¿Jugamos a un juego?

Narración:

¿Recordáis lo que hicisteis anoche? No, no podéis... Ahora mismo vuestros sentidos solo os permiten captar sonidos huecos, visión nublosa, la boca os sabe a hierro, no distinguís ningún olor raro, simplemente oléis a suavizante de rosas extra suave de la ropa, pero vosotros no usáis ese producto, muchos ni siquiera sabéis que existe... Poco a poco recobráis el sentido, la luz os molesta al abrir los parpados... Ahora mismo pensáis en dos opciones, o bien os lo pasasteis muy bien anoche y pillasteis la cogorza padre o lo pasasteis muy mal y os dieron la paliza de vuestra vida, muy aturullados, muy desconcentrados... No sois vosotros mismos...

Poco a poco recobráis todos vuestros sentidos, para cuando os dais cuenta, estáis en una sala grande... Llena de gente en vuestro mismo estado, todos confusos, enfadados, asustados, no hay nada más, es una gran habitación iluminada con un escenario en medio, dos puertas enormes al lado del escenario que a simple vista se nota que son bien resistentes. Estáis totalmente rodeados de esa gente, que si preguntáis por curiosidad, son muy variopintas, Marines, Piratas, Agentes del gobierno, civiles, cazarecompensas, de todo vamos... Cada uno con sus historias, sus penas, sus glorias... También hay un elemento que a muchos les parecerá una locura pero están... Literas...

Spoiler:

Sí señores, cuando os dais cuenta, no estáis en vuestros barcos, bases, ciudades u hoteles, hasta hay algunos que antes de despertar ahí estaban en diferentes prisiones, nadie sabe como a acabado aquí pero si tenéis una vida ajetreada, sabréis que ese sabor extra en la boca y los sentidos embotados es por que claramente... Os han drogado. También alguien se ha dedicado a quitaros la ropa, toda la ropa y vestido nuevamente con un chándal verde más feo que pegarle a un padre con un calcetín sudado...

¿Qué haréis?

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Mako:

Dios... Que dolor de cabeza... ¿Ayer bebí? No recuerdo que... ¿Donde estaba ayer? Me levanté y observé que no estaba solo, no tenía mis ropas, no tenía mis armas ¡Joder, no tenía mis gafas de sol! ¿Qué diablos estaba pasando? No reconocía a nadie de los que habían en la sala, no sabía ni que sala era ¿Donde estaba?
Me apoyé sobre una de las camas y me agarré la cabeza como si sirviera para apaciguar el dolor. Poco a poco empezaba a haber más ruido, la gente asustada empezaba a agitarse y por lo visto la mezcla de personas tampoco era la más agradable, las diferentes personalidades empezaban a brotar y mientras unos pedían ayuda, otros imponían sus dudas y no de buenas maneras... -Hey, tú, ¿Que diablos es esto?- Le pregunté a un hombre mayor que estaba sentado en la cama de al lado -Muchacho, parece que todos hemos sido secuestrados, no sabemos que hacemos aquí... Y esas puertas son reforzadas, han intentado abrirlas y es imposible...- Por lo visto todo el mundo estaba igual, intentando recabar información de como llegó aquí, pero todos estamos igual... Más perdidos que un capullo en el día del padre, que un pedo en un jacuzzi, que un ateo en el cielo, que un... Bueno, lo vais pillando...

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Normas:

- El post que se haga no puede superar las 500 palabras para hacer más fácil el tema.
- Se postea una vez cada dos días, si no podéis no pasa nada, los demás seguiremos.
- Un máximo de cinco personas, más será un caos
- En mis temas, pondré una pequeña narración para ir avanzando, en el siguiente, empezarán las cosas
- Las normas serán puestas en cada post por cambios que puedan tener

Premios:

- Para animar el cotarro, ofrezco gastando MIS doblones, un millón a todo participante que "sobrevivan" al juego

Despertó con la boca seca y la vista pesada, mareada y con desagradables ganas de vomitar. ¿Se le habían pasado las copas la noche anterior? Quizás, pero el alcohol no le iba ni venía. Ninguna comida o bebida, en realidad. Los músculos, al menos los reales, le dolían, pero no tenía heridas ni moretones. Había otra opción, una terriblemente inquietante considerando el contexto, y es que había sido drogada. Esta posibilidad conducía a otras preguntas como quién lo hizo y con qué razón.

