¡"Pique" musical! ¡Sami contra el pirata DJ!

Tras lanzar la arena y hacer desaparecer a todos los piratas que le estorbaban, DJ quedó solo en la calle principal con el capitán de los Brothers of Destruction. Este pirata, Sami, aún en el aire, restó impasible y tranquilo durante un minuto que se alargó hasta la eternidad. Al bucanero DJ le pareció infinito. Pudo percibir como el silencio se apoderaba del lugar, de la isla, de su mundo... Esto realmente le asustó hasta el punto de retroceder unos pasos y comenzar a sudar.



-Je... Jeje... Oye, ¿qué haces? -cuestionó sin voz, literalmente, pues el sonido de sus cuerdas vocales fue succionado por la técnica de Sonicus.
Entró en pánico hasta el punto de gritar, y comenzó a correr lejos. Realmente tenía el corazón en un puño, pero curiosamente reía a carcajadas en su demente huida. Huida que no sirvió de nada, pues a los pocos segundos reventó una honda expansiva de un 1km de radio con 500 decibelios de potencia. Eso, junto a la velocidad del sonido, era imposible de esquivar. Gritó mientras dirigía sus palmas al aire.
-¡Ausencia de suspiros! -giró en redondo, dándole la cara a la explosión de ruido.
Con las manos dirigidas a ella, comenzó a sustituir con su poder los decibelios que llegaban por simples átomos oxígeno, y los átomos de oxígeno por otros, despejando toda su zona para evitar el impacto. Mas era tal la potencia y amplitud, que no pudo evitar recibir casi por completo el ataque. Ahogó un grito mientras caía de rodillas. No le habían reventado los tímpanos, no, pero ahora era totalmente sordo. Solo un pitido, proveniente de su interior, podía escuchar. Esto le desconcertó hasta el punto de golpearse él mismo la cabeza, cada vez más a merced del miedo.
-¿Qué me ocurre? ¿Qué me has hecho, condenado? -él gritaba, pero no se escuchaba. Empezó realmente a temer por su vida e incluso a llorar.
Se levantó entre lágrimas y sollozos, pero muy decidido. Esta osadía realmente era respetable, pues enjugó su llanto y tragó toda su rabia e impotencia. Su actitud había cambiado. De ser infantil e inmaduro, pasó a ser severo hasta el punto de la impavidez. Su mirada era puro fuego.
Los brazos al cielo. Los empezó a sacudir a su alrededor. De la explosión se había levantado una gran nube de polvo y arena. Caminó unos pasos. ¿Qué pretendía? Él había estado antes donde la posición de Sami, sustituyendo los lugares y terminando él donde comenzó Sami. Ahora pretendía intercambiar todo el oxígeno que rodeaba y daba vida al pirata Sonicus D. Sami por arena, tierra, polvo y simple dióxido de carbono, haciendo irrespirable su zona hasta tres metros a su redonda. (AMF) [Haki]
Utilizó Haki con este movimiento para que no pudiera escapar en forma de sonido. Pretendía asfixiarle, y lo conseguiría a no ser que saliera en milésimas de segundo de su posición.

Tras haber atacado a aquel pirata, este comenzó a gritar, más era demasiado tarde, la brutalidad mi ataque había sido tal que había quedado sordo. Sus palabras habían cavado su propia tumba, y parecía que había comenzado a darse cuenta ya que las lagrimas brotaban de sus ojos. Con gran osadía se levantó del suelo, con una actitud totalmente distinta, la cual se notaba en sus ojos que parecían contener llamas en su interior.

A causa de mi recién empleado ataque, respiraba de manera profunda y cansada, el gasto de energía había sido mayor de lo que había calculado, pero por suerte podría seguir luchando en un tiempo no muy lejano. De repente comenzó a costarme más y más respirar, hasta tal punto que coloqué una de mis manos en mi cuello y la otra en el suelo, quedando así arrodillado ante aquel temeroso pirata que parecía no parpadear.

Con gran esfuerzo conseguí ponerme en pie, y aprovechando el ultimo suspiro que me quedaba corrí hasta 10 metros detras de mi adversario, respirando de manera sofocada, sin poder evitar caer al suelo debido a la gran falta de oxígeno a la que había estado sometido.

Tras varios minutos por fín estaba recuperado, aunque no podía evitar sentirme algo mareado, aún así me levanté del suelo, mirando a mi adversario con gran frialdad en mis ojos. Bien era cierto que los suyos desprendían la sensación de contener fuego, pero más cierto aún era que los mios comenzaban a desprender una frialdad inimaginable, una frialdad superior a la de un témpano de hielo.

- Muchacho, a pesar de tu comportamiento anterior el cual era inmaduro, ahora pareces un verdadero hombre, parece que tendré que esforzarme al maximo para poder derrotarte, aún así será todo un honor pelear contra tí...

Despues de decir mis palabras, comencé a acumular energías por todo mi cuerpo, canalizando el hakki interior por todas las armas que tenía en estos momentos, tras breves segundos de canalización, mi ataque estaba listo, así pues lancé un misil al aire despues de hacer unos pequeños calculos, el cual en poco tiempo caería en el sitio donde nos encontrabamos haciendo explosionar todo a su paso, despues de ello volví a lanzar otro de los misiles que tenía en mis brazos biónicos, el cual esta vez se dirigía directamente hacia el cuerpo de mi adversario, antes de que este impactase contra el, me desplacé a la velocidad del sonido hacia mi rival, lanzando dos cortes con mi guadaña, uno iba dirigido hacia su cuello, el otro iba hacia sus piernas, con intención de cortarle los nervios e impedirle moverse.
Reitō-en (A.B.) [HAKKI]

Tras haber lanzado los cortes a mi adversario, salí de alli lo más rapido que podía desplazarme, avisando a todos los aldeanos cercanos en 1 km a la redonda de que se alejasen de la zona, la cual se vería destruida por el misil que caería en unos minutos, para más tarde, adentrarme en un frondoso bosque, dejando tras de mí aquel apacible lugar con todos los aldeanos que se podrían ver afectados avisados, viendo como algunos comenzaban a huir despavoridos de aquel lugar, en el cual se producía la explosión a causa del misil que acababa de caer, viendo como todo se llenaba de llamas las cual carbonizaban todo en 1 kilometro a la redonda.