Midorima Shintaro
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Suspiró. El plan del marine había logrado funcionar y el pulpo gritaba del dolor. Vio las llamas extenderse y se quedó tranquilo, al fin tendrían pase libre para avanzar y seguir en su objetivo de poder detener la aguja que presagiaba el fin del mundo. Escuchó las palabras de Bucharrati y sonrió, el robot ahora sería su aliado y los iba a ayudar. Era más de lo que esperaba, pero por lo pronto, era algo bastante positivo para todos. Estaba esperando algunas órdenes por parte de Dretch, pero estaba en una extraña conversación con Taylor y por las miradas que le daban, supuso que el tema sería él. Lo cual era normal, ¿no? No todos los días se veía a un agente del Cipher Pol conversando con un Emperador del Mar como si nada. Se quedó tranquilo y solo analizó un poco las cosas. Al parecer, se iban a dividir y su grupo sería de lo más… Excéntrico cuanto menos. Simo y Braud iban a ir con él.
Escuchó las palabras del agente y al parecer, ese iba a ser el caso. Miró el mapa por unos segundos, observó también los movimientos de Eric y por su dirección, él iba a tomar el camino de la sala 10, la que tenía dibujado un extraño triángulo. Quedaban pocas opciones, pero había decidido su camino. No le gustaba mucho la idea de que lo agruparan con un gigante nudista y un agente de gatillo fácil. ¿Cómo podría liderar un grupo así? ¿Baker le haría caso? ¿Lo escucharía? Sabía que Taylor, por lo menos, hubiera estado de acuerdo en más o menos todas sus decisiones, pero no podía decir lo mismo del tirador. Braud era cosa aparte, se notaba que era una máquina de combate y poco cerebro. Iba a ser difícil, pero confiaba en sus capacidades y que todo estaría bien… O relativamente bien.
—¡Dretch! —elevó su voz, para que este lo escuchara y le prestara atención —Trata de no morir y perder un brazo, nos vemos arriba —comentó con una suave sonrisa mientras empezaba a caminar. Miró de soslayo a Bucharrati —. Creo que te tocó ir conmigo, aunque claro, no tienes por qué hacerme caso.
Se quedó en silencio unos segundos mientras iba atento al mapa. ¿Qué sorpresas lo esperarían en el siguiente piso? ¿Era buena idea? Esperaba que sí, esperaba que ahí estuvieran todas las respuestas a los enigmas de la torre y esperaba poder descubrir los misterios entorno a Krauser.
—Bien, Simo, Braud —dijo sin detenerse, esperando que ambos lo siguieran sin protestar, después de todo, era el hombre del mapa —. Iremos a la sala 12 y subiremos para ir a la 86. Imagino que nos juntaremos de una u otra forma con ellos, pero confío en que estarán bien por su cuenta —comentó con tranquilidad y confianza en sus palabras —. Vamos.
Escuchó las palabras del agente y al parecer, ese iba a ser el caso. Miró el mapa por unos segundos, observó también los movimientos de Eric y por su dirección, él iba a tomar el camino de la sala 10, la que tenía dibujado un extraño triángulo. Quedaban pocas opciones, pero había decidido su camino. No le gustaba mucho la idea de que lo agruparan con un gigante nudista y un agente de gatillo fácil. ¿Cómo podría liderar un grupo así? ¿Baker le haría caso? ¿Lo escucharía? Sabía que Taylor, por lo menos, hubiera estado de acuerdo en más o menos todas sus decisiones, pero no podía decir lo mismo del tirador. Braud era cosa aparte, se notaba que era una máquina de combate y poco cerebro. Iba a ser difícil, pero confiaba en sus capacidades y que todo estaría bien… O relativamente bien.
—¡Dretch! —elevó su voz, para que este lo escuchara y le prestara atención —Trata de no morir y perder un brazo, nos vemos arriba —comentó con una suave sonrisa mientras empezaba a caminar. Miró de soslayo a Bucharrati —. Creo que te tocó ir conmigo, aunque claro, no tienes por qué hacerme caso.
Se quedó en silencio unos segundos mientras iba atento al mapa. ¿Qué sorpresas lo esperarían en el siguiente piso? ¿Era buena idea? Esperaba que sí, esperaba que ahí estuvieran todas las respuestas a los enigmas de la torre y esperaba poder descubrir los misterios entorno a Krauser.
—Bien, Simo, Braud —dijo sin detenerse, esperando que ambos lo siguieran sin protestar, después de todo, era el hombre del mapa —. Iremos a la sala 12 y subiremos para ir a la 86. Imagino que nos juntaremos de una u otra forma con ellos, pero confío en que estarán bien por su cuenta —comentó con tranquilidad y confianza en sus palabras —. Vamos.
- Resumen + dirección:
- Separarse del grupo, intuir cosas. Dirigirse a Dretch, decidir el camino de su grupo y emprender la marcha. Mido y company, irán camino a la sala 12 y subirán para llegar a la 86 (avanzamos dos por tener mapa)
Bizvan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Parecía que por ahora no correría sangre, al menos la nuestra. La actitud del dragón y el mapache era la habitual de aquellos que conocen su fuerza, no podía decir que fuese tranquilizador, pero al encontrarse dentro de la conducta para ese tipo de personas lo hacía más fácil de asimilar. Por otra parte, el otro individuo a quien se le ordenó pelear en caso de ser necesario, él me daba mala espina al presentarse con un aura más seria.
Wyrm no estaba feliz con la declaración del comodoro y dudo que esta fuese de importancia para el dragón y compañía. El peliblanco le indicó a su compañera que se quedara a mi lado y posteriormente se acercó a su capitán, no creía que fuese a causar problemas, aunque lo más probable es que le diría que ellos no eran de fiar, tal y como pasó con la pequeñita.
* Bueno, esto se puede poner feo en cualquier momento. *dejé escapar un pequeño suspiro para después decir “Vamos” en un tono de voz amable, pero sin apartar la mirada de Wyrm y su capitán.
Mientras avanzábamos, Erik se colocó a mi lado y susurró sobre su emoción por ser capaz de ver al Yonkou y sus hombres.
- Lo es, pero te recomendaría tener cuidado al comentar eso en presencia de otros marines, hay algunos bastante estrictos que podrían hacerte pasar un mal rato por decir algo tan inocente. –había todo tipo de personas, lo mejor era ser precavido y más cuando en tu trabajo había rangos de autoridad.- Con respecto a la acción, hay pocas personas que serían capaces de hacerle frente a ellos, pero este lugar puede guardar sorpresas desagradables, no bajes la guardia. –Erik tenía razón con respecto al tema de facilitarse las cosas, sin embargo sonaba a algo demasiado conveniente, lo más probable es que se presentara algo que jodiera las cosas, como siempre solía pasar.
La nueva sala la que llegamos tenía más caminos, pero el que resaltaba eran las escaleras custodiadas por unos láseres. Esas cosas bien podían causar daño a quien lo tocara o solo ser sensores que dispararan una alarma si algo los tocaba, fuese lo que fuese, parecía que pronto lo descubriríamos, pues el hombre que acompañaba al dragón tenía intención de tocar uno de ellos.
- Oye Tobi, ¿crees que podrías subir y ver si es posible arruinar el mecanismo de esas cosas con tu sirope?... ¿Tobías? –me giré al no escuchar una respuesta por parte de mi nakama y grande fue mi sorpresa al no verlo en la sala.- ¿Dónde diablos se metió? Y ahora que lo veo… Ay, maldición.
Pasé una de mis manos entre mi cabello, era sorprendente como no había notado algo así, sería irresponsable decir que todo era culpa de la emoción de montar un dragón, pero no quería admitir que había cometido un error.
Saqué el mapa de mi piernera y mirando el anillo de mi mano llegué a una conclusión de donde se podría encontrar Tobí.* Bueno, al menos a él podré encontrarlo mientras tenga la alianza vivre card.
- Tengo que regresar a la sala anterior, dudo que mi presencia haga falta aquí. Ustedes dos tengan cuidado y presten atención a su ambiente, no sean tan descuidados como yo. –le comenté a Erik y a la mujer marine.
Tras decir eso correría hacia el pasillo por el que llegamos hace poco.
Encontrar a Tobías debería ser como coser y cantar al tener el mapa y su vivrecard… Con respecto a mis esqueletos, solo podía esperar que los pobres estuvieran subiendo las plataformas que no utilizamos por montar al comodoro.
Wyrm no estaba feliz con la declaración del comodoro y dudo que esta fuese de importancia para el dragón y compañía. El peliblanco le indicó a su compañera que se quedara a mi lado y posteriormente se acercó a su capitán, no creía que fuese a causar problemas, aunque lo más probable es que le diría que ellos no eran de fiar, tal y como pasó con la pequeñita.
* Bueno, esto se puede poner feo en cualquier momento. *dejé escapar un pequeño suspiro para después decir “Vamos” en un tono de voz amable, pero sin apartar la mirada de Wyrm y su capitán.
Mientras avanzábamos, Erik se colocó a mi lado y susurró sobre su emoción por ser capaz de ver al Yonkou y sus hombres.
- Lo es, pero te recomendaría tener cuidado al comentar eso en presencia de otros marines, hay algunos bastante estrictos que podrían hacerte pasar un mal rato por decir algo tan inocente. –había todo tipo de personas, lo mejor era ser precavido y más cuando en tu trabajo había rangos de autoridad.- Con respecto a la acción, hay pocas personas que serían capaces de hacerle frente a ellos, pero este lugar puede guardar sorpresas desagradables, no bajes la guardia. –Erik tenía razón con respecto al tema de facilitarse las cosas, sin embargo sonaba a algo demasiado conveniente, lo más probable es que se presentara algo que jodiera las cosas, como siempre solía pasar.
La nueva sala la que llegamos tenía más caminos, pero el que resaltaba eran las escaleras custodiadas por unos láseres. Esas cosas bien podían causar daño a quien lo tocara o solo ser sensores que dispararan una alarma si algo los tocaba, fuese lo que fuese, parecía que pronto lo descubriríamos, pues el hombre que acompañaba al dragón tenía intención de tocar uno de ellos.
- Oye Tobi, ¿crees que podrías subir y ver si es posible arruinar el mecanismo de esas cosas con tu sirope?... ¿Tobías? –me giré al no escuchar una respuesta por parte de mi nakama y grande fue mi sorpresa al no verlo en la sala.- ¿Dónde diablos se metió? Y ahora que lo veo… Ay, maldición.
Pasé una de mis manos entre mi cabello, era sorprendente como no había notado algo así, sería irresponsable decir que todo era culpa de la emoción de montar un dragón, pero no quería admitir que había cometido un error.
Saqué el mapa de mi piernera y mirando el anillo de mi mano llegué a una conclusión de donde se podría encontrar Tobí.* Bueno, al menos a él podré encontrarlo mientras tenga la alianza vivre card.
- Tengo que regresar a la sala anterior, dudo que mi presencia haga falta aquí. Ustedes dos tengan cuidado y presten atención a su ambiente, no sean tan descuidados como yo. –le comenté a Erik y a la mujer marine.
Tras decir eso correría hacia el pasillo por el que llegamos hace poco.
Encontrar a Tobías debería ser como coser y cantar al tener el mapa y su vivrecard… Con respecto a mis esqueletos, solo podía esperar que los pobres estuvieran subiendo las plataformas que no utilizamos por montar al comodoro.
- Resumen :
- -Correr hacia el pasillo con intención de regresar a la sala anterior.
-Utilizar mi anillo vivre card y el mapa para encontrar a Tobi.
Lykanrock94
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El mink se quedaba sin tiempo, la lava avanzaba sin cesar hacia su posición y debía actuar rápido. Parecía que Paul estaba molesto con el felino, ya que dijo que el que mandaba era él. Había que actuar rápido y, sin pensarlo, Zay comenzó a correr por el pasillo oscuro que tenía a su espalda. Se podían escuchar alguna voces y una música, a la vez que un fuerte golpe. Debía escapar de allí cuanto más rápido podía si no se quería convertir en un gato a la brasa.
El felino pensaba en el tono de voz de Paul. Era como un tono de despecho y como si esperara una disculpa. Si era así la llevaba clara, el mink no le pediría disculpas y además ahora desconfiaría de él. Alguien despechado te puede traicionar en cualquier momento. Debía estar ojo avizor a partir de ahora. Tenerlo de aliado era un valor seguro, pero ya se sabía que el Mink lo estaba utilizando para avanzar por la aguja. Aunque esto Paul, no lo sabía. El felino no dijo ni una palabra a su acompañante okama, simplemente echó a correr hacia la sala oscura que se encontraba tras su espalda esperando que éste le acompañase.
Iban a ciegas, sin saber a quienes se encontrarían por aquel camino, pero encontrasen a quien encontrasen iban a seguir adelante, cueste lo que cueste.
El felino pensaba en el tono de voz de Paul. Era como un tono de despecho y como si esperara una disculpa. Si era así la llevaba clara, el mink no le pediría disculpas y además ahora desconfiaría de él. Alguien despechado te puede traicionar en cualquier momento. Debía estar ojo avizor a partir de ahora. Tenerlo de aliado era un valor seguro, pero ya se sabía que el Mink lo estaba utilizando para avanzar por la aguja. Aunque esto Paul, no lo sabía. El felino no dijo ni una palabra a su acompañante okama, simplemente echó a correr hacia la sala oscura que se encontraba tras su espalda esperando que éste le acompañase.
