Capítulo 6

Seguía pensando que si en aquel lugar había un laboratorio o algo por el estilo era porque no querían que nadie les encontrara, por lo que seguramente no sería fácil de encontrar. De todos modos no había más opción que seguir buscando.

Seguimos caminando un poco más, hasta que una voz hizo que parase en seco ¿Me lo habría imaginado? Me giré velozmente y pude ver a un tipo bastante peculiar. Parecía una especie de gigoló, pero su aspecto, lejos de resultarme cómico, hacía que se pusieran los pelos de punta.

-No debisteis separaros perciosidades. ¿Que os trae por aquí? Tengo curiosidad. ¿Cómo habéis burlado a Natura y Jack?

¿Quién sería aquel tipo? ¿Podría ser ese tal Vladimir al que teníamos que localizar? No pude evitar fijarme en la espada que portaba en su espalda. De momento no la había usado, pero no la tendría ahí de adorno. Debíamos tener cuidado si no queríamos meternos en líos. Normalmente mis ansias por combatir ganaban a mí razón, pero en esos momentos necesitaba respuestas.

-¿Quién eres tú? ¿Conoces a un tal Vladimir? ¿Por qué nos sigues?

No sabía si debía mentarle lo del laboratorio, además tampoco quería atosigarle con tantas preguntas. Por si acaso se negaba a contestarlas o no le hacía gracia que hiciera tantas preguntas me mantuve alerta, sin despegar ojo de él y su espada.

-Me gustas chico. No pensemos mal, me has caído bien. Soy Lavender Greic, si eres arqueólogo aquí no encontrarás nada interesante, tan solo una extraña flor que no nace en ningún otro lugar de todo el planeta. Eso es lo más curioso que te puedes encontrar aquí, donde tan solo hay ruinas y donde estamos nosotros... Como ya te he dicho me caes bien, y eso es malo para ti.

Bonitas palabras de un hombre que en cuanto estuvo a tres palmos de mi me lanzo un rápido ataque el cual no surgió mucho efecto, pues estaba preparado.

Su ataque dirigido a mi cinturón y mi brazo lo pude esquivar con mis reflejos felinos y solo me rasgo la camisa aun así le di un puñetazo con la palma de la mano a la hoja para distanciarla y me aleje prudentemente unos 5 metros sin darle la espalda.

Me fije en las personas paradas y en aquel Lavender Greic que no era mucho mas alto que yo pero no lo podía subestimarlo pues aquel ataque me podría haber echo mucho daño.

-¿me estas poniendo aprueba?, y las plantas son para los biólogos yo solo quiero marcharme de este lugar y estoy dispuesto a haber una apuesta si me pones aprueba y no soy de tu agrado me marcho por donde e venido y te quedas con mis espadas y lo que quieras mas y si pierdes me quedo con tu espada, y cuando quieras te doy una revancha. Así se hace mas entretenido, ¿que te parece?. Y me has roto una camisa.

Desenfunde mis espadas con mi defensa mas común la X y a aunque esperaba una respuesta, sabia que no iba a aceptar pero y si aceptaba poca gente había conseguido darme tal paliza como para hacer que me rinda y mis katanas aun simples eran de gran belleza.


-Espero una respuesta que sea de mi agrado. Y como no una buena prueba.

Sonreí al escuchar que ya se habían casado y les miré riéndome un poco
- ¿Y me invitaréis a las boda de plata ... o preferís morir aquí?

Reí aún más tras decir esto con el brazalete sujeto con la punta de los dedos.
- No vayas de machito pantera jeje. ¿Vencernos a los dos? No podrías con uno solo, además con esa peste a alcohol seguro que eres un borracho que ha ido a la deriva y ha acabado aquí... PFFFFPUAAJJAJAJJAAJJA
- Jajajajaja, es cierto, soy un borracho ... JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA - Mi risa y la suya se mezclaron hasta que paré en un instante mirándole desafiante con una sonrisa cómplice - Pero nunca subestimes a tu rival desconocido y menos si es borracho ...

Las lianas iban subiendo más y más por mi cuerpo, rodeándome el cuerpo entero, cada vez la cosa iba poniéndose más difícil, más por suerte mía mi as seguía a salvo. Se fue formando una jaula a mi alrededor al mismo tiempo, no se podía ver que sucedía fuera por la gran cantidad de matojos que habían salido al instante, así pues solo miré con mi ojo cyborg observando que pasaba en todo momento. Rápidamente la lanza del chico entraba y salía de las paredes de la jaula como si tratase de matarme a ciegas, lo que el no sabía es que yo si le veía a el y a su compañera, tenía todo controlado, solo hacía falta empezar a moverme. Así pues, tosí un poco y sonreí poniéndome en marcha.
- ¡¡Matare al chico, a la chica la dejare cabreada a más no poder, pero no tendrá nada que hacer contra mí y acabara mal herida. Entonces le daré una oportunidad, hablar o morir por mis manos!!!

