-Pasado: Hace 1 año y 6 meses. "Un día cualquiera"-

Me encontraba en la proa de un barco pirata mirando al mar, nostálgica. Solía pasar largas horas mirando al mar, era curioso pero... A pesar de lo peligroso que éste podía ser para mí, sentía la necesidad de conocer la sensación de poder nadar en mar abierto. En ocasiones cerraba los ojos para disfrutar de la brisa marina que me daba en la cara, haciendo que mi negro pelo ondeara ligeramente. Otras veces, tan sólo trataba de recordar la imagen de mis padres, trataba de buscar algún recuerdo bonito... Pero vagamente recordaba sus rostros. Ésta, sin embargo, era una de esas raras veces en las que pensaba que debería haber muerto yo en lugar de mis padres o mi hermano. Era una chica bastante fuerte y animada, no solía llorar, ya que pensaba que si no vivía feliz, la muerte de mi familia habría sido en vano. Y, sin embargo, una lágrima brotó de mis ojos y, tras ésta, otra lágrima cayó, recorriendo mi mejilla para terminar cayendo en la varandilla donde me encontraba apoyada. Comencé a llorar desconsoladamente, tratando de buscarle un motivo a mi existencia, mas no lo encontraba.

-Eh, morena, ya puedes venir a comer..- Dije de manera algo risueña, antes de darme cuenta de que yuni, volvía a llorar. Suspiré de manera algo entristecida, y es que, aparte de unas cuantas personas, prácticamente nadie me importaba, pero esta chica, era especial.. Me sentía bastante cómodo cuando ella estaba hablando conmigo, o incluso, dependiendo de el día, por el mero hecho de que estuviera cerca, ya estaba feliz y, a decir verdad, si algo odiaba es que esa muchacha, estuviera tan mal por culpa de sus padres.. No lo entendía, no entendía como alguien podía estar así, por alguien que murió hace años.. Pero bueno, no todos eran como yo..

-Oye..- Dije una vez ya estaba a su espalda, con un tono amable.- No deberías estar tan triste.. sé que te duele mucho lo que paso.. Pero te prometo que, algún día, encontraremos a quien hizo eso, y yo mismo les arrancaré las tripas..- Mientras hablaba, usaba los poderes de mi akuma no mi, para ir secando las lagrimas que salían de sus ojos, para así, no tener que dejar de acariciarle la espalda con la mano, intentando darle animos.

Al oír llegar a Johny me llevé rápidamente las manos a la cara para secarme las lágrimas pero, en contra de mi voluntad, éstas continuaban brotando de mis ojos. Traté de mirar haca otro lado para que no se diera cuenta, pero el intento fue en vano, ya me había visto. Y es que odiaba que la gente me viera llorar, eso destrozaba mi imagen de "chica fría e insensible". Es más, no recordaba haber llorado delante de nadie después de la muerte de mi familia, excepto de Johny y del dueño canoso de aquél bar donde lo conocí. No supe cómo actuar en aquél momento en el que Johny me acariciaba la espalda tratando de animarme, así que me limité a fingir una sonrisa.

-Lo siento... No deberías haberme visto así...- Dije mientras te miraba, con cierta tristeza en la mirada, tratando de aguantarme las ganas de llorar que, aunque pocas veces salían a flote... Cuando éstas salían, se apoderaban de mí.- Gracias, ya estoy bien, no te preocupes. Ahora vayamos a comer.- Intenté que Johny creyese que estoy bien, puesto que aquél chico me importaba de verdad y no quería darle lástima, pero cuando lloraba de aquella manera, me sentía tan impotente que comenzaba a temblar sin darme cuenta y, esto era algo que solía delatarme. Para evitar que el chico se diera cuenta me apresuré en caminar en dirección a la cocina.

No tan rápido, jovencita.- Dije mientras notaba que esta intentaba escabullirse de mi, como de costumbre. Siempre, absolutamente siempre que estaba mal, lo hacía.. Y ya era hora de que eso cambiara.

