Capítulo 8 - A

El pequeñajo del pelo rojo dijo su nombre, Ryu Sakuraba. Desde luego, era una acreditación que no conocía para nada, ya que nunca habían tenido un contacto como el que se estaba llevando a cabo en ese momento. Al menos, había conseguido dar un paso adelante y saber algo más acerca del chico. Además, comentó algo que no logró comprender. Pertenecía al CP1, ¿qué coño era eso? Debido a que no llevaba un uniforme de pantalones azules y chaqueta blanca, no debía de ser algo perteneciente a la Marina. ¿Y si pertenecía al Gobierno, y el CP era una sub-división para cazar piratas? No lo sabía, era un inculto en ese campo, pues pocas veces había tenido contacto con otras personas que no fueran marines. Sin embargo, una cierta curiosidad apareció en la cara del pirata de los Barba Rubia. Aquel conocimiento podría venirles bien para un futuro, ya que nunca estaba mal saber algo más de lo que se aparentaba. Enarcando una ceja y crujiendo los nudillos de sus manos, el pelinegro le preguntó al joven, interrumpiéndole de cuajo y sin darle posibilidad de rectificar lo que había comentado con anterioridad:

- Espera, espera, espera ... ¿Qué es eso del CP? ¿A qué bando pertenece esa organización? - Totalmente serio, mientra que hacía unos movimientos con sus dedos índice para que la sustancia oscura que había cerca de la zona de su boca comenzara a moverse para acariciarle. Aquellas pequeñas manos estaban preparadas para atizarle si no hablaba, como había pasado antes. Además, añadió con una expresión ruda e interrogatoria. - Venga, habla ya. Puedo decirte que tengo poca paciencia con los chicos callados - Mostrando una sádica sonrisa en la que sus colmillos centellearon por su blancura. Su método era intimidar al joven, y tenía que meterse en el papel a la perfección. Sabía adecuarse a esos momentos, puesto que no era la primera vez que lo hacía.

Las siguientes palabras del joven provocaron una rotunda risa en las cuerdas vocales del pelinegro. No podía dar veracidad a lo que había escuchado. "¿Quiere que yo le entrene? No se da cuenta de que no está en posición de pedir, Haha", pensaba para sí mismo. Un tortazo le dio en la cara una de las manos de sustancia oscura, mientras que el pirata negaba con la cabeza, además de con su dedo derecho. A todo ello le siguió una nueva carcajada a pecho abierto, la cuál resonó por toda la cubierta del Hundred Moon. Había que tener mucho morro, o mucha inocencia, para haber pedido que Rayder le enseñara a ser más fuerte. En ese momento añadió, para dejarle todo claro al chico que se hacía llamar Ryu:

- ¿Cómo voy a entrenarte? Soy un espadachín, y tú no tienes manos que puedan empuñar un arma. Recuerda quién te las cortó ... Y esa es a la persona a la que le estás pidiendo que te ponga bajo su tutela. Crees que estás en condiciones de plantearme esa opción, pero no sabes nada, Ryu - Dijo cerrando los ojos unos momentos, mientras que se llevaba una mano a la cabeza, rascándola junto con la hermosa y oscura cabellera que le caía en lacios mechones hasta los hombros. - No sabes nada ...

Añadió eso último con un toque de desdén. Él pensaba que ser maestro a tan temprana edad no le depararía nada bueno. Los pupilos siempre buscan superar a su maestro, y eso solo se consigue con la muerte de este último. Como siempre, él no pensaba morir tan joven. Tenía un gran camino por delante, y lo recorrería con sus nakamas hacia el éxito y las riquezas. Fue en ese momento cuando escuchó un siseo a su alrededor, percatándose de que una serpiente se había colado en la cubierta del barco y rondaba temerosa por el suelo de madera del navío. "¿¡Qué coño!?", pensó, mientras que se llevaba una mano hacia la espada que descansaba sobre su cadera, para matarla. Sin embargo, un peso se hizo acopio en su cuerpo, haciendo que cayera sin poder tomar su arma. Notó dos calideces en su cara, que olían bastante bien. Eran mullidas, como unas almohadas, y parecían ser bastante grandes. Abrió los ojos poco a poco, pues en la caída sus orbes se habían ocultado bajo los párpados:

- Este olor ... Shaky-chwan ... - Dijo, reconociendo el perfume de la ex-marine que había conocido tiempo atrás. Ya se había quedado con su fragancia, como todo buen caballero que era. Una vez que supo donde estaba, no pudo hacer otra cosa más que acelerar el ritmo de su corazón. Su entrepierna se endureció tanto que parecía tener una segunda espada bajo los pantalones, y solo ella podría decidir si conocerla o no. - Oh ... oh ... oh ... - Dijo entre trabas, sin ser capaz de articular algo entendible. La sonrisa de sus labios se alargó demasiado, al igual que un poco de baba caía por las comisuras de sus labios.

