrás y estaba absolutamente limpio. Sato soltó una risita escalofriante, casi para sus adentros y, sus ojos, que clavados en la tierra, rodaron hasta las pupilas azules del individuo oponente que, molesto, aceptaba el reto del Marine con unas honestas palabras.
— Creí que te dolería, lo siento —Insinuó, con un tono irónico y autoritario.
El Gyojin, ahora a bastantes metros de distancia corría de un lado a otro, con claras intenciones de atacar. ¿Creía que esa técnica, correr en zig zag, distraería a Sato? El peliblanco contaba aún con su ojo cyborg, un ojo que le acompañaría siempre y más útil que cinco juntos. Colocó una mueca de desinterés mientras se reservaba para sí mismo unos comentarios graciosos sobre la forma de correr del Gyojin.
El mismo, una vez llegado a un punto, dio un salto y giró sobre su eje con una fuerza realmente aplicada y que con toda seguridad, decaería sobre las costillas de Sato, (o esa era la intención). El peliblanco colocó la Katana en diagonal delante de su cuerpo, y la mano que tenía libre sobre la hoja ladeada. Antes de que pudiera imaginárselo, el Gyojin impactó sobre su arma empujando a Sato hasta situar a ambos cinco metros hacia atrás.
Rápidamente, el peliblanco se echó a un lado separando al transeúnte de su espada. El color pálido de su mano izquierda había pasado a rozar el violeta, a consecuencia de la fuera del impacto. Sin embargo y sin ninguna duda, huír del ataque habría sido mucho menos fiable, contando con que a penas habría tenido tiempo para echarse a un lado. Como él esperaba, la mayor parte de su cuerpo y su Katana estaban como si jamás hubiera sucedido.
No se paró a ver sus posibilidades, no se paró a ver el estado de su oponente, y mucho menos se paró a pensar. Sato dio un salto hacia atrás y colocó su espada horizontalmente, de forma que la punta se dirigiera a la izquierda y el mango, sujeto por las dos manos, hacia la derecha.
Corrió una vez más hacia el Gyojin y, con más fuerza se dispuso a pasear la hoja de su Katana desde su pecho hasta la clavícula repetidas veces, al mismo tiempo que andaba hacia adelante, obligándole a retroceder.
Sessaku nenshō [AIF]
— Creí que te dolería, lo siento —Insinuó, con un tono irónico y autoritario.
El Gyojin, ahora a bastantes metros de distancia corría de un lado a otro, con claras intenciones de atacar. ¿Creía que esa técnica, correr en zig zag, distraería a Sato? El peliblanco contaba aún con su ojo cyborg, un ojo que le acompañaría siempre y más útil que cinco juntos. Colocó una mueca de desinterés mientras se reservaba para sí mismo unos comentarios graciosos sobre la forma de correr del Gyojin.
El mismo, una vez llegado a un punto, dio un salto y giró sobre su eje con una fuerza realmente aplicada y que con toda seguridad, decaería sobre las costillas de Sato, (o esa era la intención). El peliblanco colocó la Katana en diagonal delante de su cuerpo, y la mano que tenía libre sobre la hoja ladeada. Antes de que pudiera imaginárselo, el Gyojin impactó sobre su arma empujando a Sato hasta situar a ambos cinco metros hacia atrás.
Rápidamente, el peliblanco se echó a un lado separando al transeúnte de su espada. El color pálido de su mano izquierda había pasado a rozar el violeta, a consecuencia de la fuera del impacto. Sin embargo y sin ninguna duda, huír del ataque habría sido mucho menos fiable, contando con que a penas habría tenido tiempo para echarse a un lado. Como él esperaba, la mayor parte de su cuerpo y su Katana estaban como si jamás hubiera sucedido.
No se paró a ver sus posibilidades, no se paró a ver el estado de su oponente, y mucho menos se paró a pensar. Sato dio un salto hacia atrás y colocó su espada horizontalmente, de forma que la punta se dirigiera a la izquierda y el mango, sujeto por las dos manos, hacia la derecha.
Corrió una vez más hacia el Gyojin y, con más fuerza se dispuso a pasear la hoja de su Katana desde su pecho hasta la clavícula repetidas veces, al mismo tiempo que andaba hacia adelante, obligándole a retroceder.
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Se me escapo una pequeña risita al escuchar sus comentarios, así que logre ver como es que mi rival frenaba mi ataque sin muchos problemas, era fuerte, para ser un humano era fuerte y lo que era mejor es que me estaba divirtiendo, me quede callado ya que vi como es que se alejaba al recibir mi ataque. Estaba sorprendido ya que no muchos podían frenar mis ataques y quedar como si nada, así que sonreí de medio lado pero rápidamente la borre puesto que su ataque venía rápidamente así que trate de tirarme hacía atrás pero entonces un árbol se interpuso en mi camino así que tuve que saltar agachando mi cabeza para que el ataque no me diera, aunque a decir verdad luego de esquivar el ataque logre notar como es que una pequeña herida se hacía en mi pecho, la espada había logrado rozarme el corte no era profundo pero si me molestaría a futuro, hice un gesto de repudio ante la herida pero me quede mirando a mi enemigo, acto seguido desaparecí entre las sombras de los árboles para así atacar desde algún punto ciego.
Mientras corría trataba de no hacer ningún tipo de ruido lo suficientemente audible como para que mi plan fracasara y para más éxito me subí en los árboles y empecé a ir de árbol en árbol hasta que logre llegar a un árbol lo suficientemente cerca como para que mi ataque funcionara, pero para distraer a mi rival lance un par de piedras que recogí desde el suelo y las empecé a lanzar a diferentes posiciones de mi rival, y así poder distraerlo y ganarme una ventaja de poder esconderme entre la confusión, así que sin moverme tanto di un salto para aparecer detrás de mi rival y desde ahí, trate de conectar una patada en la base del cuello si lograba conectar aquella patada lograría hacer que se mareara y perdiera cierta movilidad de su cuerpo, el plan era sencillo y todo me indicaba que estaba por funcionar, pero si no funcionaba en el aire era presa fácil y más de una espada así que esperaba que todas las distracciones funcionaran y esperaba ser lo suficientemente sigiloso como para que no me haya escuchado llegar. La patada estaba a punto de conectar, era hora de ver que tan fuerte era este humano.
Mientras corría trataba de no hacer ningún tipo de ruido lo suficientemente audible como para que mi plan fracasara y para más éxito me subí en los árboles y empecé a ir de árbol en árbol hasta que logre llegar a un árbol lo suficientemente cerca como para que mi ataque funcionara, pero para distraer a mi rival lance un par de piedras que recogí desde el suelo y las empecé a lanzar a diferentes posiciones de mi rival, y así poder distraerlo y ganarme una ventaja de poder esconderme entre la confusión, así que sin moverme tanto di un salto para aparecer detrás de mi rival y desde ahí, trate de conectar una patada en la base del cuello si lograba conectar aquella patada lograría hacer que se mareara y perdiera cierta movilidad de su cuerpo, el plan era sencillo y todo me indicaba que estaba por funcionar, pero si no funcionaba en el aire era presa fácil y más de una espada así que esperaba que todas las distracciones funcionaran y esperaba ser lo suficientemente sigiloso como para que no me haya escuchado llegar. La patada estaba a punto de conectar, era hora de ver que tan fuerte era este humano.