Iban a ciegas, sin saber a quienes se encontrarían por aquel camino, pero encontrasen a quien encontrasen iban a seguir adelante, cueste lo que cueste.
Luka Rooney
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El tiburón se encontraba en el suelo tras haber hecho rodar a su rival, agarrandolo de la pechera, cuando oyó a su capitán avisarles para que se echaran hacia atrás. Instintivamente, el gyojin se dió la vuelta, agarrando el cuerpo del músico y cubriéndose con él. Unas ondas cortantes parecían ser el motivo del aviso de su capitán, aunque el habitante del mar ya tenía un escudo humano. Con la diestra, le daría un puñetazo vibrante en la boca del estómago, y tras ello, una fuerte patada en el costado que, si no esquivaba, probablemente le haría volar por los aires. La intención del gyojin no era otra que quitarse a ese rival de encima, ya que no tenía arma ni forma de combatir -al menos a juzgar por el resto del grupo rival, que usaban grandes instrumentos como armas-, y ayudar a sus compañeros a salir de allí.
Confiaba en Zane, pero no había visto nunca combatir a Alviss ni a Vile, el amigo de Nailah, por lo que tampoco podía exponerse a dejarlos solos. Aunque puede que el gyojin se llevase una sorpresa una vez los viese en acción. O puede que se murieran trágicamente en ese caso. De cualquier manera, si Luka conseguía quitarse a su rival de encima, se acercaría a los dos humanos y les ayudaría a combatir.
Confiaba en Zane, pero no había visto nunca combatir a Alviss ni a Vile, el amigo de Nailah, por lo que tampoco podía exponerse a dejarlos solos. Aunque puede que el gyojin se llevase una sorpresa una vez los viese en acción. O puede que se murieran trágicamente en ese caso. De cualquier manera, si Luka conseguía quitarse a su rival de encima, se acercaría a los dos humanos y les ayudaría a combatir.
- Resumen:
Pegar a un músico y acercarse a Alviss y Vile.
- Cosas 1:
- stats:
Actuales: Fuerza 11 (9+2 gyojin) | Resistencia 9 | Agilidad 6 | Velocidad 6 | Reflejos 3
Pasivos: Fuerza x10 | Resistencia x4
- Ámbito:
Golpes con vibración: Ayudándose del Gyojin Kárate y el control de sus fluidos, Luka es capaz de generar vibraciones de distintas potencias que son capaces de crear daños internos en el enemigo cuando un golpe impacta en éste.
- Cosas 2:
- Carga pulsera: 5 turnos de 5 max.
- Carga Espiritu de Poseidón: 3 turnos de 3 max.
- Parmigiano: de fuerte sabor y tremendamente nutritivo, este queso otorgará a quien lo consuma un x3 activo (acumulable con activas del consumidor) a la Fuerza durante 3 posts.
- Carga pulsera: 5 turnos de 5 max.
Brynn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El pirata había estado a punto de perder el brazo, luego había venido un compañero rubio de los Arashi, después de casi matar al castor, lo reaniman, y tras ello vuelve a su forma humana. Un desastre de gestión, de cualquier manera.
Pero lo más curioso y lo que más llamó la atención a sin rostro, era aquello que estaba sucediendo a escasos metros de él. Un ajedrez. Un gran ajedrez a tamaño humano, y parecía que cada uno se movía en función de los zapatos que cogía.
No había que ser un lince para saber qué pieza era la más importante, pero Brynn siempre tuvo debilidad por los caballos, era su pieza favorita y la que le resultaba más versátil siempre. Es por ello que cogió los zapatos y se los puso, esperando que el resto eligiesen piezas y empezaran a jugar.
- Yo sé jugar, caballero -comentaría al rubio-. Y si tú no sabes, deberías haber cogido una pieza menos útil.
Pero lo más curioso y lo que más llamó la atención a sin rostro, era aquello que estaba sucediendo a escasos metros de él. Un ajedrez. Un gran ajedrez a tamaño humano, y parecía que cada uno se movía en función de los zapatos que cogía.
No había que ser un lince para saber qué pieza era la más importante, pero Brynn siempre tuvo debilidad por los caballos, era su pieza favorita y la que le resultaba más versátil siempre. Es por ello que cogió los zapatos y se los puso, esperando que el resto eligiesen piezas y empezaran a jugar.
- Yo sé jugar, caballero -comentaría al rubio-. Y si tú no sabes, deberías haber cogido una pieza menos útil.
- Resumen:
Ponerme los zapatos del caballo.
Ellie
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
- Ya, yo también lo siento -comentó tras la sincera disculpa de Giotto-. Pero ya sabéis, cuando empiezas a pelear llega un punto en el que no te das cuenta de lo que estás haciendo, ¿sabéis? Como cuando comes patatas fritas o chocolate, que no paras hasta acabarte la bolsa o la tableta. ¿No os pasa eso? ¿Sólo a mí? Bueno seguro que me habéis entendido.
La loba empezó a tocarse la parte trasera del cráneo, rascándose poco a poco, hasta llegar a un punto en el que parecía que se estaba atacando. Por alguna razón no podía parar, y le picaba bastante. Por instantes siguió el compás de la música que sonaba en los alrededores mientras se rascaba. En cualquier caso, Giotto propuso un camino, analizando el que habían recorrido, y aunque el humo era un escollo en la visión del mapa, Ellie asintió con la cabeza.
- Yo no conozco a ese mink -comentó con la voz baja-. Pero creo como Giotto que nos deberíamos beneficiar de su estancia aquí. Ya habrá tiempo de capturar a los criminales.
La mink intentó absorber la lava que había en el suelo desde su ubicación hasta la puerta, aunque cuando se dió cuenta de que tanto Giotto como Iulio habían usado unas técnicas que les permitieron llegar hasta allí, se sintió un poco tonta.
Tras ello Iulio se acercó a ella y entabló una conversación. Lo cierto era que antes le había hablado varias veces, y quizá motivo de sus largas e interminables frases, no habia recibido respuesta, por lo que intentó trazar una frase corta y concisa en su mente, para justo después soltarla y poder seguir hablando con el marine.
- Sí, jaja. No es muy común ver a uno de los míos, y mucho menos con poderes de akuma.
La loba empezó a tocarse la parte trasera del cráneo, rascándose poco a poco, hasta llegar a un punto en el que parecía que se estaba atacando. Por alguna razón no podía parar, y le picaba bastante. Por instantes siguió el compás de la música que sonaba en los alrededores mientras se rascaba. En cualquier caso, Giotto propuso un camino, analizando el que habían recorrido, y aunque el humo era un escollo en la visión del mapa, Ellie asintió con la cabeza.
- Yo no conozco a ese mink -comentó con la voz baja-. Pero creo como Giotto que nos deberíamos beneficiar de su estancia aquí. Ya habrá tiempo de capturar a los criminales.
La mink intentó absorber la lava que había en el suelo desde su ubicación hasta la puerta, aunque cuando se dió cuenta de que tanto Giotto como Iulio habían usado unas técnicas que les permitieron llegar hasta allí, se sintió un poco tonta.
Tras ello Iulio se acercó a ella y entabló una conversación. Lo cierto era que antes le había hablado varias veces, y quizá motivo de sus largas e interminables frases, no habia recibido respuesta, por lo que intentó trazar una frase corta y concisa en su mente, para justo después soltarla y poder seguir hablando con el marine.
- Sí, jaja. No es muy común ver a uno de los míos, y mucho menos con poderes de akuma.
- Resumen:
Estar a favor del camino y pirarse con Iulio y Giotto.
Dexter Black
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
"Hoy y solo hoy". Era típico de la Marina atajar los problemas a través de parches cuando no le quedaba más remedio, y si bien sabía que en ese momento el líder de aquella desorganizada cuadrilla confiaba en sus palabras, tenía igual de claro que estaba completamente equivocado. El Gobierno Mundial declaraba como enemigo a cualquiera que no entrase dentro de su redil pacíficamente, a cualquiera que se negase a seguir ciegamente las reglas impuestas de forma arbitraria por una élite a la que nadie, ni en un millón de años, podría alcanzar. ¿Cuál sería la reacción de ese contenedor de odio si supiera que su primer crimen había sido el vano intento de salvar una vida? ¿Qué pensaría esa nube desbordante de desprecio si se enterase de que su recompensa había crecido al minimizar los destrozos de La Pesadilla? Tal vez imperase el pensamiento unívoco de aquellos que no quieren salir de su zona de confort y, negando los crímenes del Gobierno Mundial, apuntase sagazmente que quién era el pirata para inmiscuirse, probablemente sin saber, en los asuntos de la "justicia". Y él debería reconocer que no conocía los delitos del pobre reo, también que podría haber tratado de reducir a Kedra en lugar de minimizar sus daños... Y hasta agacharía la cabeza con cierta vergüenza si le señalasen, con gráfica precisión, que había arrancado el corazón de un capitán de la marina con sus propias manos. Aún sentía el calor pegajoso de aquel día, y todavía se cuestionaba con demasiada frecuencia si aquel acto de ira había liberado una parte de él que, cada vez con más frecuencia, lograba escapar de sus adentros. Hacían bien en considerarlo su enemigo, pues en cierto modo lo era: Iba a subvertir el Statu Quo, iba a destruir el Gobierno Mundial... Pero no odiaba a sus rivales; aquello convertiría la lucha por sus ideales en una guerra personal. Y eso sí que no iba a consentirlo.
El marine que lo había interpelado se puso a su altura, y reconoció el pasado que los unía de inmediato. Hacía años, cuando Minato había tratado de capturarlo en Arabasta, el dragón había acudido a detenerlo. Sabía que trabajaba para el Gobierno Mundial, aunque no tenía claro que el príncipe de Reddo Teikoku fuese, estrictamente, un militar. No había llevado uniforme, no se había presentado como tal... Habría jurado que se trataba de un agente del Cipher Pol, si no fuese porque en ese momento demostró escasa inteligencia. Aunque había oído hablar de un tal Castor Troy que... Bueno. Y, además, Midorima había logrado entrar. Pensándolo mejor, no sería tan descabellado teniendo en cuenta que el Gobierno Mundial estaba lleno de imbéciles.
-¿Krauser? -Bufó con sorna- No creo que él sea más culpable que yo. Esta tecnología... Se la negué a la Marina porque sabía que no la usaríais para una buena causa. Pero jamás imaginé que alguien en la Revolución pudiese siquiera plantearse tomar la tecnología de Sarka y hacer esta monstruosidad. -Se frenó en seco cuando vio las escaleras, dándose la vuelta para observar a la troupe que les acompañaba- Krauser no era, por otro lado, una persona inteligente. Ningún marine, por regla general, lo es. Y si lo es no dura mucho entre sus filas. Mirad a vuestro alrededor, ¿cuánto le llevaría al Gobierno Mundial construir esto? Aun contando con la tecnología, ¿cuánto creéis que tardaría en hacer los cálculos, en diseñar el funcionamiento de todas y cada una de las estancias, en construir la delicadísima pieza de artillería sónica que se encuentra en el centro de esta colosal torre? Varios años, si no décadas teniendo en cuenta que la retroingeniería es una labor extremadamente difícil con artilugios como los que se vieron en Síderos. Y, sin embargo, apenas unos meses después de que Krauser desaparezca con un barco lleno de armas de destrucción masiva aparece esta cosa, -extendió ambos brazos- la mayor arma jamás creada, infinitamente más poderosa que una Buster Call y, por lo que sabemos, sin debilidades estructurales específicas. Y, para mejorar las cosas, surgen cuatro: una por cada mar. Apostaría a que además están en puntos geoestratégicos y, esto es solo una corazonada, de activarse los cuatro Mariejoa caerá al mar, aplastando la isla Gyojin y, potencialmente, uniendo los mares. -"Destruyendo cientos de islas en el proceso", se ahorró decir- El plan de Lion D. Karl, la persona a la que Krauser más admiraba, trató de minimizar riesgos y reducir las bajas civiles al mínimo. Aun asumiendo que no muriese haciendo vuestro trabajo cuando cortó la cabeza a Mihasy, estoy seguro de que primero, él no tiene nada que ver y segundo, esta tecnología solo es aparentemente sideriana. El verdadero responsable quiere que la Marina aniquile, o intente aniquilar, a la Revolución. Y aquí estáis, el grueso del Gobierno Mundial, adentrándoos como estúpidos en una trampa mortal que claramente se ríe de vosotros para darme la razón. Si hoy falláis la Marina perderá a dos almirantes, decenas de Altos Cargos y cientos de oficiales. Y eso es lo que están esperando quienesquiera que hayan sido: Un Gobierno Mundial débil, sin capital y en el que el mundo ya no confía. Pero a la Revolución tampoco beneficia eso, a no ser que haya un chivo expiatorio y alguien suficientemente hábil como para redirigir el odio hacia él. Pensadlo bien, porque si falláis hoy morís; si morís, no podréis luchar mañana en la siguiente aguja. El fracaso no es una opción.
Suspiró profundamente. Tenía miedo de equivocarse, pero tuviese razón o no el mundo valía más que su ego en aquel momento: Krauser era un potencial asesino, pero no un genocida; estaba seguro de ello. Sin embargo, la opción seguía abierta y no podía dudar si se lo encontraba de frente. Clavó la mirada en el rubito frenético, un chiquillo que no parecía siquiera marine y el cual, previsiblemente, iba a morir ese día. Esperaba equivocarse, parecía el más idealista de aquel pintoresco grupo.
