Capítulo 1-A

Teru saltó por encima de mi, al parecer no quería que le cortase el paso. Continué hacia abajo próximo a él.

- Mi estilo...no sabría decirlo, siempre tiene estrategia y táctica...hasta que es demasiado tarde y les mato
- Vaya, un estratega, eso es bueno, con vuestra inteligencia podríamos crear buenas tácticas. Aunque preferiría que no acabase cadáver nuestro rival.

Al momento algo cayó por delante de nosotros, una gran esfera dorada que giraba a una increíble velocidad ladera abajo adelantándonos. Un tipo salió del interior de esta y pude contemplar a Edgar absorbiendo todo aquél oro mientras dos árboles caían provocando un pequeño desprendimiento de tierra.

-Ese chico nuevo...es algo torpe...¿verdad?

Me quedé observando a Edgar mientras bajaba y contesté a Teru sin cambiar la mirada de lugar.

- Eso parece... si.

Aceleré dejándo a Teru un par de metros atrás y sujeté a Edgar por la espalda deteniéndome y dándole un tirón de la camisa.

- Donde vais tan rápido, si continuáis así os precipitaréis tarde o temprano y acabaréis destrozado antes de que comience la fiesta.

Salí de la esfera y vi como Kento me cogió por la camisa parándome. Por fin les conseguí alcanzar y así iríamos los tres al pueblo. Estábamos cerca de la entrada del pueblo, Teru se puso el traje oficial del gobierno, a mi no me apetecía ponerme ese traje, ya que no me gustaba nada.-Gracias Kento por pararme, pero da igual soy de oro, no me haría daño. Bien señores que empiece la fiesta y que no termine nunca- Dije esbozando una sonrisa.

Cogí todo el oro que había creado anteriormente y me lo guardé por si en un futuro no muy lejano lo podría necesitar. La fiesta estaba a punto de empezar, tenía ganas ya de zurrar a esos bandidos y también a piratas y revolucionarios, estaba un poco nervioso. Por el camino saqué mi vara de hierro para prepararme para lo mejor del día.

Moderación:
El tabernero no respondió... Es más, simplemente sonrío con una aptitud totalmente relajada, parecía como si aquel chico, no le diera miedo... Y en efecto, así era... Si realmente supiera quien era aquel ''humilde'' tabernero, y el por que la taberna estaba completamente vacía, así como en las calles apenas se podía ver gente... El joven Byron, se hubiera mordido su lengua, y no habría dicho ni una sola palabra de las que acababa de pronunciar... El tabernero tenía un pelo azulado bastante oscuro, se podría decir inclusive, que era negro... No llevaba aparentemente nada más que una camiseta bastante holgada, aunque la verdad, no era precisamente esa... Su pecho si iba desnudo, pero sus pantalones eran una mezcla de cuero tachonado y acero... El joven parecía no medir más de un 1,40m, y se movía bastante torpemente.. No tardó en levantarse del suelo, pues en todo momento había estado de cuclillas, para aparentar ser un humano normal... Y aunque en cierto modo así era, su constitución era bien distinta... Medía cerca de 2,10M, y pesaba casi 110 kilos... Miro intimidante a byron, y urgoth, se alzó de las sombras con un muy ágil movimiento, y ahora, en apenas un instante, estaba al lado de Bofur, el aparente tabernero.

[MASTER]

Sentado en la mesa junto a Derek escuché como un hombre en la barra le dijo al camarero que tanto él como su compañero eran piratas y el precio de sus cabezas. En ese momento miré a Derek para ver si daba alguna señal o si decidía hacer algo, en un principio iba a mantenerme al margen de las peleas y de los conflictos pues no quería llamar la atención. En ese momento vi como el tabernero que aparentaba un humilde ciudadano aumentaba su estatura y como surgía otro hombre de las sombras ubicándose al lado del tabernero. Al verlo le dije a Derek en un tono que sólo él podría oírme.