Observé sus reacciones con mi ojo cyborg y reí suavemente, inmediatamente solté de mis manos el brazalete, este comenzó a brillar mucho, un enorme haz de luz casi cegador para mi si no fuese porque estaba de espaldas a mi, el brazalete iba tomando forma de ave, tan enorme como es el, sin embargo mi querido Simurgh sabía de esto, era inteligente, así pues a medida que iba creciendo iba cortando con su pico todas las lianas que me ataban soltándome de inmediato. Yo libre dí unos pasos y rápidamente el ave volvió a ser un brazalete que se enroscó en mi brazo. Desenvainé mi katana Ökami y observé con mi ojo cyborg a una velocidad ralentizada al chico de la lanza ir rápidamente a clavar en una de las paredes la lanza probando suerte para matarme. En ese segundo me coloqué al lado de donde iba a salir la lanza, la cogí tirando de ella y cortándola con una gran fuerza con la Saijo Ō Wazamono Ōkami. Al segundo la katana tornó a un brillo rojo y comenzó a rugir de tal forma que hasta a mi se me erizaron los pelos como a cualquiera que lo escuchase, solo que a mi me los erizaba de la emoción de matar.
- Comienza la diversión ...

Con la katana cargada de sed de sangre lancé una onda cortante justo donde se encontraba el chico y de paso abrirme paso entre todas las lianas, al ver el hueco realizado salté y me convertí en milésimas de segundos en una gota de alcohol, salí de la jaula a una gran velocidad y casi sin ser percibido. Me coloque detrás de los dos tipos con en forma ya humana con una sonrisa y las manos reposando sobre las empuñaduras de las katanas enfundadas.
- Ups! ¿Os hice daño? jejejeje, creo que no vendría mal una pelea contra vosotros dos para irme espabilando un poco, últimamente ando muy flojo ¿ Sabéis? ... por cierto pelo musgo, lamento lo de tu lanza, una pena ...

Caminaba al lado de Elizabeth, recorriendo la ciudad. ¿Cómo reconoceríamos el laboratorio entre tanto edificio ruinoso? Mierda deberíamos haber interrogado a las Naturas para que nos dijeran dónde se encontraba. Ahora tendríamos que buscar a ciegas.

- ¿Te has quedado sin aliento?

Me di la vuelta de sopetón, casi al mismo tiempo que Eli. A nuestras espaldas había un hombre al que no había visto antes. Era un hombre musculoso y portaba una gigantesca espadas, pero no parecía exactamente un pirata o un guerrero. En realidad, parecía que acababa de escapar de un bar de alterne. A lo mejor estábamos cerca del prostíbulo de la ciudad.

-No debisteis separaros perciosidades. ¿Que os trae por aquí? Tengo curiosidad. ¿Cómo habéis burlado a Natura y Jack?

¿Estaba insinuando que era compañero de aquella bruja? Quizás también era un bicho raro de los que pululaban la isla.

-Bueno, si tanto te interesa no he visto al tal Jack, pero a Natura nos la cargamos. Dos veces. -dije con arrogancia.

Elizabeth me paró antes de que siguiera buscando bulla, parecía que prefería emplear el diálogo.

-¿Quién eres tú? ¿Conoces a un tal Vladimir? ¿Por qué nos sigues?

Cuando me doy la vuelta,ya no hay nadie.Así que empiezo a caminar ya fuera de ese bosque por el extenso camino,hacia algún punto.Me cruzo de brazos,algo seria.

-¿Se han perdido ellos o me habré perdido yo? -Me pregunto,ya que no los veo por ninguna parte.Sin ningún rumbo en concreto sigo caminando,no entiendo qué está pasando,aún así sigo caminando,intentar,por lo menos,encontrar a los de mi banda.

La espada me atravesó. Aunque no pudo hacerme nada pues mi condición de Logia impedía que aquello fuera una amenaza. La espada estaba tibia. No era una espada normal pues normalmente el frío acero hace que se me hielen los huesos, pero la tibieza de ésta espada era gratificante. La puerta volvió de nuevo a dar un topetazo a aquella especie de cyberpunk violeta. No me gustaba, pero tampoco me parecía buena idea el rebelarme en contra de ellos en su propio territorio.