-Una vez Deathstroke compruebe que no hay peligro subiremos y buscaremos la salida hacia el exterior. Si mis sospechas son correctas habrá una gran resistencia para evitar nuestro ascenso, así que vamos a dejar las cosas claras. Es matar o morir. Hoy no hay moral que valga, ni religión que no vaya a perdonaros por lo que hagáis. Si tenéis oportunidad de acabar con un enemigo hacedlo, luchad con todas vuestras fuerzas y recordad que ellos no dudarán en acabar con vosotros, que ellos ya están intentando acabar con vosotros. No seáis crueles, pero la piedad es un lujo que hoy no podemos permitirnos. -Paró por un momento y se fijó en Deathstroke. Esperaba que nada estallase- Nadie en el Gobierno Mundial os va a agradecer esto, y dentro de unos meses nadie recordará que hoy estáis siendo unos héroes. Pero estáis aquí, a pesar de todo. Gracias.
El marine que lo había interpelado se puso a su altura, y reconoció el pasado que los unía de inmediato. Hacía años, cuando Minato había tratado de capturarlo en Arabasta, el dragón había acudido a detenerlo. Sabía que trabajaba para el Gobierno Mundial, aunque no tenía claro que el príncipe de Reddo Teikoku fuese, estrictamente, un militar. No había llevado uniforme, no se había presentado como tal... Habría jurado que se trataba de un agente del Cipher Pol, si no fuese porque en ese momento demostró escasa inteligencia. Aunque había oído hablar de un tal Castor Troy que... Bueno. Y, además, Midorima había logrado entrar. Pensándolo mejor, no sería tan descabellado teniendo en cuenta que el Gobierno Mundial estaba lleno de imbéciles.
-¿Krauser? -Bufó con sorna- No creo que él sea más culpable que yo. Esta tecnología... Se la negué a la Marina porque sabía que no la usaríais para una buena causa. Pero jamás imaginé que alguien en la Revolución pudiese siquiera plantearse tomar la tecnología de Sarka y hacer esta monstruosidad. -Se frenó en seco cuando vio las escaleras, dándose la vuelta para observar a la troupe que les acompañaba- Krauser no era, por otro lado, una persona inteligente. Ningún marine, por regla general, lo es. Y si lo es no dura mucho entre sus filas. Mirad a vuestro alrededor, ¿cuánto le llevaría al Gobierno Mundial construir esto? Aun contando con la tecnología, ¿cuánto creéis que tardaría en hacer los cálculos, en diseñar el funcionamiento de todas y cada una de las estancias, en construir la delicadísima pieza de artillería sónica que se encuentra en el centro de esta colosal torre? Varios años, si no décadas teniendo en cuenta que la retroingeniería es una labor extremadamente difícil con artilugios como los que se vieron en Síderos. Y, sin embargo, apenas unos meses después de que Krauser desaparezca con un barco lleno de armas de destrucción masiva aparece esta cosa, -extendió ambos brazos- la mayor arma jamás creada, infinitamente más poderosa que una Buster Call y, por lo que sabemos, sin debilidades estructurales específicas. Y, para mejorar las cosas, surgen cuatro: una por cada mar. Apostaría a que además están en puntos geoestratégicos y, esto es solo una corazonada, de activarse los cuatro Mariejoa caerá al mar, aplastando la isla Gyojin y, potencialmente, uniendo los mares. -"Destruyendo cientos de islas en el proceso", se ahorró decir- El plan de Lion D. Karl, la persona a la que Krauser más admiraba, trató de minimizar riesgos y reducir las bajas civiles al mínimo. Aun asumiendo que no muriese haciendo vuestro trabajo cuando cortó la cabeza a Mihasy, estoy seguro de que primero, él no tiene nada que ver y segundo, esta tecnología solo es aparentemente sideriana. El verdadero responsable quiere que la Marina aniquile, o intente aniquilar, a la Revolución. Y aquí estáis, el grueso del Gobierno Mundial, adentrándoos como estúpidos en una trampa mortal que claramente se ríe de vosotros para darme la razón. Si hoy falláis la Marina perderá a dos almirantes, decenas de Altos Cargos y cientos de oficiales. Y eso es lo que están esperando quienesquiera que hayan sido: Un Gobierno Mundial débil, sin capital y en el que el mundo ya no confía. Pero a la Revolución tampoco beneficia eso, a no ser que haya un chivo expiatorio y alguien suficientemente hábil como para redirigir el odio hacia él. Pensadlo bien, porque si falláis hoy morís; si morís, no podréis luchar mañana en la siguiente aguja. El fracaso no es una opción.
Suspiró profundamente. Tenía miedo de equivocarse, pero tuviese razón o no el mundo valía más que su ego en aquel momento: Krauser era un potencial asesino, pero no un genocida; estaba seguro de ello. Sin embargo, la opción seguía abierta y no podía dudar si se lo encontraba de frente. Clavó la mirada en el rubito frenético, un chiquillo que no parecía siquiera marine y el cual, previsiblemente, iba a morir ese día. Esperaba equivocarse, parecía el más idealista de aquel pintoresco grupo.
-Una vez Deathstroke compruebe que no hay peligro subiremos y buscaremos la salida hacia el exterior. Si mis sospechas son correctas habrá una gran resistencia para evitar nuestro ascenso, así que vamos a dejar las cosas claras. Es matar o morir. Hoy no hay moral que valga, ni religión que no vaya a perdonaros por lo que hagáis. Si tenéis oportunidad de acabar con un enemigo hacedlo, luchad con todas vuestras fuerzas y recordad que ellos no dudarán en acabar con vosotros, que ellos ya están intentando acabar con vosotros. No seáis crueles, pero la piedad es un lujo que hoy no podemos permitirnos. -Paró por un momento y se fijó en Deathstroke. Esperaba que nada estallase- Nadie en el Gobierno Mundial os va a agradecer esto, y dentro de unos meses nadie recordará que hoy estáis siendo unos héroes. Pero estáis aquí, a pesar de todo. Gracias.
- Resumen:
- Relleno como hay dios.
Hayden Ashworth
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
—Dexter Black es un hombre fuerte —le respondió mentalmente a Wyrm—. Hoy, su fuerza nos es de utilidad, como lo fue en Gray Rock o durante sus años en el Ouka Shichibukai.
Escuchó con atención el extenso discurso del dragón azul, sin bajar la mirada un solo segundo. Manteniendo su voluntad en su rostro, dando a entender que nada de lo que decía le afectaba negativamente. Zuko ya lo sabía. El gobierno mundial era una organización totalitaria que se alzaba sobre el más débil, pisoteando a aquellos que consideraban indignos, como los eternamente oprimidos hombres pez, mientras que perdonaban los horribles crímenes de aquellos que se jactaban de que la sangre de los dioses corría por sus venas.
—No estoy de acuerdo —contestó Zuko a su discurso inicial—. Lo último que haría un marine inteligente sería marcharse. —Ni siquiera sabía por qué demonios se estaba metiendo en un debate en aquel momento, sin embargo debía defender su postura—. ¿Es esa la solución inteligente? ¿Rebelarse y causar más guerras? ¿Más muertes y venganzas? La venganza solo trae más venganza, la guerra solo trae más guerra. Cuando hayáis acabado con todos los malos que se sientan en el trono, cuando todo sea perfecto y justo, exactamente como lo queréis... ¿Qué haréis con la gente como vosotros? Los busca problemas. Los rebeldes. Siempre los hay. ¿Cómo vas a proteger vuestra gloriosa revolución de la próxima? Podréis ganar de nuevo, sí... Pero nadie gana para siempre. Nuestro trabajo es salvar vidas... Mi trabajo es salvar vidas. Incluso de nosotros mismos.
El dragón coincidió con el resto del plan. En aquel momento, la persona más experimentada y sabia en aquella sala era el dragón azul, y no seguir sus consejos solo por orgullo, solo porque es un pirata y "el enemigo" sería la mayor estupidez que podrían cometer. Observó como el subordinado del pirata comprobaba el estado de los láseres y ver si se podía continuar sin problemas.
Escuchó con atención el extenso discurso del dragón azul, sin bajar la mirada un solo segundo. Manteniendo su voluntad en su rostro, dando a entender que nada de lo que decía le afectaba negativamente. Zuko ya lo sabía. El gobierno mundial era una organización totalitaria que se alzaba sobre el más débil, pisoteando a aquellos que consideraban indignos, como los eternamente oprimidos hombres pez, mientras que perdonaban los horribles crímenes de aquellos que se jactaban de que la sangre de los dioses corría por sus venas.
—No estoy de acuerdo —contestó Zuko a su discurso inicial—. Lo último que haría un marine inteligente sería marcharse. —Ni siquiera sabía por qué demonios se estaba metiendo en un debate en aquel momento, sin embargo debía defender su postura—. ¿Es esa la solución inteligente? ¿Rebelarse y causar más guerras? ¿Más muertes y venganzas? La venganza solo trae más venganza, la guerra solo trae más guerra. Cuando hayáis acabado con todos los malos que se sientan en el trono, cuando todo sea perfecto y justo, exactamente como lo queréis... ¿Qué haréis con la gente como vosotros? Los busca problemas. Los rebeldes. Siempre los hay. ¿Cómo vas a proteger vuestra gloriosa revolución de la próxima? Podréis ganar de nuevo, sí... Pero nadie gana para siempre. Nuestro trabajo es salvar vidas... Mi trabajo es salvar vidas. Incluso de nosotros mismos.
El dragón coincidió con el resto del plan. En aquel momento, la persona más experimentada y sabia en aquella sala era el dragón azul, y no seguir sus consejos solo por orgullo, solo porque es un pirata y "el enemigo" sería la mayor estupidez que podrían cometer. Observó como el subordinado del pirata comprobaba el estado de los láseres y ver si se podía continuar sin problemas.
- REsumen:
- Escuchar a Dexter y contestarle un poquito
Scarlett F. Jones
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Nada más poner un pie en el tablero de ajedrez este se puso en marcha. Una extraña luz brillaba en frente de mí, suponía que era la casilla a la que debía llegar para acabar mi partida. Pero eso no fue lo único que llegué a ver, pues también se iluminó el lugar donde estaba y en el techo alcancé a ver mi posición en el tablero. Todo aquello me daba mala espina. Pues en el ajedrez hay dos tipos de figuras: blancas y negras. Por lo que temía que aparecieran figuras que simbolizaran el lado contrario. Aún así, continué jugando y moviéndome por las diferentes casillas siempre moviéndome en forma de L. Siempre estaba teniendo cuidado de no activar ninguna trampa o de que el mismo juego fuera un engaño. Mi padre me había enseñado a jugar al ajedrez cuando era una niña pero nunca se me había dado muy bien. Era más de realizar actividades físicas que mentales.
De mis pensamientos me sacó la llegada de los que se habían quedado atrás. No vi a Jiren ni al mensajero, suponía que estaban haciendo algo detrás. Dos de los piratas se pusieron los zapatos y entraron al tablero. Alfil y otro caballo. Me preguntaba quién cogería la ficha del rey. Es la más importante pero a la vez la más débil. Seguramente la cogería alguno que supiera jugar al ajedrez de verdad. Continué avanzando con la intención de llegar al final del tablero. No podía sino imaginarme que otro tipo de prueba aguardaba después de esta. Estaba más y más cerca de llegar al cabecilla. Demasiadas vidas habían sido puestas en bandeja.
De mis pensamientos me sacó la llegada de los que se habían quedado atrás. No vi a Jiren ni al mensajero, suponía que estaban haciendo algo detrás. Dos de los piratas se pusieron los zapatos y entraron al tablero. Alfil y otro caballo. Me preguntaba quién cogería la ficha del rey. Es la más importante pero a la vez la más débil. Seguramente la cogería alguno que supiera jugar al ajedrez de verdad. Continué avanzando con la intención de llegar al final del tablero. No podía sino imaginarme que otro tipo de prueba aguardaba después de esta. Estaba más y más cerca de llegar al cabecilla. Demasiadas vidas habían sido puestas en bandeja.
- Resumen castor:
- Seguir jugando en el tablero, desconfiar de todo, mirar como se unen a la partida los demás.
Simo Baker
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Lo que dejábamos atrás era un trabajo bien hecho por parte de los marines, aunque no había sido perfecto. Sí, la bestia había ardido entre gritos, pero ¿a qué coste? Era más que obvio que el grupo de soldados que había entrado en la torre había menguado de una forma aterradora. “Sabían a lo que venían”, pensé quitándole importancia aunque sin menospreciar el valor de las víctimas. Igualmente perderlos tampoco iba a influir en mi avance. El grupo con el que iba a avanzar se reducía a Shintaro, Bucharatti, el caza recompensas y yo. Los marines y nuestros compañeros del Cipher Pol iban a continuar por otro camino.
Comenzamos a caminar al momento en el que por centésima vez pidieron a Dretch que no muriera. ¿De verdad era tan necesario que cada vez que alguien lo perdiera de vista le dijera que no muriese? La división de agentes estaba comenzando a parecerme un poco ñoña, pero si eso les valía para motivarse, allá ellos. Yo por mi parte solo seguí andando mientras revisaba el estado de mis cargadores y me aseguraba de estar listo para el próximo enfrentamiento.