Derek aquí sucede algo extraño, acabo de ver como el tabernero aumentó su estatura considerablemente.

Tras decir esto me quedé en silencio a la espera de una respuesta de Derek, sin bajar la guardia por si tenía que defenderme o escapar.

Despues de un ratito caminando finalmente llegue a mi destino que no era mas que el lugar donde habiamos quedado y aun no habia nadie y faltaban algunas horas para qeu llegasen los demas y la verdad es que estar ahi sin hacer nada pues era bastante aburrido por asi decirlo.
No tenia reloj por loq eu decidi esperar un ratito a que llegasen e hiciesemos algo como irnos a la montaña.Habia podido vera algunas siluetas callendo de ella pero no me fije muy bien y crei que era algun deprendimiento pequeñoi de tierra y no le di importancia alguna.

Ya me aburria muchisimo tanto que empece a dar algunas vueltas por la zona para ver si veia algo interesante.Tras mi segunda vuelta pude oir algun tipo de varrullo en una tarberna y era la taberna donde habia entrado antes Bryon nuestro capitan por lo que decidi entrar.

Y extactamente como predije alli estaba hablando con un medio metro pero tanbien estaba kenshin no me acerque mucho para no entra mucho en problemas pero si era necesario intervenir para ayudarles en algo que necesitasen.
Tras unos segundos hablando pude ver como el tabernero empezo como a crecer de forma considerable y teni una foma temible la verdad es que no me procupe era nuestro capitan y le acompañaba kenshin por loq eu preocupacion debia de haber y me sente en una silla un poco alejada

Por la puerta pareció entrar un monje fiestero acompañado de otra persona y se sentaron, él monje fiestero pidió una copa a un mozo que pasaba por allí. Observando un rato al monje fiestero me pareció algo familiar pero ahora no era el momento ya que estaba más ocupado intentando tomar algo y también intentando sacar algo de información a un tabernero.

Después de quitar la mirada de el monje fiestero se volvió a abrir la puerta pero esta vez entró Ikaru, un nakama mío. Este si que me era más familiar ya que era un nakama pero él no se acercó a donde estábamos nosotros, pero daba igual al darme la vuelta el tabernero pareció crecer bastante más de lo que aparentaba, había estado agachado todo el rato a saber porque alomejor el pobre hombre no estaba bien de la cabeza y la locura le hacía hacer cosas parecidas a esas. Pero Byron dijo algo que nunca había escuchado yo antes, dijo algo sobre las recompensas que teníamoslos dos yo tenía 55 millones y él 80 millones. Comencé a procesar la información nueva durante unos momentos.

¿Mi cabeza vale 55 millones de berries y ni me había enterado? ¡Que guay!

Dije cuando asimilé la noticia, pero mientras estaba hablando otra persona se puso al lado del tabernero loco. Salió de las sombras, pero lo importante fue que el tabernero loco miró desafiante a Byron, instintivamente mi mano tocó la empuñadura de mi katana Shishio. Pero no inicié combate ya que habíamos venido para reponer alimentos y hacer un poco de turismo pero si mi capitán decidía entablar combate yo lo haría. Miré a Byron para ver que quería hacer y esperé una orden suya.

Estaba cerca del pueblo, quería observarlo yo solo, para tomarme mi tiempo. Me separé de mis compañeros, adelantándome a ellos, quería ver el pueblo entero yo solo.-Señores, aquí nos separamos, nos veremos pronto- Dije con un tono serio mirando fijamente el pueblo y a sus pueblerinos, viendo si había algún pirata famoso por su recompensa. Mi paso tomó más velocidad, llegando antes que mis compañeros al pueblo, este era muy bonito, a lo lejos veía una gran plaza llena de gente, decidí ir para allá. En el camino, me encontraba mucha gente, era difícil pasar por allí, al final llegué a una taberna.-(Pongámonos cara de ser extranjero)-

Entré en la taberna, vi que estaba casi sin gente.Tenía que tener en cuenta que no tenían que verme la cara en ningún momento y si me preguntan algo, robé el traje y me hago pasar por un miembro del Cyper Pol. Si dijese la verdad, todos los piratas que habían allí (casi todos) vendrían a la vez y así la armaría muy gorda y mi misión se habría ido por así decirlo a la mierda, no tenía que hablar con nadie que no fuese miembro de la Cyper Pol.

