[Privado] Después de la tormenta

Nunca creí que tener semejantes visitas en Ringo fuese a ser tan complicado. Claro que fueron mis abuelos los que aceptaron todo lo que conllevaba tenerles en la ciudad, pero aun así estaba siendo más problemático de lo que esperamos en un principio. Una guerra que no esperábamos y más trabajo del que creí que tendría que hacer tras haber dejado el ejército de Wano... sin duda la suerte no está de mi parte. El frío afecta a todo el mundo por igual, pero quienes estamos acostumbrados a la gelidez de Ringo tenemos un poco más de tolerancia al frío, la nieve y el hielo. Entiendo perfectamente que ellos no suelan estar expuestos a un clima tan extremo como este, y en cierto modo me apena que tengan que sufrirlo por sus trabajos. Pero supongo que eso es lo que ellos han elegido y que por ende están satisfechos con la lealtad otorgada al gobierno y a cada cosa que requieren. Solo espero que no traigan más destrucción al lugar donde me crie, pues sería un problema tener que construir todo desde los cimientos.

- ¿No deberías estar trabajando en lugar de hacer el tonto y pensar en algo así, Yuuki? Tu padre se enfadará si te encuentra viendo la nada sin más - Nada más escuchar la voz, me giro hacia la misma. Como el resto del lugar estaba vacío, no es difícil ver la figura sombría de Shin apostado sobre una de las cajas que se suponía tenía que llevar a los marines. Su sonrisa es igual de cálida que siempre, y utiliza sus geta para producir un ruido sordo contra la madera de las cajas. De no ser porque se que no es real, seguramente estaría nervioso por su presencia. Pero aun así me molesta.

- Cállate, estaba tomándome un pequeño descanso-. No sé por qué me molesto en responder, pero aun así lo hago. Suelto un pequeño suspiro antes de dirigirme hacia la pila de cajas. Ese mismo día mi padre me había indicado que tendría que llevar todas esas cajas -con ayuda del resto de sirvientes y soldados disponibles- a los marines apostados en el puerto, pues eran suministros necesarios. Evidentemente, negarse a ayudar a los forasteros estaría fuera de lugar y nos haría quedar como personas horribles, por lo que no pude negarme y por eso mismo necesito llevarles esas cajas.

Ignorando a mi ex prometido todo lo que puedo, me echo una caja en brazos y emprendo el camino hacia el puerto. No está demasiado lejos de mi casa, pero con el hielo asomando en las calles me resulta una pereza tener que ir de un lado a otro como si fuese un simple transportista. Supongo que es lo que me toca pasar hasta encontrar algo que hacer y con lo que sentirme cómodo, y desde luego lo prefiero al politiqueo que se traen entre manos mis abuelos. Ya solo me faltaba tener que prestar atención a semejantes personajes.

- ¿Crees que los soldados de la marine serán instruidos de la misma forma que los samurái de Wano? - Me pregunta Shin, nuevamente elevando la voz en mi presencia. Camina justo a mi lado, por lo que es imposible ignorarle verdaderamente, lo que hace que se me crispen los nervios.

- No lo sé, qué más da. Cállate, estoy llegando y no quiero que piensen que estoy loco-. Murmuro finalmente en cuanto veo aparecer las primeras banderas del gobierno en las inmediaciones. La caja no pesa, así que no dudo en inclinar un poco la cabeza y pasar a través de las banderas hasta llegar cerca del mismísimo puerto. El campamento que tienen fue construido de forma rápida y precisa, pues necesitaban un lugar en el que permanecer, y siempre que lo veo me resulta curioso. Tienen que tener gente muy práctica con ellos para poder hacer algo semejante.- Buenos días-. Hablo en dirección a varios de los marine del lugar, aunque no consigo reconocer a ninguno de ellos. Dudo que mi abuelo me haya hablado de ellos tampoco, así que es algo normal-. Vengo a traer esta caja, ¿han puesto las demás en algún sitio en concreto?

Con un vistazo rápido, puedo ver que la situación no ha sido fácil para ellos tampoco. Es agradable volver a ver el ambiente de guerrillas que se crea cuando algo grande está ocurriendo y es necesario actuar de prisa, pero no me da pena no estar incluido en todo eso. Dejar el ejército fue lo mejor que pude hacer después de lo que ocurrió con Shin y lo sé, ahora no puedo echarme atrás pase lo que pase.