No habíamos avanzado mucho cuando finalmente el peliverde decidió el camino. “De la doce a la ochenta y seis y luego…”, pensé mirando el mapa mientras Shintaro nos indicaba el camino que íbamos a tomar. –Tiene buena pinta, aunque ¿sabes que significa cada cosa? Me causan intriga los triángulos y sobretodo, esas emes rodeadas de rojo-, comenté sin aminorar el paso. -¿Tú sabes que significan Bucharatti? -, pregunté a la más nueva incorporación del equipo. Mientras esperaba respuesta metí la mano en el bolsillo del pecho para sacar a King. Hacía ya un buen rato que había pasado lo del agua, era hora de que fuera empezando a reaccionar. –“Maldito cacharro”, maldije para mis adentros al ver que se estaba reiniciando. Era molesto que hiciera siempre lo que le diera la gana, pero al menos estaba bien, lo cual era un alivio.
Comenzamos a caminar al momento en el que por centésima vez pidieron a Dretch que no muriera. ¿De verdad era tan necesario que cada vez que alguien lo perdiera de vista le dijera que no muriese? La división de agentes estaba comenzando a parecerme un poco ñoña, pero si eso les valía para motivarse, allá ellos. Yo por mi parte solo seguí andando mientras revisaba el estado de mis cargadores y me aseguraba de estar listo para el próximo enfrentamiento.
No habíamos avanzado mucho cuando finalmente el peliverde decidió el camino. “De la doce a la ochenta y seis y luego…”, pensé mirando el mapa mientras Shintaro nos indicaba el camino que íbamos a tomar. –Tiene buena pinta, aunque ¿sabes que significa cada cosa? Me causan intriga los triángulos y sobretodo, esas emes rodeadas de rojo-, comenté sin aminorar el paso. -¿Tú sabes que significan Bucharatti? -, pregunté a la más nueva incorporación del equipo. Mientras esperaba respuesta metí la mano en el bolsillo del pecho para sacar a King. Hacía ya un buen rato que había pasado lo del agua, era hora de que fuera empezando a reaccionar. –“Maldito cacharro”, maldije para mis adentros al ver que se estaba reiniciando. Era molesto que hiciera siempre lo que le diera la gana, pero al menos estaba bien, lo cual era un alivio.
- Resumen:
- -Revisar cargadores.
-Seguir a Shintaro aka Don Mapa.
-Preguntar a Bucharatti si sabe que significa cada marca del mapa.
-Revisar el estado de mi robotito.
Osuka Sumisu
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El brazo, salto como una cabeza cortada. Los mecanismos, ya de por si agujereados, volaron mientras un taladro de piedra los atravesaban con la misma facilidad que una espada en la carne. Una sonrisa de victoria se marcó en la sonrisa del oficial Sumisu, pues disfrutaba que por una vez, fuese el que ganaba aquellos combates. Entre el primo del gorila en Siderios con una habilidad parecida y el agente de la Chiper Pol de Grey Rock, una victoria de esas le animaban la moral al demonio carmesí.
La gravedad siempre era una cabrona de cuidado, y con el autómata simiesco no hizo una excepción. Su caída no fue lo más agradable, pues el escudo que cubría su cuerpo no desapareció hasta que fue tarde y se hundió demasiado en el suelo. Osu se asomó por instante, para ver con sus propios ojos como el gorila estaba ahí atrapado y suspiro con alivio.
Mientras recobraba el aliento miro a Annie y sin pensarlo dos veces le abrazó. No con un sentido un amoroso, sino de empatía, pues se había preocupado del inesperado secuestro por parte del gorila. Abandono el abrazo y poso las manos sobre sus ligeros hombros.
- Abstente de más tangos por hoy, por favor. Mi corazón no aguantara otro susto así en una temporada.
Por un momento deseo como romper aquel momento tenso que había provocado sin malicia, pero no hizo falta pues el Oficial Makintosh… Espera, no llevaba bigote. Un Maki con entrecejo indico que había que subir por las escaleras, con tantas ganas que no espero al resto antes de ascender.
- El oficial Maki tiene razón; nos hemos entretenido demasiado, tenemos que aligerar el ritmo.
Se giró al golem, que inerte y con cadena en mano, se deformo hasta volver a los soldados habituales y recupero su guantelete. Mientras lo guardaba, no pudo evitar como uno de sus soldados de piedra mostraba alguna que otra grieta grave.
- “Manipular la misma piedra sin remplazo en un corto plazo no es bueno, pero correré el riesgo si con eso te detengo” –pensó Osu con el ceño fruncido.
La gravedad siempre era una cabrona de cuidado, y con el autómata simiesco no hizo una excepción. Su caída no fue lo más agradable, pues el escudo que cubría su cuerpo no desapareció hasta que fue tarde y se hundió demasiado en el suelo. Osu se asomó por instante, para ver con sus propios ojos como el gorila estaba ahí atrapado y suspiro con alivio.
Mientras recobraba el aliento miro a Annie y sin pensarlo dos veces le abrazó. No con un sentido un amoroso, sino de empatía, pues se había preocupado del inesperado secuestro por parte del gorila. Abandono el abrazo y poso las manos sobre sus ligeros hombros.
- Abstente de más tangos por hoy, por favor. Mi corazón no aguantara otro susto así en una temporada.
Por un momento deseo como romper aquel momento tenso que había provocado sin malicia, pero no hizo falta pues el Oficial Makintosh… Espera, no llevaba bigote. Un Maki con entrecejo indico que había que subir por las escaleras, con tantas ganas que no espero al resto antes de ascender.
- El oficial Maki tiene razón; nos hemos entretenido demasiado, tenemos que aligerar el ritmo.
Se giró al golem, que inerte y con cadena en mano, se deformo hasta volver a los soldados habituales y recupero su guantelete. Mientras lo guardaba, no pudo evitar como uno de sus soldados de piedra mostraba alguna que otra grieta grave.
- “Manipular la misma piedra sin remplazo en un corto plazo no es bueno, pero correré el riesgo si con eso te detengo” –pensó Osu con el ceño fruncido.
- Sabes lo que pasa si no vas a mi ficha?:
- QUE AL FINAL NO TE GUSTA MI FICHA!?:
- Te cuento un secreto?:
Puedo parecer el puto amo,
pero si me ves de cerca,
parezco el puto amo,
pero mas grande.
Cuestión de perspectiva
(͠≖ ͜ʖ͠≖)
- Thennie is good...:
but Osnnie is better- No lo digo yo, lo dicen las estadisticas ewe:
Zack Suky
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Por suerte el ser acuático recobró la compostura y cesó con su incesante retahíla de preguntas, dándome unas milésimas de segundo, más que necesarias, para reorganizar mis ideas. No había panel en el receptáculo que pudiese desmontar, ni tampoco un lugar en concreto que pareciese cobijar los mecanismos, por lo que me daba miedo cortar sin sentido y terminar acabando con un corto que dejase inutilizado todo el artefacto. Maldita morsa, por qué cojones tenía que tocar nada.
- Pues cualquiera lo diría viendo lo que ha hecho - contestaría al ningyo sobre la suerte de la morsa albina. - Si se hubiese estado quietecita ya estaríamos arriba y no tendríamos que lidiar con lo que sea que está entreteniendo a nuestros acompañantes. Y sobre lo del tipo agresivo... Sí, ese mismo es. Está un poco desequilibrado, pero no es mala gente - mentí mientras decidía qué hacer y evitaba la charla sobre akumas. Aún no era capaz de perdonarme por comerme una tan inútil y no quería ponerme de mal humor, o mejor dicho de uno aún peor del que tenía.
Dentro del ascensor pocas cosas quedaban por hacer. Pulsar el botón triangular que parpadeaba y poco más, aunque la opción se subir a la parte de arriba donde sonaban lo disparos tampoco es que me pareciese entretenida. La primera opción podía desencadenar más males que bienes, ya que el pulsador podía activar muchas cosas. Tantas que ni siquiera merecía la pena pensar sobre el tema, pero desde luego tampoco quería subir para que me hiciesen un agujero en mi metálico culo por culpa de un mal tirador... Así que una vez más me veía sin saber qué hacer por decisiones aparentemente sencillas, que incluso podría solventarlas quedándome quieto, sin hacer nada al respecto mientras esperaba a que el resto solucionasen todos los problemas mientras yo charlaba con el pulpo loco... Pero entonces me acordé que como mínimo siempre había que jugar, así que tras encerme otro cigarrillo, por si era el último, me acerqué a los botones y pulsé el que parpadeaba.
-Ahora veremos si tienes razón y la morsa nos da suerte - dije al pelirrojo mientras echaba una gran bocanada de humo.
- Pues cualquiera lo diría viendo lo que ha hecho - contestaría al ningyo sobre la suerte de la morsa albina. - Si se hubiese estado quietecita ya estaríamos arriba y no tendríamos que lidiar con lo que sea que está entreteniendo a nuestros acompañantes. Y sobre lo del tipo agresivo... Sí, ese mismo es. Está un poco desequilibrado, pero no es mala gente - mentí mientras decidía qué hacer y evitaba la charla sobre akumas. Aún no era capaz de perdonarme por comerme una tan inútil y no quería ponerme de mal humor, o mejor dicho de uno aún peor del que tenía.
Dentro del ascensor pocas cosas quedaban por hacer. Pulsar el botón triangular que parpadeaba y poco más, aunque la opción se subir a la parte de arriba donde sonaban lo disparos tampoco es que me pareciese entretenida. La primera opción podía desencadenar más males que bienes, ya que el pulsador podía activar muchas cosas. Tantas que ni siquiera merecía la pena pensar sobre el tema, pero desde luego tampoco quería subir para que me hiciesen un agujero en mi metálico culo por culpa de un mal tirador... Así que una vez más me veía sin saber qué hacer por decisiones aparentemente sencillas, que incluso podría solventarlas quedándome quieto, sin hacer nada al respecto mientras esperaba a que el resto solucionasen todos los problemas mientras yo charlaba con el pulpo loco... Pero entonces me acordé que como mínimo siempre había que jugar, así que tras encerme otro cigarrillo, por si era el último, me acerqué a los botones y pulsé el que parpadeaba.
-Ahora veremos si tienes razón y la morsa nos da suerte - dije al pelirrojo mientras echaba una gran bocanada de humo.
- Resumen. Importante. Kaito lee:
Contestar al pulpo y tocar el botón de emergencia que parpadea.
Rose D. Alviss
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El ataque tuvo éxito, golpeé de lleno a uno de los guitarristas, tirándolo al suelo. Pero no pareció afectarle, ya que seguía tocando mientras "caminaba en círculos" por el suelo. En ese instante me di cuenta que era otra canción, la inicial de la contienda había cambiado y sin parar ni un segundo, pasaron a una segunda, como si de un concierto se tratara. A quien ataque con la silla se llamaba Magnus, o al menos así lo llamo el otro guitarrista, en una declaración de guerra musical.
El cantante empezó a dar palmas, el bajista lanzaba ondas cortantes para contrarrestar las de Zane y por último el ritmo de la batería provocaba temblores en el suelo.
- Son más poderosos de lo que esperaba. - Comenté al aire.
Pero tenía que seguir mi lucha contra Magnus, que seguía en el suelo. No me fiaba viendo a los demás lo que podía hacer con guitarra en mano. Esperaba el momento ideal para atacarle cuando de repente salía fuego de su instrumento, no lo dude ni un momento y decidí alejarme lo más rápido que podía, no era muy fan precisamente de acabar chamuscado. Pegue un sprint a mi máxima velocidad, permitiéndome retroceder hasta el inicio de la sala de manera instantánea.
- No voy a arriesgar, que de héroes está lleno el cementerio. - Concluí tras terminar la técnica.
Tras estar fuera de peligro, no iba a quedarme de brazos cruzados, así que me fui acercando de nuevo al escenario.
Será mejor que vaya un poco a distancia.
Cuando estaba cerca del combate, observe como el bajista lanzaba varias ondas cortantes hacía nosotros. El capitán reaccionó ordenándonos que nos alejáramos.
- Eso ya está hecho. - Respondí mientras cogía una de mis tabletas de chocolate y comía un poco.
Mientras ingería ese manjar, se me ocurrió un plan. Por la orden del pelirrojo nosotros estábamos alejados de los abecedarios, por lo que podía aprovecharme de ello. Me escoré a un lado, donde no había ningún nakama y caso de haber algún compañero no deberían tener problemas para evadir mi ofensiva, con el beneficio de la duda a Vile. Lancé todo el chocolate líquido que era capaz hacía los rivales, más concretamente sus instrumentos, que no dejan de ser sus armas, aprovechando que tenían un problema mayor, las ondas cortantes del pelirrojo.
El cantante empezó a dar palmas, el bajista lanzaba ondas cortantes para contrarrestar las de Zane y por último el ritmo de la batería provocaba temblores en el suelo.
- Son más poderosos de lo que esperaba. - Comenté al aire.
Pero tenía que seguir mi lucha contra Magnus, que seguía en el suelo. No me fiaba viendo a los demás lo que podía hacer con guitarra en mano. Esperaba el momento ideal para atacarle cuando de repente salía fuego de su instrumento, no lo dude ni un momento y decidí alejarme lo más rápido que podía, no era muy fan precisamente de acabar chamuscado. Pegue un sprint a mi máxima velocidad, permitiéndome retroceder hasta el inicio de la sala de manera instantánea.
- No voy a arriesgar, que de héroes está lleno el cementerio. - Concluí tras terminar la técnica.
Tras estar fuera de peligro, no iba a quedarme de brazos cruzados, así que me fui acercando de nuevo al escenario.
Será mejor que vaya un poco a distancia.