Llegué a la barra, miré a la gente que había alrededor, habían pocas personas, pero esas pocas eran sospechosas con solo verles la cara, para que no sospecharan de mi, solo les miraba de reojo. Llamé al tabernero, este vino; le dije que me pusiera un gran plato de carne y algo de beber, ya que hacía horas que no comía nada, mientras esperaba, algunas personas no paraban de mirarme, yo les miraba de reojo a todos, mirando a cada uno de las personas de que habían en la taberna y analizando a ver quien era pirata y quien no. El tabernero me trajo un par de trozos de carne grandes, nada más poner el plato en la mesa, cogía un trozo de carne y tranquilamente me comí el trozo, el otro me lo dejé en el plato para luego. Puse las manos apoyadas en la mesa y la cabeza mirando hacia la barra, pensaba en los bandidos que la le jefa había ordenado derrotar, tenía curiosidad por ver como eran y que técnicas utilizaban. Mientras pensaba, escuchaba las conversaciones de las demás personas que habían en la taberna, aunque fuesen pocas o ninguna.

Derek me dijo que me calmara y esperara para intervenir en el momento adecuado, aunque yo estaba bastante tranquilo solo me extrañó los acontecimientos. Me quedé sentado en mi sitio bebiéndome mi bebida, mientras observaba como se sucedían los acontecimientos. Derek sacó una especie de urna de su mochila, la cual tras golpearla habló con una voz muy floja de forma que sólo Derek y yo la escuchamos, escuchñe como Derek nombró a Eden, el otro líder del gremio, entonces Derek me dijo que le esperara allí, mientras yo bebía mi bebida vi como Derek se levantaba tras guardar la urna en la mochila y se dirigió a dónde supuse que estaban los baños.

Una vez perdí de vista a Derek cambié mi atención a los acontecimientos de la barra, sin mostrar demasiado interés los observaba disimuladamente. Me terminé mi bebida y le hice una señal al camarero pidiendo otra bebida. Al rato vi como Derek volvía hacía la mesa en la que estaba, vi que ya no llevaba consigo la urna por lo que deduje que de hecho era Eden el que estaba en la urna y que lo había dejado en alguna parte del lugar a dónde había ido.

El tabernero solo dirigió una implacable mirada a el caza-recompensas que le pedía otra copa, y en sus ojos se podía ver las ganas de asesinarlo de millones de formas diferentes.. Su mirada podía trasmitir la fuerza que poseían sus músculos, y esta, no era poca... Su amigo, sin embargo, se limitó a sonreír muy ampliamente, pues sabía que en apenas unos minutos, tal y como habían acordado, sus amigos se plantarían allí, totalmente puntuales.

[MODERACIÓN]

Me di cuenta de que mi compañero había decidido venir conmigo, lo que nos distinguía era de que él llevaba el traje oficial del gobierno y yo no, ya que no quería que supiesen que era del CP1. Había poca gente en la taberna, era un aburrimiento, vi que en la barra no muy lejos e mi habían, por lo que pude observar, piratas y cazadores, por la cara de los cazadores, parecían que los querían coger. De mi bolsillo saqué un par de carteles de wanted y busqué el del pirata que estaba en la barra.

Spoiler:

Encontré el cartel que quería, era él sin dudarlo. Al ver so recompensa, podría ver que la había liado mucho, también pude ver que era fuerte. Me acerqué a aquel pirata con disimulo y le dije en voz baja:-Señor, largue se de aquí si no quiere pasarlo mal- Le dije educadamente. Luego me levanté, saqué unas monedas y se las dejé al tabernero. Al pagar salí de la taberna a dar una vuelta por el pueblo. antes de salir le hice una señal de que nos veríamos pronto y que estaba yo iba a estar por el pueblo investigando.

