[Quinta Ronda] Osuka Sumisu vs. Luka Rooney

El combate contra su ex-compañero fue brutal. Los jueces determinaron que el vencedor había sido Therax y, aunque en el momento el habitante del mar hubiera matado a los jueces, lo cierto era que lo había disfrutado. El espadachín le invitó a ir a su antiguo barco, sin embargo, Luka rechazó y sue fue a una de las habitaciones proporcionadas por Lord William. Allí se autoexaminó y recibió la atención de algunos de los médicos contratados por el propio magnate.

De repente, llamaron a su puerta, y al abrir le dejaron un extraño paquete, a nombre de Flotadores patito feliz. En él le invitaban a ser parte de su marca y promocionar uno de sus flotadores a cambio de dinero. El gyojin empezó a reírse en soledad y no le pareció mala idea hacer el tonto antes del combate.

Tras ello, observó un periódico y vio la clasificación. No podía dejar de cabrearse cada vez que veía tres derrotas, ya que por alguna razón, las dos jornadas no disputadas le habían contabilizado como derrotas. En cualquier caso, aguardó en cama y haciendo algo de ejercicio a que llegase la fecha para pelear contra su próximo rival.


Llegó al escenario palpándose su anillo, que estaba parcialmente cargado, y ajustándose su nuevo flotador. Era de color amarillo, con un característico patito al frente y, a decir verdad, bastante cómodo. Aunque nunca se había puesto un flotador, por lo que realmente no sabía hasta qué punto la marca se diferenciaba de otras en ese aspecto.

El pirata esperaba que no le tocase otro desierto donde le fuese complicado pelear, y no, afortunadamente le había tocado un escenario un poco más… Normal. Rocas por aquí y por allá, tierra en el suelo y más rocas a lo lejos. Era una especie de cráter, así que tendría que andarse con cuidado.

Fue nuevamente el primer integrante en llegar, y el público comenzó a corear su nombre. El gyojin, animado, notó cómo su pulsera le quemaba y se vino arriba. Empezó a saltar y a llevarse las manos al flotador, el cual se quitó y lanzó al público. No estaba de más ganarse a la gente antes del combate. Si estaban de su lado, notaría su calor y pelearía con más fuerza aún.

El gyojin esperaría a su rival cerca de la grada. Tenía ganas de comenzar el combate.

El público estaba entregadísimo, y la sinergia que proyectaba con el gyojin era lo suficientemente intensa como para ayudarle a creer en su victoria. Si tuviera delante a cualquier Yonko pensaría lo mismo. Estaba eufórico, y aquello intentaría trasladarlo al propio combate. Pocas veces el habitante del mar había combatido contento. Muy pocas, realmente, por lo que aquello podía ser un caja de sorpresas. Ojalá que buenas.

Siguió incitando al púbico mientras su anillo iba almacenando la humedad del ambiente. Lo sentía porque vibraba de vez en cuando, fruto del proceso de condensación que se estaba dando en su interior. Sonrió a la par que veía cómo su rival se iba acercando. Había llegado puntual, algo de agradecer. Por los cuadrantes, aquél era Osuka Sumiso. Lo había visto varias veces en los carteles de Wanted, pero ninguna vez se había personado con él, por lo que poco más sabía de qué habilidades tenía. Aunque bueno, lo que sí sabía era que pertenecía a la revolución y, por ende, luchaba por un mundo mejor para todos. Blablabla. Cuentos chinos que algunos se creían, aunque no era el caso de Luka.

El tipo se acercó a él, y le preguntó por sus ex-compañeros, en particular por su antiguo capitán. El pirata le tendió la mano antes de contestarle, esperando que su rival hiciese lo propio con él.

- Bueno, la vida de Zane es una espiral de meterse en líos. Algunas veces de manera simultánea, la verdad, por lo que supongo que antes de entrar en el torneo habrá dejado algún lío a medias, que cuando acabe, solapará con algún otro. En cualquier caso, no hemos venido aquí a hablar, ¿no?

El gyojin se limitó a responder lo suficiente como para iniciar el combate, dejando de lado que su rival pensaba que aún seguía en la banda del pelirrojo. La euforia que sentía no le dejaba pensar en nada más, y la adrenalina que corría por sus venas necesitaba salir al exterior. Su pulsera empezó a quemarle, llamándole a dar el primer golpe de nuevo, algo de lo que era muy amigo. Dar la primera hostia en un combate era un arte que no todo el mundo sabía dominar. No podía ser ni muy potente -o el combate acabaría pronto-, ni muy débil, ya que quedarías en ridículo -y bastante expuesto-. Había que hacerlo con sumo cariño, tanto por el arte de dar la primera hostia como por amor propio de no quedar defraudado. Así que allá iría.

