[Pasado][Privado]Un agradable o extraño encuentro...

Me encontraba en el camarote de mi barco junto a Zarzi. Estábamos ya apunto de irnos a acostarnos a dormir cuando pude observar que alguien entraba en mi camarote. La puerta empezó a chirriar, instintivamente mire hacía la puerta y pude observar que el que se encontraba allí no era otro que mi capitán Azumi. Como siempre su simple presencia me seguía intimidando como el primer día. Una persona alta, inteligente y firme con sus decisiones como un buen capitán. Llevaba una capa con capucha de color negro, aunque no tenía puesta la capucha está vez dejando su cara al descubierto.

Esté entro a paso lento y se dirigió hacía mi, al parecer tenía algo que contarme. Me quede callado observando y inquieto por saber que era eso que me tenía que contar.

-Zarlet, tengo una misión para ti. Mañana por la mañana partirás hacía la isla Kuraigana. No te puedo dar más detalles de la misión, una vez que llegues allí, lo entenderás.-

Azumi se marcho de la habitación sin dejarme ni siquiera responder o hacer alguna pregunta al respecto. Pero ya tenía una nueva misión que hacer y poder demostrar mi lealtad hacía el y hacía todos los revolucionarios que perseguimos un mismo sueño.

Sin pensármelo más veces o darle más vueltas me fui a descansar, ya que al día siguiente iba a tener un día largo, navegando por el mar. Zarzi empezó a roncar y esto no me dejaba dormir. Empecé a reflexionar sobre que cosa debía de entender cuando llegara a aquella isla. Aunque no tenía ni idea de que podía ser, pero eso me mantuvo pensativo durante un largo rato hasta que al final pude dormirme.

A la mañana siguiente, cuando me desperté, me encontraba más cansado que de costumbre. Al parecer no había dormido más de cinco o seis horas, aunque eso no me importaba, ya que no tenía tiempo para quejarme. Me vestí y me puse un pantalón pirata y una camiseta blanca de manga corta. Después de eso, me dirigí hacía el baúl donde almacenaba todos mis objetos y cogí mis dos katanas, y le dí una daga a Zarzi. Esté ya se había puesto por si solo, el parche en el ojo que tanto le gustaba llevar. Después de tanto tiempo conseguí que aprendiera a ponerse el parche el solo.

Nos dirigimos hacía el bote, para partir, esté estaba echo de madera y era poco fiable pero si habría cualquier contratiempo ya vería como me las arreglaría para salir ileso, así que sin pensármelo más partí hacía mi nueva misión.

Tarde cinco días navegando por el mar casi sin descanso alguno, hasta que al final pudimos llegar Zarzi y yo a la isla. Parecía un milagro que hubiésemos llegado sanos y salvos navegando por aquellos mares con ese bote pero lo conseguimos y eso era la que contaba.

La isla era un bosque enorme, estaba lleno de arboles y no sé podía divisar otra cosa que no fueran los arboles, aunque seguramente tendría que haber algo más, para que me mandara allí en la misión que tenía que hacer.

Me adentre en el bosque junto a Zarzi, yo iba andando y el se sentía más cómodo siguiéndome por encima de los arboles, parecía que lo disfrutaba más que cuando a un niño pequeño le compran un juguete por primera vez.

La espesor de los arboles dificultaba la visión, y no conseguía ver más allá de dos o tres metros de distancia, pero era algo que tenía que hacer y como me había criado en una montaña, ya estaba acostumbrado a ello.

Después de varias horas andando buscando alguna ciudad o algún indicio que me pudiera servir, pude encontrar una gran mansión. Por la estructura física que se veía desde fuera, parecía estar abandonada, aunque también tiene su sentido, porque ¿Quien quisiera vivir en un lugar como esté? Tan alejado de la civilización humana, rodeado de un bosque, que aunque no haya habido ningún problema para llegar hasta allí podría ser muy peligroso. Pensaba mientras instintivamente nos acercábamos hacía la puerta de la mansión.

La puerta estaba medio abierta, así que no hizo falta ni tocar el timbre para poder entrar en aquella mansión. Por dentro parecía una cosa totalmente distinta, ya no parecía estar abandonada sino todo lo contrarío. Era lujosa, espaciosa y enorme... Muy fácil de perderse si no vas con cuidado. Las paredes estaban pintadas de color marrón oscuro, el suelo era de parquet, que era estilo de madera resistente y que no le entraba moho.

Zarzi y yo subimos a la siguiente planta, por una escalera en espiral. Las simples chafadas que hacíamos en la escalera hacía que crujía y empezamos a ir con mas delicadeza para que no partiera la madera y se desplomara toda la planta.