- ¿Pero todavía sigues aquí? Ya no me interesas, ya tengo tu muestra.

La sangre hervía en mis venas. Pretendía quedarse con una muestra mía sin dar nada a cambio. Eso me enfurecía sobremanera. Debía de mostrarle a aquel mequetrefe que no se jugaba conmigo. Entró por la puerta que había salido en un primer momento y comenzó a trastear en algo que tenía encima de una mesa. El otro tipo se acercó a mí y comenzó a darme algunas respuestas, respuestas que ya no me interesaban mucho aunque al final fueron acompañadas de una amenaza. Empezaba a ponerme nervioso, ésta gente creía que podía usarme y tirarme como si fuera una cáscara de nuez.

- No estoy dispuesto a ser tratado de ésta forma. Soy un científico y he sido convocado para relacionarme con otro investigador. Si llego a saber que tan sólo iba a ser usado y desechado me hubiera quedado con el cuerpo de natura y no hubiera puesto en peligro mi posición como agente del gobierno mundial. Exijo compensación por tal desagravio hacia mi persona. He venido a adquirir nuevos conocimientos y pienso conseguirlos. Y tienes que saber que a mí no me gustan las amenazas insinuadas, estoy dispuesto a ayudar e incluso a innovar con vosotros y con ese bocagrande de ahí, pero he de tener la certeza de conseguir mis recompensas. De lo contrario, me largaré tan rápido que no sabréis ni que me he movido y avisaré a las altas cumbres del gobierno y de la marina que vendrán a la isla con tan sólo una misión: Buscar y destruir hasta que ésta isla no sea más que un recuerdo en la mente de los que hemos venido aquí.
No tenéis delante a un mequetrefe cualquiera, delante vuestro está uno de los mejores científicos de la actualidad además de tener muchos contactos en las altas esferas y con gente que tiene mucho dinero y sería capaz de pagar mucho por un buen arma o por algo muy bello como ese clon de ahí dentro, pero no me uniré a vosotros si tan sólo voy a ser un chico de los recados, por que entonces todo el poder de mi cerebro y de mi persona será desperdiciado. Vosotros elegís. Si queréis tenerme, decidlo, pero si no estáis dispuestos a aceptar alguna de mis condiciones no me retengáis más, dadme el cuerpo del clon de natura y me largaré.

Las palabras de aquel tipo no me inspiraban confianza para nada, pero parecía la única manera de avanzar de una vez. Nos habíamos quedado atascadas, sin saber dónde dirigirnos. Por lo menos siguiendo al desconocido a algún sitio llegaríamos, aunque se tratara de una trampa.

Por otra parte, no pude evitar observar que no había mencionado nada del laboratorio. Seguramente sabía perfectamente por lo que había preguntado, pero decidí no atosigarle volviendo a preguntar y quedarme con la posibilidad de poder encontrar al tal Vladimir.

Tras tomar esta decisión pasó por mi mente enseñarle el objeto que Natura me había lanzado, pero no estaba muy segura. Posiblemente aquel tipo supiera de qué se trataba, pero podría querer arrebatármelo y ponerse en nuestra contra, así que por el momento decidí seguir escondiéndolo en mi pecho. Más adelante y según las circunstancias vería si podía darle alguna utilidad.

-Claro que queremos ver a Vladimir, si nos pudieras llevar donde está te lo agradeceríamos -dije intentando parecer amable.

Pensé en lo que había dicho Unity y que tal vez el extraño fuera algún amigo de Natura. Aunque la chica no parecía una joya, puede ser también que no fueran muy amigos, pero no hablaba de ella con odio, así que intenté suavizar las palabras de mi compañera.

-Y bueno, lo de cargarnos a Natura dos veces no es del todo cierto... Ella sola se suicidó, nosotras no teníamos intención de acabar con ella ¿Verdad? -le pregunté a Unity con una mirada fulminante.

También me hubiera gustado preguntarle por qué había dos Naturas y ninguna era humana, pero si el chico no sacaba el tema no le agobiaría con más preguntas.

-Bueno, entonces ¿Nos llevas a ver a Vladimir?

Cuando mencioné la muerte de Natura no sabía como reaccionaría aquel tipo, podía enfadarse y atacarnos o incluso felicitarnos, pero lo que menos quería era que permaneciera indiferente. Que fue justo lo que hizo. Odiaba ese estoicismo, así era difícil saber a que atenerse.

- Acabasteis con Natura, pero no visteis a Jack... Que curioso. En cuanto a la pregunta de la señorita. Si, conozco a Vladimir. Y no malinterpretes, no os seguía, más bien vosotras habéis entrado en mi territorio, yo estaba dentro del edificio, y os escuché caminar, tan solo salí para saludaros. ¿Queréis ver a Vladimir?

