Imparable vs Inamovible Cap. 1: Si no duele no sirve. (Priv. pasado Berry)

Hoy es un día que te has dispuesto a hacer algo fuera de lo común, Alpha. Te encuentras navegando en la Little Sister. ¿Pero estabas manejando tú? Ni de lejos. Tan solo te encargabas de indicar hacia donde apuntaba el Log Pose. Era una suerte que tu poder te permitiese tomarte siempre un descanso mientras tus homies hacían todo. Básicamente, el barco estaba un cien por ciento lleno de homies. Todos ellos te hacían de tripulación.

Además, que mejor timonel que el propio timón.

- ¡Alpha! ¡Tierra a la vista! – Te gritaron algunas cubetas y mopas que estaban haciendo lo suyo.

- ¡Catalejo! – Gritaste. En unos cuantos instantes llegaría saltando uno para colocarse en tu mano y que tu pudieras hacer de su uso. – No está muy lejos y aun nos sobra tiempo.

Pensando un poco dentro de ti mismo, tenías tiempo que no te dedicabas a mejorar. Necesitaras explotar mucho de ti mismo para lo que te proyecta, joven pirata. Lo que deseas actualmente no es tarea fácil. El nuevo mundo no es un lugar para débiles. “O te abres un hueco tú mismo, o sirves a uno de los grandes piratas” Esa es la ley de esas aguas.

Y tú no estás dispuesto a servir a nadie.

- Cambien el curso a esa isla. Al parecer esta desierta y me vendría bien. – Dijiste dejando caer los catalejos para que fuera a hacer cualquier otra cosa. – ¡Berry! Necesito un compañero de prácticas. Aún falta tiempo para llegar a Bloothe. – Dijiste sentándote en un barril. Suzaku te arrojo tu alabarda y una piedra para afilar, acto seguido te pusiste a afilarla un poco. El barco cambio de curso poniéndose destino a la isla. Pronto seria momento de entrenar y bueno, algo te desia que tenerla a ella como compañero de prácticas sería algo que no sería tan agradable.

Bueno, después de todo… si no duele no sirve.

La mink se encontraba encerrada en su habitación ejercitando, por fortuna su humor no había menguado pese a saber que su primera parada podría ser una isla fría. Todavía seguía disfrutando de las brisas primaverales del mar y esto le animaba a llevar su rutina con normalidad. Mientras realizaba unas flexiones colgada del techo mediante una improvisada barra de metal, pudo escuchar que Alpha le llamaba, al principio continuó en su rutina creyendo que eran voces de su cabeza pero tras descender al suelo notó al barco disminuir su velocidad y esto le hizo ir a la cubierta para ver que pasaba.

—Hmm, esto no se ve invernal ni tan rojo... ¿Entrenar?—

La mink limpiaba el sudor de su pelaje con una toalla mientras elongaba su cuerpo y los huesos le crujían en una melodía similar a un piano desafinado. Sus ojos observaron a Alpha mientras su lengua relamía el pelaje dorado de sus garras, al presenciar la isla que era mas parecida a una roca flotante con poca vegetación o formaciones naturales la mink la interpretó como una arena de combate y saltó desde el barco.

—Parece ser segura para caminar, y al menos podrá resistir un poco de castigo.—

La mink zapateó el lugar con sus piernas notando que la roca era lo bastante resistente para aguantar su peso y la presión que esta ejerciera. Tras dar unos pequeños saltos alrededor del lugar, sus manos se dirigieron a sus pesas corporales, las cuales cayeron a un lado, no tardó demasiado en volver al barco y guardarlas para no perderlas, una vez liberada de aquel peso su cuerpo parecía moverse con mayor libertad.

—Bueno, creo que ya estoy lista para empezar. No beberé todavía, lo mejor será ir entrando en calor.—

Su pelaje comenzó a emitir chispas mientras cambiaba a una postura de combate con sus brazos al frente y sus piernas firmes, la camisa celeste que llevaba abierta ondeaba con el viento mientras el cabello de la mink fluía en aquella dirección. El rostro de la zorra denotaba un intenso deseo de comenzar, mientras su cola se movía lentamente para cortar el viento imitando el movimiento de un látigo.

Sus pies estaban descalzos, arañando la roca por donde se deslizaban sus patas y sus bermudas holgadas poco ocultaban de los tatuajes circulares en sus piernas. Berry estaba lista para golpear lo que le pusieran enfrente, era una loca que destrozaba cascos deshuesados como si fueran sacos de boxeo y que uno de sus golpes habían bastado para matar animales salvajes. Entrenar con ella siempre llevaba riesgos, pero Alpha era fuerte y eso le dejaba tranquila de poder divertirse.

La mink parecía tener más ansias que nunca para entrenar. Bueno, no podías culparla, después de todo, pelear era algo que ella disfrutaba mucho. En eso podían empatizar bastante. Pero otra cosa tenías curiosidad Alpha, querías pedirle ayuda en cierto tema que te tenia carcomiendo desde hace rato.

Además, necesitabas una mejora en tu estilo de pelea a pie.

-Antes que nada tengo curiosidad por ciertas cosas. – Dijiste dando un salto al lugar junto a tus Homies. – Quisiera que me contaras un poco como entrenan los marines. Sé que lo dejaste ya hace tiempo, pero aun es bueno para mi aprender siempre nuevos métodos de peleas. – La entregaste la alabarda a la plumífera, quien la coloco en la alforja. – No te mentiré, me he descuidado un poco con mi entrenamiento. Y tengo ganas de andar débil. – Dijiste mientras te quitaba tu poncho y lo doblabas. Nuevamente la plumífera lo tomo y lo guardo en la alforja. – Tengo una idea de estilo de lucha que quiero hacer cuando no este sobre Suzaku.

- ¿Qué quieres decir con eso, Alpha? – Pregunto la plumífera curiosa.

- No siempre vas a estar en mis luchas. Todos tenemos nuestros límites. – Por muy cierto que fuera ese comentario. La plumífera seguía levantando su pecho orgullosa, puesto que se alza como la líder de los Homies. Tú por tu parte, miraste a Berry a los ojos y diste un par de paso hasta llegar hasta ella.

- Más o menos tengo una idea ¿Podrías mirar y darme tu opinión? – Luego de decir aquello, miraste a un costado e imaginaste a un enemigo. Luego, levantaste tu pierna derecha un poco, dejando solo la punta de los pies como un mínimo apoyo, dejando gran parte del trabajo a la pierna izquierda. – Visualízame utilizando un par de katanas. Una apuntando adelante y otra hacia atrás. – Luego Comenzaste a saltar y hacer sombra utilizando ataques giratorios. Girabas mucho como si fueras un trompo. Te visualizabas a ti mismo dando cortes mortales en toda dirección. Eso se, no eras tan rápido. Te faltaba velocidad y un montón de cosas más.

Era… un estilo de pelea incompleto.

- Es solo la base. Pero está incompleto ¿Tu qué opinas?

La mink rompió su postura y llevó su dedo índice a la boca mientras pensaba en sus dias como marine, había pasado casi diez años llevando su estilo de vida y el entrenamiento aún era uno de ellos. Si bien había tenido acceso a pocas sesiones de entrenamiento que le hubiesen llevado a mejorar realmente, había aprendido a base de golpes y enseñado a base de golpes, siendo que su respuesta no distó mucho de esa concepción.

—Hmmm, la verdad nuestros entrenamientos no distan demasiado de una rutina donde aprendo más a base de golpes, de lo más cercano a una batalla real. La verdad me solían aburrir los conceptos y explicaciones, soy más de prácticar y sentir. Cuando desperté mi haki me enviaron con un marine retirado que me enseñó a controlarlo a base de golpes, cuando quise mi propio sello de identidad fue a base de golpes y cuando Ely me entrenó fue a base de golpes. Siempre creí que la mejor forma de mejorar es golpeando a otro, sentir esa sensación de que los golpes lleguen y tus golpes conectar.—

La zorra se detuvo para presenciar la tecnica del trompo saltarín de Alpha, aunque ladeando la cabeza hacia un costado al no entender muy bien que buscaba con tantos giros y volteretas. Aplaudió la presentación para luego rascarse la cabeza, en parte por desconocimiento y en parte por sentir que era un estilo de pelea algo gracioso de mirar.

