Anna Bloodfallen
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La guerra en el mar del norte había terminado, pero sus brasas no habían desaparecido. Estuve en una isla cercana a Hallstatt, entrené a un montón de inútiles y defendimos el pueblo de un ataque pirata. Fue un trabajo fácil, pero no podría decir lo mismo del resto del mar. ¿Y si había piratas más fuertes saqueando ciudades? ¿Qué había de los renegados de la guerra, esos soldados que esperaban ganar algo y al final solo ganaron una decepción? El mundo se había vuelto un lugar aún más peligroso.
Sin embargo, mi objetivo no había cambiado: tenía que encontrar información relevante sobre el Ejército Revolucionario, y estaba a punto de conseguirlo. Conocía tanto su jerarquía como su modo de operación, aunque me faltaba descubrir una de sus bases. Y por lo mismo me estaba dirigiendo a un mar diferente, a un sitio que no conocía de nada. En Yhardum nunca nadie había hablado sobre un mar más allá de las montañas rojas. Tenía miedo, pero era la única manera de regresar a casa con mi reputación limpia.
Había llegado al pie de la enorme montaña que dividía el mundo. Era imponente, mucho más grande que cualquier cosa que había visto en la vida. Y también era maravillosa, aunque eso de contemplar los paisajes e identificar su belleza no era lo mío. Me bajé del bote con mucho cuidado de no caer al agua; no quería morir ahogada antes de iniciar mi gran aventura.
En esta parte de los Cabos Gemelos había una villa humilde, pequeña y con casas de distintos colores. Todo lucía tan tranquilo que parecía no haber habido ninguna guerra, pero ya sabía yo que la gente era buena guardando las apariencias. Eso también daba igual. Lo que importaba era que hubiera personas dispuestas a ayudarme a cruzar esta montaña y entrar al Paraíso. Había escuchado que algunos lo hacían volando; otros, introducían sus barcos en esas enormes corrientes de agua que surcaban la roca.
—Como si eso fuera posible —susurré para mí misma.
De pronto, me volteé casi por instinto y vi un enorme galeón de velas negras. Mi instinto decía que se trataba de un barco pirata, y uno que daría problemas. Sin embargo, donde había problemas también había oportunidades. Si los piratas habían llegado hasta los Cabos Gemelos, significaba que querían cruzar al Paraíso. Y, si yo necesitaba un barco más grande, pues ya sabía cómo conseguirlo.
Sin embargo, mi objetivo no había cambiado: tenía que encontrar información relevante sobre el Ejército Revolucionario, y estaba a punto de conseguirlo. Conocía tanto su jerarquía como su modo de operación, aunque me faltaba descubrir una de sus bases. Y por lo mismo me estaba dirigiendo a un mar diferente, a un sitio que no conocía de nada. En Yhardum nunca nadie había hablado sobre un mar más allá de las montañas rojas. Tenía miedo, pero era la única manera de regresar a casa con mi reputación limpia.
Había llegado al pie de la enorme montaña que dividía el mundo. Era imponente, mucho más grande que cualquier cosa que había visto en la vida. Y también era maravillosa, aunque eso de contemplar los paisajes e identificar su belleza no era lo mío. Me bajé del bote con mucho cuidado de no caer al agua; no quería morir ahogada antes de iniciar mi gran aventura.
En esta parte de los Cabos Gemelos había una villa humilde, pequeña y con casas de distintos colores. Todo lucía tan tranquilo que parecía no haber habido ninguna guerra, pero ya sabía yo que la gente era buena guardando las apariencias. Eso también daba igual. Lo que importaba era que hubiera personas dispuestas a ayudarme a cruzar esta montaña y entrar al Paraíso. Había escuchado que algunos lo hacían volando; otros, introducían sus barcos en esas enormes corrientes de agua que surcaban la roca.
—Como si eso fuera posible —susurré para mí misma.
De pronto, me volteé casi por instinto y vi un enorme galeón de velas negras. Mi instinto decía que se trataba de un barco pirata, y uno que daría problemas. Sin embargo, donde había problemas también había oportunidades. Si los piratas habían llegado hasta los Cabos Gemelos, significaba que querían cruzar al Paraíso. Y, si yo necesitaba un barco más grande, pues ya sabía cómo conseguirlo.
- Datos:
- Sigilo 7 (Ocultación, Sutileza), Agilidad 5 (Amortiguación, Coordinación), Destreza 5 (Reflejos), Precisión 5 (Ojo de Cuervo), Velocidad 3 (Aceleración), Fuerza 0 (Habilidad), Adicional 5 (Estática), Factor Shonen 5.
Ocultación: Nadie con Haki de observación menor a desarrollado puede utilizarlo para encontrarlo. Sin embargo sus golpes siguen pudiendo ser predichos con él.
Sutileza: Es muy complicado predecir sus movimientos, hasta el punto que ni siquiera el Haki de observación es del todo fiable contra él. El Haki de observación del oponente cuenta como un nivel menos frente a él.
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