Conociendo un nuevo lugar [pasado] [privado] [Maximilian - Joan D. Lluquer]

Una brisa marina recorrió mi cuerpo, refrescándome del calor intenso. Había llegado a Kumo sano y salvo a pesar de que la noche anterior el mar había estado muy agitado. Ahora estaba cerca de una ciudad y supuse que era la única del archipiélago por lo que me habían dicho. No tenía una razón en especial para estar ahí y solo había ido a la derivaba en mi camino pero al oír que ese lugar podía tener algunas cosas interesantes tomé la decisión de ir allí. Ryuto estaba sentado debajo de un árbol tratando quitarse el calor cuando vi que ya estábamos cerca de la civilización.

-Oye, Ryuto, estamos cerca de la ciudad – dije mientras me acercaba a él para mirarlo

-¿Enserio?, que genial – se puso de pie al instante y con un hilo de saliva en la boca dijo –necesito un trago y un buen baño

-Te recuerdo que debes comportarte

-Sí, sí, losé capitán

Ambos nos apresuramos para llegar a la ciudad porque ambos estábamos cansados y necesitamos recuperar el aliento. Al llegar, pude ver que en la ciudad las personas vestían de una bastante común al resto de ciudad que habíamos visitado. Pedimos ayuda a un tipo gordo con un bigote muy gracioso que pasó por nuestro lado y nos indicó donde podíamos encontrar un buen restaurante donde comer algo. Seguimos las instrucciones de aquel sujeto a quien agradecimos fervientemente y encontramos el lugar que nos había indicado. Desde fuera se podía oler la mezcla de olores a comida y algunas risas de personas que de seguro estaban hablando tranquilamente. Entramos al lugar, el cual resulto ser muy grande y agradable, ya que tenía una excelente pintura, mesas limpias y sillas bonitas. Ryuto me indicó una mesa libre cerca a la ventana que daba a la calle y fuimos a sentarnos ahí. Deje mi guitarra aun lado y una chica se nos acercó.

-¿Que comerán señores?

-Un filete de pescado frito, con patatas horneadas y tal vez una ensalada de verduras – dije a la chica

-Una botella de Whisky y lo mismo que él

-También si puede una buena cantidad de zumo de frutas

-Enseguida – respondió la chica mientras se alejaba

Kumo nos estaba tratando bien o al menos eso creíamos hasta ese momento.

Ese fue el peor viaje que tuve en mucho tiempo. Mar extremadamente agitado, compañeros de camarote horrorosos y, además, el capitán estaba borracho. Tenía un mareo terrible, y llegaba a ver triple. El estómago parecía que me iba a estallar. Pero al menos estaba allí,sano y salvo. El vasto puerto de Kuno extendía ante mis ojos. En ese momento iba vestido con una camiseta de manga corta de color azul en la cual se leía la palabra "Samurai". En mi espalda acarreaba con una mochila con todas mis pertenencias menos mi katana, la cual llevaba en mi mano. Llevaba unos pantalones cortes de color gris.

-Es la última vez que viajo en este barco- me dije a mí mismo.

Decidí descansar un rato para reponerme del viaje, así que busqué un  hotel donde alojarme.

Entré en un local cuyo nombre era hostal Intte. Era un hostal/bar, con las paredes de roble, mesas en lugar de barriles y unos taburetes. Me acerqué a recepción donde me atendió un chaval flacucho de unos veintipico años. Su piel era pálida, y sus ojos eran negros como el carbón.

-¿Que desea?-preguntó él con voz cansada.

Me gustaría reservar una habitación para esta mañana-le respondí

-OK, sin problema. Su habitación es la 286. Que tenga una buena estancia

-Gracias-contesté

Subí a mi habitación y abrí la puerta. Era una habitación normal y corriente, con una cama, una mesa y un sillón. Consideré que lo mejor que podía hacer en ese momento era dormir, así que me tumbé en la cama y cerré los ojos.

Después de dormir toda la mañana, salí de mi habitación con fuerzas renovadas y decidí empezar a explorar un poco. El puerto era grande y no sabía por dónde empezar.

-Mejor voy a dar una vuelta por el paseo marítimo.-Dije para mi mismo.

Ryuto y yo pasamos casi toda la mañana comiendo y charlando en el restaurante, hablando de cosas del pasado, de nuestras vidas antes de que seamos piratas y nos convirtamos en criminales ante la sociedad. Poco era lo que mi camarada me decía acerca de su infancia pero a pesar de que no le gustaba hablar mucho de su pasado, me contaba mucho de lo que había hecho pocos meses antes de que nos conociéramos. Como me lo esperaba era alguien extraño, tal vez con una parte de desorden de conducta pero eso lo compensaba con su gran facilidad de explicarme algunas cosas mecánicas que no conocía muy bien. Mecanismo metálico y demás tecnología avanzada que había estado estudiando y tratando de conseguir de alguna manera pero no lo había hecho por la falta de recursos.
 
