[Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Dom 3 Mayo 2020 - 21:58}

23/03/2014

[Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov 7gx7N13

¡Comienza el de menor nivel!

Descripción aproximada de la arena del torneo:

05/12/2016

Última ronda. Era la última oportunidad. Su derrota contra Arthur le había puesto contra la cuerdas. Estaba en una precaria posición, apenas manteniéndose en el cuarto puesto en empate con Dexter y Katharina. Si no ganaba aquel combate, era casi una realidad que perdería la cuarta posición, quedaría fuera de la semifinal y adiós al torneo. Y desde luego tras tantos cortes, puñaladas, quemaduras y desmembramientos no pensaba conformarse con menos que el bronce. Si tan solo no le hubiera tocado contra Lysbeth...

Sabía que era hábil. Desconocía sus habilidades, pero como poco tenía sus mismas habilidades para la infiltración y el sigilo. Había logrado colarse en el Leviatán ante sus mismísimas narices, eso tras seguirle la pista mientras él volaba, manteniendo su ritmo sin desvelarse. Su aura no había desvelado un poder fuera de lo común, pero tras verla en acción le había quedado claro que el haki en su caso era muy engañoso. Había cometido el error de menospreciar a sus últimos adversarios en unos u otros sentidos. Creyó poder luchar contra Zane sin desvelar desde el principio sus poderes, y contra Arthur había perdido por no asumir que si se había lanzado al aire era porque tenía formas de moverse en él. Pero con Lysbeth no cometería ese error. Iría esperándose cualquier cosa.

Al entrar en el terreno de juego, sonrió al escuchar al público. Aunque su grupo de detractores era tan ruidoso como siempre, había un número mayor de fans que en las rondas anteriores, que comenzaron a corear su nombre en cuanto entró al escenario. Alzó el puño mientras se adentraba en el pantano, con la cabeza bien alta y mostrando los colmillos.

- ¿Volvéis buscando sangre? ¡¿Es eso lo que queréis?! - rió salvajemente - Pues estad bien atentos. No apartéis la vista o parpadeéis, no bajaré el ritmo por vosotros.

La elección de terreno era curiosa. Podía tanto sacarle mucho partido como convertirse en una trampa mortal para él. Si se convertía en una rata podría ocultarse entre las hierbas, pero si caía sin darse cuenta en un charco profundo se ahogaría de una manera muy patética. Por otro lado confiaba en que aunque hubiesen emulado un pantano no hubiese dado tiempo a que las aguas estancadas hubiesen producido gases. Había oído historias de incidentes en marjales con fuegos, y no le apetecía que aquel combate acabase siendo otro infierno de llamas.

23/08/2014

Lysbeth despertó la mañana del torneo extrañamente descansada. El sol se colaba por la ventana del camarote, iluminando su cuerpo mientras terminaba de despegarse de las sábanas.

Sonreía frente al espejo mientras se arreglaba. Escogió su ropa con cuidado, pero otorgó todavía más tiempo a pulir y afilar cada una de sus armas. Cuando terminó, cada filo brillaba con cada paso que daba, reclamando atención. Se alisó la falda por última vez y tras echarse un último vistazo en el espejo, salió del barco.

Era la última ronda. Estaba entre los cuatro primeros, pero iba a tener que pelear para mantener ese puesto. Esta vez no habría nada que salvase a su contrincante de un combate; nada que le salvase de ella. Sabía quién le había tocado enfrentar y en cuanto había descubierto el nombre sus labios se habían curvado en una sonrisa traviesa. Ivan Markov, ¿eh? Le había reconocido, por supuesto. Suponía que su pequeña oferta de trabajo seguiría en pie después del torneo y si le derrotaba… bueno, entonces confirmaría una vez más que era buena idea llevarla con él a su batalla, fuera cual fuera.

No llegó tarde, pero sí llegó segunda. Oyó al público rugir por su contrincante y aguardó un segundo en la puerta, estudiando el terreno. Estaba todo embarrado, qué asco. Sus tacones eran lo bastante altos como para mantenerla seca, pero aún así… sacó sus alas sin dudar y al escuchar las palabras de Ivan entró al lugar lanzándose al cielo directamente. En completo silencio, voló al centro y se mantuvo flotando arriba y sonriendo mientras poco a poco, la gente en el público la notaba y comenzaba a señalarla y gritar. Ella también había conseguido una pequeña legión de fans que le apoyaban… y no podía estar más orgullosa. Clavó su mirada en Ivan, sonriendo antes de gritar ella también:

-¿Es sangre lo que queréis? ¡Entonces sangre es lo que tendréis!

Sangre… tras ver los combates de su oponente, estaba más que convencida de que tenían un mutuo gusto afín por la misma. La gente en las gradas lo intuía, estaba segura. La intuición sabía ese tipo de cosas, pero ellos nunca podrían darle nombre. Lys, por otra parte… era otra historia. Bajo hasta quedar frente a Ivan sin llegar a tocar el suelo y, medio en burla medio en serio, le dedicó una pequeña reverencia sin apartar los ojos de los suyos. Comenzó de inmediato a moldear su deseo, aumentándolo poco a poco como quien deja el agua a hervir sobre fuego lento. Sonrió.

-Buenos días. No esperaba verte aquí, pero es un… placer. Puedes hacer los honores, si gustas. Ven a por mí.

Estaba frente a él, con las manos vacías pero las armas a la vista. Un sai en cada cadera y sus cuchillos reluciendo en las ligas, apenas cubiertos por un vestido negro ajustado y decorado con encaje aquí y allá. Unos guantes largos de seda y una gargantilla de encaje, además de un par de piezas sutiles de joyería completaban el conjunto. Estaba arrebatadora, y lo sabía. Era peligrosa, y lo sabía. Estaba decidida. Sonreía.

05/12/2016

Alas... y no parecían precisamente de pájaro. ¿Una zoan mitológica también? Aunque su corazón no latía, algo retumbó en su interior cuando ella le miró. Era atractiva, de eso no cabía duda, y la ropa que llevaba era elegante y atrevida. Sin embargo, aunque le atrajo algo en ella, no era su aspecto. Era su olor. Como la primera vez, sintió el deseo de alimentarse de su sangre. Y aunque de momento ardía bajo la superficie, aquel deseo comenzó a aumentar poco a poco. En un movimiento sacó las gafas de sol y desplegó las patillas, colocándoselas. Tras eso llevó la mano a su espalda y desenvainó a Vanator, en un gesto inconsciente del que no se percató al ver el arma en su mano. Casi parecía que el arma estuviera gritando, pidiendo saborear la sangre de ella. Respondió a la sonrisa de ella esgrimiendo la suya propia, con los colmillos bien visibles.

- No esperes que vaya ir más suave porque seamos socios. Voy a entrar en la semifinal.

Lysbeth era peligrosa y lo sabía. Sin embargo, era su sed la que hablaba por él... en parte. Porque no hubiese sido muy diferente de lo que el orgulloso vampiro hubiese dicho de estar totalmente calmado. Y aunque la supiera fuerte, había mejorado mucho en los últimos meses. Había logrado incluso estar a la altura de su capitana y forzado a Zane a emplear su Despertar contra él. Pretendía ser cuidadoso, o al menos eso había pretendido inicialmente, pero su sangre guerrera estaba despertando. Bullendo bajo la superficie, como un volcán empezando a despertar tras siglos de sueño. Examinó rápidamente el terreno entre ellos y localizó un punto que parecía más o menos firme cerca de ella. Una roca semienterrada en la tierra. Centró sus energías para empezar a levitar, sin mostrar aún su baza.

