Re: Capítulo 8 - A {Miér 17 Abr 2013 - 21:16}

Con cada frase que salía de su boca, el bicho raro de rojo le contrarrestaba su opinión con otro comentario soez. Realmente no se equivocaba en pensar que estarían discutiendo a menudo, pero sería interesante ver el límite de aguante que tendría aquel agente algo extravagante. Primero le dijo que él mismo parecía sacado de una “película de vamprios gays”. ¿Hacían películas de eso? ¿Y desde cuándo los vampiros eran homosexuales? En todas las historias de los libros que había leído el pelinegro, aquellos seres se mostraban como unos auténticos chupasangres que inspiraban terror. “Este tío va de droga hasta la cepa”, pensó el agente del Cipher Pol 1. Además, le comentó que tenía un cutis, pelo y cejas impecables, casi como los de las mujeres con las que mantenía relaciones, que el pelinegro dudaba de que existieran vistiendo como lo hacía. ¿Quién querría acostarse con semejante “monster”? Si tan apretado iba, es que escondía algo de su cuerpo. ¿Pene pequeño, verrugas genitales … ? Muchas opciones que no estaba dispuesto a comprobar ni aunque le dierran un millón de berries por cada segundo que pasase investigando. Sacudiendo su cabeza a los lados, regresó al mundo real mientras que el otro seguía difamando contra su persona, ahora hablando algo de "Teletubbies" y "Baron Dandy". No entendía nada de lo que decía, ¿qué eran todas esas palabras incongruentes que pertenecían a su vocabulario? Parecían sacadas de otro mundo. Con una mueca de ironía, le dijo al agente:

- Iré todo lo desaliñado que quieras, pero hace menos de cinco minutos estaba dándole caña a una super tetona del CP 1 ... Di lo que quieras, pero a efectos prácticos tengo el churro recién mojado - Comentó diciéndole lo que había acontecido instantes atrás en su llegad al Reino Sugar. Se desabrochó los botones de su camisa, para que el otro pudiera ver las marcas de pintalabios, arañazos y mordiscos que su "femme fatale" le había regalado.

Una vez que lo pudo ver, abrochó los botones de su ropa y la dejó tal y como estaba. Este último se presentó como Deadpool, además de afirmar que se encontraba muy aburrido, haciendo una metáfora de un nombre que parecía ser de persona que no conocía. También preguntó el nombre del pelinegro, pero este simplemente bufó con una cara de mala leche indescriptiblemente bestial. Moviendo su cuello hacia los lados, este comenzaba a crujir de cansancio. Todavía notaba los tendones a flor de piel tras el "acercamiento caliente" con Roslin, y desearía que no les hubieran llamado para repetir otras dos o tres veces más. Levantando una de sus manos, le dijo al tío que se hacía llamar Deadpool:

- ¿Quieres tocarte pensando en mi nombre? Vas listo ... - Dijo, dándose la vuelta para mirar en dirección de la zona donde se encontraría desembarcando el barco en el que había llegado. Vio cómo un montón de personas bajaban a tierra mediante una tabla de madera bien colocada en el lateral del buque del Gobierno. Empezaban a movilizarse.

Todavía en aquel erial de arena, los dos agentes seguían parlando como si no hubiera otra cosa interesante que hacer en aquel día, incluso parecía que les importaba más ponerse verdes el uno al otro que la verdadera misión que se les había encomendado. Con las dos manos metidas en los bolsillos, el pelinegro avanzaba mirando a cada lado, buscando algún indicio de vida humana que pudiera llevarle hasta nuevas presas con las que jugar un rato. Estaba ansioso por hacerlo, y más sabiendo que podría competir contra Deadpool por ver quién era el más "guay" y "épico" del Cipher Pol. Tras unos instantes de vacilación, el agente le dijo a su ahora nuevo compañero:

- Zhown D. Zahard, agente del CP 1, futuro mandamás del Gobierno, increíble grano en el culo para los criminales de mierda, atractivo, exótico, pervertido y de poca paciencia mental, así que no me cabrees mucho - Dijo con aquella típica muesca de asco que le hacía ser tan especial, moviendo los hombros en círculos para relajarlos un poco.

¿Habrían bajado ya todos los agentes y soldados que iban en el barco en el que llegó tiempo atrás? ¿Habrían comenzado a inspeccionar la isla en busca de las fábricas de dulces? Eran cuestiones que seguía manteniendo en su mente, mientras que seguía paseando con el integrante del CP2 a su lado. Tras unos segundos de espera, el joven le preguntó desganado:

- ¿Tienes idea de adonde vamos, o nos estamos moviendo a huevo? ... - Preguntó arqueando una de sus cejas y levantando un poco los pómulos, para luego hacer una pausa donde tomar aire y comentarle. - Y por cierto, ¿por dónde coño respiras con ese traje? - Siendo esta última pregunta uno de los verdaderos interrogantes que tenía Zhown sobre Deadpool.

No había visto ningún orificio en aquella vestimenta por la que aspirar aire, y dudaba de que llevase un sistema de oxígeno permanente consigo, más que nada porque deberías ser más que visible. Aunque sería muy gracioso verle con una bombona de aire a cuestas, era una persona realmente extraña, que llamaría la atención allí a donde fuera. De repente, cayó al suelo presa de un peso que había caído sobre él. Podía oler su perfume, era ella, que grácilmente se presentaba ante Deadpool y se unía, formando un grupo de tres.

- Ros, te he dicho que esta no es la forma de ponerme caliente. No sé cuántas veces tengo que repetírtelo - Comentó con un pequeño grito, apartando a la chica de encima y levantándose, sacudiéndose la arena de su traje.

24/03/2013

Le acababa de plantear la situación a azuka, quien aprecio comprender a plenitud lo que estaba diciendo después de todo parecía alguien bastante comprensiva, por otro lado menciono que había tenido la sensación de observar una extraña silueta en la dirección por donde se estaba poniendo el sol y menciono que estuvo practicando algo de utilidad, no le di mucho sentido en ese momento, entonces pregunto que si me parecía buena idea ir hacia haya, obviamente no estaría en contra de esa opción pues no teníamos ningún rumbo y si vio algo valía la pena intentarlo por lo que con una sonrisa dije

Me parece perfecto, vamos hacia haya., dije sonriendole otorgando toda mi confianza

Dicho esto y con mi aprobación la chica peli azul comenzó a usar su poder para reparar las velas del barco, mientras yo comenzaba a amarrarlas las sogas con el mástil, y cargar una que otra cosa. Nos demoras un par de minutos pero finalmente reparamos en cierto grado el barco para que fuésemos capaces de ir en aquella dirección. Azuka tomo el control del barco y viro fuertemente para cambiar nuestra dirección produciendo que un par de cosas e cayera lo cual pareció no agradarles al resto de los tripulantes, por suerte para mi estaba encaramado aun en la vela revisando los últimos nudos por lo que no le di importancia.

Me quede arriba de las velas por un largo tiempo, la verdad necesitaba relajarme y la brisa marina me tranquilizaba, no se cuanto tiempo exactamente me quede encaramado en las alturas del barco cuando levante un poco mi vista y tapando con mi mano los últimos rayos de sol logre ver una isla que parecía estar habitaba pues lograba ver lo que parecían ser casas, una sonrisa se dibujo en mi rostro.

