El profanador de tumbas - Giotto LeBlanc

Giotto fue el hijo mediano de una familia de cocineros de la isla de Banaro, una isla cercana a la ciudad de la justicia, por lo que los maleantes allí no suelen ir. Así que suele ser una isla muy apacible. Pese a estar dentro de un núcleo familiar estable, con una economía medianamente buena, sin carecer de nada pero sin excesivos lujos, los padres dejaron a su hermanos mayor y a él en un monasterio de las montañas donde serían instruidos cultural, física y espiritualmente.

Desde los diez años el joven Giotto estuvo en el monasterio, salvo en festividades familiares como la navidad, allí empezó a tener un gran afán por la historia antigua, aunque los libros siempre tenían pequeños vacios, incongruencias que le molestaban y hacía que se enfadara. Sin embargo, le encantaba leer y se pasaba todas las noches leyendo. Esto hacía que al día siguiente no rindiera en los entrenamientos, siendo el más débil del monasterio, todo lo contrario que su hermano Cassius, quien era el mejor luchador de todo el lugar.

Este simple hecho hizo que entre ambos hermanos surgiera una gran rivalidad en los dos primeros años de estancia en el lugar, pues Giotto se convirtió en el más inteligente, sacando las mejores notas, mientras que Cassius se convirtió en una promesa del combate cuerpo a cuerpo, siendo capaz de ganar a algún que otro monje, sintiendo cada uno envidia del otro. La diferencia de cinco años de edad entre un hermano y otro hacía que el primogénito abusara del mediano físicamente, pues mediante la dialéctica solía perder, ya que Giotto era más audaz y solía dejarlo en ridículo.

Una noche de verano, Cassius le propinó una paliza de muerte a Giotto, estando este encamado durante poco más de un mes, esto hizo que Giotto, tras recuperarse, hablará con Cayo Birk, un monje del monasterio que siempre estaba entrenando en solitario.  El monje estuvo reacio a enseñarle a pelear, pues creía que simplemente buscaba venganza, pero la insistencia del joven peligris, unido al noble corazón que fue capaz de demostrar mediante pruebas que le hacía el monje desde el anonimato con el fin de probar su solidaridad, compañerismo, entre otras cosas.

El entrenamiento fue duro, muy duro, Giotto al principio era un endeble, con una masa muscular lamentable, pero haciendo fuerzas de flaqueza en tres años se convirtió en un buen luchador con ciertas nociones de esgrima clásica con katana.

Durante los años de entrenamiento y los restantes hasta que llegó el momento de graduarse, ambos hermanos ni se dirigieron la palabra ni una sola vez, no por parte de Giotto, sino por parte de Cassius, quien renegaba de él como hermano, lo trataba como si fuera un extraño más, causando problemas en casa porque compartían habitación en la época en la que volvían a su hogar.

El día de la esperada graduación cada monje elegía a un alumno para un torneo, un combate amistoso para probar lo que habían aprendido, dicho torneo era famoso en Banaro y los alrededores, teniendo un público de lo más variado. Ambos hermanos se enfrentaron en las semifinales del segundo grupo, la lucha estaba siendo encarnizada, al contrario que años atrás, no había mucha diferencia de nivel entre ambos.

Durante el punto álgido del combate, la destreza polivalente de Giotto empezó a ser superior  la fuerza física de su hermano, quien cegado por el odio estaba cometiendo fallos de novato; Giotto a sabiendas de lo que estaba sucediendo hizo la señal del saludo y abandonó el combate diciendo: “Ya es suficiente”.

Cassius sintió aquello como una ofensa hacia su persona, como si su hermano pequeño hubiera reído de su persona, e intentó atacarle por la espalda, a lo que Giotto reaccionó con un movimiento de contraataque dándole un golpe en la boca del estomago con el mango de su bokken de entrenamiento, dejándolo tirado en el suelo. Por ello descalificaron a Cassius, y no pudo recibir el diploma de graduado del monasterio. Receloso, una noche, pasado unos cuantos meses Cassius se adentró en lo más profundo de la abadía y le prendió fuego, no sin antes robar los tesoros del lugar.

Giotto, quien se había dado cuenta de que su hermano había sido el culpable, mientras que el pueblo ayudaba a pagar el fuego, él buscaba a su hermano mayor. Cuando lo encontró tuvieron una batalla que acabó con la interrupción de Cayo Birk, quien dejó escapar a Cassius por benevolencia, del cual no supo nada en años.

Hasta el día de hoy, la isla ha sido un lugar muy acogedor, como siempre. Aquel suceso sirvió al monasterio para no admitir más adeptos y acabar con las enseñanzas.

Giotto por su parte acabó de profesor en la escuela de la isla, mientras que por las tardes volvía a su hogar de la infancia a leer libros de historia., hasta el día que el regreso de su hermano cambió su vida.