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Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] Empty Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] {Dom 18 Feb 2018 - 20:33}

Estaba plácidamente dormido, plácidamente cómodo y libre de cualquier responsabilidad. Estaba durmiendo en su habitación. Sus planes eran sencillos, quedarse ahí hasta mañana y ya el día siguiente empezar a hacer algo. No era un mal plan y esperaba poder cumplirlo. Abrió sus ojos y se quedó mirando el techo. Si había un olor característico en esta, era el fuerte olor a cigarrillo. Tiradas cerca de su cama y en todos lagos, había muchas colillas y también una caja muy cerca del basurero. Suspiró con calma y se estiró, se rascó un poco los ojos y tomó agua de un vaso a medio beber.

– ¡Tanaka! ¡Levantate! – la puerta se abrió al mismo tiempo que escuchaba aquellos gritos. ”A la mierda mis planes” – pensó mientras se levantaba de su cama. Era el capitán Alexander, el mandamás de la base de Shellstown. – Anda y da un paseo por la isla. Ve que todo esta en calma y en orden. – Le ordenó.

– A veces eres demasiado estricto, en el East Blue está comprobado que no hay muchos índices de piratas o que sean lo suficientemente fuertes como para causar problemas – le respondió Kazuo con una suave sonrisa. – No es necesario hacer rondas todos los días, podrías relajarte un día de estos y tomarte un descanso. Te van a salir canas a este paso, si es que no las tienes ya. – Le dijo a modo de broma.

– Tú… – el capitán se movió con absoluta rapidez y lo agarró del cuello de su camisa, para, acto seguido, empezar a arrastrarlo por toda la base. – No busques excusas baratas para no cumplir con tus deberes, puto vago. – Una vez llegó a la puerta de la base, lo lanzó al patio y se limpió las manos luego de aquello.

– Auch. – Murmuró el joven detective. Se levantó, se quitó un poco el polvo y empezó a caminar por la ciudad. Por el camino, prendió un cigarrillo y se fue fumando tranquilamente por las avenidas de la isla. ”En fin, manos a la obra” – pensó.

Por el camino se compró una manzana. El recorrido era bastante simple, nada muy ajetreado y el clima lo hacía más que ideal como para dar un pequeño paseo. Este consistía en recorrer desde la base hasta el centro de la isla, donde se ubicaba una pequeña, pero alegre plaza, hasta el muelle y ver que ningún barco sospechoso tuviera intenciones de llegar a la isla. Sus otros camaradas, seguramente, estarían bordeando la isla y así no tener puntos flacos. La defensa de la isla consistía en qué tan buenos eran para prevenir ataques y poder hundir a los barcos enemigos antes de que llegaran a la isla.
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Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] Empty Re: Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] {Lun 19 Feb 2018 - 2:44}

Qué buenos recuerdos, ¿no? Aquellas tardes de paseo por la playa junto a su padre, esas noches en las que pasaba horas escuchándole tocar el piano, y aquellas mañanas en las que lo despertaba con un vaso de agua. El East Blue fue el nacimiento de un joven corazón musical que intentó calmar a las personas con un poco de música, pero lamentablemente fue asesinado por un maldito grupo de piratas, cobrando riñas de la vida pasada. Aún era incapaz de comprender qué daño había causado su padre, ¿por qué la vida se lo quitó? Qué irónico... ¿Por qué siempre los buenos se quedaban sin su padre?

Tenía un buen motivo para regresar a esas tierras de buenos recuerdos, y no era para pasar a saludar a la gente que le discriminó. Llevaba un buen tiempo siguiendo las pistas de un criminal, una especie de asesino en serie que el Gobierno Mundial le llamó “La Máscara”. Había muy poca información respecto a ese sujeto, de hecho, ni siquiera se sabía si era hombre o mujer. La máxima autoridad del mundo le colocó una buena recompensa a una imagen, más que a un individuo en sí, por lo poco que se conocía de este. Sin embargo, tanto los marines como algunos cazadores reconocían su modo de operar. Sus víctimas eran jóvenes de 12 a 15 años, generalmente hijos de malos padres, chicos que el mundo había olvidado. Generalmente les drogaba y luego los torturaba algunos días, para finalmente colocarles una máscara de hierro para que insectos le devorasen el rostro poco a poco.

