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Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] Empty Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] {Sáb 30 Mar 2024 - 14:08}

A Tazu nunca le había gustado que la gente susurrase. Era una de esas cosas, junto con frotarse demasiado las manos o fruncir los labios, que indicaba que algo no iba bien. Y las miradas ocasionales y no demasiado disimuladas que de vez en cuando echaban en su dirección no ayudaban precisamente a tranquilizarla.

Tras la más que larga deliberación que estuviesen llevando a cabo en grupo, uno de los legionarios, el contramaestre, el de la capa, se aproximó a ella con cara seria, como si masticase su indignación antes de escupírsela a Tazu a la cara, la misma expresión que ponía la gente cuando estaba pensando en decir algo que quería que sonase a reprimenda.

-Helado de fresa.

-¿Eh?

-Helado de fresa -repitió Tazu-. Si voy a tener que elegir mi última comida, quiero que sea helado de fresa. ¿Y puede tener una hamburguesa por encima? No hace falta que le echéis lechuga, pero que la haga el cocinero bueno, el gordo. Siempre remoja el pan en la mantequilla antes de servirla. Luego se chupa los dedos; seguro que por eso está gordo.

-Pero, ¿qué estás...?

-¿Sabes qué? Que sean dos. Dos hamburguesas, no dos gordos. Total, si vais a matarme, al menos quiero hacer una súper hamburguesa de seis pisos. Aunque igual hacen falta más, entonces. -Tasu se lo pensó un momento-. Sí, vale, que me traigan cuatro y ya me arreglo yo.

-Basta ya. ¿Se puede saber qué dices?

-Tienes cara de... -Tazu se cruzó el cuello con el pulgar y puso los ojos en blanco mientras emitía un gorgojo que quería sonar a muerta-. Hasta llevas un cuchillo -añadió, señalando el que colgaba de la cintura del tipo.

-No vamos a... No se ha decidido un proceder aún, pero la pena de muerte está por ahora... ¿Por qué íbamos a hacer eso?

-Sí, eso digo yo. No he hecho nada. El tipo se murió solo.

La verdad era que ella le había ayudado un poquito, pero el trabajo pesado lo había hecho él. Lo de morirse, y tal. La aportación de Tazu a tal calamitosidad -casi seguro que se decía así - había sido solo meterle el palo por el gaznate. Al legionario de la capa no parecía convencerle eso.

-Vale, vale, te contaré lo que ha pasado -Tazu carraspeó, ordenó sus pensamientos y adoptó su voz de narradora-: Estaba yo haciendo la ronda...

-Pero si tú no haces la ronda -interrumpió uno de los soldados presentes.

-Pues estaba haciéndola...

-¡Siempre se escaquea! Señor, no deje que le engañe. ¡Está chiflada!

-... cuando oí un extraño ruido aquí abajo. Así que, como es mi deber, bajé a investigar. ¿Sabes esas patatas que rellenan de queso y luego envuelven en panceta y clavan en un palo? Pues me estaba comiendo una.

-¿No sirvieron eso el lunes pasado?

-Sí, aún quedaban un montón en un cubo por ahí. Pues me estaba comiendo una y bajé aquí a ver qué pasaba.

-¿Y por que el guardia estaba drogado?

-Y resultó que el prisionero se estaba atragantando con un palo. -Otro de los soldados le enseñó el trocito de madera embadurnado en babas, que sujetaba con dos dedos.- Sí, ese justo. Y yo intenté hacerle el boca a boca para salvarlo, pero me arañé con el palo y por eso no creo que pueda hacer mi turno de lavandería mañana.

-¿Y dónde está el suyo? -quiso saber el de la capa.

-¿Eh? -Esta vez fue el turno de Tazu de decirlo.

-El de la patata. ¿Dónde está?

Tazu miró a su alrededor, consciente de que se encontraba actuando ante un público exigente. Iba a tener que salir con una buena.

-Me lo comí también. -Todos, el contramaestre y los dos soldados, se le quedaron mirando extrañados-. ¿Qué? La madera tiene fibra. Es buena para...

-Creo que ha quedado clara su versión de la historia, soldado.

-Para cagar.