-Al fin podremos comer algo, pensé

Y grite

Tierraaaaa a la vistaaaaa!!!!

Di un salto desde la punto del mástil para caer de lleno en la cubierta haciendo mover un poco el barco, debido a mi peso, me acerque a mi perro y dije

Al fin podremos comer muchacho, mientras le acariciaba sus mejillas.

Este respondió sacando su lengua y ladrando, dicho esto me acerque a Azuka que aun seguía en el timón y dije

Al final tenias razón jaja, de la que nos salvamos. Dije con una sonrisa

13/03/2013

Bueno, la verdad no esperaba una respuesta tan inmediata de cada uno de mis compañeros de barco, esperaba alguna respuesta del peliazul o de Taiko, también como de el del sombrerito, hasta que llegó el pez gigante a nuestro lugar, tan apurado parece que venía que se le había olvidado amarrarse su kimono, que se le veía toda su "humanidad", bueno, era un pez, su "pez-ecidad". A su rato y segundos después que este, el tuerquitas hacía su entrada bostezando como yo, otro más que se despertó de golpe parece, este hombre me debía una explicación, odiaba a Sohem por un momento.

Mi "cariño" procedió a saludarnos a todos, insinuando e insultándolos como siempre dejándome en sus excepciones, así se me había pasado un poco el enojo, me era facil convencerme con unas pocas palabras salidas del alma o nacidas naturalmente. Este sacó unas cartas de quizá donde y se las entregó en orden a Ryuto, Hayato, y el robot molón, tenía una duda inmensa de qué podría ser esa carta y el porqué son tantas, uno podría imaginarse cualquier cosa con este tipo, pero bueno.

No tomé mucha atención debido a mi distracción con la carta, pero sentí el beso de Sohem en mi frente, parecía que tomaba la retirada por alguna causa, saliendo expulsado rápidamente como un cañonazo, más dudas me traían este día tan raro, en fin, mi preocupación era la carta.

-Esperame aquí. Voy a freír un pollo- me insinuó Hayato-, -¿pollo?- , a lo mejor se trataba del único animal del barco, el dragoncito, Hitoku, retirándose rápida y pareciera que un poco fastidiado, regresó en un par de minutos con su hermano a rastras, tomado de la oreja como todo un niño en la escuela, regañado y intimidado.

-¿Debía cargarme?- , me daba un poco de verguenza el ser "cargada" por alguien, sonaba mal o cualquier otra cosa, pero aun así, debía ser algún plan de Sohem, así que solo pude afirmar con la cabeza siguiendo órdenes, Hayato se veía como el lider de una banda, en ese momento pensé que podríamos estar dividiéndonos, como los agentes especiales, me molaba ahora la situación.

El dragoncito Hitoku, solo vociferó unas pequeñas palabras para luego transformarse, agarrándome a mí y a Hayato de la cintura para despegar a algún lado, este me miró con una cara de miedo , pero me causó mas gracia que nada, yo ahora un poco calmada y contenta, solo pude preguntar lo que quería hacer hace mucho tiempo. ¿Hayato, que mierda pasa?-

20/01/2013

Otro día más en el precioso Kumori no Yoru. Tetsu se había levantado con ánimo, no hacía mucho había cumplido con éxito una de sus misiones y por si fuera poco había podido ir solo sin tener que aguantar a Nayra, Llamitas, el cadenas, nadie y eso en aquel barco de locos era muy de agradecer.

Se encontraba en la cocina preparando la comida, un elaborado Kushiyaki con el que deleitarse el paladar mientras a su vez preparaba Onigiri. Mientras terminaba de prepararlo todo se acercó a la bodega y cogió una de sus botellas de ron y la descorchó de un mordisco escupiendo el tapón en la papelera. Le dio un buen trago y preparó la mesa dejando una presentación impresionante cosa que en ese barco se valoraba poco.

Se acercó al cajón de los cuchillos y cogió uno haciéndolo rodar entre sus dedos con la habilidad que había obtenido manejando cuchillos desde su más tierna infancia. Sacó uno de los peces globo que tenía y comenzó a trocearlo haciendo alarde de una sensacional destreza. Tras terminar todo el proceso de cortado y preparación y asegurándose de que había limpiado correctamente la pieza de veneno, algo extremadamente fácil para un experto en venenos como él, lo puso en un plato y lo sirvió en la mesa junto a todo lo demás. Tetsu se encendió un cigarro y observó la presentación de la mesa que había elaborado, dio una buena calada y sonrió.

- Joder... ¡Pero que bueno soy! -

Sin esperar a los demás se sentó en la mesa y comenzó a disfrutar del manjar elaborada. Todos en el barco sabían que este preparaba la comida pero no avisaba de cuando estaba simplemente debían de pasar a la hora de comer y disfrutar de lo que hubiera preparado y desde luego tal y como era la banda no era de extrañar que cada uno eligiera un momento diferente para no coincidir. Mientras disfrutaba del último bocado y daba un trago a su botella de ron para ayudar a bajar el alimento pudo escuchar "la dulce voz de Nayra" diciendo como siempre tiernos mensajes de paz.

-¡Gentuza de la mala, nos vamos a liarla parda en este maldito lugar de mierda! ¡¡No os perdáis, y sobretodo, MATAD CUANTO PODÁIS!!-

Terminó de tragar el trozo de pescado y se levantó de la mesa, al parecer ninguno de aquellos capullos iba a probar ni un bocado de aquella comida.

- Bah, tampoco se la merecen. -

Sin más caminó hacia su habitación donde se puso su chaqueta y se armó con su navaja sonrisa, guardó sus dagas en sus fundas tras su espalda, cubiertas por la chaqueta; colocó sus Sais en las fundas que llevaba en las piernas y revisó que sus cuchillos estuvieran bien colocados en la chaqueta.

- Que empiece la fiesta. -

Gracias a su habilidad no tuvo ni que subir las escaleras, se limitó a saltar e ir atravesando el techo del barco hasta llegar a cubierta, donde por cierto no había nadie. Pegó un vistazo y observó como Nayra, Kurapika y Rokudo habían bajado ya del barco y se encontraban enfrente de un extraño anciano. Tetsu sacó uno de sus cuchillos arrojadizos y lo lanzó a la vez que se introducía en este y salía disparado junto a él. En un instante el cuchillo se había incrustado un poco más atrás de dónde se encontraban sus "compañeros". El asesino salió del cuchillo y lo cogió rápidamente guardándolo al instante en su chaqueta.

- ¡Hey! ¿Qué pasa mortales? ¿Le tenéis miedo al viejo este o algo? No os preocupéis, vuestro dios ha llegado para ayudaros. Dejadme a mi el interrogatorio soy todo tacto. -

Se acercó al viejo lentamente mientras aclaraba la garganta cual abogado en un juicio apunto de realizar el discurso de su vida y se inclinó entrecerrando los ojos mirándole fijamente. Aquel anciano les miraba perplejo, sin mover ni un músculo de su cuerpo, casi parecía más un maniquí que una persona. Sin dejar de mirarle de cerca comenzó a hablar.

- ¡Oye tú carcamal! ¿Dónde escondéis el dinero y los caramelos? -

Tras el comentario se giró un instante a Nayra.

