¡Quiero mi café! [Theo y Viole]

Viole aceptó y Theo sonrió mientras una lagrima caía por su mejilla. El muchacho apoyó su cabeza en el hombro de la morena y esta empezó a explicar. La historia se desarrolló con mayor soltura de la que Theo pensaba que tendría. Avanzaba segura y con fluidez pero con un nudo en la garganta al llegar a puntos críticos de la historia. Las lagrimas no caían pues ya había derramado bastantes por aquel recuerdo, hasta el punto que Theo se sentía culpable y malvada por no llorar.

La historia siguió con fluidez hasta llegar al punto final y crítico, cuando Theo se vio obligada a soltar el cadáver de Leyla en el mar y se quedó con su flauta de pan, la cual sacó de su mochila y enseñó a Viole. Dejó que este la cogiera y viese por todas partes para después recuperarla y guardarla de nuevo en la mochila. Theo suspiró.

- Gracias por escucharme...

Y por fin, después de tanto tiempo recordando aquella historia sin una sola lágrima, rompió a llorar. Por fin se sintió acompañada de nuevo. Por fin dejó de sentirse sola.

La chica empezó a contar lo que más que parecía ser su historia me resultaba un drama propio de un libro. Aunque también, el que hablaba... Quitando eso, la historia se desarrolló sin mayores altercados que alguna que otra lágrima que discurría por mi cara, pues la tristeza me invadía en ciertos momentos de aquella larga historia. Desde su ''novia'', hasta la flauta de pan... Todo era muy triste en su pasado, varios traumas la habían invadido y parecía no poder dejarlos de lado. No era muy distinta de la mía propia, pero claramente la suya estaba plagada de relaciones perdidas y hechos tristes respecto a la mía. Terminé llorando más que ella, siendo sinceros.

Además, en mitad de la narración me entregó una especie de flauta, pero de manera y con varios palos huecos para soplar allí. Eso era lo que se llamaba ''Flauta de Pan'' según ella. Así, la estuve mirando por todos lados con gran curiosidad en saber como era en su totalidad. La música e instrumentos siempre me habían interesado, sobre todo si no los había visto nunca. Estuve examinándolo y, en un momento dado, me la pidió de nuevo a lo que la entregué.

En cuanto terminó la historia, un gran suspiro inundó la cabina entera y la chica me agradeció escuchar su historia completa. Solamente callé y esperé, sin saber muy bien en qué iba a terminar todo ésto. Al final, otro suspiro siguió al anterior y la chica empezó a llorar. Primero, en total silencio para terminar llorando ruidosamente. Sin siquiera mover mi cabeza del hombro de la chica, pasé el brazo por detrás suya hasta llegar al otro lado y asentar la mano allí, dando unas palmaditas y dije con la voz más calmante posible:

-Venga... No llores... Yo sé como te sientes, estar solo... Pero sonríe. Nunca sabrás quien se puede enamorar de tu sonrisa, ¿no? - Esbocé una sonrisa tranquilizadora en mi cara y me puse de cuclillas delante suya, mirándola sin mostrar un ápice de seriedad - Veamos... ¿Qué puedo hacer para que dejes de llorar?


Off rol /// Que se note que Viole es nefasto consolando.

El muchacho intentó consolar a Theo de forma bastante nefasta, pero no importaba. Theo no necesitaba que la consolaran. Ya no. El muchacho la abrazó dando palmaditas en la espalda, por lo cual Theo soltó una pequeña risa por la situación. Viole tan solo preguntó a la morena que podría hacer para que dejara de llorar. La muchacha simplemente lo abrazó con fuerza y, con una sonrisa, dijo:

- Ya lo estás haciendo...

El muchacho podría parecer confuso por aquello, pero Theo no dijo nada y simplemente sonrió.

Por fin bajaron de la noria. La muchacha y Viole salieron de allí, dejando paso a los próximos de la cola. Empezaron a caminar por el parque mientras el cielo se oscurecía y empezaban a verse las estrellas.

- Se está haciendo tarde... ¿Quieres quedarte un rato más o... te acompaño a casa?

La chica terminó por abrazarme con tal pasión que me ahogó por momentos, pues la fuerza que había puesto en ello era mayor a la normal. Cortó las lágrimas para emitir una sonrisa que me tranquilizó, sabiendo que la chica se había calmado y ahora estaría feliz por el mero hecho de haberse desahogado. La chica emitió cuatro palabras, suficientes para dejarme con dudas, pero mejor me las guardaría para otro momento.

