Lorian VS Derian

Derian entrecerró los ojos, notando una sensación de poder muy agradable. Estaba agazapado entre los arbustos, con todos sus músculos en tensión. La emoción de la caza era una de las sensaciones que más veneraba el vampiro, y pocas cosas lograban hacerle sentir más vivo. Respiró lentamente y en profundidad, dejando que el aroma de su presa invadiera sus fosas nasales. Una vez que sabía cómo olía su objetivo, este ya no podía huir del vampiro... no sin presentar batalla. Apretó con fuerza la lanza que portaba en su mano derecha y acerchó al jabalí. El animal olfateaba el suelo gruñendo, sin sospechar que estaba a punto de convertirse en un trofeo de caza. Derian, astuto como él solo y un cazador experto (tanto de animales como de humanos), se había situado de cara al viento para que este no arrastrase su aroma al animal.

Repentinamente, se levantó de golpe y preparó la lanza. El jabalí chilló al escuchar el ruido y se giró hacia él. La amenazante figura del vampiro completamente erguido, el brillo sobrenatural de sus ojos y el instinto, hicieron al animal intentar huir. Pero cuando este se estaba girando en el sitio, el arma le atravesó con fuerza el torso de lado a lado y lo arrastró con ella hasta clavarse al tronco cercano de un árbol. La fuerza de Derian era tan monstruosa que era un milagro que la lanza no se hubiera roto en el lanzamiento. Su presa comenzó a revolverse en el sitio, agonizante. Se acercó lentamente, desenvainó a Vanator y le atravesó la nuca, silenciándolo para siempre. Acto seguido sacó un pañuelo, limpió el arma y se dispuso a sacar al jabalí de la lanza para llevárselo consigo. Aunque prefería cazar humanos, y así alimentarse en condiciones (odiaba la sangre de animal), capturar piezas de caza mayor en plena noche era una actividad que le gustaba.

Había averiguado que Derian había salido a cazar, un aldeano que hacía entregas al castillo de la familia se lo había confesado. Sabía perfectamente el lugar al que se dirigía su hermano, no tenía ni el más mínimo asomo de duda, pues las costumbres nunca se pierden. Cabalgó durante media hora, y tras esconderse en unos matojos, esperó.

Se encontraba en una llanura con unos pocos árboles. Estaba anocheciendo y eso significaba que muchos animales abandonarían el bosque para no ser pasto de los lobos. Ese lugar era perfecto para cazar a esa hora del día, pues los animales buscaban refugio junto a los árboles, con el objetivo de librarse del viento y de la lluvia. Miró al cielo y sonrió al observar que no había nubes, mas sí que soplaba un poco el viento.

Pasados unos minutos que para él resultaron interminables, vio a lo lejos cómo un arbusto se movía, vio un jabalí asustarse por el ruido, mas su sorpresa poco pudo disfrutarla, al estar atravesado segundos después por una lanza. Observó la imponente figura de su hermano, que desenvainó a "Vanator" para sajar la nuca del animal. Aquello le asqueó, pues el hecho de que utilizase la preciada reliquia de su padre para algo tan vulgar como rematar animales le resultaba un ultraje.

Se acercó a Derian con los sentidos alerta, y cuando este advirtió su presencia, empezó a hablar. - No deberíais usar herramientas que ni os pertenecen ni cuadran con vuestra clase. Tal vez deberían proporcionaros un garrote o una daga, mucho más propio de un asesino... - Desenvainó la espada mientras seguía acercándose. - Al fin nos encontramos, hermano, disponte a morir. - Se colocó en posición defensiva, esperando un ataque de su adversario.

De repente el viento cambió de dirección, arrastrando hacia él un olor familiar. Se giró de golpe, espada en mano. Reconocía a la persona que tenía frente a él, pero estaba más cambiada de como la recordaba. Frente al joven aristócrata que había sido su hermano, había un hombre que aparentaba más años, con nuevas arrugas y marcas, y ropas más propias de un vagabundo que del hijo de un conde con sangre real. El desterrado desenvainó su espada, atacándole verbalmente porque empuñase la espada familiar, y amenazándolo de muerte. El vampiro le dirigió una fría mirada, terminando de limpiar a Vanator.