Cuando estaba cerca del combate, observe como el bajista lanzaba varias ondas cortantes hacía nosotros. El capitán reaccionó ordenándonos que nos alejáramos.
- Eso ya está hecho. - Respondí mientras cogía una de mis tabletas de chocolate y comía un poco.
Mientras ingería ese manjar, se me ocurrió un plan. Por la orden del pelirrojo nosotros estábamos alejados de los abecedarios, por lo que podía aprovecharme de ello. Me escoré a un lado, donde no había ningún nakama y caso de haber algún compañero no deberían tener problemas para evadir mi ofensiva, con el beneficio de la duda a Vile. Lancé todo el chocolate líquido que era capaz hacía los rivales, más concretamente sus instrumentos, que no dejan de ser sus armas, aprovechando que tenían un problema mayor, las ondas cortantes del pelirrojo.
- Resumen:
- Golpear al guitarrista Magnus.
- Quedarme mirando al grupo mientras toca el preludio de la canción.
- Esquivar la llamarada de Magnus.
- Acatar la orden del capitán.
- Lanzar chocolate hacía el grupo de música.
- Golpear al guitarrista Magnus.
- Stats:
Agilidad Tier 3
Velocidad Tier 3 Reflejos Tier 2
Puntería Tier 2 Poder de Destrucción Tier 1
- Técnica:
- Nombre de la técnica: ¡De héroes está lleno el cementerio!
Naturaleza de la técnica: Física
Descripción de la técnica: Alviss es capaz de aumentar su velocidad hasta los 25 m/s durante un instante, en línea recta, para alejarse, atacar o lo que se le ocurra.
Tiempo de canalización: Instantánea.
Ummak Zor-El
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Tras observar como el Driv-mahrazh, mediante un alarde de extrañas habilidades, comenzaba a ejercer como uno de los tantos matasanos que había visto actuar en el navio-fortaleza de la armada revolucionaria, su gesto se torció aún más. No solo le había humillado a él, cortándole su cabellera, sino que era de ese tipo de demonios que se dedicaban a negar la muerte en batalla a tantos guerreros como podían. Casi sin darse cuenta, las venas de su frente comenzaron a hincharse, al igual que los tendones de su cuello. Aquel hombre, si es que acaso mereciera ser llamado como tal, definitivamente era un demonio.
Mientras que el resto del variopinto grupo comenzaban a adentrarse poco a poco en la siguiente sala y comenzaban a calzarse con unas extrañas botas, Ummak permaneció junto al hombre-castor. Aquellas gentes eran habitantes del Gran Azul, ya había convivido lo suficiente con aquel tipo de escoria como para saber que más tarde o más temprano, se vería obligado a enfrentarse a ellos por culpa de sus estúpidas costumbres de destruir todo cuanto tocaban.
Al contemplar a la rata chillona, el shandiano comprendió que, o bien estaba demasiado débil para hablar o que literalmente no le había escuchado. Dejandose guiar inconscientemente por toda aquella rabia acumulada a lo largo de la noche, Ummak abrió la boca y comenzó a gritar. A gritar como nunca antes se había visto obligado a gritar. Dejando escapar algunos perdigones de saliva a diestro y siniestro, para asegurarse de que sus palabras, toscas e imprecisas, calaran en la mente del castor.
- Ummak buscar a un hombre, ser de piel oscura, cabello blanco y hablar lengua de los Antiguos Guerreros. Tu guiar a Ummak y Skión o reunirte con tus dioses chillones ¿Tu entender? – ladró, rabioso, dejando que el timbre grave de su voz atronara en sus oídos – Tú llevar en este lugar más tiempo que resto de clanes, tú saber secretos de Torre de Metal – comentó, mientras que poco a poco iba calmando rabia – Puede que tú no poder cantar, pero si poder tocar. Si tu ayudar a Ummak, Ummak ayudar a hombre-castor.
Tras aquellas palabras, el guerrillero se llevó su mano libre hacia la espalda y descolgó de ella su laúd. No era una guitarra, pero era lo más parecido a un instrumento que ambos tenían a la vista y, teniendo en cuenta que el castor había perdido recientemente el suyo, Ummak confiaba en haber endulzado el trato adecuadamente. Tendiéndole el laúd a modo de mano amiga, este esperó pacientemente a que Beaver tomara su decisión.
- ¿Haber trato?
Mientras que el resto del variopinto grupo comenzaban a adentrarse poco a poco en la siguiente sala y comenzaban a calzarse con unas extrañas botas, Ummak permaneció junto al hombre-castor. Aquellas gentes eran habitantes del Gran Azul, ya había convivido lo suficiente con aquel tipo de escoria como para saber que más tarde o más temprano, se vería obligado a enfrentarse a ellos por culpa de sus estúpidas costumbres de destruir todo cuanto tocaban.
Al contemplar a la rata chillona, el shandiano comprendió que, o bien estaba demasiado débil para hablar o que literalmente no le había escuchado. Dejandose guiar inconscientemente por toda aquella rabia acumulada a lo largo de la noche, Ummak abrió la boca y comenzó a gritar. A gritar como nunca antes se había visto obligado a gritar. Dejando escapar algunos perdigones de saliva a diestro y siniestro, para asegurarse de que sus palabras, toscas e imprecisas, calaran en la mente del castor.
- Ummak buscar a un hombre, ser de piel oscura, cabello blanco y hablar lengua de los Antiguos Guerreros. Tu guiar a Ummak y Skión o reunirte con tus dioses chillones ¿Tu entender? – ladró, rabioso, dejando que el timbre grave de su voz atronara en sus oídos – Tú llevar en este lugar más tiempo que resto de clanes, tú saber secretos de Torre de Metal – comentó, mientras que poco a poco iba calmando rabia – Puede que tú no poder cantar, pero si poder tocar. Si tu ayudar a Ummak, Ummak ayudar a hombre-castor.
Tras aquellas palabras, el guerrillero se llevó su mano libre hacia la espalda y descolgó de ella su laúd. No era una guitarra, pero era lo más parecido a un instrumento que ambos tenían a la vista y, teniendo en cuenta que el castor había perdido recientemente el suyo, Ummak confiaba en haber endulzado el trato adecuadamente. Tendiéndole el laúd a modo de mano amiga, este esperó pacientemente a que Beaver tomara su decisión.
- ¿Haber trato?
Valar Morghul
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Nada más abrir la taquilla, una densa nube de humo salió de ella. Esto hizo que retrocediese rápidamente un par de pasos, aunque, tras notar el olor de la misma, supe que no era nada peligroso y sólo era un colgado más.
-Perfecto, tío- respondí al enano moreno mientras veía como sus movimientos eran iguales que los de los colgados que ya había visto en mi isla-. Por cierto, puedes llamarme Valar. Y, con un mapa como ese, no tenemos que darnos mucha prisa- concluí mientras me situaba al lado del hombrecillo y empezaba a caminar a su ritmo, con las manos tras la nuca y una sonrisa en el rostro.
Nuestro avance no fue muy rápido, pero, el saber a que lugar nos dirigíamos, hizo que avanzásemos por varias salas. Como diría un cantante que conocía, íbamos sin pausa pero sin prisa.
-¿Cómo acabaste dentro de esa taquilla? -pregunté a Snoop tras subir una larga escalera, justo después de ver como mis antiguos acompañantes se encontraban tras un agujero que se cerraba a un ritmo que me haría imposible llegar si iba con Snoop y, por el momento, no tenía pensado abandonarle.
Afortunadamente, el camino que habíamos tomado Snoop y yo, nos llevaba por otra zona. A escasos metros de donde nos encontrábamos, una compuerta de metal se alzaba imponente tras una escalera, con un texto que rezaba un enigma.
-¿Qué letra es la última en irse? -oí a Snoop al mismo tiempo que veía un pequeño teclado con todas las letras y veía la posible solución en mi mente.
-Veamos si esto funciona- dije al pequeño fumeta justo antes de apretar la tecla "E", esperando estar en lo correcto y poder así avanzar de sala.
-Perfecto, tío- respondí al enano moreno mientras veía como sus movimientos eran iguales que los de los colgados que ya había visto en mi isla-. Por cierto, puedes llamarme Valar. Y, con un mapa como ese, no tenemos que darnos mucha prisa- concluí mientras me situaba al lado del hombrecillo y empezaba a caminar a su ritmo, con las manos tras la nuca y una sonrisa en el rostro.
Nuestro avance no fue muy rápido, pero, el saber a que lugar nos dirigíamos, hizo que avanzásemos por varias salas. Como diría un cantante que conocía, íbamos sin pausa pero sin prisa.
-¿Cómo acabaste dentro de esa taquilla? -pregunté a Snoop tras subir una larga escalera, justo después de ver como mis antiguos acompañantes se encontraban tras un agujero que se cerraba a un ritmo que me haría imposible llegar si iba con Snoop y, por el momento, no tenía pensado abandonarle.
Afortunadamente, el camino que habíamos tomado Snoop y yo, nos llevaba por otra zona. A escasos metros de donde nos encontrábamos, una compuerta de metal se alzaba imponente tras una escalera, con un texto que rezaba un enigma.
-¿Qué letra es la última en irse? -oí a Snoop al mismo tiempo que veía un pequeño teclado con todas las letras y veía la posible solución en mi mente.
-Veamos si esto funciona- dije al pequeño fumeta justo antes de apretar la tecla "E", esperando estar en lo correcto y poder así avanzar de sala.
Sasaki
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Pareció que mis palabras sacaron de sus mundos a los dos luchadores. Al por su parte se tranquilizó momentáneamente pues las palabras de nuestro oponente no fueron muy acertadas a no ser que buscase sacar a relucir la ira del Almirante. Por otra parte, el pelirrojo me llamó la atención por mentirle cuando él confió en mí tras darle café de un termo adulterado.
-No acepto eso Arthur – le respondí – Fuiste tu el que se emborrachó bebiendo lo que no era para ti. Ahora acabad con ese tipo irritante mientras defiendo a los peques.
Tras estas palabras cree un muro en la sala de forma que los novatos y yo quedamos en un lado; y el capitán, Arthur y el zumbado de la música al otro. Era un muro de unos diez centímetros de grosor con una consistencia viscosa para que las ondas del sonido no afectasen tanto si pasaba el sonido. Esperé unos momentos a que la temperatura del lado en el que me encontraba subiese un poco y liberé de la burbuja a los novatos. Sin duda estarían más cómodos fuera de las burbujas.
Solo me quedaba buscar alguna forma de ayudar a Arthur y el capitán. Pero en esa situación no era mucha la ayuda. Entonces se me ocurrió enviar caramelo hacia los altavoces para cubrir sus membranas y que de esa forma la potencia de la música se redujese e incluso se detuviese.
-No acepto eso Arthur – le respondí – Fuiste tu el que se emborrachó bebiendo lo que no era para ti. Ahora acabad con ese tipo irritante mientras defiendo a los peques.
Tras estas palabras cree un muro en la sala de forma que los novatos y yo quedamos en un lado; y el capitán, Arthur y el zumbado de la música al otro. Era un muro de unos diez centímetros de grosor con una consistencia viscosa para que las ondas del sonido no afectasen tanto si pasaba el sonido. Esperé unos momentos a que la temperatura del lado en el que me encontraba subiese un poco y liberé de la burbuja a los novatos. Sin duda estarían más cómodos fuera de las burbujas.
Solo me quedaba buscar alguna forma de ayudar a Arthur y el capitán. Pero en esa situación no era mucha la ayuda. Entonces se me ocurrió enviar caramelo hacia los altavoces para cubrir sus membranas y que de esa forma la potencia de la música se redujese e incluso se detuviese.
- Resumen:
- Separar la sala en dos mitades para que Arthur y Al puedan luchar sin necesidad de preocuparse de los peques (Galhard y Leiren), intentar detener la música tapando con caramelo las membranas de los altavoces.
Galhard
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El recluta suspiró en una mezcla de alivio y aburrimiento. Por una parte la música había parado momentáneamente pero por otro lado él se encontraba en una situación donde no podía hacer nada más allá de mirar como Arthur y Al se merendaban al intento de músico y a los golems horteras. Aunque en parte le resultaba curioso ver las capacidades de sus nuevos compañeros no cambiaban el hecho que le disgustaba estar en la retaguardia.
"Supongo que esto es ser un soldado... Me pregunto si podré mover el recubrimiento de caramelo sin dañarlo" Con cuidado, Galhard extendió su mano libre, tocando el caramelo en búsqueda de algún posible movimiento para poder hacer, de lo contrario debería quedarse quieto hasta que el ahora aún más furioso almirante acabase su balada sobre el cuerpo del adolescente impertinente.
-Y este será el fin del criminal acústico "Scrotex" y espero que de este ruido insoportable también, de seguro que sus discos ahora se dispararán de precio... Aún habrá tenido suerte.
El recluta buscó en sus bolsillos, llenos de chatarra, si llevaba algún reloj encima para saber cuanto tiempo se había comido este pequeño incidente. En ese momento Jack volvió a hablar mientras levantaba un muro de caramelo. Desde luego su poder era la mar de curioso, Galhard se preguntaba si él podría haber llegado a la conclusión de usar esa habilidad de la misma forma, la burbuja de caramelo que lo cubría se rompió y Galhard se acercó a Jack no sin antes lanzar un estornudo.
Que raro, debo haberme resfriado...