Miré por la ventana y observé que el viaje estaba llegando, tristemente, a su fin. Estábamos ya casi a la altura del suelo e íbamos a tener que bajar en escasos segundos. Al final, más que mirar las vistas y disfrutar del viaje, había estado hablando con la chica y haciendo que expusiera sus más interiores dolores y peores recuerdos, para luego apoyarla y hacer que los intentara olvidar o siquiera les diera menos importancia de la que les daba en el momento. La puerta se abrió al momento y salí e la cabina junto a la chica, para terminar caminando por el parque bajo una tenue luz que correspondía a la llegada de la noche y el momento de encender las farolas. La primera estrella de la noche se mostró en el cielo, seguidas de otras que llenaron el cielo de brillantes puntos.

La chica preguntó si volver ya a casa o seguir caminando por el parque de atracciones. Puede que mi ya notable sueño afectara, pues decidí tomar rumbo a mi hogar aún teniendo ganas de montarme en una o dos atracciones más. Solamente solté un suspiro por el cansancio, miré a la chica con una sonrisa que se nublaba un poco por el cansancio y la tomé de la mano para que no se perdiera. La noche se iba a hacer más oscuras y quien sabía si la chica se podía perder o pasarle algo. Empecé a caminar lentamente y me pronuncié en el extraño silencio que dominaba el parque de atracciones ya más vacío que cuando entramos:

-Vamos a casa, anda.

Theo asintió en cuanto Viole dijo que lo mejor sería irse a casa. Empezaron a caminar los dos hacía la salida del parque, aunque la morena sabía que lo mas divertido de los parques de atracciones era en tiempos nocturnos. El parque estaba cada vez mas vacío y aquello extrañaba a Theo. ¿Por qué? Estas cosas solían llenarse de gente, sobretodo de noche... Y entonces subo porque. El parque no se estaba vaciando. La gente se estaba juntando en un único sitio. Theo tiró a Viole del brazo con suavidad hasta la concentración de gente y se abrió paso hasta el centro, donde había un hombre bajito con mostacho, vestido de rojo y subido a una caja.

- ¡¡Acercaos!! ¡Participad en la gran competición!

Señaló detrás de si, donde había una larga pista ovalada con marcas en el suelo. Algo que Theo sabía perfectamente lo que era. Una pista de carreras. Empezó a emocionarse, se le daba bien correr. Quería participar. Pero... ¿Cual era el premio?

- El ganador obtendrá esta pequeña pieza artesanal de alta calidad, a parte de una pequeña cantidad de dinero, claro. Y sacó un instrumento de un pequeño cofre.

Una viola de color avellana brillaba al cielo. Sin duda parecía de calidad. Aunque tan solo lo sabría en cuanto lo ganase. Dio un paso adelante soltando la mano de Viole, aunque sin querer perderlo de vista.

- ¡Quiero participar!

Empredimos rumbo hacia fuera del parque de atracciones, mas al parecer la notable tranquilidad de éste no era provocada por el tiempo, sino porque todos se habían concentrado en un lugar, repleto de luces para llamar aún más la atención de los transeúntes, lo cual habían logrado con toda seguridad. La chica me arrastró hacia allí a la fuerza, poniendo poca actividad de mi parte pues el sueño iba a terminar invandiéndome en minutos. Quizás horas si me despertaba con algo. Entremos entre la gran concentración de gente y, entre empujones y peticiones, atravesamos el camino hasta poder observar lo que provocaba tanto furor entre los civiles.

En el escenario se erguía un bigotudo hombre, con chillonas ropas que le daban aún más presencia en ese lugar. Su tamaño no era un deleite, pues para tener la atención debía coger una caja y montarse en ella. No prestaba atención a casi nada, mas el hombre captó mi total atención. Estaba haciendo un concurso, en el cual el premio era una viola de buena calidad. Me deprimió un poco pues ya la había tocado bastante y consideraba tener práctica con ella, pero la última la perdí hará un año, en un incidente que no prefería pensar en ese momento. Inevitablemente, mis ojos se inundaron de luz, pues la quería. El color era precioso, además de que todo parecía ser perfecta para mí. Los materiales utilizados en ella, aún sin tocarla, eran de lo mejor.

En cuanto la vi, estuve pensando solamente en ella, ignorando totalmente lo que me rodeaba. La chica me soltó de la mano y gritó, queriendo participar en aquella prueba. La quería yo, pero odiaba el hecho de correr, además de que ella podría tocarla y me ganaría indudablemente.

Ya habían salido varios participantes. Les habían puesto a todos un papel con un numero en la ropa, aunque Theo lo llevaba sobre el estómago desnudo. La muchacha se encontraba estirando las piernas antes de ponerse a correr mientras todos los demás corredores se preparaban. El hombre bajito gritó un "a sus puestos" y la morena se puso en su posición de salida. Se colocó con las manos en el suelo, tal como se ponían los deportistas en atletismo para correr. Miró al público una vez y vio a Viole en primera fila. Le guiñó el ojo y siguió concentrada en la carrera.