Miró hacia alrededor, sus ojos azules barriendo la sala repleta de personas tan confundidas como ella misma. Reparó en que sus mascotas no estaban. ¿Podría reunirse con Loki e Isara de alguna manera? Tampoco llevaba sus típicas ropas. ¿Dónde había quedado la armadura y la capa mágica? Fuera quien fuera el responsable, debía admitir que era lo suficientemente hábil como para alejarle de sus mascotas y encima robarle sus pertenencias.

Escuchó una voz familiar seguida de la respuesta que confirmaba las sospechas de Christa: habían sido secuestrados. Era imposible salir por culpa de las puertas reforzadas, además dudaba de que fuera a ser tan sencillo: si alguien se había tomado tantas molestias para secuestrarlos, no los dejaría escapar fácilmente.

Resultaba curioso que hubiera caras conocidas en aquella misteriosa sala. Ignoró a la muchedumbre, se mostró indiferente frente a la confusión, y atravesó la habitación hasta coincidir con el mercenario.

-Nuevamente nos encontramos… ¿Sabes qué está pasando aquí? -le preguntó sin esperanza de recibir una respuesta positiva-. Como sea, mantengámonos juntos. Será más fácil si nos cuidamos la espalda entre nosotros.

Era consciente de que sin sus mascotas estaría en desventaja frente a ciertos oponentes, aunque también había recibido un… regalo. Ahora era más fuerte y resistente que antes, capaz de soportar situaciones que antes no podía. Repudiaba los implantes que le instalaron sin su consentimiento, pero no iba a negar lo útil que eran. Con un poco de suerte y esfuerzo tendría de vuelta sus armas, ya vería cómo las recuperaba. Por otro lado, esperaba no enfrentarse a los otros secuestrados. ¿Y si había gente con las habilidades de una fruta del diablo? Indudablemente estaría en desventaja, aunque la vida era injusta.

Christa esperó la respuesta de Mako en alerta, sus sentidos alertas ante cualquier situación peligrosa. Había tantísimas dudas y ninguna respuesta, pero al menos tenía opciones, y definitivamente las usaría para salir de allí y encontrar a sus mascotas.

Desperté con una sensación de boca pastosa, sabor metálico y un dolor de cabeza considerable, una mezcla entre deshidratación y posiblemente resaca. Mi mente, normalmente clara y precisa, estaba nublada, y los pensamientos se entrelazaban torpemente. Intenté moverme, pero un mareo intenso casi me hizo vomitar, aguarde unos instantes y me fui levantando con cuidado. Me esforzaba por recordar los eventos de la noche anterior.

“¿Había alguien sospechoso cerca de mí mientras cenaba anoche?”, pensé.

No era común en mí perder el control hasta el punto de sufrir estas consecuencias, pero los síntomas que sentía apuntaban a la posibilidad de haber sido drogado. Aunque por el momento solo podía hacer algunas estimaciones sobre que podrían haber usado.

Me incorporé lentamente, parpadeando contra la ofensiva luz artificial que llenaba la sala. A mi alrededor, personas en diferentes estados de confusión y angustia se movían nerviosamente. Mis ojos acostumbrados al triaje de enfermos, rápidamente evaluaron la situación: nadie parecía herido de gravedad, pero el pánico y la desorientación eran evidentes. No llevaba mis ropas habituales, ni mis armas y mi maletín de emergencia, que nunca se separaba de mí, no estaba por ningún lado. Definitivamente, si no me desperté mientras me cambiaban, alguien me había drogado, pero ¿Cómo?