-No te vas a ningún lado, sin antes decirme por que estas así.. No tiene sentido.. Sé que te duele, pero paso hace mucho tiempo y... No sé, ya deberías saber que estar así no soluciona nada... Y es mejor sonreír, si no es por ti, que sea al menos por ellos, pero deberías hacerlo... Es.. Bueno.- Dije riendo con algo de nerviosismo, pues, pese a estar acostumbrado a tratar con marines furiosos, o incluso piratas sanginarios, no acostumbraba a intentar animar a nadie, y la verdad es que no se me daba muy bien.. Pero bueno, había que intentarlo.

Tras haber acabado de pronunciar aquellas palabras, agarré con suavidad la mano de Yunita, para evitar así, mediante el contacto físico, que esta escapará de aquella situación tan.. Incomoda para ambos, pero, aparte de incomoda, era necesaria, así que... No había más que decir.. Esa conversación se mantendría, si o si. Justo cuando me dispuse a esperar a que la chica contestara, me percaté de una cosa.. Era el primer rocé más allá de los típicos besos en la mejilla o abrazos, que teníamos en los más de 6 meses que navegamos juntos, por lo que, mi corazón se acelero con levedad, sin motivo aparente... Esa sensación me gustaba, aunque, por otra parte, solo me sentía así cuando torturaba, o mutilaba gente... ¿Tenía ganas de torturar a Yunita...?

Al oír a Johny decir eso me paré en seco y me giré lentamente. Conseguí al fin parar de llorar, haciendo un enorme esfuerzo por recobrar la compostura. Miré a Johny a los ojos, sabía que esta vez no iba a poder evitar aquella situación que, con suerte, tantas veces había evitado. No pude más que suspirar, resignada.

-¿Y qué te parece si vamos a comer y ya luego hablamos?.- Dije, en un último intento de evadir el tema o, al menos, retrasar dicha conversación que a ambos nos resultaba tan "incómoda". Aún así, sabía que lo más probable era que no consiguiera tal propósito. Tras esto, sonreí levemente, ésta vez no era una sonrisa fingida sino que, más bien, era una extraña mezcla entre resignación y una ligera alegría al saber que al menos aquél chico se preocupaba por ella.
Tras notar que me agarraba de la mano, le miré dulcemente, algo que resultaba bastante extraño en mí, debido a mi fría personalidad. Pero, no entendía cómo... Aquél muchacho siempre solía sacar mi lado dulce, aquel lado que... Había quedado en mi infancia y que pensé que no volvería a ver. Nadie había logrado sacar ese lado dulce y amable que, aunque escondido, permanecía existiendo. Cierto es también que nadie se había molestado en intentarlo.
Pude darme cuenta de que al chico le pasaba algo, por lo que le abracé cariñosamente. Después de aquél abrazo le dediqué una sonrisa y clavé mis extraños ojos en los suyos.

-¿Vamos?.- Le dije, animándole a ir hacia la cocina para comer.- Si la comida estaba lista cuando has llegado, en breve se quedará fría y... No vamos a tirar la comida, ¿no?.- Sonreí, tratando de "demostrarte" que ya estaba bien, aunque no fuese verdad.

-No, la comida esta hecha en la olla, así que no se enfriará por esperarnos 20 o 30 minutos..- Dije mientras tragaba algo de saliva, por que, a decir verdad, estaba algo de nervioso.- Y vamos a un camarote que, parece que va a llover, y aunque a mi me encante la lluvia, no quiero tener que estar luego secandome..- Dije riendo con suavidad, y a primera vista, no había ningún signo de lluvia en los alrededores de aquella apartada isla. Aunque, un hombre de mar como yo, sabía predecir esas cosas con algo más de facilidad que un ojo normal.. Demasiado tiempo en el mar, supongo.

Tras decir esto, mis pasos se dirigieron, sin prisa alguna hacia los camarotes, con una pequeña pero prolongada sonrisa en el rostro, mientras a la vez, acariciaba mi nuca con suavidad, pensativo. ¿Que había sido aquella sensación instantes atrás..? Me sentía bastante confundido... Había sentido el mismo subidon de adrenalina que cuando daba el primer corte en un cuerpo casi inerte... Pero, esta vez no había dañado a nadie... Era la primera vez que me pasaba algo así, y, conociendome, sé que pensaré en ello durante horas, tal vez días..

