¿Isla de Plástico? [Barbazul & Gusi]

Me desperté en la litera de mi camarote, con los ojos como platos, tenia muchísimo calor. Me levante y me di una ducha fresquita en los baños y bebí muchísima agua, cuando sonó la alarma, era la hora de recibir ordenes. Al salir a cubierta un capitán nos puso al corriente.

Habíamos llegado a los que según los informes decían, una isla de plástico, vamos que todo eran adornos. Nuestra misión, patrullar como en todas las isla, en busca de posibles piratas o gente en problemas. No llevaba mucho tiempo en el puesto de recluta, pero la verdad que me sentía muy independiente comparado con el resto de la cuadrilla.
La patrulla se dividió en dos secciones, una que iba por la playa y la mía que iba por la vegetación, lo cual lo prefería porque me encantaba escalar. 

Ya llevábamos como treinta minutos caminando cuando unas terribles ganas de orinar me abordaron, de tanto agua que bebí. Sin pensarlo dos veces, me separe del pelotón y me puse a orinar en una planta. Que alivio por mi parte.

Llevaba varios días en aquella extraña isla de plástico investigando su origen, me parecía de los mas interesante que alguien hubiera querido crear todo aquello. Por mi cabeza pasaban mil razones para ello, desde esconder algo debajo, dentro o encima de la misma hasta pura diversión. Además el monstruo que guardaba aquellas aguas, había atacado un barco que llegaba al a vez que yo y lo había hundido entero sin esfuerzo. Sin embargo esa mañana algo cambió, un buque de la marine arribo a las costas de la isla, ¿qué haría la marina allí?

Me acerque a la zona donde los marines estaban desembarcando en forma de pantera, estos se dividieron en dos patrullas, una siguió por la playa y la otra se acerco hacia la vegetación donde me encontraba. No eran demasiados para estar buscando a alguien, seguramente fuera rutina por lo que manteniéndome alejado de ellos no pasaría nada. Pero como siempre el destinos o la fortuna son caprichosos, y uno de los marines se separo del grupo para ponerse a orinar a escasos dos metros de mí. Me quede quieto, mirándole como un cazador acecha a su presa esperando pasar inadvertido para él. Seria divertido cazarlos como a conejos, pero cabía la posibilidad de que no fueran malos como algunos que había conocido y no merecieran ese destino.

Escurrí las ultimas gotas y cuando alce la vista, mi patrulla no estaba. Que mala gente, se habían marchado sin mi. Sin pensarme lo dos veces me puse a correr en dirección donde los había visto por ultima vez.

Pero fue en vano, no había ni una huella, ni ningún rastro que me indicaran donde podrían estar. En la Marina nos enseñaban bien a ocultar nuestro rastro. 
Decidí escalar un árbol de plástico bastante mas alto que los demás, para poder tener mayor visibilidad de la zona y así poder encontrarlos.

Pero lo único que pude ver fue una cueva a lo lejos y algunos animales salvajes de la zona. Me senté en lo alto del árbol y espere, hasta encontrar alguna señal de mi grupo o ver alguna señal de vida.

El marine no me vio, y comenzó a alejarse rápidamente, parecía tener prisa por encontrar a sus compañeros pero estos ya no andaban cerca. Aproveche la oportunidad para alejarme algo del marine, retrocedí por las plantas de plástico hasta una zona “boscosa”, esos árboles de plástico me permitirían avanzar rápido por sus gruesas copas. Busque uno alto y grueso para subirme a él, no era como esperaba. La copa no era una cúpula rígida de plástico, sino que estaba formada por hojas y ramas sueltas, aquel nivel de detalle significaba una gran cantidad de horas de trabajo para hacerlo todo.

Antes de continuar decidí usar las garras para cortar una de aquellas ramas, seleccione una pequeña para ver como era por dentro, resulto que por dentro había un conducto que transportaba paralitico líquido que reparó rápidamente el corte de la rama formando un “muñón”. El hallazgo era interesante pues significaba que muy posiblemente conductos como aquel recorrieran toda la isla. Comencé a moverme buscando cuevas o depresiones por las que intentar acceder al interior de la isla. Por suerte para mi había una cerca y me dirigí hacia ella para inspeccionarla mejor.

