Para ser un piratas necesitas tres cosas. [Narración Tilikum]

¡Ah, asi que has decidido lanzarte al mar! ¡Bueno, tú no te ahogarás, de eso puedes estar seguro! ¿Verdad?

El día ha amanecido con un cielo gris y tormentoso, pero afortunadamente aún queda para el próximo Aqua Laguna. La ciudad del agua desde la unión de su gobierno a la Liga de los Mares se ha vuelto una de los destinos preferidos de los gyojins, que no han tardado en conformar una mano de obra barata a los famosos astilleros de la ciudad. El ambiente, como cuando chocan culturas, es a veces tan áspero como la piel de tiburón, pero muchos aceptan ya como hermanos a los hijos del mar. De hecho, no es raro encontrar en los barrios pobres, y no tan pobres, algún que otro semigyojin de nueva generación. Por supuesto no son muchos los que ven con buenos ojos esta mezcla de razas. Claro que no todos de estos pequeñajos nacen en familias unidas por un amor que puede superar el qué dirán.

Desde lo lejos ves cómo una portentosa mujer plateada pez espada, atraviada con una especie de toga blanca pero descolorida, baña a su hijo en el canal. El crío no debe tener más de un año. Desde luego es una estampa rara para encontrarse antes de desayunar, pero tú si no llegas antes de cierta hora al buffet, no vas a aprovechar lo que cuesta. El caso es que escuchas al niño comenzar a llorar con el contacto con el agua. Algo tremendamente impropio para un hijo del mar, la verdad. Aunque bueno, segundos después el sonido desaparece.

Pero bueno, no tienes porqué seguir esta trama. El mundo es tu ostra, y tú siempre tienes hambre.... ¿no?

[Me tienes disponible por DC para preguntas, interacciones cortas etc, con la finalidad de no romper lo que seria narrativamente el rol]

Tras un par de días en la isla y haber conseguido uno de los mejores restaurantes que tendrá en su misera existencia, decidí investigar las palabras de mi ya no tan amigo cornudo, si era verdad lo que decía habían algunos tritones que quizás le pudieran interesar mis ideas, al fin y al cabo eran de lo mejor... No me hizo falta más que unas horas para ver el potencial de dicha isla, las mezclas que habían sucedido del roce de los humanos con los tritones eran oro puro... Nunca entendería como un tritón o sirena puede acercarse a esos monos sin pelo, pero cuando la necesidad aprieta, como se dice, en tiempos de guerra todo agujero es trinchera, por parte de los humanos si entiendo que les parezcamos irresistibles... Pero como iba diciendo, Tritones que son marginados, híbridos que son rechazados... Lo entiendo pero actualmente no estoy para elegir, si un solo ser que tenga un mínimo de ADN gyojin está siendo marginado, siente odio y lo puedo reclutar, bienvenido sea... Sí ya puede respirar bajo el agua sería un diez de diez...

Divagando en mis pensamientos y planes a futuro, una sensación aterradora me invadió los sentidos, era como un monstruo, gruñía y todo, asustaba a la gente, me hacía perder el control... ¡Joder que hambre tengo! Me dirigí hacia mi taberna, aún que si en medio del camino encontraba otra seguramente también entraría, mi hambre era voraz... Veamos, repasemos, necesito una base oculta bajo el agua, por lo que he podido ver, investigar y escuchar del guía turistico, en esta isla se lleva lo de construir encima de lo que el tsunami gigante inunda para siempre, irónico, ¿lo llena de agua o lo entierra? por que es imposible que cada vez haya más agua en el mar... ¿no?
Ciudadano Gyojin de 87 años: Buenas Tilikum, gracias por el paquete de carne, nos has salvado la semana
Tilikum: No es nada, todo Gyojin será ayudado. Si no nos ayudamos nosotros, ¿Quien lo hará?

Era poca la gente que me conocía, pero poco a poco iba metiéndome entre ellos, como uno más... Ya tenía conversaciones sin sentido, pero que quizás me den alguna pista sobre mis objetivos, quizás me ayude a saber si hay que tener cuidado o si alguien molesto llega a puerto, para eso tendría que pasar como uno más... Suerte que mi cabeza aún no es pública... Ya lo será, ya..

Quizás deberían empezar a llamarte "Padrino" o algo así, ¿no? Sin embargo hasta que no seas alguien no podrás ayudar a mucha gente con tus migajas. Hasta que no te alces sobre el resto, no podrás aplastar a los humanos y crear la hegemonía de los auténticos dueños de este mundo. Un mundo regido por leyes tan crueles y caprichosas como el propio mar. Sin embargo, ¿hace cuanto que no pisas el mar?

