Capítulo 5-A

La penumbra total era mi claro camuflaje, sin tener en cuenta mi propio disfraz con el cual ninguno de mis camaradas serían capaces de reconocerme siquiera.

Una capa marron bastante andrajosa cubrá mi cuerpo, un sombrero ajado cubría mi cabeza, sin apenas dejar ver nada de mi cuerpo, y para aquél que consiguiese contemplarlo tan solo vería un extraño parche negro cubriéndome mi ojo derecho. Por la espalda, mi cabello se había tornado largo y llegaba prácticamente hasta el trasero, pero no tenía mi color natural, si no que poseía un color negro. Un tinte que había conseguido pigmentandolo gracias a mi gran dominio del semei kikan

Se podría decir que realmente era una persona completamente distinta, algo fuera de lo común, un segundo yo con un pasado de fechorías y humor negro. Y allí permanecía, en una esquina en penumbra en aquella ridícula taberna, tomando una jarra de ron, el delicioso néctar de los piratas, su brebaje personal.

De pronto noté que había alguien conocido por la taberna. Pude ver a mi compañero Noa charlando con el tabernero, quien pareció enfurecerse con éste. Cargó con un arma contundente e intento atacar a Noa, mas alguien le detuvo.

Entre las sombras permanecía inadvertido, bebiendo como cualquier otro pirata en un antro como ése. Observé la situación que se desencadenó, un temblor de tierra sacudió la taberna y de pronto un estúpido marine, cuya existencia desconocía, apareció y apuntó al tabernero con su katana, éste se defendió y se delató así mismo como un tripulante de la banda del supernova.

Pero algo iba mal, al parecer toda la banda estaba allí, si ya sería costoso combatir contra uno de ellos, contra toda una banda sería imposible. Procuré no llamar la atención, y ni tan solo me alarmé cuando mi compañero Noa fue agredido y herido por una mujer, también tripulante de la banda del shichibukai, identidad que ahora conocia gracias a que lo había desvelado uno de sus queridos tripulantes.

Todo iba según lo planeado, allí estaban todos, o casi todos, mi camuflaje había pasado inadvertido, y había conseguido recaudar mucha información al respecto. Vacié finalmente el contenido de aquella copa y llevé mi mano al suelo, allí había unos cristales, los cuales los tenía divisados desde un principio. Observé un tipo que había estado con Noa, y tras unos instantes me di cuenta de que era Andrew, otro de nuestros camaradas, tanto de Noa como mío. Sonreí con cara de loco, metiendome en mi papel, mientras me enderezaba, quedando plantado con mi altura natural de 1,90m.

Observé el grupo que se alejaba lentamente. Decidí actuar, ésta podría ser la única oportunidad de infiltrarme exitosamente. Dar un show con mis poderes haría que me descubriesen al instante, y al tabernero no le gusta que destrocen su bar, por lo que tan solo apunté la palme de mi mano por delante del tipo que encabezaba el grupo y activé mi dial de espinas. Éstas espinas pasarían de largo por delante de éste tipo, y seguramente se daría cuenta, eso era obvio, y buscaría aquél que había lanzado dichas espinas.

Con paso firme pero lento avanzaba poco a poco mientras una increíble voz grave emergía de mi garganta. Con el semei kikan también había modificado las cuerdas vocales, cambiando así la resonancia y sacando una voz más grave.

- Giaaajajajajaja. Los piratas del supernova, y estáis todos aquí. Parece que sois muy egoistas, no acaparéis toda la diversión vosotros, dejarme también un poco para mí, ando ansioso de rebanar alguna cabeza GIAAAJAJAJAJAJAJAJA

Ya habían pasado un par de minutos, mi dial de espina estaba apunto de recargarse.

- Es más, os voy a ahorrar molestias.

Me giré hacia mi camarada Andrew y extendí la palma de mi mano derecha hacia él. Todavía estaba allí y me serviría como coartada.