La falta de mis herramientas me inquietaba más que la ausencia de mis ropas habituales. Los análisis que podrían haberme dado pistas sobre mi situación eran imposibles, así que hice lo único que puede hacer un médico que se precie, agotar las opciones. Comencé a palparme, haciéndome un chequeo completo, buscando marcas de pinchazos, erupciones o cualquier cosa que me permitiera obtener información de mi cuerpo.

Después de unos minutos de intensa búsqueda, me levanté aún algo tambaleante y me dirigí hacia la pared más cercana para apoyarme, observando el entorno con una mirada analítica. El diseño de la sala era austero, funcional, sin ventanas visibles, y las puertas parecían reforzadas, diseñadas para mantenernos dentro a toda costa. Cerca de mí, una joven lloraba mientras otra persona intentaba consolarla. Unos metros más allá, un grupo discutía acaloradamente sobre posibles planes de escape. La cacofonía de voces y emociones era casi abrumadora, pero cerré los ojos un momento, respiré hondo y traté de centrarme. Necesitaba encontrar un punto de referencia en todo aquel aparente caos.

Mi mente comenzó a trabajar a lo más ágilmente que podía permitirme, descartando teorías y considerando posibilidades. ¿Podría haber sido un experimento? ¿Un secuestro masivo con algún propósito oscuro? La falta de información era frustrante, pero no podía permitirme ceder al pánico. Necesitaba claridad para encontrar la salida.

Rhea se encontraba bastante mal, quizas le habían drogado o algo, no recordaba nada del día anterior, le costo bastante recobrar todos sus sentidos y ser consciente de donde estaba metido. ¿Dónde estaba? Se trataba de una gran sala con muchas literas y se podía observar fácilmente como la gente estaba nerviosa y alborotada. A pesar de sentir algo de presión por la situación, Rhea se puso a pensar que podría haber pasado sin ningún éxito en la búsqueda de sus pensamientos. No tenía su mochila y le habían cambiado la ropa por una igual que la del resto de personas. A continuación se la desabrocho para ir con el pecho descubierto, ya que le había entrado algo de calor por aquel chandal apretado y incómodo.
Por las palabras y conversaciones que se podían escuchar todo el mundo estaba en la misma situación, habían sido secuestrados. Aun así, Rhea se mantenía calmado, él sabía que no servía para nada alterar-se. Tenia algo de hambre y sed, quizas hacia unas cuantas horas que no ingería nada, este se dirigió a un guardia y le pregunto: -Ya que me teneis aquí secuestrado me podríais dar algo de desayuno por lo menos- Sin recibir respuesta del guardia se dispuso a ir a una de las literas y estirar-se con los brazos debajo de la cabeza y encima de la almohada a la espera de que pasase alguna cosa, mientras observaba aquel ambiente. -Mientras no me vuelvan a esclavizar todo estará bien- pensó.  Tambien se preguntaba como reaccionaria su amiga Berry ante esa situación. Quizas mataba a todos los guardias de un soplido, pensaba mientras se reía solo de imaginarlo. No paso mucho tiempo hasta que Rhea se quedase totalmente dormido sin importar que opinase la gente de un hombre con el pecho descubierto que se estaba echando una siesta en aquel momento.

Vaya fiesta había tenido la noche anterior ¿o no? Se encontraba soñando con la tierra de pastas a la bolognesa mientras Rhea y Anagumitsu comían una enorme montaña de queso fundido. Se giro para revolcarse en la pasta cuando un fuerte golpe contra el suelo la devolvió derecho a la aburrida realidad. Se frotó la cabeza observando sus nuevas ropas, no recordaba haberlas comprado pero no estaban mal. Observó a su alrededor, el albino dormía unos lugares más adelante y también, ¿Acaso ese era?