"Supongo que esto es ser un soldado... Me pregunto si podré mover el recubrimiento de caramelo sin dañarlo" Con cuidado, Galhard extendió su mano libre, tocando el caramelo en búsqueda de algún posible movimiento para poder hacer, de lo contrario debería quedarse quieto hasta que el ahora aún más furioso almirante acabase su balada sobre el cuerpo del adolescente impertinente.
-Y este será el fin del criminal acústico "Scrotex" y espero que de este ruido insoportable también, de seguro que sus discos ahora se dispararán de precio... Aún habrá tenido suerte.
El recluta buscó en sus bolsillos, llenos de chatarra, si llevaba algún reloj encima para saber cuanto tiempo se había comido este pequeño incidente. En ese momento Jack volvió a hablar mientras levantaba un muro de caramelo. Desde luego su poder era la mar de curioso, Galhard se preguntaba si él podría haber llegado a la conclusión de usar esa habilidad de la misma forma, la burbuja de caramelo que lo cubría se rompió y Galhard se acercó a Jack no sin antes lanzar un estornudo.
Que raro, debo haberme resfriado...
Lance Kashan
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La pelea se estaba desarrollando a mis espaldas y, por lo poco que iba viendo de cuando en cuando, daba la sensación de que estaba evolucionando desde un duelo fácil hasta algo que realmente iba a resultar problemático incluso para aquellas dos malas bestias que tenía por compañeros. Los pasos resonaban por toda la sala, y parecían multiplicarse mientras los segundos pasaban, hasta que me di la vuelta y finalmente fui capaz de observar la realidad tal cual era: todo se había convertido en algo muy extraño. Obviando el carámbano de hielo que colgaba del techo y estaba controlando el agua, los peligros iban aumentando. Y no es que estuvieran apareciendo nuevos enemigos, para nada, sino que más bien…, los que ya teníamos, estaban mutando y mejorando. Aquel toro gigante que había amenazado hace relativamente poco tiempo con atropellarme había desaparecido, y en su lugar teníamos dos toros de un tamaño menor. Realmente no era consciente de qué había pasado con el primero, pero si esto seguía así, no tardaría en faltar espacio para estar tranquilo y no verse envuelto en el fragor de la batalla, como estaba haciendo yo. Y si giraba un poco el mentón, era capaz de ver al señor gordo cuyo oficio parecía haberse convertido en hacernos la vida difícil desde que llegamos a esa sala, ya que en ningún momento había parado para ofrecer una tregua o tranquilidad, sino que directamente había saltado a las hostilidades. ¿Tan difícil era tener un mínimo de moda--- ¿¡Tiene una puta espada gigante…!? Aquel hombre había pasado de ser un inútil calvo y obeso a…, bueno, ser obeso y calvo, pero bastante capacitado para la batalla, al menos por lo que estaba siendo capaz de ver. Estaba dando batalla a Katharina, y aquello ya era suficiente decir. Al menos, superaba mis capacidades y por mucho.
Traté de ignorar lo que tenía detrás mientras me centraba en lo que había enfrente de mí: la puerta. Me acerqué un poco más, acortando la distancia de pasos que había entre aquella superficie metálica y mi persona, dándome cuenta de que, entre todo el color gris propio del acero, resaltaba un morado casi violeta. ¡Mis calzoncillos! Espera… ¿Mis calzoncillos? De pronto, aquella prenda que me habían robado hacía un rato había aparecido colgado de un perchero, como salidos de la nada, y desentonando del resto de la escena. ¿Qué coño pintan unos calzoncillos en una plaza como esta? De todas formas, no era como si mi vida dependiera de ello, así que los tomé y guardé donde buenamente pude, mientras examinaba aquella entrada o salida a conciencia. En la zona izquierda tenía un recuadro que destacaba del resto, ya que era el único relieve sobre una compuerta plana totalmente, así que me acerqué a comprobarlo. Tras lo que parecía un vidrio templado y bastante resistente, una pantalla clara y brillante daba una serie de dígitos y datos que, aunque no estuvieras muy informado, podías reconocer: amperios, vatios, hercios… ¡Electricidad! Parecía que se estaba arreglando todo mi día de golpe con aquel par de coincidencias, y no pude evitar que una sonrisa se me dibujase en el rostro, aunque no se pudiera ver tras la máscara. Justo debajo, a forma de entrada, se podían distinguir un par de pinzas metálicas que había visto más de una vez en el oficio, las cuales tenían un funcionamiento tan sencillo como conectar la fuente eléctrica a la parte hecha de metal, y la máquina haría el resto del trabajo registrando los datos que viera necesarios. Coloqué la mano zurda cogiendo las pinzas directamente, colocando alrededor todo el puño de forme que el contacto estuviera asegurado y constante, y la diestra la amarré a la muñeca contraria. Tratando de ralentizar mi respiración y concentrarme en lo que tenía delante a pesar del ruido permanente de la batalla que estaba surgiendo a mis espaldas, comencé a generar un flujo de energía constante que, si en un inicio no sería muy elevado, poco a poco iría ganando voltaje y amperaje hasta llegar a mi máximo de ser necesario.
Traté de ignorar lo que tenía detrás mientras me centraba en lo que había enfrente de mí: la puerta. Me acerqué un poco más, acortando la distancia de pasos que había entre aquella superficie metálica y mi persona, dándome cuenta de que, entre todo el color gris propio del acero, resaltaba un morado casi violeta. ¡Mis calzoncillos! Espera… ¿Mis calzoncillos? De pronto, aquella prenda que me habían robado hacía un rato había aparecido colgado de un perchero, como salidos de la nada, y desentonando del resto de la escena. ¿Qué coño pintan unos calzoncillos en una plaza como esta? De todas formas, no era como si mi vida dependiera de ello, así que los tomé y guardé donde buenamente pude, mientras examinaba aquella entrada o salida a conciencia. En la zona izquierda tenía un recuadro que destacaba del resto, ya que era el único relieve sobre una compuerta plana totalmente, así que me acerqué a comprobarlo. Tras lo que parecía un vidrio templado y bastante resistente, una pantalla clara y brillante daba una serie de dígitos y datos que, aunque no estuvieras muy informado, podías reconocer: amperios, vatios, hercios… ¡Electricidad! Parecía que se estaba arreglando todo mi día de golpe con aquel par de coincidencias, y no pude evitar que una sonrisa se me dibujase en el rostro, aunque no se pudiera ver tras la máscara. Justo debajo, a forma de entrada, se podían distinguir un par de pinzas metálicas que había visto más de una vez en el oficio, las cuales tenían un funcionamiento tan sencillo como conectar la fuente eléctrica a la parte hecha de metal, y la máquina haría el resto del trabajo registrando los datos que viera necesarios. Coloqué la mano zurda cogiendo las pinzas directamente, colocando alrededor todo el puño de forme que el contacto estuviera asegurado y constante, y la diestra la amarré a la muñeca contraria. Tratando de ralentizar mi respiración y concentrarme en lo que tenía delante a pesar del ruido permanente de la batalla que estaba surgiendo a mis espaldas, comencé a generar un flujo de energía constante que, si en un inicio no sería muy elevado, poco a poco iría ganando voltaje y amperaje hasta llegar a mi máximo de ser necesario.
- Resumen [AEG&KATH]:
- -Ignorar todo.
-Tomar mis calzoncillos y guardarlos.
-Tratar de abrir la puerta con toda la energía posible de la que dispongo.
- Cosas usadas:
- Nivel 20 de fruta
Puede generar áreas de radio pequeño (menos de medio metro) en las que el simple contacto hace entumecer la parte afectada. Puede moverse tan rápido como el soru en su forma etérea. Sus descargas pueden alcanzar una energía de 7500 julios. El rango máximo por defecto de sus habilidades será de 20 metros.
Marc Kiedis
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El semigigante suspiró aliviado al ver que el castor se recobraba gracias a la ayuda de Therax. Las palabras de Nailah habían logrado calmarle un poco, contrarrestando así el efecto del inoportuno comentario de su vicecapitán, tan poco empático como siempre. Secándose las lágrimas, el grandullón miró a sus amigos con el más profundo agradecimiento reflejado en sus ojos.
- Muchas gracias por tus palabras Nailah, significa mucho para mí que penséis eso sobre mí y sobre mi comida. Y sobre todo muchísimas gracias por enmendar mi error, Therax. No habría podido perdonármelo si el pobre hombre-castor llega a morir por mi culpa. De verdad, tengo los mejores nakamas del mundo.
Poco a poco fue serenándose al tiempo que avanzaba junto a los demás a la siguiente sala. Lo que allí les esperaba era cuanto menos curioso. Un tablero de ajedrez de tamaño real se extendía ante ellos. Y a su lado, varios pares de zapatos con figuras dibujadas parecían esperar a los jugadores. Marc vio cómo rápidamente sus compañeros elegían piezas: Brynn un caballo, Therax y Nailah alfiles... solo faltaba Spanner. Era una pena que no hubiese torres, pues era seguramente la pieza que más le pegaba. Grande, dura y resistente, y con dificultades para girar. Además tampoco es que tuviese muchas opciones entre las que escoger. Dado el gran tamaño de sus pies tan solo un par era apto para ellos, el que tenía grabado el rey. No se consideraba ni mucho menos el más importante de cuantos allí había, ni el más poderoso, pero a decir verdad sí que había una coincidencia entre la ficha que le había tocado y él: ambos se movían más lentamente que los demás. Así que, aceptando que el destino quería que jugase dicho papel, se calzó los zapatos y se adentró en el extraño tablero.
- Muchas gracias por tus palabras Nailah, significa mucho para mí que penséis eso sobre mí y sobre mi comida. Y sobre todo muchísimas gracias por enmendar mi error, Therax. No habría podido perdonármelo si el pobre hombre-castor llega a morir por mi culpa. De verdad, tengo los mejores nakamas del mundo.
Poco a poco fue serenándose al tiempo que avanzaba junto a los demás a la siguiente sala. Lo que allí les esperaba era cuanto menos curioso. Un tablero de ajedrez de tamaño real se extendía ante ellos. Y a su lado, varios pares de zapatos con figuras dibujadas parecían esperar a los jugadores. Marc vio cómo rápidamente sus compañeros elegían piezas: Brynn un caballo, Therax y Nailah alfiles... solo faltaba Spanner. Era una pena que no hubiese torres, pues era seguramente la pieza que más le pegaba. Grande, dura y resistente, y con dificultades para girar. Además tampoco es que tuviese muchas opciones entre las que escoger. Dado el gran tamaño de sus pies tan solo un par era apto para ellos, el que tenía grabado el rey. No se consideraba ni mucho menos el más importante de cuantos allí había, ni el más poderoso, pero a decir verdad sí que había una coincidencia entre la ficha que le había tocado y él: ambos se movían más lentamente que los demás. Así que, aceptando que el destino quería que jugase dicho papel, se calzó los zapatos y se adentró en el extraño tablero.
- Resumen (Importante de cara a la moderación de Nailah también):
- - Agradecer a Nailah sus palabras y a Therax que haya salvado al castor.
- Avanzar con los demás y ver el tablero de ajedrez.
- Observar cómo sus compañeros eligen piezas (Nailah elige Alfil, hablado con su usuaria que no ha podido postear).
- Verse forzado a elegir el rey ya que son los únicos zapatos que le entran.
- A Tener en Cuenta:
- - Características: Fuerza (Habilidad) 12, Resistencia (Atermia) 10-12, Destreza (Reflejos) 7, Precisión (Ojo de Cuervo) 7. Suerte 8, Pericia 8.
- Joy of Life: Resiste cualquier efecto negativo sobre su moral o su motivación, resultando imposible desanimarle o desmoralizarle mediante ningún truco, técnica o habilidad. Personajes con un rango de Psicólogo 3 rangos por encima del nivel de Marc dividido entre 10 sí serán capaces de romper su motivación si son lo suficientemente hábiles.
Vile Spectre
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Vile se llevó la mano a la barbilla y enarcó una ceja al darse cuenta de que la botella dirigida a los octogenarios parecía haberse esfumado sin dar lugar a ningún resultado. El joven de Arabasta suspiró y se encogió de hombros, asumiendo que aquel improvisado proyectil podía hacer bien poco contra los ancianos, a pesar de su destreza y puntería. Los viejos, por cierto, parecían haberse puesto las pilas, puesto que habían decidido tomar cartas en el asunto y lanzarles todo lo que tenían. Llamas y cortes surgieron de la nada, al ritmo de las notas que tocaban aquellas reliquias humanas.
Kenshin dio una orden llena de nerviosismo, mientras arrojaba sendas ondas cortantes al tipo que se había encarado con el gyojin. Por supuesto, aquello parecía ser un golpe de gracia, pero se quedaría desnudo frente a los otros tres. Por su parte, aquel hombre pez se había colocado junto a Vile y al rubito tras tratar de golpear a otro de los ancianos. Podría protegernos, pero un ataque que se extendiese por una amplia extensión de terreno como las llamaradas de antes podrían afectarnos bastante.
Vile tuvo que agarrarse al suelo mientras el de las manos incontinentes corría del guitarrista: se había olvidado del percusionista, que había decidido que la sala aún no temblaba lo suficiente. Aprovechando el movimiento, parecía que se quería hacer a un lado para atacar con su extraño líquido a los músicos, cosa que el pelinegro agradeció por mi anterior planteamiento.