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La katana bailaba, de un lado a otro y de forma repetida. Sin duda aquello era todo un arte complejo, un arte que el peliblanco se había dedicado a mejorar desde sus cinco años, siendo guiado por un gran maestro. Todo aquello no había resultado en vano.
La espada, por fin, se hundió levemente en el pecho del Gyojin creando una línea diagonal. Una sonrisa distinguida apareció sobre el rostro de Sato y, segundos después, su presa había huido. Irguió la espalda y volvió a tomar una posición defensiva. El claro del sol aún le permitía observar el terreno con determinación y mejor aún, la movilidad de su ojo izquierdo se hacía más amena al Gyojing por momentos.
Caminó de nuevo hasta el centro del terreno, con la espada sujeta por ambas manos. Comenzaron a escucharse ruidos, golpecitos por todas partes. Una sombra, una silueta oscura apareció en el campo visual de Sato, que consiguió captar gracias, una vez más a la agilidad de su ojo y a través de su rabillo.
Sato, que divertido, dedujo rápidamente que el Gyojin había subido a un árbol alto, por lo que así, se conseguía darle al Marine el golpe sería más fuerte. Pero, de lo contrario, sino conseguía darle le habría dejado al peliblanco unos segundos de más para echarse a un lado, y así hizo. Corrió hacia su izquierda y derrapó unos tres segundos en cuanto el tritón cayó de pie y produciendo un temblor sobre el suelo, del que ahora salía una fina capa de tierra.
Sato se estaba aburriendo de él, y cada vez echaba más en falta sus bollos rellenos de crema, por lo que esta vez intentaría algo distinto, algo que sin duda dolería.
— ¡Fire Blast! [AF]
Desde su mismo sitio, flexionó las rodillas levemente, colocando las piernas separadas, una más adelante que otra y sujetando la katana de forma horizontal. Impredeciblemente, la hoja de la espada se paseó de un lado a otro, tan rápidamente que el movimiento fue invisible. Sin embargo, una ráfaga de viento representada por una línea horizontal de color escarlata se dirigió al Gyojin, y segundos más tarde, unas diez ráfagas más comenzaron reemplazar esa cálida brisa por viento, y con el único objetivo de alcanzar al tritón. El Marine estaba demasiado seguro de que no se libraría de aquellos cortes como se había librado del primero, o al menos de la mayoría.
La espada, por fin, se hundió levemente en el pecho del Gyojin creando una línea diagonal. Una sonrisa distinguida apareció sobre el rostro de Sato y, segundos después, su presa había huido. Irguió la espalda y volvió a tomar una posición defensiva. El claro del sol aún le permitía observar el terreno con determinación y mejor aún, la movilidad de su ojo izquierdo se hacía más amena al Gyojing por momentos.
Caminó de nuevo hasta el centro del terreno, con la espada sujeta por ambas manos. Comenzaron a escucharse ruidos, golpecitos por todas partes. Una sombra, una silueta oscura apareció en el campo visual de Sato, que consiguió captar gracias, una vez más a la agilidad de su ojo y a través de su rabillo.
Sato, que divertido, dedujo rápidamente que el Gyojin había subido a un árbol alto, por lo que así, se conseguía darle al Marine el golpe sería más fuerte. Pero, de lo contrario, sino conseguía darle le habría dejado al peliblanco unos segundos de más para echarse a un lado, y así hizo. Corrió hacia su izquierda y derrapó unos tres segundos en cuanto el tritón cayó de pie y produciendo un temblor sobre el suelo, del que ahora salía una fina capa de tierra.
Sato se estaba aburriendo de él, y cada vez echaba más en falta sus bollos rellenos de crema, por lo que esta vez intentaría algo distinto, algo que sin duda dolería.
— ¡Fire Blast! [AF]
Desde su mismo sitio, flexionó las rodillas levemente, colocando las piernas separadas, una más adelante que otra y sujetando la katana de forma horizontal. Impredeciblemente, la hoja de la espada se paseó de un lado a otro, tan rápidamente que el movimiento fue invisible. Sin embargo, una ráfaga de viento representada por una línea horizontal de color escarlata se dirigió al Gyojin, y segundos más tarde, unas diez ráfagas más comenzaron reemplazar esa cálida brisa por viento, y con el único objetivo de alcanzar al tritón. El Marine estaba demasiado seguro de que no se libraría de aquellos cortes como se había librado del primero, o al menos de la mayoría.
Narro | Hablo | Pienso
Nikuya No Sato
Nivel: 15
Exp: 3500
Berries: 2700
Nombre: Kenshi Sato
Bando: Marine
Profesiones: Espadachín - Médico - Guardabosques.
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Mi ataque para mi sorpresa había sido esquivado por facilidad, estaba sorprendido pero en medio del aire era presa fácil y se notaba la vasta experiencia de mi rival puesto que sin dudarlo dos veces me ataco, a decir verdad lo hizo desde una distancia más o menos larga y a decir verdad me dio tiempo de tocar la tierra con ambos pies, su ataque era en si una gran ráfaga de viento y logre ver que desde atrás se acercaban otras, al ver que me era casi imposible por no decir imposible esquivarlas todas así que puse mis brazos en cruz justo en la línea de mis ojos y recibí el impacto de aquellas hondas de viento cortante.
Salí volando muchos metros hasta que choque contra un árbol, tosí sangre por el impacto, había sido duro pero su ataque era fuerte y muchas opciones de esquivar el ataque no me quedaba pero como resultado mi cuerpo estaba lleno de heridas pero estaba bien, aun podía luchar, aunque al chocar contra el suelo prácticamente quede sentado en el suelo y con algo de esfuerzo me tuve que levantar, estaba herido sobre todo en mis extremidades superiores y las heridas ya me estaban molestando así que con una sonrisa le dije al humano: Sawaki: Al parecer si no pelea en serio…moriré…bien es hora de mostrarte mi verdadero poder.-entonces empecé a caminar mientras me agarraba un brazo, por suerte mi cara estaba ilesa y sin heridas aunque no era de mucha satisfacción, y entonces al estar a un par de metros de mi rival hice mi pose de mi estilo personal, el que decía que estaba respetando a mi oponente, la pose era en sí que yo ponía un pie por delante y giraba un poco mi cintura y dejaba en el mismo ángulo mis brazos, pero uno apuntaba hacia arriba y el otro apuntaba en la dirección contraria, así que sin quitarle la vista a mi rival le dije: Sawaki: Todo lo que este cerca de mi será rango de mi ataque. Será mejor que te prepares. Blood Style: First attack: The fall of the dragon-mis manos se empezaron a mover solas, atacando cada punto vital desde la parte superior, iba en ascenso hasta llegar a la cara. Solo lo atacaba con las puntas de mis manos y así con la fuerza suficiente para dejarle una pequeña marca, a cada ataque subía mi velocidad balanceándome de un lado a otro. Este ataque solo funcionaba a corta distancia así que solo tendría una oportunidad de atacarle desde tan cerca, al finalizar el ataque esperaba que recibiera un daño considerable y me dejara de molestar, las heridas más grandes a cada movimiento brusco a veces sangraban pero ignore todo eso y seguí mi ataque. Era hora de empezar mi contraataque.