—¡Anagumitsuuuuuuuuu! Siempre nos encontramos en cada lugar, tuve un sueño grandioso estabas comiendo queso fundido, y Rhea también estaba ahí. Tú no estabas pero estás guapa no me molestaría meterte en mis sueños a partir de ahora...—

La mink hizo un escándalo sacudiendo sus brazos a sus dos conocidos hasta que llegó a la muchacha de pelo corto y le rodeó con un brazo la cintura mientras sus ojos observaban al tobogan de piojos al que la mujer le dirigió la palabra. Al parecer era un tipo de mercenario o cazador, la mink le palmeó la calva ya que en el cuartel decían que aquello daba suerte.

—¡¿Qué tal están?! Soy Berry, sí no es un nombre muy genial pero es el que me dieron. Con gusto les protegeré con mis amigos, ese de ahí es Rhea y este de aquí es Anagumitsu. Los dos son berrytásticos. Por cierto, espero que nadie de aquí sea gente mala...—

La zorra se presentó con una sonrisa mientras olfateaba a los dos sujetos sin ningún respeto por el espacio personal, no parecía muy alterada por la situación y su voz solo había tomado un tinte de seriedad al mencionar de manera muy inocente a los "malvados". Parte de la zorra seguía creyendo que estaba soñando y por tal motivo no se tomaba muy enserio todo su alrededor, podía decirse que para ella todo era parte de una de sus locas experiencias con el alcohol.

Tras un rato olisqueando la mink se levantó del suelo, observó a su alrededor y escuchó que las puertas estaban blindadas, la zorra se encogió de hombros mientras hacía crujir sus nudillos y se acercaba a una de las puertas. Quería ver por sí misma que tan bien blindadas estaban, endureció su mano con el haki azabache mientras el calor y el fuego brotaban de su interior rodeando el mismo con llamas doradas, desde que había desarrollado el Flame Body no era tan dependiente del licor para aquella técnica.

—¡Vertigo Explosivo!—

Gritó impactando su puño en un golpe seco contra la enorme puerta, su objetivo era derribarla o volarla en pedazos, si esta no cedía realmente estaba bien hecha. Berry solo estaba aburrida y quería animar un poco las cosas, era mejor que sentarse a esperar o ponerse a dormir otra vez. ¿Sería suficiente aquel inocente puñetazo?

Narración:

Todos estaban entrando poco a poco en pánico, ataques de ansiedad y brotes de agresividad, pero tras un sonoro golpe todo el mundo se quedó quieto, callado y mirando al causante de semejante estruendo, nada más y nada menos que Berry, que ya se había dado a conocer por todos. Todo el mundo se quedó mirando la marca que le hizo a la puerta, dejando un hueco tras soltarle un puñetazo, pero por desgracia para ella, las bisagras soportaron el golpe, la puerta era bastante maciza y nadie pareció darle importancia. Seguramente tras cinco o diez golpes así, esa puerta acabaría necesitando un hospital... Por otra parte Rhea no se había dado cuenta, pero le estaba hablando a un mink cerdo sin camisa, de ahí que confundiera los uniformes -Yo me llamo Peg y no se que demonios hacemos aquí- Dijo, pero Rhea ya se había ido, a saber si lo escuchó...

De pronto en medio del escenario, bajó una pantalla la cual, gracias a un caracol de proyección (Que no recuerdo el nombre y no voy a buscar) lanzó imágenes directamente en la pantalla blanca, proyectó la cara de un hombre muy peculiar, o de su máscara...