- ¡Zorra!, ¿Estás segura que es esta isla? A mi me parece una mierda en medio del oceano. Sin duda tu mierda de instinto de navegación ha vuelto a fallar. ¿De verdad te parece esta isla un lugar repleto de tesoros? -

Disfrutaba sacando de sus casillas a la capitana, uno de sus pequeños placeres del día a día. Sin más esperó a que o bien aquella momia o Nayra dijeran algo que pudiera ser útil si es que sabían lo que esa palabra significaba claro está.

28/08/2012

La isla se veía ya bastante cerca... a unos quince minutos a la velocidad que iba ahora mismo. Estaba bastante cansado, llevaba nadando así desde que salí del cuartel general más cercano a mi posición actual, pero aun así no estaba lo que se podría decir ''cerca''.

Me sumergí aún más en el fondo del mar para comer algo, tenía bastante hambre y nadar tanto no ayudaba, así que a una distancia bastante profunda pude ver unos moluscos, serían diez más o menos. Así que me acerqué a ellos y los devoré.

Volví a salir a la superficie y empecé a nadar de nuevo con la barriga llena. No me quedaría mucho para llegar.

05/01/2013

Mi acompañante se puso en pie con el remo en la mano, el bote se zarandeo violentamente, yo me agarré donde pude y le empecé a gritar.

-¡Insensata! Nos vas a matar... ¿no te das cuenta de que...? *SPLONK*

Me pegó un fuerte remazo en la nuca, me dejó con la boca abierta y los ojos también bien abiertos... pero aunque ya estaba acostumbrado me enfadé bastante porque se me cayó la pipa de fumar a los pies.

-Y a ver dónde coño miras, por esto te voy a subir 5000 berries al millón que me debéis. Ahora tendréis que darme 1.005.000 berries. Y responde cuando te pregunto ¿Dónde vamos?

-¿Y yo que coño se? -dije cabreado mientras me ponía la mano izquierda en la nuca. -Mira, ahí tenemos una isla. Vamos a parar ahí y de paso compramos comida y tabaco, que nos hace falta.

06/01/2013

Antes de que volcásemos el bote y nos hundiésemos de manera irrevocable en el fondo del mar, me senté de nuevo lentamente para evitar el balanceo en la medida de lo posible.

Miré hacia donde dijo Genji, pero lo único que fui capaz de ver fue una extraña extensión de tierra rodeada por unos muros.

Iba a preguntarle si estaba seguro de que quisiera que ese fuera nuestro destino, pero yo misma sabía su respuesta. Ese idiota no sabría ni siquiera dónde estábamos ¿Cómo iba a tener la más remota idea de qué isla era esa?

Lo que más me inquietaba era que no se pudiera ver nada del interior, puesto que los muros lo abarcaban todo. Tal vez fuera para protegerse de los ataques, aunque me parecía un tanto extraño. Algo realmente valioso guardaban esos muros de ser así, aunque la otra opción era que no querían que nadie viera el interior, y de ser así ¿Qué le hacía pensar que nos iban a dejar entrar por las buenas?

Desde luego, no podía compartir ninguno de estos pensamientos con este descerebrado. Si al menos estuviera aquí su hermano podría hablar de esto con él. Pero de momento, me tocaba esperar y ver cómo se desarrollaban los acontecimientos.

-De acuerdo, pero tú no te libras, coge el otro remo a menos que quieras ir a nado.

Aún en la cabeza del poderoso y majestuoso Leviatán que precede al Ghost Traveller me levanto sentándome dando la espalda al mar y mirando a los miembros que se habían congregado junto a mi, Sinclair que me hablaba de Iku y la marcha de los demás, algo muy triste y que hizo mella en toda la tripulación, sus palabras son sinceras y llenas de razón, pero no es momento de tristezas ni de penas, la verdad es que oculto la pena por ser el líder de la embarcación y del gremio en sí, no hay manera de que no sufra por la perdida pero si yo no muestro fortaleza, como puedo pretender que los demás lo hagan.

-"Sé muy bien como te sientes Sinclair, pero hemos de convivir con ello y más vale llevar ese tipo de cosas con fuerza y ánimo pues de nada nos sirve la tristeza y la pena, la vida está construida de encuentros y despedidas, momentos alegres y momentos de pena, lo más importante es permanecer fieles cada uno a sí mismo sin dejarnos influenciar por un mal momento en la vida."

En mitad de mi charla percibo como se acerca Neliel, una joven que hace poco que empezó a formar parte del gremio, pero que en realidad era una gran amiga mía del pasado, la única superviviente, a parte de los chicos que nos separamos para buscar la justicia que en ese tiempo se nos fue negada.

-"Estoy bien Nel, no te preocupes, simplemente pensaba en cosas de la vida, algo que siempre me agrada hacer bajo la belleza del cielo nocturno."

Al instante habla Doruke, un joven con un curioso don y una manía de mantenerse alejado, él sabrá el motivo de estar en esas posturas, en eso no me metería.

-"Llevas parte de razón compañero, pero cada persona tiene una forma de afrontar las situaciones, no podemos exigir que uno actúe como no está escrito en su naturaleza."

El alba anuncia la llegada del sol, y con él, un nuevo día. Un día lleno de esperanzas, de alegrías y de nuevas oportunidades de darle la vuelta a la vida, a la dura y cruel vida de unas almas apenadas por la pérdida de un nakama. Me levanto desperezándome al tiempo que estiro todos y cada unos de mis músculos, ya entumecidos por la falta de actividad. Una vez con las energías renovadas y con la iluminación del astro rey me dispongo a observar el horizonte, en busca de lo que seguramente sea la isla a la cual nos dirigimos. Mientras el barco avanza mis ojos color escarlata se deslizan por el horizonte sin encontrar nada, de modo que sigo buscando y vislumbrando cada centímetro del horizonte, hasta que arto de buscar dispongo a un plan alocado.

-"Urahara, coge el barco y llevatelo al oeste, si ves una isla bájate al otro lado."

Grité dirigiéndome al navegante del gremio, Urahara Kempachi, un hombre capaz de convertirse en un ser aterrador a la par que útil. Este se transformó en un enorme ser alado con serpientes formando sus piernas y dragones por dedos, en dicha forma ya se mantenía volando pues de estar en el barco lo hundiría, mientras Urahara agarraba el barco, todos se agarraban a un apoyo, nadie quería salir volando de la embarcación y caer al mar. Yo por mi parte permanecía en la cabeza del Leviatán, justo bajo la cabeza de Urahara, el cual empezó a volar con el rumbo indicado, no sé como pasó pero no vi isla alguna, pero al cabo de varias horas vislumbro un barco algo maltrecho cerca de lo que parece ser una isla, esto lo identifico desde mi posición debido a la altura que llevamos gracias a Urahara, el cual al no aguantar más baja el barco justo al lado del que vislumbré desde lo alto.

Dicho barco se encuentra ya en un estado pésimo, no sé ni cómo lograron llegar a estas alturas con tal barco, en él veo a una serie de personas tratando de mantenerlo, las velas estaban siendo remachadas con papel, la cantidad de madera parecía insuficiente para hacer un mantenimiento adecuado del mismo,un barco maltrecho. En la cubierta, recubriendo las velas de papel logro vislumbrar a Azuka, aquella joven que conocí en la villa de Shimotsuki hace ya un tiempo, la verdad me sorprende encontrarla en estas islas y con un grupo de gente.