En está planta habían cinco habitaciones unidas por un gran pasillo que contenía una alfombra de color rojo. Cuando nos dispusimos de entrar a la primera habitación, pude ver como está estaba en escasez de muebles y no como abajo en el comedor que estaba lleno. Aquí solo había una cama y una mesa de escritorio con su respectiva silla. Sin calentarme mucho más la cabeza me dispuse a abrir los cajones del escritorio para poder ver si había algo de información que me pudiera servir, ya que todavía no podía comprender cual era la misión que quería que hiciese mi capitán en aquella isla.

Cuando abrí el cajón del escritorio, pude observar como ahí dentro había una bandera. Estuve pensando que bandera podía ser y el por qué estaba en aquella habitación. Después de varios minutos pensando caí en la conclusión de que era la bandera de una banda pirata en la que un excompañero mio se ingreso en esa banda, dejándonos abandonados con una sola carta.

Aquello no tenía sentido el porque una banda pirata, relativamente nueva iba a tener su bandera en aquella mansión, aunque no le dí mucha importancia y proseguí a buscar más información al resto de habitaciones.

Zarzi, no te alejes de mi. Esto puede ser peligroso.

Después de decir aquellas palabras a mi más leal compañero Zarzi, salí de la habitación y proseguí a entrar a la siguiente. Cuando la intenté abrir, la puerta parecía estar atascada o cerrada con llave, o bien algo valioso habría ahí dentro o bien no había nada y por eso estaba cerrada, pero debía de salir de mis dudas y la única manera que había era abriendo la puerta. Lo intente varias veces y no pude obtener ningún resultado ya que la puerta seguía sin abrirse, hasta que al final me canse y saqué mis dos katanas.

Con mis dos katanas en la mano me dispuse a cortar los grilletes de la puerta. Con un rápido movimiento de arriba a abajo lancé una onda cortante de un metro de longitud golpeando en los grilletes y esperando a que se rompieran para que la puerta cayera hacía algún lado de los dos. Espere varios segundos y no obtuve resultado alguno. Los grilletes estaban rotos pero la puerta seguía de pie impidiendo el camino para poder entrar a la habitación. Lo único que me queda por intentar es sacar el pomo y la puerta ya no tendrá sujeción alguna. Sin más preámbulos rodee de un fuerte viento cortante, a una velocidad rotatoria de ciento setenta y cinco kilómetros por hora la katana que tenía en la mano derecha y lance una estocada hacía el pomo con la intención de arrancarlo y que cayera en la parte de atrás de la habitación.

Tanto el pomo como la puerta, cayeron hacía dentro de la habitación haciendo un estruendo ensordecedor y más aun si consideramos que empezó a hacer eco, por toda la mansión. Aunque a esas alturas el ruido que podía ocasionar ya poco me importaba. En unos instantes todo el pasillo se lleno de polvo. Me quede varios segundos mirando a mi compañero hasta que el polvo ocasionado debido al derrumbamiento de la puerta se había disipado y le dije:

-Vamos a ver que hay dentro y el porqué está tan bien cerrada está puerta.

Entré en aquella habitación, estaba tan oscura que no podía ver casi nada y a simple vista no veía ningún interruptor de la luz cerca, así que me las tendría que apañar a oscuras. Entré en la habitación y al fondo había un armario con sus respectivas estanterías. Empece a rebuscar por aquellas estanterías y por mi suerte me encontré una vela. Saqué un mechero del bolsillo del pantalón pirata y encendí la vela.

Los ojos se me achicaron un poco cuando la luz de la vela se ilumino y tardé varios segundos en acostumbrarme. Una vez que la vista se me acostumbro a la luz nuevamente proseguí con la búsqueda de información que tantos problemas me estaban trayendo y los que me quedaban por encontrarme.

Empecé a iluminar todo le cuarto y pude observar que en la cama había un hombre, que al parecer estaba durmiendo aunque no hacía ruido alguno y es bastante raro ya que había echado la puerta abajo, debería de haberse despertado solo con el ruido. ¿Que hacía un hombre encerrado en aquella habitación? ¿Podía ser un prisionero, que estaba encerrado en aquella habitación? Pensaba mientras me disponía a averiguarlo por mi mismo.
Cuando le quité la sabana todo su cuerpo pálido quedo al descubierto. Me lleve una gran sorpresa ya que no me lo esperaba aunque quizás era algo lógico por eso ni se inmuto al escuchar la puerta al caer. Esté tenía un corte desde el hombro hasta la cintura y al parecer murió desangrado antes de llegar a aquella habitación, alguien cuyo objetivo desconocía lo trajo a esa habitación una vez ya muerto.