—En mi caso nunca me gustaron las armas, tu técnicca del trompo saltarín es muy divertida de mirar pero tengo algunos prroblemas con ella. Primero que pese a ser complicada de seguir y te vuelvas un torbellino de cortes nada garantiza que des un golpe letal sin cansarte antes. Digamos que es como si yo intentase pelear borracha sin bailar, un baile tiene un movimiento preciso y fuerte, inclinas el peso del cuerpo y golpeas.—

La mink hizo una pequeña demostración imitando uno de sus bailes, si bien parecía un movimiento sin sentido, al estar a una distancia cercana su cadera daba un golpe al costado dejando su codo libre para caer con todo su peso sobre la cabeza.

—También tengo un problema con el punto de apoyo. Si solo usas un pie es más sencillo que pueda derribarte e incluso un terreno lodoso o resbaladizo detendría tu ritmo. Pero puede solucionarse con solo retroceder o utilizar un arma como punto de apoyo provisorio. Mi verdadero problema es este.—

La mink dio una pequeña vuelta completa mostrando su cuerpo, al principio parecía modelar aunque luego dio otra incluso mas lenta y sus ojos rojos se clavaron en Alpha.

—¿Lo has notado? ¿Cuantas veces pudiste golpearme o herirme sin que yo hubiera podido reaccionar? Nunca dar la espalda a tu oponente es la primera regla que me enseñaron al nacer, incluso al girar debes estar consciente de tu entorno, si te limitas a girar pierdes de vista al enemigo. Puede sacar una pistola, reducir la distancia o incluso darle tiempo a escapar poniendo un clon o un doble en su lugar. Cada giro debe ser medido para no perder la oportunidad de dar un golpe en el momento indicado, si bien tienes la ventaja de que tus animales te lo avisen se supone que estarás solo al momento de usarlo.—

Berry sonrió satisfecha tras su explicación y comenzó a rascar su cuello con una de sus patas mientras esperaba. Era hasta tierno como una mink tan salvaje y despistada como ella pudieravdar tan buenos consejos en combate, pese a que ella apenas los pensaba y eran más cercanos a un hábito.

La verdad es que lo que lo que ella decía no perdía nada de precisión. Ciertas eran sus palabras. En tu mente tenías una idea de cómo hacerlo, pero aun te faltaba mucho para lograr lo que buscas. – Entiendo tu punto, pero para mí tiene una solución muy simple. – Dijiste relajando un poco los músculos y comenzando arrojar golpes al aire. – Aunque eso de aprender a los golpes lo entiendo perfectamente. Digamos que a mí se me da bien también eso de aprender a los golpes. Claro, a lo que pelea nos referimos.

Chasqueaste tu mano derecha y Logi se colocó inmediatamente detrás de ti. El fuego miraba a Berry de manera tétrica mientras esperaba tu comanda. Tú te limitaste a levantar ambas manos y tu flameante compañero comenzó a soplar fuego en ellas. Tú no sentías para nada dolor. Después de todo, el era parte de ti. Lo que tratabas de hacer era empeñar una nueva técnica la cual tenías en mente desde hace tiempo. Pero mi querido pirata, pensarlo era una cosa, y hacerlo otra.

Necesitabas concentrar tu energía. Si, por que para llevar a cabo estas cosas no solo tus homies necesitaban poner de su parte, sino tú también. Te concentras. Respiras profundo y pasado un momento, logras mantener las llamas en tus puños. - Lo conseguí… - Arrojaste nuevamente un par de jabs al aire. El fuego no parece perder su ardor. De hecho, te dabas cuenta que para mantenerlo, tenías que estar concentrado y no bajar el ritmo. El mantener tu energía constante al momento de mantener las llamas era muy importante.

- Bueno… Veamos qué tan cierta es tu teoría. – Al decir eso diste un pequeñito salto en el aire. – Geppou…- Y como un cañón te lanzaste hacia ella. Apuntaste directamente a la boca de su estómago con tu puño flameante y arrojaste un golpe.

Bueno, es momento de ver que tan fuerte se había vuelto la mink.

Berry levantó la mirada ante la palabra "solución" alzando las orejas en punta, si bien Alpha no comentó nada más al respecto y se limitó a dar cuentas sobre su propia forma de aprender antes de llamar a uno de sus bichitos con cara de pocos amigos. Berry se puso en guardia alertada por esta actitud del fuego, cuando sopló la mink ya había cambiado a su forma híbrida y colocó sus puños frente a su torso en una postura firme que representaba los valores de la vía tierra del electro borracho, aquella que no necesitaba alcohol.

—Que coincidencia también me gusta jugar con fuego...—

Suspiró la zorra al ver como el pirata probaba sus nuevos guantes en el aire antes de darle una señal sobre poner a prueba su teoría. Este aviso le bastó a Berry para preparar su cuerpo, agudizar su haki y a la vez recubrirse parcialmente de escamas ya que la velocidad de Alpha interrumpió  la formación de estas pero no lo suficiente como para llegar a su pelaje.

La mink observó, su rostro expresaba sorpresa, sorpresa de no haber sentido un impacto y de no haber salido volando. ¿Se había excedido o le estaban subestimando? Suspiró mientras con un rápido movimiento recortó distancias colocando su pie derecho al frente mientras su mano izquierda desprendía un aura dorada que rompía en chispas.

Un golpe seco cargado de electro, potenciado por su haki y su orgullo de guerrera en pos de demostrar cuanto había progresado, un saludo amistoso según sus costumbres acompañado de una sonrisa salvaje que se desveló mientras la zorra giraba su cuerpo para potenciar el inminente impacto.

—¡Esto será una fiesta!—

Gritó mientras terminaba de desplegar su puño con un entusiasmo feroz, no era una técnica especial, un paso de baile o algo potenciado más allá de sus límites. Para la mink era un pequeño saludo amistoso que no buscaba hacer mucho daño más que lograr un gran impacto, su visión puede que estuviese algo anticuada al recordar al Alpha que había conocido hace tanto tiempo y por tal respeto empezaría con algo que no le restringiera de sobremanera. Al menos no había implementado algo mucho más exagerado...

Tu golpe impacto de lleno. Te diste cuenta de inmediato que no abrías hecho algún daño. Abriste los ojos sorprendido y luego la miraste a ella. Parecía confiada de su progreso. Al parecer, su actual aparecían no era simplemente de adorno. Luego, su brazo comenzó a emanar electricidad. Tu reacción inmediata fue cubrirte con ambos brazos. El impacto llego a ti, era lo suficientemente para mandarte a volar. Te fuera mandado directo al océano, puesto que tu no pesas mucho, pequeño. Pero por suerte Thor te había intersectado en el camino cayendo directamente en el.

-¿Estas bien, Alpha? – Pregunto la nube de tormentas. Tú te incorporaste poco a poco. ¿Qué era esto que sentías Alpha? Sonreíste ante la sensación que tenías tiempo sin sentir. Si… después de un largo tiempo, habías comenzado a sentir dolor. Puede que fuera por la electricidad o por la fuerza de su golpe, eso te tenía sin cuidado. Sus golpes dolían, y el dolor te hacia feliz.

Por qué bien sabias que el que lograra causarte dolor, podría hacerte dar lo mejor de ti.

- En las fiestas se bebe y se disfruta. Aquí estamos para otra cosa. – Dijiste haciendo tus manos, apagando el fuego que había en ellas. – He de admitir que has mejorado... definitivamente lo has hecho. Tus músculos no son de adorno. – Thor pasó de color blanco a color negro, comenzaba a emanar electricidad. Tu colocaste tus manos sobre él, y te volviste a concentrar nuevamente. Si pudiste cubrir tus puños con el fuego de tu homie, que te impedía cubrir tus puños de electricidad del otro.

