[Misión heroica-Paraíso] ¿Cómo lo ha hecho?

Contratante:Capitán de la Marina Cill Bosby

Descripción: Hace años que el agua del cuartel sabe rara, aunque eso no tiene nada que ver con el tema que nos ocupe. La verdad es que últimamente están pasando cosas bastante raras, y ya sabes cómo es la juventud con sus skates y sus moderneces y sus cosas de jóvenes. Pero estoy seguro de que es tope raro, como dicen hoy en día, que ese hombre extraño haya aparecido en medio de un banco de nubes y diga ser un viajero del tiempo. Tiene que estar loco, porque un viajero del tiempo no se llamaría Rapanui.

Objetivos: Descubrir la identidad del sujeto desconocido.

Objetivos secundarios: Averiguar qué es y a qué se debe el banco de niebla que ha surgido junto al G-3

Premios: Aprender una técnica de lanzamiento de moneda espectacular.

Premios por objetivos secundarios: Todo lo que puedas saquear de la Niebla Arco Iris, hasta un máximo de cinco objetos y quince millones de berries (calidad de los objetos a determinar por el Staff).

Datos: Rapanui Pasqua es un personaje no-canon del anime.

Galhard acababa de volver del South Blue, a juzgar por la cara de Al a la hora de dividirse este se sentía aliviado de haber abandonado ese mar, Gal intentó arrastrarle hacia otra misión nuevamente a la cual, el almirante con una notoria desgana, rechazó sin siquiera escuchar de que se trataba y donde se llevaría a cabo. Al parecer los marines del G-3 llevaban días teniendo problemas con sus aguas por un extraño fenomeno atmosferico que había entorpecido la navegación y para colmo decían que un extraño  hombre de sensuales labios y fuertes brazos había aparecido en mitad de la base clamando ser este último un viajero del tiempo llamado Rapanui.
La misión era la mar de interesante pues no todos los días se conoce un fenomeno atmosferico misterioso como ese y se tiene la oportunidad de conocer a un chiflado que dice viajar en el tiempo, al menos eso pensaba Galhard mientras pensaba que con suerte, si venía del futuro, la prueba definitiva para demostrar que tenía razón sería regalar un bote de lejía y a Galhard le gustaban los regalos, aunque no les encontrase utilidad.

El marine decidió tomar un bote ante la negativa de Al de cederle el buque de la marina y de ni siquiera acompañarle o dejarlo cerca del lugar. Por suerte las corrientes fueron propícias y Gal no tardó en llegar a la base, los marines de la base al verle llegar con su rango de cadete hicieron una mueca de desagrado, la cual, aumentó cuando supieron que era parte de la brigada indisciplinada
"¿Tan poco le importamos al Almirante Al que nos envían al novato de turno para resolver el entuerto?" Gritaba uno de los oficiales allí presentes, si no fuese porque podrían hacer de él un cabeza de turco le habrían denegado la petición de hacerse cargo de la misión y se la habrían dado a cualquier otro que apareciese pero bueno, si el novato la liaba tenían una excusa para mantener en secreto la pifia dentro de la marina y comprometer la fama de Al con su novato, si para su sorpresa lo hacía con éxito tampoco nadie debería conocer el resultado y tampoco esparcirían la noticia de que eso había ocurrido, para ellos era una situación donde todo suponía una ganancia así que sin más problema llevaron al cadete con el misterioso hombre, algo mayor, el cual, separando sus sensuales labios mostró una sonrisa al ver al cadete con una cara curiosa al verle.

-¿Así que esta es la carne de cañón que traéis para interrogarme? No creáis que le diré algo que no os haya explicado ya en su momento sobre quien soy. Me llamo Rapanui Pasqua y soy un habitante de la niebla arcoíris. Desde luego los marines ya no sois como antes, que decepción-

La ambición de Gal se vio tirada por tierra tras la frase de ese hombre, sus expectativas de conocer sobre el futuro y recibir un pote de lejía habían sido tiradas por tierra. Eh... ¡Espera! Eso significa que si vienes del pasado puedes explicarme cosas interesantes de él ¿Te gustan las piedras brillantes? ¿Que libros te gustan? ¿Conociste a Noland?- Los ojos del cadete se iluminaron tras el relampago de ideas que llegaron a su mente ante la mirada asqueada de Rapanui y de los marines allí presentes.

Al final resulta que la carne de cañón soy yo... No tendréis la pasta de antes marines... Pero sois más retorcidos ahora, no sé que decir. Dijo mientras llevaba su mano a su cabeza y se levantaba del sillón donde estaba, custodiado por dos marines. Vale, vale... Te contaré cosas pero evita las preguntas inutiles ¿Quieres? Además me apuesto un cofre que hay ciertos temas que son delicados.