¿Con que a su territorio? Aquella ciudad en ruinas era su reino. Mi cabeza empezó a valorar todas las posibilidades, quizás ese ser indefinido era Vladimir.

-Claro que queremos ver a Vladimir, si nos pudieras llevar donde está te lo agradeceríamos. Y bueno, lo de cargarnos a Natura dos veces no es del todo cierto... Ella sola se suicidó, nosotras no teníamos intención de acabar con ella ¿Verdad?

Iba a replicar que no, que cuando me lancé con mi hacha en alto no lo hice precisamente con intenciones amistosas. Pero Elizabeth me lanzó una mirada capaz de fundir una piedra. Hace poco la hubiera mandado a la mierda, pero ahora pertenecía a una tripulación y ella era "mi superiora". Estúpida jerarquía.

-Sí, claro. Se suicidó cayendo sobre mi hacha -mascullé.

Esa se la guardaba, la sonrisilla de satisfacción que se le escapó me hizo rechinar los dientes.

-Bueno, entonces ¿Nos llevas a ver a Vladimir?

Yo por si acaso deje de fijarme en su extravagante apariencia para prestar atención exclusivamente a su espada. De momento me gustaba donde estaba, enfundada sobre su hombro.

Observo todo el lugar,intentando comprender lo que está pasando,puesto que no dejan de pasar figuras,apareciendo y desapareciendo.Me entra curiosidad esa ciudad,y seguramente mis compañeros se habrían adentrado ahí,por lo que decido seguir ese camino.
Antes de hacerlo,miro el cadáver de esa mujer.Cierro los ojos,y dos columnas de tierra la sujetan para luego dejarla suavemente en un hoyo creado de la nada.Cojo mi sombrero y me lo pongo en el pecho,inclinándome un poco.
-Espero,que por lo menos descanses en paz.-Me vuelvo a poner el sombrero dispuesta a seguir el camino que tenía planteado.
-¡YEEEEEEP! ¡Vamos allá! -Alzo la mano,bastante animada y camino acercándome a la ciudad,e intentado divisar las figuras más de cerca.

Antes de que aquel tipo nos respondiera me puse a pensar. Desde que habíamos bajado del barco no había vuelto a pensar en cómo habíamos aparecido en aquel lugar. Ninguno de nosotros sabía cómo había caído rendido en los brazos de Morfeo, y era extraño que toda la banda lo hubiera hecho simultáneamente. Y no solo nosotros, también nuestros aliados revolucionarios.

Además desde que habíamos pisado la isla no habían parado de suceder echos extraños. Esa especie de clones, el laboratorio en aquella ciudad en ruinas, la gran nube que se cernía sobre ésta... Y algo que llamaba también mi atención, aunque a lo mejor algo tarde. Aquella flor de la entrada de la ciudad. Era una nimiedad comparado con lo demás, pero era extraño que solamente hubiera brotado una flor donde la vegetación había comenzado a morir y que además no la conociera de nada. No sería muy importante en estos momentos, pero tenía mucha curiosidad por saber qué tipo de flor era y qué uso se le podía dar.

Estaba comenzando a divagar, lo realmente importante en estos momentos era llegar hasta el tal Vladimir, que tal vez pudiera aclararnos algunas de nuestras preguntas e incluso tal vez llevarnos al laboratorio.

No debía distraerme. Pero debido a lo que había pensado anteriormente mi desconfianza hacia aquel hombre había aumentado. Lo de aparecer misteriosamente en un lugar con un laboratorio oculto y del que no se quiere hablar no inspiraba para nada confianza ¿Querrían algo de nosotros? Tal vez les faltara gente para experimentar en aquel lugar y nos habían hecho venir hasta aquí.

Todo esto se pasó por mi mente en cuestión de segundos. Debía prestar más atención a aquel tipo en lugar de pensar tonterías. Tal vez ese laboratorio ni siquiera existiera y fuera una invención de Natura. Decidí dejar de dispersarme y atender a la realidad. Miré fijamente al hombre esperando una respuesta.

Salí de aquella jaula velozmente, tenía prisa en seguir avanzando y mis impulsos me hacían desear ver muertos a esos dos, sin embargo solo podría matar a uno, a la otra la dejaría casi muerta y la necesitaría para responder mis preguntas y que me guié por esta extraña isla y sus misterios.