La chica se excusó como si aquella serpiente era suya, y que había caído encima del pelinegro por simple casualidad. Sin embargo, a este le habían dado el mejor regalo del día. Hay quienes dicen que el momento tendría la suficiente potencia como para que Rayder rompiera su pantalón por aquella zona, debido a la presión que su miembro ejercía, pero es algo que no se dirá. Yuu le preguntó si había algo nuevo que saber, cosa que le dijo el ex-noble, rodando por el suelo feliz y pervertido:

- CP ... CP ... CP ... Ryu ... - Abriendo la boca con una mueca graciosa, todavía en aquel limbo pervertido al que pertenecía su mente en los momentos como aquel. Su carcajada demostró que estaba "alegre", mientras que se ponía boca abajo para hacerle un "agujero" a la cubierta. No, eso era broma, simplemente lo hacía para tapar lo evidente.

El chico quería que le dijera sobre esa organización, la verdad es que no me importaba, pero no tenía miedo de que fueran capaces de hacerles algo a Zhown o a Roslin. Pero también estaba la posibilidad de que me hicieran algo peor que cortarme las manos. Miraba a Rayder con unos ojos llorosos; los cuales decían que había perdido la esperanza de que le viniesen a salvar y se había rendido ante la verdad de aquel momento. -CP... digamos que seguramente se puede considerar lo que piensas, creo...- Dije mientras las lágrimas seguían saliendo de mis ojos.

-Eso del CP pertenece al gobierno... no hace falta que te comas mucho el coco...- Le dije ante una de sus preguntas; quizás habría pensado que lo estaba llamando tonto, o que pensaba que no era listo. Tenía poca paciencia con los chicos callados dijo aquel chico, pero yo ya estaba harto, de siempre luchar para nada, por un objetivo que por mas que se intentará; nunca se lograba. Ante la petición que le hice al joven, este soltó una gran risa, desde luego era penoso; que le tuviese que pedir eso a un pirata.

Y tenía razón, sin manos no podía hacer nada, pero aun tenía la boca, además de que si no me acordaba mal, me compré dos brazos cyborgs haría unas semanas, uno para cada brazo, así se me solucionaba ese problema. -Es cierto... me has cortado las manos y me habéis hecho perder la esperanza, se que ninguno de mis amigos vendrá a salvarme...- Le dije mientras seguía llorando, intentando controlarme; lo mejor sería no decir mucha cosa mas que no fuera idiota.

-¿Puedo serviros para algo?... No quiero ser un inútil... seguramente lo verás como una gilipollez y sobre lo de entrenarme, solo quiero ser mas fuerte, no para superar al que me entrene si no para no ser inútil...- Le dije mientras mis ojos llorosos, ahora llenos de determinación se clavaban en los ojos del pelinegro para luego volver a hablar. -Haré lo que sea para poder seguir vivo... y no ser un inútil que se pase la vida llorando...- Le dije, estaba claro que no me iba a dejar tan fácilmente, pero se tenía que probar de hacer todo lo que estaba en mis manos.

Vi una serpiente, o al menos logré ver una que estaba por la cubierta, pero tampoco hice mucho caso. Lo mejor iba a ser que me callara pues veía que estaban volviendo el cyborg y la rubia, la cual había caído encima de Rayder, creía haber visto. Tras eso, Rayder se cayó al suelo y empezó a desvariar diciendo no se que de mi nombre y el CP. Pero tampoco me importaba, me daban miedo toda la gente de allí y apenas podría hablar bien, si fuera solo una persona aun, pero tres me era imposible.

Cuando subí al barco, nunca me esperé un giro de los acontecimientos tan rápido; que me cortaran y carbonizaran las manos, me atraparan y me inmovilizaran y estuviera a su merced. Por una vez, hubiese deseado no estar en el CP aunque eso quizás me podría salvar, además de que podría serles como una fuente de información y podrían ir un paso adelantados de los demás. Si, eso haría, tan punto pudiese quedarme de nuevo a solas con Rayder... o cuando me dejaran hablar, lo diría. -Solo preguntaré algo... ¿sigue cerca del barco un animal de color blanco?- Les pregunté con los ojos aun llorosos, quería que me salvarán, pero a quien iba a engañar, nadie me salvaría.