- Entonces... empecemos.

Sus botas se levantaron del fango con un sonido de succión por el repentino movimiento. Salió volando hacia ella, acelerando todo lo que pudo mientras sobrevolaba el pantano sin llegar a tocarlo, preparando a Vanator para una acometida. Sin embargo el filo negro de la espada nunca llegó a dirigirse hacia la mujer. En su lugar Ivan clavó el arma en la roca y se impulsó un poco hacia arriba, quedando apoyado con la palma de la mano izquierda sobre la empuñadura. Aprovechó la inercia para dar un giro circular con el arma como punto de apoyo, con su cuerpo extendido como si estuviese llevando a cabo una danza callejera. Y con el giro lanzó una patada con haki directa al costado de Lysbeth. No acabó ahí, sino que antes de terminar de girar, encogió las piernas y desenfundó la daga que tenía oculta en la bota derecha. Reforzando la hoja de nuevo con haki, la lanzó rápidamente hacia su ala izquierda. Terminó el movimiento apoyándose sobre la piedra y sacando la espada de un tirón sin aparente esfuerzo.

23/08/2014

Le sorprendía lo calmada que estaba. Normalmente en cuanto entraba a un combate se moría de ganas por comenzar la pelea, lo mostrase o no. Siempre una mano junto a un arma, los ojos en la presa y las piernas preparadas. En este caso… no. Se encontraba frente a Ivan con los brazos abiertos y las piernas juntas, aguardando su primer envite como quien espera a que el agua hierva. El público rugía incluso antes de que ninguno diera el primer paso y ambos sonreían encantados. Era un día precioso para matarse.

Percibía su deseo… y lo que no era del todo deseo. No quería solo su cuerpo y siendo como era ella no le costó mucho entender que lo que estaba notando era el hambre que sentía por su sangre. Había terminado de descubrir qué akuma poseía viendo sus combates, pero esto no hacía más que confirmarlo. Los colmillos ayudaban, tenía que reconocerlo. Lo aumentó un poco más, preguntándose hasta cuánto podría forzar la maquinaria. Ensanchó su sonrisa mientras se ponía en guardia, los brazos frente a ella y las piernas a la espera de lo que fuera a suceder.

-Aquí te espero.

Su primer ataque le sorprendió. Vino hacia ella a toda velocidad y Lys saltó hacia atrás para evitar el espadazo… que nunca llegó. En su lugar, lo clavó en la roca. La pirata sonrió, porque entendió al vuelo lo que intentaba hacer. Ella misma lo había hecho muchas veces. Dio un potente aletazo en el momento justo y cuando la patada llegó, ella se subió de un salto en su pierna. En lugar de apartarse cuando las encogió, abrazó el caos y se fue hacia delante con él. Vio como sacaba la daga y manteniendo el equilibrio interpuso el pie en el camino del filo. Arrugó el ceño al ver cómo le cortaba zapato, media y piel en su caída, pero había conseguido desviarlo y un corte en el empeine era mucho mejor que un ala rasgada. De un salto se apartó de Ivan apenas unos centímetros, lo justo para apoyarse en otra roca. Esta era más pequeña que la suya, pero le llegaba con tener el pie bueno en tierra firme.

Sangraba, aunque intuía que a no ser que hiciera el tonto pronto pararía. Sonriendo, lo levantó hacia él para que pudiera ver bien lo que no pensaba dejarle catar. Volvió a aumentar su deseo sutilmente y le dijo con calma:

-Vas a tener que esforzarte, dado que ni siquiera sabes a qué te enfrentas. Y no pienso ponértelo fácil.

Conjuró un orbe oscuro en una mano y rápidamente lo lanzó a sus pies para reventar la roca que le sostenía. Le siguieron tres cuchillos, uno oculto en la sombra del segundo, directos a su estómago el primero y a su pecho los otros dos.

-¡Por lo menos esta vez puedo apuntar al corazón sin preocuparme!

05/12/2016

La visión y el olor de su sangre hicieron que nuevamente su sed aumentase. ¿Desde cuánto tenía tan poco autocontrol? No, no era eso. Simplemente olía demasiado bien. Quería su sangre y la quería cuanto antes. Si le estaba produciendo esa respuesta solo con su aroma, ¿cómo se sentía beberla? Sintió un escalofrío al imaginárselo y respondió con una sonrisa fiera a la de Lysbeth.

- Que no se te suban los humos, Lizzie. Aún no he hecho más que empezar.

Vio el orbe formarse en la mano de la pirata y arqueó una ceja. Definitivamente era una zoan, y tras eso sospechaba con bastante fundamento que era una mitológica, como él. O como Zane. O Dexter. ¿Cuántos usuarios de zoan había en ese maldito torneo? En cuanto la dirigió a sus pies se limitó a ascender en línea recta. En ningún momento había dejado de usar su levitación, pero ver que Lysbeth había caído en el engaño al verlo apoyarse en la roca era una pequeña victoria moral. Entonces la morena hizo varios rápidos movimientos con las manos y dos dagas volaron hacia él. ¿Pero eran realmente dos? Hubiera jurado que... decidió hacer caso a sus instintos e hizo un barrido defensivo con la espada con intención de desviar las dagas. Las dos primeras chocaron contra su espada y cayeron al pantano, pero la tercera solo rozó su arma y se desvió poco del rumbo, clavándose igualmente en su pecho aunque perdiendo fuerza.

- Lo siento, pero he traído una espada a tu pelea de navajas - soltó con un gesto burlón, alzando a Vanator.

Se arrancó la daga del pecho y dejó que su regeneración comenzase a cerrar la herida. Aún sonriendo, lamió su propia sangre del acero y lanzó la daga en un gesto casi perezoso de vuelta a su dueña, directa al torso. Y tras el arma salió el propio Ivan, con su espada lista para golpear. Era hora de sacar partido de la akuma no mi de su adversaria: usaría el kairoseki de la punta de Vanator. Lanzó una estocada en medio de la carga, aprovechando al máximo su alcance, mientras llevaba su mano izquierda rápidamente a la chaqueta. Apenas estaba completando el movimiento cuando desenfundó la pistola y trató de pegarle un tiro quemarropa en el estómago.

23/08/2014

Lysbeth gruñó de forma audible, casi salvaje.

-Por dios, no me llames así. Si vas a ponerme un mote busca uno que no me haga sonar como una niñata adolescente.

Bufó, pero estaba sonriendo. ¿Lizzie, de verdad? Le habían llamado de muchas maneras, pero esa tenía que ser la más ridícula. Cualquiera diría que un vampiro con semejante espada tendría más sentido del gusto. Aunque claro, bien podía ser para compensar algo.

Tuvo oportunidad de verla bien cuando la utilizó para desviar sus cuchillos. Tuvo suerte y el tercero probó carne… aunque de poco valió. Lo atrapó al vuelo cuando se lo devolvió, sin poder evitar fijarse en cómo la carne se cerraba. De poco le iban a valer aquí… lo tendría en cuenta. Se apresuró a activar su mantra y a cubrirse con su haki tan pronto le vio cambiar de posición; tenía la sensación de que iba a necesitarlo. Ella era una chica de distancias y él parecía querer tomarse muchas confianzas.

Vino tras su daga, espada en manos. Lys no perdió el tiempo y agarró ambos sai, entrecruzándolos delante de ella y doblándose hacia atrás para evitar la punta del arma. Logró frenarla, atrapándola entre ambos filos. Vio la punta brillar a centímetros de su pecho y no le costó reconocerlo. Al fin y al cabo, tenía otro ejemplar justo al lado, en las puntas de los sai.