Imagen:

De pronto todo el mundo empezó a cuchichear sobre quien o que era esa cosa, pero nadie sabía o conocía nada al respecto. Otros caracolillos aparecieron por toda la sala, para darle voz a la proyección en toda la sala -Bienvenidos, seguro que estáis confusos, no pasa nada, pronto las dudas serán resueltas. Os preguntaréis ¿Que hago aquí? ¿Como he llegado? Eso no es importante, lo importante es, ¿Como voy a salir de aquí? Muy sencillo... Vamos a jugar a un juego... Son cinco pruebas a superar, todos los participantes que lo hagan, serán devueltos donde estaban, con sus ropas, objetos y además... Serán recompensados con dinero e influencias... Espero que todos estéis de acuerdo pues por desgracia no tenéis otra salida. Hoy comeréis... Mis soldados os darán comida, no intentéis atacarles, no servirá de nada... Mañana jugaremos a un juego... Descansar...- La transmisión de pronto se corta, se recoge la pantalla y todos los caracolillos se guardan. Mientras los presentes intentan asimilar lo que acaban de ver, una de las puertas se abre, da a una cocina donde un montón de... ¿Cosas? Están cocinado, poniendo un estofado en platos y preparando un pequeño puesto para ir repartiendo la comida a todos los presentes

Marioneta:

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Mako:

Sorprendido estaba de encontrarme a Christa en un sitio como este, pero esa mujer siempre traía problemas raros, por lo que no me sorprendí mucho, lo que si me sorprendió fue que aquella Mink acariciara mi preciosa y brillante calva, si hubiera tenido un cuchillo la habría destripado ahí mismo -No me vuelvas a tocar- Dije en tono seco, aspero, para que quedara bien claro de que a mi no se me tocaba los... ¿¡NO ME ESTÁ ESCUCHANDO!? Se puso a hablar con más gente, parecía conocer a todos... Quizás ella era la culpable aún que a mi no me conocía... -¿Tu recuerdas algo?- Pregunté a Christa no vaya a ser cosas de su pandilla de monstruos y secretismos. Pero no me centré mucho en la respuesta pues la coneja loca había dado tal puñetazo a la puerta que todos nos sorprendimos... Verdaderamente tiene fuerza, habrá que tener ojo con ella...

De pronto una pantalla, un presentador y un discurso bastante raro aparecieron, claramente nos habían secuestrado para jugar a juegos sucios, raros y a saber por qué, ¿Que darían dinero y respeto? De que servía eso, en pocas palabras nos habían dicho "O juegas o te mato" ¿Y a qué se supone que debemos jugar? -Esto no me gusta, no sabemos que quieren o que hacen con nosotros- No hacía falta pensar mucho ni ser inteligente para ver que poco a poco se estaban haciendo como "grupos" entre los presentes, donde los más poblados eran de soldados del bien (Marines, cazadores, agentes) y del mal (Piratas, criminales, políticos) No me fiaba de nadie, pero ir de lobo solitario tampoco me gustaba como idea...

De cosas raras se habla con lo que estaba pasando pero la cosa seguía pues un montón de marionetas empezaron a salir a repartir comida... Por que... ¿Eran marionetas verdad?
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Normas:

- El post que se haga no puede superar las 500 palabras para hacer más fácil el tema.
- Se postea una vez cada dos días, si no podéis no pasa nada, los demás seguiremos.
- Un máximo de cinco personas, más será un caos
- En mis temas, pondré una pequeña narración para ir avanzando, en el siguiente, empezarán las cosas
- Las normas serán puestas en cada post por cambios que puedan tener

Premios:

- Para animar el cotarro, ofrezco gastando MIS doblones, un millón a todo participante que "sobrevivan" al juego


Norma extra:
- En vuestro post, pasará un día entero, en el siguiente ya empieza el juego
- Si rompéis una marioneta, el resto irá a recoger las partes rotas de la misma, si los rompéis todos, no pararán de salir marionetas

La mink observó la puerta con una sonrisa, golpeó un poco el metal con sus nudillos antes de encojerse de hombros, tal vez no era muy recomendable seguir dando golpes ya que la puerta esraba bien construida. Se giró observando a quienes le miraban y simplemente colocó sus garras en los bolsillos de su uniforme, no había nada que hacer más que acatar las instrucciones o esperar a que algo ocurriese.