Más allá de la recompensa que el Gobierno Mundial ofrecía, Raven quería detenerle por el mal que le ocasionaba al mundo, aunque para aquellos que le preguntaban únicamente respondía que le interesaba el dinero. Según la información de algunos hombres, la semana anterior había ocurrido un asesinato que respetaba el mismo patrón. Era la oportunidad para que el moreno pudiese detenerle de una buena vez. No solo se quedaría con una buena recompensa, sino que también su reputación mejoraría. “Raven Bloodfallen, el poderoso cazador que detuvo a La Máscara”, le gustaba como sonaba.

Llegó a Shellstown en embarcación de dudosa reputación. Según el capitán, transportaba alimentos y cosas similares, pero bien sabía el moreno que cargaba varios kilos de cocaína, una sustancia que producía alteración de la consciencia, volviéndola eufórica durante varios minutos. Estaba claro que él no tenía nada que ver con la mercancía ilegal, pero si algún marine curioso se daba cuenta... Ni quería imaginarse en el problema que se metería. Subió a ese navío por la sencilla razón de que le cobraban muy poco por el transporte hacia aquel pueblo, aunque le alimentaron mal y apenas podía dormir por lo incómoda que era la cama.

—No soy ningún idiota, ¿eh? Mi trabajo es cazar gente como ustedes —les dijo cuando estuvo en cubierta—. Sin embargo, conozco el rostro de cada criminal del East Blue y ustedes no figuran en mis registros mentales, así que de momento estarán bien.

Los tripulantes del navío se echaron a reír y echaron al moreno a patadas de la cubierta, quien cayó en un montón de cajas de madera, destruyéndolas. ¿Acaso así le agradecían por no delatarles? Vaya, parece que ahora sí que l iba a hacer. Aunque dudaba que la Marina tomase en cuenta a alguien con sus pintas... Llevaba un chaquetón medio destartalado acompañado de una camiseta blanca que no se cambiaba hace semanas. Seguramente olía mal, puesto que el barco no contaba con una ducha decente, de hecho, ni siquiera usaban jabón esos malditos rufianes. Como sea, tenía que encontrar pistas de La Máscara y detenerle, pues ese era su verdadero objetivo.
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Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] Empty Re: Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] {Lun 19 Feb 2018 - 4:44}

Siguió caminando por las calles tranquilas de Shellstown, con ambas manos en sus bolsillos, pero atento a cualquier movimiento irregular que surgiera. Al no ir vestido como marine, le era sencillo no llamar la atención y, además, evitaba que la gente lo mirara con cierto miedo o, por otra parte, con cierta admiración. Nunca le había gustado llamar mucho la atención, pese a lo que estaba acostumbrado a hacer. Suspiró tranquilo y se detuvo en una sombra que proyectaba un árbol, se apoyó en este. Del bolsillo interior de su terno, sacó un cartel de wanted que correspondía a alguien al que se le hacía llamar “La Máscara”. No se sabía si era hombre o mujer, de hecho, poco y nada se sabía de aquella persona. No obstante, existían algunos que lo consideraban un mito, una leyenda solo para asustar a los jóvenes para que actuaran con más cuidado y no fueran solos por aquí y por allá.

– Aunque hay algo que me molesta en todo esto – murmuró. – Quizás vaya a echarle un vistazo a la última escena del crimen, después de todo, ocurrió cerca del puerto y todavía no se ha habilitado a los habitantes su ingreso – si bien no era parte de sus obligaciones del día, podía tomarse pequeñas libertades y si ese sujeto aún estaba en la isla, era la oportunidad perfecta para capturarlo. – Aunque va a ser complicado. Solo conozco cómo asesina a sus víctimas. Su firma es de libro, una máscara de hierro y tortura por algunos días – guardó el cartel de nuevo en su terno y empezó a caminar mientras prendía otro cigarrillo. – Mata a jóvenes entre 12 a 15 años, sin distinción de raza o género. La única conexión es que son los hijos de malos padres. – Lo había decidido, iba a investigara aquello y llegar a la verdad.