-"Chicos, todos a cubierta junto al Leviatán, toca reparto de misiones, Urahara, tú descansa en lo que repartimos las tareas."

Digo dirigiéndome a mis nakamas, tras lo cual me giro a mirar al barco y reúno una cantidad de aire inhumana.

-"¡Azuka! ¡Cuánto tiempo sin vernos muchacha! ¿Qué hay de ti?"

Grito a pleno pulmón y antes de que siquiera pudiera responder vuelvo a gritar

-"Anda sube a mi barco, el tuyo parece muy maltrecho"

Mientras le digo eso creo un pequeño puente de acero entre ambos barcos gracias a Kami no katana.

16/03/2013

OFF: Post para Comander Azukarado y Ghost Leviatans. Interactuo con Takeshi y Fudo.

ON:

~Continuamos avanzando al punto en el que el sol se estaba elevando, nuestra marcha era lenta y complicada, con el barco en tal estado necesitaríamos un poco de suerte para llegar. El barco crujía y rechinaba constantemente a causa del mal estado de la madera, hecho que me tenía un poco inquieta sumado al hecho de que no era la única a bordo y tampoco la única usuaria de fruta del diablo en el navío. Pronto la esperanza volvió a mí al escuchar a Fudo exclamar que lo que había lejos de nosotros si era una isla, entrecerré los ojos y me cubrí del sol con mi mano, efectivamente era una isla pero se veía fuertemente amurallada, al parecer en ese lugar no deseaban tener invitados.

Tras su grito el rubio dió un salto y cayó como si nada en la cubierta, abrí los ojos un tanto sorprendida por aquella maniobra que no le representó alguna dificultad, acarició a su perro y subió hasta donde yo estaba, posicionándose a un lado de mí en el timón, admitiendo que nos habíamos salvado, yo sonreí ampliamente mostrando los dientes y asentí con la cabeza repetidas veces.

-Ya lo creo, además el barco se esta cayendo a pedazos. Tendremos que conseguir una nueva embarcación y preguntar sobre como podemos navegar aquí, pues las brújulas están vueltas locas.-Expliqué con desanimo, pues me frustraba un poco el navegar sin un rumbo.-Aunque lo primordial ahora es buscar comida ahí. Supongo que todos habran escuchado tu grito en el interior, no tardaran.... en... subir...-Terminé la frase con la voz entrecortada, pues al frente de nosotros un monstruo de proporciones colosales cargaba un barco hacía nuestra ubicación. Me quedé boquiabierta sin saber que hacer o decir con la situación, el monstruo descendió y el barco quedó posicionado justo a nuestro lado.

Bajé corriendo a la "cubierta principal" y apoyé ambas manos en el barandal para ver mejor el otro barco, tenía un aspecto espeluznante, pero no deplorable como el nuestro. Entonces una voz gritó, llamandome a mí, reconocí la voz inmediatamente y me quedé helada de la impresión, mordí mi labio inferior y mis ojos se abrieron más de lo normal, recorrí el barco con la mirada hasta encontrarme con una figura bastante alta con mascara y un sombrero de paja artesanal, me llevé la mano izquierda a la boca de la impresión, no creía que aquello fuera posible.

-T...Takeshi...-Murmuré en voz baja, Fudo me volteó a ver extrañado y me dí cuenta de ello de reojo. Destapé un poco mi boca y hablé bajito para que solo el me escuchara.-Fudo... Este hombre es Takeshi Yamamoto... Miembro del Saigo Yonkaikyo... Lo conocí hace tiempo y parece ser buena persona...-Expliqué al rubio. Inmediatamente después la voz del mayor captó mi atención de nueva cuenta al invitarme a su embarcación y crear un pequeño puente de acero que al extenderse rompió un poco el barandal de mi barco. Me quedé viendo inexpresiva la parte de barandal que ese minipuente se cargó, tenía una épica cara de "poker", estaba bien que nuestro barco ya era un asco, pero no veía el porque hacer eso.

-Si que ha sido algo de tiempo, Takeshi.-Respondí, caminando a donde empezaba aquel puente, ambos barcos se movían sincronizados y sin dificultad por la marea, cruzar sería cosa fácil, pero me quedé en el extremo.-Quisiera cruzar con gusto, pero en este barco no viajo yo sola, ni solo el rubio... Somos como veinte personas, derrotamos a una banda pirata en Loguetown, dentro de su barco, zarpó sin que nos diéramos cuenta y entramos de suerte a Grand Line a través del Reverse Mountain... Sin embargo llevamos ya mucho tiempo perdidos y bueno... No tenemos ninguna experiencia en estas aguas ni con barcos tan grandes.-Admití con pena, jugando a chocar mis dedos indice entre si.-Y bueno, no puedo dejarles a ellos a su suerte, todos son muy agradables y grandiosas personas, por lo tanto me quedo en este barco hasta que toquemos tierra y encontremos uno nuevo, y por suerte allá hay una isla.-Dije señalando nuestro destino con una sonrisa amplia. Dicha sonrisa se borró casi en el acto y volví a mirar a mi conocido.

-¿Y qué es lo que tiene a un miembro de la Saigo Yonkaikyo navegando a través de estas aguas?... ¿Hay problemas por aquí?, para mejor escapar a otra parte, hahaha.-Dije lo ultimo y reí ampliamente, dejando que ahora alguien más tomara control de la situación.

28/09/2012

Claro estaba que tras una larga actividad todos los tripulantes estarían ansiosos por recibir nuevas noticias, por lo que era también evidente que bombardearían a Dromp con millares de preguntas sobre el asunto...

"Poco a poco... esas personas son buena gente como nosotros ¡Yaaahahahaha! Y los quiero vivos, tratarlos bien o vosotras sufriréis también consecuencias. Y sin más dilación vamos a anclar aquí mismo, nos acercaremos a la playa desde aquí".

¿Buenas personas? ¿Como nosotros? Eso me preocupaba, puesto que el panorama en nuestro barco era de todo menos de buena gente. Me giré en dirección a uno de los bordes del barco para intentar vislumbrar la isla a la que nos dirigíamos, aunque mi trayecto fue truncado por la voz del capitán.

-Oye Aspros... ven un momento. Te tengo que confiar una cosa.

No se que fue más extraño, si la "delicadez" de sus palabras o el hecho de que dijera mi nombre. Paré en seco y giré mi cabeza para ver como el gigante acercaba su cara hasta mi e intentaba susurrarme su idea lo más bajo que le permitía su ronca y profunda voz. Lejos de lo que cabía esperar de alguien que su manera de pasar desapercibido era arrasar con todo lo existente a su alrededor, su plan era bueno y con muchas probabilidades de éxito.

-De acuerdo- le contesté mientras retrocedía unos pocos metros.

"Tampoco es que nos importen tus estúpidos planes"- dijo una molesta Elizabeth que se dirigía hacia la proa del barco- "Ah, y ahí está tu maldita isla. Espero al menos que nos cuentes el plan antes de desembarcar. A menos que prefieras hacerlo solo y nosotras solo nos tengamos que dedicarnos a buscar a estos tíos".