-Perdón, perdón, es que cuando encuentro algo o alguien interesante me dejo llevar por las preguntas... Entonces ¿Vamos a meternos dentro de esa niebla? Puedo suponer que serás tu quien nos guies, después de todo vives allí. De todas formas dejad el timón en mis manos, daré lo mejor de mis habilidades como navegante para mantener la embarcación en buen estado allí dentro. Seguro que con tus consejos cojo aún más experiencia dentro de allí.

Los presentes parecían no estar muy convencidos a primeras por la idea pero visto en el bote donde el cadete había llegado a la base que con solo mirarlo parecía que podía hundirse o bien tenía una suerte impresionante o bien si era ducto en el arte de navegar cosa que con un buque de la marina lo sería aún más.

-Con la iglesia hemos topado... Está bien, pero cualquier desperfecto será recortado del presupuesto de la brigada indisciplinada así que más te vale cuidar el barco como si fuese tu madre cadete.- Dijo el oficial que los custodiaba bajo la mirada de Rapanui.

Aunque parte de la misión era averiguar quien era ese misterioso hombre de sensuales labios la exploración y la comprensión del extraño suceso meteorologico que resultaba ser la niebla arcoiris era algo digno de conocer y explorar así que mientras mantenían vigilado a Rapanui adentrarse en la niebla era arriesgado pero necesario para comprender de buena mano lo que allí ocurría.

El oficial marine, junto a 4 soldados, Galhard y Rapanui no tardaron en tomar el barco que lentamente se adentró en la niebla, los brillos de la misma eran algo propio de otro mundo, algo indescriptible que solo podía comprenderse al verlo por uno mismo.

-Una vez nos hayamos adentrado más he de advertir que veréis centenares de barcos naufragados y tesoros por doquier, que la avaricia no os ciegue, la niebla arcoíris es un lugar peligroso y cualquier acto de egoismo puede llevaros a una muerte dentro de la misma, además, habrá que ir rápido, nunca se sabe cuando desaparecerá la entrada y cuando volverá a aparecer, parece que habéis perdido todo registro del fenomeno en estos años ¿Me equivoco? Dijo Rapanui con una sonrisa mientras miraba hacia el horizonte. -Pero bueno, los tesoros allí no tienen dueño y no hará daño si cogéis alguno para vosotros mismos. Además, tú, el cadete hiperactivo ¿No crees que va siendo hora de que cambies ese viejo y oxidado hierro que llevas como espada si eres espadachín? ¿O eres de esos que llevan chatarra para aparentar y eres más de pelear cuerpo a cuerpo? No, más bien pareces alguien a quien le gusta recoger basura allí donde vas. No te quitaré ojo, quizás seas alguien interesante para enseñarle un pequeño truco, si tienes suerte podrás verlo. -Río aún más mientras los hermosos colores de la niebla desvelaron un paisaje propío de un libro de aventuras, unas aguas transparentes con escarpados arrecifes que congregaban montones de barcos medio hundidos y cofres llenos de monedas de oro y distintos objetos y tesoros hasta donde llegaba la vista

Los ojos del cadete no sabían donde mirar, todo brillaba y si no tuviese las manos pegadas al timón habría saltado cual poseso al agua a bucear allí en busca de más tesoros aunque ya habían los suficientes fuera del agua, para él era como si el más húmedo de sus sueños se hubiese hecho realidad, deseaba haber podido traer el barco de Al, podría haber reflotado una enorme cantidad de barcos con él y haberse llevado el precio de al menos la mitad de la torre alvenger sin ningún problema y no tendría que compartir con los de G-3 pero bueno, el hecho de estar allí y tener la posibilidad de rapiñar algo ya había merecido la pena.

¿Y bien? Así que aquí es donde vives ¿Que se supone que quieres que hagamos aquí? No somos piratas como para saquear naufragios? Dijo el estoico oficial mientras a sus espaldas sus soldados se habían colocado equipos de buzo y avanzaban con paso cómico, deteniendo decepcionados e impactados su avance tras las palabras de su capitán.

-Pero si aquí está el presupuesto de 10 años de nuestra base señor... Dijo un derrotado soldado

¿De qué servirá eso si nos quedamos encerrados y no podemos salir? Supongo que tu plan era probar nuestra avaricia "Rapanui".

Waterparties dijeron entre dientes los soldados y Galhard ante la frase del oficial que hizo reir al hombre que les guiaba.

El capitán se relajó un poco al escuchar el rango de Iulio y miró a Galhard mientras le señalaba por encima del hombro.