Por el camino al puerto, fue pensando variadas teorías de lo que motivaba a ese sujeto a hacer lo que hacía, más allá del dinero. ¿Por qué los hijos y no los padres? Quizás su verdadero objetivo era causarles daño a los progenitores y no a ellos. Aunque también cabía la posibilidad de que fuera un pedófilo y que solo se interesaba en ellos por su edad. Definitivamente, había algo más que el dinero. De hecho, incluso eso quedaba, en cierta mirada, débil. ¿Qué ganaría su contratador por matarlos? ¿Habría alguna ganancia en todo eso? Fumó de su cigarro mientras le daba más vueltas al asunto. Estaba convencido de que una vez llegara a la escena, podría conocer más detalles que al simple ojo humano, escapaban.

El ruido de ajetreo en el puerto llamó su atención. Había llegado un nuevo barco y alcanzó a ver como echaban a alguien a patadas de la cubierta. Lo vio caer en unas cajas y destruirlas. Se acercó a ellos y los miró con atención. El barco estaba en precarias condiciones, quizás por los largos viajes o bien, por el simple hecho de que no contaban con un carpintero a bordo. En todo caso, no parecían los típicos daños de batalla que se ven, sino que era el deterioro natural que causaba el océano en los barcos. De reojo, miró al que había sido pateado y… Su apariencia era deplorable. Se notaba que había comido poco y que había dormido muy poco. Olía mal, su chaquetón estaba destartalado y no se había cambiado su camisa blanca hace días, incluso semanas. Llegó un poco más de gente y también algunos marines.

– Oh… Que bien, llegan justo a tiempo – les dijo a sus compañeros que se estaban acercando al barco. – Arresten a esos sujetos, a todos – tanto ellos como los que estaban a bordo del barco se sorprendieron por sus palabras. – Si estoy en lo correcto, son traficantes, ¿no? Pero no son cualquier clase de traficantes, más bien… – un silencio incómodo se hizo presente. – Ustedes mueven drogas. Específicamente, cocaína. – Sus camaradas, al oír aquello, se pusieron más alertas y empezaron a moverse.

– ¿En qué te basas para levantar calumnias de ese calibre, mocoso? – Gritó el que parecía ser el capitán de ellos.

– Bastante simple, tienen manchas blancas en sus ropas, igual que al pobre sujeto que acaban de patear – fumó de su cigarro y sonrió. – Además, puedo estar seguro porque bueno… Casi todos ustedes están drogados, ¿no? – botó el humo con un ligero suspiro. – Y entre el mal olor de este sujeto, se distingue uno que no es característico de estar semanas sin ducharse. – Mientras iba diciendo las razones de porque los estaba arrestando, había notado los gestos del capitán. Estaba intranquilo, pero, sobre todo, nervioso.

– ¿Solo por unas manchas blancas? ¿Acaso eres estúpido? Solo transportamos alimentos, no vengas aquí como si fueras un perro. – Vociferó el que, definitivamente, era el capitán. Su tono de voz era tembloroso y lograba notar, en su mirada, que solo había dicho eso porque no tenía cómo defenderse.

– Entonces… – volvió a fumar de su cigarro. – Deja que ellos revisen tu barco y si no encuentran nada, yo mismo te daré diez millones de berries por el mal rato, más una invitación a una taberna, todo pagado, por una semana. – Dijo con toda la confianza del mundo.

– Tienes un trato, mocoso. – Le respondió el capitán.

– Bien, amigos, revisen todo el barco. Incluyan baños, habitaciones de los tripulantes y del capitán. Si alguien opone resistencia, sabrán qué hay algo raro. – Les dijo a los cuatro marines qué estaban a su lado. Ellos asintieron con la cabeza y subieron. Transcurridos cinco minutos… Todos los tripulantes del barco fueron arrestados y las cajas con drogas fueron transportadas a la base. Uno de los marines se quedó en el barco, por si habían dejado algo más.

– Por cierto, ¿qué harás ahora, Kazuo? – Le preguntó el único marine que se quedó abajo. Era pequeño, de pelo castaño y ojos azules.