Se había prometido tomarse con deportividad el torneo, y aunque la derrota contra Therax le sentó mal, necesitaba una victoria para no sacar su lado de mal perdedor, que por otra parte, podía hacer que lo descalificaran. Así que si no lo dejaban KO, tendría que contenerse si el jurado determinaba que el combate era digno de un empate o una victoria de su rival.

Ladeando ligeramente el cuerpo, llevando la mano derecha al frente y la palma izquierda en paralelo a su cuerpo, el gyojin adoptó una postura ofensiva a escasos dos metros de su rival. Sus extremidades superiores e inferiores se recubrieron de su voluntad y, rápidamente, el habitante del mar desplazó su puño derecho con firmeza hacia el pecho de su rival a la par que llevaba el pie izquierdo hacia el frente y, girando su cadera sensiblemente, su codo intentaba impactar en el cuello de su rival.

Un sencillo combo para empezar que le valdría para dos cosas, la primera ver la capacidad de respuesta de su rival y la segunda -si conseguía impactar-, la robustez que el tipo tenía para recibir los golpes.

El gyojin notó cómo su puño derecho impactaba en el pecho de su rival, mientras que su codo izquierdo, por el contrario, era parado por el revolucionario. Le sorprendió la firmeza con la que lo hacía, pero al fin y al cabo, él no era el único que tenía armas en el torneo. Y no solo eso, sino que la fiesta empezaba, y lo hacía por todo lo alto.

No era la típica fiesta con pompones, pancartas y alcohol. Era una más… Ruda. La típica fiesta que acaba mal, con la gente dando gritos escenificada por el público, un par dándose de hostias, que sin duda eran Luka y Osuka, y el típico drogado, que pronto sería el propio habitante del mar.

El tiburón apretó el puño derecho, notando cómo su anillo llegaba hasta el máximo de su capacidad, listo para usarse cuando su dueño lo estimara. Y no tardaría mucho, a juzgar por los movimientos de su contrincante.

Con la mano apuntando al suelo, empezaron a salir despedidas piedras, que pronto formaron un… ¿Brazo de piedra? alrededor del revolucionario. Un hecho un tanto raro, que puso alerta al pirata.

Con el brazo de roca, su rival pretendía impactar en un costado. Estaba jodido, pues la única defensa posible era intentar interponerse entre el impacto y él. Pero el brazo que podía hacer aquello estaba sujetado por Osuka. Todo apuntaba a que iba a ser otra pelea de puños, y no una con sables quelocortantodo.

Frunció el ceño, endureciendo el costado al que se dirigía el golpe y preparándose para recibirlo. Y vaya si lo recibió, de lleno y con una fuerza increíble. El golpe hizo que el tiburón tosiera y diera un paso hacia atrás mientras su pulsera continuaba ardiendo. Ignoró la pulsera por un momento, se le había venido una idea.

Al toser, el tiburón echó hacia delante el cuerpo, pese a que después se vió obligado a retroceder un paso. Y si…

Mientras su rival se movía ágilmente para presumiblemente volver a darle un nuevo golpe -aunque aquella vez en el otro costado-, el habitante del mar simuló toser de nuevo a la par que se abalanzaría sobre su rival, intentando tirar ligeramente de él con el brazo que el revolucionario tenía agarrado a la altura del codo. Si lo conseguía, llevaría sus afilados colmillos hacia el brazo de Osuka. En caso contrario, intentaría librarse de su agarre con un contundente golpe con el puño libre.

Mientras el gyojin mordía el brazo de su rival notó cómo el terreno vibraba ligeramente. ¿Pero qué era más importante en ese momento que saborear la sangre de Osuka? Sus afilados dientes dejarían una buena marca en el brazo del luchador, que consiguió zafarse tras golpear en varias ocasiones el rostro del habitante del mar.

La sangre del revolucionario tiñó los dientes del tiburón, y parte de ésta cayó por la comisura de sus labios. A decir verdad, notaba también sangre de su interior, muy probablemente tras los golpes recibidos por su rival. Aún así, se limitó a sonreír a la par que se la limpiaba con la lengua. La sangre no sólo alteraba su carácter, sino también su físico. Sus músculos empezaban a marcarse ganando un bonus de fuerza, su rostro adoptaba un semblante más caótico y los ojos se tornaron rojizos. Su lado más primitivo acababa de salir, y eso solo quería decir una cosa: habían despertado a la bestia.