-Al menos no es otro grumete...- Espetó mientras sacaba unos binoculares y miraba las distintas embarcaciones a medio hundir.

Por otro lado Galhard estaba dandole la turra al misterioso hombre que le observaba con algo de curiosidad a la vez que incomodidad.

-Pues sí, me hice a la mar con la esperanza de ser un gran marine, en mi casa nunca me faltó protección así que deseo que los niños de todos los blues no tengan que pasar por ninguna penuria y puedan crecer y jugar tranquilos como yo tuve la suerte de hacerlo... ¡Eh! Nos estamos hiendo del tema, la estrella aquí eres tú. ¿Si vives aquí no deberías tener una cabaña o algo construido?-

-¿Te alimentaron a base de lengua de pequeño o que idiota? Madre mía... Pareces un taladro- Comentó algo molesto el sujeto que sin dudarlo golpeó al cadete con un dedo en la frente lo cual, provocó que el marine diese una voltereta en el aire y aterrizase de cabeza al suelo, produciendole un chichón notorio en el lugar donde tenía el sombrero.

"Eso ha dolido... Más que los golpes disciplinarios de Arthur... ¿Quien demonios es este tío y como lo ha hecho?" Pensaba Galhard mientras se llevaba una mano a la cabeza y otra a la frente, la cual estaba colorada por el golpe de Rapanui.

El sujeto pasó cerca de Iulio, mirando a este de arriba a abajo y dijo entre dientes -Espero que no sea otro pesado...-

El capitán gritó a Galhard que se levantase del suelo y que le diese explicaciones a Iulio.

-Espera... ¿Escuché bien que eres un Justice Raider? ¡Eso significa que eres amigo del tipo dragón que conocí en la aguja! Y por ende de Aoi también. ¿Que tal están ambos? ¿Sigue Aoi empinando el codo?... Uy... Otra vez me voy del tema, supongo que debes estar aquí por lo mismo que yo. El capitán Bill Cosby, ahí presente, solicitó una ayuda para conocer la naturaleza de este anomalía en la que nos encontramos ahora y sobretodo conocer la identidad de ese hombre, dice que se llama Rapanui Pasqua y dice ser un viajero del tiempo... ¿Crees que pueda ser así? De todas maneras el nombre de Rapanui me es familiar por alguna razón.- Acabando su discurso Gal puso al día de la naturaleza extraña del fenomeno de la niebla arco iris, donde parece un espacio indefinido donde el flujo del tiempo funciona de forma diferente que en el mundo exterior.

-Y bueno, eso ha dicho Rapa... Pero mira todos esos tesoros que hay ahí... ¿No se despierta tu espíritu aventurero? Tiene que haber tantas maravillas aquí escondidas que aún con todas nuestras brigadas no podríamos recoger todo.- Y lo que era peor, el barco donde estaban era pequeño y seguro que el G-3 querrá quedarse un alto porcentaje de todo aquello que se pueda extraer de aquí.

-Ah, me olvidaba, soy Galhard, Cadete de la brigada indisciplinada del Almirante Koneko, un placer amigo Justice Rider.- Acabó Gal tendiendo la mano energicamente a Iulio.

-Ahh... Supongo que a los dragones les gusta el humo, es divertido a Al no le gusta el tabaco y lo enciende para aparentar y Zuko en cambio sufre horrores para dejarlo... Como de raro es el mundo- Dijo rascandose la cabeza para reír poco después de saber que Aoi seguía a lo suyo también, sin duda estar en la marina era divertido, si quitabas el papeleo, los oficiales gruñones y los caballitos de Arthur.

Iulio se lanzó a entrevistar al hombre que lo había tirado al suelo y pareció dar en el clavo, el cadete no esperaba menos de alguien de la brigada de Zuko.


Gal no perdió el tiempo y estaba anotando en una libreta, casi más gastada que la espada que llevaba, las palabras que había dicho Rapanui, justo por debajo que para tener un alto rango en la marina hacía falta tener mal humor.

-A juzgar por lo gruñón que es debe ser de un rango mayor que nosotros ¿Me equivoco?.- Dijo sin levantar la vista de su libreta mientras con el lapiz se frotaba la mejilla.

Al unisono tanto el capitán Bill como Rapanui gritaron al cadete diciendo que tuviese más respeto por sus superiores.

-Mira... Creo que cuanto antes hable más rápido me voy a quitar de encima esta tontería, sí era marine... Teniente comandante para ser más especifico ¿Eso responde a vuestra pregunta, no me deis más la brasa. Dijo bastante molesto mientras que el capitán Bill Cosby no pudo evitar meterse en la conversación.