OFF: El ataque en sí se parece al ataque de Neji. Así que por eso Sawaki incrementa la velocidad de la técnica.
https://www.youtube.com/watch?v=57XY93oOLac Sería la segunda técnica luego de que Neji gira xD
Salí volando muchos metros hasta que choque contra un árbol, tosí sangre por el impacto, había sido duro pero su ataque era fuerte y muchas opciones de esquivar el ataque no me quedaba pero como resultado mi cuerpo estaba lleno de heridas pero estaba bien, aun podía luchar, aunque al chocar contra el suelo prácticamente quede sentado en el suelo y con algo de esfuerzo me tuve que levantar, estaba herido sobre todo en mis extremidades superiores y las heridas ya me estaban molestando así que con una sonrisa le dije al humano: Sawaki: Al parecer si no pelea en serio…moriré…bien es hora de mostrarte mi verdadero poder.-entonces empecé a caminar mientras me agarraba un brazo, por suerte mi cara estaba ilesa y sin heridas aunque no era de mucha satisfacción, y entonces al estar a un par de metros de mi rival hice mi pose de mi estilo personal, el que decía que estaba respetando a mi oponente, la pose era en sí que yo ponía un pie por delante y giraba un poco mi cintura y dejaba en el mismo ángulo mis brazos, pero uno apuntaba hacia arriba y el otro apuntaba en la dirección contraria, así que sin quitarle la vista a mi rival le dije: Sawaki: Todo lo que este cerca de mi será rango de mi ataque. Será mejor que te prepares. Blood Style: First attack: The fall of the dragon-mis manos se empezaron a mover solas, atacando cada punto vital desde la parte superior, iba en ascenso hasta llegar a la cara. Solo lo atacaba con las puntas de mis manos y así con la fuerza suficiente para dejarle una pequeña marca, a cada ataque subía mi velocidad balanceándome de un lado a otro. Este ataque solo funcionaba a corta distancia así que solo tendría una oportunidad de atacarle desde tan cerca, al finalizar el ataque esperaba que recibiera un daño considerable y me dejara de molestar, las heridas más grandes a cada movimiento brusco a veces sangraban pero ignore todo eso y seguí mi ataque. Era hora de empezar mi contraataque.
OFF: El ataque en sí se parece al ataque de Neji. Así que por eso Sawaki incrementa la velocidad de la técnica.
https://www.youtube.com/watch?v=57XY93oOLac Sería la segunda técnica luego de que Neji gira xD
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Sato movía los brazos y al unísono saltaba aquel cortante sonido, similar a un grotesco y agrio suspiro. Las horizontales ráfagas escarlata producían, una detrás de otra, horribles heridas sobre la piel del tritón. El Marine no tardó en darse cuenta de que el Gyojin había reprimido los intentos de librarse de aquello, y a cambio se protegía la cara contando con sus brazos, los que junto a sus piernas recibían los cortes. Kenshi Sato conocía bastante bien ese sentimiento, porque de ninguna otra forma más que con la experiencia habría aprendido a realizar esa técnica. Su maestro, Uchi Inamoto y más tarde sus compañeros habían sido una gran parte vital para ayudarle a llegar donde estaba en aquel momento, allí y, desgraciadamente, a unos minutos de ser golpeado.
La sangre, dividida en ásperas y oscuras gotas se resbalaba cuidadosamente sobre la piel lastimada del tritón, mientras se levantaba del suelo después de haber sido despedido hacia atrás. El individuo habló, y al parecer iba a ponerse serio de ahora en adelante.
Una vez más, el rostro del peliblanco se iluminó con una sonrisa cargada de interés, ¿es que había estado subestimando a aquella 'bestia' de los mares?
El Gyojin, una vez estuviera a corta distancia, comenzó a mover las manos de una forma extraña y rápida, que poco a poco se dirigió al cuerpo del Marine. Sato, con suerte y gracias a la aplicación metálica que poseía en su ojo izquierdo, logró prevenir el primer ataque, el segundo.... Se le oprimieron las costillas. El tercer golpe le dio de lleno en la parte costillar derecha, desconcentrando por completo al espadachín y dejándose golpear otra vez, y otra, y así demasiadas más. Sato, que se tambaleaba de un lado a otro apretó con fuerza el mango de su katana y, con más ímpetu y decisión, atajó el último golpe del tritón con la hoja.
El sudor cubría la frente del peliblanco, aquello le resultaba gracioso, pues hace tan solo unos minutos era él el que llevaba la ventaja en una actividad frenética y más que constante. Soltó una carcajada mientras aún hacía fuerza contra el cuerpo de su oponente. Tenía la espalda curvada y el flequillo creaba una siniestra sombra sobre sus ojos, de los cuales uno no dejaba de brillar.
Momentos más tarde, separó la espada de su rival y saltó hacia atrás, dejándose unos segundos para respirar. Los golpes que le había apremiado le pasarían factura bastante pronto, por no decir que creía que tenía una costilla rota. Siendo médico conocía bastante bien el cuerpo y sus funciones, sus ventajas, sus desventajas..., y sus puntos débiles.
El Marine, con apenas dificultad se movió unos pasos hacia el tritón, tranquilamente. Seguro de lo que hacía, se llevó el brazo con el que sostenía la katana hasta colocarlo horizontalmente detrás de su hombro, de manera que la punta apunta hacia atrás. Uchi Inamoto le había enseñado a lo largo de su vida a realizar cortes limpios, precisos y rápidos, cosa que sin duda jamás dejaría de hacer, y eso aseguraba el zorro que tenía grabado sobre su espalda.
Se acomodó en una posición correcta y paseó la espada desde sus espaldas hasta, paralelamente, el centro del pecho del Gyojin. Una vez más, el movimiento fue absolutamente invisible, sin embargo, lo que apareció en ese instante no fue una ráfaga, sino una especie de proyectil que se movía a toda velocidad.
Si conseguía darle, inmediatamente se adelantaría y clavaría la espada donde el proyectil habría dejado su huella. La jugada debía ser implacable, como sus exquisitas técnicas.
La sangre, dividida en ásperas y oscuras gotas se resbalaba cuidadosamente sobre la piel lastimada del tritón, mientras se levantaba del suelo después de haber sido despedido hacia atrás. El individuo habló, y al parecer iba a ponerse serio de ahora en adelante.