Convencidos al fin, la hicieron marcharse. Por suerte, los prisioneros muertos en inusuales y poco disimuladas circunstancias no eran del todo raros en la Legión. Y además, aquel tipo era escoria sin valor ninguno. Tazu había sido demasiado buena con él. Le había dicho que si le ayudaba a practicar su nueva técnica ninja le ayudaría a escapar, lo cual era una mentira mucho más piadosa de lo que alguien tan guapo como aquel pirata se merecía. Mira que ir tan repeinado... ¿Quién se había creído?

En fin, iba siendo hora de subir a ver si había sobrado algo de la cena. Necesitaría otro palo si quería seguir practicando.
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Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] Empty Re: Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] {Dom 31 Mar 2024 - 18:35}

A Rokuro nunca le habían agradado los cuarteles generales de la Legión. Aquellos soldados eran sus aliados en la lucha contra los enemigos del Gobierno; mientras que ellos eran el rostro visible del Gobierno Mundial, la existencia de los agentes resultaba más como el marionetista detrás de los hilos. A los legionarios no les hacía mucha gracia la existencia de los agentes, y a los agentes no les gustaba el trato de los legionarios hacia ellos. Era como un ciclo que nunca terminaba y estaba abocado a toleración mutua.

Dentro de aquel cuartel entregó los documentos que le habían ordenado y se dispuso a retirarse. No quería estar allí más tiempo del necesario, prefería volver a su alojamiento en Ennies Lobby y continuar entrenando, preparándose para mejorar como agente y como ninja. Abandonó la construcción principal, pero se detuvo antes de continuar tras escuchar, no por cotilla sino por deformación profesional, la conversación de un par de guardias.

—¿Te acuerdas de esa niña, la que se cree una ninja? —preguntó uno.

—¿Tasustada? ¿La gamberra? —dijo otro, devolviendo más preguntas.

— Esa misma. Pues ya ha vuelto a hacer de las suyas.

—Joder, no entiendo cómo sigue dentro de la Legión. ¿Y de verdad es una ninja?

—No lo sé —se encogió de hombros—. Es una niña, seguro que mintió en su edad al alistarse.

«¿Una ninja?» se preguntó. Comenzó a sentir una mezcla entre curiosidad y terror, esperándose lo peor. Conocía a prácticamente todos los ninjas de su isla, Yokubogashima y, aunque era de extrañar que alguno hubiese acabado en la Legión, él mismo se había unido al Cipher Pol. Todo era posible. «También podría ser de otro lugar —se planteó—. ¿Wano, quizás? No hay demasiadas islas donde entrenen a ninjas».

El hecho de haber escuchado la conversación lo había cambiado todo. Ahora conocer a dicha ninja consistía su principal objetivo porque, ¿qué más tenía que hacer? Su alternativa era volver a lo mismo de siempre, lo cuál no le desagradaba, pero no todos los días podía conocer a alguien con quién compartir tradiciones y cultura. Alguien quién pudiera comprenderle. Un sueño algo tonto, la verdad, pero no por ello dejaba de sentirlo de esa forma.

Se ajustó la corbata del traje, se acomodó a Susurro de Oscuridad en su espalda, Takarashi salió del bolsillo para posarse sobre su hombro y se dispuso a buscar a la niña ninja que habían dicho. ¿Sería fácil reconocerla? Desde luego no se lo iba a preguntar a los dos guardias a quiénes había empezado a dejar atrás, no quería que le tomasen como un cotilla, pero tenía que indagar. ¿Cómo se buscaba a una niña gamberra dentro de un cuartel de la Legión?
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Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] Empty Re: Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] {Vie 12 Abr 2024 - 11:18}

Pues buscando en la cocina, claro. Así era cómo una daba con los mejores lujos. Solo había que esperar a que terminase el turno de cenas agazapada entre las vigas del techo y luego servirse cuanto quisiera una vez el personal se hubiera ido. Era la mejor forma de averiguar qué platos eran los mejores y, de paso, de enterarse de algunos cotilleos igualmente jugosos.

-¿Sabes que al oficial nuevo lo degradaron en su destino anterior?