Reí levemente al notar que Johny se encontraba nervioso y le miré ciertamente curiosa, me hubiera gustado saber qué le ocurría, puesto que sentía la necesidad de controlar siempre la situación en todo momento. Y cuando habían detalles que no entendía, me sentía algo frustrada. Asentí ante aquella proposición.- De acuerdo, vayamos ...- Dije, a pesar de no ver signo alguno de una posible lluvia. Pero eso me daría algo de tiempo antes de tener aquella conversación, por lo que ni siquiera me lo pensé dos veces.

Me dirigí hacia los camarotes detrás suya, observando su comportamiento, tratando de averiguar qué le ocurría y, al mismo tiempo, pensando en qué podría decirle para que no se preocupara por mí y diéramos por zanjada la conversación pronto.
Mientras pensaba, se me escapó una tonta sonrisa y, para mi suerte, Johny no se dió cuenta... O eso me pareció, ya que me encontraba a sus espaldas. Había sonreído porque, a pesar de ser una chica inteligente, nunca había podido entender por qué aquél muchacho me tenía tanto aprecio... Ni siquiera podía entender el motivo por el cual... Me acogió. Pero me alegraba de que así fuese.

All llegar a uno de los varios camarotes, abrí el mismo con lentitud, pero con una amplía sonrisa en el rostro. Aún recordaba mi primera visita a esa habitación... Yo, una puta, y un cuchillo.. ¿Había algo más placentero que abrir en canal a alguien despues de tirartela?.. Sin duda, si eso existía, yo, no lo conocía.

-Aquí es, ve entrando, yo ahora voy.- Dije con un tono algo burlón para luego, comenzar a caminar a uno de los camarotes del fondo: El del capitan. Tras haber entrado en este, dejé mis armas en el escritorio del mismo, y me dispuse a salir de nuevo, dirección a donde se encontraba Yuni... Pero, por una cosa u otra, recordé como murió mi madre, y, enrabietado, volví a coger el revolver, y acaricié la inscripción del mismo, jurandome, como cada día, que acabaría con la vida de todo aquel que hubiera tenido que ver con la muerte de mi madre.. Y ya de paso, con la de Yuni. Tras relajarme levemente, suspire y puse rumbo a aquel camarote, donde, ahora mismo, se encontraba lo único que me importaba en los 7 mares..: Yunita.

-Bueno, ¿Que tenías que contarme?- Pregunte entre pequeñas risas amigables, con un tono de voz algo burlón, sentandome a su lado, mientras la miraba a los ojos, esperando una respuesta que me convenciera.

-Está bien, te espero dentro.- Dije mientras entraba lentamente en el camarote, observándolo todo curiosamente. Tras haberlo inspeccionado todo, me senté en una cama que allí se encontraba, pensativa. No sabía qué decirle a Johny, había pensado en decirle que simplemente, me sentía sola... O quizá podría decirle que hacía mucho tiempo que quería buscar a los causantes de la muerte de mis padres para liquidarlos, no sin antes torturarlos de la peor forma que se le ocurriera. Sabía que ésta última idea le iba a gustar más a Johny, por lo que me había decantado por esa.
Al verlo llegar, ladeé la cabeza ligeramente, un tanto preocupada. Había notado que el chico estaba más serio que cuando salió del camarote, pero al volverlo a ver sonreír, me tranquilicé un poco.

-Yo no tengo nada que contar, yo quería ir a comer y tú me has traído aquí.- Dije riendo levemente, tratando de animar un poco la situación antes de explicar nada.

Sonreí de lado mientras te mientras me medio tumaba en la cama, con total libertad, como hacía siempre. La verdad es que, sea por H o por B, nunca sentía que las reglas estaban hechas para mi, y eso de la verguenza, nunca fue conmigo, por lo que apriori, no pensé que habría incombeniente en que hiciera lo que quería..

Cuando ya estaba recostado en la cama, sonreí algo más ampliamente para luego comenzar a reir con levedad ante tu comentario, divertido. La verdad es que, aunque estaba bastante comodo, algo me indicaba que, eso estaba mal.. Como si tuviera que levantarme de la cama, como si, me sintiera mal por el hecho de... Espera.. ¿Me estaba sintiendo mal..?... No sabía que me ocurría, pero sin duda, debía estar enfermo.