- Así que habéis osado volver, hermano. Vos, que me traicionasteis urdiendo un complot para ejecutarme acusándome con cargos falsos para quedaros mis tierras... mi herencia legítima. Así como lo es Vanator también - dijo, en un tono de voz suave y carente de emoción, pero con una velada amenaza - Sabía que volveríais tarde o temprano. Habéis cometido un error. ¿Es que no lo sabéis? El Gobierno Mundial me ha nombrado Shichibukai hace ya unos meses. Y bien deberíais saber que ese título sólo se le concede a los guerreros más poderosos del mundo.

Se colocó en posición de esgrima, listo para dar una estocada, con la mano derecha sujetando a Vanator en dirección a Lorian y el brazo totalmente extendido. Mientras lo miraba, recordó lo acontecido justo antes del destierro: acababa de volver a Hallstat, dispuesto a revisar que todo estuviese bajo control y asumir de nuevo el mando de su condado para prepararse para la guerra contra la dinastía Krastov, buscando recuperar el trono de Hallstat para los Markov.

- Siempre me he preguntado lo que siente una presa acechada por un cazador. Bueno, creo que hoy vos lo descubriréis, hermano mío. Si sobrevivís al primer golpe.

Velozmente, avanzó hacia él proyectando una estocada... que en realidad era una finta. En el último momento se desplazó hacia su derecha (la izquierda de Lorian) girando sobre si mismo y trazando un movimiento circular con Vanator que comenzó con la espada ascendiendo y remató con esta descendiendo en diagonal, de derecha a izquierda, hacia el cuerpo de su hermano. En la transición entre posturas pasó a agarrar el arma con ambas manos, imprimiéndole más fuerza. Todo eso lo realizó con una velocidad y desenvoltura fuera de lo humano, moviendo el arma tan rápido que parecía irreal. Al fin y al cabo era una espada bastarda, y él la movía como si no pesara más que un palo de madera. Y aquel no era todo el poder del vampiro, el cual se estaba reservando. No quería acabar el combate tan pronto.

Destello de plata [AID]

Lorian vio perfectamente nítido el truco de su hermano, era rápido, mas nada fuera de lo que hubiese visto en las batallas de las tabernas de su pueblo. De hecho, el tabernero hubiese acabado con él en dos movimientos. Se agachó un poco y paró la espada posicionando la uña en el lugar exacto, sin ninguna dificultad, acto seguido, le dio una patada en el pecho, y, observando como una lágrima de frustración asomaba por el ojo de su hermano, levantó su espada hacia el cielo.

El cielo despejado se cubrió de repente de nubes, Derian estaba paralizado de estupefacción, y por ello no pudo moverse. Su espada estaba apuntando hacia arriba, craso error, pues aquello hizo que un rayo le cayese encima, con una intensidad especialmente elevada. Lorian pudo apreciar el olor a carne quemada, una mueca asomó en su rostro, escupió, y se acercó a su hermano, que yacía tumbado en el suelo, mas aún con vida.

Queriendo acabar de una vez por todas con su mayor enemigo, volvió a levantar su espada hacia la oscura inmensidad celeste, pulsó un botón y la punta comenzó a emitir un brillo rojizo, soltó una estocada hacia arriba mientras un grito salía de su boca. - MOR-DE-KAI-SER. - Decían sus labios.

Red Stinger attack: Diogo edition [AIS]

Un ruido atronador empezó a rugir en el cielo, un destello y de repente una columna roja apareció en el lugar en el que yacía el cuerpo de Derian, un potente láser espacial se había desatado sobre el cuerpo de su hermano, y en cuestión de segundos solo quedaron cenizas.

Sin embargo, algo brillaba sobre todos esos restos negros humeantes, la espada de la familia. La cogió y se la colgó a la espalda, para dirigirse de nuevo a su hogar, ahora, conquistaría de nuevo su isla, que por derecho le pertenecía.

-----FIN DEL COMBATE-----

Ganador: Lorian.

Experiencias: Derian 1500, Lorian 800.