Cazar peces a cañonazos [moderado nivel 4]

Ennies Lobby, 22 de abril del año 165.

A la atención del sargento Khâmul,

Ha sido usted convocado a la Isla Judicial. Se espera su asistencia en el plazo máximo de tres semanas. Preséntese en la Torre de la Justicia, piso dos, ala este, pasillo tres, puerta 4 b. Se ruega avise al momento de su llegada a través del garito de guardia de la puerta principal de la ciudad.

Reciba un cordial saludo,
Consultor táctico Blue Bull
Cipher Pol 7.

Recibes esta carta mientras estás en una isla de Paraíso a tu elección. Si decides ir, puedes rolear que llegas a Ennies Lobby.

No habían pasado muchos días desde que había llegado a Whisky Peak, el lugar menos tranquilo del mundo, pero que por algún motivo yo encontraba confortable. Allí estaba, tumbado en la cama de la habitación que había alquilado por unos días tras mi singladura en Ennies Lobby. Sin embargo no pude disfrutar de beber por mi mismo un buen whisky, ni comer un buen entrecot  debido a el cargo de conciencia que tenía en mente.

Había traicionado al gobierno, yo, que en la vida se me habría pasado. Pero dicen que a veces la desesperación te hace hacer cosas muy locas...pero creo que me había pasado. Traté de dormir, pero me era imposible ya que no paraba de cavilar en como solucionar aquello sin acabar en el cadalso. Y finalmente pasó.

El tabernero  acudió a mi habitación para entregarme una carta certificada, proveniente nada menos de Ennies Lobby. Se me citaba en la isla con propósito desconocido, aunque era bastante obvio el porqué se había enviado. Podía evitar ir, y así no procurarme el bochorno y el castigo inminente, pero por una vez, el que estaba acojonado era yo. Muchas veces pensaba que mis pecados volverían algún día para visitarme, y esperaba que el precio no fuera mayor del que podría soportar.

Así que me preparé, poniéndome mis mejores galas y mi uniforme Marine, pues si, ahora podía ponerme ropa de persona y no como antes, sin embargo era la primera vez en mi vida que echaba menos la "protección" de mi armadura, pues me sentía indefenso.

Me dirigí al puerto y pagué el primer pasaje para la isla judicial. Durante el viaje no tuve otro pensamiento que el llegar. No paraba de leer la nota una y otra vez tratando de preparar un discurso que sabía que se me trabaría, hasta guardarla en mi bolsillo.. Pero finalmente llegué allí, a la isla judicial cual preso que gozaba de una libertad efímera.

Cuando llegué a sus grandes puertas, allí junto a la garita había un guardia, y tal como decía la carta me presenté.

-Buenos días, Sargento Khâmul. Se me ha citado hoy aquí y me han comunicado que debo darle aviso.

Dicho esto esperé ante el, tratando de mantener el tipo.

El Umi Reesha se detiene en la estación de Ennies Lobby, y bajas junto con un pequeño grupo de agentes del Gobierno, funcionarios y un mink panda con aspecto de estar muy perdido. Te acercas a la garita, donde hay un marine hurgándose la nariz mientras lee un periódico. No parece que en general tenga mucho trabajo, y tiene sentido. Sobre las murallas puedes ver la división de tiradores de la Marina encargada de la protección de la puerta principal, y flanqueando las puertas hay dos semigigantes con grandes hachas de aspecto imponente. Imaginas que probablemente habrá más defensas ocultas. Con semejantes defensores, el papel de la garita y de este buen hombre es probablemente más el de una suerte de conserje ceremonial que de un militar, lo que explicaría su actitud.

- ¿Eh? ¿Cita? - te mira confundido por un momento - Ah, sí. Eres ese.

Rebusca dentro de la garita y saca un den den mushi verde lima.

- Aquí puerta principal. Ha llegado el sargento Khâmul.

- Que espere a su escolta - dice una voz profunda y enérgica.

- Sí, señor - cuelga - Bien, ya lo has oído. Aquí quietecito hasta que llegue tu escolta.