Aquel muerto tendido en la cama supero todas mis expectativas de cosas raras que podía encontrarme en aquel lugar. Jamas había pensado que me encontraría algo como aquello en aquella mansión. Tal vez aquel fuese el propietario de la casa y por eso está esta abandonada en estos instantes. Intente deducir cuanto tiempo llevaría muerto pero no era forense y no pude llegar a ninguna conclusión. Lo que si que sabía era que no podía fallar en aquella misión a Azumi que me había mandado confiando en mi, y tenía que informarme bien de todo antes de hacerle el informe de aquella misión con los resultados que espero que sean favorables para llevar al cabo nuestro sueño de derrocar a la marina.

Derrepente, empece a escuchar algo como si alguien me estuviese hablando en susurros. Se me puso la piel de gallina en centésimas de segundo, haciendo que me entrara un escalofrío por todo mi cuerpo. Podía escuchar que me susurraban:

-Sed Sentenciado por vuestra fechoría.

Aquella voz la reconocía, me resultaba familiar aunque no conseguía deducir quien era. Lo que si que tenía claro era que había conseguido acojonar-me en unos instantes. Por más que miraba hacía los lados no podía ver quien era el que me estaba hablando. Era como si un espíritu estuviese ahí y este tenía vida propia. Pero ¿un espíritu de quien? ¿quien podría estar encerrado en este mundo y por que razón? Pensaba mientras seguía observando con la mirada todos los lugares de la habitación, quieto he inmóvil.

Al cabo de unos momentos había caído en una conclusión de algo totalmente incoherente. Que fuese una persona que por muy amigo que hubiese sido en el pasado, jamas pude comprender y que nos traiciono y le guardaba rencor por ella. Sin dudarlo ni un momento, salieron unas palabras de mi boca, dubitativo y con voz temblorosa.

-¿Seert?.... ¿Eeeres tú verdad?

Las posibilidades que fuesen ciertos mis pensamientos eran relativamente bajas. Pero tenía que intentarlo ya que no perdía nada por intentarlo y aquella voz me seguía resultando muy familiar. Pero si no volvía a hablar otra vez no podría salir de mis sospechas, así que espere inmóvil en aquella habitación hasta poder volver a escuchar su voz y poder confirmar mis sospechas.

Una sombra empezaba a materializarse desde la pared. Ahora no tenía ninguna duda de que era allen ya que conocía perfectamente su akuma debido al tiempo que pasamos juntos. Demomento solo se podía ver los dientes terroríficos y siniestros que mostraba. Poco a poco se fue materializando mas partes de su cuerpo, hasta que por fin todo el estaba al lado mio. Nunca me acostumbraba a verle hacer cosas de ese tipo, pero ya no me sorprendía tanto como la primera vez que lo vi hacer eso.

-Muy bien has acertado, pero te advierto que no soy tan amable como Allen. ¿Me puedes decir tus motivos de adentrarte en mis dominios?

Al final tenía razón, era sert el que estaba intentando asustarme. Aquella doble personalidad de Allen no me gustaba, ya que era un completo psicópata y nunca sabías en que estaba pensando. Al ser tan egocéntrico lo que quería era molestarle y hacer que se vaya para poder hablar con Allen.

¿En tus dominios?Pero si tú único dominio es que manejas un cuerpo que no es ni siquiera tuyo. Venga va largate y dejame hablar con Allen que me gustaría preguntarle un par de cosas y no estoy de humor ni tengo tiempo para aguantarte.

Me quedé allí de pie esperando la respuesta de Sert y seguramente sería de una persona bastante enojada aunque esto a mi no me importaba ni lo más mínimo. Pero como ya conocía un poco a ser por si acaso me lleve la mano a la cintura donde tenía KAIYŌ KUTSŪ para prevenirlo que podía suceder.

Sert parecía molesto, me esperaba que en cualquier momento saltara encima mía para atacarme pero para mi sorpresa no fue así. Esté mostrando una cara de rabia y intentando no alterarse más de la cuenta me respondió a mi pregunta intentando que sus sentimientos no salgan a flote.

-Jejeje lo dice el chavalito que no pudo ni siquiera hablar con Allen y detener que se fuera y aun a día de hoy no sabe que le paso. Además se cree el mejor porque su poder resida en una fruta que le permite lanzar rayos y no en su propios dotes-

Sert empezó a reírse de forma extraña que hizo que un escalofrío recorriera todo mi cuerpo. Pero el no acabo de hablar ahí así que antes de contestarle deje que terminara lo que tenía que decirme.