-Cuentame anda, sabes que, aunque sea un sádico redomado que le encanta matar y torturar a gente, tú me importas, aunque sea raro.. Así que, agradecería, me lo fueras contando ya, y te evitarás el sufrimiento de ser interrogada por mi persona.. Aunque sinceramente, si lo deseas así, puedo ir a buscar las armas de nuevo..- Dije riendo, y aunque la verdad, no tenía intenciones de moverme de la cama, la gente, aunque tuvieran muchisima confianza conmigo, siempre, pero siempre, se creían mis amenazas.. Será por que, de momento, no e roto ninguna..

Observé como se acomodaba en la cama y sonreí, siempre me había gustado cómo solía comportarse Johny... Esa rebeldía, era algo más que envidiable. Sin embargo yo permanecía sentada y escondí mi rostro entre mis manos para que no pudieras ver mi cara que, al volver a pensar en el motivo por el cual antes lloraba, se había tornado triste de nuevo.

Respiré profundamente, pensando si debía decirle a Johny lo que había pensado antes. La cuestión es que las dos "explicaciones" que había pensado darle, eran ciertas... Mas no quería que él supiera que me sentía sola, mi orgullo no me permitía admitirlo, admitir que no me basto yo sola para vivir...

-¿Y qué piensas hacer? ... ¿Violarme?, ¿torturarme?.- Solté una carcajada, divertida. Yo ya sabía que Johny no sería capaz de hacerme nada.
Entonces me callé durante unos instantes, como esperando a que las palabras me salieran solas.

-Tan sólo es que... Tengo sed de venganza, quiero buscar a los asesinos que mataron a mi familia... Quiero torturarlos de la peor manera que exista... Quiero que me supliquen por su vida, que pidan perdón, que se arrepientan.- Conseguí decir mientras miraba al suelo, apretando el puño derecho.

Reí ante sus dos comentarios, bastante divertido. Mientras seguía acostado, sin decir nada, reflexionando sus palabras.. A fin de cuenta, no era un sueño tan descabellado... Era mi mismo sueño, así que.. No podía echarle nada en cara, y, lo único que podía hacer, de momento, era ayudarla a cumplir, el que era su sueño.. Con la mano derecha comencé a frotar levemente su espalda, con intenciones de tranquilizarla, mientras, lentamente, pensaba que podía decirle que le ayudara, dado que ella sabía que yo, me encontraba en su misma situación.

-Sabes que estoy igual que tú, y que ahora mismo, tenemos el mismo sueño... Pero... Tienes que centrarte de momento en adquirir fuerza y control sobre tus poderes, aún no eres más que un pequeño pececillo nadando entre tiburones, y tu presa, según tengo entendido, es una ballena azul... No tienes por que tener prisa, y siempre que quieras, yo estaré aqui, para ayudarte.. Pero de momento, no te permito que estes mal por algo que, aunque quieras, no podrá ocurrir..- Dije mientras reía de tanto en tanto, para luego, rodear a Yuni con mis brazos, intentando que se tranquilizara, con una leve sonrisa en el rostro, ahora si, sentado en la cama, la sonrisa no era del todo sincera, pues aunque todo lo que dije es la más pura verdad, aquel sentimiento de ira, adicción por la sangre, y ganas de torturar, venían de allí... De esas personas. Siempre que torturaba a alguien, le ponía su cara.. Siempre que cerraba los ojos, veía la cara de los verdugos... Y... Eso solo aumentaban mis ganas de torturar a mis victimas, incluso aveces, parecía darme fuerzas durante el combate..

Sonreí satisfecha al ver que Johny no se había percatado de que ese no era el único motivo por el cual había estado llorando momentos atrás. Cuando él comenzó a frotarme la espalda me recosté un poco para abrazarle fuertemente durante unos instantes y luego me separé lentamente, necesitaba un abrazo y sabía que el chico no se iba a molestar si se lo daba. Mas por si acaso no le abracé durante demasiado tiempo, temiendo que esto le incomodara aún más.

Reí levemente al escuchar aquella metáfora. A pesar de que resultase un comentario divertido, yo sabía que el muchacho tenía razón y que si quería realmente vengarme, no me iba a resultar fácil. - Sé que tienes razón... Sé que no me será fácil y... También sé que me ayudarás si me hace falta, pero lo único que necesito es que me ayudes a hacerme más fuerte, llegado el momento quiero hacerlo yo sola, quiero tener ese placer... Pero si no entreno, jamás seré tan fuerte como para poder vengarme... Y tú, si quieres, puedes ayudarme a serlo.

