Buena compañía... [Pasado/Privado Tareef y Rose]

No se callaban. Era inútil seguir allí sin hacer nada. Panda de viejos borrachos que apestaban a todo tipo de olores malos y que encima no sabían ni hablar. ¡Panda de viejos borrachos! era lo que deseaba gritarle a todos, lástima que fuesen demasiados y yo solo una, pero... era fuerte, quizás si... no imposible, eso haría que llamasen a la marina y creasen más problemas, aunque total... no tenía nada que hacer y así me entretenía un poco. Me encantaría maldecir a todos los compañeros de la banda por haberme dejado aquí sola, claro es más importante irse de prostis antes que su capitana, pero esto no iba a quedar así, pensaría una venganza para ellos.

Un hombre, alto y fornido, con voz ronca, se acercó y se sentó a mi lado, ese hombre era estúpido ya que en nada empezó a decir tonterías que no me apetecía escuchar. Cogí una botella que estaba a un par de cm mía y se la rompí en la cabeza, dejando que la sangre comenzase a salir y el hombre quedase medio tumbado sobre la barra. Me giré hacia el resto de la taberna y todos estaban mirando, parados así que apunté hacia ellos también. -¡El próximo que se acerque y vuelva a decir otra tontería empezaré a aplastaros las botellas todas de este local en vuestras cabezas! ¡Seres insoportables que no sé como os hacéis llamar humanos!- solté un bufido cuando terminé y me giré hacia el tabernero, el cual también estaba sorprendido. Le dejé un par de monedas en la barra para pagar lo que había bebido y salí de allí.

En la calle se respiraba paz. Era un poco extraño por el hecho de que esto era Jaya, la ciudad sin ley y que no hubiese caos era demasiado extraño. Saqué mis pistolas para ir con ellas en mano por si algún peligro se acercaba. Escuché pasos y me escondí en un callejón hasta que escuché que preguntaban algo. Salí del callejón con las pistolas bajadas y me paré frente a el. Cuando lo vi me quedé impresionada. Era un tigre que hablaba. Nunca había visto nada parecido, aparte de mi akuma, pero un tigre así no. -Ha-hablas... ¿Eres un animal corriente o usuario de fruta del diablo? -Pregunté confusa. Me apetecía saber más cosas y yo era demasiado curiosa. -Mi nombre es Rose. -Respondí sonriendo. -¿Y el tuyo?

Seguía asombrada con aquel animal que decía ser más humano que algunos. Seguramente tuviese razón, total... ¿qué era ser un humano hoy en día? Su pregunta me dejó un poco anonada. Cierto es que la curiosidad mató al gato, pero... y si esta vez era el gato quien mataba a la curiosidad. Nunca les había dado importancia a eses dichos, me parecían una forma simple de llamar la atención. Di un paso hacia adelante y estiré mi mano, pero me detuve; quería mostrarle que yo también era una tigresa como él. Rose... las prisas no son buenas... me repetía eso una y otra vez, y quizás mi subconsciente tuviese razón. Su nombre era Tareef.

El sonido de un tiro se escuchó a lo lejos, ya iban siendo horas de que el caos apareciese por esta isla. Miré a Tareef a lo que yo asentí con la cabeza por su pregunta. Acción... eso quería el felino, me acerqué a el con una sonrisa y miré hacia el horizonte en donde la vista se perdía junto con la calle. -Si quieres acción... la tendremos. Si no sales de esta isla con un par de rasguños es que no has estado en ella.- Ladeé mi cabeza y coloqué mi cabello pelirrojo. -Carrera de felinos hasta donde ha sido el tiro. Por mi oído deduzco que no ha sido muy lejos, sino a un par de callejuelas desde aquí. ¿De acuerdo? - Tras eso me convertí en mi forma completa animal y levanté una de mis garras a la que después apoyé firmemente en el suelo para echar a correr.

Eché a correr todo lo que pude en cuanto escuché su grito de salida. Era veloz, pero él también lo era así que esto estaba muy reñido. La adrenalina aumentaba a medida que avanzaba y la respiración hacía palpitar más rápido el corazón. En mi vista solo tenía un dirección fija y era el frente, seguir recto hacia delante y no detenerme ante nada.

Por desgracia la carrera no terminó. Cuando vi a Tareef pararse de golpe yo me detuve un poco más adelante. Me transformé en mi forma híbrida para estar más cómoda. Me acerqué hasta el y vi la sangre que había en el suelo. Respiré y miré alrededor. Era un callejón bastante pobre en cuanto aspecto, muy degradado pero aún así limpio. Me acerqué hasta el lugar de la sangre y miré para ver si había algún rastro de ella, pero esta tan solo acababa a la entrada del callejón. Que extraño.

Caminé un poco hasta el centro del callejón y miré hacia arriba, el tejado de uno de los edificios de la derecha parecía un poco caído como si intentasen subir por el y en una de las cajas apiladas al lado tenían unas gotas de sangre. El comentario de Tareef me hizo asentir con la cabeza y responder. -Si... Sigue siendo muy raro. Nunca he visto piratas comportarse así ante un asesinato aunque a lo mejor no era un pirata. - Volví a su lado y con la mano señalé las cajas y después al tejado. - Me apetece investigar esto. ¿Te apuntas o te quedas? Solo deberíamos subir esas cajas y de un salto pasamos al tejado. No creo que sea complicado.