Y ocurrió, un muñeco bonito comenzó a decir de jugar un juego, la mink no tardó en ponerse a saltar emocionada. Sus acciones le hacían parecer sospechosa pese a estar tan perdida como los demás, la zorra se dirigió a la pantalla creyendo que era una transmisión en directo.

—¡Muñequito! Quiero jugar... ¿Lo importante no es si podrán Woody y tiro al blanco cruzar el acantilado? La verdad no tengo nada mejor que hacer. ¿Que jugaremos? ¿Strip Blackjack? Me pido a la bonita de pelo corto como rival, si es una prueba de números me pido a Rhea de compañero. ¡Jugar, jugar, jugar!—

Pero el muñeco no respondió y terminaron por llevarle, la mink aceptó gustosa la comida antes de devorarla por completo, tenía algo de hambre. Luego observó a su alrededor, todos parecían formar sus alianzas, si quería salir de ahí debería ampliar su pequeño grupo de tres. Con el calvo de la suerte y la guapa serían imparables, porque su Haki le atraía como un imán a esa mujer y también al calvito.

—¡Hey calvito, guapa! Vengan a comer con nosotros, lo mejor es llevarnos bien y matar a los malos juntos. ¿Qué me dicen? Seamos el mejor equipo del mundo y vamos a pasarlo genial.—

La mink sonreía, sus palabras sonaban tan naturales que nadie pensaria que tuviese miedo. Y no lo tenía, para la zorra ese era el mejor secuestro de su vida con comida, libertad y encima juegos emocionantes esperando a la vuelta de la esquina. Algunos murmuraban de que era la mente maestra, pero tras verle juguetear y corretear como un gato alrededor de sus compañeros descartaron aquella idea.

Lo más preocupante era lo que Berry comentaba sobre matar a los malos, como si buscase alguna excusa para cargarse a alguien que buscase presumir un acto a su juicio malvado. Quizás nadie había visto su cartel de recompensa o leído sobre ella, tampoco treinta y tantos millones era una recompensa muy alta.

De repente una voz que sonaba por toda la sala despertó a Rhea repentinamente. Aquella voz les explico que venían a hacer unas pruebas y podían ser recompensados; también que les ofrecerían algo de comida; y la primera prueba empezaría al siguiente día.
Parecía que iban a ser parte de algún juego desarrollado por algún psicópata que los había elegido para divertir-se. Mientras daba un vistazo a su alrededor pudo observar algunas caras conocidas ambas del mismo lugar; el señor calvo con el que hizo aquella misión y la chica que le enseño la verdadera naturaleza de Dark Dome. Por supuesto, había una cara aun mas conocida que ya estaba formando un revuelo por la gran sala, que efectivamente se trataba de Berry. Ver-la le hizo sentirse aliviado, y se dirigió hacia a ella que se encontraba jugando con unos robots. Por allí había otro mink, era la primera vez que veía alguien como Berry, además parecía que se conocían. Mientras comían, la mink intento reclutar a Mako y a Christa para hacer un equipo. La verdad es que formaban muy buen equipo, aun así, Rhea se sentía bastante inferior a aquellos cuatro, pero si su poder se parecía un poco al de su maestra, estaba en buenas manos. Tenia que pensar cual podría ser su utilidad en aquella situación. Quizas podría servir como seguro de vida en caso de que sus compañeros se hiciesen alguna herida; pudiendo hacer que dejaran de sangrar rápidamente con el poder de su fruta, podía ser una buena manera de ser útil. Después de comer, Rhea se fue a meditar un poco, para poder estar al 100% para lo que se venia en los siguientes dias.

"Joder, para añadir más caos a la situación, tenía que estar ella. La jodida Berry", murmuré entre dientes, aunque debo admitir que me alegró ver que su potencia de golpe no había disminuido.