Una vez más, el rostro del peliblanco se iluminó con una sonrisa cargada de interés, ¿es que había estado subestimando a aquella 'bestia' de los mares?
El Gyojin, una vez estuviera a corta distancia, comenzó a mover las manos de una forma extraña y rápida, que poco a poco se dirigió al cuerpo del Marine. Sato, con suerte y gracias a la aplicación metálica que poseía en su ojo izquierdo, logró prevenir el primer ataque, el segundo.... Se le oprimieron las costillas. El tercer golpe le dio de lleno en la parte costillar derecha, desconcentrando por completo al espadachín y dejándose golpear otra vez, y otra, y así demasiadas más. Sato, que se tambaleaba de un lado a otro apretó con fuerza el mango de su katana y, con más ímpetu y decisión, atajó el último golpe del tritón con la hoja.
El sudor cubría la frente del peliblanco, aquello le resultaba gracioso, pues hace tan solo unos minutos era él el que llevaba la ventaja en una actividad frenética y más que constante. Soltó una carcajada mientras aún hacía fuerza contra el cuerpo de su oponente. Tenía la espalda curvada y el flequillo creaba una siniestra sombra sobre sus ojos, de los cuales uno no dejaba de brillar.
Momentos más tarde, separó la espada de su rival y saltó hacia atrás, dejándose unos segundos para respirar. Los golpes que le había apremiado le pasarían factura bastante pronto, por no decir que creía que tenía una costilla rota. Siendo médico conocía bastante bien el cuerpo y sus funciones, sus ventajas, sus desventajas..., y sus puntos débiles.
El Marine, con apenas dificultad se movió unos pasos hacia el tritón, tranquilamente. Seguro de lo que hacía, se llevó el brazo con el que sostenía la katana hasta colocarlo horizontalmente detrás de su hombro, de manera que la punta apunta hacia atrás. Uchi Inamoto le había enseñado a lo largo de su vida a realizar cortes limpios, precisos y rápidos, cosa que sin duda jamás dejaría de hacer, y eso aseguraba el zorro que tenía grabado sobre su espalda.
Se acomodó en una posición correcta y paseó la espada desde sus espaldas hasta, paralelamente, el centro del pecho del Gyojin. Una vez más, el movimiento fue absolutamente invisible, sin embargo, lo que apareció en ese instante no fue una ráfaga, sino una especie de proyectil que se movía a toda velocidad.
Si conseguía darle, inmediatamente se adelantaría y clavaría la espada donde el proyectil habría dejado su huella. La jugada debía ser implacable, como sus exquisitas técnicas.
- OFF:
- Después de que Sato se separe para respirar todo sucede muy rápido xD.
Kaze no dangan [AF]
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Sonreí de medio lado al ver que mi ataque al fin había dado en el blanco, pero sabía que con eso el peliblanco no caería y mucho menos lo derrotaría, tenía que aumentar mi velocidad pero me sorprendía el hecho de que pudiera moverse tan bien, seguramente tenía una que otra costilla rota ya que logre sentir como es que una se rompía o esa fue la sensación que me dio, pero tan rápido como deje de atacar el humano volvió al ataque esta vez apenas pude ver su espada, así que rodé por el suelo para esquivar su ataque, pero no fui lo suficientemente veloz y un pequeño corte nuevo se asomo en mi hombro derecho apenas visible entre tantas heridas que tenía, pero fue un grave error ya que la tierra se metió en mis heridas y estas empezaron a arder tan rápido como la tierra las toco, estas heridas estaban siendo una molestia pero ninguna era tan profunda como para preocuparme. Me pare tan rápido para no perder de vista a mi rival, a decir verdad algo me estaba molestando y era su ojo izquierdo…me traía mala espina y es como si lo tuviera siempre viéndome, era como si tuviera algo que me siguiera con una sed de sangre increíble a donde fuera, pero me saque esa idea de la cabeza ya que si no, no podría concentrarme en la pelea y eso sería un error fatal.
Agarré muchas piedras del suelo y las lance con fuerza a mi rival, mientras lo hacía empecé a correr pero tan rápido como llegué donde mi rival desaparecí para aparecer justo detrás de él, mientras este se distraía con las piedras, aprovechando aquella distracción me gane en la misma posición que antes pero esta vez dije en un susurro apenas audible que se lo llevo el viento: Sawaki: Blood Style: Second Attack: The red dragon asencion (AF)-al terminar de mencionar el nombre de mi ofensiva. Golpee su espalda con mi pierna derecha y si lograba conectar cosa que esperaba, aparecería justo arriba de mi rival para finalizar conectando un poderoso puñetazo en su espalda y así estamparlo en el suelo, a decir verdad este ataque era devastador. Con este ataque esperaba poder ponerle fin a la pelea. Ya que se me estaban agotando las energías y mis técnicas de ataque, así que lo ataque con la patada en la espalda y solo si lograba conectar desaparecía para aparecer a escasos metros del rival, para así sin poder fallar conectar el puñetazo en su espalda.
Agarré muchas piedras del suelo y las lance con fuerza a mi rival, mientras lo hacía empecé a correr pero tan rápido como llegué donde mi rival desaparecí para aparecer justo detrás de él, mientras este se distraía con las piedras, aprovechando aquella distracción me gane en la misma posición que antes pero esta vez dije en un susurro apenas audible que se lo llevo el viento: Sawaki: Blood Style: Second Attack: The red dragon asencion (AF)-al terminar de mencionar el nombre de mi ofensiva. Golpee su espalda con mi pierna derecha y si lograba conectar cosa que esperaba, aparecería justo arriba de mi rival para finalizar conectando un poderoso puñetazo en su espalda y así estamparlo en el suelo, a decir verdad este ataque era devastador. Con este ataque esperaba poder ponerle fin a la pelea. Ya que se me estaban agotando las energías y mis técnicas de ataque, así que lo ataque con la patada en la espalda y solo si lograba conectar desaparecía para aparecer a escasos metros del rival, para así sin poder fallar conectar el puñetazo en su espalda.
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El proyectil comenzó siendo un haz de luz que recorrió toda la hoja de la espada al mismo tiempo que el peliblanco la movía hacia delante, paralela al cuerpo del Gyojin. La brisa que antes se mostraba tibia y tranquila había pasado a tambalear las copas de los árboles de un lado para otro, creando un murmullo entre ellos mucho más violento, mientras que la fina capa de tierra que se había levantado del suelo, supuestamente pasajera, aún danzaba rodeando a los oponentes.
El tritón fue hábil, y dedujo al tiempo que si se quedaba donde estaba acabaría bastante mal. Pudo rodar por el suelo esquivando increíblemente el ataque del Marine, que ya se había preparado para hincar la espada en su cuerpo y salir victorioso, que sin duda era lo que llevaba esperando desde hacía un buen rato. Aquello se había convertido en algo personal. Ninguno de ellos conocía a su contrario, ni su nombre, ni a lo que se dedicaba, y mucho menos las razones por las que estaban allí, matándose como si estuvieran vengando la vida de un ser cercano.