-Vaya, parece que a los dos nos gusta ir bien protegidos.

Estaba acabando la frase cuando él le disparó al estómago. Lo vio venir con el mantra y más por acto reflejo que otra cosa alzó la rodilla para intentar desviarlo. Funcionó, pero no del todo. Puede que no le hubiera atravesado el estómago, pero desde luego se había cebado con su costado. En fin, mejor fuera que dentro, aunque… escocía. Y sangraba. Ah, no. No iba a dejar que se diera un festín con ella, los esteroides eran solo suyos.

Estaba en una posición un tanto peliaguda, con Vanator todavía entre sus sai, ella echada hacia atrás y demasiado cerca de Ivan para su gusto. Aprovechando que tenía la pierna levantada le lanzó una patada directamente al estómago y terminó de agacharse, escapando de su espada por los pelos. Saltó hacia atrás nuevamente y se quedó en guardia, sin soltar los sai.

-No te preocupes, creo que puedo manejar una pelea de espadas. Sin embargo…

Había una cosa que llevaba pensando un rato. A un gesto suyo, sus sai se prendieron en fuego infernal. ¿Sería vulnerable a este? Se le ocurría una forma de averiguarlo. Sonriendo, bajó los filos hasta que toparon con las hierbas del lugar. En cuestión de segundos, las llamas reptaron de planta a planta inundando todo el lugar a un ritmo alarmante. Pero eso no era suficiente, ¿verdad? Sabía que podía volar y aunque le encantaría probar puntería con bolas de fuego, podía probar algo un tanto más persuasivo.

No estaba del todo segura de que fuera a funcionar. Por otro lado, le había funcionado con una roca anteriormente; las llamas no tenían por qué ser diferentes. Concentrándose en el vampiro, aumentó ese deseo que sabía que tenía. Había hambre, sí, pero seguía teniendo un lado humano. Lo guió hacia las llamas, enseñándole en silencio la belleza que poseían, aumentando su anhelo y su deseo por ellas. Se quedó observando en silencio, intentando continuar aumentándolo para ver hasta dónde podía llegar. Sabía que no era poco, lo que no sabía era cómo se lo tomaría él.

05/12/2016

Sin saber cómo de fuerte era la patada, intentó echarse hacia atrás. Sin embargo su rival seguía con Vanator aprisionada y no le dejó retirarse a tiempo, dándole el golpe antes de apartarse. A pesar de que dolió y le hizo encogerse sobre sí mismo, parecía que no había sido con intención de iniciar una ofensiva, solo de cubrir su retirada. Observó a la chica, olfateando el dulce aroma de la nueva herida abierta. Su sed seguía aumentando, y eso era... preocupante. Empezaba a haber algo raro en todo aquello, aunque las ganas de alimentarse le impedían concentrarse e intentar racionalizarlo. Entonces los sai de Lysbeth prendieron en llamas, causándole un escalofrío. Fuego otra vez. Parecía que estaba condenado a encontrarse una y otra vez con combatientes que lo manipulaban. Tras Zane parecía que el universo había decidido darle una breve tregua de dos combates... pero ahí estaba otra vez. Vigiló a la chica, tenso, y la vio bajar hacia las hierbas los aceros.

- Ah, no. Hasta ahí podíamos llegar.

Alzó la pistola y se dispuso a disparar, pero el brillo de las llamas lo descentró y atrajo su mirada. Y entonces observó el fuego con otros ojos por primera vez en su vida: había en aquella luz y calor algo vivo y poderoso, elegante, letal y misterioso. Se encontró prendido totalmente de las llamas, deseoso de verlas crecer y consumir el estadio. Sí, debía lograr que crecieran más. Aquella belleza merecía ser preservada y alimentada por cualquier medio, porque sentía que si ese fuego se apagaba, algo terrible ocurriría. Él mismo se consumiría por el dolor y la agonía de verla desaparecer. Casi sin darse cuenta había empezado a acercarse levitando hacia el fuego, como una polilla yendo hacia la luz... y cuando pudo percibir el calor de cerca un recuerdo cruzó su mente: el ataque ardiente de Zane consumiendo su cuerpo y destrozando su brazo izquierdo, causándole un dolor indecible. El miedo volvió a atenazar con fuerza su corazón, enfrentándose al deseo, y brevemente Ivan recuperó el control, apartándose de golpe.

- Bruja... ¿qué me has hecho?

Los dos polos se invertían constantemente, en una lucha sin un claro ganador. Atracción, repulsión. Deseo y miedo. Amor y odio. Debía romper el círculo como fuera, pero era incapaz de desterrar esas emociones de su interior. Ni siquiera el olor a sangre parecía ya lograr hacerle sobreponerse. Así que recurrió a otro medio mucho más visceral y primario: el dolor. Guardó la pistola y apretó el filo de Vanator con la mano izquierda, con tanta fuerza que el acero cortó piel y carne, llegando prácticamente al hueso. Funcionó. El dolor se impuso al resto de sensaciones y le permitió volver a la realidad. Entonces una emoción comenzó a arder en su interior, superando con creces el hambre y el deseo: ira. Le había humillado y estado a punto de obligarle a entrar voluntariamente en el fuego. ¿Cómo se atrevía a hacerle eso? Era ella la que llevaba manipulando su deseo todo el combate, ahora lo veía claro y tenía sentido. Sin una intervención externa, su miedo no se habría convertido en atracción de la nada.

- Casi funciona, pero no. ¿Te gusta jugar con las mentes, eh?

Pues le pagaría con su propia moneda. Alzó su mano, aún temblorosa y ensangrentada, y se quitó las gafas de sol. Miró a Lysbeth con furia en la mirada, una tan intensa que se manifestó físicamente. Sus ojos dorados se tiñeron de color rojo sangre y desde su mirada lanzó un ataque mental con su hipnosis. Quería hacer que sintiera miedo. Pero además quería que se viese a sí misma siendo consumida por su propio poder. Le haría ver cómo las llamas crecían bajo ella convirtiéndose en una poderosa hoguera y la consumían. Y sería realista, oh sí. Porque él mejor que nadie sabía cómo era la sensación de ser consumido vivo por las llamas. Y no perdió el tiempo: mientras ella lidiaba con el ataque mental, descendió hasta el pantano sin importarle marcharse las botas y los pantalones, mientras alzaba a Vanator con la mano sana. Entonces primero lanzó un potente estallido de haoshoku con intención de elevar las aguas estancadas del pantano, apagar las llamas y tal vez llenar de barro y suciedad a Lys. Pero antes de que el barro llegase hasta ella, lo haría su segundo regalo. Su espada descendió trazando un furioso corte vertical, creando una onda cortante con forma de medialuna azul, hermosa y letal.

23/08/2014

Siguió sus reacciones de cerca, con creciente curiosidad y en mudo silencio. Le tenía miedo, eso podía verlo. Al fuego, claro, no a ella. Verdadero pánico, diría incluso. Y aún así… dio un paso. Se acercó a las llamas. Poco a poco, claramente su cuerpo trataba de echarle atrás. Insistió, forzándolo hasta que… el hechizo se rompió. Se apartó de golpe y Lysbeth esbozó una pequeña sonrisa, como la de una niña a la que han pillado en mitad de una travesura. Oops.

-No, cielo, a la bruja ya te has enfrentado. Yo soy peor.