Y ya que sabias como fusionaba, era más fácil hacerlo.

- Ha pasado tanto tiempo desde que alguien me hizo sentir dolor. – Dijiste con las manos cubiertas de electricidad. – Tu relámpago sí que es poderoso. Ahora permíteme mostrarte el mío.- Volviste a lanzarte hacia ella con un Geppou. – Apuntaste en el mismo lugar nuevamente. Pero ahora, levantarías el dedo índice de tu mano derecha. Y con fuerza, buscaste atravesar su fuerte coraza de su forma hibrida.

-Shigan…-

La zorra ladeó su cabeza al ver a Alpha salir volando, aprovechando la distancia para escupirse las manos, un gesto que parecía tan natural en ella que poca atención podría generar en sus rivales de práctica. De no ser porque la saliva pareció recubrir sus garras y ser algo más viscosa que la usual.

El algodón de azucar le amortiguó el viaje, se preguntaba si ella tendría la misma ayuda en una situación similar, se sentiría bien caer contra un algodón de azucar y comer un poco tras un buen golpe, su cuerpo había terminado de recubrirse de escamas para cuando Alpha daba su visión de una fiesta.

—¿Acaso no es divertido esto? Golpearnos, sentirnos vivos y beber cuando estemos sedientos solo para volver a chocar nuestros puños. ¡No hay mejor fiesta que una buena pelea!—

Berry movió un poco las caderas y posó para que Alpha pudiese apreciar su cuerpo híbrido entre escamas, sus rasgos eran más rígidos y felinos pero aún conservaba su musculatura y sus pechos estaban mucho más expuestos y definidos al frente. Sumado a que Berry era guapa podría desconcentrar un poco, los halagos le gustaban y más le gustaba seguir recibiendo atención.

Nuevamente volvió a una postura de combate al ver a Alpha rebuscar algo en el algodón de azucar, aunque pareció querer imitar el electro de Berry. Esta preparó su puño hacia atrás y cuando su haki de observación advirtió una perturbación en la calma esta lanzó su puño hacia delante.

—Berry Shock!—

El aire pareció romperse frente a su puño que lanzó una onda de choque frontal, apuntando al pirata que parecía un cohete a toda marcha. La intención no era más que distraerle y obligarle a cubrirse, la mink no era alguien que subestimase la electricidad tras emplearla durante toda su vida y conocía lo afilada que podía volverse en buenas manos.

—¡No voy a quedarme parada esperando que me golpees! ¡Ahora prueba esto!—

Berry había saltado, aprovechando el peso de las escamas para caer a gran velocidad desde una altura considerable. Preparó su derecha para impactar de lleno en el rostro del pirata y entonces sus alas aparecieron.

Con un aleteo la mink se detuvo en el aire y sin mediar palabras se avalanzó en diagonal a su objetivo como un águila cayendo para tomar un alce con sus garras. El puño de Berry apuntó a la espalda de Alpha con clara intención de hundirse en esta, la zorra había improvisado una finta, de un golpe que parecía ser igual de predecible que el primero había surgido un descenso rapaz con clara intención de aplastar a Alpha contra el suelo en lugar de golpearlo contra un costado.

Definitivamente ella no te dejaría las cosas tan fáciles, pequeño. Era orgullosa y testaruda como ninguna. Miraste fijamente como posaba para ti, sonreíste un poco. Ella te mencionaba como se disfrutaba con las batallas, algo de los cuales podías simpatizar con ella desde un comienzo. De hecho, para personas como tú, el hecho de luchar te era algo realmente estimulante. Quitando que eras una escoria de mar, eso no que quitaba que eras un guerrero. Para los guerreros como tú, el luchar ocupaba tu cuerpo, mientras que la mente resolvía el resto. Porque al final de cuentas, no estabas listo... aún.

Pero pronto lo estarás.

Cruzaste tus brazos para protegerte. La onda de choque simplemente logro detener tu marcha, de la cual caíste de pie sin mucho problema. Miraste nuevamente y la habías perdido de vista. Una ojeada rápida a los costados. No estaba. La única alternativa posible es que estuviera arriba. Era curioso que todos tus últimos oponentes tuvieran esa fascinación de atacarte desde el aire. Ella ataco, su ataca parece ir a por tu cara. Pero ella hace una finta rápida. Claramente viene con todo y no pretende darte cuartel, joven pirata. Tu única alternativa en ese momento es endurecer tu cuerpo y aumentar aún más tu resistencia utilizando tu haki. – Tekai… - Permaneciste totalmente inmóvil. Recibes el golpe de lleno. Claramente sonaba como si fueran golpeadas una pared de acero. Aunque tu rostro muestra otra cosa. Apretas con fuerza la mandíbula, en señal que tienes que hacer un esfuerzo extra para aguantar. Te duele, claramente te duele. Pero eso no hace mas que emocionarte aún más.

Respiras profundo. Intentas tomar con ambas manos electrificadas el brazo de la mink, con intención de darle un choque eléctrico. Luego con toda tu fuerza, intentas proyectarla sobre tu hombro y estrellarla contra el suelo. Sacudes tus manos un poco y le electricidad deja de estar presente. Caminas un poco hacia si rostro y con rodilla al suelo te agachas. Colocando tu mano derecha sobre tu mejilla.

- Claro que disfruto de la batalla, Berry. – Dijiste acariciándole con cariño y mirándole lindo. – Pero son mi pasatiempo. Las fiestas son para disfrutarlo y pasarlo bien… - Allí te acercas lentamente y le robaste un tierno beso. Te alejas lentamente. – Las fiestas… son en mi cama. – Dijiste con picardía pasando tus dedos por sus labios lentamente. Aunque de un momento a otro cerraste el puño con fuerza. Elevaste la mano con la clara intención de darle un golpe en la cien.

Después de todo, aún están entrenando.

El golpe impactó de lleno despertando la sonrisa en la mink, pelear le hacía recordar buenos tiempos, incluso recibió la llave como una vieja conocida siendo que las escamas y las alas le amortiguaron bien el golpe. Pese a sentir la electricidad solo debió sacudir su cuerpo para no sentir el leve cosquilleo en su brazo. 

Lo que siguió la tomó por sorpresa, las palabras cayeron en saco roto y el beso que siguió fue intenso desde su lado, metiendo su lengua y recorriendo la boca del pirata como un animal en pleno derecho. Al cabo de unos segundos la mink volvió a sentir peligro, sus pelos se erizaron y de estar en un estado de calma sus dientes se abalanzaron a lo primero que había a su alcance.

Su mandibula se cerró contra el dedo del pirata con fuerza, como si buscara arrancarlo, su rostro era uno salvaje que el pirata quizás no había visto mientras que la sangre comenzaba a recorrer su boca. La mink se abalanzó con un cabezaso a la frente chocando cabeza con cabeza, claro que Berry no solo era una cabeza dura en sentido figurado si no que las escamas y su forma híbrida dotaban a la zorra de una contextura rocosa y áspera al contacto.

Un golpe, dos y un tercero buscaron el costado izquierdo del pirata a la par que la mink no dejaba de morder y penetrar la piel, hasta que el golpe desencadenó un segundo cabezaso  que le hizo finalmente abrir la boca y separarse de su compañero. Usando su lengua para saborear los hilos de sangre que todavía goteaban por su rostro, su cuerpo retrocedió dejando las marcas de las uñas de sus patas impregnadas en el terreno.

En la marina siempre debía contenerse, no beber, no morder, ser esteticamente correcta. Pero era una zorra enjaulada que ahora estaba libre y disfrutaría esa libertad a cada minuto, Alpha le había dicho que le aceptaría tal como era y ahora estaba presenciando su lado más salvaje e intimidante que había reprimido durante mucho tiempo.