Tienes unos minutos, por si quieres aprovechar para hacer algo, sea lo que sea. El caso es que, si tras esos cinco minutos no te has ido, aparecerá una mujer con el cuello muy largo y retorcido hacia delante, brazos a juego, grandes ojos azules y el pelo rosa. Para complementar su bizarro aspecto, su cabeza es ovalada y sus piernas pequeñas.

- ¡Bienvenido, sargento! Soy la agente Ulter Gusi. ¡Por favor, sígame!

Te hace gestos con la mano y se dirige a las puertas principales. Si vas con ella, te guiará a través del puente de tierra que lleva a la ciudad de la Isla Judicial. Por el camino pasáis por delante de la enfermería en la que estuviste, y Ulter la señala con la cabeza.

- He oído que tuviste que estar ingresado aquí hace poco. ¿Todo bien?

Debía admitir que me  esperaba algún que otro grito y golpe por parte de toda aquella gente. Las buenas formas nunca fueron de la mano con el Gobierno Mundial. Era bastante obvio que los gritos y todo lo malo vendría una vez entrara en la torre judicial, pero bueno, paso por paso. Ya me había convertido en un traidor a todas luces, así que para que seguir fingiendo lo contrario.

Esperé esos cinco minutos hasta que aquella bizarra mujer llegara hasta a mi, y de momento parecía ir con buenos modales, y como era obvio, no me fiaba nada de nada.  Le respondí con la misma cortesía.

-Un placer, por supuesto- concluí antes de seguirla.

Estaba esperando el golpe. ¿Cuándo vendría?. Pff a estas alturas me daba un poco igual. Lo que no me dio tanto igual fue el caminar y pasar por la enfermería donde estuve "ingresado". Era el mismo lugar donde había tomado mi fatídica decisión, y que más de uno me lo iba a recordar hoy, seguro.

-Si así os lo han comunicado, así será.-dije mirando al frente ignorando el edificio-  Todo correcto ,gracias por preguntar señorita, pero ahora mismo mi cabeza está en otro sitio.


Dicho esto la acompañé sin decir palabra alguna. Lo único que podía hacer era volver aquí para redimirme, pero al menos había vuelto y eso ya era algo, o al menos significaba algo ya que podía haberme pirado y enarbolar la negra, y no lo hice. O al menos eso pensaba.

La agente te mira algo ofendida y gira la cabeza hacia el frente. No dice nada más mientras recorréis las calles en dirección a la Torre de la Justicia. Una vez llegáis frente a esta, dice:

- ¡Adelante, sargento! Suerte con su entrevista - aún suena ofendida. Parece que no le gusta cómo le has respondido - Le esperan en la puerta que le indicaron en la carta.

Tras eso se va sin decirte dónde está ese sitio. ¿Te acuerdas de dónde era? Probablemente tengas aún la carta contigo, ¿verdad? El caso, sea que te acuerdes, tengas la carta o preguntes, acabas llegando al lugar de la reunión. Es una puerta azul con bordes dorados. Del interior viene ruido de conversación, pero en el momento en que entras se queda en silencio. Probablemente estabas esperando un comité de guerra, pero lo que te encuentras parece más una sesión informativa de guerra. Estás en una estancia alargada con tres filas de cinco sillas colocadas frente a una pantalla. Tras las sillas hay un proyector. En las sillas aún no hay nadie sentado, pero en la sala puedes ver un grupo de reclutas marines y hombres trajeados hablando animadamente entre sí. Los reclutas tienen una actitud desenfadada y de compañerismo con los probables agentes. Cosas de Ennies Lobby, supones. Al haber marines y agentes del CP acantonados en la misma isla, aquí no hay tanta desconfianza mutua entre ambos cuerpos.

- Bienvenido, sargento Khâmul.

Quien te habla es un hombre musculoso, tan alto como tú tras tu "proceso curativo". Lleva una americana negra, una camisa blanca y pantalones y mocasines a juego con su chaqueta. Su pelo es rubio, rizado y corto, y varios mechones se le juntan sobre la frente en dos pequeños cuernos de pelo. Con actitud cordial, te ofrece la mano para estrecharte la tuya.