Para Sato era algo similar. Captó con definición las siguientes acciones del tritón, levantando la espada para obstruir el camino de las piedras hacia su cuerpo. ¿Qué cojones estaba haciendo? El peliblanco levantó una comisura del labio y, seguidamente su ojo izquierdo comenzó a trabajar, buscando la huella del individuo a sus espaldas. Kenshi se giró siguiendo los movimientos de su rival, que al parecer le gustaba el juego sucio, no de otra forma habría pretendido atacarle por la espalda.
Una vez más, su amigo estaba intentando patearle y, como objetivo último y final, dejarle fuera de partida. Realizó la misma jugada que anteriormente para protegerse del golpe, sujetando con una mano el mango de su katana, colocándola de manera diagonal y, con la mano restante sujetando la hoja a palma abierta. Momentos después de atajar la patada, Sato separó su arma de todo contacto con el Gyojin, situándose ahora a varios metros de él.
— ¿De verdad creías... — Comenzó, con una voz siniestra y una mueca completamente amenazadora, irónica —... que esas piedras te salvarían el culo?
El espadachín, sin más rodeos innecesarios corrió velozmente hacia el tritón de pelo rubio con su katana colocada de manera diagonal. El Marine se acercaba con una rapidez bastante notable, entrenada desde su niñez. Contando con que su estatura alcanzaba el metro noventa y cinco, bien era delgado y poseía una anatomía fuerte y marcada no tenía muchos problemas en lo referente al movimiento sigiloso y veloz. Comenzó a moverse en zig zag y, en el momento más oportuno hizo bailar la hoja de la espada de derecha a izquierda de manera que ésta no puediera percibirse, nuevamente despidiendo ráfagas de viento cortante hacia el cuerpo del Gyojin, con la única diferencia de que esta vez le golpeaban desde muchos más ángulos.
— Jaque mate.
Fire Blast [AMF]
El tritón fue hábil, y dedujo al tiempo que si se quedaba donde estaba acabaría bastante mal. Pudo rodar por el suelo esquivando increíblemente el ataque del Marine, que ya se había preparado para hincar la espada en su cuerpo y salir victorioso, que sin duda era lo que llevaba esperando desde hacía un buen rato. Aquello se había convertido en algo personal. Ninguno de ellos conocía a su contrario, ni su nombre, ni a lo que se dedicaba, y mucho menos las razones por las que estaban allí, matándose como si estuvieran vengando la vida de un ser cercano.
Para Sato era algo similar. Captó con definición las siguientes acciones del tritón, levantando la espada para obstruir el camino de las piedras hacia su cuerpo. ¿Qué cojones estaba haciendo? El peliblanco levantó una comisura del labio y, seguidamente su ojo izquierdo comenzó a trabajar, buscando la huella del individuo a sus espaldas. Kenshi se giró siguiendo los movimientos de su rival, que al parecer le gustaba el juego sucio, no de otra forma habría pretendido atacarle por la espalda.
Una vez más, su amigo estaba intentando patearle y, como objetivo último y final, dejarle fuera de partida. Realizó la misma jugada que anteriormente para protegerse del golpe, sujetando con una mano el mango de su katana, colocándola de manera diagonal y, con la mano restante sujetando la hoja a palma abierta. Momentos después de atajar la patada, Sato separó su arma de todo contacto con el Gyojin, situándose ahora a varios metros de él.
— ¿De verdad creías... — Comenzó, con una voz siniestra y una mueca completamente amenazadora, irónica —... que esas piedras te salvarían el culo?
El espadachín, sin más rodeos innecesarios corrió velozmente hacia el tritón de pelo rubio con su katana colocada de manera diagonal. El Marine se acercaba con una rapidez bastante notable, entrenada desde su niñez. Contando con que su estatura alcanzaba el metro noventa y cinco, bien era delgado y poseía una anatomía fuerte y marcada no tenía muchos problemas en lo referente al movimiento sigiloso y veloz. Comenzó a moverse en zig zag y, en el momento más oportuno hizo bailar la hoja de la espada de derecha a izquierda de manera que ésta no puediera percibirse, nuevamente despidiendo ráfagas de viento cortante hacia el cuerpo del Gyojin, con la única diferencia de que esta vez le golpeaban desde muchos más ángulos.
— Jaque mate.
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Hice una mueca de desprecio al notar que mi ataque no funciono, debía de haberlo sabido pero si había sido rápido, la pregunta del como me había visto era la que rondaba mi cabeza Acaso tenía que ver con esa extraña sensación de que me estaba observando a cada rato, en fin, estaba perdido apenas me podía las piernas y pronto caería al suelo, sonreí de manera irónica ante sus comentarios mientras que este empezó a correr hacía mi y estaba haciendo el mismo ataque antes, pero esta vez las ráfagas venían a más ángulos, pude esquivar las dos primeras moviéndome de un lado a otro pero las otras tuve que subir mis brazos para evitar que mi cara haya sido dañada…su ataque estaba siendo mucho más fuerte que antes, y solo me detuve chocando contra un árbol miles de heridas se me hicieron en brazos, torso y piernas, pero al igual que los otros cortes que tenía nada era muy profundo pero aun así caí de rodillas y acto seguido me desplome en el suelo, estaba perdido apenas podía con mi alma.
Pero entonces una serie de recuerdos me hicieron apoyar la palma de mi mano en el suelo, luego la rodilla derecha pero al primer intento simplemente caí al suelo como estaba antes, pero luego usando mi gran voluntad como fuerza de inspiración y de poder darme energía a todo mi cuerpo logre ponerme de pie, así que mire al humano quien estaba dominando la pelea desde hace un tiempo ya muy largo, para mi gusto esta pelea y la balanza estaban a su favor, aunque yo nunca había sido bueno contra los espadachines este humano era fuerte, y aun cuando estuviera peleando en serio no podía ganarle, y eso estaba dañando mi orgullo de Gyojin, no podía perder ante un humano, ante mi abuelo que me estaba viendo en el cielo era una desgracia ante los Gyojin, levante mi mirada para mis ojos se encontraron con los suyos y le dije:
Sawaki: No me daré por vencido…no podrás vencerme…no podrás vencer mi fuerza de voluntad…no cederé y no bajare el ritmo.-al mencionar eso, use mi velocidad para aparecer justo delante de mi riva, a escasos dos metros de distancia y entonces puse mis dos puños uno encima del otro creando la forma de un anillo con estos y entonces como si estuviera golpeando al aire grite: Sawaki: Blood Style: Final Attack: The death of the Red Dragon. (AMF)-y entonces golpee fuertemente el aire y cree una fuerte bola de aire a presión que viajo en dirección a mi rival fue tan fuerte que inclusive las piedras que estaban en el camino de la bola de aire volaban, era mi ataque más fuerte y mi última carta para acabar con mi rival, la idea en si era buena pero el estar tan cerca me haría blanco fácil si él podía contraatacar antes de efectuar mi técnica estaba perdido…así que era un todo o nada mientras avanzaba el aire seguía avanzando arrasando con piedras y todo lo que se encontraba a su paso.