Me dejé, suspirando un tanto aliviada. En aquél momento un poco de cariño no me venía nada mal ya que, aparte de aquella sed de venganza que sentía, también me sentía muy sola. Me sentía sola desde que perdí a mi familia y la única persona que conseguía aliviarme un poco ese "sufrimiento" era Johny. No solía importarme estar sola en la vida, pero en aquellas veces en las que me encontraba mal, sin darme cuenta aquel sentimiento salía a flote. Y el miedo de perder a la única persona que me hacía sentir mejor, me invadía.

Aquellas palabras hicieron que, en mi rostro, se dibujara una amplía y sádica sonrisa que parecía no querer irse últimamente. Estaba en una época especialmente sádica en mi vida, por lo que, por norma general, en mi mente solo solían haber imaginaciones sobre torturas y demás… Pero, no sabía porque, cada vez que aquella chica sonreía, las ganas de torturar, iban desvaneciendo poco a poco, aunque a decir verdad, nunca se iban del todo.

-Ya, lo comprendo, y haré todo lo que está en mi mano por ayudarte… Ahora sabes que nos dirigiremos a otra isla donde, las condiciones, son bastante más jodidas que aquí, por lo que, una vez allí, comenzaremos a entrenar ese débil cuerpo…- Tras decir esto, una pequeña risa se escapó de mis labios, para, cuando me rodeo con sus brazos, parar de reír, volviendo a sentir aquella extraña sensación que había tenido instantes atrás… ¿Por qué mi corazón se aceleraba de esa manera?... ¿Por qué era incapaz de pensar en Yuni como alguien más de este mundo y siempre, tenía que intentar animarla?... Apenas comprendía nada de lo que pasaba en mi cuerpo y eso, sinceramente, me mosqueaba.

Al ver sonreír a Johny me sentí ciertamente más animada. No entendía por qué, pero me gustaba verlo sonreír, así fuera de manera sádica. Seguramente sería porque no estaba acostumbrada a que alguien se preocupara por mí en lo más mínimo por lo que, al ver a aquel chico que normalmente era frío tan atento, me sentía especial.

-Gracias, Johny... Por ayudarme y por preocuparte.- Le dije al chico, de manera un tanto emotiva. Pero al momento reí, para romper aquel "emotivo" momento.- Por cierto... Eso de... "débil cuerpo" no es lo que suelen decir los demás chicos cuando me ven.- Reí a carcajadas, tratando de volver a animar la situación, separándome lentamente del muchacho y mirándote a los ojos.

-Bueno... ¿Vamos a comer ya?.- Dije dulcemente tras oír el rugido de mis tripas. - Tengo algo de hambre.- Reí acariciando ligeramente mi estómago y me dispuse a levantarme para, junto a él, dirigirme hacia la comida para aliviar el hambre que tenía. Hacía 1 día y medio que no había comido debido a que me sentía algo triste últimamente, pero ahora que me sentía mejor... Me había entrado un hambre infernal.

-Vamos anda..- dije sin darle demasiada importancia a su primer comentario, como si estuviera inmerso en mis pensamientos, y es que, así era. No paraba de pensar en la situación que se había dado dos veces en este día, por lo que, simplemente, me levanté de la cama y con una sonrisa algo extraña, puse rumbo a la cocina, pues, si quería que la chica pudiera entrenar en condiciones, tenía que comer en abundancia, sobre todo, hidratos de carbono... Y era eso por lo que, la comida de hoy era un fileton para cada uno, con patatas de guarnición. Cuando llegamos a la cocina, aún sin mediar ninguna palabra, me senté directamente en la mesa, bastante pensativo.

¿Estaba malo? ¿Me habrían hechizado? ¿Alguna akuma No Mi?... No sabía que me pasaba, pero desde luego, odiaba con todo mi ser no saber que era lo que me hacía comportarme así con esa chica..

Asentí levemente y me levanté de la cama de aquél camarote de manera tranquila. Me dirigí hacia la cocina tras Johny, pensativa, la verdad es que estaba bastante más animada tras aquella conversación. Y aunque no hablaron de gran cosa, el simple hecho de haber hablado, ya me había tranquilizado bastante.
Me senté justo en frente del chico, tenía curiosidad por saber qué le ocurría, por qué estaba tan pensativo. Y, ciertamente, me resultaba algo divertido verlo de aquella manera.