—No te voy a negar que besas bien, que tu boca es deliciosa y que en una cama lo pasaríamos genial. Pero...—

La  mink levantó el rostro con una mirada salvaje y una sonrisa de oreja a oreja mientras golpeaba su pecho con su puño, sintiendo como el viento aparecía en escena para hacer ondear su cabello y el de Alpha. Pese a un leve sangrado producto del último cabezaso que formaba un leve camino de sangre, un raspón que sus escamas previnieron de ser una herida más amplia.

—¡En una pelea no voy a contenerme aunque me encantes! Te mostraré mi golpe más poderoso, un golpe que te hará sentir como vivo las fiestas.—

Saltó hasta la jarra de alcohol echandose este encima mientras ahora corría como una loba contra la dirección de Alpha. Su cuerpo se tensó al clavar su pierna derecha delante mientras el electro hizo combustión en su pelaje prendiendo su garra en llamas.

—¡Siente como arde mi alma en una pelea emocionante! ¡Vértigo explosivo!—

Un rugido surgió desde la boca de la mink a la par que lanzaba su demoledor golpe en llamas y veneno contra el pequeño cuerpo de su contrincante. Sin embargo, la mink lejos de estar enfadada estaba feliz, por fin podría usar ese golpe a plena potencia con el alcohol de por medio y no la versión débil de este mismo. Sus cadenas se habían roto y en su mente la mejor forma de agradecerlo era con su mejor golpe, debía demostrar que no había estado durmiendo todos los días desde que se conocieron.

Podía parecer una pelea pero para Berry era un medio de expresarse finalmente en plena libertad, en su mente Alpha era un pirata capaz y como tal estaba preparado para recibir sus golpes de igual a igual.

Ella se defiende de ti, pequeño. Te encontrabas ante un animal salvaje que luchaba por mero placer. Mordió tu dedo, tú no haces expresión alguna. De hecho, quedas mirando fijamente mientras. El dedo empieza a sangra. Su mordida penetra tu carne. Luego arremeta contra ti. Te golpea brutalmente. Desde fuertes cabezazos hasta increíbles golpes que arremeten a tu costado. ¿Tu respuesta? Absolutamente nada. Permites que te golpee con total libertad. Sientes cada como su fuerza atraviesa parte de tu defensa. Comienzas a sentir… dolor. Eso que pocos en este mundo son capaces de hacerte sentir. Sonríes, como si lo disfrutaras. Le miras con una mirada que trae muchos sentimientos.

Incluso a mí, me cuesta entenderlos.

Respiras profundo. Muevas te cabeza de lado a lado haciendo que tu cuello truene. Mueves tu hombro derecho un par de veces haciéndolo tronar. Miras de nuevo a la mink, sonries. Observas como se prepara. Escuchas atentamente lo que dice mientras te muestras totalmente relajado. - ¿Sabes algo? Serias una esposa maravillosa. – Eso fue lo primero que pensaste. Era hermos y fuerte, claro que sería feliz que fuera tuya y que te diera hijos. Claro, aunque la conoces bien. Ella ama ser libre y tú no pretendes quitar eso.

Pero si pretendías disfrutar de este momento.

La plumífera quiso intervenir. Tú le hiciste una señal con el brazo que se mantuviera en su sitio. Esta no era su batalla, era tuya. Y esto no era una batalla real. Al menos para ti no, incluso su tu compañera de practica no se tomaba el tiempo de limitar su poder. Eso no te molestaba, pero también recordaste decirle al resto que solo tu podría practicar con ella. Al menos que no quisieran morir claro está.

-Tekkai kenpo… - Tu antebrazo derecho comenzó a salificarse de enorme manera. Utilizaste haki para fortalecerlo aún más. Luego de aquello lo colocaste en posición de escudo esperando que ella llegara hacia ti. – ¡Shield! – Abalanzaste tu máxima defensa contra su puño. La coalición ocasiono una fuerte corriente de aire que incluso logro provocar un poco de turbulencia en el barco que se encontraba cerca. Te mantuviste allí, sin moverte ni un centímetro. Ella se mantuvo imparable, sin retroceder ninguno.

El resultado… fue empate.

- Hermosa… fue suficiente. – Dijiste mientras tocabas su mejilla con el otro brazo tiernamente. – Eres fantástica, lo has hecho bien. – Sonreiste para ella. Luego miraste tu brazo y te diste cuenta que estaba algo quemado donde su puño choco. – Si no fuera resistente, me fuerzas hecho pedazos. - Djiste dejandote caer al suelo, satisfecho. - ¡Ventajes! ¡Medicinas!

-¡Si Alpha! – Unos cuantos homies hechos de medicinas y vendajes comenzarían a saltar en tu direccion. Tú, esperabas tranquilo.

El choque fue disfrutable, como si dos fuerzas opuestas colisionaran en medio de un escenario favorable. Berry continuaba sonriendo buscando avanzar en el choque aunque tras unos segundos tras el impacto inicial el movimiento había cesado en un punto muerto donde ni la defensa parecía ceder ni la fuerza de Berry avanzar.

Suspiró al retroceder su puño, mientras se preparaba para otra ronda, todavía tenía cosas para practicar aunque las palabras de Alpha le hicieron abrir los ojos como platos. No por la caricia o los halagos si no porque su entrenamiento había terminado tan rápido sin demasiado tiempo para intercambiar más que un par de golpes y haciendo a la zorra sentarse en el suelo mientras observaba a los homies avanzar hasta Alpha.

—¿Tan pronto? Tenía pensado practicar algunas cosas más... ¡Pero fue divertido! No tenía idea que podías volver tu cuerpo tan duro y esos saltos raros por el aire. ¡Son trucos muy entretenidos!—

Berry volvió a su forma normal mientras lamía el alcohol de sus garras y pensaba en como continuar una vez habiendo entrado en calor. Quería proseguir por lo cual tras vendarse la frente comenzó a realizar estiramientos buscando un objetivo para fortalecer su estilo.

—Hmmm, esta isla no tiene piratas, bandidos o cosas que golpear más que rocas... debo improvisar algo para no aburrirme.—

La mink estiró su cuerpo mientras volvía a levantarse y comenzaba a practicar con su sombra el ciclo tierra de su estilo. Lanzando puñetazos firmes y directos mientras a su vez movía su guardia para ejecutar defensas y agarres. No era el entrenamiento más divertido pero ayudaba a mantenerse en forma sin necesitar de otra persona.

Su pelaje brillaba impregnado en el electro mientras sus movimientos se volvían más fuertes y su rostro expresaba la emoción por el combate que estaba viviendo en su mente. Tras impactar un puñetazo en el suelo, la zorra se acercó a Alpha con curiosidad.

—¿Qué haremos? Unos segundos no son el entrenamiento más efectivo para las metas que me comentaste al principio.—

Expresó la mink con una sonrisa curiosa mientras planeaba el siguiente paso en su camino.

La mink se mostró un poco sorprenda ante tu decisión de detener la pelea. Por supuesto, tenías tu razón para hacerlo. Los vendajes y medicamentos llegaron y tan solo te dedicaste a atender el dedo sangrando con una curita y a la quemada simplemente colocaste pomada y una venda. Luego la observaste haciendo sombras y te parece bastante increíble lo que ella hacía. Eso sí, si tenías algo que decir ante su estilo de pelea, el cual si muy bien es poderoso, consideras que tiene alguna falla.