– Iré a la última escena dónde se encontró una víctima de La Máscara – le respondió. – Investigaré un poco sobre eso y luego volveré. Dudo que este en esta isla, pero cualquier dato puede ser útil para, al menos, revelar si es hombre o mujer lo que buscamos – tomó una ligera pausa y miró al hombre que había sido pateado por los traficantes. – Te recomiendo que vayas a la base marine, comas algo y te duches. Te lo mereces. ¿Lo puedes acompañar, Tatsumi?

– Claro, pero ten cuidado, buscas a un fantasma. – Le respondió el joven recluta. Kazuo esperaría la respuesta del pelinegro y luego seguiría con lo suyo.
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Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] Empty Re: Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] {Lun 19 Feb 2018 - 22:15}

De pronto el puerto se llenó de marines, los cuales comenzaron a hablar con los marineros. Tras una breve conversación y explicación por parte de un joven de cabellos negros, los representantes de la ley inspeccionaron el navío, encontrando paquetes que guardaban cocaína. Si serían idiotas... Tenían demasiadas evidencias como para que pasaran inadvertidos, además de estar drogados hasta más no poder. Raven no sabía cómo había soportado viajar con semejantes imbéciles, al menos la estupidez no era contagiosa. Por otro lado, tenía muchas cosas de las que encargarse, como por ejemplo asearse y conseguir algo de comida.

El joven marine le dijo al cazador que fuese al cuartel de la Marina, lugar donde podría tomar una ducha y comer, pero de ninguna forma aceptaría la caridad de ese sujeto. No es que no tuviera hambre, pero ¿no caería demasiado bajo si dejaba que alguien cuidase de él? Lamentablemente no contaba con mucho dinero, aunque sí para subsistir un par de días y luego buscar trabajo, aunque de todas formas no quería atrasarse con lo que de verdad quería hacer en Shellstown. Y como si la vida fuese una red de coincidencias, el chico de cabellos negros también estaba interesado en atrapar a La Máscara, ese vil y cobarde asesino.

El moreno se incorporó para luego quitarse la suciedad del cuerpo.

—¿Qué clase de hombre sería si dejo que los demás cuiden de mí? —Le preguntó al marine— Veo que estás interesado en atrapar a ese criminal... Todo indica que está en esta isla —le aseguró—. Probablemente nos volvamos a ver.

El cazador se marchó de ese lugar y sin siquiera saber cómo, llegó a una taberna-hostal. Regateó el precio con el dueño y consiguió una pequeña habitación por un módico valor, además consiguió ducharse y se preparó algo para comer. Una vez estando aseado, se sentó frente a la mesa y colocó una pequeña libreta sobre ella. Se trataba de algo como una bitácora de viaje, en la cual apuntaba cualquier información relevante a sus trabajos, como la presencia del marine. Raven no era un hombre despistado, sabía que el pelinegro era inteligente... La forma en la que se deshizo de los marineros usando únicamente sus palabras lo demostró. Podía ser un potencial aliado, o un problemático enemigo.

Decidió bajar al primer piso para beber un rato y aclarar sus ideas, y fue cuando llevaba su tercera jarra que una mujer apareció. Tenía más o menos treinta años y vestía unos harapos. Era delgada y bajita, grandes ojos dorados y un hermoso, pero sucio, cabello marrón. Lucía desesperada y bajo sus ojos se ubicaba unas grotescas ojeras. ¿Qué le había pasado...? Se acercó al tabernero y le preguntó si había visto a su hijo, a lo que el buen hombre respondió que no, para luego intentar echarla a la calle.

—¿Hace cuánto desapareció tu hijo? —Le preguntó de repente el moreno.

—Dos o tres días... ¡Estoy preocupada!

¿Una madre preocupada por su hijo...? Rompía el patrón de La Máscara. El asesino no era de aquellos que atacasen a críos de buena familia. ¿Acaso valía la pena investigar? Cabía la posibilidad de que el homicida de repente cambiara sus víctimas, aunque lo dudaba.