- Éste pedazo de mierda estaba hablando con el gilipollas al que le abriste el boquete. -Hablando directamente con la tiradora del grupo- Si es su amigo poco tardará en hacer otra idiotez. Podría morir ahora, me encuentro ansioso por ver sangre.

Tras la tentativa hacia la panda de piratas me quedé mirándoles, con ello tan solo intentaba ganarme su confianza, y si para lograrlo tuviera que agredir a Andrew, estaba todo controlado. Con éste aspecto él no será capaz de reconocerme, y si le lanzaba las espinas del dial al cuello, podría dejarlo KO sin llegar a dañarle en lo absoluto, tan solo haciéndole perder el conocimiento durante unos segundos.

Observé con el ceño fruncido y un sonrisa de locura en mi rostro. Solo actuando de esa forma, y convirtiéndome realmente en un pirata podría llegar a ganarme la confianza de ellos.

- Al igual que el estúpido yo también quiero unirme a vuestra banda, pero no soy tan estúpido para retaros a ninguno de vosotros. ¿Que me decís?

- De putifa, el menda es un pirata. Y encima muy suelto de lengua... ¿A quién se le ocurre contarle semejante barbaridad a un tio que acabas de conocer?... Vaya, me sorprende este "humano". No he conocido nunca ha nadie que confíe tanto en la gente conociéndose tan poco. Seguro que es una de esas personas las cuales odian a los traidores... me gusta su manera de pensar, por muy desequilibrada que sea ¿Realmente la banda en la que está le merece como tripulante, o estará siendo manipulado por un cabrón de mierda?

Mi semblante se puso serio. Mucho. Este tipo me estaba dando mucho que pensar. Me quité la máscara, se lo había merecido por su muestra de confianza. También me quité el sombrero, y metí lo primero dentro de lo segundo. Lo sujeté con la mano porque no tenía donde guardarlos, ya que no planeaba quitármelos NUNCA. Una lágrima escapó para mezclarse con el mar, seguida de sus amigas. Por suerte, ninguna se veía gracias al medio marino.

Pero se me notaba en la voz.

- Hittori... no quiero causarte... ningún... problema ¿Seguro que a... tu capitán no le impor... portará que me... hayas dicho... lo que me acabas... de decir?

Aunque intentaba controlarlo, la cara se me arrugaba algo por culpa de las lágrimas ¡PUTAS LÁGRIMAS! Solo he llorado por culpa de muertes... de muertes de seres queridos ¿Por qué estaba llorando por este loco que acababa de conocer? Solo se me ocurría que fuese un presagio, o bien de una amistad, o de la muerte de alguno de los dos... y la 2ª parecía la más probable.

- Pero una cosa tengo clara... para locuras... ¡Las mías! ¡DESTINO, VEN A MÍ SI TIENES COJONES!

Pasada media hora, fuera de la taberna, en una casa cercana estaban en una cama Kasan con su hombro vendado e inconsciente, mientras que Dirk estaba en una cama inconsciente aún pero sanado de sus heridas. Solo Zakarías estaba consciente y bien, aunque sin saber como explicárselo todo. Fue entonces cuando los dos piratas se quitaron sus ropas.

-Como supondrás, aquí hay gato encerrado chico.


-Exactamente, no somos unos piratas, somos un pequeño grupo que navegamos por el grand line cumpliendo las misiones que nos son asignadas por nuestros clientes.

-Así es, nuestras especialidades son el camuflaje, el engaño, la distracción, y simular escenas para que las personas hagan lo que queramos con el fin de lograr cumplir la misión.

-Como imaginaras tenemos una misión y por ello estamos aquí ¿Que cual es? Ni de coña os la diremos, pero si nos vais a ayudar, tenéis fuerza y capacidades, aunque no las suficientes como para atacar a un miembro de esa banda.

-Y sabemos quienes sois, al contrario que vosotros sobre nosotros e incluso de entre vosotros. Noa Kasanova, miembro de la Chiper Pol 2 que controla el clima. Varón, de 18 años, metro 93 cuyas habilidades son el asesinato, espiar y hablar para convencer.