Si hasta llevas ropas de humano... Pero en un mundo tan dominado por esas desagradables criaturas, ¿quién no ha olvidado lo que significa ser un hijo del mar? El mundo en sí lo ha olvidado.

Algo se cuece en las calles. Un grito. Un descorazonador grito que se extiende como la pólvora y la enfermedad. Los yagara nadan en estampida mientras la gente pide ayuda, ¿pero por qué? Al salir, y tras recibir en tu pecho el impacto de los que corren buscando seguridad, ves una verdad que se ha olvidado reclamando su justo lugar en este mundo. El pez grande se come al pequeño.

En uno de los giros de aquellos estrechos canales, un Rabuka Bull parece haber perdido el control y se ha lanzado contra la gente del canal, matando a unos cuantos yagara y a sus jinetes, así como presumiblemente a su propio dueño. Alguna vez tenía que pasar ¿no? Es lo que pasa si un humano desea someter a esas criaturas sin tener la bendición del mar...

Primera persona:
Un murmullo empezó a picar en mis oídos, afiné el oído, la curiosidad me picaba, al acercarme más siguiendo el ruido pude escuchar un grito que claramente no era de felicidad, era el grito de terror que tanto me gustaba que lanzasen al verme, alguien lo estaba consiguiendo, seguramente me caería bien. Tras girar una calle una piara de gente venía hacia mi, un par de ellos chocaron conmigo, esos humanos me tocaron sin pedir permiso... Ahora tendría que ducharme, a parte de los monos, en el canal pude ver como los yagara también nadaban a toda prisa, algo o alguien los estaba persiguiendo, se notaba que iban desbocados... Con tan solo echar un vistazo detrás, pude ver el problema, un Rabuka alocado, iracundo iba dando mordiscos a diestro y siniestro, que bella estampa, me supo mal por las criaturas marinas pero era la ley del océano, o comes... O te comen..

Llevé mi mano derecha al nudo de la corbata y lo aflojé un poco mientras torcía el cuello para facilitar la tarea, cuando de pronto un hombre me vio y tubo la santa gracia del señor de darme una orden "ayúdanos hijo del mar" me eché a reír y aparté al humano, mientras apoyaba mi espalda contra la pared del edificio ¿Ayuda? Jajajaja maldito chimpancé, creyó que con solo ser un ciudadano mi deber es ayudar, que por ser nacido en las profundidades debo jugarme la vida ante ese animal... Si no hubiera salido corriendo le habría explicado tres puntos. El primero, no por ser un tritón tienes la fuerza que hace falta para pelear con ese animal, segundo, no acepto ordenes de seres inferiores y tercero, no es hijo del mar... Es hijo del mal... Un error típico. Si no fuera por que no quería llamar la atención antes de tiempo, en vez de apartarlo habría lanzado a esa criatura al agua para que fuese otro tentenpie en la vida del bull...

Esperé a ver el expectaculo, no tenía pensado hacer nada por ellos, a excepción de ver a algún tritón en peligro o que intentara comerme a mí, pero por eso no estaba en el centro, quería ver que pasaba...

Algo en ese humano se rompe. Una confianza que antes estaba allí. La esperanza de que los hijos del mar ayudasen a sus hermanos de tierra en los momentos difíciles. Sin embargo, alguien salta rápidamente a remendarla.

No eres el único hijo del mar. No, sin duda. Y con convicción un joven autóctono se lanza hacia el agua con sus escamas doradas que en otro tiempo atmosférico refulgirían como el mismo sol. Sin embargo este es un día nublado, triste, en el que se han perdido muchas vidas.

Y tantos otros se lanzan, incluso algún humano. Muchos miran y otros van a pedir ayuda que ya llega de camino.

Sin embargo, en tu repugnancia por aquella escena propia de una historia con final feliz, o quizás en tu miedo, rechazo, pena o... lo que fuera, te das cuenta de un pequeño pero crucial detalle que ninguno de los que admiran aquel acto se dan cuenta. Una sombra. Una pequeña mancha en el agua manchada de sangre que se mueve, a diferencia de las otras que se han lanzado llenas de heroísmo, fuera de la escena. Lenta al principio, cauta, pero cada vez más rápida.

¿Que ocultan las aguas? Sea lo que sea está ahora mismo yéndose por uno de los canales anexos.

¿Seguirás solo mirando, Tilikum? Quizás quieras quedarte a ver cómo resuelve la Liga de los Mares todo aquello, porque estan al caer. Deberas hacer uso de tus habilidades sea cual sea la opción que escojas. O quizás prefieras entrar a comer algo. O incluso cojer un trozo de los cadáveres de los yagara que flotan canal abajo.

Sea como sea, pronto empezará a llover.