—Te ayudaré a encontrarlo —le dijo el chico—, pero primero necesito que me cuentes algunas cosas. Ah, sí, y también te cobraré.
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Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] Empty Re: Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] {Mar 20 Feb 2018 - 7:11}

Miró a su compañero y solo se encogió de hombros. Si él no quería su ayuda, no lo iba a obligar. No era su culpa que el moreno fuera un tanto arrogante en ese sentido. Sus palabras, en cambio, fueron interesantes; también andaba tras La Máscara, pero a diferencia de Kazuo, el joven aseguraba que seguía en la isla. Fue la seguridad en lo que dijo lo que le llamó la atención. ¿En qué se basaba? Ninguna evidencia apuntaba a ello y, es más, ningún reporte lo decía. ¿Instinto? No le agradaba que alguien dijera ese tipo de afirmaciones basadas en una simple y banal corazonada. Quiso preguntarle, pero cuando lo intentó, él ya se había marchado. De todas maneras, aseguraba que se verían probablemente. ¿Cómo? No lo sabía, pero tampoco pensaba olvidar un rostro como el suyo. ”Aunque tampoco puedo, idiota” – se dijo a modo de reprimenda.

– En fin, me voy. Nos vemos. – Le dijo a Tatsumi con una sonrisa.

No iba a perseguir al otro sujeto. Estaba seguro que podía llegar a más pistas si seguía el rumbo normal de lo que hacía siempre. En la escena podía conocer más detalles de los que revelaban los informes. No se sabía el número exacto de víctimas de La Máscara, pero viendo lo poco y nada que se conocía de esa persona, era algo bastante esperable. Lo único que le molestaba, eran los motivos. Era simple esconderlos en el dinero, pero estaba seguro que había algo más. Algo que, de descubrirlo, estaba seguro que le revelaría cosas de la personalidad de aquel sujeto.

El camino del puerto a la escena del crimen, fue bastante corto. Era un viejo depósito de carga que ya no se usaba más. Estaba abandonado hace unos tres o cuatro años, según lo que sabía. Era un lugar bastante grande y otorgaba toda la privacidad que un asesino requeriría. El cuerpo del joven había sido encontrado justo en el centro. Un pesquero de la zona vio la puerta entre abierta y fue así que lo halló. Estaba atado, de pies y manos, a una silla con la máscara aun puesta. Los signos de tortura eran evidentes por todo su cuerpo, pero nada indicaba que hubiera sido abusado. Suspiró resignado, ¿por qué niños? Era la pregunta que le molestaba. ¿Quién pagaría por matar a un joven que no muchos extrañarían? ¿Cuál era la ganancia de todo aquello?

– Kazuo, estuve en la taberna cercana al puerto – Tatsumi entró en el depósito y por su expresión parecía preocupado. – Escuché a una mujer diciendo que su hijo había desaparecido. ¿Crees que tenga que ver con lo que buscas? – Le preguntó.

– ¿Una madre preocupada? Eso cambia su modus operandi. Se supone que solo ataca a aquellos hijos que nadie extrañaría, ni siquiera sus padres – le respondió. ¿Qué había de diferente en todo esto? ¿Por qué el cambio? – Vamos. No sé si este relacionado o no, pero un niño desaparecido no es poca cosa. Tenemos que encontralo.

– La vi con el sujeto que desprecio nuestra ayuda. ¿Qué harás? – Kazuo sonrió con confianza. Quizás ese moreno podría servir de ayuda, aunque no sabía hasta que punto podría serlo.

– Por ahora, nada. – Le respondió mientras empezaba a caminar rumbo a la taberna, por suerte, no se encontraba lejos.

– ¿Lograste descubrir algo?

– El asesino, definitivamente, es una mujer. Te comento en el camino, vamos.
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Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] Empty Re: Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] {Jue 22 Feb 2018 - 18:19}

La mujer le dio toda la información que Raven necesitaba: era un chico de 12 años, cabello oscuro y ojos medio rasgados. La última vez que le vio llevaba una chaqueta negra y una camiseta blanca, además de unos pantalones tácticos y unas botas, como si fuera un verdadero militar. Le contó que su padre había fallecido hace tres años, recordándole lo que él pasó... Intentó despejar los recuerdos de su cabeza para seguir prestando atención, y lo consiguió. La madre vivía ahora con su pareja y el padrastro del muchacho, pero cada vez que lo mencionaba su voz se rompía y las lágrimas empapaban su rostro. Al parecer, sí se estaba respetando el modo de operar del asesino.

