La novia y el novio se van a casar (moderado nivel 1 Shiro)

Carta 1:

 
 

Carta 2:

 

Instrucciones y objetivos :

 

Apariencia (obviando los otros elementos de la foto):

Shiro se había vestido especialmente para esta misión de forma tal que concordara con todo el lujo a su alrededor: Llevaba un frac rojo y negro con chapillas y cordeles dorados, modificado para aparentar la vestimenta de un príncipe estereotípico. Bajo este traje llevaba una camisa blanca de seda fina, pantalones oscuros y mocasines. En su pecho llevaba el accesorio que lo identificaba como parte de la familia Marseuss Monroou, un manatí de oro con el logo familiar. Por último, llevaba un par de guantes blancos puestos.

Recordando todos los detalles de su misión, así como quién se suponía que él mismo era, Shiro permanecía escuchando atentamente al jefe de aduana, estando totalmente serio mientras lo hacía y manteniéndose sentado firmemente, sin dar muestras de comportamiento inapropiado para no parecer sospechoso. Era fácil, de hecho, simplemente quedar sentado mientras atendía. Tras escuchar su pregunta, la cuál no se le hacía difícil responder, Shiro comenzó a hablar, su tono de voz uno calmado si bien firme y certero de lo que decía.

"Está bien informado, como era de esperarse. Muy bien, le explicaré el porqué de mi presencia en esta isla. Desde hace más de tres años, he estado intercambiando cartas con una humilde joven que reside aquí; ella robó mi corazón, por así decirlo, y por ende decidí conocerla en persona y, si es posible, desposarla, a sabiendas del odio que mi padre debe de tenerle. A mi realmente me interesa poco su clase social o sus orígenes. Solo quiero conocerla y planificar una boda tras asegurarme de que es lo que deseo. ¿Alguna otra pregunta, jefe de aduana-san?"

Al terminar de decir esto, Shiro toma la taza de té ofrecida entre los dedos índice y pulgar de su mano izquierda, a sabiendas de que era preferible ocultar su brazo cyborg de este hombre; no es que se le diera mal tomar cosas con la mano izquierda, ya que su forma de luchar era un estilo necesariamente ambidiestro, pero la delicadeza de la taza podría darle problemas debido a la dureza y fuerza de sus dedos. Sin ponerle mayor importancia, midiendo con cuidado su suave agarre sobre la vasija, Shiro finalmente comienza a beber, dándole un pequeño sorbo insonoro al té antes de regresar su atención al ser tan poco agraciado que tenía en frente.