-¿Y va ese tipo a pelar mis putas patatas? Porque sino, ya te digo lo que me importa.

El borde era el cocinero gordo. Tazu odiaba al cocinero gordo. De niña solían robar a los gorditos, porque erna débiles y siempre tenían aperitivos. Toda mendiga despreciaba a esa gente, pero no estaba allí para escupirle en el gorro, no esta vez.

Robar comida era un hábito para Tazu. No es que lo necesitara, pues por primera vez en su vida tenía tres comidas al día regularmente, pero costaba pasar por alto la gran cantidad de alimentos que guardaban las despensas de la Legión, y los viejos instintos eran poderosos. Además, nunca se sabía cuándo podía declararse una hambruna por culpa de una plaga de langostas, o algo así. Mejor tener reservas, por si las langostas no eran comestibles.

Sigilosa como una sombra, envuelta en su mejor traje de ninja, sospechosamente parecido a un pijama pero sin llegar a serlo, con unos zapatos tan silenciosos como su propia respiración, Tazu se deslizó entre fogones apagados y neveras enormes en busca de algo con lo que llenar el saquito que había llevado consigo. ¿Un trozo de esa tarta tan rara que ya estaba empezada? Para adentro. ¿Media barra de pan un poco dura? Un lujo, antaño. Al saco. ¿Y esas manzanas tan rojas apiladas en un bol en mitad de la encimera? Desde luego, parecía que estaban ahí esperándola a ella.

Convertida en un borrón indetectable, o al menos en su cabeza era así, se plantó ante el frutero y agarró una manzana con un movimiento que en otra circunstancia podría haber servido para casi cortarle la cabeza a alguien. La precisión del ninja dirigida en su máximo esplendor a la masacre del cuenco de manzanas.

Y entonces, enterrada entre las otras, la vio.

Era azul, azul como el cielo invernal visto a través de un carámbano semi-derretido en un inusual día despejado, con una intensidad que rayaba en lo obsceno, como si intentase destacar por encima de todas las demás manzanas. Su piel era totalmente lisa, sin la menor imperfección, tan solo una perfecta e infinita extensión de azul brillante que bailaba frente a los ojos de Tazu despertando su estómago.

Tenía que llevársela, estaba claro. Sin embargo, un ruido a su espalda la puso en alerta. ¿Alguien entraba en la cocina? Con un dramático gesto de ninjutsu, ejecutó casi a la perfección la técnica de la sustitución y se desvaneció en una nube de humo, dejando en su lugar solo un tronc... Mierda, ¡el saco! Se había sustituido a sí misma por su botín. Estaba claro que aún le faltaba entrenamiento. Eso y que tampoco llevaba ningún ronco a mano. Debía procurar recordarlo.

De nuevo en las vigas del techo, escudriñó la oscuridad en busca del origen del sonido, preguntándose si tendría tiempo de recuperar su comida. O, al menos, el saco, que era de tela buena.
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Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] Empty Re: Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] {Miér 24 Abr 2024 - 23:20}

—¿Tasustada? —pregunta el hombre, haciendo un esfuerzo por hacer memoria—. Ah, coño, tú hablas de la muerta de hambre. Sí, se las da de ninja, pero solo sabe asaltar la nevera a mitad de la noche. La última vez le pusieron un candado, pero la muy bribona consiguió abrirlo. Ahora hay vigilancia constante, y cualquiera al que pillen robando comida se le sanciona sin postre. Un castigo muy justo, en mi opinión.

Rokuro le agradeció por la información y se dispuso a buscar la cocina. No era medianoche, pero sí que se trataba de la mejor pista que había encontrado por el momento. El resto de personas por las que había preguntado acaban por hablar pestes de aquella chica, y eso como poco. Le hacía preguntarse qué clase de persona sería, aunque creía que no le terminaría de agradar la respuesta.

Takarashi chilló.

—¿Pasa algo? —preguntó al águila de su hombro—. ¿O es que hablar de comida te ha dado hambre?

Volvió a chillar. Sí, tenía hambre.

—Vale, de paso pediremos si te pueden dejar algo de comida. No queremos que mueras de inanición —bromeó.