Había logrado salir con utilizar una pequeña parte de mis recursos y mis habilidades, ya estaba fuera y tal y como pensaba, escape sin ningún imprevisto, el chico estaba en las puertas de morir sin un brazo y desarmado, y la mujer en cólera me trataría de atacar.
- Mis previsiones se están cumpliendo señorita ¿ Deseáis reíros de nuevo, rendiros o quizás atacarme y hacer que se cumpla el resto de mis previsiones?

Sonreí pues al ver la mirada de esa mujer estaba claro que se iba a lanzar al ataque. Y así fue.

De mis pies algo provocó que saliese volando, algo que me pilló de imprevisto y me dejó las piernas algo entumecidas, de no tener la condición de logia quizás me hubiera provocado alguna lesión seria en las piernas. En los aires, lejos de estar preocupado e ignorando el dolor de las piernas que sería meramente temporal, decidí seguir divirtiéndome, haciendo que ella perdiera la paciencia, sin dejar de prestar atención a lo que acontecería a continuación y pensando como atacar rápido.
- ¡¡EEEY!!! ¡¡¡ESTOY VOLANDO JAJAJAJAJAJA!!!

De la tierra salieron diez raíces atacándome de forma directa, gracias a mi ojo cyborg podía ver por donde venían y esquivarlas con relativa facilidad una a una, desenvainé a Kösen y fui cortando las puntas de las raíces que me atacaban al mismo tiempo que descendía hacia el suelo, pensaba que me dejarían en paz pronto, pero no, continuaban atacando. Así pues decidí atacar.

Cogí con la mano una de las raíces y me impulsé hacia la mujer ayudado del alcohol para llegar aún más rápido. Cuando me acercaba corté las raíces desde el comienzo de estas, cerca de la tierra, y lancé un rajo cortante con haki a su pecho con mucha fuerza aun que no toda para poder dejarla con vida y no muerta.
- Ríndete y no morirás. Te harás mas fuerte con el odio que me tienes por matarlo, y podrás tomar la fuerza necesaria para hacerme frente, mientras tanto, no eres rival para mi, sin utilizar casi ni un 15% de mis habilidades le maté a el y a ti te tengo más que controlada, imagina solo si usase un 15% más ...

Suspiré y detuve cualquier ataque esperando su respuesta y defendiéndome de todo ataque que se aproximaba hasta mi, viniese de ella o no.
- Por cierto, tienes unos bonitos ojos princesa.

Tal y como había pensado, los pinchazos escondían tras de sí un oscuro secreto: obtener nuestro ADN. La realización de clones por parte de Vladimir, capaces de emplear los poderes de las Akuma no mi de los usuarios originales, le permitiría a este gobernar rápidamente los mares y subyugar al gobierno mundial y a la marina. Tras una larga respuesta a las preguntas tanto de Uracha como las mías, el sujeto agarró de su cinturón unas esposas de kairouseki, un material que anulaba los poderes de las frutas del diablo, y las extendió hacia nosotros.

"Bueno. ¿Habéis terminado ya? Me temo que de aquí no vais a pasar, a no ser que aceptéis uniros a Vladimir y a nosotros, en cuyo caso deberéis entregaros voluntariamente."

Estaba claro que nos encontrábamos ante un enemigo peligroso, pero también era lógico que no nos íbamos a entregar por las buenas.

-Has revelado demasiada información- dije, rompiendo el silencio que gobernaba el lugar- doy por supuesto que no vas a dejar que nos marchemos así porque sí.

Mientras hablaba, de las palmas de mis manos comenzaron a brotar afilados huesos que emplearía a modo de espadas. Lo primero que debía hacer antes de pasar a la ofensiva era analizar la situación... El sujeto ante el que nos encontrábamos no parecía flaquear por ningún punto. Su estilo de lucha puede ser prioritariamente el uso de la espada, aunque su corpulento cuerpo delata unas fuertes técnicas físicas. Por otra parte, sujetaba con sus manos desnudas el kairouseki, por lo que no era un usuario de Akuma no mi; aunque también cabía la posibilidad de que fuera un clon y ellos no fueran débiles ante dicho material.

Uracha, por su parte, permanecía mudo tras la charla, manteniendo una expresión calmada, sin mostrar signos de sorpresa o asombro. Giré mi cabeza hacia él por unos instantes, para luego volver a mirar a los ojos del enemigo.

-De todas formas, no pensábamos huir.

Por desgracia las palabras de Unity no fueron del agrado de aquel tipo. Iba a hablar para enmendar de nuevo su error, pero de repente el hombre comenzó a reír y a decir algo de unos pinchazos. Su mirada se dirigía a un punto tras nosotras.