En realidad, por lo que había visto en las reposiciones de los combates, eso no era cierto. Esa mujer tenía mucho más poder que ella, pero no tenía ni la más mínima intención de comprobarlo de cerca a no ser que fuera estrictamente necesario. Sin embargo, aunque sabía que había sido una reacción natural no iba a dejar que le pusiera otro mote que no le conjuntaba. Empezaba a pensar que se había olvidado de su nombre.

Soltó un pequeño silbido de reconocimiento al ver cómo se cortaba la palma. Ella misma había hecho eso en su día para conseguir recuperar el control y, más importante, la concentración. Sin embargo, también sabía cómo romperlo. Chasqueó los dedos, mirándole a los ojos y sonriendo con algo de crueldad.

-Buena idea, pero no te funcionará dos veces.

Mientras lo decía, indagó en el vampiro. Halló su dolor y su placer y los mezcló a su gusto. Ese corte en la mano ya no iba a servirle para nada más que para distraerlo. Cada vez que sintiera dolor su cuerpo entendería que era placer, haciéndole disfrutar cada corte y cada herida. Había conocido gente que sometida a ello había llegado a herirse a sí mismos, presos del placer y directos a los brazos de la muerte. Sin embargo, tenía bastante claro que el vampiro poseía un poco más de autocontrol. Aún así… las nuevas sensaciones serían suficientes para confundirlo.

Uy. Supo que le había enfadado tan pronto se quitó las gafas y pudo ver su expresión con claridad. Todo su cuerpo le pidió angustiado que mirase a otro lado y no necesitaba el mantra para saber que mirarle a los ojos era mala idea. No obstante, no pudo evitarlo. Se quedó enganchada a esas pupilas rojas durante un segundo que pareció una eternidad y para cuando logró apartar la mirada, las llamas la consumían.

Gritó, pero su voz no era la suya. Saltó hacia atrás, asustada, pero las llamas la perseguían de alguna manera. Vio su larga melena flotar a su alrededor, siguiéndole, y su corazón se saltó un latido al advertir que no era negra, si no roja. Se miró los brazos, todavía más acongojada. Más pálidos de normal. Su pecho había crecido y… y no era ella. Esa no era su ropa. Volvió a gritar, callándose al instante al no reconocerse en el grito. Sabía lo que estaba sucediendo. Esa no era ella. Y-ya no. No la conocía. No podía conocerla.

Su haki del rey se abrió paso entre el dolor, deshaciendo la ilusión y gritando la voluntad de Aki D. Arlia por todo el coliseo durante un segundo, antes de que Lysbeth la reclamara para sí y abriera los ojos. Jadeaba. Sudaba. Y él venía a por ella.

Gritó, regodeándose en su propia voz y colocando un muro de energía demoníaca entre ella y la espada. Logró parar la onda que la precedía, pero tuvo que rodar hacia delante en el fango para evitar la estocada. Se quedó en el suelo un momento. Le pitaban los oídos. Estaba manchada, empapada y pegajosa. Y por algún motivo que no entendía, estaba furiosa. Se levantó, clavando la mirada en el vampiro sin importarle lo que fuera a hacerle ver. No iba a ser peor que lo que acababa de contemplar.

Inspiró y volvió a prender sus sai en llamas. El suelo comenzó a humear a sus pies y, sin decir ni una sola palabra, comenzó a bailar alrededor de Ivan. Tras sus pasos, las llamas comenzaron a resurgir, tímidas al principio y orgullosas cuanta más velocidad cogía la pirata. Daba vueltas sobre sí misma, furiosa, haciendo arder el pantano de nuevo. Señaló al vampiro con una mano y una columna de fuego de varios metros de altura surgió a sus pies. Dio otras dos vueltas y volvió a repetirlo, acompañando el movimiento de un nuevo grito. No entendía por qué estaba tan alterada, pero lo que tenía muy claro era que alguien iba a pagarlo.

05/12/2016

Sus dos voluntades chocaron y se entrecruzaron, y respondiendo a sus fuerzas enfrentadas, los elementos se despertaron y agitaron. Un fuerte vendaval azotó el estadio, y en la lejanía comenzaron a sonar truenos. Una nube sobre ellos se dividió bruscamente a la mitad, como respondiendo a sus hakis. Y sin embargo, su propia fuerza flaqueó y su haoshoku quedó enmudecido. El propio Ivan se vio sobrecogido por la Voz de Lysbeth. Pero... ¿era la de Lysbeth? No era a ella a quien escuchaba. Durante un breve instante, la presencia que había sentido era la de alguien que no había visto en años. Y en esa voz escuchó una agonía, rabia y tristeza que le partieron el alma. Conocía a esa persona, pero no podía ser. No olía como ella, no se le parecía, ni le había reconocido. Salvo que mintiera, pero igualmente era todo demasiado raro. Se suponía que había muerto. Pero había más detalles que lo confirmaban: ahora que se daba cuenta, reconocía esas alas. Y esa manera de manipular el deseo la había sufrido hacía mucho tiempo ya, ¿cómo no se había dado cuenta antes? Apretó el puño izquierdo, ya curado, clavándose las uñas como buscando que ese placer que sentía donde debía haber dolor le contestara.

Pero Lysbeth estaba totalmente fuera de sí. No le quería dar ni un momento de respiro: se puso a danzar en torno a él mientras brotaba fuego de cada paso que daba. Reconocía también esa forma de danzar, ¿cómo no podía ser ella? Entonces se dio cuenta de que el fuego le había rodeado. El terror atenazó su corazón y estuvo a punto de tomar el control de sus acciones, pero se obligó a mantener la cabeza fría. Olía a peligro, podía percibirlo claramente en el ambiente. Y su kenbunshoku se lo confirmó cuando vio una premonición de un pilar de llamas surgiendo bajo él. No perdió un momento, e impulsándose tanto con sus piernas y la levitación se lanzó todo lo rápido que pudo fuera del círculo de llamas. No lo bastante rápido. La columna golpeó su pierna derecha y parte de su costado, abrasándole. Con un grito de dolor y miedo, se lanzó hacia un charco y rodó. No sabía si había prendido, ni le importó. Prefería evitarlo antes que comprobarlo. Se levantó temblando, lleno de fango y con la pierna dolorida, cuando vio que la pirata volvía a repetir los mismos gestos de nuevo y volvía a formar el círculo.

Pero no iba a dejarle repetir dos veces la misma estrategia. Esta vez estaba prevenido, y antes de que finalizase el círculo ya estaba volando hacia fuera. Y no estando dispuesto a dejar que le siguiera y repitiera el ataque, en medio del vuelo echó mano a su chaqueta y sacó una pequeña caracola amarilla, apuntando con la boca de esta hacia el agua en contacto los pies de Lysbeth: era un dial de rayo. Disparó el arma, liberando la descarga eléctrica. A ver si podía seguir bailando tras una buena descarga. Quién sabe, igual servía para aclararle los pensamientos. Voló hacia uno de los árboles y se apoyó en una de las ramas, agazapándose en ella. No olía como ella, hablaba como y parecía una persona diferente... y sin embargo durante un instante había podido percibir muy claramente en ella la presencia de aquella otra persona. Y más aún, tenía su misma akuma no mi. Esperó pacientemente a entablar contacto visual y empleó su hipnosis para tratar de transmitirle una falsa sensación de calma y familiaridad, hacerle sentir como si estuviese con un querido amigo. Parecía que, por algún motivo, o había perdido la memoria o algo de su consciencia había sobrevivido a la muerte en su akuma y se había transmitido a esa chica, de algún modo. En realidad dado que se suponía que estaba muerta apostaba más por lo segundo. Y dado que podía asumir que no era su vieja amiga, tras ver cómo le había afectado su anterior hipnosis, pretendía jugar con su subconsciente y romperla psicológicamente. Al fin y al cabo el concepto de "jugar limpio" era una excusa de los tontos para desprestigiar a los listos.