Llevaba ya unas horas arriba de aquel árbol y no pasaba nada interesante. Cuando por fin vi movimiento en la isla. Parecía una banda de bandidos por la apariencia que llevaban, pero también había algunos sujetos con batas blancas. Sin pensarme lo dos veces me dispuse a seguirlos.

Después de un buen rato de caminata, se introdujeron en una de las cientos de cuevas que tenía esa isla. Algunas se tendría que comunicar entre si. Espere fuera de la cueva a que saliesen, pues no quería introducirme en un sitio cerrado y desconocido con muchos enemigos.

Pero para mi asombro nadie salió de la cueva. Pero en cambio vi a un sujeto entrar en ella (no se si vas como humano o con tu apariencia animal). Decidí seguirlo cuidadosamente, así si era atacado tendría posibilidad de escapar.

La cueva de plástico también se internaba en las profundidades, en algún lugar de allí abajo si no me equivocaba debería haber algo que creara o insuflara plástico por toda la isla. Para mi sorpresa dentro de la cueva existían “piedras” luminiscentes que alumbraban todo con un color plateada mortecino. Si no fuera por mi buena visión con poca luz me habría llevado más de una piedra por delante. La gruta descendía bastante rápido, y poseía muchas ramificaciones, para no perderme use una simple regla: “siempre a la derecha”.

Los pasadizos parecían no tener fin y por suerte no me encontré con ningún callejón sin salida, mi instinto me decía que debíamos estar ya por debajo del nivel del mar. Cuando de repente el tacto del suelo cambió, ahora era frio y más duro. Parecía que al fin había encontrado roca, lo que me acercaba a mi objetivo principal en aquella exploración.

Maldito el momento en el que empece a seguir a aquel felino. La cueva según me iba introduciendo mas oscura se hacia pero aun se tenia algo de visibilidad pues las rocas desprendían una especie de luz. Pero igualmente eso no evito que me chocara con un montón de rocas y mas de una me hizo la zancadilla haciéndome que me cayera de bruces. Debido a esa serie de caídas y tropezones acabe por perder al sujeto que estaba siguiendo y peor aun, me acabe perdiendo yo. Pues la cueva estaba repleta de túneles y no encontraba el patrón que seguían.

Pase una hora dando vueltas sin ser capaz de encontrar a nadie y peor aun la salida, pero mi vista se adapto a la penumbra. Me estaba entrando una claustrofobia de seguir en aquel lugar tan cerrado que me puse a gritar, si, a gritar como una niña indefensa pidiendo ayuda. Ya me daba igual si alguien me descubría solo quería salir de aquel lugar.

Golpee con fuerza la pared al ver una lagartija y esta empezó a desquebrajarse. Todo empezó a temblar y empezaron a caer pedruscos del techo. Sin pensarlo dos veces y por mi vida eche a correr con todas mi fuerzas. Apretando mas el culo, algo así como una vieja silbando.

Unos gritos resonaron en las cuevas detrás de mí pero no les hice caso, eran demasiado lejanos como para molestarme. Seguí por el camino ahora de piedra real hasta una zona más amplia pero que no podía recibir el nombre de caverna. En esta había una puerta metálica con lo que parecía un dispositivo de seguridad con clave. Maldecí para mí no poder seguir avanzando, pero de repente la puerta se abrió, me dio el tiempo justo para saltar tras una roca antes de que un grupo de lo que parecían marine salera por la puerta.

-El sujeto parece ser un recluta que estaba siguiendo a un felino, el pobre a reventado una válvula de la pared y casi se le cae encima la cueva. Ahora anda perdido tenemos que encontrarlo y llevarlo al barco. No debe conocer la existencia de este lugar. Recodar, la nueva contraseña es 589247, si os perdéis, sobretodo tu Leroy,- en cuanto escucho su nombre salió gritando:”Lerooooooooyyyyyyyy Yennnnnkiiiiiinnnnnnsssssssss”, el que parecía al mando continuó - todas las puertas de entrada tienen esa hoy.

En cuanto se fueron de la zona pase a mi forma humana y me acerque al panel, en el que introduje la contraseña y me dispuse a ver que encontraba en las instalaciones, puerto, base o lo que fuera que había debajo de aquella misteriosa isla.