-Ya es un poco tarde no crees Ryuto – le dije a mi compañero
 
-Sí, capitán, tal vez podamos ir por allí viendo de que va esta ciudad
 
-Tienes razón, algo interesante tendrá
 
Ambos nos pusimos de pie y luego de pagar todo lo que habíamos comido, salimos del restaurante con el estómago lleno y con ganas de ver algo interesante de la ciudad. Ryuto me propuso una idea que me sorprendió bastante viniendo de una persona que solo le gustaba ver sangre. Comenzaríamos por el puerto, viendo las naves que estarían allí y algunos rincones marinos en busca de algo interesante  que pudiéramos encontrar.
 
-Sabes, aparte de que necesitamos un barco, también necesitaremos un cocinero, un navegante y alguien que sepa manejar armas – le decía a Ryuto mientras caminábamos al puerto.
 
Al llegar vimos grandes barcos de donde descendían personas con aspecto de turistas y otras que no. Cerca de nosotros estaba un muchacho que parecía buscar algo. Tenía una mochila en la espalda  y una camiseta de manga corta con la palabra “Samurái” grabada en el pecho. De pronto algo me llamó la atención, tenía un espada en su mano lo cual hizo que me acercara curioso a verlo.
 
-Hola, ¿estás perdido? – le dije con una sonrisa amable – nosotros acabamos de llegar a la ciudad, tú también pareces forastero – hice una pausa y con una sonrisa en el rostro dije – soy Maximilian y mi compañero de aquí – dije señalando a Ryuto – es Ryuto, tal vez podamos ayudarnos entre viajeros, según me ha dicho hay cosa interesante en Kumo.

Aquel hombre se me acercó a mi, preguntándome si estaba perdido. Se presentó: me dijo que se llamaba Maximilian y que su compañero se llamaba Ryuto. No lo conocía de nada, por lo tanto al principio estaba algo reacio a hablar con él, pero tenía cara de buena gente, así que decidí hacerle caso.

Sí, la verdad es que me vendría bien tu ayuda.Mi nombre es Joan.- dije yo tendiéndole la mano.

¿Que te parece si damos una vuelta y nos conocemos un poquitos más?- dije yo.

El chico dijo algo que me pareció bastante lógico. Era poco común que alguien se te acercará sin más ni más y que te hablara de una manera tan confianzuda. La malicia que existía en el mundo generaba constantemente en las personas una especie de armadura invisible que te colocabas cada vez que alguien intentaba acercarse a ti, solo por el hecho de que las personas tenían en la cabeza la idea de que nadie era lo suficientemente bueno para confiar en esa persona. Miré a Ryuto y su gesto de alegría lo dijo todo, quería acompañar al chico. Comenzamos a andar a pasos lentos por el puerto viendo todo lo que parecía interesante en el lugar cuando un unos ruidos extraños hicieron que girara mi mirada hacia la ciudad. Los ruidos se convirtieron en explosiones y en el cielo, pintando de colores y figuras el firmamento que comenzaba a cambiar de color por que el atardecer pronto se acabaría y daría paso a la noche. Un hombre que estaba cargando una caja con pescados, se acercó hasta donde estábamos y dijo:

-El festival ha comenzado – sus ojos miraban los vivos colores de los fuegos artificiales que creaban figuras de luces en el cielo – llegaron en buen momento viajeros, el festival del “Ciervo” ha llegado a la ciudad, esperó que lo disfruten

Sus palabras me hicieron sonreír debido a que era un buen momento para distraernos en algo verdaderamente entretenido. Miré a Ryuto y al chico que estaba a nuestro lado.

-Vayamos a la plaza central de la ciudad, de seguro habrá cosas interesantes que ver – dije mientras Ryuto y yo comenzábamos caminar para salir del puerto.

Aquel hombre tenia cara de haberse puesto en mi lugar. Empezamos a caminar por le puerto un rato. Vimos unos barcos enormes y mientras charlábamos una voz nos interrumpió.

-El festival ha comenzado-me giré para observar de dónde venía esa voz y vi unos preciosos fuegos artificiales.llegaron en buenos momentos, el festival del ciervo ha comenzado.

Max propuso la idea de ir hacia allí, y a mí no me desagradó la idea.

