[Privado][Pasado] Una velada tranquila. Midorima y Neliel se conocen.

Midorima caminaba tranquilamente por las calles de Shimotsuki, hace tiempo que quería volver a este sitio, era una de las islas más tranquilas que había conocido y pisado, era interesante porque a pesar de ser un adicto a las peleas, a veces, era bueno pisar el freno y más ahora que su cuerpo le estaba pasando factura, ya no rendía como antes y apenas podía sacar un ochenta por ciento de su potencial, así que descansar una semana o unos cinco días, le iba a venir bien. Sin dudarlo miraba como al cielo, estaba en unos lindos tonos naranjas, el anochecer estaba cerca, necesitaría de un buen lugar para descansar y sobre todo, también donde iba a cenar, esta vez tenía mucho dinero y se podía dar un pequeño lujo que no se daba de hace tiempo.

Sin más entró en un gran restaurant, incluso la entrada brillaba y en el suelo había una alfombra roja, era el lugar que estaba buscando. Se arregló un poco la corbata de su traje negro, y entró con tranquilidad, en la entrada un tipo castaño lo reviso de arriba abajo y al ver que no portaba armas –porque no las utilizaba- lo dejaron entrar, el sitio se veía bien, como se lo imaginaba, un gran candelabro iluminaba todo el salón principal, y cada mesa tenía un juego de velas, eran tres y las sostenía un pequeño candelabro ¿olía a fresas? Eso parecía.

Señor, si viene solo, lamentablemente tendrá que usar una mesa para dos ¿Hay algún problemas?

Escuchó a sus espaldas, lo miró de reojo, era un anciano con una sonrisa amigable, rozaría los setenta, negó con la cabeza y se dejó guiar a la mesa, el servicio era excelente y por el momento, no había motivos para presentar una queja formal, aunque si le sorprendía la poca seguridad, no veía ningún guardia que aparentara ser fuerte, y de hecho, tampoco había visto algún cartel de Wanted en pegados en alguna pared, bueno no importaba era mejor para él. Se sentó en una mesa que estaba ubicada cerca de la ventana y dejaba ver como es que el sol se escondía para empezar a dar paso a la luna, si sus cálculos no le fallaban, tenía que ser luna llena. Miró al anciano y le sonrió con amabilidad, era hora de empezar a cenar.

De momento, solo tráigame un vino de alta calidad y por si acaso, dos copas. Uno nunca sabe que es lo que va a pasar ¿verdad?

Dijo con un tono agradable, divertido, el anciano le devolvió la sonrisa, anotó su pedido en una pequeña libreta y se fue, era hora de pasar una velada tranquila en este restaurant de cinco estrellas, en la hermosa y tranquila Villa Shimotsuki.

Midorima miraba de forma tranquila como es que la gente pasaba y pasaba, era interesante la tranquilidad que había en el lugar, definitivamente necesitaba de este gran descanso, notó que ya estaba la carta del restaurant en su mesa, la observó con cuidado, los precios eran elevados como esperaba pero estaba preparado para ello, tenía el dinero de sobra para pagar todas esas cosas, ”Es interesante este sitio y realmente abusan con los precios, bueno…no importa. A comer” pensó mientras ahora ya se decidía que iba a cenar, estaba en ello cuando escuchó a alguien gritar, parecía enfadada, elevó su mirada para ver quién era. Su mirada se clavó en la hermosa mujer que estaba reclamando porque no podía comer, suspiró tranquilamente mientras se levantaba, a él le quedaba un asiento libre y la iba a invitar a comer. No tardó en llegar donde estaba aquella dama de vestido rojo y una capa.

Esta bien, yo tengo un asiento libre, ven a comer conmigo. Yo te invito ¿aceptas? Por cierto, me llamo Midorima Shintaro ¿y tú?

Preguntó con cierto tono alegre y algo de picardía, sonrió mostrando sus dientes tan blancos como una perla, quizás se había apresurado mucho en ser tan directo, pero ese era su estilo aparte no podía ver una injusticia tan grande como esa, suspiró de forma tranquila, al parecer se había ablandado de sobre manera y ahora ayudaba a todo Dios. Bueno no le importaba en lo más mínimo, empezó a caminar rumbo a su mesa, la que notaba era la única que tenía un poco más de luz que el resto, podría ser el indicio de que la charla iba a ser divertida, se sentó con tranquilidad mientras esperaba que la joven lo acompañara, no tenía idea si lo iba a hacer, pero algo le decía que si lo iba a hacer, su instinto así lo decía, aparte cuando la miró a los ojos sintió algo raro…como si la hubiera visto en algún lado…a saber quién era esa chica.