-Un momento... ¿Teniente comandante dices? Ese rango está en desuso desde mucho antes que hasta el propio Hyoshi se alistase en la institución. Cada vez queda más claro que nos estás tomando el pelo, si te vas a hacer pasar por un marine al menos deberías ponerte al día. Dijo algo exasperado el capitán ante un suspiro de Rapanui, todo parecía que iba a acabar en una discusión entre ambos marines hasta que uno de los soldados destacados dio la voz de alarma

-¡Capitán! Se acercan tres barcos piratas de una tripulación sin identificar hacia nosotros, deberíamos preparar la defensa o acabaremos como los otros barcos.-

-Debí imaginarme que eras un pirata... Esta niebla debe ser obra de alguna fruta del diablo que tengas... Espera, esa bandera en los barcos... ¡No puede ser! Es la flota de los piratas Godofredo, una banda que atormentó la grand line veinte años atrás y que desaparecieron sin dejar rastro... Eso no es posible.- Bill no daba credito a lo que veía pero menos aún lo darían todos al presenciar lo que iba a ocurrir después.

Rapanui sacó tres monedas de su bolsillo, apretó sus dedos y una a una las fue tirando a gran velocidad contra los buques que no tardaron en hundirse sin poder disparar ningún cañón antes de su cruel destino.

-Si os váis a poner a llorar por solo tres barcos es que los marines de hoy en día no sois más que niños- Dijo mientras en su rostro se dibujaba una sonrisa burlona y los ojos de los demás marines se abrían como platos. -¿Sigues pensando que soy un pirata capitancillo? Y como os dije el tiempo aquí funciona diferente, tendréis suerte si lográis volver ni que sea cinco años más tarde o temprano a vuestra base, no es ningún efecto de una fruta del diablo, si váis a estar comiendome la oreja preguntando cosas que están a la vista podríais invertir vuestro tiempo en leer, hay una triología de novelas con el mismo nombre del lugar donde estamos que ilustra bien lo que ocurre aquí y pone teorías sobre el orígen de la misma.- Dijo mientras se acomodó sus gafas de sol y se alejó de la borda.

Tras el comentario de Iulio Rapanui se rascó el bolsillo, sacando una última moneda que lanzó con suavidad hacia el marine para que este la cogiese al vuelo y mostró una sonrisa.

―Si por maldiciones se trata puedes estar tranquilo, estas monedas aunque dudo que sigan teniendo curso legal en vuestra época están libres de regalos indeseados, que hayan objetos malditos entre todo este desastre ahí ya no te sabría decir. Sobre salir deberá depender de vuestra suerte y de lo que el destino quiera hacer con vosotros, aunque por ahora hay tiempo de sobras para pensarlo todo con calma, después de todo los nervios no van a ser de ayuda, tras un par de meses la angustia se calma, te lo aseguro... A malas como mucho tras el año y medio.― Aunque claramente se podía ver que era una broma por su parte el hecho de que no cambiase ni la expresión ni el tono de voz durante todo su discurso incomodó a más de un marine y al capitán no tardaron en fallarle las piernas.

―Eh... ¿Eso significa que no llegaré a tiempo para la fiesta que quería hacer Jack para Arthur? Ah... Como si no fuese suficiente recibir un caballito de Arthur que tendré que cargar con Jack también...― cortó abruptamente Galhard ―Prefiero entrenar contra toda la brigada que tener que sufrir un caballito de ambos... Y seguro que Al se suma a la fiesta. Dijo más preocupado aún ante un rapanui que aunque curioso no se atrevía a preguntar que clase de oscuro método de castigo era ese caballito y como era ejecutado.

―¿Estamos hablando de que puedes quedarte encerrado aquí por decadas y lo único que te preocupa es sufrir un "caballito"? No sé si eres un cenutrio o si esa cosa que dices es un horror inenarrable... Aunque no me equivocaré en asumir las dos cosas.― Se acercó a Iulio y susurró. ―¿Que cosa es esa del caballito? ¿Es algo que en la marina hacéis ahora normalmente?―

Mientras hablaban dos soldados marines sacaron unos aparatosos trajes de buzo.

―Si vamos a estar aquí mucho tiempo podríamos buscar provisiones y tesoros para la base, capitán... ¿Capitán?― El soldado se acercó hasta tocar con un dedo a Bill, el cual se había desmayado ante la idea de quedar atrapado por tiempo indefinido.

―Eh, lo de buscar tesoros suena bien, puede ayudarnos a despejar un poco la mente hasta dar con una idea de que hacer, por ahora no queda mucho más ¿no?― Dijo Gal esta vez completamente despreocupado y con los ojos brillando tras mirar los destellos dorados que podían verse por los barcos del lugar.