-Preciosa, ven. – Le dijiste señalándote que se sentara frente a ti. Tú también lo hiciste cruzándote de piernas sentándote frente de ella. – Ahora que has calmado un poco tu adrenalina de la batalla. Analiza las cosas un poco. – Dijiste observándole respirar un poco agitada. Ella había ido a fondo desde el comienzo, mientras que tu tan solo te habías concentrado en aguantar y desgastar. Tú estabas casi entero, y ella sí muy bien no estaba herida de nada, ella era otra cosa. – ¿Ya te has dado cuenta? Yo no he ido a fondo y me he limitado a solo defender mientras tú has dado todo desde el comienzo. Y no me digas que no es así, ya que si no fuera así, tus golpes no me fueran dolido. – Dijiste sonriendo. – Y no digo que este mal darlo todo. Pero personas como yo podemos llegar a ser tu debilidad.

Te tomaste unos momentos para que ella meditase tus palabras. – Entiendo bien como era tu entrenamiento marine. Y tampoco pretendo amarrarte en un régimen de limitar tu poder por que bla bla bla. Muy bien lo dijiste con unos segundos de practica no lograremos nada. Pero tampoco sirve darlo todo sin usar un poco la cabeza.

No es que ella sea tonta. Ni de lejos, ella es alguien que usa mucho la cabeza cuando es necesario. Pero cuando tocaba hacer ciertas cosas, era bastante despreocupada. – Los guerreros como tú y yo, la lucha ocupa el cuerpo mientras la mente debería hacer el resto. ¿Qué haremos? Quiero que me comentes que te gustaría practicar y en base a eso practicar. Claro, sin bajar el ritmo. Soy partidario de que se tiene que entrenar dándolo todo. Por ejeplo, yo estoy practicando ciertas cosas que me gustaría hacer con mis homies. Y también quiero hacer algo que no se si mi cuerpo aguantara. Me asusta un poco intentarlo… pero sé que con tu ayuda lo lograre.

Sonreíste nuevamente para ella mirándole con ternura. Luego de eso la comida llego traída por tus homies. Era momento de tomar un aperitivo y algo de café antes de seguir con la práctica. – Ha pasado un par de meses desde que dejamos el polo norte y decidiste venir conmigo. ¿Te ha parecido bien? Eres importante para mi y… no quiero obligar nada a nadie. Quiero... que seas la mas fuerte a mi lado.

Berry escuchó las palabras de Alpha sobre su accionar imprudente y salvaje, era cierto que el gasto de energía era considerable al utilizar esos estilos, si bien conocía que a la larga no podría mantenerlo y por eso se limitaba a no utilizar sus movimientos más impredecibles en una pelea. Lo que le había llevado a dar tanto de ella en ese primer intercambio no era más que una sencilla razón, divertirse y darse el gusto de pelear hasta el cansancio sin importarle ganar o perder.

—¡Bwahahaha! Claro que sé que nunca te ganaría peleando así pero hubiera sido aburrido no hacerlo. Hace mucho no utilizo mis técnicas mas salvajes ni siento el viento chocando contra mi rostro y solo confié en que no sería nada para tu cuerpo soportar algunos golpes. Pero descuida que tengo muy en claro que esto solo puedo hacerlo entrenando, en una pelea real cuento con algo mejor y de hecho es bastante similar a lo que haces.—

La mink suspiró mientras devoraba una bola de arroz, la verdad se sentía viva y cada vez más orgullosa de su decisión de desertar después de todo nunca habían aceptado del todo sus ideas y Alpha no tenía problemas en matar criminales o eso parecía entender, impartiría la justicia a su manera. También le agradaba tener a alguien halagando tanto su belleza o coqueteando con ella, pese a que en ciertos momentos sus instintos le llevaran a ignorar los avances por mero despiste.

—No me arrepiento, estoy con un chico guapo que me agrada y un algodón de azucar parlante además de que todo alrededor puede ponerse a hablar. Tampoco debo preocuparme por normas o reglas muy estrictas, mientras no dañe a nadie inocente lo que lleguemos a hacer o no me da igual. En cuanto a lo que quiero practicar, tengo pensado adaptar esa cosa que hizo tu brazo.—

La zorra señaló el brazo que Alpha se había vendado mientras terminaba su aperitivo.

—Antes de golpearlo no era tan duro, pero en unos segundos me pareció estar golpeando una montaña pese a que eres resistente eso superaba todo lo que sentí en golpes anteriores. Quiero aprenderlo, estoy segura que si lo combino con mi resistencia y escamas podré darle una vuelta de tuercas al primer ciclo de mi electro.—

La zorra expresó la idea con una sonrisa tierna mientras lamía sus garras como un cachorro. La idea de endurecer su cuerpo y complementarlo con sus otras defensas le emocionaba, el ciclo tierra se basaba en el intercambio de golpes directos sin mucho movimiento ni gasto de energía si aquello se combinaba con una dureza similar al acero completaría el castillo que siempre soñó ser. Esto le permitiría utilizar el estilo contra oponentes como Alpha sin preocuparse por el desgaste y centrarse en dejar otros estilos para personas que se dedicasen a escapar, claro que Berry veía esto como estrategias de depredador.

—Dos fuerzas del combate opuestas suelen complementarse bien, si tu cuerpo ha aguantado un poco de mis golpes no creo que pueda romperse fácilmente.—

Comentó riendo mientras crujía sus nudillos, la mayoría de oponentes que recibían un impacto directo no vivían para contarlo y el hecho de que Alpha lo soportase le animaban a seguir dando todo para volverse incluso más fuerte, superando sus propios límites para ser aquella mujer que su compañero deseaba tener como brazo derecho de llegar a necesitarlo.

-¿A-Algodón de azúcar? – La nube de tormenta se tornó un poco confundida ante el comentario. No era de extrañarse, después de todo no era un algodón de azúcar, era una nube. Aunque esos comentarios no hicieron más que nada hacerte sonreír. Era placentero tener una plática con alguien de manera tranquila en mucho tiempo.

– Agradezco los cumplidos. – Dijiste. – Pero no siempre fui así. – Al menos un chico atractivo siempre has sido. – Para llegar a mi resistencia actual he tenido que luchar mucho y hacer unos cuentos sacrificios. – Inconscientemente, comienzas a acariciar tu brazo mecánico. Hace mucho tiempo ya que perdiste tu brazo real. Tampoco es algo que te moleste en la actualidad, ya estas más que acostumbrado.

Pero aun tienes muchas cosas que recuperar.

- ¿Quieres que te enseñe el Tekai Kenpo? – Preguntaste ladeando un poco la cabeza. – Pues tendrías que aprender la base. Deberias comenzar con Tekai solamente. Luego si quieres aprendes los kenpos. – Dijiste dando un bocado a la comida. – Hace tiempo ya me enfrente a un agente del CP que vino a por mí. Pude ver sus técnicas y aprender algunas de ellas como las que viste. Quizás esa sea una de las razones por lo cual el gobierno quiere mi cabeza. Soy alguien que puede aprender las técnicas y artes marciales de mis oponentes con verlas. Las memorizo y luego las entreno para que sean mías. – Frunciste un poco el ceño, pensativo. – Aunque sé que tienen muchas más técnicas y me interesan bastante.

Luego pensaste algo que era de importancia, al menos para ella. – Sé que en los climas fríos te da alergia, asi que he pensado que mientras visitemos las dos primeras islas de la ruta que tomaremos, Logi podría permanecer cerca de ti para que te de calor y no pases frio. – Tomaste un sorbo de café. – Además… comprare algún abrigo bonito para ti, si gustas.

Berry guiñó su ojo al algodón de azucar parlante, era su modo cariñoso de llamarle dado a su apariencia tan esponjosa y dulce aunque este pareciera un poco reacio a tomarse con gusto el mismo. La mink asintió ante las palabras del pirata, suponía que todo poder se ganaba en base de sacrificios y esfuerzo, siempre había sido así para ella por lo que no había atajos o caminos sencillos ante una meta tan común.

—Lo suponía, todo poder requiere un esfuerzo. ¿Tekkai? ¿Te caiste? ¿Por qué debo aprender a caerme? Creí que caía bien es decir generalmente me caigo así.—

La mink se tiró en el suelo imitando una caída antes de caer en cuenta que ese nombre raro era en realidad la técnica que deseaba aprender e involucraba a los agentes del gobierno sacudiendo su cuerpo mientras escuchaba la historia y las habilidades de su compañero.