-Dirk Asuba, varón de 26 años, metro 90 con habilidades de espadachín, domador y cocinero. Sirve a la marina y tiene el poder del nitrógeno, es una lástima que se encontrase con un tipo de cloro más fuerte que el.

-Y por último, Zakarias Frost, miembro también de la marina... varón de 24 años y metro 90. Sin akuma no mi al parecer y dedicado a ser espadachín, médico y navegante.

-Un trió peculiar en cuanto a habilidades, pero a lo que vamos, Kasan y Dirk tendrán que descansar más, luego hablaremos más sobre que haréis por nosotros.

-Mientras tanto esperaremos a los demás ... y pensaremos en como cambiaros el aspecto, de verdad.

¿Quienes eran estos dos tipos trajeados que tenían una misión y necesitaban a Kasan, Dirk y Zakarías? ¿Quienes eran los demás a los que esperar? Sin duda todo tenía mucho misterio y pocas cosas claras ¿Que sucederá?





Mas lejos, en el mar, los tritones seguían su conversación. El señor S se había emocionado debido a la sinceridad sin tapujos de Hittori y como agradecimiento se quitó la mascara y sombrero soltando entre sollozos una frase.
- Hittori... no quiero causarte... ningún... problema ¿Seguro que a... tu capitán no le impor... portará que me... hayas dicho... lo que me acabas... de decir?
-Seguramente te mate, por eso está detrás tuya apuntando tu nuca con una escopeta.

Pasados 4 segundos Hittori dijo claramente y sin cambiar nada su gesto ni reirse.
-Era broma. Mi capitán es bueno conmigo, no le gusta que cuente cosas, pero sabe como soy y me sigue aceptando como soy...aunque de todas formas, ya se me había escapado antes y es un secreto a voces.





Mientras tanto, tras Tsuna y tras Talón aparecieron dos viejos caminando lentamente con mucho cuidado.
-Disculpar, ¿Nos podéis acompañar?

Observe como el tipo enmascarado, se dirigió al supernova y le comento que ya iba siendo hora, mientra le ponía la mano en el hombro del supernova, yo tenia intención de segirles, pero el tipo misterioso cuando se iba con el supernova hizo algo extraño que caí desmayado junto a todos los de la taberna....

Después de unos minutos después, me levanté, observe que todos los demás estaban aun desmayado pero la banda del supernova no estaba, no estaba ninguno de ellos...

Lufram : Mierda (con un gesto de disgusto)...Bueno que se le va a hacer (mientras observaba al resto de la gente que estaba aun en el suelo desmayado) mmm tengo una idea, voy totalmente desarmado y no tengo ni un berrie y según dice que si le robas a un ladrón tienes 100 años de perdón

En ese momento sonreí, mientras iba paseándome por la taberna observando con todo lujo de detalles si había alguien que llevara algo de interés para robárselo, pero siempre estando alerta, por si alguien despertaba fingir que, estaba despertando a los demás y para ver que tal estaban....

Lufram : Espero encontrar algo de interés....

Completa catástrofe, en eso se podía resumir mi plan. Al lanzar las espinas no me había dado cuenta de que un extraño tipo las había detenido, por lo que el resto de mi acción resultó muy cómica a vistas ajenas. De pronto aquél tipo se encaró hacia mí y tras soltar una palabra, comencé a sentir que mi cuerpo perdía todas sus fuerzas.

Como una extraña sensación me iba debilitando con rapidez, y antes de caer desmayado dos palabras atravesaron mi mente.

"Haoushoku haki..." Y caí inconsciente. Al cabo de un rato extramadamente largo, el cual a mi se me hizo instantáneo, desperté. Volvía a recobrar mis energías, aun que todavía notaba cierta debilidad. Me levanté, tenía el costado entumecido por la caída contra la mesa, y sentía una molestia en las costillas, aun que no había nada roto, tan solo una pequeña contusión por el golpe repentino.