Un Dromp más sonriente que nunca miraba a la segunda al mando de forma despreocupada mientras erguía su enorme cuerpo. Acto seguido golpeó levemente el suelo de la cubierta con la mano, lo que dio paso a un fuerte estruendo producido por el disparo de uno de los cañones.

"¡Yaaaaahahahahaha! Qué comience la conquista bucaneros, voy a organizar los grupos. Iremos todos juntos pero nos dividiremos en grupos de ''ayuda''... Erika, Unity, Arya y Ahiru en un grupo. Aspros, Elizabeth y yo en otro grupo. Aun así mantened las distancias... lo que vamos a hacer es algo... arriesgado. ¡YAAAAAAAAAAAHAHAHAHAHAHAHA-HO-HO!"

Volví a situar mi mirada sobre Elizabeth para observar su reacción ante lo ocurrido, pero la expresión de enfado permanecía inmutable en su rostro. Percatándose de que la estaba mirando, depositó su mirada en mi, aunque aquella vez dejando atrás su latente mal humor. Tras una leve pausa, un silbido comenzó a inundar el ambiente, descentrando nuestro duelo de miradas y haciendo que nuestros ojos miraran hacia el cielo.

-Se ve que en este barco es costumbre aparecer cayendo del cielo.

Tras mis palabras, un sujeto no identificado aterrizó sobre la cubierta de la Perla Errante. Junto con él, una gran nube de polvo se extendió por las cercanías de mis pies y ascendió lentamente hasta que se dispersó con el viento.

"¡Buenos días hijos de puta! ¿Puedo hablar con el pequeño Dromp?"- gritó el sujeto mientras se erguía y sus piernas parecían recomponerse tras el impacto.

-Es aquel hombre del cartel de Dromp- pensé observando el fenómeno- ...una fruta del diablo.

"Oye hombre bala ¿Quiénes sois tú y tu amiguito el rubio? Dromp nos ha enseñado hace poco unos wanteds vuestros, pero no me ha quedado claro de qué os conocéis ni qué haces en nuestro barco".

24/03/2013

Había bajado con alegría luego de avisar mi avistamiento a la tripulación, me acerque a Azuka que estaba navegando, y en forma de broma hice un comentario sobre nuestra suerte, ella al parecer se alegro al igual que yo y respondo varias cosas con las que estaba bastante de acuerdo primero deberíamos conseguir una nueva embarcación pues por más que tratáramos de arreglar esta no sacaríamos nada era una basura, aparte debíamos preguntar como poder navegar en estos mares lo cual no me importaba mucho pues la verdad no tenía idea como navegar en ninguno.

En fin estábamos ahí parado observando nuestro próximo destino cuando fuimos cubiertos por una gigantesca sombra, mire hacia la dirección de donde provenía y quede impactado, al comienzo pensé que sería algún monstruo marino, pero mi sorpresa fue mayor al ver una gigantesca nave, era impotente y se vía poderosa, no sabía quién sería el jefe de aquel barco pero seguramente sería poderoso, el problema era que deseaban. En ese lapso de pensamiento vi correr a la muchacha peli azul a la baranda del barco, parecía aun más impactada, que yo lo cual era extraño, pero parecía no tener miedo. Entonces y con voz baja me hablo, al parecer aquella imponente embarcación era de un conocido suyo.
Un tal Takeshi y que al parecer era una buena persona, lo cual me tranquilizo. Cuando desde aquel barco emergió una especie de puente de metal hacia nuestra pequeña embarcación.

En eso oí desde la gigantesca embarcación como invitaban a Azuka subir, supuse que ella iría sin pensarlo pero para mi sorpresa dijo que no debido a que estaba con nosotros algo muy loable en verdad pues en estos tiempos cada uno se preocupa solo por su bienestar.
La verdad no tenía idea que debería hacer en aquel momento así que simplemente deje que las cosas fluyeran luego vería que hacer.

Azuka reclina mi proposición de subir a mi barco, al parecer no viajaba sola, algo que me alegra en gran parte, eso indica que aquella tímida muchacha con la que me crucé antaño había hecho nakamas que la ayudaban en sus travesías, si bien no sé muy bien como de bien le tratan, como de bien se conocen y como de compenetrados están entre sí, pero este no es momento para debates de moralidad o emociones, debemos movernos rápidamente o la cosa se podría poner fea. Sin dudarlo ni un segundo volví a gritar, esta vez con mucho más fuerza, en mi rostro la máscara blanca, con dientes como colmillos adornando la parte de la mandíbula con forma de una cráneo felino y con marcas rojas de adorno.

-"Que suban todos, aquí cabe un verdadero ejército."

Los barcos avanzan sincronizados, pero no sé hasta que punto el otro navío aguantaría entero, si con solo extender un puente de acero se partió parte de la baranda del mismo. Mi rostro cubierto por la máscara y por el sombrero, el cual a la vez protege mis ojos del sol, el cual ya empieza a erguirse en el cielo, tomando su trono un día más, relevando a su hermana, la luna.

Me muevo por toda la baranda del barco creando una enorme pasarela entra ambas embarcaciones, como medida de evacuación del otro barco y de facilidad de travesía de masas, la verdad, nunca me molestó viajar acompañado, pero confianza a pocos y Azuka, se la había ganado hace ya tiempo, y confío en su juicio y elección de compañeros de viaje.

-"Y esta gente que no viene, ¿qué estarán haciendo?"

Pienso mientras observo la situación apoyado en la baranda cerca de la pasarela.

24/12/2012

Me encantaban las bienvenidas.
Lo que más me llamó la atención fue un enorme gigante, más grande de lo habitual incluso para alguien de su raza. Ese era sin duda alguna Marea Dromp, con una recompensa superior a los quince millones por su cabeza. Era la "persona" que estaba buscando.
Mi sonrisa y pensamiento de júbilo se vieron incrementados cuando una mujer, me preguntó:

"Oye hombre bala ¿Quiénes sois tú y tu amiguito el rubio? Dromp nos ha enseñado hace poco unos wanteds vuestros, pero no me ha quedado claro de qué os conocéis ni qué haces en nuestro barco"

Ante lo cual, no pude por menos que sonreír más y con una elengancia y educación poco habituales en mi, responder como era debido

Encantado de conocerla señorita, me llamo Solomon McGray, y el rubio del cartel es Lord CuttyGrem Anishton, mi famoso y reputado director. Represento una industria hostelera...
Conocí a Dromp una cálida y sensual noche en las cocinas del voluntariado para indigentes, mientras preparábamos un cordero asado en Navidad para los más necesitados, nuestras manos se rozaron mientras buscábamos el machete para trocear dicho animal y tras una sonrisa, entablamos amistad

Y no aguanté más

MAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAH JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA

Estaba doblado por la risa, con las manos apoyadas en las rodillas, y la mirada en el suelo. Poco después, entre carcajadas aún, miré hacia arriba, con las lágrimas a punto de salir de mis ojos por la alegría, y cogiendo algo de aire, mirando al gigantón, exclamé

¡Venga ya! ¿Desde cuando tengo yo que darle explicaciones sobre mi a cualquier perra que me cruzo? MAAAAAAAAAAAH JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA

Me sequé las lágrimas y me recoloqué el sombrero, recobrando la compostura y tendiéndole la mano

Era una broma, disculpa mi lenguaje.
Soy Sohem Mugikeito Shakkin, Sub-Capitan de los Piratas de Barba Rubia, experto en polvos.
El rubio, es el que manda

Al segundo sin darle tiempo de darme la mano o no, me dirigí andando hacia Dromp, para darle un suave y delicado puñetazo amistoso en su enorme espinilla

¿¡Que pasa contigo, joputa!? Baja aquí tu fea cara de bebe mierda para que pueda darte un besito ¡me moría de ganas de que llegara este día! MAAAAAAAAAAAAAAH JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA

Disfrutaba como el que más, sabía por mis conversaciones telefónicas y mi correspondencia que Dromp era un tío de alegre vitalismo. Una vez, nos mandamos una carta que solo contenía nuestra risa. Tres folios.
Me partí de risa en cuanto la vi, de hecho, hasta la guardé.
Estaba ansioso por conocerle, y por lo que nos deparaba el día

04/01/2013

Una vez mi alado hermano, ya transformado en su forma híbrida nos levantó a Yoko y a mi de la cintura comenzamos a volar rápidamente a una altura bastante grande. Lo suficiente como para respirar sin problemas pero como para parecer pequeños desde el cielo. Mi hermano se preguntaba si Sohem nos había dado órdenes, no sabía exactamente como decirle que esta vez solo teníamos un cometido.

~ Sí, digamos que hay...instrucciones de Sohem.

Yoko se preguntaba que mierdas pasaba. La miré, colgado de la cintura con una mano en mis espadas para que no se movieran y la respondí tajantemente.

~ Nos vamos de reconocimiento. Sohem quiere que me encargue de que hagáis buenas migas y os portéis bien, así que vamos a dedicarnos a investigar lo más sigilosa y rápidamente posible. - hice una pequeña pausa para mirar hacia arriba a mi hermano, mientras alzaba la mano que me quedaba libre y rebuscaba en sus bolsillos. - Te cojo el DenDen Mushi que Sohem te dió, ¿de acuerdo?.

Una vez lo encontré en el bolsillo izquierdo de los roídos pantalones de mi hermano, lo guardé en el bolsillo trasero de mis vaqueros contrario al que llevaba la carta doblada de mi hermano mayor.
Estuvimos volando cerca de allí hasta que mi habilidad en Mantra me permitió detectar a lo lejos un aura poderosa. No era capaz de distinguirla bien pero, estaba claro que era importante.

Mmmm quizás deberíamos probar a buscar más a fondo.

Pude ver una isla cercana, no mucho más pequeña que la que estaba cerca nuestro.

~ Hitoku quiero que te dirijas allí, vuela rápido, estoy sintiendo algo y no me da buena espina.

Espero que sea quien sea no sea un marine.

La rubia había salido ya de aquella isla y había girado y trabado el timón del Princesa Andrómeda para viajar de manera correcta hacia la isla de los caramelos, mientras tanto su katana con Akuma no mi, la Doku Ejji, había pasado a su forma completa y andaba enroscándose entre la cintura y la espalda de la marine.

Cuando la cabeza de la serpiente quedaba sobre su hombro derecho y el resto de su cuerpo extendido por su pecho la ex-marine había salido del puesto de navegación para tomar una reposera que había quedado en la cubierta para asi recostarse a tomar el sol de aquel hermoso día que por el momento no tenia más problemas que el despiste de mal anclaje.

-Buaaaa... Doku, ¿Podes traerme la mochila que quedo en mi camarote?... Con razon no encontraba caramelos...-

Dicho eso la serpiente se desenrosco de su cuerpo y comenzó a deslizarse hacia su camarote para asi traerle la mochila que había quedado en su camarote, aquella mochila que en su interior contenía unas Rumbell Balls y caramelos, además de la ropa, pero lo único que quería en ese momento era algo duce que comer y lo más cercano estaba en aquel paquete verdoso.

Una vez la serpiente estuvo lejos la rubia retiro se retiro el cinturón que contenía las dos katanas sobrantes y las dejo posadas en el suelo de lado a su reposera, hecho eso se recostó al completo con los ojos cerrados para comenzar a tomar sol en lo que tardaba el barco en llegar hacia la isla.

Tras un largo rato de espera, Shaky quedo completamente dormida en la reposera mientras que su serpiente intentaba subir los escalones de manera imposible con el enorme paquete, su fuerza no daba para que aquel paquete pasara por lo menos el primer escalón hacia la cubierta.

Estabamos a un gran altura, mire las caras de Hayato y Yoko en busca de signos de que les costara respirar o estuvieran incomodos, tras mi pregunta de si habia ordenes mi hermano me dijo que el proposito de que él fuera el mandamas en aquellos momentos era para que Yoko y yo hicieramos buenas migas y aprendieramos a trabajar en equipo. Tras escuchar la palabras de mi hermano mire a Yoko y le sonrei con mi gran mandibula.

Espero no asustarla.

Mi hermano me dijo que cojia el Den Den Mushi que Sohem me dio en una ocasión, asenti con la cabeza y comenzo a buscarlo por mis pantalones, hasta que lo encontro en mi bolsillo izquierdo y se lo guardo en uno de sus bolsillos traseros. Mantenia la velocidad del vuelo y la capacidad de observación hasta que Hayato se revolvió por asi decirlo, mas bien se puso alerta en concreto reaccion hacia una pequeña isla que se hallaba a lo lejos, me dio la orden de descender rapidamente hacia ella.

De acuerdo Hayato, sujetaros bien esto se va a poner movidito.

Acelere y me dirigi hacia aquella isla lo mas rapido posible, con la esperanza que la sensación de mi hermano estuviera correcta pues ansiaba mucha accion.

05/04/2013

Me sentía bastante desorientado mientras caminaba por aquella extraña isla del demonio a la que no sabía por donde ni cuando había conseguido llegar, la verdad es que era algo que ahora mismo no me importaba nada ya que lo que más quería ahora era cruzarme con alguien para preguntarle donde me encontraba y si no estaba dispuesto a colaborar obtendría la información gracias a mi habilidad.

Vaya isla más aburrida... y vaya camino más aburrido... susurraba mientras seguía aquel extraño camino que había encontrado mientras abandonaba la playa y por el que caminaba con las manos en los pantalones de mi nuevo traje color café, que al parecer extrañamente todavía se mantenía intacto pese a las extrañas circunstancias en las que me desperté en mitad de la playa.

A veces pienso que estoy bastante mal... no saber como he llegado a este lugar... a medida que pasaba el tiempo mis reflexiones iban perdiendo sentido siendo esta una de las más sensatas pero a la vez de las pocas con sentido, al menos me ayudaban a mantener la cabeza ocupada mientras caminaba.

13/01/2013

A mi comentario, takeshi me dijo que me entendía, pero que lamentablemente la vida era así y que debíamos ser fuertes y pasar página. Aquel hombre era un auténtico filósofo de la vida y por mucho que me doliera tenía razón, no podíamos estar decaídos, en breves momentos tendríamos que estar al 110% sin nada que nos perturbe, ya que eso sería una oportunidad de oro para el enemigo de derrotarnos. Asique le dedique una sonrisa a mi jefe y le dije:

- Aunque muchos de nuestros nakamas se hayan ido del gremio, no debemos olvidar, que siempre podemos volver a cruzar nuestros caminos, ninguno de ellos a muerto y los que han muerto de alguna manera han revivido asique su despedida no ha sido un adiós, simplemente un hasta luego.