Si claro, ¿por qué no?- le contesté

Empezamos el camino hacia aquel lugar. Vimos gente de todos las edades dirigiéndose hacia a aquel lugar, desde joviales niños hasta ancianos octogenarios.

Parece que está es una fiesta bastante popular- dije mientras seguía caminando hacia la plaza principal.
La plaza estaba llena de gente, y había un gran alboroto. Había un montón de carpas pequeñas y también tabernas ambulantes, espectáculos de magia, gente cantando, etc. Empezamos a caminar entre la gente, abriéndonos el paso a codazos. Nos acercamos a la parte de las tiendas para ver que artículos estaban en venta. Aquel lugar era el infierno para cualquier persona que quisiera ahorrar un berrie. Había artículos de lo más variado, desde especias venidas del Red Line hasta armas, pasando por un montón de ropa. La verdad es que estaba tentado a comprar un montón de cosas, pero llevaba muy poco dinero encima después de dar un buen paseo por la zona de tiendas decidimos ir a beber una cerveza bien fresca, para reponer las energías. En el mismo momento en que nos sentamos en la terraza de un bar nos atendió una camarera. Era una mujer joven, de una estatura aproximada de 1,70, el pelo negro como el azabache y los ojos verdes. La chica nos dio la carta con todas las comidas y la bebidas del lugar. Yo decidí pedirme una cerveza de malta venida del Red Line, pero justo cuando iba a pedir la bebida vimos a una banda de macarras que se estaban metiendo con un anciano.

Bueno, vamos a estirar un poco los músculos.- dije.

Nos acercamos al lugar. Unos macarras estaban empujando a un anciano ante la mirada impotente de la gente.

¿Que se supone que estáis haciendo?- les dije.

Y a ti que te importa, subnorpollas.- me contestó uno de ellos.Más vale que no te metas si no quieres pillar.- me dijo otro.

A lo mejor los que pilláis sois vosotros- le contesté

De repente un chaval vestido con una chupa de cuero corría con una navaja en la mano. Cuando estaba lo bastante cerca le lancé una patada en la rodilla para que se desestabilizase, y cuando estaba en el suelo, le lancé una patada en la boca que lo dejó noqueado. De repente, estábamos rodeados de la peor chusma del lugar.

Las manos de Ryuto se movieron rápidamente a sus bolsillos de donde extrajo un mazo de cartas. Por alguna especie de situación confusa habíamos terminado rodeados por un grupo de maleantes del lugar y en sus rostros había expresiones de rabia e ira. Sus miradas estaban puestas en el chico que recién habíamos conocido, ya que momentos antes golpeo a un muchacho que había intentado apuñarlo y ahora estaba en suelo inconsciente. De pronto una voz gruesa y firme llegó desde detrás del grupo que nos rodeaba. Tres figuras inmensas de más de 2 metros se alzaban frente a nosotros y pronto se dejaron ver. Uno de ellos tenía una cicatriz que le recorría toda la cara de oreja a oreja y cabello peinado hacia atrás corto y de color negro. El tipo de la derecha era un hombre de piel morena con ojos hundidos sin cabello en la cabeza y mientras el otro era un hombre con una barba gris una mirada muy seria. Los tres tenían una contextura demoledora y parecían moles humanas.

-Sabía que causarían problemas – dijo el tipo que estaba en medio y que tenía la gran cicatriz en la cara – lárguense ahora banda de malvivientes

Los hombres que nos rodeaban cambiaron las expresiones de sus caras notables miradas llenas de miedo y pavor para luego de unos segundos salir corriendo por todos lados. Los tres inmensos sujetos que estaban frente a nosotros dieron unos pasos al frente y nos miraron con seriedad.

-Parece que son forasteros-kon – dijo el de la barba gris para terminar su frase expulsando aire de su nariz con fuerza

-Así parece – dijo el hombre moreno – démosle las bienvenida como se lo merecen

Los tres rieron de una manera macabra que hasta Ryuto se sintió algo nervioso cuando lo miré. Luego de un momento sus rostros cambiaron de expresión y sonrieron alegremente.

-Vamos, vamos, que estamos en una fiesta –Kon – dijo el hombre de barba gris mientras me colocaba su brazo enorme por encima de mi cuello y reía a carcajadas

Nos guiaron hasta una carpa abierta donde una mujer de voluptuosos atributos con unos labios rojos y un lunar debajo del ojo derecho nos recibió con una sonrisa pícara. Los tres hombres reían mientras yo comenzaba a tranquilizarme al poder imaginarme que estaban actuando de una manera típica de su personalidad. Ryuto comenzó a discutir amenamente con el hombre de la cicatriz en la cara sobre que era mejor, el Whisky o una buena jarra de cerveza espumosa. El hombre de barba gris reía sin más no poder al lado de Joan golpeando la mesa con su gran puño. El único que parecía guarda la compostura era el hombre de piel morena quien se notaba tranquilo.