-Aunque para que digo nada, si únicamente eres un “sustituto” en una banda, de la cual todos te vencen con una mano atada en la espalda.

Por fin parecía que había acabado y por lo visto parecía que le había echo enojar de verdad. No sé si iba a ser buen plan pero sin pensármelo mucho le conteste, irritado por aquellas palabras obscenas que me dijo, aunque me las esperaba peores conociéndolo.

-Estoy aquí ahora mismo de pie para averiguar el por que se fue y el por que no se despidió antes de nosotros.

Me quede inmóvil esperando a que en cualquier momento sert me atacara pero mientras no sea así yo seguía hablando con tranquilidad y pareciendo lo más calmado posible.

-¿Me creo el mejor por que puedo lanzar rayos dices? Al parecer de verdad me temes a mi y a mis rayos, pero recuerda una cosa...

En ese momento me transforme en mi forma híbrida, seguía siendo humano pero ahora era mucho más alto, los músculos me aumentaron drásticamente, haciéndome más ágil y más veloz. Ahora ya podía usar los poderes de mi akuma tanto del viento como del rayo.

Lance una fuerte ráfaga del viento haciendo que todas las velas de la casa se apagaran, dejando solamente la luz que entraba desde la ventana. Las temperaturas en el interior de la casa había descendido drásticamente a causa del viento que seguía circulando por los pasillos de la mansión. Después de aquello proseguí hablando con suma normalidad y acabando la frase que había dejado a medias anteriormente.

-Recuerda que también puedo usar el viento. Y respondiendo a tú pregunta, no es que me crea el mejor sino solamente mejor que tú nada más. ¿Que todos los de Shinri me vencen con una mano en la espalda? Pues posiblemente sea cierto pero...- En esos momentos desenfunde  KAIYŌ KUTSŪ y la otra mano me la coloque en la espalda retandolo.- Yo también te puedo a ti con una mano en la espalda y si no te lo crees ven y te lo demuestro. Ahora mismo tienes dos opciones: La primera es dejarme hablar con allen y no pasará nada o puedes coger la segunda y te cortare en rodajas.

Sert hizo que me enojara y perdiera los estribos hasta tal punto de retarnos a una pelea un tanto sin sentido, aunque por hacerle tragar las palabras a sert, todo eso ya no me importaba. Empezaba a centrarme en la misma batalla y en como podía atacarlo sin dejar muchos espacios abiertos. Pero antes de que pudiera atacar el me dijo unas últimas cosas.

-Así que tigre eh……entonces parece que tendremos una batalla de bestias.

Esas palabras me sorprendieron y me dejo parado durante unos momentos ¿Una batalla de bestias? ¿A que se refería con eso? Pensaba mientras le observaba fijamente esos ojos rojos esperando a que hiciera cualquier cosa.

Derrepente pude observar como el empezó a cambiar a su forma híbrida, está ya la había visto más de una vez y ya me resultaba más usual verla. Mostraba una cara sería y algo despreocupada como si de verdad solo fuera un insecto para el, aunque seguía sin entender lo de la batalla de bestias, pero seguía en guardia por lo que pudiera pasar. Al cabo de unos segundos me dijo:

-¿Echas de menos a tu amigo? Ya veremos si sigues pensando lo mismo.

Hablaba con una voz firme y convencido de que iba a ganarme antes de haber peleado. Quería demostrarlo cuanto había mejorado y la mejor forma era aquella, peleando contra el y haber si podía ganarme su respeto de una vez por todas.

-Si tu controlas el viento y el rayo, te diré que ahora yo controlo….  ¡YO CONTROLO EL MUNDO DE LAS SOMBRAS!

Sert parecía poseído, no estaba actuando como lo hacía normalmente, su cuerpo empezó a cambiar hasta que todos sus rasgos se empezaban a parecer poco a poco a los de un león. Aquello me impresiono dejándome inmóvil durante unos instantes. Mi instinto animal me decía que huyera, pero ya era demasiado tarde para ello. Debía de enfrentarlo aunque eso me pudiese costar la vida y siempre tenía a Zarzi para alguna situación extrema, aunque no lo quería involucrar en este combate ya que no iba a poder garantizar ni mi propia seguridad.

-Vamos, ven perrito, si no vienes tendré que ir a por ti.

Sert me respondió tentándome y haciéndome que me enojara más para combatir contra el.

-Vamos…. ¿No querías empezar el juego? ¿Quién ganara…el león o el tigre?