- Preparados... Listos... ¡Ya! -Y disparó una bengala al aire.

Todos empezaron a correr y Theo dio un pequeño acelerón que la puso en cabeza en pocos segundos.

Los civiles que creían tener la capacidad suficiente para participar en la carrera y poder ganarla, se fueron a un puestecito en el cual les dieron unos números. Todos sobre la ropa, en la espalda, en el pecho, o como Theo, en la tripa. Todo se llenó de gente, todas las plazas que habían disponibles fueron ocupadas en cuestión de segundos por hombres y mujeres de buen físico y aspecto deportista. A los demás que quedaban allí y no iban con la idea de correr, sino más de presenciar el acto y acompañar gente, los concentraron justo delante de la pista, con una especie de valla entre ellos para que no intervinieran.

La chica se puso a hacer estiramientos y a preparase para lo que llegaba, pues con tanta gente, difícilmente iba a ganar. Dirigió la mirada a mí en un momento dado, guiñándome, a lo cual le respondí con otro guiño. La aguda voz del hombre se hizo lugar entre las agitadas voces de los espectadores, que animaban a sus conocidos. El hombre bajito marcó la salida con un disparo, y todos comenzaron a correr rápidamente, notándose que Theo iba en cabeza con facilidad.

La carrera iba en favor de Theo. Sus piernas se movían con la gracia de un guepardo (aunque no su velocidad, obviamente) y era, indudablemente, la mejor corredora de la feria. Pero eso no le gustaba a los demás. Un hombre, en el segundo puesto, se puso a su lado y la golpeó con el hombro, haciendo que cayera al suelo y le dejara ponerse en primer lugar. Theo rodó y varios corredores la adelantaron.

- Mierda...

Theo volvió a levantarse e hizo un sprint, queriendo volver a adelantar al tramposo antes de que terminara. Tuvo que hacer un último acelerón, sobreesforzándose, pero lo consiguió y cruzó la linea de meta justo antes del tramposo. Se paró con las manos en las rodillas y respirando para descansar mientras todo el mundo aplaudía. Le dio una última mirada asesina al tramposo y se irguió cuando vino el hombre a entregarle el premio. Haciendo su respectivo anuncio y con su nombre como ganadora, le entregó la viola y una bolsa de berries.

Cuando todo terminó y la gente se dispersó, corrió a abrazar a Viole con la viola en las manos. Cuando se separaron se la ofreció con una sonrisa.

- ¿Sabes tocar?

La distancia con el pelotón era notable, mas alguno que otro se escapa de allí y llegaba a ponerse detrás o incluso al lado de Theo. Rápidamente, uno de ellos la empujó y la tiró al suelo, para que varios la adelantaran y perdiera puestos. Solté un leve grito agudo, tapándome la boca con las dos manos y entrecerrando los ojos por la preocupación de lo que le pudiera pasar o lo que la podría haber pasado. Ya había perdido la carrera... Milagrosamente, la chica levantó y emprendió una carrera aún más rápida que la anterior, avanzando puestos con gran rapidez y eficacia. En breves momentos iba segunda, pero aceleró aún más, cosa que me parecía imposible, y adelantó al hombre en los últimos momentos. La carrera terminó con una clara ganadora, Theo.

La gente se fue al momento y dejaron casi todo libre, gracias a lo cual pude ver como Theo corría hacia mí para abrazarme con la viola en la mano. Terminado ésto, me acercó la viola, sonriente a la par que me la ofrecía. Sinceramente, no me esperaba ni remotamente aquello. En mi vida, en toda mi vida, siempre me había ganado todas las cosas bajo esfuerzo puro, sin que nada me lo dieran regalado. Encima, era una viola, cosa que me traía muchos recuerdos a la mente, y no exactamente buenos. Antes de coger la viola, abracé a la chica de nuevo con gran fuerza y de mis ojos cayeron unas pocas lágrimas sin saber yo mismo la razón, para terminar llorando silenciosamente sobre el hombro de ella, y terminar susurrando con voz ahogada:

-Gracias.

El muchacho abrazó a Theo fuertemente, dándole las gracias. La chica pudo notar un deje de llanto en su voz y le correspondió el abrazo, sonriendo.

Al final, dejaron el parque de atracciones bajo el cielo estrellado, cogidos de la mano, aunque Theo no se había dado cuenta de aquello. Siguieron caminando por donde la guiaba Viole, pues había decidido acompañarlo a casa bajo el cielo nocturno. Después de todo, las calles de Shabaody por la noche no eran precisamente seguras.