-La gran fiesta- dijo sonriendo – han llegado en buen momento – agregó entre cerrando los ojos

-¿Por qué lo dice señor? – pregunté con cordialidad

-Te lo iré explicando pero ahora…- hizo una pausa y la mujer atractiva que vestía con un atuendo muy escotado llegó con una bandeja con bebidas muy frías, las colocó frente a nosotros y nos lanzó una mirada coqueta a todos

Yo me quedé con la boca abierta y Ryuto se pasó la lengua por los labios mientras se llevaba la bebida a la boca. Una sonrisa de oreja a oreja se dibujó en su rostro ya que al parecer le gusto lo que le habían servido. Algo curioso por saber que era aquello, acerqué mi boca a la jarra y olfatee un momento. Tenía un olor agradable y cuando mis labios rozaron el borde del recipiente pude sentir una leve dulzura en mi paladar combinada con lo que para mí era otro extraño sabor algo diferente al zumo de frutas que siempre tomaba.

-No tengas miedo – dijo el hombre moreno que estaba a mi lado – no te vas a marear si eso es lo que te preocupa, al menos no si tomas con prudencia, es trigo fermentado combinado con esencia de frutas frescas y algunas que otras cosas que le agrega la belleza de Bonnie.

Aquellas tres moles habían ahuyentado a aquellos maleantes de ancianos como si de pájaros se tratase. En momento pensé que eran CP, pero descarté esa idea cuando de acercaron a nosotros y nos dijeron de ir a tomar unas birras a un bar. Uno de los hombres se acercó a mi y empezamos a reír, para ser la primera vez que lo había visto parecía buena gente y me caía bien. Nos llevaron a una taberna del lugar, dónde parecían ser clientes habituales. Un hombre hablaba con Ryuto y el otro reía conmigo. El otro parecía guardar la compostura. Dijo algo, pero no lo oí. Cuando la camarera nos tarjo la bebida di un trago a mi vaso, y noté un sabor distinto.

Que pasa chaval, ¿muy fuerte para ti?Jajaja.No te preocupes, deben ser los "ingredientes secretos" que le hecha la despampanante Bonnie.

Seguí bebiendo de aquella pinta, y cuando todos acabamos de beber, una de las torres nos propuso de ir a dar una vuelta al bosque. Yo acepté, pero faltaba la respuesta de los otros.

Mientras os lo pensais vamos a dar una vuelta .

Empezamos a caminar por el festival del ciervo, entre gente y alboroto. Nos salimos del festival y nos empezaron a enseñar las maravillas de la ciudad, como el homenaje a las victimas de Loguetown o la estatua en honor a la taberna destruida el 22M. Seguimos caminando un buen rato hasta que se pararon en una plaza y se sentaron en un banco.

Y bien. ¿Cuál es vuestra respuesta?

Bebíamos alegremente y comencé a sentir una leve alegría que no me explicaba de donde sacaba tantas ganas para reírme. Ryuto estaba jugando con sus naipes, riendo a plena voz con el hombre que estaba a su lado. Uno de ellos nos propuso que fuéramos a dar un paseo por el bosque y mientras intentaba ordenar mi mente empezamos a caminar por todo el festival. Nos detuvimos en una plaza después de caminar tanto y al sentarnos en un banco, el que antes había hecho la invitación dijo:
 
-Y bien. ¿Cuál es vuestra respuesta?
 
Asentí alegremente y Ryuto hizo lo mismo pero  luego me imagine a todos nosotros dando un mal espectáculo en medio del bosque.
 
-Creo que sería justo ir por la mañana, ahora no estoy en condiciones – dije con cordialidad
 
Los tres sujetos inmensos nos miraron y rieron:
 
- Claro, claro, pues los esperaremos aquí por la mañana, el bosque no es un lugar a donde podamos ir a estas horas es algo peligroso
 
Nos despedimos de nuestros tres nuevos amigos y miré a Joan diciéndole:
 
-Nos vamos, creo deberías ir a descansar mañana será un día muy ajetreado
 
Nos alejamos a pasos lentos mientras intentaba no marear con tanta caminata y podía sentir como mis sentidos estaban algo alterados.