Pero entonces una serie de recuerdos me hicieron apoyar la palma de mi mano en el suelo, luego la rodilla derecha pero al primer intento simplemente caí al suelo como estaba antes, pero luego usando mi gran voluntad como fuerza de inspiración y de poder darme energía a todo mi cuerpo logre ponerme de pie, así que mire al humano quien estaba dominando la pelea desde hace un tiempo ya muy largo, para mi gusto esta pelea y la balanza estaban a su favor, aunque yo nunca había sido bueno contra los espadachines este humano era fuerte, y aun cuando estuviera peleando en serio no podía ganarle, y eso estaba dañando mi orgullo de Gyojin, no podía perder ante un humano, ante mi abuelo que me estaba viendo en el cielo era una desgracia ante los Gyojin, levante mi mirada para mis ojos se encontraron con los suyos y le dije:
Sawaki: No me daré por vencido…no podrás vencerme…no podrás vencer mi fuerza de voluntad…no cederé y no bajare el ritmo.-al mencionar eso, use mi velocidad para aparecer justo delante de mi riva, a escasos dos metros de distancia y entonces puse mis dos puños uno encima del otro creando la forma de un anillo con estos y entonces como si estuviera golpeando al aire grite: Sawaki: Blood Style: Final Attack: The death of the Red Dragon. (AMF)-y entonces golpee fuertemente el aire y cree una fuerte bola de aire a presión que viajo en dirección a mi rival fue tan fuerte que inclusive las piedras que estaban en el camino de la bola de aire volaban, era mi ataque más fuerte y mi última carta para acabar con mi rival, la idea en si era buena pero el estar tan cerca me haría blanco fácil si él podía contraatacar antes de efectuar mi técnica estaba perdido…así que era un todo o nada mientras avanzaba el aire seguía avanzando arrasando con piedras y todo lo que se encontraba a su paso.
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Troncos, arbustos, hojas y piedras comenzaron a caer rebanadas por la mitad a consecuencia de ese último ataque. Al mismo tiempo el cuerpo del tritón sufría repetidos cortes por todas partes, ahora mucho más profundos que antes. Los impactos llegaban de manera imprevisible y brutal, haciendo que la sangre oscura del Gyojin salpicara a su alrededor hasta tenderse sobre la tierra y más tarde, el líquido que seguía brotando de sus venas se resbalaba hasta reunirse junto al charco.
El peliblanco se quedó a dos escasos metros del individuo, que ahora yacía de pie, apoyándose sobre un árbol. Poco a poco se desplomó sobre el suelo, primero sujeto únicamente por sus rodillas y más tarde, nada. Sato pudo saborear aquella sensación durante unos segundos, en los que el silencio fue lo único que había entre aquellos dos desconocidos. El Marine sabía que aquello no había terminado, sabía que aquel Gyojin lucharía un poquito más por la dignidad de su raza y de su misma persona, por lo que no bajó la guardia.
El cuerpo del tritón estaba magullado, lastimado y todos sus sinónimos. No paraba de sangrar y aún en aquella posición la tierra cubría sus heridas, que sin duda pronto acabarían infectándose y con peores pintas. Sin embargo, como bien se había hablado durante muchos años, el cuerpo de los tritones era superior al de los humanos, y asimismo también la fuerza pero, ¿quién no decía que ese tritón podía ser parte de la 'excepción'? O eso, o aún era un transeúnte al que le quedaba mucho camino por recorrer.
Sato sonrió de forma pícara al ver levantarse al chico, mientras alzaba su katana y se ponía en guardia. El Gyojin rubio preparó sus extremidades y se colocó en posición tras declarar que no iba a rendirse ni dejarse vencer. Lanzó un puñetazo a la nada, creando unasespecie de esfera de aire que, en menos de lo que el espadachín se imaginaba, corrió hacia él.
Sólo tenía una salida válida y que con suerte le dejaría la mayor parte del cuerpo intacto. Colocó ambas manos sujetando el mango de la espada, colocada en posición vertical. Una ventisca azotó el entorno mientras la bola de aire chocaba contra la hoja de la katana del Marine. Sato intentaba cortarla, empujando su arma en dirección opuesta a la que se dirigía el ataque, y poco a poco conseguía avanzar. No sabría especificar con exactitud el tiempo que pasó intentando eludirlo, o más bien el tiempo que duró la opresión sobre su pecho. Sólo el hecho de que, dolorosamente, la esfera de aire quedó rebanada en dos partes.
En el mismo instante en que se hacía paso entre toda aquella presión, varias ráfagas de aire cortaron todo lo que se les pasaba por en medio, en ese caso, el espadachín, y más bien su rostro. El Kamishimo que vestía estaba roto por cortes limpios que recorrían desde su tronco hasta sus tobillos, y su piel había sido víctima del impacto, sin embargo aún estaba en mejor estado que el Gyojin, el cual además de haber recibido duros ataques también había gastado fuerzas en realizarlos. Sin darle mucha importancia y una vez la esfera hubiera desaparecido, al igual que el viento se calmaba, Sato dio dos rápidos pasos recorriendo ahora el metro que le separaba del tritón, con la katana en posición diagonal y cortándole el pecho, primero de derecha a izquierda y después al revés, asegurándose de cavar muy hondo y de que, por más que quisiera no volviera a levantarse.
Sessaku nenshō [AF]
El peliblanco se quedó a dos escasos metros del individuo, que ahora yacía de pie, apoyándose sobre un árbol. Poco a poco se desplomó sobre el suelo, primero sujeto únicamente por sus rodillas y más tarde, nada. Sato pudo saborear aquella sensación durante unos segundos, en los que el silencio fue lo único que había entre aquellos dos desconocidos. El Marine sabía que aquello no había terminado, sabía que aquel Gyojin lucharía un poquito más por la dignidad de su raza y de su misma persona, por lo que no bajó la guardia.
El cuerpo del tritón estaba magullado, lastimado y todos sus sinónimos. No paraba de sangrar y aún en aquella posición la tierra cubría sus heridas, que sin duda pronto acabarían infectándose y con peores pintas. Sin embargo, como bien se había hablado durante muchos años, el cuerpo de los tritones era superior al de los humanos, y asimismo también la fuerza pero, ¿quién no decía que ese tritón podía ser parte de la 'excepción'? O eso, o aún era un transeúnte al que le quedaba mucho camino por recorrer.
Sato sonrió de forma pícara al ver levantarse al chico, mientras alzaba su katana y se ponía en guardia. El Gyojin rubio preparó sus extremidades y se colocó en posición tras declarar que no iba a rendirse ni dejarse vencer. Lanzó un puñetazo a la nada, creando unasespecie de esfera de aire que, en menos de lo que el espadachín se imaginaba, corrió hacia él.