De repente una mujer de verdes cabellos se acerca a nosotros y nos saluda a ambos. Respondo a su saludo cogiéndole la mano gentilmente y besándosela:

- Vaya Takeshi, no me habías dicho que entre nuestras filas teníamos una damisela tan hermosa… yo creía que tras la salida de Iku seríamos todo hombres, idea que, siendo sinceros no me seducía demasiado JAJAJAJAJAJAJA. Además como siempre digo un toque femenino nunca viene mal.

Acto seguido otro miembro al que no conocía se acercó y nos dijo que en vez de apenarnos por la partida de nuestros nakamas, nos alegráramos por ellos.

- JAJAJAJAJAJA tienes razón compañero.

En un momento nos habíamos reunido cuatro miembros del gremio a dos de ellos no los conocía, pero ya los conocería. El sol empezaba a ponerse y con él el día comenzaba. Takeshi ordenó a nuestro navegante urahara que cogiera el barco y, espera un momento ¿coger el barco? De pronto nuestro navegante se convirtió en una cosa enorme y fea, cogió el barco y comenzó a volar con él en brazos. Preferí, aun con el hecho de tener alas, en agarrarme fuertemente a la barandilla del barco, ya que el viaje parecía que iba a ser movidito. En el vuelo vi un pequeño barco maltrecho navegando debajo de nosotros. Takeshi ordenó a toda la tripulación que fuera a cubierta para el reparto de tareas. Bueno siguiendo con el maltrecho barquito, entre sus tripulantes debía haber alguna conocida de Takeshi, puesto que este la saludo a voz en grito y la invitó a subir a nuestro barco. Dicha conocida le respondió a Takeshi, le dijo cosas como que no iba sola y no quería dejar a sus demás nakamas a su suerte, pero me sorprendió una cosa que dijo la chica. Asique me dirigí a takeshi y le dije arqueando una ceja:

- Vaya, vaya jefe que calladito te lo tenías, asique miembro del Saigo Yonkaiko. Realmente no se de que va ese título, pero por lo que sé es algo bastante importante.

Takeshi invitó a toda la tripulación de aquella chica a subir a bordo, para que pasaran a nuestro barco hizo una pasarela de acero con una de sus katanas, pero la barandilla del otro barco en la que se sujetaba la pasarela se rompió, asique mejoró la técnica, hizo otra pasarela para que pasaran la tripulación de Azuka a nuestro barco. Me dirigí a Takeshi y le dije:

- Parece que nuestro numero ha crecido considerablemente, nos vendrá bien para la misión.

13/02/2013

Estaba en mi camarote vistiéndome, ya que acababa de levantarme de un generoso sueño. Cogí mis prendas que iba colocando poco a poco debido al sueño que aún quedaba en mí pero que iba desapareciendo en progresión a mi actividad. Primero me puse los pantalones, luego la camiseta, después los calcetines y zapatos y, por último, cepillé mi largo pelo liso y rojo para mantenerlo cuidado y lo recogí con una coleta a la parte media de la cabeza, la cuál se apoyaba sobre el pañuelo que luego me coloqué a la altura de la frente, por encima de las cejas, con un un nudo en el lado izquierdo de la cabeza. Tras esto cogí mi espada, Zabimaru, y me la coloqué en uno de los enganches de los pantalones, agarrada por su vaina. Una vez preparado, salí a cubierta para reunirme con mi tripulación, y que el capitán nos diera órdenes sobre nuestro siguiente movimiento.

Llegué a cubierta el último, y todos los integrantes del gremio se situában agrupados escuchando las indicaciones del capitán. Al verme, me miró con cara de tener algo preparado para mí y con algo de alegría de verme por allí justo cuando me necesitaban. Entonces me dio la orden de transformarme para llevar volando el barco hasta la parte oeste de la isla. En cuanto me dió la orden, saqué mis grandes alas emplumadas grises como las nubes de tormenta, y elevé un vuelo a unos veinte metros del barco para poder completar mi transformación sin dañar el barco. Liberé mi forma, pero no al máximo, ya que al no controlarla completamente, el poder máximo que podía desatar, no era el poder completo de mi habilidad. Mi tamaño aumentó hasta llegar a ser como el de un gigante y la fuerza hasta poder llegar a levantar navíos.

Entonces agarré desde arriba el barco, y elevé el vuelo unos cien metros del nivel del mar para dirigirlo hacia el oeste, como me indicó el capitán. Nos movíamos pero aún no estábamos lo suficientemente cerca de la isla y yo estaba cansado. Entonces el capitán divisó un navío con una cara conocida, y me ordenó dejar el barco justo al lado del otro. Bajé mi vuelo lentamente para no provocar un desastre y coloqué el barco en el agua con cuidado. Tras esto, deshice la transformación y descendí con mis alas nuevamente hasta la cubierta de nuestro barco a esperar nuevas órdenes.

Mientras estoy sentado tranquilo y trabajando lamento la marcha de Iku, la única de los que se fueron que pude llegar a conocer, pero así es la vida, las cosas vienen y van por lo que aprendí a no demostrar afecto por nada ni nadie por mucho que hubiese significado ese algo o alguien para mi. Mi mente bloquea ese tipo de sentimientos dado el resentimiento y la culpa que me corroen por lo ocurrido en mi isla pero aún así mantengo la mirada al frente para poder encontrar al canalla que lo causó todo.

Ese propósito me llevó a unirme a los Ghost Leviatans, un gremio de cazadores muy conocido por lo que oí antes de mi ingreso y en el cuál me dejan la libertad que necesito para mi búsqueda junto con un apoyo que nunca viene mal. Ahora estoy trabajando en una nueva arma que me será de utilidad en futuras batallas, esta arma es algo que llevo ideando desde pequeño ya que la construcción es algo que siempre me llamó la atención. De pronto el barco empieza a moverse como si lo alzaran y moviesen en dirección oeste por lo que pude ver.

Me quedo quieto pues de moverme podría caer al mar hasta que el barco porfin se detiene nuevamente sobre el mar. Todo esto ocurre cuando la luna ya se oculta y el sol empieza a emerger para apoderarse del cielo una vez más. Al mirar a un lado puedo ver a un barco que difícilmente se mantiene entero y al parecer el líder del gremio, Takeshi conoce al menos a alguien pues un puente sólo posible con una de sus espadas es creado para unir ambos barcos. Ya había salido del pequeño mundo en el que me meto cuando planeo alguna construcción y puedo apreciar que al parecer Takeshi llamaba a los miembros para repartir las misiones. Me levanto y camino traquilo pero desganado hacia donde siempre se encuentra, el mascarón, y lo veo en un lado del barco mirando al barco destartalado.

Al llegar a donde está Takeshi le digo

Dime que habré de hacer cuando lleguemos a la isla y así puedo volver a ocuparme de lo que estaba haciendo antes.

Una vez dicho esto me apoyo en la barandilla esperando su respuesta.

