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Juguemos a ser detectives [Privado: Arkhan | Kasan] Empty Juguemos a ser detectives [Privado: Arkhan | Kasan] {Mar 4 Oct 2016 - 1:59}

El viento en el rostro del moreno, el olor del puerto y el vasto océano azul le hacían recordar su tierra natal. Apenas había viajado hasta una isla vecina y ya la extraña Arabasta, ¿cómo esperaba convertirse en un gran mercader si era alguien tan sentimental? ¡Tonterías! Pensaba él siempre que los viejos mercantes se lo comentaban.

Se encontraba en lo alto del palo trinquete, se encontraba tan alto que podía ver las enormes estructuras de la ciudad construida por el propio hombre. Desde esa altura se sentía más libre que nunca. Cerró los ojos y acarició la brisa marina que le remojaba el rostro producto del levantamiento de partículas de agua causado por el viento.

Finalmente había abordado y se despidió de los hombres que lo hicieron regresar a casa. El capitán resultó ser un hombre muy agradable, y a pesar de arrojar siempre chistes malos, hacía que el viaje fuera más ameno. Su notable ponchera de borracho y la barba desordenada y sucia de su rostro le daban el aspecto del típico pirata borracho que surcaba los mares buscando la libertad absoluta. Pero nada de eso era cierto. Claro que no, Stellín era un hombre honrado y muy carismático que siempre protegía a los mercantes; aunque unas monedas jamás le vinieron mal.

–¡Muchas gracias, Stellín-san! – Gritó desde lo lejos el moreno de cabellos plateados.

Avanzó por la avenida principal. La sonrisa la tenía dibujada en su rostro hasta que la sorpresa la reemplazó. Un sonido, más bien el sonido de un disparo retumbó los oídos del muchacho. ¿Qué es lo que había sucedido? Inmediatamente después de disparo vio, justo en frente, el cuerpo de una mujer desmoronarse hasta caer al suelo y empaparlo de sangre lentamente. Estupefacto, no escuchó el alboroto que la gente causó mientras intentaban correr hacia todos lados.

“¿Qué diablos? ¿Acabo de ver cómo asesinan a una mujer...?”

Le tomó tiempo recomponerse del asesinato que había acabado de presenciar. Con el alma en la tierra, notó que un hombre de piel blanca como la nieve y traje oscuro acompañado, en la cabeza, por un sombrero de copa huía sigilosamente entre la muchedumbre. Notó como guardaba un arma, parecida a una pistola, dentro de una funda que llevaba oculta en el cinturón. Quiso gritar, anunciar que el hombre que había asesinado a la mujer escapaba por esa dirección, pero las palabras no salieron de su boca. Quiso correr, pero las piernas no reaccionaron.

Se sentía frustrado al no poder hacer nada mientras que, con sus propios ojos, veía al asesino alejarse centímetro a centímetro. El hombre que llevaba gafas de sol, completamente rectangulares, volteó y le sonrió macabramente al moreno. Sintió como su cuerpo se estremeció al ver la sonrisa del hombre y recién, después de eso, pudo reaccionar.

–¡¡Por ahí!! – gritó Arkhan, pero nadie le hacía caso.

Ignorando todo peligro, persiguió al hombre. Sabía que cargaba un arma y que había asesinado a una mujer, pero eso no le importó. Salió corriendo tras él sujetando la empuñadura de su sable con la mano derecha. Llegó hasta el estrecho y nauseabundo callejón en donde había desaparecido el hombre a quien buscaba. Intentó buscarlo con la cabeza, pero no lo encontró. Dándose por vencido –y esperando ser de ayuda–, volvió hacia el lugar donde habían asesinado a la mujer. Allí yacía su cuerpo, inmóvil, aún caliente y completamente manchado de sangre.

La mujer resultó ser una chica rubia, de unos veintiocho años, caderas anchas y muslos grotescos. Lo único distinguido que se podía ver en ella era un tatuaje con la forma del símbolo que representa cualquier tipo de peligro biológico. Resultó muy extraño, pero en ese momento no le tomó importancia.

De inmediato llegó la policía del lugar intentando mantener el orden.

–Ha ocurrido un asesinato – El policía le hablaba a otro a través de un DDM –, y lo peor de todo es que ha sido en pleno día.

Una figura, quizás masculina, se acercó al lugar de los hechos. Pero, ¿ciertamente era una figura masculina? No lo sabía, después de todo había un montón de gente y se encontraba lejos, pero... ¿Por qué se notó en ella? Quizás por la forma en que caminaba, completamente distinto entre los otros hombres. ¿Quién era él?
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Juguemos a ser detectives [Privado: Arkhan | Kasan] Empty Re: Juguemos a ser detectives [Privado: Arkhan | Kasan] {Miér 5 Oct 2016 - 12:39}

El bazar portuario de Nanohana, un buen lugar donde descubrir tesoros ocultos de los Blues, allí iban a parar todo tipo de artefactos, desde jarrones decorativos a extrañas armas de civilizaciones pasadas, y desde telas hasta los más curiosos olores de perfumes exóticos. Había llegado al reino de Arabasta con la intención de encontrar eso, tesoros escondidos que poder llevarme de vuelta a casa, aunque realmente estaba allí tratando de encontrar un regalo para una buena amiga que me esperaba en Ennies Lobby.