El padrastro resultó ser un hombre agresivo y con tendencias al alcoholismo, algo normal en algunas familias, pero deplorable. Tal vez la personalidad del sujeto opacaba la preocupación de la madre, permitiendo que, desde fuera, se viera como que el niño había sido prácticamente abandonado, y ahora yacía en las manos del asesino. No pasaría mucho tiempo hasta que fuera asesinado, así que el moreno debía actuar rápidamente. Tenía que pensar... ¿Dónde trabajaría La Máscara? Una figura sádica y tormentosa...

—¿Hay alguna caseta abandonada por aquí? Algo así como una fábrica que ya no esté en uso, o lo más parecido a una.

La mujer miró desentendida al hombre e intentó recordar algo.

—En las afueras de la ciudad hay una fábrica de fierros abandonada, hace poco sufrió un incendio y ya nadie se le acerca, pues piensan que está embrujada o algo por el estilo —le respondió—. De noche se pueden escuchar los gritos de las personas que murieron allí...

¡Eso, mierda! Era todo lo que necesitaba saber. Salió corriendo de la taberna y, sin detenerse, buscó la salida de la ciudad. Tenía poco tiempo, puesto que el niño ya llevaba desaparecido un día, y por lo general el asesino terminaba su trabajo en tres. Por suerte el pueblo no era demasiado grande, así que no le costó mucho encontrarse en las afueras, pero ¿dónde carajo estaba la fábrica abandonada? Tal vez se apresuró demasiado y debió conseguir más información, sin embargo, tuvo algo de suerte debido a que justo se encontró con una pareja de ancianos que transitaba por el sendero, cargando baldes de agua. Les preguntó si sabían algo de la fábrica, a lo que dijeron que sí, pero estaba muy, muy lejos de llegar a ella, ya que estaba del otro lado del pueblo.

Cuando regresó a la taberna, vio al marine que anteriormente le ofreció ayuda. No tenía ninguna intención de pedir su colaboración, pero en ese momento no estaba en juego su orgullo, sino que la vida de un niño que perdió a su padre. No pudo evitar sentirse identificado con él, Raven tuvo la suerte de que su viejo fuese un músico importante y conociera gente de la alta cuna, por lo que no pasó ninguna penuria durante su adolescencia. Lissette Romané, la amiga de su padre, no se encargó de criarle, pero sí de protegerle y darle todo lo que necesitaba. Por otro lado, Alphonse Hellblade se preocupó de mostrarle una figura paterna al pequeño moreno.

—Eres el marine, ¿no? —Le dijo con el ceño fruncido, bastante agitado por la maratón que hizo— Si estás interesado en salvar la vida de un niño que está desaparecido, ve a la fábrica abandonada en las afueras del pueblo. Pero ya te digo yo que la recompensa por La Máscara será mía.
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Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] Empty Re: Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] {Mar 27 Feb 2018 - 4:30}

– ¿Una mujer? ¿Por qué? – Le preguntó su compañero.

– A pesar de lo que ella hace, se nota remordimiento – recordaba cada detalle de las fotos que había visto en el archivo. Tanto la máscara como la posición en la que los dejaba, una dónde trataba de darles paz, además de no mostrar signos de desnutrición o deshidratación, mostraba el cariño que le tenía. Dentro de ella convivían dos personalidades tan opuestas como la noche y el día. – Ella misma se contradice y es algo casi habitual en estos tipos. Por un lado, es sádica para disfrutar de las torturas, pero, si te fijas, a pesar del tiempo que lleva haciéndolo hay marcas de duda en cada herida – tomó una breve pausa. La taberna ya estaba cerca. Lo primero era lo primero, revisar la victimología, saber qué sabía la madre o si sospechaba de alguien. Luego de eso, pondría todo lo qué sabía de La Máscara en práctica y empezaría el verdadero desafió: Atraparla y rescatar al niño. – Una vez acaba, le pone aquella máscara de hierro, casi queriendo que sus víctimas no la vieran y las posiciona de tal manera que es casi pacífico. Un último descanso antes de que ellos mueran. – Puntualizó.