Por su parte, Vile no iba a ser menos, sobre todo si quería hacerse "amiguito" de Kenshin. Se desplazó al lateral opuesto al que se había movido su compañero. Tomando al enloquecido guitarrista como objetivo, arrojó una onda cortante vertical contra él, con una ligera desviación hacia la izquierda y a continuación disparó a la derecha del octogenario. Si todo salía demasiado bien, la onda cortante le impactaría. De lo contrario, tal y como se esperaba, esquivaría hacia un lado. Pero ya había actuado en consecuencia. Esquivar a la derecha supondría recibir un disparo, y saltar o esquivar a la izquierda podía resultar en cortarle el cable de su instrumento y así dejarle sin acceso al amplificador. Vile sonrió:
-¡De muerte! -gritó, sonriendo de oreja a oreja.
Kenshin dio una orden llena de nerviosismo, mientras arrojaba sendas ondas cortantes al tipo que se había encarado con el gyojin. Por supuesto, aquello parecía ser un golpe de gracia, pero se quedaría desnudo frente a los otros tres. Por su parte, aquel hombre pez se había colocado junto a Vile y al rubito tras tratar de golpear a otro de los ancianos. Podría protegernos, pero un ataque que se extendiese por una amplia extensión de terreno como las llamaradas de antes podrían afectarnos bastante.
Vile tuvo que agarrarse al suelo mientras el de las manos incontinentes corría del guitarrista: se había olvidado del percusionista, que había decidido que la sala aún no temblaba lo suficiente. Aprovechando el movimiento, parecía que se quería hacer a un lado para atacar con su extraño líquido a los músicos, cosa que el pelinegro agradeció por mi anterior planteamiento.
Por su parte, Vile no iba a ser menos, sobre todo si quería hacerse "amiguito" de Kenshin. Se desplazó al lateral opuesto al que se había movido su compañero. Tomando al enloquecido guitarrista como objetivo, arrojó una onda cortante vertical contra él, con una ligera desviación hacia la izquierda y a continuación disparó a la derecha del octogenario. Si todo salía demasiado bien, la onda cortante le impactaría. De lo contrario, tal y como se esperaba, esquivaría hacia un lado. Pero ya había actuado en consecuencia. Esquivar a la derecha supondría recibir un disparo, y saltar o esquivar a la izquierda podía resultar en cortarle el cable de su instrumento y así dejarle sin acceso al amplificador. Vile sonrió:
-¡De muerte! -gritó, sonriendo de oreja a oreja.
- Resumen:
- Atacar al guitarrista con un disparo y una onda cortante de modo que quede acorralado entre ambas.
- Cosas usadas:
- Poder de Destrucción 0, Puntería 0
- Ghastly Homicide:
- Pasivamente, Vile sabe lanzar ondas cortantes desde su dao, con un alcance de 10 metros y una velocidad de 15 m/s. Activamente, es capaz de aumentar su poder de destrucción en un 100% durante 2 turnos, con una recarga de uso de otros 2.
Tenebrex
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El joven Edward soltó un suspiro y se dejó caer al suelo. Al menos lo habían derrotado, aunque les había costado y aún seguían en la misma planta. Cuando el monstruo metálico se hundió, el chico se incorporó de un salto. Se quedó sonriendo al ver el gesto de Osu, estaba notablemente entusiasmado.
—¡Venga, chicos! ¡Que no se diga, ahora todo irá sobre ruedas! —dijo, provocando algunas risas por el chiste fácil que no había sido intencionado. Mirando la escalera, se dio cuenta de que no estaba en muy buen estado, por lo que tal vez convendría tener una alternativa.
De la nuca le surgió al Tigre Dorado una versión pequeña de la hélice de un helicóptero y, antes de ponerla en marcha, para que el ruido no impidiese que le oyeran, habló en voz alta a todos los presentes. —Yo me encargo de que nadie se caiga, el que quiera subir conmigo que se acerque, puedo hacer varios viajes si hace falta.
Una vez llevara arriba a los que se lo pidieran, estaría rondando las escaleras por si alguien se caía, para poder socorrerlo.
—¡Venga, chicos! ¡Que no se diga, ahora todo irá sobre ruedas! —dijo, provocando algunas risas por el chiste fácil que no había sido intencionado. Mirando la escalera, se dio cuenta de que no estaba en muy buen estado, por lo que tal vez convendría tener una alternativa.
De la nuca le surgió al Tigre Dorado una versión pequeña de la hélice de un helicóptero y, antes de ponerla en marcha, para que el ruido no impidiese que le oyeran, habló en voz alta a todos los presentes. —Yo me encargo de que nadie se caiga, el que quiera subir conmigo que se acerque, puedo hacer varios viajes si hace falta.
Una vez llevara arriba a los que se lo pidieran, estaría rondando las escaleras por si alguien se caía, para poder socorrerlo.
Hamlet
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El comodoro parecía férreo en su defensa de aquel pirata, a pesar del odio que sabía que debía de estar escondiendo al Emperador del Mar. Fruncí el ceño y traté de expresarle por el canal mental:
"Muy bien, comodoro. Es su decisión. Pero tenga cuidado. No hay nadie más propicio que un pirata para apuñalar a alguien por la espalda, y más si se trata de Dexter Black. Le propongo esto: en el momento en el que lleguemos a una bifurcación haremos un intercambio. Quizás Black le haga caso a usted. De ese modo, separados, no podrán tramar nada en nuestra contra. Yo mismo me ofrezco a ir con esos criminales si es necesario. Si usted se hiciera cargo del Ju Senshi el Yonkou no podría tratar de urdir alguna estratagema junto a él. De hecho, este sería un buen modo de debilitarlos sin perder nuestra fuerza total."
Hice un gesto con la cabeza y me aparté del comodoro, que parecía querer seguir hablando de como proseguir con el pirata. Por mi parte, giré la cabeza y miré ceñudo al capitán de los Blue Rose, el traidor a la Justicia, antes de volver la mirada hacia el pelotón.
Busqué con la mirada a Bizvan, mas no lo hallé. Parecía que el tamaño del pelotón estaba disminuyendo a pasos agigantados. Nuestras fuerzas, mermadas sin remedio. A lo lejos pude ver a mi amigo corriendo de forma más bien poco sigilosa hacia una nueva habitación. Quise gritar y pararle, pero sabía que aquel espíritu libre no conocía rienda que lo sujetase. Además, si alguien de los dos tenía sentido común, ese debía de ser el superior. Mis galones no eran comparables a los de mi aquel alocado teniente comandante.
Hice una seña a la joven recluta para indicarle que podía volver a ponerse a mi altura. Ahora más que nunca debíamos permanecer unidos.
"Muy bien, comodoro. Es su decisión. Pero tenga cuidado. No hay nadie más propicio que un pirata para apuñalar a alguien por la espalda, y más si se trata de Dexter Black. Le propongo esto: en el momento en el que lleguemos a una bifurcación haremos un intercambio. Quizás Black le haga caso a usted. De ese modo, separados, no podrán tramar nada en nuestra contra. Yo mismo me ofrezco a ir con esos criminales si es necesario. Si usted se hiciera cargo del Ju Senshi el Yonkou no podría tratar de urdir alguna estratagema junto a él. De hecho, este sería un buen modo de debilitarlos sin perder nuestra fuerza total."
Hice un gesto con la cabeza y me aparté del comodoro, que parecía querer seguir hablando de como proseguir con el pirata. Por mi parte, giré la cabeza y miré ceñudo al capitán de los Blue Rose, el traidor a la Justicia, antes de volver la mirada hacia el pelotón.
Busqué con la mirada a Bizvan, mas no lo hallé. Parecía que el tamaño del pelotón estaba disminuyendo a pasos agigantados. Nuestras fuerzas, mermadas sin remedio. A lo lejos pude ver a mi amigo corriendo de forma más bien poco sigilosa hacia una nueva habitación. Quise gritar y pararle, pero sabía que aquel espíritu libre no conocía rienda que lo sujetase. Además, si alguien de los dos tenía sentido común, ese debía de ser el superior. Mis galones no eran comparables a los de mi aquel alocado teniente comandante.
Hice una seña a la joven recluta para indicarle que podía volver a ponerse a mi altura. Ahora más que nunca debíamos permanecer unidos.
- Resumen:
- Tratar de mandarle otro mensaje a Zuko.
Tobías Thorn
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Comencé mi travesía en solitario con el resquemor constante de que me sentiría mucho más seguro si Bizvan estuviese a mi lado, ya que cuando íbamos juntos podía estar tranquilo sabiendo que estaba cubierto durante mis ataques, pero también sabía que era absurdo centrarme en malos pensamientos que solo iban a distraerme. Al fin y al cabo había sido decisión mía el separarme del grupo, por lo que no era momento de lloriqueos.
-Vamos allá - me autoanimé mientras abría la puerta que me separaba de mi siguiente destino.
Al principio me costó discernir que me rodeaba, ya que un denso humo aromatizado cubría la estancia de tal forma que solo podía vislumbrar unas siluetas aquí y allá. Tardé un rato en darme cuenta que me encontraba en una especie de súper baño en el que no tardó en escucharse una voz que arrastraba las palabras.
Debía de hacer algo para descubrir donde se escondía quien fuese, pero por alguna razón las ideas que normalmente fluian por mi cabeza rápidamente ahora estaban amontonándose sin que pudiese hacer nada al respecto. No estaba acostumbrado a tener este embotamiento mental y menos de forma tan repentina, por lo que comencé a agobiarme con cada "tan tan" que repetía quien fuese.
-Cállate y sal - dije en voz alta mientras organizaba mis pensamientos ralentizados. - Claro, estúpido. Tiene que ser el humo - dije en voz alta tras darme un tortazo. - Un momento... ¿He pensado eso en voz alta? - me pregunté como un bobo mientras desarrollaba lo que había ideado para intentar sacar todo el humo posible.
Generé dos grandes bolas de sirope que endurecí y formé hasta darle aspecto de aspas, intentando simular los tantos ventiladores que imperaban en cualquier tugurio de mala muerte, pero con la diferencia de que estos girarían lo más rápido posible para formar una ventolera mayor. Con un poco de suerte despejaría el baño del humo morado y podría ver a quien narices estaba escondido y que tatareaba esa cancioncilla del demonio.
-Vamos allá - me autoanimé mientras abría la puerta que me separaba de mi siguiente destino.
Al principio me costó discernir que me rodeaba, ya que un denso humo aromatizado cubría la estancia de tal forma que solo podía vislumbrar unas siluetas aquí y allá. Tardé un rato en darme cuenta que me encontraba en una especie de súper baño en el que no tardó en escucharse una voz que arrastraba las palabras.
Debía de hacer algo para descubrir donde se escondía quien fuese, pero por alguna razón las ideas que normalmente fluian por mi cabeza rápidamente ahora estaban amontonándose sin que pudiese hacer nada al respecto. No estaba acostumbrado a tener este embotamiento mental y menos de forma tan repentina, por lo que comencé a agobiarme con cada "tan tan" que repetía quien fuese.
-Cállate y sal - dije en voz alta mientras organizaba mis pensamientos ralentizados. - Claro, estúpido. Tiene que ser el humo - dije en voz alta tras darme un tortazo. - Un momento... ¿He pensado eso en voz alta? - me pregunté como un bobo mientras desarrollaba lo que había ideado para intentar sacar todo el humo posible.
Generé dos grandes bolas de sirope que endurecí y formé hasta darle aspecto de aspas, intentando simular los tantos ventiladores que imperaban en cualquier tugurio de mala muerte, pero con la diferencia de que estos girarían lo más rápido posible para formar una ventolera mayor. Con un poco de suerte despejaría el baño del humo morado y podría ver a quien narices estaba escondido y que tatareaba esa cancioncilla del demonio.
- Resumen:
- Intentar despejar el humo morado con unos ventiladores de sirope improvisados.
Siento que se me haya pasado unos minutos el tiempo de moderación, pero me ha sido imposible constestar antes.
Mientras los minutos van pasando la noche se cierra. La luna que hace apenas unos minutos reinaba en el cielo muere ahora asfixiada por los negros nubarrones que enturbian el cielo, aunque nadie está allí para verlo. Sin embargo, un estruendo recorre el interior y retumba en cada sala, ensordeciendo por un instante a todo el mundo. Y, como por arte de magia, la luz desaparece. Apenas las luces de emergencia resisten, y en medio de las sombras cientos de presencias surgen por todas partes, en cada sala y pasillo. ¿Quién anda ahí?
- Los putos asesinos de los cojones que no muestran ni el más mínimo arrepentimiento; bestias inhumanas que apenas sí merecen el título de persona, cosa o simplemente ojete. Brigada de los poderes logísticos:
- Llegáis a la sala. No hay nada en ella. Solamente paredes completamente negras de acabado mate, un suelo perlado que casi refleja a la perfección vuestros cuerpos y un pedestal dorado donde se ubica un botón rojo. Si os acercáis lo suficiente veréis que pone “no tocar”. No parece que haya ninguna salida más allá de la que habéis tomado por entrada.
- TNT y los churmanos:
- Zane:
- Tu onda logra romper la que le venía de frente, quedando ligeramente debilitada. Sin embargo, puedes comprobar cómo a pesar de todo sigue siendo hartamente poderosa: Un derribado Luka protege accidentalmente del daño a Magnus, que sigue girando descontrolado en el suelo. Los demás detienen con cierta dificultad el ataque, pero no reciben ningún daño aparente. Se pone delante de ti el enano del bajo, que te mira furioso. Antes de que de des cuenta ha sujetado con ambas manos el mástil y se descubre que el cuerpo del instrumento tiene un gran filo: Es un bajo hacha. Y se lanza a por ti con un gran tajo vertical en una endiablada maniobra imposible para casi cualquiera con su edad.