—Se la robaste a un perro del gobierno, bueno supongo que está bien me dijeron que esos tipos eran malos y ayudé a matar a uno en mis días de servicio. ¡Fue divertido!—

Respondió la zorra con emoción apoyando la idea de copiarless técnicas a los malvados perros del gobierno antes de eliminarlos. Después de todo según Elyria eran gente malvada, cruel y mentirosa que merecía ser limpiada del mundo o aquello fue lo que su cabeza retuvo sobre esas personas.

Sus manos apretaron sus hombros tiritando al pensar en el frío conociendo que un abrigo no sería suficiente pero quizás la idea de tener a llamitas cerca fuese una solución mucho más indicada.

—Mi alergia se produce al sentir un cambio de temperatura si llamitas se queda pegado a mi dandome abracitos y haciendome sentir como en una isla tropical no tendré problemas. Ojalá pudiera volverse un abrigo.—

Comentó la zorra sonriendo antes de levantarse deseosa de iniciar el entrenamiento para el Tekkai, nunca había entrenado una técnica del gobierno y se mostraba ansiosa por conocer como estos desarrollaban poderes tan interesantes.

Un chiste un poco tonto, pero con efecto. No puedes evitar reírte por aquella broma que la mink hace para ti. Por otro lado, te diste cuenta que Berry era del tipo de los que matan sin dudarlo. Sinceramente no te molestaba, sabias bien que ella solo mataría a aquellos que ella crea que lo merezcan. Pero por otro lado, te preocupaba un poco que eso ocurriera. Después de todo tienes planes.

Después de todo, un enemigo menos significa menos esperanza de vida que robar.

- Para el mundo, nosotros somos los malos, Berry. – Dijiste mirándole por un momento. – Después de todo, somos piratas. Los demás que estén en sus cosas, solo que no se entrometan en mis asuntos y que no se atrevan a cruzarse. Tan sencillo como eso. – Mantuviste una postura neutral ante aquel asunto. No era que no te importase, pero tampoco tenías muchas ganas de echar mucha cabeza a eso. Eres de los que prefieren pensar mientras están peleando o entrenando. Y honestamente, pensar en el futuro no era algo que tenías muy priorizado.

Después de todo, ya trazaste tus planes.

- Me gustaría poder decir que le puedes usar de abrigo. – Dijiste respondiendo a su comentario. – Pero lamentablemente eso ocurriría solo conmigo. Después de todo, tanto él y yo somos parte del mismo espíritu. – Dijiste mientras le tocabas y no te quemabas. – Pero ya encontraremos una solución, además. Solo serán las primeras dos hilas, yo tampoco soy muy fan de las islas de nevadas. Me agrada el frio, es una excusa para dormir abrazado a alguien. Pero detesto la nieve. Es húmeda y molesta.

Por un momento te metiste tanto en la conversación, que duraste un buen rato disfrutando la comida con ella entre pláticas de tonterías y cosas que le gustaban a ambos. Era bueno tener alguien con quien compartir después de tanto tiempo. Pero el tiempo pasaba, y ella tenía ganas de aprender. Sobre Tekai, asi que era tu momento de enseñar.

- De acuerdo. – Dijiste mientras te levantabas. – Te enseñare como hago esto, pero no será fácil. – Diste un chasquido y llamaste a la plumífera. Justo después y con calma. Le indicaste paso a paso cual era le teoría de la técnica. Luego, la plumífera se colocó frete de Berry. – Cuando estés lista, Tendrás que resistir las patadas de Suzaku mientras tratas de dominar el tekai.

La zorra levantó las orejas al escuchar sobre que para el mundo ellos eran los malos, Berry simplemente negó con la cabeza mientras continuaba escuchando. Relamió sus garras para luego realizar algunos estiramientos de espalda y brazos, su mirada no reflejaba mucha preocupación por ser tildada como una villana o ser vista de mala manera tras tener la convicción de que las acciones valían más que un discurso.

—He visto gente malvada pero no somos nosotros, quizás somos un poco explosivos y si no nos damos cuenta podemos destrozar islas enteras pero no abusamos de los civiles. Robamos a quienes roban y volvemos a meter ese dinero en los bolsillos de los trabajadores mientras que otros abusarían de los débiles solo buscamos gente fuerte para saciar nuestro aburrimiento. Y no creo que todas las personas del mundo nos odien, si conocen a algodón de azucar o fueguito seguramente te vean más como un lindo mago que como un demonio o algo similar. A mi me confunden con un gato, ¡Un gato! Y yo no me parezco en nada ¿Verdad algodón de azucar?—

La zorra preguntó a la nube sobre su aspecto mientras el pirata continuaba su debate sobre las islas frías algo que hizo instintivamente temblar a la zorra mientras su pelaje se erizaba de pies a cabeza. Sin embargo, tras frotarse un poco los brazos volvió a su actitud habitual.

—La nieve se ve divertida, pero prefiero la arena de las playas y un buen clima tropical. Lo que detesto del frío es lo que trae en consecuencia para mi cuerpo y no tanto la sensación en sí de la nieve o el cosquilleo en mis garras por estar mucho tiempo jugando. ¡No puedo jugar si cada dos minutos se me cae algo de la nariz!—

Aclaró Berry dejando en evidencia que su odio era más en contra de la alergía que de las consecuencias en la fauna o flora de una isla que este pudiera tener. Sin embargo, cuando la alergia se esfumaba o era controlada no tenía ningún reparo en jugar con la nieve o salir a pasear por lugares fríos. El impacto inicial y el cambio brusco en su cuerpo era lo que le llevaba a frustrarse y tratar mal a todo lo que viese cerca.

—Si fuese fácil no lo hubiera pedido, sería aburrido.—

Respondió Berry acercandose a Alpha en cuatro patas y como un cachorro escuchar, apreciar y analizar la demostración mientras movía la cola de lado a lado. Prestó principal atención a la preparación que este tuvo antes del golpe y como su cuerpo parecía tensarse de tal manera que le impedía cambiar de pose o moverse del camino. Tras la breve muestra la mink se preparó tomando posición y cerrando sus ojos para concentrarse en suu cuerpo.

Le tomó unos minutos estar completamente tensa para dar la señal, la primer patada impactó en su costado aunque no le desestabilizó si le hizo expresar una mueca de disconformidad aantes de ser derribada con la consiguiente patada. Berry simplemente se levantó y prosiguió el ejercicio solo para ser derribada una y otra vez dado a que pese a ir por el buen camino su cuerpo no llegaba a la dureza necesaria.

Los golpes de la emplumada criatura no eran broma, su fuerza de piernas le recordaba a Elyria y esto le impulsaba a ponerse de pie ya que esa figura seguía siendo una motivación. Una que Berry no dejaba pasar, tanto Alpha como Alice, Sasaki o Elyria eran personas extraordinarias a las que su mente apuntaba como escalones a superar. Por tal motivo la zorra se levantaba y pedía ser golpeada con más fuerza, no le importaba desmayarse si aquello le ayudaba a perfeccionar sus habilidades.

—Una vez más, no voy a detenerme tan fácil.—

La zorra se levantó nuevamente del suelo, pese a su pelaje estar algo sucio y estar jadeando tras caer más de cincuenta veces, la resilencia de Berry le hacía no rendirse. Su filosofía era clara, caer para volver a levantarse hasta pulverizar la meta que su cabeza se proponía lograr. Sus ojos a esas alturas eran mera voluntad, dos orbes carmesí que inconscientemente brillaron por voluntad propia, un viento fuerte pareció ser expulsado desde el cuerpo magullado de la zorra junto con unos leves rayos que dado su color morado y forma no provenían de su electro. Era más un rugido de su alma que algo planificado, sus ojos no parecían estar viendo a Suzaku o a Alpha, quizás vislumbraban una meta que solo existía en su mente.