Parecía que todos los derrumbamientos habían acabado, ya no templaba el suelo y no se veían mas cascotes cayendo por doquier. Y pude recuperar el aliento de la carrera que me metí. Tenía algunas heridas superficiales en todo el cuerpo y para que mentir, la ropa hecha añicos. Todo a mi alrededor seguía igual de oscuro. Y todo en completo silencio, pudiendo escuchar mis propios latidos. Seguí caminando y caminando por ese millar de pasadizos que no me conducían a ningún lugar.

Pero un ápice de suerte apareció. Encontré una callejón sin salida. Pero por suerte, con una puerta vieja y oxidada al final. Me acerque a la puerta que tenía una gran cantidad de telarañas, por lo que deduje que hacia mucho tiempo que no se abría ese lugar. Toque cada centímetro de la puerta en busca de un pomo o algo para abrirla. Pero era imposible, parecía que solo se podía abrir desde dentro. Lo único que tenía de extraño la puerta era un pequeño agujero por el que decidí hechar un ojo. 

-Oh, dios- exalte al viento al ver lo que había en el interior. Y unos pasos sonaron detrás mía.

Una vez dentro me sorprendió, pues estaba lleno de tubos todo el lugar y algunos hombres en bata por el lugar. Cogí una de las batas colgadas de la pared y me la puse encima de la camisa, avanzando más hacia el interior. Todos los tubos parecían provenir de debajo de ese nivel, pero a mí lo que me llamó la atención fue una de las paredes llena de inscripciones. Parecían tener varios cientos de años y tenían varios pictogramas intercalados.

Me acerque una silla, robe varios folios y me puse a descifrar lo que ponía en aquella pared. Me ayude de los dibujos para sacar una clave con la que descifrar la escritura. Tras un rato creía tener la traducción, una historia de cómo habían colonizado la isla tras escapar de la suya destruida por un ejército que parecían marines. Habían creado un poblado y cultivado los campos de esta hasta que las plantas se fueron trasformando en plástico, luego el suelo y finalmente todo, todo menos las cuevas donde se escondieron. Era una interesante historia, pero ¿Cómo seguiría? Me levante de la silla y con los folios robados bajo el brazo busque más inscripciones por las paredes.

Al darme la vuelta vi a una especie de cabra a dos patas. La cabra se estaba acercando a mi, cuando de repente se puso a cuatro patas y empezó a patalear el suelo con la pezuña de la pata, y entonces me di cuenta que el suelo no era de plástico. De repente hecho a correr en mi dirección. Pegue una salto para un lateral y pude esquivar su cornamenta por los pelos. Esta impacto con la cabeza en la vieja puerta oxidada. La puerta se abollo bastante hacia el interior. 

Al ver el resultado no tenia mas opciones. Volver a hacer que la cabra se diese golpes contra la puerta hasta que derribara la puerta o volver a ir a los pasadizos siendo perseguido por aquel animal tan extraño. 

Repetí la acción que parecía mas bien de torero, hasta que la puerta cedió, descolgándose de una de las bisagras. Dejando un hueco por el que me podía introducir al otro lado de la puerta. Y dejando al maldito carnero al otro lado.

Continúe por el interior de aquel recinto, no parecía haber demasiada gente, o al menos no me encontré demasiados. En aquella sala principal encontré otra inscripción en la pared en la ponía casi lo mismo pero parecía tener unos cientos de años más que la anterior. Acaso la generación de plástico era algo cíclico, o quizás tenía algún desencadenante como la implantación de una civilización en la isla. Deje la pared y me puse a buscar entre las mesas de la sala haber si encontraba algo relacionado con lo que hacían allí. Pronto me di cuenta que esta zona sería algo así como una oficina por lo que busque otra puerta.

Tras introducir el código en la misma esta se abrió dejando al descubierto unas escaleras descendentes, baje despacio atento a sonidos o presencia de gente. Cuando llegue abajo del todo me asombró lo que vi, decenas de laboratorios numerados se extendían hasta donde veía, y los tubos que suponía eran del plástico atravesaban este piso y bajaban aún más, tendría mucho trabajo registrando todo y esperaba no tener que luchar.

Al entrar por el agujero entre en una especie de cuarto de las escobas. Estaba repleto de telarañas y un montón de cajas llenas de polvo. Avance entre la multitud de cajas y aquello era realmente grande. Hasta que por fin encontré una puerta. No sabía que me encontraría al otro lado. Cuando de repente sonó un gran golpe por la puerta que había entrado. ¿La habría terminado de derribar la cabra? 