Cuando me quise dar cuenta, a mi alrededor no había nada más que gente desmayada, supuse entonces que se trataba del mismo tipo que me hab`´ia hecho caer, observé, e incluso los miembros de la tripulación del supernova estaban en el suelo, inconscientes. Divisé el cuerpo del tabernero, de la tiradora, y de todos sus compañeros, mas el cuerpo del supernova no estaba allí. O había resistido el poder de aquél haki, o bien le querían a él para algo, de igual forma ambas ideas me perturbaron.

Miré a cierto lado y observé el cuerpo desmayado de Andrew, me aproximé hacia él y le cogí, ahora el disimular de poco ayudaría con todos inconscientes. Dicho eso me dispuse a emerger de la taberna, mas muy cerca de la puerta, con Andrew cargado a mi hombro derecho, pude escuchar una voz que me resultó conocida.

- ... sin embargo nos habeis ayudado, y en segundo lugar, ¿que pasaría si nos negasemos a ayudaros?

No cabía duda, era Noa, y al parecer alguien le había sanado, sonreí irónicamente y salí de la tabera con el cuerpo de Andrew cargado cobre mí, entonces busque hasta que encontré a Noa, pero no estaba solo, también estaba el otro marine herido y dos tipos, los cuales estaban de espaldas hacia mí. Noa sería capaz de verme, aun que no de reconocerme debido a mi disfraz. Me aproximé a paso firme pero lento hacia ellos y cuando estuve cerca deposité el cuerpo inconsciente del compañero de Noa en el suelo, seguramente ahí ya se hab´rian percatado esos dos hombres de mi presencia.

- Creo que éste es tu compañero. Aquí te lo dejo. Intenta que no te maten estúpido.

Dicho eso me quedé mirando a los dos tipos que allí estaban, trajeados completamente con unas extrañas pintas, desde luego piratas no parecían.

- ¿Y quién coño sois vosotros? Juraría que a estos dos se los llevaron unos piratas del supernova.

Todavía seguía metido en mi papel. No me destapé ante Noa, pues no sabía quienes eran esos tipos, y como él no sería capaz de reconocerme ni por la voz, podía investigar desde un punto neutral.

Hice una mueca de no comprender ¿Una escopeta bajo el agua? ¿Me estaba vacilando, o era el poder de su capitán? Sin girarme le estuve mirando durante 4 segundos a los ojos, y pude comprobar que, efectivamente, era un vacile. Que tio.

Y sin cambiar su cara ni reirse me lo dijo tan tranquilo. Entrecerré los ojos un poco e incliné la cabeza, mirándole, como diciéndole "¿Te estás quedando conmigo?". En seguida recobré mi expresión facial original y, ya sin sollozos ni mariposeos, le sonreí lo mejor que pude.

- ¡Jajaja! Eres un cachondo, por un momento he dudado.

Sin perder una sonrisa digna de un anuncio de dentífrico ni soltar la máscara y el sombrero que los tenía en la mano, me volví a dirigir a él (¿Y a quién si no?):

- ¡Bueno, tio! Yo ahora no tengo nada que hacer. Ya he visto un poquillo la isla y no hay muchas cosas interesantes. Además, ronda un gigante por ahí arriba en el puerto que me ha cogido manía, y como me pille me deja hecho un guiñapo ¡Jajajaja! ¿Te hace que te acompañe a donde tengas que ir?

Cuando recuperé la conciencia, me encontraba postrado en una cama, a mi lado yacía uno de mis nakamas de la marina y al otro lado se encontraba otro hombre, al que nunca había visto antes. Delante de nosotros se encontraban varios hombres bien vestidos, no tenían aspecto de piratas, debían ser los responsables de que siguiera vivo.

