Un bandido 'Fucsia' [Privado con Johnny Raikov]

-Así que aquí fue donde nació Monkey D Luffy...Vaya, algún día me gustaría conseguir una recompensa como la que tenía él...solucionaría todos mis problemas.-dije hablando conmigo misma mientras paseaba por Villa Fucsia.

Parecía una aldea humilde, una refrescante y agradable brisa recorría el campo mientras yo miraba con armonía la inmensa montaña pero tenía que centrarme, estaba aquí por un bandido poseedor de una gran suma de dinero por su cabeza así que me di una vuelta a ver si lo encontraba.

Villa Fucsia, me habían mandado a venir a ver que tal va todo ya que unos rumores nos habían llegado de unos piratas o simplemente bandidos que le gustaba asustar a la gente, pero fuese lo que fuese tendría que erradicarlo.
Había llegado en una barca, no me gustaba ir en aquellos buques que utilizaba la Marine.
El cielo se encontraba despejado, un poco de viento había que chocaba con mi cuerpo sin camiseta dejando mi esculpido cuerpo al aire, ¿seria hora de ponerme camiseta? ya lo pensaría mas adelante, ahora tenia una misión, mi única arma era una espada que la llevaba desde pequeño, aquella que me dio la señora que me cuido durante unos años.
Cuando llegase al puerto tendría que buscar a algún pueblerino que me deje su cocina para hacer unos platos, tenia hambre...

Al llegar al puerto algunas personas nos recibieron contentos como si hubiésemos ganado alguna guerra o algo por el estilo, gritándonos halagos, se notaba que nos necesitaban aquellos piratas lo tenían atemorizados como nos dijeron desde la base central, el bandido tenia una recompensa de 180.000.000 de berries, alguien que solo tenia esa recompensa por asesinar a civiles que no tenían la culpa de nada, pero el disfrutaba haciendo sufrir a la gente, no era tiempo para pensar en el, ahora tenia que comer.

Baje del buque por unas escaleras, allí todos se abalanzaron contra mi, ya que fui el primero en pisar tierra firme, recibí varios besos y abrazos, cosa que no me gustaba mucho. Cuando pude "escapar" de ellos me dirigí a las afueras, donde todo estaba lleno de campo cubierto por la hierba verde y fresca, se podían ver algunas vacas pastando por allí, y a los campesinos vigilándolos, esto me recordaba a mi pueblo, donde me pasaba con mi madre viendo las plantas y aprendiéndome sus nombres y escalando por los arboles.

Ahora era un marine, y mi objetivo era llegar a lo mas alto y aprender el Taekwondo en su totalidad, y hace tiempo que no lo practicaba en serio, seguro que ese pirata será un oponente fuerte o eso espero...

Seguia mirando al pasto, donde las vacas se encontraban comiendo a sus anchas la verde hierba, los pastores vigilando que no se escapasen y perdieran dinero. Las ancianas se encontraban en las puertas tomando el aire y charlando de sus cosas y mirando el hermoso día que hacia hoy, mientras los maridos estaban sembrando sus huertos.

A lo lejos se podía ver a una chica con un cuerpo de escultura y unas voluminosas caderas con un precioso andar. Cuando de repente un compañero de la marine se acerco a mi:

-Parece que el criminal tiene compañeros peligrosos, así que ten cuidado porque vas a ir a ir tu solo.- dicho esto se marcho.

La chica estaba cerca y le dije:

-Buenas, ¿No sabra donde se encuentra el Bar 8?

Esperaba la respuesta de la señorita, la cual n me respondió, pero si me dijo algo sobre unos criminales, ¿como sabia que los estaba buscando, seria otro marine en cubierto? De ser así nunca la había visto, y mandaría una queja a los que planearon esto, no me informan mis compañeros de trabajo, mejor es ir solo y sin ninguna preocupación de que le pase algo, esto solo haría que me atrase mas en mi misión, todo negativo, nada positivo, todo eso era lo que me pasaba por mi cabeza:

-Mire señora, nunca la he visto y no se como usted sabe que hay bandidos por aquí, si quiere ayudarme sigame, pero no me meta en problemas.