Decidí seguir adelante y al entrar aparecí dentro de un gran laboratorio. Parecía un lugar completamente diferente comparada con la otra habitación todo polvorienta. El lugar estaba completamente limpio, lleno de botones, cables y aparatos tecnológicos. También había probetas y sustancias que se movían solas. A lo lejos de la habitación había un hombre con una bata blanca sentado en una silla, se percato de mi presencia y se volteo:

-¿Qué hace usted aquí? Este es un lugar restringido.- realmente no sabía que decirle, me quede en blanco. El hombre al ver que no decía nada pulso un botón que estaba al lado suya. El cual sería una alarma o algo similar. Ya que acto seguido entraron dos tipos fornidos que me apresaron. 

Fui introducido en una especie de celda. La mas limpia que había visto nunca, parecía que fui su primer preso. No entendía nada de lo que estaba pasando. ¿Qué era aquel lugar?¿ Cómo acabe encarcelado?. Me quede completamente mudo y mas cuando pude comprobar quien vino a visitarme a la celda, el capitán del barco de la Marina. Abrió la celda y se introdujo dentro. Empezó a decir:

-Parece pequeño, que te has metido en un buen lió. No solo has visto cosas que no deberías a ver visto. Sino que encima as provocado derrumbamientos en las instalaciones. - el capitán empezó a desenvainar la espada y acercarse cada vez mas a mi. 

- Yo solo quería que los reclutas como tu y el resto vigilara la superficie, para que nadie me molestara. Pero ya veo que eres demasiado inútil incluso para recibir una orden tan sencilla. Tendré que matarte y decir que fuiste atacado por algún animal salvaje.- dijo al mismo son que levantaba su espada. ¿Aquello sería realmente mi fin?

Empece por el laboratorio más cercano, al parecer en este complejo llevaban a cabo pruebas con el plástico de la isla en como afectaba a la fauna y flora y sus propiedades. Por los informes que descubrí no sabían con exactitud de donde venia el material, y si rompían algún tubo el mismo plástico lo reparaba. Tuve que moverme hasta otro de los compartimentos para obtener más información. En este había otro científico trabajando, por suerte en la puerta ponía que era el departamento de fauna así que cuando entre y le pedí los datos que había obtenido de la fauna para comparar no se sorprendió y me los entrego sin problemas. Los datos eran interesantes, al parecer los animales estaban adaptados al plástico perfectamente, lo que implicaba muchos años de estancia en la misma. Los herbívoros habían adaptado su sistema digestivo a las plantas combinadas con plástico, haciendo que los carnívoros solo tuvieran que adaptarse a algunas nuevas sustancias de estos últimos.

Mientras estaba estudiando aquello escuche voces al fondo, al parecer había un intruso y se encargarían de él antes de que pudiera hablar. No tenia pensado pelear, pero si aquel sujeto podía saber algo relevante de la isla quizás fuera interesante salvarle. Salí del despacho y fui hasta donde había escuchado las voces, descubrí a un marine a punto de matar a otro, la situación era muy extraña pero aún así me pudo la curiosidad.

-No hace falta que manche todo, déjemelo a mi y lo usare como sujeto de pruebas para algunas teorías que tengo.- intervine justo cuando el hombre parecía dispuesto a descargar la espada contra el chico del pelo azul.

La hoja paro en seco antes sobre mi cabeza. Un científico que allí se encontraba decidió usarme como cobaya.

- Lo has oído marine rucho. Al final vas a servir para algo antes de morir. -dijo el oficial mientras se guardaba la espada.

Todos salieron de la celda y el científico de pelo azul, como yo, entro. Le mire con tristeza, aquel iba a ser mi fin. Iba a ser torturado por aquel científico loco. A saber lo que harían con mi cuerpo.

No podía permitirlo. Eche a correr y empuje al científico antes de que cerrara la puerta. Pero de lo que no me percate era de que estaba enganchado a la pared con los grilletes de la mano. 

-Yo no he hecho nada. Por favor déjame escapar - le suplicaba a aquel hombre.