Mis heridas estaban curadas, mas no tenía fuerza ni para a penas pronunciar una sola palabra, así que me dediqué a observar que era lo que pasaba en aquella sala, sin pronunciar ni una sola palabra, acordándome del tabernero y el desconocido que me habían atacado a traición.
-Esto no quedará así... Resonaba en mi cabeza, mientras trataba de averiguar en donde demonios me encontraba mirando de un lado hacia otro y aún con dolor del combate librado.

Estaba en el agua porque Elizabeth me tiró de un empujón... me estaba empezando a mosquear... ¡AL CAPITÁN MAREA DROMP NO LE EMPUJA NADIE!
Volví a subir al puerto, muy enfadado. El alcohol empezaba a hacer mella en mi actitud y yo no podía controlarlo. Una vez que estaba de pié en el puerto desenvainé la espada y empecé a concentrar energía espiritual, la cargué toda en la espada; y haciendo dos cortes energéticos con mucha furia pude casi hundir (si no los hundí) dos barcos. [AMF] [Hakki]

-¡RAAARGH ELIZABETH JANE! ¡¡TE VAS A ENTERAR!! -Grité con tanta potencia que se escucho por toda la isla.

En menudo lío nos había metido Erika, y para colmo, por lo que se podía escuchar el capitán no estaba muy contento que digamos. Recordé a aquellos tipos que se nos habían aparecido a Dromp y a mí antes y decidí que no quería saber nada de las personas que estaban en aquel lugar. Agarré más fuerte a Erika y la empujé para salir de allí y perderlos de vista. Mientras me la llevaba, sin mirar a ninguno de los que los que no nos quitaban el ojo de encima, comencé a hablarle en susurros.

-Estos tipos son peligrosos, no les mires cuando te hablen y menos aún les contestes. Vamos a irnos de esta isla, pero antes cogeremos provisiones y cuanto menos llamemos la atención mejor. Si has bebido demasiado y no te ves capaz de meter comida en estos sacos sin que te vean ve al barco con en capitán y esperad que llegue.

Tras decirle esto le tendí los dos sacos esperando su respuesta. Pero para animarla a decidirse le dije con una sonrisa maliciosa -cuantas más seamos robando más ron podremos coger.

Parpadeé sorprendida. Estaba muy mareada, pero al menos seguía en pie y podía recordar todo lo que había hecho, así que no debía de estar muy mal.

-Trae aquí -cogí los dos sacos-, y bien tengo que ser silenciosa, ¿no? Es mi especialidad. La verdad es que esta isla no me está gustando nada, cuanto antes salgamos de aquí, mejor.

Me aparté ligeramente de ella y observé el mercado. Había mucha gente, nadie nos vería, pero tendría que ser realmente cuidadosa y no llamar la atención. Además, tendría que ser un trabajo bastante rápido...

Basta de pensar. Vamos allá.

Salí del camarote sintiendo como si llevara una semana sin moverme ¿Pero cuanto tempo había estado durmiendo la mona? Demasiado para mi. Me sorprendió no ver a ninguno de mis compañeros ni al capitán (sobre todo al capitán, es imposible no verle). En lugar de eso, me encontré con una imagen desconcertante: estábamos atracados en el puerto de una isla que parecía haber sido escenario de un huracán. Había casas destrozadas, señales de bronca por toda la calle y la gente parecía muy asustada.

Al echar un vistazo encontré al capitán, completamente empapado. En medio del agua estaban restos de dos barcos hundidos que al parecer había hundido él, ya que aún tenía la espada en la mano.

-¡Eh, Dromp!- le llamé, apoyandome en la barandilla del barco -¿Cómo cojones os atrevéis a empezar a armarla sin mí?

De golpe se asomó por la barandilla de la proa del barco la señorita Crowley.
-¡A buenas horas aparece usted señorita Crowley! Póngase las botas y salga del barco. -Dije tambaleándome y bastante mareado.
Enfundé la espada en su vaina y con muy mal humor me puse las botas.