El pirata era un ser que rozaba la bipolaridad. Por un lado, su yo más tranquilo solía ser el que más tiempo predominaba. Sin embargo, tenía un umbral de paciencia excesivamente corto, lo cual hacía salir a su yo más agresivo, y, evidentemente, la mayoría de veces acababa a golpes con alguien o algo. En aquella ocasión la sangre había despertado su instinto más primario, y eso significaba que alguien iba a acabar muy mal. Pero aún no estaba claro si sería el humano o el gyojin. O quizá incluso los dos.

Pero entonces, el ansia y la sed de sangre pasaron a un segundo plano, y el movimiento del suelo sacudió su cruda realidad. Se encontraba tan absorto en el combate que no lo vió venir, y la sacudida hizo que cayese hacia atrás, algo que le hizo notar como su pulsera continuaba ardiendo, quizá avisándole de lo que se venía. Pese a reincorporarse lo más rápido que pudo, su rival había tomado la delantera en lo que iba a ser su siguiente golpe. Espera, ¿el terremoto sería fruto del terreno o sería también una de sus armas?

De cualquiera de las maneras, el pirata observó cómo a su alrededor había cuatro tornados que se dirigían hacia él. La primera reacción del habitante del mar fue lanzar parte del agua canalizada con el anillo contra los cuatro tornados, a la par que salía corriendo a gran velocidad en dirección a uno de ellos. El objetivo era que el polvo se fuera endureciendo -pudiendo llegar a solidificar el tornado si es que había suficiente polvo- mientras poco a poco se iba generando un ambiente más húmedo, algo que sin duda le vendría bien. Sin dejar de lanzar agua, el ex-Arashi continuaría corriendo hasta llegar a estar cerca de uno de los tornados, y justo después, se desplazaría lateralmente, intentando evitarlo. Pese a que en su cabeza era un plan decente, la realidad es que el tornado iba a una velocidad demasiado rápida para el gyojin, y justo cuando se estaba impulsando para saltar, chocó contra la espiral de polvo y piedras y lo desplazó varios metros hacia un lateral.

En el impacto con el torbellino, varias piedras impactaron en el cuerpo del habitante del mar, que sintió resentidas algunas articulaciones y parte de su torso. Acabó despedido hasta una de las paredes del recinto, que se agrietó y dejó caer más piedras aún cerca. Y ahí vió una oportunidad.

Se reincorporó palpándose un corte a la altura del hombro. Uno de tantos que tenía en todo el cuerpo. Y lo hizo mientras desplazaba las partículas de agua de su interior hacia los extremos de su cuerpo, donde nacerían seis brazos de agua.

El tiburón cogió tantas piedras como sus seis puños le permitieron y, mientras se dirigía corriendo hacia su rival, empezó a lanzarlas recubiertas de agua a su posición. La potencia y velocidad de cada una de esas piedras envueltas en agua era tal que parecían balas de cañón, y las dimensiones de las piedras iban desde un par de centímetros hasta siete u ocho. El pirata perdió la cuenta de cuántas había lanzado cuando iba por cincuenta y ya estaba a escasos cuatro metros de su rival.

Ahí empezaría lo bueno.

El habitante del mar observó desde su -cada vez más cercana- posición cómo algunas de las piedras envueltas en agua pasaban cerca de su adversario, mientras éste hacía una cúpula de roca que paraba otras tantas. Solo unas pocas llegaron hasta su destino e impactaron en el cuerpo del revolucionario, aunque lo hicieron con menos fuerza debido al muro de su rival.

Y entonces, la magia del espectáculo volvió a hacer acto de presencia, para deleite de la gente del público. El muro se agrietó cuando el pirata estaba a escasos cinco metros, y entonces pudo ver a un golem de color rojizo con una cabeza cornuda que infundía bastante respeto.

Aún lleno de ira, y quizá más motivado que antes al ver la mole de roca, el pirata continuó su carrera hasta estar a dos metros de su rival, que empezó a inhalar aire. La temperatura del lugar subió, y entre las grietas se veía un pequeño matiz de luz que pronto reflejaría su siguiente ataque.

Y es que, aquél contrincante era una caja de sorpresas. No solo manipulaba el entorno a su gusto, sino que también podía lanzar llamaradas de… ¿magma? Aquello no dejaba de sorprender al ex-Arashi. En ese momento notó cómo su pulsera ardía ligeramente, en un vano intento por salir a la luz. Aún quedaba un poco para enseñar esa pieza.