Me giré, pero no podía dar crédito a lo que mis ojos estaban observando. Hacia nosotras se acercaban cuatro chicas, dos idénticas a Unity y otras dos a mí. Tras unos segundos fijándome, no podía negar lo evidente. Realmente dos Unities y dos Elizabeths se aproximaban a nuestra posición.

Al fin y al cabo puede que sí fuera cierto que en aquel lugar había una especie de laboratorio. Por lo que podía deducir gracias a unos pinchazos lograban crear clones nuestros. No estaba segura de que esto fuera así, pero varias cosas apuntaban a ello.

Me giré de nuevo hacia aquel tipo y me quedé mirándole. Al parecer no tenía intención de llevarnos hasta el tal Vladimir. Así no llegaríamos a ninguna parte. Se nos agotaban las opciones, y si la cosa salía mal tendríamos que pelear.

-Natura nos atacó primero, mi compañera tan solo dirigió el hacha a su cuello, pero ella no hizo nada por apartarse, y de todos modos no sé por qué importa tanto, ni siquiera era una persona. No queremos pelear, es un despropósito y una pérdida de tiempo enfrentarnos a nosotras mismas si es lo que quieres.

No pensaba hacerlo, pero no quedaban más opciones. Quizás aquello no fuera de importancia para el hombre, o tal vez fuera una especie de señal para que acabara con nosotras, pero la cosa no podía ir mucho peor. Dirigí la mano hacia mi pecho y saqué lo que Natura me había lanzado antes de suicidarse.

-No sé qué es esto, me lo dio tu amiguita ¿Sabes lo que es?

Llego a la entrada de esa extraña ciudad,observando cada punta de ella.Algo,en el suelo,me llama la atención.Tubos metálicos,conectados entre sí por otros.Bastante extraño y muy misterioso,por mi parte.A donde dirijo mi vista me encuentro con esos tubos.
Recorro la calle principal,que está llena de esos tubos observándolos detenidamente intentando encontrar una explicación mediamente decente a lo que está sucediendo.Aunque pensándolo bien,no ha ocurrido nada normal desde que llegamos.
Me paro de repente,escuchando un alboroto por la dirección derecha,como protestas.Curiosa,decido ir al lugar de donde provienen esos gritos,para ver si puedo,por lo menos,saber donde estoy.

Había podido salir de la trampa de aquella mujer, esperé a que reaccionase o hiciese un movimiento, ya que no quería luchar contra ella, si no intentar no tener ningún enfrentamiento, no tenía nada en contra de aquella mujer. Empezó a soplar un leve viento frío, que movió las hojas de los árboles y la hierva de la tierra. Esperaba tranquilamente a que efectuase alguna acción, pero eso fue un error.

En ese silencio que envolvía el ambiente, la mujer me respondió am i comentario anterior.

- No estamos locos Sawn White. Tan solo queremos la utopía. El fin de las guerras, la paz global. Las guerras no traen más que catástrofes, de las cuales salen terribles villanos que causan mal al mundo. Lo que nosotros buscamos es eliminar las guerras, aunque debamos generar la mayor de ellas para ésto. Nuestro propósito es éste, y no podréis impedirlo.

En ese momento pude notar un dolor en el pecho y en la espalda, cuando quise darme cuenta, esa mísera mujer me había atacado con unos listones de madera, no me tenía que haber quedado quieto, pero no quería luchar con la mujer, solo quería seguir mi camino, ver la isla e irme, desde el primer momento venía con intención de paz.

Nathan: A ver si te entra en la cabeza, no e venido aquí ni para detenerte ni para nada, simplemente me da igual lo que quieras tu o tu jefe o quienes forméis el grupo para la paz mundial, me parece muy bien que queráis hacer eso, pero o no e venido aquí para empezar ninguna guerra.

No sabía si eso funcionaría, pero por lo menos lo había intentado. Activé mi Kami-e por si acaso, aunque podría confundirla, podría creer que al realizar esa técnica, quería luchar, pero por lo más querido para mi que la convencería. Un ode los listones me apresaron un brazo, el otro, gracias a que mas o menos lo esquivé. El dolor del pecho y de las espalda no se pasaban, mejor era esperar.

La miré, parecía que no entraba en razón, parecía que mi discurso no había hecho nada, pero lo volvería a intentar otra vez y otra vez hasta que le entre en la cabeza a esa mujer que no quería detenerlos. Estaba tendido en el suelo, mientras, la mujer se acercó a mi y suavemente con su mano derecha la puso en mi cuello.

- Si vais a intentar impedirlo, deberás morir.