Caminaron por las calles vacías, escuchando el suave maullar de algunos gatos que caminaban sigilosos por las calles. Finalmente, llegaron a casa de Viole. Theo se preparó para despedirse cuando se dio cuenta de algo. ¡No tenía dónde dormir! Se supone que iba a irse de Shabaody tras comer, pero se encontró con Viole y el día se alargó... ¿Qué podía hacer? Tan solo se le ocurría una cosa...

- Amm... Viole... No tengo donde dormir... ¿Podría quedarme contigo esta noche? Prometo no molesta...

Después de desahogarme, salimos del parque con gran rapidez, bajo la tenue luz que aportaban las dispares farolas y la luz de la luna. Sin darme cuenta, fui acercando la mano a la de Theo, hasta que éstas se conectaron y se cogieron mutuamente, haciendo lo que ya había visto muchas veces anteriormente. Las calles se encontraban inusualmente silenciosas respecto a las otras veces que iba por allí, lleno de borrachos vociferando tontas frases o gente peligrosa, acechante a los ancianos o niños.

Tras un tiempo, a la lejanía terminó por erguirse mi tan esperada y amada casa, la cual quería ya que estuviese cerca para caer dormido a la cama. Llegamos a casa, y me acerqué a la puerta, sacando mi llave del bolsillo y abriéndola al momento mientras dirigía la mirada a Theo con la intención de dejarla pasar a dormir. Ya que había llegado hasta aquí, no iba a hacer otro viaje hasta su casa o cualquier otro lugar. La chica levantó la mano en señal de despedida, para luego decir algo ''indecisa'' si podía quedarse en casa por ésta noche.

-¿Por qué no? Pasa, pasa. - Abrí aún más la puerta y me quedé allí, dándole paso a la chica - No creo que haya problema, y a mí me gusta la idea.

Por la puerta se mostraba la casa, que para mí resultaba preciosa para el precio que pagaba por ella. De paredes de una madera de color no muy oscuro, con muebles acordes y unas escaleras al segundo piso, también de madera, donde se hallaba mi habitación y la única de la casa.

La morena se alegró cuando aceptó. Aunque aún seguía algo nerviosa, pues no dejaba de ser la casa de alguien que acababa de conocer. Entró en la casa la cual era preciosa. La muchacha no estaba acostumbrada a este tipo de sitios, pues no tenía casa y siempre dormía en posadas o los barcos en los que viajaba. Dejó la mochila a un lado y subió las escaleras, explorando la casa, para ver que solo había una habitación.

- Mmmm... ¿Dónde dormiré? No me importa dormir en el sofá.

Tan sólo buscaba un sitio donde pasar la noche. Aunque... La idea de dormir cerca de Viole no le desagradaba para nada.

Theo atravesó la puerta, cerrando yo ésta a su paso, suavemente. Ya dentro, soltó la mochila a un lado y se propuso a investigar toda la casa, sin dejarse recoveco alguno en la totalidad de ésta. Ya terminada la inspección, la cual me hizo gracia y obligó a esbozar una sonrisa, la chica bajó y me preguntó donde iba a pasar la noche y dormir. Me descolocó un poco, pues, haciendo todo el recorrido, debía haber encontrado obligatoriamente la habitación de la casa. Además, ponía de reemplazo a una cama el sofá, sabiendo que éste último era mucho más incómodo.

-¿Y por qué no duermes en la habitación? Siendo una invitada, no te voy a dejar dormir en el sofá.

Subí las escaleras rápidamente para pasar la puerta, ya abierta por la chica anteriormente, y mirar dentro, dándole paso a Theo. La habitación era preciosa, no por nada había escogido esta casa entre todas las demás, (quitando el precio), pues de solo verla me maravillaba. Sumando a eso que la cama era doble, otorgando mayor comodidad y espacio para la persona que durmiera allí. Abandoné la habitación tranquilamente, dejándola allí.

Se negó por completo a dejarla dormir en el sofá y la dejó en la habitación, marchándose y cerrando la puerta. Theo se tumbó bocarriba y resopló, sintiéndose mal por tener que quitarle la cama al dueño de la casa. Se quitó el sombrero y lo dejó a un lado, colocándose en posición fetal. Cerró los ojos y pronto el sueño se apoderó de ella.

Despertó en lo que a Theo parecieron segundos, pero fueron horas. Aún no amaneció, pero la morena muchacha se levantó de la cama con cuidado de no hacer ruido. Salió de la habitación con cuidado y bajó las escaleras, buscando la cocina para hacerse algo, pues había pasado una muy mala y corta noche.