- "Quizás seas una presa frente a mi. Eres igual de arrogante que tu padre y eso me gusta, pero también eres tres veces más ingenuo" - repitió palabra por palabra lo que le había dicho en su primer encuentro, tratando de evocar sus recuerdos - Creo que en algo nunca te equivocaste. Yo no soy mi padre... ¿no es así, Aki?

23/08/2014

La descarga le pilló desprevenida. Había colocado los sai para atraparla y poder redirigirla, pero no apuntaba hacia ella y antes de lo que esperaba la electricidad recorrió su cuerpo, haciendo que cayera al agua nuevamente. No hubo grito esta vez, tan solo un respingo de sorpresa y un jadeo cansado cuando se levantó.

Le dolía todo el cuerpo. Esta no había sido tan mala como la que le había dedicado Dexter, pero tampoco podía decir que le hubiera gustado. Le escocía la mano y al levantarla vio que se había cortado. ¿En qué momento? Se quedó un momento mirando la sangre que manaba, tentada de probarla y olvidar por un rato el dolor que la recorría. Se estremeció y en lugar de ceder, se incorporó buscando a Ivan con la mirada. Se perdería en la ira si lo hacía y todavía estaba bastante alterada. No podía permitirse olvidar dónde estaba; todas esas emociones extrañas tendrían que esperar a que acabara el combate. Y no iba a dejar que eso ocurriera sin estar ella de pie y consciente.

Por desgracia, él tenía otros planes en mente. Cuando le encontró estaba agazapado en una rama, mirándola. Debería haber sabido que no era buena idea mirarle a los ojos una segunda vez, pero pensaba demostrarle que sus llamas y su miedo no le intimidaban. ¡Que le lanzara lo que quisiera! No volvería a tirarla al suelo.

Sin embargo, lo que vino no era miedo, ni la promesa de una muerte horrible. Era calma, confianza y tranquilidad. Por un momento se dejó envolver, antes de que una parte de ella se levantara escudada en escepticismo. Seguía en el combate. Todo lo que le ataba a ese hombre era un acuerdo verbal, no tenía ningún motivo para dejar de intentar dejarla fuera de juego. Algo no estaba bien. Aún así, escuchó lo que dijo. Escuchó lo que dijo y le escamó entenderlo. Le había confundido con otra persona. Alguien que, fuera o no fuera, estuviese donde estuviese, claramente no era ella. Esas palabras no le decían nada. Y había algo peor. Por tercera vez consecutiva, le había llamado por un nombre que no era el suyo.

Esbozó una pequeña sonrisa, pero no coincidía con el resto de su expresión. Estaba… ¿airada? ¿dolida? No lo tenía claro. No creía que fuera culpa del vampiro, aunque él era la causa. Pero empezaba a estar un poco harta de que no le respetara lo bastante como para llamarle por su nombre. Iba a hacer que se lo grabara a fuego en el cerebro.

-No conozco a tu padre. Ni siquiera te conozco a ti, más allá de nuestro acuerdo.

Su voz sonó fría y cortante como un témpano de hielo. Guardó los sai con tranquilidad, sin quitarle la vista de encima. Con una mano, envió dos orbes oscuros en su dirección. La otra seguiría su reacción y cuando se moviera para escapar crearía un rayo de energía demoníaca directo a su pecho, con la potencia suficiente como para atravesar una casa de lado a lado.

-Mi nombre es Lysbeth. Vuelve a equivocarte y todo lo que quedará de ti en este escenario serán tus escombros, Ivan.

05/12/2016

Le decepcionó un poco que sus palabras no le hubieran causado la reacción que esperaba. En fin, qué se le iba a hacer. Si era Aki ocultando su identidad, no iba a desvelarla tan fácilmente. Y si era otra persona que había comido su akuma, evidentemente no tenía sus recuerdos. Sin embargo sí que había logrado otro efecto: enfurecerla. Y eso sería perfecto para la siguiente fase de su plan. Por lo de pronto había ganado suficiente tiempo como para que sus quemaduras fuesen un estorbo, pero no uno grave. Y el resto de sus heridas habían desaparecido. No podía ignorar de todos modos que tanto la regeneración como sus técnicas tenían su coste, y a ese paso pronto empezaría a sentir cansancio. Así pues, mientras guardaba el dial de rayo aprovechó para darse un momento de respiro en que recuperar energías mediante su Verstärkung. Tras eso se puso en pie sobre la rama, preparándose para defenderse con una sonrisa orgullosa.

- Lo sé, querida, lo sé...

Empuñó a Vanator con una sola mano, con una pose extraña para empuñar una espada bastarda, más propia de esgrima con estoque. Empleando su mantra para calcular el momento exacto en que ejecutar la defensa, lanzó dos rápidas estocadas hacia los orbes. Mientras tanto su mano izquierda se deslizó en un bolsillo de la chaqueta y sacó una caracola gris claro: un dial de humo blanco. La segunda estocada de su defensa fue innecesaria, pues cuando la primera golpeó un orbe, este detonó causando una reacción en cadena con el segundo. Se había asegurado de detonarlos a máxima distancia, así que la explosión lo empujó hacia atrás. Ivan no solo se dejó caer, sino que en el momento de la explosión pulsó el dial, envolviendo la zona del árbol de una humareda que cubrió sus movimientos. Quién sabe, en su enajenación tal vez confundiera el humo con el de la explosión... momentáneamente, claro. Sin embargo el rayo de energía atravesó el humo y rozó su hombro derecho. Y fue bueno que solo lo rozara, porque se le llevó un cacho considerable de este en el proceso. Se le escapó un grito ahogado de dolor y con el impulso adicional se pegó un cabezazo contra el tronco.

Sin dejarse amilanar, continuó con su plan. Pulsó el botón de mimetismo de su chaqueta y salió de la humareda levitando, usando el árbol como cobertura para que no lo detectara al ver el humo desplazarse. Entonces se desplazó por el aire silencioso como la muerte, empleando sus reservas internas de sangre para acelerar la sanación de su hombro y potenciar su agilidad. Con su presencia velada al haki de observación, rodeó a la chica y se situó un par de metros a su espalda. Entonces se lanzó sobre ella, lanzando una única estocada con toda la presteza que fue capaz. Era hora de sacar de una vez rentabilidad al kairoseki. Si lograba estocarla, mantendría el arma clavada para dejar que se debilitara y se quedara sin fuerzas para resistirse.

- Jaque mate, Lysbeth - dijo, llamándola al fin por su nombre.

23/08/2014

Vio el humo blanco formarse y supo que no iba a ponérselo fácil. Aún así, sonrió al escuchar el grito ahogado. Estaba allí, en alguna parte de la humareda y ella le había dado.

Sin embargo, Lysbeth no era idiota. Sabía que tarde o temprano iba a tener que salir de ahí y a juzgar por su sonrisa, dudaba que lo hubiera hecho solo para defenderse. Además, ¿de qué valía la polvareda si en cuanto saliera le vería en seguida? Activó su mantra, preparada para otro balazo, una nueva onda de energía o algo peor. Se sorprendió, porque no fue capaz de detectarlo… y un rato antes sí era capaz. Tenía que estar haciendo algo para impedírselo.