En su búsqueda le pidió indicaciones a dos legionarios más. No estaba familiarizado con los cuarteles de la Legión. Ennies Lobby podía parecer igual de laberíntico, pero llevaba viviendo allí cinco largos años. Había tenido tiempo de sobra para conocer el que ahora era su hogar. Además, sería un mal ninja si no hubiera hecho una inspección del terreno en su día para descubrir los posibles puntos flacos del lugar y las mejores zonas para huir en caso de emergencia. ¿Innecesario? Seguramente, pero las viejas costumbres eran difíciles de olvidar. Sin embargo, los cuarteles legionarios se le resistían. Tenían una distribución totalmente diferente, y aunque no acababa perdido dentro de ellos, sí que prefería ahorrar tiempo preguntando para llegar a su destino.

Al llegar a la cocina, no descubrió nada especial. Se encontraba el inmobiliario habitual de las cocinas industriales, varios platos a medio preparar y dos cocineros a los que había visto entrar poco antes que él.

—Buenas —saludó amablemente—. Soy el agente Kurokage, me encuentro en este cuartel por motivos oficiales. ¿Les sobra algo de carne cruda? Picada, si es posible. Es para él —señaló al ave de su hombro.

—¡Saca a ese maldito bicho de mi cocina! —grita uno de los cocineros, apuntando con un cuchillo para cortar cebollas—. ¿Sabes la de parásitos que transmiten los puñeteros pollos?

—¿Qué quieres, enfermar a todo un pelotón? —grita el otro, llevándose las manos a la cabeza.

—Alejad vuestros sucios cuchillos de Takarashi —responde, enfadado—. Es un ave muy limpia, y está desparasitada. Y ahora, disculpaos y sacad carne.
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Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] Empty Re: Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] {Miér 1 Mayo 2024 - 12:09}

Con los dichosos cocineros de nuevo en sus puestos, la breve escapadita de Tazu a recabar víveres se había convertido en toda una molestia. Su saco había quedado abandonado detrás de una de las encimeras y era cuestión de tiempo que lo vieran, y encima parecía que iba a perder esa manzana azul tan chula. Agazapada entre las vigas de la cocina, urdió un plan casi perfecto.

Como una sombra, se deslizó hacia una esquina y se dejó caer al suelo con tan solo un débil ruido amortiguado por las zapatillas de ninja. Dio una voltereta, que no sabía si hacía falta pero molaba, y cuando se puso en pie llevaba puesto un impecable uniforme de cocinera, con gorrito y todo.

-Pero... -empezó a decir uno de los pinches, pero Tazu lo calló pasándose el pulgar por el cuello en un poco sutil gesto de advertencia.

La actividad volvía poco a poco a la cocina, así que no le prestaban demasiada atención. Ella siempre había sido esmirriada, así que era fácil no verla. Ya se imaginaba cogiendo su botín y marchándose de allí tranquilamente, cuando una especie de graznido sonó desde la puerta.

Allí, un tipo que claramente no era cocinero discutía con un par que, si no lo eran, al menos sí que llevaban delantal. Por algún motivo había un halcón -era un pájaro grande con garras, así que tenía que ser un halcón- posado sobre su hombro. Parecía bien entrenado; silencioso y de apariencia feroz. El graznido lo había soltado el cocinero del cuchillo.

Tazu podría haberse marchado, pero... ¿No sería súper útil tener un halcón? Y encima entrenado ya, que eso era lo más difícil. Con su saco al hombro, se vio en la encrucijada de ir a por la manzana azul o a por el ave. Se dijo que ninguna manzana podría picarle a sus enemigos en los ojos, así que optó por robar el pájaro.

Le quitó de las manos un cuchillo al pinche que tenía más cerca y abrió un paquete de carne que alguien había dejado por ahí sin vigilancia. Cogió un trozo y lo balanceó, a ver si el halcón lo olía. ¿Los halcones podían oler? Pues a ver si lo veía. Incluso invocó un guante bien gordo y extendió el brazo para que se le posara. A ver si había suerte y nadie se daba cuenta...
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Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] Empty Re: Cosas de ninjas [Pasado - Tazu y Rokuro] {}

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