¡El Mercader contra la Rosa Oscura! Rose vs Miszvat

El viento ondeaba las velas suavemente. Había demasiada tranquilidad no como hará una media hora, en la cual estábamos huyendo de una banda de piratas un "poco" más fuerte que todos nosotros juntos. Nosotros huyendo... sonaba raro que lo dijese incluso yo, pero era una cuestión de sobrevivir. El caso es que... mi ambición y forma de pensar que podría con unos tipos tan fuertes  podría costarme la vida a mí y a mis compañeros y era algo que no soportaría... Pues les consideraba como una familia, algo que gracias a ellos había encontrado un lugar llamado hogar en el que era feliz y no podía sufrir a no ser por el dolor ajeno. Lo bueno de que tuviese bastantes conocimientos de navegación es que sabía llevar la Dolce Vendetta por corrientes de agua distintas ayudando mejor a avanzar y también gracias al poder mi akuma, que con el hielo podía evitar su avance.

Después de nuestra intensa huida en la cual perdimos de vista a aquellos hombres se podía navegar con tranquilidad. Me había alejado del timón un buen rato a descansar y fui a mi camarote. Allí estuve leyendo algún que otro libro con historias o leyendas apasionantes, dado que a mí me encantaban y nunca rechazaba ninguna. Estaba segura de que si me hacían un test ahora para algún periódico famoso de los mares sobre este tipo de leyendas las diría calcada, y mejor aún, me haría más famosa aparte de mi cargo de Shichibukai. –La conocedora de leyendas…- me decía a mí misma mientras estaba tumbada. Era gracioso y no podía evitar reírme. Una risa que durante un buen tiempo no tenía cabida en mi cara. Lo malo de que riese es que después comenzaba a recordar los hechos de por qué no lo hacía, y todo el dolor venía de golpe. Aquellos que más quise desaparecían o morían, pero a partir de ahora lo evitaría. Me había propuesto un reto de evitar que le pasase algo a las personas que me rodeasen, les protegería con mi vida si hiciera falta, como cuando se lo había prometido a mi capitán en aquella guerra de Loguetown…

El sonido de mi Den Den Mushi fue lo que hizo que dejara de pensar en aquello. Me levanté rápidamente y lo cogí a la vez preguntando quién era. La voz era gravísima y con un tono muy autoritario –Shichibukai Dark D. Rose, ha sido retada por su puesto aliado del gobierno, lo único que debe hacer es ir a Cactus Island y enfrentarse al susodicho- respondía secamente. Me había dejado con la duda de quién podría ser así que pregunté –Necesito más datos ¿quién es y en que parte de la isla podría encontrarlo para el duelo?- El hombre que estaba a través del Den Den Mushi carraspeaba demasiado y tras  unos segundos respondió finalmente –No hay más datos. Lo averiguarás en cuanto llegues allí. Buena suerte.- Colgó al instante. Me encantaba ese tipo de personas, pensaba reflejando mi sarcasmo en silencio.

Sabiendo de eso cogí el mapa de navegación para ver en donde quedaba Cactus Island. Estaba relativamente cerca y en unas 4 horas podría llegar ya que nos quedaba de camino. Mandé a mis nakamas que ubicasen bien las velas para coger velocidad y me puse al mando del timón. El tiempo de la travesía fue un poco lento pero finalmente se había conseguido llegar. En cuanto llegamos al puerto de la isla –que era conocida por su hospitalidad- atraqué con la Dolce Vendetta. Me dirigí hacia los de mi banda advirtiéndoles que se quedasen en el barco y salí. Comencé a caminar por los senderos que llevaban a la ciudad o a cualquier parte del pueblo en busca de mi contrincante, aunque sin datos iba a ser difícil. –Donde estarás adversario…- dije en voz baja.