La sala estaba comenzando a llenarse, esto me daba mala espina ya que un hombre nos dijo que nos largáramos para que no lo pasásemos mal pero mi capitán retó a el tabernero. La verdad es que me daba igual luchar o no pero ya no había vuelta atrás y mi capitán se marchó en dirección a las montañas Corvo, donde yo antes me encontraba. Miré alrededor y mucha gente que cuando no estaba entró, primero el monje fiestero acompañado de un hombre, luego el tipo que nos avisó y también el tío trajeado. Mientras Byron se marchaba me hizo un gesto con la cabeza de que debíamos ir por lo que comencé a andar en dirección a la puerta.

Cuando ya salí la gente de la calle seguía en lo suyo y a mí me daba pereza volver a la montaña pero era una orden y tenía que cumplirla así que comencé a andar mientras esquivaba a las personas que pasaban como locos.

- Que peste a cadáver - Fue lo primero que pensé al entrar a aquel inmenso vertedero. Miré alrededor para buscar no recuerdo el qué, y claro, como es lógico, no lo encontraba. Pero no hay problema.

En seguida me salieron a recibirme un grupo de tres personas. Bueno, ellos me intentaron pillar desprevenido por la espalda, pero cuando el que iba más avanzado intentó agarrarme del cuello, se encontró con una hoja de cuchilla insertada en su estómago. La saqué limpia. El hombre, que no estaba muerto ni mucho menos, intentó caer sobre mí, pero le esquivé avanzando un paso, chocando él contra la porquería del suelo.

Las otras dos presencias, asustadas, empezaron a alejarse. Aunque esto ya, se podía saber sin mi poder especial: las oía gritar. Continué caminando lentamente.

Casi todo lo que alcanzaba mi vista al frente era basura. Al fondo se veían una murallas y hacia atrás se establecía un bosque. Esperé no encontrarme demasiados problemas por el camino.

Yo continuaba mi camino, estaba ya saliendo de la ciudad, a unos escasos metros se veía que ya no habían casas y comenzaba el prado directo a la montaña. Me paré unos momentos para descansar y cuando alcé la vista vi una tienda de armas, sería una genial idea ver si alguna de las armas que habían me servían. Cuando me dispuse a ir me quedé pensando de que Byron me había convocado en la montaña para arreglar los problemas con los tipos esos pero parecía que me había adelantado y había sido él primero en llegar casi a la montaña por lo que por un pequeño parón no pasaría nada.

Comencé a andar y llegué hasta la puerta, cuando la abrí esta hizo un ruido muy molesto, a la vista se notaba que le faltaba aceite para que dejase de hacer ruido y aunque la puerta parecía recién comprada las partes de metal estaban un poco oxidadas pero eso no importaba mucho ahora. Entré y la habitación parecía bastante bien cuidada, las mejores armas estaban enganchadas en la pared y las normales y malas estaban en unos barriles todas amontonadas, a primera vista vi que las que estaban en los barriles no valían, era un metal bastante malo y encima parecía que no estaban bien afiladas. Las que estaban colgadas en la pared tenían buen aspecto y parecían afiladas pero no llegaban a la altura de mi katana, nada de la tienda me parecía interesante por lo que salí. Al salir la puerta volvió a hacer ese ruido que molestaba bastante, antes de dar el último paso para salir me giré y dije en voz alta.

-Esta puerta necesita aceite para que deje de hacer ese ruido, bueno adiós.

Cuando salí miré por si alguno de mis nakamas había llegado pero nada seguían sin venir, me dí media vuelta y me fui en dirección a la montaña, mientras subía por la montaña numerosas trampas saltaban con el objetivo de hacerme daño pero yo las conseguía esquivar. Ya quedaba poco para llegar a la mitad de la montaña por lo que paré y me senté para descansar un poco y ver si alguno de mis nakamas aparecía.