-Unity... ¡DEJA DE ALIÑARME! ¡NO QUIERO ESTAR MÁS DULCE! ¡¡RAAAAAAAAAAAAARGH!! -Dije gritando como un completo loco rascándome la espalda y pegando saltitos haciendo que la tierra temblara y también haciendo pequeñas grietas en el suelo.

-¡NO PODRÁS PASAR! -Dije clavando la espada en el suelo del puerto, o lo que fuera eso. Cerré los ojos y me entró angustia, eso no iba a terminar bien. Luego perdí el conocimiento cayéndome de espaldas encima de unas cuantas casas... 23 kilómetros de destrucción.

-¡Capitán! ¡Eh, capitán! -grité mientras veía como el gigante se derrumbaba sobre las casas cercanas -Mierda...

Agarré mi hacha y bajé del barco lo más rápido que pude. En cuanto llegué junto a mi capitán trepé como pude agarrándome de los pliegues de su ropa.

-¡Dromp, hijo de puta, despierta! -dije saltando sobre su pecho con fuerza, intentando que reaccionara de alguna manera.

Pude dvertir cómo Noa me miraba con un rostro de extrañeza. ¿Se habría dado cuenta de mi tapadera? Desde luego no se lo había dicho, pero si se lo había dado a entender, por si las cosas se torcían, que descubriese que en realidad ésa persona era yo, y en caso de tener que confrontarnos para no desvelar la tapadera, que estuviese controlada la situación.

No obstante, no le di importancia, hice como que me repateaba su mirada con un gesto de asco, y de pronto volví a tornarme hacia esos dos tipos de negro, de los cuales todavía no había obtenido respuesta.

- ¿Y bien pedazo de mierdas? No tengo todo el día, quién coño sois.En ese momento apreté mis puños, los cuales estaban tapados con la capa, la cual me cubría del todo, aun que desde abajo se podría observar por la comisura de la manga mis mitones de acero bien aferrados a mis puños.

Estaba saltando encima de mi pecho, no me dejaba dormir; entonces me levanté de golpe, muy veloz, y ella se cayó al suelo de una forma muy brusca.

-¿¡PERO SE PUEDE SABER EL MOTIVO POR EL CUAL NO ME DEJAS DORMIR EN PAZ!? -Grité muy feroz.

Acto seguido quité la espada del suelo y me la volví a atar a la cintura, me crují los puños y le dije.

-¿Hacemos un pulso?

El capitán se levantó de golpe, gritándome enfurecido. Intenté asirme a su camisa para no caer, pero no sirvió de nada.

Me di un tremendo golpe contra el suelo, que me hizo sentir como si me destrozaran todos los huesos del cuerpo. Me quedé un rato tumbada en el suelo, sientiendo como me dolía cada centímetro del cuerpo e insultando mentalmente a mi capitán.

-Me cago en la puta. ¿Voy a morir en esta isla por culpa de mi propio nakama? -pensé.

Me negaba a ello. Hice acopió de mis fuerzas y me incorporé, sentandome en el suelo. Me dolia al respirar y veía borroso, pero unas palabras llegaron claramente a mis oidos:

-¿Hacemos un pulso?

Alcé la cabeza y traté de enfocar la vista en mi capitán y le sonreí, aunque luego sentí que me estallaba la cabeza.

-Dame un segundo y te doy una paliza.

Estoy robando. No me lo puedo creer, es algo que no esperaba de mí misma, no me han enseñado esto, mi maestro me había enseñado a repetar, a ayudar en lo que pudiera, a esperar que Dios me iluminara el camino... esperaba que no estuviera viendo lo que estoy haciendo en este momento. Ya llevaba un par de jamones, varias botellas de ron, carne, pescado no por supuesto (podíamos pescar perfectamente), kilos de queso, verduras y huevos... bueno, los huevos se me iban a romper, mejor los dejo.

He terminado de llenar las dos bolsas y nadie se había dado cuenta. Bien vamos bien. Y ahora, vamos muy lentamente hacia el puerto y aquí no ha pasado nada...