Nathan: Te lo repetiré otra vez hasta que te entre en la cabeza, no se porque piensas que yo y mis compañeros queremos deteneros, por lo menos yo no quiero deteneros, además no os conocía hasta que me has mencionado vuestra exsistencia. Me parece muy bien que queráis la paz mundial, lo veo estupendamente, y si quieres te ayudo a eliminar a la gente que a entrado en la isla, pero no cometas un error, porque los errores no se pueden corregir; bueno yo si que puedo corregirlos, pero es otra historia.

Puse la mano que tenía libre en su brazo para intentar que no apretara más. Podría ser que hubiese funcionado, pero no estaba muy seguro, por lo que no me tenía que relajar ni un momento. Las lianas que ésta mujer tenía enroscadas en el cuello a modo de bufanda, resultaron ser como ramificaciones que emergían de su cuello, unas pocas se aproximaron a mis ojos y a mi boca. Miré a aquella mujer, le salían lágrimas, pero no la veía triste, ¿mi discurso había hecho efecto o aquí terminaba mi vida? No lo sabía; cuando vi que las raíces estaban a punto de entrar en mi boca y en mis ojos, cogí la mano que tenía libre, y pude desviar las raíces.

Segui a mi amiguito Altair ya que el iba delante y pude oir de su boca mientras caminabamos

-Joda Ikaru, como te quedes atrás o te distraigas no te esperare esto es muy raro y no me gusta para nada esta isla extraña donde las nubes ocupan ciudades o las cosas huyen como locas así que o me sigues el ritmo o te quedas aquí
La verdad es que en un principio no supe como tomarmelo ya que podia estar diciendome quye era un completo vago y que me distraia siempre pero deje de pensar en eso y simplemente le respondi despues:

-Enga alta no hace falta que te pongas a si, estare atento esta vez, es posible que nos estemos jugando el pellejo de alguna manera u otra, esta isla es demasiado rara para mi gusto.Demasiadas cosas que no se ni como coño explicar, como lo del maldito pincho ese de antes o el cuerpo de la marine que vimos, que me sigue recordandfo a alguien aunque no se
Tras darle esa contestacion y mientras que andabamos pude ver a lo lejos que la silueta que vimos antes, se iba acercando a nosotros y despues cuando ya creo que estabamos bastante mas cerca pude ver a 4 persona en un rpincipio viniendo hacia nosotros.Lo mas araro de todo fue que dos de esas cuatro se parecian a nosotrtos dos.Me frote los ejos para ver si era un ilusion o algo pero no, eramos nosotros dos

-¡¿Pero que coño!?

Jadee un poco, más que cansancio por emoción y diversión, era un sádico no reconocido por así decirse. Observaba como ese personaje que tenía en frente no tenía una sangre común, era algo más bien verde.
- Podría ser savia ... -Pensé para mis adentros.

Justo en ese instante una idea vino a mi cabeza dando sentido a esa persona. Existía ya una persona con unas habilidades parecidas a las de esta mujer, una pirata que tenía como capitán a un gigante. ¿Qué había de raro entonces? Que la mujer que tenía en frente tenía las mismas habilidades, sin embargo, ahora estaba sangrando algo como sabia tras un ataque con haki incorporado, solo una solución se me venía a la mente.
- Eres ... un árbol o algo similar con una akuma no mi de humano ... - Decía cada vez más bajo y cabizbajo.

Estaba pensando sobre ello cuando la tierra que estaba bajo mis pies comenzaba a moverse a una velocidad increíble, mi haki no había percibido nada y esa mujer pensaba atacarme fuerte desde mis pies.

Sin escapatoria ninguna tuve que recibir varios golpes de esas ramas en todas mis piernas, era ridículo como un ataque totalmente previsible no había sido percibido por mi haki y como yo, tan despistado, no hubiese utilizado mi ojo con el cual prever el ataque, no tenía coherencia, había sido un fallo típico de un novato sin experiencia alguna en combate, lo cual me condenaría al castigo por el fallo.

Mis piernas comenzaron a sufrir latigazos fuertes, me resentía del dolor, pero esta vez si fui hábil y listo, clavé mis katanas en el suelo levantando los pies para no estar en contacto con el haki de la mujer y una vez fuera del alcance, elevado sobre mis katanas solté a presión alcohol de mis pies contra el suelo, empujándome contra la mujer vegetal desenvainando mis katanas.

Una vez cerca de esta mujer de mis pies salió mas alcohol contra ella a presión, una fuerza similar a dos columnas de marfil golpeando a gran velocidad. Inmediatamente cuando la tenía al alcance, preveyendo sus movimientos de defensa como mi ojo cyborg y mi haki mantra en guardia, le lancé dos tajos a los hombros con toda mi fuerza con la intención de cortarle ambos brazos. Tras esto me esparciría en alcohol apareciendo en el aire tras ella y luego descendiendo al suelo en posición defensiva en todo momento.