Tras una primera vuelta viendo los puestos, no encontré nada interesante. Habían vestidos muy bonitos hechos con telas lujosas, pero desconocía las medidas de la cumpleañera, si le regalaba un vestido más grande de su talla, pensaría que la estaba llamando vaca-burra, pero si por el contrario, era más pequeño y no le cabía, se lo tomaría a peor. Esa mujer era capaz de colgarme de los pies por mucho menos que eso, no era una buena opción si no estaba totalmente seguro.

Seguía paseando por el mercado vistiendo las ropas características del reino, una túnica blanca ancha de color blanco combinado con un kafiyyeh color negro. Con esos ropajes la verdad es que se estaba bastante fresco, y yo que pensaba que esto daría mas calor... Me alegro equivocarme por una vez. El mercado poco tenía que ofrecerme para poderla impresionar de verdad, menuda desilusión me estaba llevando, por lo visto iba a ser un día aburrido... "Ya podría pasar algo interesante" . Pensé, justo en ese momento se escuchó el sonido de un disparo proveniente del puerto a escasas manzanas de aquí.

Comencé a correr siguiendo a la multitud, más pronto que tarde me encontré con una mujer tirada en el suelo con una herida de bala en el pecho y rodeada de un charco de su propia sangre, la cosa pintaba mal para ella, debía darme prisa si quería salvarla. - ¡Fuera todos, dejad espacio!- Grité mientras arrancaba una manga de la túnica, con ella podría taponar la herida y evitar una mayor perdida de sangre, actualmente soy estudiante de medicina, pero no puedo tratar a nadie en medio de la calle, sin instrumental y sin las condiciones apropiadas.

Al poco de taponar el agujero, llegó la policía. Con un rápido vistazo, avisó por DDM a otros agentes de que se había producido un asesinato.-Esta mujer sigue viva-. Dije tomándole el pulso y comprobando su respiración. El agente, dándose cuenta de su grave error, pronto se puso en contacto con el hospital mas cercano, en nada la mujer fue trasladada y operada de urgencia. Al menos habrían podido intentar salvarla... Luego de ponerla a buen recaudo, la policía comenzó a hacer preguntas a los transeúntes que rodeaban el lugar. Me las apañé para poner la oreja, escuchando así cosas en claro.

Por lo que podía oír, al parecer un hombre moreno había saltado desde el barco echando a correr entre la multitud con dirección a las calles. No podía permitir que ese hombre saliese impune del delito que había cometido, si había sido él el autor del disparo, le haría probar el sabor de su propia sangre. Con las pocas indicaciones que daban, mas o menos tenía una idea de por donde había huido, solo quedaba ponerse en marcha


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Juguemos a ser detectives [Privado: Arkhan | Kasan] Empty Re: Juguemos a ser detectives [Privado: Arkhan | Kasan] {Mar 11 Oct 2016 - 23:36}

El dulce sonido de las palabras que un hombre pronunciaba cuidadosamente reconfortó el alma del espadachín. “Esta mujer sigue viva”, fue lo que escuchó. Por suerte, el asesinato había sido frustrado por los caprichos del destino, aunque por alguna razón – buena o mala –, Arkhan se encontraba metido en cuyas magnitudes eran desconocidas, o al menos lo eran hasta ese momento. Tenía mucho que pensar, puesto que en variadas ocasiones afirmaba la idea de que las cosas sucedían por algo.

No notó al hombre que inspeccionó el cuerpo de la mujer, estaba demasiado preocupado como para seguir enfocándose en las demás personas. Podía sentir que el asesino aún estaba cerca, y que en cualquier momento atacaría de nuevo. Sin embargo, sus pensamientos fueron interrumpidos por el estruendoso sonido de una bala. Miró hacia todos lados, buscando al autor del disparo, pero no encontró nada. ¿Acaso su mente le estaba jugando una mala pasada?

Se llevó las manos a la cara e intentó controlarse, convencerse de que no había escuchado nada, sino que solo fue una jugada de su mente por lo que acaba de evidenciar.

Debo estar cansado, traumado por ver como una mujer cayó frente a mí – susurró.

Como si estuviera atado a una cadena, sintió que debía llegar al meollo del asunto y descubrir al autor del asesinato frustrado. Pero él no era un detective y sus habilidades de lucha no eran las mejores del mundo, apenas tenía su espada; que tampoco era de las más poderosas. Sin embargo él poseía algo que no todos tenían, y era una férrea e inquebrantable fuerza de voluntad que lo hacía superar obstáculos inimaginables.

Recordó aquella vez, cuando apenas tenía ocho años. Su maestro le dijo que debía saltar una pared de un metro ochenta de un puro salto, pero claro, era un niño que apenas alcanzaba un metro con cuarenta centímetros. Para comer y poder sentarse a la mesa con lo que él consideraba su familia, debía realizar esa hazaña, sumamente difícil en ese momento. Sin embargo, con astucia y una increíble fuerza de voluntad, logró superar la prueba que el viejo le había impuesto. Mientras su maestro comía, el chico tomó un cajón de un metro de altura, lo suficientemente resistente como para poder soportar el impulso que tomaría para saltar la pared.

Volviendo a la realidad soltó una sonrisa y mostró sus muy bien cuidados dientes. Tenía claro cuáles eran sus debilidades y sus límites, pero contaba con su astucia lo que le permitía superar cualquier tipo de obstáculo. Además de todo, siempre podía contar con la ayuda de los personajes que siempre se sumaban a sus caprichos.

Empuñando la mano y llevándola a la altura de su pecho, manteniendo una leve distancia de al menos veinticinco centímetros, bajó la mirada apuntando hacia este.

–¡Definitivamente lo atraparé! Y luego pasaré a comer un poco de ramen, me lo merezco.
Aclaración:
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