El gyojin concentró las partículas de agua de su interior y las llevó hasta las manos, desde donde lanzó un contundente torrente de agua cuya intención era que chocara con potencia contra el magma creado por su rival, lo que con mucha probabilidad crearía una erupción freatomagmática. Tanto si se producía la erupción, como si su torrente no era suficiente para derribar el de magma, tendría que recurrir a mover sus pies lo más rápido posible para situarse en el lateral diestro de su rival en un abrir y cerrar de ojos. Al fin y al cabo, la temperatura cerca del magma elevada, y aquello no le iba demasiado bien.

Una vez estuviese cerca del revolucionario, intentaría impactar en la mole de roca con una serie de feroces golpes combinados de manera intercalada entre los puños reales envueltos de una película negruzca y los acuáticos. Procuraría que los puños acuáticos golpeasen las zonas con luz del golem, mientras que el resto no harían distinciones, e intentarían abrirse paso entre las rocas que conformaban el cuerpo del revolucionario. Sus músculos querían hacer notar su fuerza, y no había otra manera que golpear sin cesar.

¡Buenas tardes! Ambos sabéis mi nombre, a que me dedico y lo guapo que soy, así que no voy a andarme con presentaciones e ir al grano. Sin embargo, voy a haceros un pequeño repaso de en qué consiste cada uno de los apartados, ¿vale? Así como que puntuación se recibe en cada uno de ellos:

• Victoria bélica: Aquel que gana el combate, porque su contrincante ha asumido la derrota. Otorga 5 puntos.
  
• Narración y estilo: Todo lo que envuelve al rol escénico, la forma en la que lo hace y como lo cuenta. Así mismo, también se tiene en cuenta la forma en la que el usuario narra y explica todo lo que hace o no hace su personaje, lo que le ocurre…etc. Otorga 2 puntos.
  
• Asumir daños: La forma en la que cada uno de vosotros recibe los ataques del contrincante. Otorga 2 puntos.
  
• Originalidad y entorno: La forma en la que usáis el escenario a vuestro favor, elaborando para entorpecer o “liar” al rival en vuestro beneficio. Otorga 2 puntos.
  
• Pulcritud de escritura: No creo que haga falta explicar este. Otorga 1 punto.
  
• Faltas: Este apartado solo trae cosas malas. Cualquier acción cerrada, power rol, meta rol o acción indebida se restará con un punto por cada una; a no ser que dicha acción sea consentida y hablada entre los combatientes en favor de la narrativa, que en ese caso no ocurrirá nada.
  

Así que vamos al lío.

Ninguno de los dos obtenéis la victoria bélica, ya que la campanita ha sonado antes de que el devenir de los acontecimientos dictaminara un ganador así que. 0 Puntos.

Narración y estilo: Ambos seguís siendo fieles a vuestra forma de rolear, así como a vuestra psicología. Así que punto para nadie. Sin embargo, creo que tengo que darle una pequeña regañina a Osuka. No es la primera vez que te lo veo a lo largo del torneo, y creo que alguna vez te lo he dejado caer: no uses spoiler para explicar las cosas que haces en lugar de narrarlo. Es decir, prefiero que te curres una buena descripción de que habilidad usa, llegando a poner en cursiva o en negrita el nombre de dicha técnica o similar, a que me sueltes un spoiler con el copia y pega. Eso, desde mi punto de vista, te saca de la narrativa. Así que tenlo en cuenta para más adelante.

Asunción de daños: En este punto habéis estado casi a la par, a excepción del primer turno. Osuka, sé que todo es mera narrativa, pero si decides dejarte golpear por alguien… ten en cuenta que un golpe en el pecho y otro en la frente con haki duele algo más de lo normal, más aún cuando los usuarios que se enfrentan están casi equilibrados. En ese punto tu asimilación de daños no me ha parecido incorrecta. Por eso, tengo que darle los dos puntos a Luka.

Originalidad y entorno: Aquí ninguno ha sobresalido enormemente, así que punto para nadie.

Pulcritud en la escritura: En ambos bandos he encontrado algunas faltas de ortografía, pero nada verdaderamente relevante como para declinarme por uno u por otro. Si bien es verdad que Luka tiene menos que Osuka, he de decir que he notado ligera mejoría en este último y creo que voy a “premiarlo” por ello. Así que punto para nadie.

Y habiendo dicho esto, el ganador del combate es Luka con 2 puntos.