– Si siente remordimiento, ¿por qué no para? – Cuestionó el joven marine.

– Para ellos, asesinar es como una droga. Un vicio que no pueden dejar. Quizás pueda estar unos días, semanas, meses o incluso años sin hacer nada, pero, finalmente, perderá aquella batalla y volverá a la carga – abrió la puerta de la taberna y Tatsumi le indicó quien era la madre. Miró a todas las personas, pero el tipo que estaba junto a los traficantes, no se encontraba. Quizás tenía alguna pista, pero no creía que fuera tan sencillo. – Para finalizar, ella los ve como un sustito. Quizás por su culpa perdió a su propio hijo. En su fantasía, ella intenta recrear ese sentimiento, pero cuando se da cuenta que no puede hacerlo, acaba con su vida. Es poco entendible, sí, pero solo tiene que tener sentido para ellos. – Aclaró.

Con una sutil seña hizo que Tatsumi se fuera de ahí. No es que no precisara de su ayuda, pero no veía necesario que estuviera ahí. Se sentó frente a la mujer y esta lo miró con cara de extrañada. Le explicó qué ya sabía lo que estaba pasando y que la ayudaría. Hizo que le sirvieran un vaso con agua y la miró a los ojos. Su padre le había enseñado que debía dudar de todos, desconfiar incluso de los padres o familiares. ”Su preocupación es muy real. De aquí logro sentirla, eso no se puede fingir y si lo esta haciendo, es muy buena.” – pensó con una suave sonrisa. Prendió un cigarrillo. Aquella mujer le fue contando todo lo que sabía y ella no sospechaba de nadie, que no había visto a nadie rondando por ahí en sus rutinas. Le aclaró que el padre de su hijo era agresivo y con problemas con el alcohol. ”Entonces, en parte, respeta su método. Es ella, mierda.” – Kazuo colocó sus dos manos sobre las de ella y se le quedó mirando a los ojos.

– No te preocupes, lo encontraré. ¿Cómo se llama tu hijo? – Le preguntó para finalizar este pequeño interrogatorio.

– Kyle. Gracias por tanta preocupación…

El detective se levantó de su asiento. Conocía cada sitio abandonado de la isla y ya tenía alguna idea de dónde se encontraba, aunque le seguía molestando el hecho de que La Máscara dejara un testigo, mejor dicho, que cambiara de niños que nadie extrañaría a uno que alguien si extraña y se preocupa. Es como si estuviera pidiendo a gritos que la pararan, que la ayudaran a detenerse. Finalmente, sus dos personalidades estaban chocando y eso hizo que ella cometiera el primer y único error. Se dirigió a la salida y vio cómo es que el joven de antes, entraba. Se encontraba un poco agitado, pero le sorprendió que le frunciera el ceño. ¿Tanto le costaba pedir un poco de ayuda?

– Vamos, por cierto… – Kazuo lo miró a los ojos con toda la calma del mundo. Tiró su cigarrillo al suelo y lo pisó. – ¿En serio le vas a cobrar a una mujer como ella? No tiene nada más que su hijo. La recompensa de La Máscara es tuya y eso es todo – le dijo de manera franca y directa. Pasó a su lado y empezó a caminar para poner rumbo al lugar donde según él estaba. – Por tu ayuda, te puedo decir que lo que buscas, es una mujer. Es un ella, no un él. Así que no te sorprendas cuando la atrapemos – el camino iba a ser un poco largo, pero si se mantenía fiel a su cronograma, no acabaría con él hasta dentro de tres días. La denuncia llegó casi de inmediato, así que tenían todo el tiempo del mundo. – Soy Kazuo Tanaka, ¿cuál es tu nombre? – Le preguntó.
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Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] Empty Re: Paseo por Shellstown [Kazuo - Rize][Priv] {}

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