Antes del incidente totalmente pervertido por el cuál Rayder derramaría más sangre todavía (sí, es posible) en el suelo del Hundred Moon por culpa inintencionada de Shaky, este estaba hablando apropiadamente con Ryu, el chico del CP al que habían apresado, mutilado y puteado como a un niño que no tenía nada que hacer contra un Rey del Mar. Este mismo chico afirmó que el CP pertenecía al Gobierno, una rama de divisiones que se encargarían de cualquier trabajo sucio que se le encomendase, seguramente. Pensando para sí mismo, el pelinegro reflexionaba "Entonces, si te mato, la recompensa por mi cabeza aumentaría ... Aunque viéndote, dudo que subiera un berrie o dos, así que no me molestaré en gastar energía". Frío, malévolo y casi sin sentimientos, el pelinegro se transformaba en una persona totalmente distinta cuando se trataba de encarar a un enemigo que estuviera en su contra. Los buenos modales que compartía con sus nakamas y la pasión por las mujeres desaparecía para mostrar un corazón más frío que el propio hielo, cosa que ya se había demostrado ante la impasividad que tuvo al cortarle las manos con dos movimientos de su katana. Aquello lo había tomado como si de un castigo o justicia se tratase, y en cierto modo se sentía hasta satisfecho por ello. ¿Qué le importaba a él el sufrimiento que dicho chico pudiera tener? ¿O las miles de lágrimas que vertieran sus ojos para aparentar debilidad y darle pena? Tal vez fuera un actor, al fin y al cabo, y estuviera representado un papel bien hecho para que se le dejara escapar e ir a informar a sus superiores.

- Si nos sirves de algo, será para entretenernos contigo mientras te desollamos la piel. ¿Te gustaría? - Su voz salió dura de su garganta, con matices de odio que no podía controlar. Claramente, estaba intentando minar la fuerza mental del chico, para ver hasta qué grado de control podría tener este sobre sus propios sentimientos. - Ten en cuenta que Yuu y yo somos los más "buenos" de la tripulación. También has conocido a Hayato e Hitoku, pero las verdaderas bestias de los Piratas de Barba Rubia no han tenido la suerte de verte. Me pregunto qué pasará cuando vuelvan, y sinceramente dudo que puedas ver un mañana, tras la información que nos acabas de soltar - Comentó, mientras que escuchaba cómo el joven preguntaba algo acerca de un animal blanco en las inmediaciones del barco. Tal vez fuera una mascota del pelirrojo, y de ello podría aprovecharse, así que le dijo. - Que yo sepa no hemos visto nada, pero si quieres podemos buscarlo y colgarlo a tu lado, o cortarle la cabeza. ¿Me das una descripción de la próxima víctima? - Sonrió pícaramente, mientras que cerraba los ojos y volvía a la normalidad.

Lo que pasó instantes más tarde ya lo sabéis todos: el encuentro de la cara del pelinegro con los pechos de Shaky. Él mismo pudo oler estos dos, poniéndose tan mal que incluso perdió la cordura durante unos míseros instantes. Su compañero Yuu y la misma chica que le había dejado en tal mal estado, simplemente cayendo encima de él por error, habían subido a la cubierta alertados por algún gritito que hubiera pegado sin querer el pelinegro. La joven se sorprendió de que Ryu fuera un CP, augurando que no eran más que una panda de mentirosos y asesinos. Mentiroso, tal vez, pero de asesino no tenía ni la más mínima pizca. El señor Metálico se mostró un poco más duro que la persona de grandes atributos femeninos, abriendo un boquete en la prisión de cinco paredes que había creado sobre él, en la zona de los pies. Por lo visto, si el joven no preguntaba a la batería de preguntas que el cyborg le estaba comentando, otra nueva amputación se llevaría a cabo en su cuerpo. Saliendo del estado de locura al que había sido sometido y calmando su miembro con imágenes de chicas feas, el pelinegro también se dignó a imaginar un Ryu sin manos ni pies, "Al final este chico va a quedar como una patata, una bien llorona", dijo mostrando una leve sonrisa en su expresión facial, mientras que entrecerraba sus párpados y bostezaba alguna que otra vez. Su nakama también le dijo que a partir de ahora él se encargaría de mantener vigilado al agente del CP, por lo que el pelinegro no tenía nada que hacer. Levantándose del suelo con cuidado, le dijo:

- Si necesitas algo para cortarle los pies, llámame y vengo en un segundo. Creo que voy a ir a darme una buena y larga ducha. Ha sido un día muy movido y necesito "relajarme", ya comprendes por qué - Sonriendo y guiñando un ojo tanto a Yuu como a Shaky, mientras empezaba a andar hacia la puerta que se adentraba en los camarotes.