Cerró los ojos y respiró hondo, buscándole de otra manera. Su deseo seguía ahí, solo tenía que encontrarlo. Era más sencillo cuando veía a la persona, pero todavía podía sentirlo en la cercanía. Más que el árbol, al menos. La pregunta era, ¿dónde? Desde luego no estaba en la humareda. Se había hecho invisible, de alguna manera. Sin perder más tiempo, se agachó y con un pie agarró fango del lugar, arrastrándolo y girando sobre si misma, mandándolo a volar en todas direcciones a su alrededor. Cayó al suelo en la mayoría de casos… excepto uno. Fuera lo que fuera que estuviera usando, no le hacía intangible. Sonrió al ver la pequeña mancha de fango flotando en el aire, antes de entender que estaba demasiado cerca como para ser una buena noticia.

A toda prisa, creó un muro de energía delante de ella. Aunque frenó la estocada, no pudo frenar el arma, que se clavó en su hombro. El muro se deshizo al momento mientras la súcubo soltaba un pequeño 'ah' de sorpresa. El kairoseki comenzó a hacer efecto y por un momento se sintió mareada. Comprendió enseguida que mientras estuviera así no iba a ser capaz de hacer nada. Se llevó una mano a la cadera y agarró un sai, dispuesta a clavárselo y devolverle el golpe, pero no tenía la fuerza suficiente.

Sus palabras, si bien no bastaban para contrarrestar la piedra del mar, espolearon su espíritu. ¿Vencida? ¿Tan pronto? Ni hablar. Sonriendo, se llevó la mano del sai a la boca. El corte de antes había ido cerrando, pero la carne todavía estaba tierna. Lo abrió de un acertado mordisco y bebió sin cesar el contacto visual con el vampiro.

Así es, cabrón, no eres el único con ese truco bajo la manga - pensó para sí.

Seguía débil y dudaba que pudiera utilizar sus poderes con esa cosa clavada, pero no los necesitaba para inclinarse hacia delante y tratar de clavárselo en la muñeca. De no ser capaz, se conformaría con la guarda del arma y lo utilizaría para hacer palanca y arrancársela del hombro.

De tener éxito saltaría hacia atrás inmediatamente, alejándose de él. El hombro escocería, pero ahora era capaz de ignorar el dolor. Y aunque mover el brazo fuera mala idea, eso sería problema de los médicos que le asignaran una vez sonara la campana. De momento, lo que tenía que hacer era volver a enredarlo en sus redes.

Inspiró hondo y con un giro de muñeca, creó cuatro clones, dos a cada lado suyo. A un gesto, rodearon a Ivan y empezaron a bailar mientras le miraban. La Lys original, sin intentar ocultar cual era, sonreiría. Una a una, todas comenzarían a aumentar el deseo de Ivan por ellas, siendo la original la última. En ese momento, todo el deseo que las demás estaban inflamando convendría en ella misma. Pretendía confundirlo, enajenarlo, distraerlo. Tras unos segundos de esto, ella misma sonreiría, esta vez con candidez, y se acercaría a él para tenderle una mano a una saludable distancia de dos metros. Mirándole a los ojos, le diría:

- ¿Jaque mate? Va a ser un combate largo. Baila conmigo un rato.

05/12/2016

Se relamió al sentirse el acero atravesando su piel y su carne, abriendo su interior y derramando su líquido vital. Pero no, no iba a dejar que se desperdiciara. Pulsando uno los botones ocultos de Vanator activó la succión de sangre, y el arma comenzó a robar la valiosa sangre de Lysbeth y almacenarla en su interior. Era el final. Mantendría la hoja clavada y le iría arrebatando su sangre hasta forzarla a rendirse... o cayese inconsciente. Sonrió al verla inútilmente beber su propia sangre y alzar el sai. "¿Qué pretendes? Estás en contacto con kairoseki puro. Ninguno de tus poderes de súcubo te salvarán." Desenfundó la pistola y la usó para bloquear el arma, metiendo el cañón entre la púa central y la guarda del arma. Por el contacto del kairoseki la fuerza de ella estaba muy mermada, y no le costó pararla. Pero entonces levantó la otra mano, y apoyándose contra la guarda de Vanator logró sacarse la punta del arma. Ivan frunció el ceño y sin perder un instante le dirigió un tiro al torso mientras se alejaba.

- Eres un hueso duro de roer... - admitió.

Sin embargo sus heridas habían terminado de sanar. ¿Qué podía esperar hacer contra él? Lysbeth era sin duda una rival temible, pero la tenía donde la quería. Herida, habiendo perdido sangre y él preparado para alimentarse de la que le había robado. El combate empezaba a desgastar sus energías, pues claro, pero aún tenía ases bajo la manga que sacar. Volvió a guardar la pistola y se preparó,observando los clones que iban surgiendo a su alrededor. Era evidente cuál era la original, así que se supuso que tenían algún truco... ¿serían físicos? Se concentró, y escuchó latidos, olió su sangre y percibió sus presencias. Eran reales, eso podía ser un problema. Entonces vio cómo danzaban y lo entendió. "Maldita mujer..." El deseo volvía con fuerza, solo que ahora estaba dirigido hacia ellas. Su cuerpo, sus curvas, su sensual danza... Tomó aire y trató de morderse el labio con fuerza, pero el dolor y el placer se entremezclaron, confundiéndole más.

- ¿Un baile?

Esbozó una sonrisa irónica al preguntarlo, que murió en sus labios al notar su influencia. No podía rechazarlo. Es más, su cuerpo le impulsaba a caminar hacia ella, aceptar su mano y dejarse llevar. Vanator tembló en su mano y cayó al fango. Se resistió con esfuerzo, pero no pudo evitar dar un paso, y otro... hasta que miró a sus ojos, hermosos y seductores, dorado como los suyos, pero vacíos para él. Le faltaban algo. ¿Qué era lo que no encontraba en esa mirada? No lograba recordarlo. Una sensación de añoranza y tristeza llenó su corazón, mientras un nombre acudía a sus labios. Aquellos ojos, por mucho que estuvieran gritando que se arrodillara y adorara a su dueña, no eran violetas. Avanzó un paso más extendiendo la mano hacia ella, aparentemente habiendo cedido totalmente a la voluntad de ella. Cerró los ojos.

Y entonces se movió. Veloz y traicionero como una serpiente, dio un único paso con un juego de pies impecable, recubriendo sus dedos con su endurecimiento. Su mano se dirigió directa a su estómago, sus dedos buscando atravesar su carne y ascender violentamente, cortando su torso. Con su Jägers Krallen no necesitaba armas. Sus dedos podían cortar como si fuesen cuchillas.

23/08/2014

Lysbeth gruñó al ver cómo la hoja se apropiaba de su sangre. Podía verla fluir en silencio y le indignaba. No se había ganado el derecho a probarla y no iba a dejar que lo hiciera.

En cuanto logró apartarse, sus ojos fijos en la pistola, se cubrió con haki de armadura. Hizo bien, porque Ivan no perdió el tiempo y le disparó directamente al torso. Por suerte para ella, su haki paró la mayor parte del impacto y aunque le iba a quedar un bonito moratón, era mejor que tener un agujero en el pecho.

Prosiguió con su plan sin amilanarse, sonriendo al ver como su espada caía al fango. Uno de sus clones se apresuró a recogerla y llevársela corriendo a la otra punta del escenario, en completo silencio. Por lo menos en lo que quedaba de combate, no iba a recuperarla. Se aseguraría bien de ello.