Se acercó a mí sonriendo y produciendo estridencia con cada paso. “En fin, habrá que quererla, y en una situación de encierro como la que sufríamos, supongo que su capacidad de agresión era un punto a favor.”, pensé.

Entonces sucedió. Bajó una pantalla, apareció un hombre con máscara y empezó a soltar un discurso largo y tedioso. La verdad es que me cuesta prestar atención a gilipollas prepotentes. En resumen, estábamos secuestrados. No iban a jodernos si no la liábamos, no más drogas por el momento, y si les comíamos bien el escroto dando diversión, tal vez llevásemos un regalito a casa en forma de dinero o conoceríamos al cabrón que había organizado todo esto, supongo.

La pantalla se apagó y la gente comenzó a agruparse. Había criminales, marines... "Me la pela, sacos de carne que tarde o temprano serán potenciales clientes a los que sacar el dinero", pensé.

A corto plazo necesitaba músculo. "Berry, cuánto tiempo, amiga. ¿Cómo está la marine más tarada de Paradise?", pregunté en voz alta mientras tomaba un plato de comida. Observé a la gente, esperando a que suficientes personas comieran para poder asegurarme de que no había tóxicos en los alimentos.

"¿Qué te ha traído por aquí? Me ayudarás a recolectar muestras, supongo, como la última vez, ¿verdad?", pregunté bajando la voz, mientras miraba a todas las especies diferentes o con algo llamativo que había en la sala. "Por cierto, ¿quién es esta gente y de qué los conoces? ¿Puedes fiarte de ellos?", le dije casi al oído.

Berry me lanzó una mirada curiosa y se encogió de hombros.

"Necesitamos elaborar un plan," murmuré a Berry mientras picoteaba la comida en mi plato. "Primero, debemos identificar quién puede ser de confianza y quién no.

Me dolía la cabeza, creo que desperté por eso, un dolor muy agudo y penetrante, ¿había una aspirina cerca? Un poco de agua tampoco me vendría mal, un estofado o quizás un caldo lleno de carne...

Cuando abrí los ojos no pude reconocer en dónde estaba, estaba en lo que parecía ser una pijama, las luces del cuarto cegaban mis ojos y apenas podía ver algunas manchas. Poco a poco mis ojos se fueron acostumbrando y comencé a ver las siluetas más claramente, ¿en dónde estaba? No recordaba haber bebido mucho la noche anterior, pero quizás se me habían pasado un poco las copas, ¿estaba en un hospital? Quizás un coma etílico...

¡No, claro que no! Aquello no parecía ni mucho menos un hospital, las demás personas lucían igual de desconcertadas que yo. ¿Kirara, Arrhenius? Ninguno estaba conmigo, mis espadas tampoco estaban. Comencé a cabrearme un poco, estaba seguro de que mis mascotas se habían quedado en la embarcación, pero ojalá no se les hubiese ocurrido poner una mano sobre mis bestias.

Comencé a girar la cabeza de lado a lado, las siluetas iban tomando un poco más de claridad y mi visión comenzaba poco a poco a retornar a la normalidad. Estaba por moverme del lugar cuando un tétrico video se proyectó en la sala, ¿era un tío tratando de intimidarnos?  ¿Descansar en esa situación? Sólo habían conseguido ponerme los pelos de punta, en cuanto pudiera encontrar a ese tipo lo partiría a la mitad de un sólo corte.

Me puse de de pie, había un pequeño ajetreo en el otro extremo de la sala... esa indistinguible calva reluciente, ¿Mako? Y aquella silueta alta, elegante y curviínea era seguramente Berry, no había manera de confundirla.

-¡Heeeeeey! -grtité mientras alzaba la mano- Beeeeerryyyyyy

La marionetas entraron a la sala con bandejas llenas de nuestro pequeño festín y las fueron dejando a los participantes, ¿sería seguro comerla?