Jadeando me limpié el sudor de la frente resintiendome de los latigazos en las piernas.
- Ríndete madre naturaleza, no quiero dañarte a ti y a tus tierras. Ríndete y podré salvarte de la destrucción ... y de tus superiores...

Antes de darnos tiempo a reaccionar aquel tipo se acercó hacia nosotras rápidamente y me agarró por la camisa, haciendo que chocara contra Unity ¿Cómo habría hecho eso a tanta velocidad? Cuando me recuperé, dejando de lado el dolor de la espalda y el asombro, vi que al hombre le había dado tiempo de alejarse algo de nosotras. Estaba claro que quería pelear, y pese a mis intentos por evitar esto tendríamos que seguirle el juego si queríamos avanzar.

No me había olvidado de las otras cuatro chicas idénticas a nosotras, que seguramente también estarían en nuestra contra. Iba a ser complicado vencer al tipo y a los clones, eso si teníamos la suerte, aunque tal vez bastara con impresionarle un poco para que nos llevara hacia Vladimir o el laboratorio.

El hombre era realmente rápido, y si mis clones eran igual que Natura podrían frenar fácilmente mis ataques, aunque yo también los suyos. Pero la pregunta que me asaltaba era ¿Aquellas copias nuestras tendrán también nuestra fuerza, o de alguna manera se la habían aumentado? Lo único que tenía claro era que no tenía sentido utilizar mis poderes contra el hombre si mis clones los iban a parar, y tampoco harían mucho con mis dagas teniendo en cuenta la velocidad de nuestro oponente. Engañarle tampoco era una opción, si descubría nuestras verdaderas intenciones nunca nos daría lo que buscábamos. Estábamos perdidas.

Lo primero que tendríamos que hacer para poder salir un poco mejor paradas era derrotar a las Elizabeths. Con ellas no podría utilizar mi poder y es lo que nos daba más ventaja. Obviamente no tenía sentido que me enfrentara a ellas, tendría que ser Unity mientras yo la respaldaba. El problema sería aquel tipo que no hacía más que molestar desde que pisamos la ciudad. De momento atacaría con plantas para ver si las chicas se entrometían, y fuera así ya sabría Unity qué hacer con ellas.

Saqué mis dagas velozmente, mientras que por detrás del hombre hice que unas plantas se dirigieran a sus tobillos para sujetarlos. Tras esto, lancé una de mis dagas hacia él.

"¿Os atrevéis a enfrentaros a nosotros? JAJAJAJA Os arrepentiréis de ésto."

El hombre que se encontraba en frente de nosotros no estaba soltándonos un farol. Cuando acabó de hablar, bajó el brazo derecho con el que sostenía la espada, a modo de señal, haciendo que surgiera una gran cantidad de gente de entre los edificios cercanos. Avanzaron rápidamente y antes de que pudiéramos darnos cuenta nos habían rodeado.

-¿Serán los ciudadanos de esta ciudad?-pensé mientras adoptaba una pose ofensiva y miraba a mi alrededor para evitar cualquier ataque sorpresa-¿Se han estado ocultando de nosotros todo este tiempo?

No podíamos quedarnos de brazos cruzados ante tal cantidad de gente, pues seríamos un blanco fácil, pero tampoco tenía muy claro si debíamos atacarles, ¿y si eran personas inocentes que estaban siendo manipuladas por algo o por alguien? Tal vez nos encontrábamos ante un pequeño ejército de clones creados por ese tal Vladimir... Todas esas preguntas no iban a tener respuesta por el momento, así que lo único que se me ocurrió hacer fue apoyar mi espalda contra la de Uracha para eliminar cualquier punto ciego y defendernos mutuamente.

-Uracha, ¿tienes algún plan?-susurré a mi compañero, el cual no había mostrado ningún signo de actividad desde hacía un buen rato.

Los ciudadanos avanzaban lenta pero inexorablemente hacia nosotros. No nos quedaba mucho tiempo para pensar, por lo que decidí actuar para brindarnos a ambos unos cuantos segundos más de dubitación. Apoyé mis manos sobre el frío suelo e hice que brotaran de él unos tótem de hueso, que presentaban en sus caras externas afilados pinchos que retendrían a la multitud.

-¿Quién es toda esta gente?-grité para que me escuchara el hombre misterioso entre tanto bullicio-¿Tanto nos temes que requieres de todo este gentío para acabar con nosotros?