Su cuerpo estaba exhausto y aun así su presencia por unos segundos pareció reflejar a una bestia indomable que tan pronto como surgió se esfumó haciendo que Berry trastabillase y callera al suelo totalmente agotada. Quizás ya estaba inconsciente desde el primer momento, desde su perspectiva tal vez fue solo un sueño tras haber sido golpeada tantas veces contra el suelo ya que acostumbraba a hablar dormida. Pero ¿Si no lo fué? ¿Si algo más estaba despertando?

La mink comenzó a roncar tras haberse desplomado, en un sueño profundo y habitual que ocurría siempre que su cuerpo era llevado al límite. Su rostro reflejaba una sonrisa tranquila mientras su cuerpo algo golpeado se acurrucaba enroscado sobre sí mismo como un cachorro que termina de jugar.

Thor hizo una negación, claramente no estaba de acuerdo con que le dijeran gato a Berry. Claramente era una mink tipo zorro, pero parecía que la gente le solía confundir más de la cuenta. De igual manera, no pasaba nada, mientras tú y los tuyos la respetaran y superan quien es ella, todo estaría bien.

Aunque lo siguiente, sí que fue una sorpresa.

-¿Haoshoku? – Te quedaste un poco perplejo cuando le viste votar aquella energía. De hecho, en su momento y en tu batalla contra omega, también hiciste lo mismo. Aquella muestra de potencial por parte de la mink te hizo sonreír, definitivamente habías hecho bien en llevarla contigo. Definitivamente tenerla a tu lado era una de las mejores cosas. Muy pocos aguantaban la sorpréndete fuerza en las piernas de tu plumífera, pero aun así, ella demostró ser alguien muy aplicado, al momento de entrenar. Cuando la viste desplomarse, avanzaste rápido para atraparla. Estaba inconsciente, la sostenías entre tus brazos por un momento y luego la cargaste en tu espalda de caballito.

- Ella es fuerte. – Dijo Suzaku mientras te observaba llevarla con calma hacia el barco. - ¿No quieres algo de ayuda con ella?

- Esta bien, ella no es pesada. – Respondiste con tranquilidad. – Ella tiene haoshoku igual que yo. Aunque yo aún no lo he entrenado y ella tampoco.

- [b]Deberían conseguir un maestro adecuado quien les pueda enseñar más profundamente sobre haki, Alpha.[b] – Decía la plumífera mientras te seguía el paso.

- Sera algo difícil de encontrar, pero no imposible. – Recalcaste. – Pero tienes razón. Sería mejor dedicarnos más profundamente en el haki antes de partir al nuevo mundo.

Definitivamente, eso seria lo mejor. Llevaste a la mink al interior del barco. Con sumo cuidado la acostaste en su cama y te quedaste al lado de ella. Pasado un tiempo te habías quedado dormido mientras esperabas. Estabas dormido sentado. Era curioso, no roncabas ni nada, simplemente dormías.

Y allí estaba otra vez en Villa Malvabisco buscando gemas de gelatina para la gente del lugar cuando el malvado General Chocolachicloso atacó la aldea. Berry era la última defensa contra el gigantesco enemigo que disparaba bolas de chicle pegajosas y chorros de chocolate ardiendo. Sin embargo, para la zorra esto era parte de su rutina como defensora de la gente salchipapas ya que gracias a sus poderes del electro podía pulverizar esas bolas chiclosas en sus extremidades.

Sin dudarlo Berry se encaró con el villano que lanzó un poderoso golpe, era momento de usar el tekkaiste para resistirlo y contratacar con un poderoso mordisco. Cerró sus ojos, tensó su cuerpo sintiendo como llegaba al punto de ser más dura que una roca y esperó el golpe, un golpe que tardaba en llegar hasta que ¡Bang!

La mink se despertó tras caer de la cama al suelo, abrió sus ojos sobresaltada mientras se ponía en guardia y observaba a su alrededor claramente somnolienta.

—¡Alpha! ¿DÓNDE ESTÁ CHOCOLACHICLOSO? Eh... ¿Qué es este lugar? ¿Y los sachipapas? Ehmm... tengo hambre ¿Qué hora es?—

Una catarata de preguntas mientras su estómago rugía y el sol de la mañana se filtraba por la ventana. Recordó lo que había pasado y como se había desmayado por cansancio tras entrenarse sin descansos con la plumifera. Todavía faltaba para dominar el Tekkai y por lo que venía a su mente había dormido por todo un día.

—No recuerdo dormirme aquí, supongo que me has cargado. Te lo agradezco lindo~—

La mink dejó un beso en los labios de Alpha mientras se estiraba y buscaba a los demás para comer algo. Caminaba por el barco sin mucho rumbo más que la cocina.

—¡Algodón de azucar! ¡Fueguito! ¿Que hay de comer? Suzuuu no te olvides que hoy debes seguir pateando aunque tengo una idea para no desmayarme.—

La mink recordaba su sueño mientras bostezaba y tal vez le hacía falta mas tiempo de preparación entre cada golpe, hasta lograr concentrarse correctamente y no forzar a su cuerpo a un castigo mayor en un periodo tan corto que exigiese tanto la resistencia natural. Tomó una manzana y comenzó a comerla como si de un cachorro se tratase, tomando la misma entre sus dos garras delanteras y mordiendo de costado el fruto antes de arrancar los pedazos. El día había comenzado para la mink y tenía decidido progresar en su entrenamiento del Tekkai, solo restaba que todos los demás hicieran acto de presencia.

—Hmm... ¿Estarán jugando a las escondidas?—

Se preguntó tomando una postura erguida para terminar de comer la manzana, dudaba que se escondieran aunque la mink no había mirado que solo eran las 5:57 AM y seguramente con tantos gritos habría asustado a más de una criatura durmiendo.

El curioso sueño de la mink te había despertado. Aunque por tu parte, tú no acostumbrabas a soñar. Bueno, bien se sabe que todos soñamos al dormir, eso es un hecho. Pero en tu caso, tu sueñas en oscuro, sencillamente no recuerdas tus sueños. Está bien que sea así, en lo personal, he visto un poco lo que ves mientras sueñas.

Y lo mejor es… que no lo recuerdes.

-¿Chocolachicloso? – Preguntaste curioso. – Supongo que has tenido un sueño divertido. De pronto, ella se acercó a ti para darte un beso de agradecimiento por haberla traído. Tú simplemente te dejaste llevar y luego sonreíste. Luego, seguiste sus pasos. – Ellos están afuera. – Dijiste. – No suelo levantarme a esta hora, pero no pasa nada porque lo haga uno que otro día. – Juntos llegaron a la cocina. Ya todos los utensilios se encontraban preparando todo para el desayuno. Tú simplemente tomaste asiento, ya que tu café siempre estaba listo apenas tú llegabas.

- Necesitaremos más tiempo para dominar nuestras técnicas. Pero aún tenemos tiempo. – Diste un primer sorbo a tu café. – Por otro lado, Berry. – Le miraste. – Al parecer eres como yo, uno de los pocos dotados que hemos nacido con Haoshoku no Haki o Haki de los reyes. – Allí comenzaste a hablar sobre lo que consistía ese haki. Vamos, lo básico, aun no tenías un amplio conocimiento de este. Fue durante una pelea a muerte que descubriste que eras portador de este y, aun no logras encontrar la manera de controlarlo o volverlo a manifestar.

Aun… estas en ello.

- No puedo enseñarte algo que no sé. – Bastante obvio eso. – Pero deberíamos enfocarnos en lo que estamos haciendo antes de llegar al nuevo mundo. La siguiente semana será dura para ambos y sé que estas más que lista. – Suspiraste. – Sera cansado, pero valdrá la pena.

Y sí que lo valdrá.