Se quedó mirándole a los ojos mientras se acercaba. Había algo extraño en la forma en que le miraba. No era suficiente, ¿verdad? El deseo estaba ahí, pero él estaba pensando en otra persona. Había una parte de él que estaba tratando de apartarse de su agarre. Llegó hasta ella y cerró los ojos. Todo pasó en un instante.

Ocurrió a toda velocidad, pero para la súcubo fue como una eternidad. Los dedos de Ivan escalaron por su torso, tratando de clavarse, arañarla, hacerle sangrar y quién sabe si algo peor. Notaba su tirón, su dureza, la horrible sensación de cuando algo intenta cortarte. Sin embargo, su haki logró protegerla de lo peor y aunque había logrado marcarla, no había bajo los girones de su vestido mucho más que unas líneas rojas que se habrían cerrado antes de que acabase el día.

Trató de agarrar su muñeca, más para frenarle que para hacerle daño. Con el pulgar, le acariciaría la palma hasta convencerle de abrir los ojos. No sería Lysbeth a la que encontraría, si no al objeto de sus deseos más profundos. Viva o muerta, perdida o alejada, su físico estaba inscrito en el deseo del vampiro y fuera quien fuera, ahora Lys lucía exactamente como ella.

Sonreiría, sin hablar, y utilizaría la otra mano para acariciarle el cuello, arañándole levemente con las uñas. Era lo bastante sugerente como para comenzar a robarle de su fuerza, mientras él no le apartara. Sin embargo… ¿por qué iba a hacerlo? Todo su deseo continuaba concentrado en ella, frente a él. Todos sus poderes de seducción se aunaban para convencer sutilmente al vampiro de que lo mejor que podía hacer era quedarse a su lado, con la imagen de su deseo.

-Ha sido un buen combate, Ivan. Creo que te mereces descansar. Aguardemos juntos la campana final.

No era su voz. No reconocía de quien era, pero sabía que él sí lo haría. Camufló su presencia, por supuesto. No supo colocarse la de la guapa desconocida, pero tampoco era necesario. No quería convencerle de que era ella, si no persuadirle para que no se fuera. Aunque sus palabras dijeran otra cosa, sabía que el combate todavía no había terminado. Le iría cansando poco a poco, sus intenciones ocultas en una nube de placer y dolor enmascarado por la lujuria.

-¿Sabes? Tengo que reconocértelo… tienes buen gusto.

05/12/2016

El contacto lo volvió loco. Aquel dedo pasando por su brazo le causaba escalofríos al tiempo que hacía que todos sus pelos se erizaran. Le hizo olvidar el cansancio, las heridas, la incómoda humedad de sus pantalones y botas mojadas. Lo arrastró hacia recuerdos de días cálidos bajo el sol del norte, arrullado por la brisa del mar y los brazos de ella. Y entonces cometió el error de abrir los ojos y se encontró de frente los de la persona que amaba. Por un momento perdió totalmente de vista dónde se encontraba o la situación. Olfateó el aire, buscando su embriagador aroma a lilas y grosellas, y espiró con un suspiro de satisfacción y calma. Estaba en casa. Estaba de vuelta con Brianna en el barco. Dejó que le acariciara el cuello, sintiéndose repentinamente muy cansado. Había sido mucho tiempo sin estar a su lado, sin acariciar su piel y disfrutar a su lado. Pero sus palabras desmintieron la cruel realidad. No era realmente Brianna. No estaba con ella.

Retrocedió con esfuerzo, negando con la cabeza. Se sentía aún enormemente atraído hacia ella. Seguía teniendo el deseo de ir a su lado, abrazarla, besarla y hacerle el amor... pero era ya solo sus instintos los que hablaban. Otra parte de él más racional se revolvía contra la idea con todas sus fuerzas. Aquella persona no era ella, no era a quien quería. Se negaba a ceder a los engaños de Lysbeth. Y entonces cayó en la terrible verdad: le había robado energía con el poder de súcubo. Había aprovechado el breve el engaño para hacerlo... y ahora estaría más repuesta de fuerzas. Y él se vería obligado a luchar contra el cansancio y el impulso de ceder a sus deseos. Pero ella aún estaba herida. Aún podía ganar... ¿no?

- No eres ella - dijo con una voz apagada.

Y aún así sus piernas flaquearon y cayó de rodillas, hundiéndolas en el agua embarrada. Maldición... ¿eso era todo lo lejos que podía llegar? No, no lo era. Había cedido por puro agotamiento mental, pero temporalmente. Se negaba a caer allí. Extendió la mano hacia ella como en un gesto de rabia anhelante y la dejó caer al agua... pero si bien el gesto había sido totalmente fruto del influjo de ella, había sido intencionado, enmascarando sus verdaderas intenciones. Una vez en el agua dejó fluir desde su cuerpo el frío de la muerte, la llama de Bóreas. Su mano destelló débilmente con un tono azul, apenas perceptible a través del agua sucia, y esta empezó a congelarse. El hielo se extendió rápidamente hacia los pies de Lysbeth. Eso no fue todo. Una niebla negra comenzó a rodear al vampiro, mientras una serie de cambios monstruosos se operaban en él: dos alas de murciélago brotaron a su espalda, su cuerpo creció de tamaño y sus ojos se volvieron de color rojo sangre. Ahora era más rápido, más fuerte, más letal. Alzó sus brazos y dirigió sus manos a las piernas de la falsa Brianna, tratando de aferrarlas. Entonces usaría las bocas que habían brotado en sus palmas para morder su piel y empezar a beber su sangre.

08/04/2014

Buenos días por la mañana. Como prometí, hoy iba a estar esto y, cómo no, toca cumplir. Soy Nat y hoy voy a ser vuestro árbitro. Podéis sobornarme o seguirme en twitter, aunque en estos tiempos confusos igual queráis hacer donativos a mi Patreon para no perderos las mejores actuaciones pin-up de este servidor. Por si acaso, yo lo dejo: "XxX_SweetNatty_XxX". Y para cuando hayamos acabado con eso, permitidme recordaros cómo debemos moderar esta serie de combates:

Resultado bélico: Si uno de los dos contendientes cede la victoria, debemos asumir que este acepta el resultado del combate y reconoce la victoria rival. Entendemos que en un entorno de fair play esto es un reconocimiento al ganador bélico por parte del perdedor y una muestra de deportividad de este último. Por ello, otorga CINCO PUNTOS al último hombre en pie.

Asunción de daños: Ambos personajes que se enfrentan deben estar dispuestos a salir heridos. Este apartado otorga DOS PUNTOS al personaje que mejor asuma daños, entendiendo esto como ajustarse a las habilidades del rival y propias a la hora de dilucidar cómo sus ataques son encajados.

Originalidad y entorno: El uso menos ortodoxo del terreno de combate, las estrategias de fondo e inesperadas, aquellas demostraciones de ingenio en general que ayudan a mantener una ventaja constante o a volcar una situación. Otorgamos DOS PUNTOS a este apartado.

Narración y estilo: Esencialmente referido al rol escénico, a la interacción de un personaje con lo que le rodea desde un punto de vista más reflexivo o interpretativo. Hilar una narración, en resumidas cuentas, que no se vuelva aburrida o pesada, excesivamente densa. Este apartado otorga DOS PUNTOS también.