Sin embargo, una voz se pudo escuchar dentro del barco, una voz que hacía tiempo no escuchaba y se alegró de sobremanera al haberlo hecho. Sabía a quién pertenecía, y sabía dónde se encontraba dicha persona. Yoko había despertado, por fin. Con unos ojos alegres y una voz un tanto tonta, el pelinegro comenzó a correr hacia el interior de los pasillos, dirigiéndose hacia la sala de enfermería para ver a la ya no inconsciente pelirroja. Por el camino, como no, gritaba como un loco:

- ¡¡¡¡¡YOOOOOOOOOKOOOOOOOOOOO-SWAAAAAAAAAAAAAAAAAN!!!!!

Bien... todo iba bien, hasta que a cierta persona se le ocurrió decir que era del CP, ese tal Rayder después de caer empezó a decirlo y a la rubia no parecía que le cayeran demasiado bien; es mas, a todos cuando dije eso cambiaron su actitud hacia mi. Primero la tal Shaki estuvo a punto de rebanarme con su espada y además el tal Rayder me hablaba como si estuviese enfadado; pero la gota que colmo el vaso fue lo que dijo acerca de sobre que hacer con Kirara. Deje de llorar mientras le miraba bien enfadado y le gritaba. -¡Como te atrevas a hacerle daño, juro que de un modo o otro, te arrancaré la piel poco a poco, maldito espadachín asqueroso, fui idiota al creer a Natsu Shion, está claro que soy demasiado confiado, me arrepiento de haberte conocido!-

Estaba demasiado cabreado, intentaba soltarme de aquellos tentáculos con toda la ira que tenía que no me di cuenta de que cuando iba a volver a decir algo ya no estaba. -Será... solo por ser del gobierno ya me trata así... espero que le mate alguna chica de la forma mas cruel imposible...- La furia me cegaba por momentos y vi que el cyborg se iba a quedar a interrogarme, con amenazas, por supuesto; no pude evitar reírme como el verdadero loco que estaba hecho mientras le miraba, era demasiado divertido escucharle.

-Vaya, vaya, vaya, ¿ahora que he dicho la verdad no me creéis? Aunque es normal, si estaba diciendo la verdad todo el rato y antes no me creíais es muy normal.- Era para reírse; quizás podía morir y aun así estaba cabreado sin importarme nada, aunque siendo como era, eso era normal. Por suerte, acabe de decirlo antes de que me preguntará otra cosa, y como siempre, con amenazas, no sabían hacer nada más por lo visto; era muy fácil amenazar y hacer para obtener la información.

-Oye, chatarra asquerosa, simplemente soy del CP y mi nivel es uno, en la isla habíamos venido para asesinar a los dueños de la fábrica y hacer lo que quisiéramos con los esclavos, o al menos era lo que oí; yo solamente iba para liberar a los esclavos y darles una lección a los dueños de aquella fábrica.- Después de decirlo solté un suspiro mientras lo observaba con una mirada llena de furia y impotencia, podría morderme la lengua para no poder hablar, pero entonces lo pasaría peor.

Al ver que me era imposible soltarme de esos tentáculos o lo que fueran, decidí volver a hablar, simplemente, para no estar aburrido, además de que quería sobrevivir, después de hasta donde había llegado; morir ya no era una opción y menos cuando podía aprender de aquellos piratas. -¿Debo pedir permiso para hablar sobre un trato o se lo debo pedir al señor cyborg?- Le dije bien cabreado y furioso; ellos me habían arrebatado las manos y me las habían quemado, me habían atrapado además; pero seguía vivo y no iba a morir hasta que no le pidiera salir a Zhown.