-Que aproveche.- Dije, comenzando a comer de manera lenta. Paré un segundo para mirarlo.- ¿Te ocurre algo? Llevas un rato pensativo... - Pregunté curiosa, cortando con el tenedor y un cuchillo un trocito de filete para luego llevármelo a la boca, esperando la respuesta del chico.

-No te preocupes, no me ocurre nada..- Sonreí con amplitud ante aquella pregunta de Yuni, aunque, no era díficil averiguar que, estaba mintiendo. Por norma general se me daba bastante bien mentir a la gente, así como engañarla para cualquier cosa, pero, no sabía por que, nunca fui capaz de engañar en condiciones a Yunita... Pero bueno, lo intentaba. Aunque muchas veces, ella se daba cuenta, y esta vez, estaba seguro, de que ella se habría dado cuenta.

-Si, vale.. No te preocupes.. Te prometo que te lo contaré más adelante, quizás dentro de unas semanas, quizá en algo más, pero te lo contaré..- Tras decir esto, en mi rostro se dibujo una sonrisa de alvio, pues, en cierto modo, sabía que yunita podría ayudarme con mi... Problema.

-Hacemos esto... Comemos, y zarpamos rumbo a nuestro nuevo destino, y, tras esto, te cuento todo con más calma, vale?- Dije con un tono bastante burletero, pues sabía que la chica, odiaba esperar.

Sonreí, sabía perfectamente que me estaba mintiendo, se le notaba. Prácticamente siempre pillaba las mentiras de Johny, pero a veces, disimulaba y le hacía ver que me había conseguido engañar, ya que pensaba que quizás al chico le incomodaría decirle la verdad. Justo iba a insistir para averiguar qué le pasaba cuando él, sabiendo que no me iba a creer su mentira, dijo que me lo contaría, pero no ahora,

-Está bien, me lo contarás en cuanto lleguemos, ¿de acuerdo?.- Sonreí cálidamente. Odiaba esperar y estaba intrigada, pero si había algo que yo pudiera hacer para ayudar, en lo que fuera, a ese chico... Lo haría sin pensármelo dos veces.

Tras decir estas palabras me apresuré en terminar mi comida y levantarme de la mesa, cogiendo mi plato y los cubiertos sucios, para luego coger los de Johny con intención de lavarlos y, luego dirigirme hacia mi camarote para descansar un rato.- Nos vemos luego.- Le dije revolviéndole el cabello, tras haber limpiado todo.

Vale, en general ha estado bastante bien, la calidad de rol general ha sido un 7 y ahora procedo a explicar los detalles de cada uno. Aclaro que a mi las historias románticas no me gustan nada pero he dejado eso de lado para evaluar el nivel de rol y no el hilo de historia que aun así he tenido que seguir para enterarme de que iba el cuento jajajaja

- Johny: Te doy un 6 en calidad de rol, ya que al ser una isla sin combates ni cosas parecidas he evaluado sobre todo el aspecto descriptivo y escénico, el cual en tu parte se ha notado poco y en principio te iba a dar un 5 pero poco a poco lo has ido mejorando con el desarrollo de los post, así que al final he decidido ponerte un 6.

- Yunita: Tu puntuación es de 7 en calidad de rol. Tienes más puntuación que Johny por un uso del léxico más rico y una mayor extensión en las descripciones de sentimientos, momentos, lugares y acciones. También añado que si te hubieses extendido más en los post pudiendo describir mejor todo lo mencionado anteriormente hubieses llegado perfectamente a un 9 o incluso a un 10. Aún así tu rol, repito, no ha estado nada mal y por eso tienes un 7.

De acuerdo con la norma establecida de experiencias, Vuestras recompensas son las siguientes:

- Johny: Te corresponden 1800EXP y 1260 berries.
- Yunita: Te corresponden 2100EXP y 1470 berries.

Seguid así y os aconsejo que si seguís haciendo islas con temas parecidos a este practiquéis mucho el rol descriptivo y escénico para poder adquirir mayor nota, ya que todo el peso del rol va a recaer sobre ese aspecto.