―¡Rapa! ¡Iu! ¿Venís a hacer ejercicio? Veamos quien encuentra el objeto más raro o brillante― Exclamó emocionado mientras se quitaba la chaqueta, el gorro y las botas, dejando las piezas de ropa bien colocadas y se lanzó al agua junto a los otros marines que se habían equipado con los trajes de buzo.

Rapanui suspiró ―¿Rapa? Este tío me recuerda a cierto idiota... Quizás le di demasiado fuerte con el dedo en la cabeza... No te creas que vas a encontrar más cosas que yo novato― Espetó resignado mientras se acercó a la borda.

Galhard estaba en su salsa, el agua estaba en una temperatura ideal y la pureza de ella permitía ver objetos hundidos con facilidad, distintas piezas de oro, lingotes y monedas eran faciles de obtener. Cuanto más nadaba Gal más lejos veía a Rapanui, ese hombre sin duda tenía unos brazos fuera de lo común.

En una de sus idas y venidas Gal dio con un barco que pese al tiempo que podía llevar en la intemperie se conservaba en muy buen estado, se aventuró allí dentro y en lo que parecía ser la cabina del capitán pudo ver un sable que si bien lucía algo viejo podría ser restaurado con facilidad, su pomo finamente adornado con detalles dorados hacía conjunción con funda plateada y un acabado también dorado en el final de la misma. Con delicadeza desenfundó ese sable para ver una hoja que si bien estaba cubierta de una ligera capa de óxido que facilmente podría ser removida dejando la misma en una condición pristina. con sumo cuidado tomó un palo cercano y golpeó con suavidad el filo para percibir la vibración del mismo y tras dibujar una sonrisa en su rostro acomodó la espada en su faja y volvió al barco para dejarlo junto con las piezas de oro, tras ello hizo un último viaje a un naufragio, allí encontró un fino collar de lo que parecía ser oro y una piedra similar a una amatista pero de una tonalidad púrpura más oscura, tomó unas cuantas monedas más y volvió al barco, allí tanto Iulio como Rapanui lo estaban esperando.

Orgulloso enseñó su botín y vio que en un abrir y cerrar de ojos Iulio había conseguido un montón de cosas sin aparentemente tocar el agua o salir del barco, Rapanui le miró con una sonrisa y le arrojó una bolsa de cuero.

-Toma, un regalo, lo encontré mientras buscabamos objetos y me pareció que sería de tu gusto, abrela cuando estés fuera de este sitio, si lográis salir claro...- Río nuevamente y como pedro por su casa cogió un par de pantalones de dentro del navío para sustituir los suyos que estaban mojados.

Gal miró con asombro el brazalete y las botas que había encontrado Iulio y la cantidad de oro que había rascado Rapanui.

-Mmm... diría que he perdido la competición, nada mal ¿no? sonrió Gal mientras se estiraba y amontonaba el oro en una pila cerca de la de Iulio y Rapanui, por otra parte el dúo de marines parecía que también habían conseguido sus cosas y decidieron turnarse con los otros soldados para que ellos cogieran objetos también.

-Ah... Os encontré unos ejemplares de la niebla arco iris... Están en ese barco al norte pero no los he podido traer o el agua los habría estropeado quizás el marine linterna pueda llegar a ellos sin mojarse visto lo que ha logrado- Volvió a reír, parecía que no solo Iulio se había contagiado de la energía de Gal. -Después de eso será hora que miremos de buscar una salida, el capitán se queda sin objetos... Por desmayarse. Volvió a reír, esta vez más fuerte.

Galhard tomó los libros que le dio Iulio con cuidado y Rapanui cedió al cadete el suyo, cargandolo con los 3 ladrillos.

-Me tocará hacer los deberes supongo...- Dijo Gal en un tono perezoso mientras quitaba un poco el polvo restante de las portadas. Si bien eran leibles no estaban en perfectas condiciones como había dicho por primera vez Rapanui

-Bueno, con esto me dejaréis de dar la lata sobre tonterías...- Rapanui tomó un par de monedas del montón que los marines habían reunido y comprobó su peso moviendo la mano con ellas.
-Quizás estas no sean malos proyectiles, tienen un peso equilibrado... Lo esperable del oro vamos... En fin ¿Que tal si tratáis de despertar a la bella durmiente que tenéis como capitán? Yo voy a relevarle en hacer guardia de sueño- Bostezó mientras dejó en el montón un par de las monedas que había cogido y se acercó al capitán marine que bajó al lugar donde estaban Iulio y Galhard de una patada.