Empecé mi camino al centro de mi pueblo, a pesar de lo que me dijo, tenia que acabar mi misión y no debería de abandonarla, esto me haría subir varios puestos de la marine.

Empecé a caminar un poco, pero la mujer me interrumpió hablando. Me quede quito para escucharla, decía que era una cazadora, parecía novata en esto, seguía con que me podía estropear mi vida, que raro, no creo que lo pudiese hacer peor de lo que lo estoy haciendo, estaba perdiendo tiempo aquí, solo quería finalizar la misión e ir a por otra, necesitaba destacar entre los otros y un poco de dinero ya que estaba 'pelado'. Aunque un poco de ayuda no vendría mal, necesitaba pensar lo positivo y negativo de la compañía de la chica, la cual estaba a mi lado:


-Así que cazadora... vamos sígueme.

Empecé mi paso de nuevo, sin mirarla, esperaba que me siguiese, aunque si no lo hacia, tampoco es que me importarse mucho que se diga.

Empecé a caminar por aquel paseo de piedras y decorado con unos colores llamativos, aunque para mi es mejor caminar por el pasto. Llevábamos un pequeño rato caminando y la chica me adelanto el paso, seguro que tenia genes dominantes o algo así. Cuando me adelanto, se escucho el gemir de una mujer, la cazadora empezó a correr, mientras tanto yo llevaba un paso rápido permitiéndole alcanzarla rápido. Al llegar a la casa se encontraba una mujer tirada en el suelo con varias mesas rotas, la señorita de pelo negro no había pensado en ayudar a la mujer, y se había ido en busca del criminal, le tendió la mano para levantarla, pero al tomarla y ponerse en pie dio otro grito, la cogí de la cintura y la siente en una silla:

-Me duele el tobillo, parece que me lo he doblado.- me decia mientras agarraba la parte dañada - tengo unas vendas en aquel cajón.

La deje sentada y me dirigí al lugar que me dijo, y efectivamente ahí estaban varios instrumentos médicos, solo cogí las vendas que me dijo. Tras ponérselo me dio las gracias y me invito a un café, tenia que marcharme, pero no podía dejarla allí sola, así que no tuve mas remedio que aceptar amablemente su oferta. Me tome el café sin prisas, degustándolo mientras conversaba con ella, me dio varia información sobre los criminales, eran cuatro, o tres, pensé en la cazadora y lo podríamos repartir las ganancias. Le di las gracias y segui mi camino al centro de la ciudad.

El camino para llegar al pueblo fue mas largo que el de ida, puede ser porque habría tomado otro camino o me estaba distrayendo con el campo y las vacas, eso me hizo pensar que hace tiempo que no me encontraba en contacto con la naturaleza cosa que me recordaba en mi madre, la pobre que tenía que cuidarme y enseñarme por ella misma y yo recapacite todo lo que me dijo y me servirá de mucho en un futuro muy próximo.

Ahora debería de adentrarme en el caso de los bandidos de la zona, no podía dejar que aquellos hombres que no tengan nada que hacer, salvo asustar a la gente, estén corrompiendo la tranquilidad de este pueblo. Por cosas como esas y más fue que me aliste en la marine, para poder hacer un mundo limpio de criminales y estafadores que abusan de la gente débil e inocente.

Mientras pasaba por un camino de piedra la gente se asomaba a las ventanas para ver lo que hacía y si había noticias nuevas. Al final de la calle un hombre con gafas se acercaba a mí, llevaba un sombrero verde y el pelo negro:

-Buenas, usted debe ser Raikov. Soy uno de los varios amigos que tiene el alcalde de este poblado, pero como el no puede presentarse hoy, yo le remplazare, espero que no le moleste- me decía mientras miraba a una hoja.

-Claro que no, siempre y cuando no meta a sus guardias en el problema, por ahora estamos trabajando solos. Ahora debo irme a seguir mirando la zona. Disculpe - lo deje parado y seguía mirando aquel pueblo en el que nunca había estado.