No tendría que haber hablado de esa forma pero la rabia podía conmigo y estaba creciendo mas por cada momento. -Bueno... además me amenaza alguien que necesitaba de un compañero para atraparme... así que lo diré de todas formas y luego decides...- Le dije, me estaba volviendo cada vez mas arrogante y la ira y furia se notaba en cada palabra que soltaba. -¿Que os parece si os voy soltando información del CP? Quiero cambiarlo por dentro, o mas bien, simplemente quiero aprender las técnicas, luego me da igual que hacer; me haría cualquier cosa con tal de fastidiar al gobierno e intentarlo cambiar... ¿Y bien, que me dices?- Era mi única opción, ayudarles pasando información que obtuviese estando en el CP, si eso no funcionaba, tendría que esperar en vano a que alguien me salvará o a que tuviera una oportunidad para salir de allí.

Al cyborg no le gustó demasiado que le llamara chatarra; cosa bastante comprensible pues le ofendió y bueno, la caja esa que había creado alrededor de mi pie empezó a hacerse pequeña mientras se escuchaban crujidos y esas cosas. Solté un grito de dolor por ello para luego observar al cyborg. También le ofendió lo que dije desde mi punto de vista y volvió a hablar diciendo no se que de que me reventaría la cabeza.

Ahora decía que si le daba toda la información que tenía quizás subiría a mi mascota y podría verla; si hubiese tenido cola hubiese estado danzando como cual perro contento antes de ir de paseo. -Está bien, os diré todo lo que se de los que han venido a la isla.- Dije bien contento; al final parecía que Yuu no era tan malo como pensaba. -Pues veamos, de los que conozco en el CP y según se; solamente se de dos que han venido a la isla y los conozco perfectamente.- Le dije mientras notaba que mi estómago volvía a rugir; pero no me iban a dar de comer, tendría que esperar.

-Del CP en la isla solo somos cuatro contándome a mí; y solo conozco dos, un chico y una chica ambos tienen el pelo y los ojos negros, además de que la chica lleva una cola de caballo... Roslin, la chica puede dividir las cosas y Zhown es capaz de hacer que su cuerpo se vuelva como un meteorito o algo así me explico.- Dije mientras pensaba a ver que mas podía decir que me acordase y que otra información tenía.

-Eso es todo lo que se; odio no saber relacionarme con la gente a veces, seguro que si no fuera por haber subido directamente al barco sin permiso a lo mejor me hubiese ahorrado el quedarme sin manos... creo que esa era toda la información que podía darte.- Le dije mientras esperaba a que le sirviese de algo esa información y logrará ver a Kirara.

-Al menos podrías sacarme de la caja o soltarme de los tentáculos; es algo incómodo estar... bueno, pues... joder, si que me cuesta decir algo... digo que me es incomodo pues me aprieta el pantalón cierta cosa...- Dije mas rojo que un tomate, cosa normal al ser como era y al saber que no me soltarían; al menos la caja no mostraba mi cuerpo.

Mientras esperaba a ver que sería lo siguiente que me pediría Yuu o haber que podía decirle oí como hablaba con una chica por su nombre; seguramente sería tan cruel como aquel escupefuego o tendría odio hacia los del gobierno. Justo cuando creía que se me calmaría un poco el hambre me volvió a rugir el estómago.

Seguía algo cabreado; pero sabiendo que podría ver a Kirara quizás se me pasaba un poco, aun así, no lo suficiente para olvidar que había sido un completo idiota y ahora que me acordaba... quería preguntar algo. -¿Puedo hacer una pregunta? Ese tal Rayder... parece que le cabreo y no solo a él, también a la tal Shaki... ¿Porque por ser del gobierno ya me tienen tanto odio si ni siquiera me han llegado a conocer a fondo?... Una cosa es que me cueste relacionarme con las personas... otra muy distinta es que cabreé a unas por el simple hecho de pertenecer al gobierno...- Dije mientras suspiraba y me daba cuenta de lo que acababa de hacer; me había ido por las ramas otra vez y eso le cabrearía de seguro, debía arreglarlo de alguna manera.

-Perdón, me fui por las ramas sin querer... emm, creo que los del CP que están en la isla deben de estar ya en la fábrica; pero no creo que hayan acabado... si fuera así algunos se hubiesen preocupado al no verme en el barco...- Dije esperando a que eso le resultará de ayuda, al menos por ahora; no pensaba morir por tres razones, primera por que aun no me había olvidado de Zhown, que seguro no le gustaba como algo mas que amigo y debía buscar a alguien que me gustará estar con él a cada segundo, segunda, después de haberme humillado ante estos piratas y perder las manos debía sobrevivir o acabaría muriendo como un cobarde y tercera porque me daba miedo el simple hecho de pensar en como me matarían. De momento de lo único que debía preocuparme era de que harían si no les convencía mis informaciones.