- Vile Spectre:
- Tu ataque era inteligente, pero hubo algo con lo que no contaste: el descontrolado cuerpo de un gyojin cayendo delante de un octogenario, que recibe tu onda cortante y asusta lo suficiente al anciano como para dar vueltas aún más deprisa, volviéndose rápidamente un torbellino de fuego que empieza a avanzar hacia ti con gran velocidad.
- Alviss:
- El olor a chocolate quemado es muy desagradable, y aunque sagaz la técnica la ejecución no ha sido totalmente satisfactoria, manchando solamente por completo la batería. No obstante, y pese a que se ve muy cabreado, empieza a tocar a un ritmo frenético para limpiar su instrumento. No obstante, no parece que vaya a atacar debido a esto.
- Luka:
- -¡Pero tú qué te has creído! -grita el cantante cuando tratas de sujetarlo por el cuello, lanzándote con una facilidad pasmosa contra las ondas cortantes de tus aliados. No te hacen sangrar mucho, pero escuecen terriblemente y parece que la de Zane, probablemente, dejará cicatriz. Ademas, a tu espalda empieza a girar un torbellino de llamas. ¡Corre!
- Beaver fest:
- Ummak, el castor asiente mientras respira con pesadez, y en hilillo de voz te dice algo. Tienes que acercarte mucho para escucharlo:
-Gracias. Solo sé de las dos primeras plantas. El resto es zona restringida.
Parece que hay trato, hombre salvaje.
- El rincón de los inmortales:
- Scarlett… Llegas al final sin ningún tipo de complicación, y delante de ti puedes ver una sala totalmente vacía, a excepción de un cartel que reza “no había ninguna prueba aquí, ¿cuántos zapatos habéis usado?”. Debe ser una pregunta retórica, porque no hay forma de responderle. Es un cartel. A tu izquierda hay un pasillo relativamente largo que te llevará a una sala… ¿Vas a ir tú sola?
Brynn, Therax, Mark, frente a vosotros surge una extraña luz y vuestra posición inicial queda marcada en el techo. ¿Hora de empezar a jugar?
- Kiritsu + Bleyd:
- Sprollex recibe la espada en su pecho a la par que las estacas de hielo destrozan los altavoces y lo dejan todo el silencio. Al, en tu enfado has empalado tan fuerte que tu espada se ha clavado en la pared y el cuerpo del DJ está clavado como si fuera un cuadro. Sin embargo, sigue vivo, aunque no por mucho tiempo deduces en cuanto le ves escupir sangre y agarrarse a la hoja de la espada.
—Puede que yo no lo vea... Pero tú sí verás... Como todo lo que habéis construido... Cae...
Y muere.
Arthur, te sientes inquieto. Como si nada pudiese calmarte, ni siquiera ese adorable pony rosa bocarriba que te pide amablemente que lo ayudes a ponerse de pie. Lo mismo beberse un termo entero apto para un semigigante de cafeina concentrada no fue la mejor idea. O si, depende de tus gustos. Por cierto, de golpe parece como si todo a tu alrededor se moviese más lento de lo normal (Hasta que en una moderación futura se te diga lo contrario, tienes un x2 a tu velocidad y reflejos).
Justo al lado del cadáver de Sprollex se ha abierto una puerta a la siguiente sala. Si vais estaréis en una sala con una rampa que asciende hacia el siguiente piso. Además hay una cortinilla que, si espiais por ella como viejas de pueblo, veréis a un hombre de pelo blanco y negro conversar con un dragón humanoide. Ah, y a un par de marines.
- Kodama:
- Decides avanzar y la melodía parece hacerse más fuerte cada vez, hasta que una sombra desde lo alto de las plataformas se asoma. Es una sombra grande y alargada hacia los lados de manera muy irregular. Puedes ver que porta un violín y que no deja de tocarlo en ningún momento. La melodía se vuelve tétrica y oscura cuanto más subas hasta que finalmente la sombra bajaría el violín. Esta da un paso hacia delante, mostrando ser un árbol metálico sin hojas y, cuyo rostro, posee facciones femeninas. No te ataca en ningún momento, solo te mira fijamente hasta que decide romper el silencio sepulcral.
-Deberías darte la vuelta – su voz resuena con eco -. Mi hogar no es tu lugar.
- Mido, Simo y Braud:
Bucharatti niega suavemente con la cabeza ante la pregunta de Simo. – Llevo poco tiempo aquí. No he llegado tan lejos.
Os adentráis en la habitación 86 y por un momento os parece haberos confundido de sala. Veis todo verde a vuestro alrededor y la luz os deslumbra momentáneamente. Cuando os acostumbráis comprobáis que estáis en una sala de dimensiones gigantescas y techos altísimos. En algún punto de los mismos, varios focos gigantescos alumbran las plantas que os rodean. Setos de unos seis metros de altura forman un pequeño pasillo y se bifurcan en dos. Un laberinto, claramente.
Frente a vosotros se encuentra también un cartelito de madera: ‘’Por favor, no dar de comer a los setos’’.
- Blue Rose e invitados:
- Todos esperan valientemente a ver como Deatstroke pierde el brazo… o no. Los dedos del pirata entran en contacto con los láseres y estos no parecen dañinos. En ese instante una luz roja parpadeante inunda la sala y una alarma resuena con un tono insoportable durante unos segundos. En un instante una pantalla transparente desciende del techo e impide el acceso a la escalera, al mismo tiempo que unas puertas metálicas cierran el resto de accesos.
- ¡ATENCIÓN! SE HA REGISTRADO UN INTENTO NO AUTORIZADO DE ACCESO. – Grita una voz en tono monótono. – SI QUERÉIS PASAR, POR TURNOS, MOSTRADME LO QUE TENÉIS.
- Tobías y Bizban theory:
- Bueno, tus ventiladores mueven el extraño humo, pero este no baja de densidad al no tener ningún sitio por el que salir aparentemente.
- Pero tiiiiiiio, no quiero saliiiiiiir, la temperatura del agua es perfeeeeeeeeecta. Deberías probaaaaaaarla. – Dice la voz con un deje de relax y pasotismo.
Te empiezas a notar bastante relajado, y notas que te cuesta mucho mantenerte alerta.
Bizban, no ves problema en retroceder, pero tras de ti se cierra una puerta de acero que te impide regresar con Zuko. Sigues el rastro de Tobías hasta una sala llena de un extraño humo rosado y bañeras gigantescas a los lados, con un aroma aromatizado y escuchas una vocecilla que tararea una canción en la lejanía. Notas viento a lo lejos, puede que sea Tobi.
- La patrulla del comandante Eric y su compinche Dretch maravilla:
- Bueno, al final os dividís, una vez tenéis un mapa en vuestras manos y la fotocopiadora automática que además dispara a los malos, así como un escuadrón entero de motivados marines os siguen con las expectativas bastante altas tras el discurso de Eric.
Al cruzar la esquina para entrar a la sala 10 podéis ver una enorme sala que abarca varias alturas, más de aspecto utilitario. En medio de esta se encuentra lo que parece el cadáver descuartizado de un reptil gigantesco, probablemente un dinosaurio, aunque le falta el torso y parte de la cabeza. Por lo que parece estaba completamente armado con misiles ametralladoras, lo que parecen láseres… Aunque sea lo que sea está muerto.
La sala tiene unas escaleras metálicas utilitarias que suben unos 30 metros hasta una plataforma metálica, esta parece amarrada a una serie de raíles que bajan hasta vuestra altura por lo que deducís que es una especie de ascensor gigantesco. Si subís encontraréis el acceso a las salas 13, 14 y 12, así como unas escaleras más pequeñas que suben un piso más.
- Liv:
- De nuevo pulsó las teclas sol, la y si, varias y repetidas veces para que el sonido no dejara de emitirse. El Gran Prenci no se movió de su sitio, quizás deberías encontrar una manera de llegar hasta él y arrebatarle el piano.
- Beast of Maki:
- Tras derrotar al gorila por fin subís arriba, y nada más llegar podési ver justo en frente de vosotros… Otro gorila, exactamente igual, haciendo una pose triunfante y con una amplia sonrisa en la cara. Ah no espera, es un cuadro, es enorme, a tamaño real y bastante bien hecho. Aparecéis en una enorme sala de paredes rosa pastel, todo decorado como si fuera la habitación de una niña del tamaño de… bueno del gorila que acabáis de derrotar. Tiene enormes casas de muñecas que casi pasan por casas de verdad, y un baúl a medio abrir donde pone un cartel escrito con letras infantiles “juguetes”.
La sala de al lado tiene la marca de 95 y la de otro es un pasillo con gente esperando (Grupo de Yarmin). A parte de eso hay dos enormes puertas metálicas en lados opuestos que ponen 25 y 90 respectivamente.
- Lysbeth, William, Ichizake, Zack, Kaito:
—¡¡FUEGO!! —grita la araña justo antes de que pudiese llegar a clavar sus colmillos en Lysbeth.
Se echa para atrás en un rápido movimiento, esquivando así tanto el cuchillo de Lysbeth como el corte de William. La araña grita sin cesar, con un ruido estridente, casi como si alguien estuviese arañando una pizarra. Entonces golpea una de las paredes con ambas manos, provocando un ruido metálico por todo el hueco del ascensor. Entonces empiezan a venir desde arriba miles y miles de arañas pequeñas, que saltan sobre vosotros o buscan trepar por vuestras piernas.
Zack y Kaito, en cuanto pulsáis el botón podéis oír una voz que resuena con un eco metálico, como si viniese de una radio antigua:
—¡Hola, buenas noches! Está usted en el Ascensor de la Aguja. Por desgracia, parece que este se ha averiado. Será usted recogido, no se preocupe.
Y entonces el suelo se abre como una trampilla. Si no conseguís evitarlo a tiempo de algún modo, caeis durante un rato y vuestro cuerpo impacta contra una enorme colchoneta justo al fondo del hueco del ascensor que amortigua vuestra caida.
- Zay:
- La oscuridad se cierne sobre ti, y no logras ver nada. Algo raro para ser un gatete, ¿verdad? Caminas en línea recta por un amplio pasillo hasta llegar a una sala grandecita, con un grupo de ancianos tocando música y una banda de piratas que conoces bien luchando contra ellos. El suelo está plagado de sillas rotas, botellas de alcohol vacías y los indicios de una buena juerga.
Entonces, te mira fijamente a los ojos.
—Lo siento, pero tengo que irme —te dice—. Pero él no puede verme por aquí. Si necesitas algo, llámame.
Y dicho eso, se va.
- Zay:
- La oscuridad se cierne sobre ti, y no logras ver nada. Algo raro para ser un gatete, ¿verdad? Caminas en línea recta por un amplio pasillo hasta llegar a una sala grandecita, con un grupo de ancianos tocando música y una banda de piratas que conoces bien luchando contra ellos. El suelo está plagado de sillas rotas, botellas de alcohol vacías y los indicios de una buena juerga.
Entonces, te mira fijamente a los ojos.
—Lo siento, pero tengo que irme —te dice—. Pero él no puede verme por aquí. Si necesitas algo, llámame.
Y dicho eso, se va.
- Lancevoltio, AEG y Katharina:
- La gran espada del torero cae sobre el campo y os llena a todos de una sustancia untuosa y con un olor desagradable y, posiblemente, altamente inflamable. Se trata de grasa. Grasa pringosa y con un olor poco agradable. El resto de los ataques que le propinas dan en él, y, entonces, un pequeño tonttata sale de la grasa y se va directamente a por Lance, agarrándolo del brazo.
—Sálveme, señor eléctrico —te dice, sollozando como un niño pequeño—. Ese hombre raro quiere matarme.
Los ojos del tontatta son enternecedores, si te fijas bien es muy joven, y tiene los ojos azules y unas pecas muy monas. ¡Una cucada! ¡Ah! Y la puerta se ha abierto, dando a una rampa que a saber dónde lleva.
Los toros, por su parte, reciben el fuego, pero no parecen hacerles nada. Sin embargo, veis como la grasa empieza a prenderse rápidamente, y estáis cubiertos de esa sustancia, como recordatorio. Los toros parecen juguetones, y empiezan a dar saltitos. Eran mansos, una pena que ya no tengáis tiempo para domarlos… ¡Os pasa por cafres!
Si os adentráis en la puerta, la cual se va a cerrar pasados cincuenta segundos, ya que la electricidad de vuestra batería portátil no era la suficiente, veis una rampa iluminada por luces de neón en el suelo que da a una sala casi cuadrangular, repleta de discos de platinos con nombre de distintos cantantes. Allí vuestros poderes parecen mermados, quizá que os encontréis cubiertos de agua hasta la cintura sea lo que lo cause.
—Yo que vosotros iba hacia la izquierda —dice el tonttata, eso si no lo habéis matado.
- Valar:
- —A mis panas no les gusta que me trajine a sus hermanas —te responde con ligero ritmo—. ¡Oh, yeah!
Es un hombre raro, la verdad, pero parece simpático. Al presionar la letra todo se silencia durante unos segundos y luego suena una campanita. La puerta se abre y encuentras una sala rectangular, sin nada interesante, con otra escalera. Si la subes te encuentras con una sala repleta de estatuas de tamaño humano, en torno al metro ochenta, y una te intenta atacar de frente.
- El nacional socialista, el sin coraçao y la vampira que no es de Halstat:
- Falafel os espera.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|