Pulcritud de escritura: El uso de figuras literarias va arriba, pero el uso de estructuras morfosintácticas correctas y una adecuada ortografía se juzga aquí, valorándose con un total de UN PUNTO para el que tenga una mayor pulcritud.

Como podéis ver ganar el combate casi garantiza la victoria para el torneo, pero no la asegura. Debemos considerar que este foro busca el rol narrativo, y por tanto alguien que simplemente abuse de su ficha sin pararse a construir un relato podría perder todos sus combates aun demostrando una fuerza arrolladora. Dicho esto, creo que podemos proceder a dar una moderación clara:

Victoria bélica: Cuando todos creíamos que Ivan derrotaría a Lysbeth ella se libra de la espada y hace sus jíbiris de demonio putilla. Este combate, en constante balanza, ha terminado en empate. Cinco puntos para Moja.

Asunción de daños: Aquí tengo que ser o bien estricto o bien laxo. Con ambos. Podría considerar que la narración de consecuencias por el contacto con Kairoseki en el caso de Lys es un poco cogido por los pelos, mientras Ivan ha evadido sin daños varios ataques realizados. Yo creo que en estas circunstancias, debo darle los dos puntos a Ivan.

Nota: Cabe mencionar que si los orbes de energía oscura solo dañan seres vivos no deberían explotar. No voy a contar esto positiva o negativamente, pero de nuevo Lys, arregla tu ficha, por favor.

Originalidad y entorno: En general ambos os mantenéis bastante en vuestro papel, utilizando vuestras herramientas más conocidas e improvisando poco. Aquí también tengo que debatirme entre ser laxo o estricto, así que voy a intentar ser, simplemente, justo. Aunque Ivan utiliza en su estrategia diales, estos forman parte de su arsenal y de forma general no les da un uso que pueda decir sea particularmente inusual (dial de rayo para paralizar y dial de humo para ocultarse). Por otro lado, el uso del entorno de Ivan es más cosmético que otra cosa, subiendo a un árbol, por ejemplo, para simplemente esperar. Como es lógico, no voy a valorar positivamente ningún uso que no cambie -o hubiese podido cambiar- el resultado de una acción.

Del mismo modo, creo que una estrategia basada en ensartar al rival fundamentándose en la ventaja del kairoseki no es particularmente original. Puestos a decir algo original, si bien el fango como radar de seres invisibles no me parece particularmente interesante, sí me ha parecido bastante reseñable el momento del hurto. Del mismo modo que el Kairoseki dio la ventaja en daños a Ivan, va a dársela en originalidad a Lys. Dos puntos para ella.

Narración y estilo: De esos puntos que tenemos para que todos empatéis. Dos puntos para Moja.

Pulcritud: Creo que he visto dos faltas en las intervenciones de Lys. Ivan en esta ocasión ha repasado los posts, quiero pensar, dado que sus erratas habituales han desaparecido. No obstante, creo que siendo la diferencia tan escasa en pulcritud no puedo dar la victoria, intente ser lo estricto que pretenda ser. Punto para Moja.

Dicho esto, creo que el combate debe ser considerado un empate. Sé que cualquiera de los resultados que pueda dar va a eliminar a uno de los dos, y me siento bastante incómodo dado que, aunque os he dado puntos a cada uno en lo que creo más destacáis, podría ser perfectamente un empate puro. No creo en conciencia poder desempatar por dos faltas de ortografía, así que si lo deseáis podéis solicitar una segunda moderación.

Si no, os lleváis un punto cada uno. Buen combate.

Buenos días.

05/12/2016

Tras hablarlo con Lysbeth, he decidido pedir una segunda corrección. Siendo la última ronda prefiero perder o ganar a que se quede en un empate. También con respecto a la corrección creo que sí que he dado usos no escénicos al terreno, aunque eso ya quedará a juicio del segundo moderador.

05/01/2020

Pueees se ha pedido segunda moderación así que aquí estoy. Voy a ir directamente a desglosarlos porque ya sabéis de qué va la película. Voy a intentar explicaros por qué tomo cada decisión, para que no haya ninguna duda.

Victoria bélica: No hay victoria, 0 puntos.

Asunción de daños: En este apartado tengo que tener en cuenta no solo los daños físicos, si no también los "mentales" debido a algunas de las aptitudes de vuestras Akumas. En este caso, considero que Ivan los ha calculado mejor en general, que luego se regenere es otra historia. En el caso de Lys, aunque ha ido muy bien al principio ha tenido un fallo que creo que le hace perder aquí: considero que las consecuencias de recibir el impacto de la punta de kairoseki han sido insuficientes, es decir, es del 90%, prácticamente te quita todas tus capacidades físicas, creo que esa pérdida momentánea de capacidades físicas debería haber quedado mejor reflejada -si no he leído mal solo se ha reflejado la parte de fuerza y el mareo/cansancio-. En este apartado los dos puntos van para Ivan.

Originalidad y entorno: Dado que las estrategias utilizadas no han sido especialmente fuera de lo común (kairoseki, lujuria, diales que tenéis, los personajes no se salen de lo que suelen hacer), vamos a centrarnos en el entorno. Si Lys le ha pegado fuego al escenario Ivan ha usado un choque de haki rey para levantar el agua encharcada y el barro para apagarlo. Usar el árbol como cobertura para que no se te vea salir de la cortina de humo es una buena idea pero, porque siempre hay un pero, en ese asalto la diferencia la ha marcado el uso del barro de la arena por parte de Lys, girar arrastrando los pies lanzando barro con ellos para poder terminar de localizar a Ivan, si bien no es el movimiento más original para localizar a alguien invisible -bastante estándar, de hecho-, ha impedido lo que de otra forma habría sido el final del combate. Ambos lo habéis usado bastante bien (incluyo ahí tu última congelación, no se me olvida), pero considero que el uso que le ha dado Lysbeth al entorno ha sido más "decisivo" para evitar una situación de derrota inevitable, por lo que los dos puntos se van para Lysbeth.

Narración y estilo: Ambos sabéis construir un relato que sea ameno, no veo que ninguno destaque sobre el otro en narración escénica, 0 puntos.

Pulcritud de escritura: Habré contado un par de fallitos, la diferencia es nimia así que 0 puntos.

Faltas: Nada que penalizar.

Dicho esto, lo único que me queda es declarar un segundo empate y felicitaros por el combate, porque ha sido bastante entretenido de leer. De verdad, aunque me duela dar empates creo que es el resultado que mejor se ajusta al combate que habéis narrado.

[Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov

[Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Dom 3 Mayo 2020 - 21:58}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Lun 4 Mayo 2020 - 4:02}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Lun 4 Mayo 2020 - 17:53}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Lun 4 Mayo 2020 - 20:46}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Mar 5 Mayo 2020 - 19:51}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Miér 6 Mayo 2020 - 4:36}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Miér 6 Mayo 2020 - 23:42}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Jue 7 Mayo 2020 - 20:40}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Jue 7 Mayo 2020 - 21:57}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Vie 8 Mayo 2020 - 1:22}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Vie 8 Mayo 2020 - 12:07}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Vie 8 Mayo 2020 - 13:34}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Vie 8 Mayo 2020 - 19:46}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Sáb 9 Mayo 2020 - 23:55}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Dom 10 Mayo 2020 - 13:20}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Dom 10 Mayo 2020 - 16:37}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Dom 17 Mayo 2020 - 12:31}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Dom 17 Mayo 2020 - 17:13}

Re: [Sexta Ronda] Lysbeth Ardian vs. Ivan Markov {Dom 17 Mayo 2020 - 21:07}