Había aceptado su invitación. No dudaba un segundo en que lo iba a hacer pero ahora una parte de sí mismo había cambiado, al parecer no iba a pasar una noche aburrida. Podría intentar hacerse amigo de aquella hermosa dama, quizás luego irían a pasear bajo la luz de la luna y las estrellas. Había un montón de cosas que podían hacer, pero para eso el primer paso era cenar aquí, en este elegante restaurant. La observó mejor, tenía el pelo largo y de un hermoso color verde, sus ojos negros eran también bonitos, era alta pero no tanto como Shintaro aunque encontrar mujeres más altas que él era difícil. Suspiró tranquilo mientras ahora la llegaba llegar a su mesa, se llamaba Neliel, el apellido era imposible de recordar así que ni siquiera lo intentó. Escuchó su pregunta con cautela, la verdad es que su única amada había muerto hace ya tiempo y ahora estaba solo. Nuevamente suspiró con calma mientras la veía de forma directa a los ojos.

Pues, sí he venido solo. Es un tema algo delicado y creo que sería aburrido ahora. Disfrutemos de este hermoso lugar. Y ahora quiero que me digas ¿Por qué una hermosa mujer como tú está sola? ¿O también te dejaron sola?

Respondió mientras ahora descorchaba el vino negro de alta calidad y lo servía con cuidado. Llenó primero la copa de su acompañante y luego la suya, apenas terminó dejó el vino donde estaba, la idea era tenerlo algo helado. Notó que el mismo anciano de antes llegaba, era hora de pedir las cosas para comer, tenía mucha hambre y ahora que se había decidido invitar a una hermosa joven, se iba a jugar todas sus cartas, nunca le había ido mal con mujeres y siempre terminaban como buenos amigos. Algo interesante, ”Bien, Midorima no la cagues. pensó con una sonrisa divertida, sus ojos verdes se clavaron con dulzura en los negros de ella, el anciano esperaba una respuesta y él se la iba a dar con firmeza, mostrando su gran seguridad en sí mismo.

Hola, al parecer si llegó alguien para compartir mi mesa..- dijo con una sonrisa sincera, el camarero no pudo aguantar una leve risita, Midorima no había desviado la vista de Neliel. Sin esperar más, siguió hablando con algo de dulzura y quizás una falsa elegancia que pasaba desapercibida.- A mí dame el plato principal, quiero también un vino para llevar de buena calidad, y para la señorita, lo que ella pida. Gracias..- finalizó con seguridad, el anciano ahora miró a Neliel esperando su respuesta, ahora le tocaba a ella responder.

Midorima escuchó todas las palabras de Nel, era una chica divertida. La observó mientas se acercaba un poco, acortando las distancias ”Vaya, esto se pondrá divertido” pensó con una sonrisa divertida. Al escuchar su última pregunta no pudo evitar soltar una pequeña risa, casi imperceptible. Si hubiera sido una asesina se hubiera dado cuenta, su instinto siempre es bueno para estas cosas. Le iba a responder cuando llegó su pedido, un excelente plato de carne al jugo con una ensalada, a la proteína la rodeaba una salsa roja que se veía deliciosa. El anciano se fue rápido mientras terminaba de esbozar una pequeña sonrisa ¿Acaso se estaba divirtiendo con la pareja? Midorima tomó un poco de vino, para luego llevarse un pedazo de su comida a su boca. Estaba como se veía, deliciosa.

¿Acaso se necesita alguna razón para invitar a una hermosa señorita a comer? Solo te vi allá discutiendo con ese idiota y decidí invitarte. A decir verdad, mi cuerpo se movió solo.

Respondió con una sonrisa divertida. Agarró su cuchillo para luego apoyar su codo en la mesa, luego apuntó el cuchillo a la cara de su compañera. Su mirada cambió por unos segundos a una más fría, mostrando su lado asesino. No iba a atacarla, solo quería mostrar ese lado. Luego de eso su mirada volvió a ser la de antes, bajó el cuchillo para luego suspirar de manera tranquila, se estaba divirtiendo con esto. Comió un poco más sin quitarle la mirada a Neliel. No iba a perder el juego, él iba a dominar esta velada. Su compañera sin saberlo, iba a estar jugando bajo sus propias reglas. No iba a dejar que una mujer lo dominara, su orgullo era muy grande para eso.

Si fueras una asesina, créeme que lo sabría. He viajado por mucho tiempo, no hay muchas personas capaces de impresionarme. Aparte, si alguien cayó en alguna trampa, fuiste tú ¿no crees?

Finalizó con un tono algo pícaro, seductor e inclusive algo arrogante. Neliel lentamente iba a empezar a ceder, cruzó sus brazos sobre la mesa para luego acercarse un poco a su compañera, ahora solo unos centímetros los separaban. Lograba escuchar su respiración, sus ojos no la dejaban de ver, los verdes ojos de Shintaro no querían separarse de los negros de su nueva amiga. Al parecer esta velada iba a ser muy divertida. Ahora solo quedaba esperar la respuesta de ella.