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Aquel joven era interesante, pero carecía de modales e intento escapar apartándome a un lado, lastima que las cadenas aún le sujetaran a la pared y no pudiera hacerlo, terminando por implorar que lo dejara libre que no sabia nada. Si aquello era cierto me la estaba jugando por nada, pero bueno. De momento había sido una suerte que no notara las katanas bajo la bata, debería tener cuidado con eso. Lo liberé de las cadenas sujetándolo con fuerza para que no se escapara, del lado contrario a mis armas y lo arrastre hasta uno de los laboratorios libres.

-Muy bien dime que sabes de esta isla, que hace la marina aquí, por que te tenían preso y cuanta gente hay en el lugar y puede que sabes tu vida.- mientras esperaba que el joven marine respondiera empecé a revisar el laboratorio sin quitarle ojo de encima por si intentaba jugármela otra vez

El científico por muy raro que pareciese llevaba katanas y me corto las cadenas. Me saco de la celda y me sentó en un asiento mientras registraba el laboratorio. ¿Quien era ese hombre?¿Realmente era científico? Acto seguido me hizo muchas preguntas. A las que respondí amablemente:

-Lo único que se de esta isla es que todo es de plástico, ha excepción de este laboratorio claro esta. La marina estaba aquí de patrulla en busca de bandidos o revolucionarios. Parece ser que era preso, porque al cargo de esto era el capitán marine de mi flota, y resulta que no debí descubrirlo. Y respecto a la gente que hay aquí... supongo que no mas de 100, debido a la escasez de gente que se ve por todos sitios.- estire lo brazos para que me quitara los grilletes. 

Un gran golpe abrió la puerta del laboratorio. El macho cabrio que me atacó antes de entrar en ese sitio. Debió de haber roto la puerta y haber conseguido entrar. Rápidamente la cabra fue directo a por el científico.

-¡CUIDADO!- grité.

Por desgracia aquel joven marine no sabía nada de nada, y para colmo ahora llamaban a la puerta de manera bestial hasta abrirla de golpe. La verdad me sorprendió lo que apareció por ella, un macho cabrío que nada más terminar de abrir cargo contra mí. El marine me aviso de ello cuando ya había empezado a girar para saltar por encima del animal y cortarlo con una de mis katanas. Cuando caí al suelo envainándola el animal se estrelló contra una de las mesas provocando un gran estruendo, seguramente alarmando a todos los del lugar.

-Si yo fuera tu correría antes de que vengan los guardias y me sea más difícil explicarlo, si no tendré que matarte delante de ellos.- mientras lo decía salí del laboratorio y me senté junto a la puerta apoyando la cabeza en el marco.

Cuando llegaran los guaridas diría que el macho ataco cuando estábamos llegando y que el prisionero escapo, y el guardia que había por la zona acabo con el animal y salió tras el joven. Si este no huía rápido tendría que matarle delante de los guardias para mantener una tapadera y no tener que enfrentarme a toda la marina y guardias que pudiera haber allí.

No podía creer lo que estaba viendo. Aquel científico, si realmente era eso, dio un salto esquivando la envestida y en el aire, sacó la katana con la que corto las cadenas y ataco al animal. La bestia salvaje se choco contra la mesa y crea un montón de alboroto. El científico me miro y dijo que me marchara. No podía creerlo, pero tampoco tenía mas opciones y eche a correr.

Al salir por la puerta, vi al científico apoyado en el marco. Me pare al lado suya y le dije:

-Tu no eres científico,¿verdad?. Porque no escapas conmigo antes de que te pillen. 

Seguí con paso ligero escondiendo me a cada esquina que veía. Hasta que encontré la habitación por la que entre en aquel sitio. Pase al almacén polvoriento y escape por la puerta vieja que ahora se encontraba tirada en el suelo. 

Otra vez me encontraba en el laberinto de túneles. Pero al menos allí dentro nadie me quería ni matar ni torturar. Me perdí en la oscuridad del túnel.

Una vez libre de aquel marine solo me quedaba seguir con mi investigación y bajar a la planta baja, para ello me deshice de los guardias que llegaron indicándoles el camino que había tomado el preso y su compañero. Una vez desaparecieron de mi vista me levante y dirigí hacia la puerta de bajada que había visto al llegar introduciendo el código. La puerta se abrió, pero no era de bajada sino que daba a una sala llena de aquellos pictogramas en la que había un par mas de tipos con bata. Los símbolos eran parecidos a los de las salas principales pero parecían terminar de contar la historia. Al principio estuve tentado de pensar que era uno de los míticos Phoneglyph pero por lo poco que sabia de estos eran grandes piedras cuadradas y no pictogramas en la pared.