Sólo tenía una salida válida y que con suerte le dejaría la mayor parte del cuerpo intacto. Colocó ambas manos sujetando el mango de la espada, colocada en posición vertical. Una ventisca azotó el entorno mientras la bola de aire chocaba contra la hoja de la katana del Marine. Sato intentaba cortarla, empujando su arma en dirección opuesta a la que se dirigía el ataque, y poco a poco conseguía avanzar. No sabría especificar con exactitud el tiempo que pasó intentando eludirlo, o más bien el tiempo que duró la opresión sobre su pecho. Sólo el hecho de que, dolorosamente, la esfera de aire quedó rebanada en dos partes.
En el mismo instante en que se hacía paso entre toda aquella presión, varias ráfagas de aire cortaron todo lo que se les pasaba por en medio, en ese caso, el espadachín, y más bien su rostro. El Kamishimo que vestía estaba roto por cortes limpios que recorrían desde su tronco hasta sus tobillos, y su piel había sido víctima del impacto, sin embargo aún estaba en mejor estado que el Gyojin, el cual además de haber recibido duros ataques también había gastado fuerzas en realizarlos. Sin darle mucha importancia y una vez la esfera hubiera desaparecido, al igual que el viento se calmaba, Sato dio dos rápidos pasos recorriendo ahora el metro que le separaba del tritón, con la katana en posición diagonal y cortándole el pecho, primero de derecha a izquierda y después al revés, asegurándose de cavar muy hondo y de que, por más que quisiera no volviera a levantarse.
Sessaku nenshō [AF]
Narro | Hablo | Pienso
Nikuya No Sato
Nivel: 15
Exp: 3500
Berries: 2700
Nombre: Kenshi Sato
Bando: Marine
Profesiones: Espadachín - Médico - Guardabosques.
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Mi ataque poco y nada pudo hacer, era mi fin, apenas podía mover mis piernas o mis brazos, pero aun así con mi vista seguí cada movimiento del espadachín peliblanco, así que me tiré a un lado para esquivar su ataque, acto seguido con una serie de volteretas me aleje de mi rival, por culpa de mis heridas tosí algo de sangre por la boca y me vi forzado a apoyar una de mis rodillas en el suelo, estaba perdiendo el conocimiento pero no quería perder no de esta manera, quería darlo todo y quedarme satisfecho ante la pelea ante este humano que apenas se había llevado unos rasguños ante mis ataques, así que entonces volví a levantarme mirando el suelo mientras el sol se asentaba en mi cabeza. Pondría todo en este último ataque y si funcionaba esperaba que mi rival cayera al suelo sin que se volviera a levantar ya que si se volvía a levantar estaría perdido, mi cuerpo apenas se mantenía en pie y se notaba, me tambaleaba de un lado a otro, perdía la consciencia a ratos y mis ojos apenas podían enfocar a mi rival. Pero aun así lo iba a dar todo para acabar con él, no perdería…o por lo menos no de esta manera le haría una herida bien profunda en su cuerpo.
Así que empecé a caminar mientras trataba de enfocar a mi rival que estaba con esa maldita sonrisa desde el inicio de la pelea. Esa sonrisa que no me gustaba y aparte de eso estaba esa maldita sensación de que tenía un ojo clavado en mi cuerpo, no me podía quitar esa extraña sensación y estaba seguro que no era mentira. Mi instinto animal, me decía que había un ojo que no era normal en el humano, pero ignore todo y seguía caminando hacía mi rival. Con cada paso me tambaleaba de un lado a otro, pero lo atacaría mis ojos lo tenían enfocado así que una vez estuve en el mismo rango que la primera técnica de mi Blood Style sonreí de medio lado y puse la misma pose que el primer ataque y único prácticamente en ser efectivo, así que una vez lo decidí susurre: Sawaki: Blood Style: First attack: Fall Dragon max power. (AMF)-y entonces con la punta de los dedos al igual que antes, empecé a atacar los puntos vitales de mi rival, pero esta vez y llevando mi cuerpo más allá del límite normal, iba con el doble de velocidad que antes, este ataque tenía mi alma y corazón puesto en este ataque, mis ataques iban con el doble de poder. Al finalizar esperaba que el humano no se levantara puesto que yo no lo haría luego de este ataque aun cuando tuviera una voluntad inquebrantable, no me podría levantar hiciera lo que hiciera, así que ataque con todo el poder que me quedaba al humano esperando que este cayera pronto. Ya no daba más.
Así que empecé a caminar mientras trataba de enfocar a mi rival que estaba con esa maldita sonrisa desde el inicio de la pelea. Esa sonrisa que no me gustaba y aparte de eso estaba esa maldita sensación de que tenía un ojo clavado en mi cuerpo, no me podía quitar esa extraña sensación y estaba seguro que no era mentira. Mi instinto animal, me decía que había un ojo que no era normal en el humano, pero ignore todo y seguía caminando hacía mi rival. Con cada paso me tambaleaba de un lado a otro, pero lo atacaría mis ojos lo tenían enfocado así que una vez estuve en el mismo rango que la primera técnica de mi Blood Style sonreí de medio lado y puse la misma pose que el primer ataque y único prácticamente en ser efectivo, así que una vez lo decidí susurre: Sawaki: Blood Style: First attack: Fall Dragon max power. (AMF)-y entonces con la punta de los dedos al igual que antes, empecé a atacar los puntos vitales de mi rival, pero esta vez y llevando mi cuerpo más allá del límite normal, iba con el doble de velocidad que antes, este ataque tenía mi alma y corazón puesto en este ataque, mis ataques iban con el doble de poder. Al finalizar esperaba que el humano no se levantara puesto que yo no lo haría luego de este ataque aun cuando tuviera una voluntad inquebrantable, no me podría levantar hiciera lo que hiciera, así que ataque con todo el poder que me quedaba al humano esperando que este cayera pronto. Ya no daba más.
Kenshi Sato
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Después de que el Marine hubiera podido cortar esa concentración de aire a presión e intentado rebanar dos veces seguidas el pecho del tritón, él había conseguido volver a mantener su equilibrio y repetía aún con más ímpetu el ataque de los golpes. El estado en el que se encontraba Sato no era para nada grave si recordaba las muchas palizas que se había llevado a lo largo de su entrenamiento, en climas con bastante bajas temperaturas a las que estaba acostumbrado. Aún recordando, además, en lo que se basaba su ejercicio: trabajo mental. No se dejaría vencer por mucho que le pesara su propia vida, y menos si la pelea formaba parte de un entrenamiento.
El peliblanco había asumido que no tenía otra salida más que llevarse aquellos golpes, que sin duda se los apremiaba con mucho más ímpetu que anteriormente. El único método que tenía para rebajar la fuerza del impacto era intentar echar hacia atrás los puntos de su cuerpo que buscaban las manos del tritón, al mismo tiempo que iba a ser golpeado, pudiendo percibir los golpes con mayor definición gracias a su ojo izquierdo. Aunque las cuentas que el Marine había planeado parecían ser perfectas y precisas, los puñetazos lograron alcanzarle unas cuantas veces hasta que logró atajar el último golpe con la hoja de la espada.