Decidimos ir al bosque por la mañana, ya que no estábamos en nuestras plenas facultades y caminar por el bosque por la noche y medio borrachos, no era una buena idea. Nos despedimos de nuestros nuevos compañeros y Max me dijo que se iba, y que debería descansar.

-Si, lo mejor será descansar. Hasta mañana.- me despedí

Me dirijí hacia la posada Innte, dónde me había hospedado nada más llegar a Kumo. Cuando llegué abrí la puerta y ya no estaba el chico de la mañana, sino que estaba una dependienta algo rolliza. Subí las escaleras hacia mi habitación y abrí la puerta de ésta. Me tumbé en la cama y cerré los ojos, y cuando me quise dar cuenta, estaba dormido. a la mañana siguiente, me desperté con un poco de jaqueca, y me acordé de los "ingredientes extra" que les había echado Bonnie a nuestras bebidas. Me fui al baño y me lavé la cara. No tenía mucha hambre, así que no desayuné. abrí la puerta de la habitación y me dirijí escaleras abajo, y salí por la puerta del hostal. Empecé a caminar hacia la plaza principal, dónde me senté en un banco esperando la llegada de mis nuevos amugod

Me despertaron los rayos del sol y pude notar que encima de mi pecho estaba un brazo delicado y con uñas pintadas en las manos. Una muchacha de cabello castaño estaba durmiendo a mi lado y al lado de ella Ryuto casi desnudo. Yo me había dormido con la ropa puesta y así había amanecido. Caminé al baño y lave la cara con un poco de agua. Me acerqué a Ryuto y le di unas suaves palmadas en la cara para que se despertara.

-He, arriba tenemos que irnos ya – dije con seriedad- no puedo creer que siempre estés haciendo esas cosas

-Lo siento capitán pero lo necesitaba – dijo Ryuto mientras se ponía de pie y veía que estaba completamente desnudo

Me giré y salí de la habitación para buscar algo de desayunar. El encargado del lugar estaba lavando unos bazos en la fregadora que estaba en la barra de la taberna que se encontraba en la primera planta del edificio donde habíamos ido a hospedarnos y cuando llegué me sirvió un poco de pan, carne asada y una taza de café. Comí todo mientras esperaba Ryuto y luego de unos momentos mi compañero bajo sonriendo.

-La chica se ha molestado por que quise pagarle

-A lo mejor la cautivaste imbécil y solo quería enamorarse de ti

-Oh, no, eso jamás capitán, soy un alma libre

Luego de ello salimos del lugar y nos dirigimos a la plaza de la ciudad para encontrarnos con nuestros compañeros. Vimos a Joan sentado en un banco esperándonos, lo salude y lo mismo hizo Ryuto para luego sentarnos junto a él. Miraba a todos lados y la mañana parecía ser tranquila después de un gran día de fiesta pero algo me decía que aquella noche también seria la bebida el principal protagonista en las mesas de cada lugar.

-¿Y bien que haremos?, I´m so boring

Ryuto parecía aburrido y no lo culpaba, había dejado los brazos de una chica desconocida para acompañarnos en un viaje al bosque a cazar algo supuestamente interesante.

-He, Joan que tal has amanecido – pregunté tratando de entablar una conversación mientras esperábamos al resto del grupo

Los rayos del Sol daban en mi cara, haciendo que tuviera que cerrar un ojo para no cegarme del todo. Esperaba a mis nuevos compañeros, que parecían bastante agradables. La brisa marina despejaba mis fosas nasales, dándome una sensación de libertad excepcional. A aquellas horas mucha gente salía a pasear y a hacer deporte, cosa que no me extraño con el espléndido día que hacía.

Una gota de sudor corría por mi frente y cuando se hizo bastante grande, me la sequé con la manga. En la distancia pude ver a Max y a Ryuto viniendo hacia mi. Me saludaron, yo les correspondí con un saludo con la mano. Mis dos amigos se sentaron al lado de mi en el banco. Y Ryu dijo que estaba bastante aburrido. Max intentó entablar una conversación conmigo, preguntándome cómo había amanecido.

-He amanecido bastante bien la verdad, aunque con un poco de dolor de cabeza.-dije.¿ Y vosotros que tal?- añadí.

En la distancia pude ver a aquellas tres figuras acercándose hacia nuestra posición. Estaban a unos veinticinco metros, así que tardaron unos treinta segundos hasta llegar al banco.Antes de que pudiera decir nada, uno de ellos dijo:

-Buenos días a todos. No tenemos mucho tiempo si queremos cazar unas buenas piezas en el bosque, así que en marcha.

Me incorporé y les tendí la mano a Ryu y a Max para ayudarlos a levantarse.