La historia continuaba describiendo como los mismos hombres que les habían atacado en su isla llegaban a esta y se marchaban por no encontrar cosas útiles, pero de las cuevas inferiores empezaban a salir gentes con aspecto de científicos que al principio ayudaban y daban alimento a los indígenas, pero poco a poco estos se dieron cuenta que era alimento mezclado con plástico y que los que no tenían enfermedades a su causa desaparecían, al igual que los niños. La parte que ahora miraban los otros científicos era una sucesión de caracteres que traducidos significaban que en general la isla era una base de los científicos escindidos del gobierno y que ahora actuaban por libre y lo que parecía una firma del ultimo indígena vivo. Les comente unas cuantas teorías falsas que tenia a los otros, para que tardaran aun mas y me dispuse a salir de allí, pues era más peligroso de lo que suponía.

Ande y ande por aquellos túneles en los que en el pasado me perdí. Cada paso era mas monótono y cansino. Pero pasado un tiempo encontré una brisa de aire que llevo directo a la salida de aquel laberinto. 

Me dirigí sin pensarlo dos veces al barco con el que habíamos llegado. Al acércame pude percibir que estaban todos los reclutas a bordo. Al verme con las malas pintas que llevaba uno de ellos se acerco y me pregunto si estaba bien. Yo los mire a todos y mi boca se abrió pero, ¿qué debía decirles?. ¿Que el capitán era un corrupto y si íbamos a por el acabaría matándonos a todos? Ninguno era lo suficientemente suerte para plantar le cara. ¿O decirles que debajo de la isla había un laboratorio inmenso? Eso también no acabaría llevando a una muerte segura por el capitán. Decidí que lo mejor para todos sería marcharnos de aquel lugar.

- Iba de patrulla con el capitán y nos introducimos en las cuevas. Una de ellas se derrumbó aplastando al capitán y llevándose su vida por delante. Yo conseguí escapar por mi pequeño tamaño.- dije, mientras me señalaba la desastrosa pinta que llevaba. Uno de los marines afirmo oír un estruendo, haciendo así mas cierta mi mentira.

Sin mas miramiento partimos al mar, teniendo mas posibilidad de sobrevivir que si me quedaba mas tiempo en aquella isla. Me puse a redactar el informe, describiendo la terrible muerte que me hubiera gustado que el capitán hubiera tenido. Algún día me volvería a encontrar con él y sería lo suficientemente fuerte para acabar con él.

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Estaba de camino a la salida cuando uno de los guardias me paró, decía que no le sonaba y que el ya llevaba bastante en aquellas instalaciones para conocernos a todos. Intente persuadirle para que lo dejara diciéndole que había llegado en el barco, y todavía no no habíamos cruzado, dejándolo pensativo mientras yo avanzaba, pero mi mala suerte hizo acto de presencia. Me choque contra un científico de los de verdad dejando al descubierto las katanas por un momento, justo el momento en el que guardia me estaba mirando. Este salio disparado hacia a mí, pude esquivar su tajo y sacando una de las katanas se lo devolví, apuntando al cuello en el cual surgió un hilo de sangre y luego un chorro cuando la herida se abrió del todo, intente parar al científico antes de que diera la alarma pero me fue imposible, después de eso tuve que acabar con él.

Corrí por los pasillos, pero parecía que me estaban siguiendo de alguna forma pues me encontraba con marines casi en cada esquina, no se cuantos cayeron antes de que llegara a los túneles por donde había entrado y emprendiera la huida. Incluso aquí parecían seguirme pues escuchaba como se acercaban desde los túneles, pero fuera no les seria fácil seguirme. Una vez salí me transforme en pantera y me dirigí hacia mi barca para escapar de aquella isla. Esta vez no creía que pudiera librarme del wanted. Aun así salir de la isla fue fácil y rápido, aprovechando las corrientes que había, lo único que me preocupaba era el monstruo marino pero parecía que a las barcas no las detectaba o no las atacaba. Una vez ya en alta mar respire aliviado y me dispuse a tomar una buena siesta.

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