Los desconocidos cruzaron una mirada. No había duda de que el individuo que estaba luchando contra él no era débil en absoluto, porque de lo contrario no estaría allí en ese mismo momento, aún de pie, soportando cada corte y caída. Fue sólo un escaso segundo el que permitió que Sato examinara a su oponente, saber antes de hacer nada contra lo que se enfrentaba pero, ¿de verdad era necesario? Ambos hombres se habían batido en duelo, y no había otra palabra que 'respeto' la que encajara entre el espacio que separaba a ambos. Habían empezado sin ningún conocimiento del opuesto y acabarían probablemente igual.
Aprovechando que estaban justamente en frente, a menos de medio metro y sin dar rodeo alguno, inmediatamente, el Marine giró la misma hoja colocándola diagonalmente y realizó un movimiento invisible que cortaría al Gyojin, recorriendo desde su hombro izquierdo a su cadera derecha y viceversa. ¿Sería ese el mate final? El individuo parecía estar rendido y los conocimientos como médico del espadachín sabían que no aguantaría más de un minuto de pie. Sato esperaba no encontrarse con más sorpresas, ahora lo único que tenía en mente no eran otra cosa que bollos rellenos.
Sessaku nenshō [AMF]
El peliblanco había asumido que no tenía otra salida más que llevarse aquellos golpes, que sin duda se los apremiaba con mucho más ímpetu que anteriormente. El único método que tenía para rebajar la fuerza del impacto era intentar echar hacia atrás los puntos de su cuerpo que buscaban las manos del tritón, al mismo tiempo que iba a ser golpeado, pudiendo percibir los golpes con mayor definición gracias a su ojo izquierdo. Aunque las cuentas que el Marine había planeado parecían ser perfectas y precisas, los puñetazos lograron alcanzarle unas cuantas veces hasta que logró atajar el último golpe con la hoja de la espada.
Los desconocidos cruzaron una mirada. No había duda de que el individuo que estaba luchando contra él no era débil en absoluto, porque de lo contrario no estaría allí en ese mismo momento, aún de pie, soportando cada corte y caída. Fue sólo un escaso segundo el que permitió que Sato examinara a su oponente, saber antes de hacer nada contra lo que se enfrentaba pero, ¿de verdad era necesario? Ambos hombres se habían batido en duelo, y no había otra palabra que 'respeto' la que encajara entre el espacio que separaba a ambos. Habían empezado sin ningún conocimiento del opuesto y acabarían probablemente igual.
Aprovechando que estaban justamente en frente, a menos de medio metro y sin dar rodeo alguno, inmediatamente, el Marine giró la misma hoja colocándola diagonalmente y realizó un movimiento invisible que cortaría al Gyojin, recorriendo desde su hombro izquierdo a su cadera derecha y viceversa. ¿Sería ese el mate final? El individuo parecía estar rendido y los conocimientos como médico del espadachín sabían que no aguantaría más de un minuto de pie. Sato esperaba no encontrarse con más sorpresas, ahora lo único que tenía en mente no eran otra cosa que bollos rellenos.
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Nombre: Kenshi Sato
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Mi ataque fallo y por ende, ya había perdido la pelea aunque el peliblanco se demoro un poco en atacar, pero en esos minutos en donde solo el silencio era el rey, me quede pensando. Habíamos empezado a pelear sin sentido alguno, nos jugábamos la vida con cada ataque que dábamos y es más en instantes quisimos matarnos entre nosotros mismos, la pelea empezó como un entrenamiento pero luego se volvió más y más intensa hasta el punto en que cada uno atacaba a matar. El humano se había ganado mi respeto, era fuerte y le hizo frente sin problema a una raza supuestamente superior, al parecer tener la ventaja de ser diez veces más fuerte que ellos no aseguraba que uno podría sobrevivir en este mundo.
Al final su ataque vino, no me quedo de otra que recibirlo pero no sin antes con un poco de esfuerzo moverme hacía atrás para que la espada no clavara tan fuerte en mi pecho, el tajo que me hizo automáticamente empezó a sangrar, era mi fin, caí al suelo. El humano había ganado y yo apenas pude hacerle un rasguño. Caí de espaldas al suelo y mire el cielo, estaba sonriendo ya que la pelea había sido muy entretenida, pero perdí, el humano fue superior a mí, pero aun así trate de levantarme. Puse ambas palmas en el suelo, la planta de mis pies tocando el suelo y con fuerza trate de levantarme, un intento en vano ya que no me quedaban fuerzas así que con la misma sonrisa dije al aire con la esperanza de que el humano me escuchara:
Sawaki: Mi nombre es Sawaki…grábatelo porque te derrotare, algún día lo haré. Entrenare más y más, para ser mucho más fuerte…no volveré a perder contra ti.-al terminar mis palabras, mis ojos lentamente ya no podían seguir abiertos, las heridas estaban pasando factura y mi cuerpo estaba cansado, a un ritmo condenadamente lento empecé a perder a perder la consciencia hasta que al final mis ojos se cerraron y perdí la consciencia. Pero la sonrisa que tenía la deje en mi rostro y me quede tranquilo, la pelea había sido divertida. Pero no volvería a perder contra este humano, no de nuevo, eso estaba claro y era una promesa conmigo msmo.
Al final su ataque vino, no me quedo de otra que recibirlo pero no sin antes con un poco de esfuerzo moverme hacía atrás para que la espada no clavara tan fuerte en mi pecho, el tajo que me hizo automáticamente empezó a sangrar, era mi fin, caí al suelo. El humano había ganado y yo apenas pude hacerle un rasguño. Caí de espaldas al suelo y mire el cielo, estaba sonriendo ya que la pelea había sido muy entretenida, pero perdí, el humano fue superior a mí, pero aun así trate de levantarme. Puse ambas palmas en el suelo, la planta de mis pies tocando el suelo y con fuerza trate de levantarme, un intento en vano ya que no me quedaban fuerzas así que con la misma sonrisa dije al aire con la esperanza de que el humano me escuchara:
Sawaki: Mi nombre es Sawaki…grábatelo porque te derrotare, algún día lo haré. Entrenare más y más, para ser mucho más fuerte…no volveré a perder contra ti.-al terminar mis palabras, mis ojos lentamente ya no podían seguir abiertos, las heridas estaban pasando factura y mi cuerpo estaba cansado, a un ritmo condenadamente lento empecé a perder a perder la consciencia hasta que al final mis ojos se cerraron y perdí la consciencia. Pero la sonrisa que tenía la deje en mi rostro y me quede tranquilo, la pelea había sido divertida. Pero no volvería a perder contra este humano, no de nuevo, eso estaba claro y era una promesa conmigo msmo.
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Puesto que la pelea era a K.O y Sawaki está de acuerdo, Kenshi es el vencedor.
Kenshi recibe 1500 puntos de experiencia y Sawaki recibe 700.
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