Berry ladeó la cabeza al escuchar del tercer haki, ya había despertado de su sueño y ahora su mente se enfocó en el haki de los reyes. Si bien lo había escuchado alguna que otra vez no recordaba tenerlo ni mucho menos sabía como se despertaba, se encogió de hombros ya que al parecer Alpha tampoco sabía y su prioridad de la semana era dominar el Tekkaiste no el haki. Mucho menos uno tan extraño y que en su mente solo había visto una vez cuando Ely se lo enseñó siendo que pese a intentarlo despertar a la fuerza no había podido de ninguna forma.

—Supongo que soy una reina exótica, pero no recuerdo haber sentido ese poder tal vez no estoy lista todavía ni es mi objetivo semanal. Si quiero conseguir mi ambición de cambiar la vida de la gente y continuar mi camino de nunca rendirme necesito dominar el Tekkaiste.—

Anunció Berry con una sonrisa dispuesta a ponerse a entrenar tras haber comido su desayuno. Para esta ocasión se colocó las pesas corporales e inició una nueva rutina para acostumbrar su cuerpo a la postura correcta para endurecerse. Como Alpha le había comentado la semana no les iba a ser sencilla y menos a la mink que acostumbraba a moverse o se emocionaba con un intercambio de golpes.

Pedirle dominar una técnica que requería la rigidez casi completa del cuerpo era un desafío en sí mismo. La zorra dedicaba sus días a entrenar primero una rutina de meditación donde buscaba quedarse quieta sin dormirse para luego resistir las patadas de Suzaku lo mejor posible. Descansando para las comidas y continuando con una rutina de ejercicios para fortalecer sus músculos.

Los golpes de la plumifera eran fuertes, pero al tercer día ya no tumbaban a Berry quien ya no estaba innecesariamente concentrada en quedarse quieta y era más parecido a un acto reflejo. Para el quinto y sexto día apenas podía moverla del sitio por más fuerte que esta golpease, su cuerpo se había adaptado cada vez más a la dureza requerida pero todavía faltaba pulir un detalle y era la duración del mismo.

El final de la semana se alzaba en el horizonte, la mink se despertó para dirigirse a la cocina y desayunar algo antes del día del juicio. Sentía nervios y ansiedad de comprobar los resultados de una semana tan dura y también de conocer lo que Alpha había estado practicando por su cuenta.

—Hoy voy a demostrar el poder del Tekkai ¡Siii!—

Y animada se lanzó a correr hasta la cubierta, donde fue recibida por una lluvia torrencial por lo que patinó haciendo ruido con sus uñas hasta chocarse con unos baldes de madera que no pudieron esquivar a la enorme zorra negra quien ahora lucía un trapeador como sombrero. Un gran final de semana, la pregunta era si estarían dispuestos a entrenar con ese clima.

—Bueno, un poco de agua no va a evitar que lo domine, entrené mucho para este día. ¡Lo dominaré aún si la tormenta no quiere!—

Gritó al viento volviendo a levantarse y alzando su puño, cuando algo se le metía en la cabeza ni la naturaleza era capaz de frenarla, una voluntad que siempre había demostrado y se manifestaba con mayor claridad cuando se trataba de entrenar.

-Supongo que existen muchos tipos de reyes. Pero digamos que la nobleza nunca ha sido mi tema de conversación preferido. – Muchas veces lo has pensado. Muchos nobles se han mostrado ante ti como personas que se ocultan antes sus reliquias y títulos inmerecidos. Has estado un par de veces allí, Alpha. Observando con cautela como muchos reyes actúan de manera cruel y déspota con sus súbditos. Pero también, has estado en lugares donde es todo lo contrario. En lugares donde… su pueblo ama a su reyes. El tiempo te ha enseñado muchas cosas, Alpha. El tiempo te ha enseñado que en todo el mundo existe todo tipo de personas. Desde el más bondadoso hasta el más cruel. A ti guste pensar que es parte del equilibrio, de una balanza que nadie puede controlar. “Después de todo, solo somos almas”, últimamente es una de tus frases favoritas. Pero eso también te hace saber una cosa.

Una parte de la tuya, está gravemente herida.

-Con una semana debería bastar. – Esa fue tu respuesta. – Siéntete libre de practicar todo lo que quieras con ella. – Moviste tu cabeza de un lado a otro para hacer sonar los huesos de tu cuello. – Yo me enfocare en mi entrenamiento.

A partir de este punto, todo bien para ti. Durante la semana, el entrenamiento que preparaste, fue para darle forma a aquellas técnicas que tú tenías pensadas con tus dos homies elementales. Digamos que hacer que tus puños se impregnaran de tus elementos no fue necesariamente difícil para ti. Aunque hacer que cada elemento ocupara la mano simultáneamente si requirió su truco. Ahora, las otras dos ideas fueron un poco más curiosas, también practicaste el cómo canalizar tu energía para hacer que tu homie de fuego al ser arrojado por ti, generara una explosión de fuego. Y lo otro… bueno, que Thor te arrojara un rayo y tú practicaras atraparlo y arrojarlo en otra dirección fue algo mágico de verte aprender. Pero digamos que fue entre todo, lo más complicado.

Aunque al final, no eran técnicas que requirieran gran esfuerzo por desarrollar.

-Bueno, parece que hoy es tu día. – Dijiste sentado en el borde del barco observado a Berry con calma. – Si de verdad esta lista, entonces veamos si puedes con esto. – De pronto, el pico de la plumífera comenzó a girar como un taladro desenfrenado. – Si logras soportar el pico taladro de Suzaku, será la prueba de tu éxito. – Todos los homies del barco miraban el momento que estaba a punto de darse. – Primeros auxilios están listo para acudir en caso de que falles. Pero sé que tu entrenamiento no ha sido en vano. A tu señal, Berry.

La mink sonrió ante su prueba, no tenía miedo a Suzaku si no de lastimarle ya que conocía lo duro que era su cuerpo naturalmente y lo lejos que podía llegar al usar el Tekkai. Las últimas sesiones le habían confirmado que la dureza estaba más allá de su escudo de escamas siendo que en un combate serio podría combinar su arsenal para volverse una verdadera muralla contra ataques potentes que pudieran poner su resistencia a prueba.

—Me parece bien que estén listos y espero que sepan reparar picos rotos.—

Comentó Berry poniendo sus brazos al costado del cuerpo y conventrando su mente en cada músculo por unos instantes mientras el ave comenzaba a avanzar. La mink se mantuvo firme mientras las gotas de lluvia descendían por su pelaje, solo un trueno fue la indicación para que el ave realizara su embestida al tiempo que Berry realizaba su Tekkai fijando el cuerpo en el lugar.

El agua entre ambas se disparó por los aires al momento del impacto, pero para sorpresa de muchos presentes el cuerpo de Berry no se movió del lugar. Y Suzaku no estaba dsiendo amable, sus ojos reflejaban la sorpresa en cuanto a la dureza del cuerpo de quien hacia unos días parecía un saco de papas para golpear.

Lentamente la inercia del ave se detuvo y al retroceder observó que en el estómago donde su pico había golpeado, tras una leve cortina de humo debido a la fricción no había ni un rasguño, ni sangre, ni pelo en la cubierta. Era como si Berry no hubiese recibido el impacto en lo absoluto.

La zorra exhaló con fuerzas mientras se sacudía como perro mojado el agua y se daba golpecitos para destaparse los oídos. Su pelaje no tardó en hacerse un desastre era más parecida a un puercoespín que a una zorra en esos momentos y ni hablar de su ropa pesada.

—Lo de quedarse quieta es un tema ¡Pero no sentí nada! Solo el agua en los oídos y algunas gotas en los ojos. Pero pude mantenerme.—

Expresó saltando de alegría una vez bajo el techo, su entrenamiemto había resultado y pese a los factores externos creía que en condiciones normales no le resultaría incómodo usar su nueva técnica del Tekkai para sorprender a sus rivales quienes no se esperarían tal defensa en primer lugar.