Empece a canalizar mi energía. Unos rayos empezaban a brotar de mi hasta que al final todo mi cuerpo estaba recubierto de electricidad, con una capa de cuatro milímetros de grosor. Cualquier roce con mi electricidad ahora rodeando el cuerpo podía causar quemaduras leves y el contacto ya podría ser mucho más grave dependiendo de lo que pasara en aquel momento.

Metí el brazo izquierdo en mi cintura y saque el dial de espinas luego lo extendí mi brazo izquierdo hacía atrás, mientras que en el brazo derecho seguía empuñando mi guadaña apuntándole a el. Me concentré para poder usar un pleno potencial del poder que me otorgaba la akuma no mi, haciendo que un tremendo chorro de viento saliera de mi mano izquierda propulsionandome hacía adelante a una velocidad de treinta kilómetros por hora ya que entre la velocidad que había conseguido a la propulsión y a que ahora en aquella forma podía correr muchísimo más que cualquier humano con una fuerza sobrehumana, me era posible hacerlo.

Mi objetivo era asestar una estocada el el bazo, que conllevaría a consecuencias grabes para el, aunque quería asegurarme de dañarle aunque sea un poco así que antes de llegar a la altura en la que se encontraba el, no me fije si se había movido o si estaría contrarestando mi golpe pero deje caer el dial de espinas intentando que no se diera cuenta de ello ya que el dial lo sujetaba con la izquierda y esta mano la tenía a mis espaldas. Solo tocar el suelo el dial se activaría y si todo salia bien el estaría con una estocada y con espinas clavadas por todo el cuerpo o en su defecto si se lo esquivaba al estar en una habitación las espinas saldrían dirigidas hacía todos los lados y sería casi imposible esquivarlas.

Para prevenir que estas no me dieran, mantuve el chorro de aire disparado anteriormente activado, para las espinas dirigidas hacía mi se frenaran antes de tocarme.

Poussée de l'essai [AF]

Tras decirle lo que tenía que decir, vi como este empezó a emanar electricidad por su cuerpo, lo que se puede explicar seguramente por el poder de su Akuma no mi, aunque esa perfección no es para nada normal. Mis primeras sospechas fueron dirigidas a un entrenamiento duro, pero según me ha contado Allen y mi tiempo junto a este insensato me confirma que es esto meramente imposible, ya que una persona tan fofa como él, no ha podido desarrollar tal concentración a esa escala.

Mis ojos siguieron viendo todo lo que hacía sin perderle de vista en ningún momento, ya que me parece que se está preparando a intentar hacerme algún ataque planeado, lo cual me haría divertirme al menos un rato, ya que las últimas batallas contra este no eran para nada divertida, así que me quedo observándole con los ojos bien abiertos y con una sonrisa sádica en mi cara. Este empezó a desenfundar una Katana sin ningún rasgo aparente, a lo cual yo agarre con mayor fuerza mi Sai y active su poder, ya que no quería perder el tiempo contra un insensato como este. Los poderes de las almas de los leones que están en su interior empezaron a meterse en mi interior, haciendo que todas mis facultades empezasen a aumentar, a lo cual una sonrisa a más no poder se expresa en mi rostro, ya que con este poder mi velocidad aumentaba en unas condiciones bastante y eso lo empleare para derrotarle.

De pronto una gran corriente de aire salió de detrás de la arma del rival y empezó a acercarse rápidamente a mí, a lo cual mis reflejos pudieron percibirlo y hicieron un cálculo rápido, viendo como se movía. Su velocidad es aproximadamente de unos 40 kilometros de hora, a lo que se puede rebajar a once metros por segundo.

-Lento…

Active dos técnicas del rokushiki para empezar a hacer unos movimiento lo mas agiles posible. Empleando el soru junto a todo el poder del león mi velocidad aumento drásticamente hasta 210 kilómetros por hora, lo que se resume nuevamente como 58 metros por segundo, lo que empecé a emplear para moverme a gran velocidad a mi rival y atacarle sin que se lo esperara. Además emplee el Kami-e para moverme con total soltura y poder hacerle varios tajos por todo su cuerpo dando vueltas alrededor de este, como si una mismísima cúpula de tajos le diese por todos los francos.

-Extreme Soru [AF]

Aparte de eso mis ojos empezaron a cerrarse debido a tal velocidad, ya que lo malo de desplazarme a esta velocidad es que mi cuerpo aun no se ha acostumbrado, pudiendo sentir como de pronto una espina alcanzo uno de mis brazos, haciendo que mis ataques contra este sujeto se viese parado por unos instantes.

-Mecachis…de donde salió esa espina-digo mirando hacia el suelo, donde puedo ver ahora que estoy parado durante unos instantes el dial en el suelo-MALDITOOO