Un día apacible en este bonito poblado. Usualmente no hago cosas con fines altruistas, pero en esta ocasión me había propuesto llegar al bosque cercano haciendo una excepción. Tenia que ver que se podía hacer con los bandidos que moran en ellos. Las habladurías comentan que normalmente no son mala gente, aunque últimamente se estaban pasando de la raya con el pobre pueblo, el resultado. Fluffle y yo fuimos a poner las cosas otra vez en su sitio dando algún que otro mamporro.
Como siempre llevaba mi equipo completo aunque en esta ocasión estaba un pelin mas cargado con las pinzas. Realmente aun no las había probado, más seguro me serian útiles para abrir latas y botellas de gaseosa. Por su parte Fluffle se emperro en conducir nuestra moto tanque, desgraciadamente su conducción dejaba mucho que desear, remarcare lo super adorable que esta con un casco de motorista y sus gafas swag de sol.
Por fortuna usando un manzano conseguimos frenar sin hacer demasiado destrozo en las inmediaciones del pueblo. Al instante de llegar nos pusimos a la tarea de investigar sin embargo estaría faltando a la verdad ya que Fluffle se paro a tomarse un helado en un puestecito cercano.... No se que voy ha hacer con él. Aunque él puesto solo es un carrito con campanilla, tiene una original selecciones de sabores. El calor apretaba y ni una nube manchaba el cielo, por ello me pedí un helado doble de fresa con limón para mi y otro de chocolates para Fluffle. Los cuales degustamos tranquilamente a la sombra del manzano.