28/05/2012

Aquel tipo comenzó dando una explicación de lo más estúpida. Pensé que iba a alargar más ese discurso sin sentido, pero pronto acabó por desmoronarse y reír a carcajadas.

-¡Venga ya! ¿Desde cuando tengo yo que darle explicaciones sobre mi a cualquier perra que me cruzo? MAAAAAAAAAAAH JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA

Tras decir esto, me tendió la mano y volvió a hablar.

-Era una broma, disculpa mi lenguaje. Soy Sohem Mugikeito Shakkin, Sub-Capitan de los Piratas de Barba Rubia, experto en polvos. El rubio, es el que manda.

No le contesté ni me inmuté, simplemente me quedé mirándole con mala cara y sin ninguna intención de darle la mano, aunque esto no pareció importarle, porque en seguida se acercó a saludar al capitán.

Cada día Dromp hacía amigos más extraños. Estos parecían pertenecer a otra banda pirata, su amiguito el rubio estaría en el barco esperándole.

Me giré y volví a mirar hacia la isla, esperaba verla más lejos, pero la teníamos a unos palmos de nosotros. Ahora solo quedaba atracar el barco en la playa y ver cómo pretendía el capitán atravesar los muros que rodeaban la isla.

04/01/2013

En aquel momento me di cuenta de que Yoko se encontraba inconsciente. No me había podido dar cuenta debido a que estaba completamente concentrado en detectar aquella presencia.

Mierda, ¿será la altura?. ¿Cuando ha pasado esto?

Miré de nuevo arriba, procurando encontrar su mirada.

~ Volvemos al barco hermano, no podemos ir con ella así.

Esperamos unos segundos de silencio y asentimos. Mientras mi hermano se disponía a poner rumbo de nuevo al barco yo activaba el DenDen Mushi que había cogido a mi hermano y comencé a llamar a mi hermano Suzaku.

~ Rubio, más te vale escucharme. Vuelvo al barco, llevo equipaje extra.

Volví a mirar a Yoko, tomándola el pulso.

Inconsciente pero viva... no entiendo nada.

~ Hermano, acelera al máximo.

En ese preciso momento me percate de que Yoko no estaba consciente, Hayato pareció darse cuenta también nos miramos y asentimos, di media vuelta y volví lo mas rápido posible para llegar cuanto antes al Hundred Moon, nuestro nuevo barco.

Espero que este bien.

De camino Hayato llamo a Suzaku con el Den Den Mushi que me había cojido del bolsillo izquierdo y le aviso de nuestra vuelta, tras ello comprobó el pulso de Yoko, sin decirme nada me dijo que acelerase al máximo.

Vamos.

Llegamos al barco en cuestión de minutos, tras aterrizar en cubierta solté a mi hermano Hayato y dejando a la inconsciente Yoko en el suelo.

¿Hayato que hacemos?

03/05/2012

Al fin llegó mi fiel aliado, levantando una gran nube de polvo sobre la cubierta. Elizabeth le preguntó quien era y que hacía allí, a lo que Sohem le respondió con ironía y de mala manera, pero no pareció que Elizabeth se molestara. Luego vino y me saludó, lo cogí por la cintura con mi brazo robot y lo subí hasta la altura de de mi cabeza.

-¡YAAAAAAAAAAHAHAHAHAHAHAHAHA! Mira a quien tenemos por aquí, a Sohem el pececillo de agua dulce.

Entonces con mi brazo derecho y con la palma abierta de la mano le pegué un golpe lateral en la zona del pecho. El golpe fue muy fuerte, parecía que lo hubiera partido por la mitad... pero gracias a que era logia no le afectó.

-Eso por insultar a mi segunda al mando... solo YO puedo insultar a MI tripulación ¡YAAAAAAAAAHAHAHAHAHAHAHAHA YAARRGH! ¿Has venido solo? ¿Ya te han tirado del barco por mala conducta? Rargh marinero, estamos cerca de la costa, baja con los demás y espera a que anclemos el barco y lleguemos hasta la playa para seguir hablando.

Lo dejé en la cubierta y di las ordenes oportunas para que pusieran el ancla al barco y sacaran los botes para llegar a la costa. La aventura acababa de comenzar.

27/12/2012

— Ten cuidado a ver si al que le va a tocarle limpiarlas es a ti. — le dije a Rayder al bajar a cubierta, después de escuchar su comentario respecto a mi ausencia.

Había estado durmiendo durante más de dos días. El cansancio acumulado de las últimas semanas me había dejado destrozado y recuperé todo en ese espacio de tiempo. No sabía ni a dónde nos dirigíamos ni cuál era nuestra misión. Entonces, vi que Ryuto tenía una carta en las manos... Una carta que tenía puesto mi nombre en el sobre. Alargué el brazo y se la quité. La abrí y comencé a leer, en voz baja.

— De acuerdo. — dije, con voz determinante. — Vamos pues en busca de esa fábrica de chucherías.

Y cuando di el primer paso casi me caigo al suelo. Tenía todas las extremidades de mi cuerpo entumecidas debido a las más de cuarenta y ocho horas seguidas durmiendo. Estiré un poco, tanto las articulaciones como las extremidades gracias a mi Gamu Gamu no mi. Al acabar, miré a los nakama que aún estaban en el barco.

— Seguid las órdenes que os haya dado Sohem. — dije, deduciendo que el sobre era de él por su letra y que le habría dado órdenes a los demás.

Esto de dormir tanto un día va a matarme.

Comencé a andar hacia la barandilla que separaba la cubierta de una gran caída al fondo del mar. Había bastante distancia hasta la costa, por lo que me llevaría a Ryuto conmigo para que me llevara. La verdad es que quería probar eso de ir en una silla montado encima de un Gyojin, como mi hermano. Miré hacia atrás, buscando con la vista al tritón de mi tripulación.

— Tú, sardinilla, vámonos. — ordené. Tenemos traba...

El sonido de mi Den Den Mushi cortó la conversación. Cuando descolgué, pude oír a mi hermano Hayato al otro lado de la línea, informándome de que iba a presentarse en el barco. Tras eso colgó, sin darme opción a contestar.

¿Qué coño ha pasado?

Pospuse mi windsurf con Ryuto para esperar a mi hermano pequeño en el barco. Caminé de un lado a otro, nervioso, impaciente. Quería saber cuál era el motivo por el que tenía que volver al Hundred Moon. Pasado un rato, en el cual casi me había comido hasta los dedos apurando las uñas, vi a Hitoku sobrevolando el barco en su forma de dragón. Al aterrizar, me di cuenta de que Hayato traía a Yoko en su hombro. Estaba inconsciente. No tenía ni idea de lo que había podido pasar. La cogí y la dejé sobre el suelo de la cubierta. Entonces estiré el brazo dirección a la cubierta inferior, concretamente a la enfermería. Tras unos segundos recogí mi extremidad. En la mano tenía un kit de primeros auxilios.

— Hayato, hermano, ¿qué ha pasado? — pregunté, mientras le tomaba el pulso para comprobar su estado de salud.

Dentro de mi esperaba que no fuera nada, pero no podá fiarme. Tenía que ayudarla fuera como fuera. No iba a permitir que ningún nakama mío muriera. Y mucho menos aún en mi barco.

Capítulo 8 - A

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