- Soy el consultor táctico Blue Bull. Gracias por unirse a nosotros como le pedimos. Creo que tendrá un infierno y medio de preguntas tras ser convocado con tanto secretismo. Discúlpenos. No podíamos arriesgarnos a que fuese interceptada. Ahora en la sesión informativa entenderá por qué le hemos llamado, pero por ahora puedo decirle que le necesitamos para una tarea especialmente delicada en Jaya. Tenemos un informe de que hace poco tomó un navío directo a la isla desde Ennies Lobby... sinceramente, ni siquiera sabía que teníamos rutas regulares a la Ciudad de la Mofa. El caso, su experiencia probablemente nos será muy útil.

Spoiler:

Quizás debía medir mi tono o la forma en que decía las cosas, pero bueno ¿Qué le voy a hacer tras tanto tiempo hablando así?. Podía haber sido mucho peor, pero no estaba actualmente en condiciones de ponerme más soberbio de lo habitual. Pero aún así sabía que no estaba charlando con un cadete, así que procuré disculparme.

-Perdone si la he ofendido, pues no tenía intención- le dije con tono tranquilo y todo lo amable que podía ser- Muy bien, muchas gracias por su ayuda.

Así que me dispuse a caminar y a buscar el lugar en donde me habían citado. Debo de admitir que las primeras veces me perdí un poco con tanto pasillo a pesar de las indicaciones de la carta, pero finalmente logré llegar a mi destino. No tardé en llegar a una gran puerta.

"Allá vamos"

Entré en la estancia y mi sorpresa fue mayúscula, puesto que esperaba un judgado y no una sala con un enorme proyector. Parecía la mítica sala de dispendio de misiones. ¿Me había equivocado de sitio? Ah no espera, que parece que viene alguien a decirme que, efectivamente, estaba en el lugar correcto. Se me puso a hablar de una misión en Jaya y de que yo era la mejor opción para ello. Definitivamente estaba confuso. Sabía con certeza que esta gente sabía lo que había pasado, así que no dudé en exponerle mis dudas.

-Señor Bull-dije con tono tranquilo- Perdone que le interrumpa pero...debo admitir que venía a este lugar con otras intenciones y con otro tipo de discurso en mente. -concluí.

No quise hablar más de lo debido ya que me dijo que en la "sesión informativa" se me daría alguna que otra explicación, pero vamos, parecían estar informados. Debía admitir que estaba algo nervioso...me estaban recibiendo como si no hubiera pasado nada y con demasiado buen rollo....y eso nunca es bueno en el Gobierno Mundial...si lo sabré yo.

-Espero poder ayudarles en lo que me pidan -añadí mientras señalaba una de las sillas dando a entender si debía sentarme en ella.

spoiler:

Blue Bull te hace un gesto para que no te sientes aún y te mira, arqueando una ceja.

- ¿Otro discurso? Si tiene algo que decir, le escucho. ¿Algo fue mal en su viaje a Jaya?

Se ajusta el cuello de la camisa concienzudamente mientras te presta con atención. Parece que tus palabras han captado su interés, y no parece muy interesado en proceder a otro tema. Tal vez quieras darle largas, decirle la verdad, mentir o intentar desviar su atención hacia otra cosa, pero yo en tu lugar escogería mis palabras con cuidado.

- Le noto confuso, señor Khâmul. ¿Por qué pensaba que le habíamos llamado? ¿Ha realizado alguna comprilla en Jaya y pensaba que iba a ser amonestado? - baja el tono de voz y esboza una sonrisa pícara - No soy un estirado oficial marine, no le juzgaré. Es normal en mi profesión tener tratos ocasionales en ambientes de dudosa legalidad. En cualquier caso, está entre compañeros, cuénteme y veré cómo puedo ayudarle.

Te habla en un tono confidencial y procura discretamente situarse de tal manera que su corpachón bloquee la vista de los marines y agentes, para que no te vean. Tal vez para dar un poco más de privacidad a vuestra conversación.

Podría decir que estuve a punto de decirle el motivo por el que creía que estaba allí, sin embargo una "luz" alumbró mi cabeza haciéndome recapacitar. Creo que sería más conveniente escuchar primero esa "misión", porque quizás podría redimirme de alguna manera, o quizás me contarían algún dato importante que me permitiera poder enmendar mi error, o al menos parte de este. Por ello no vi conveniente lanzarme de cabeza a una piscina vacía. No mentía, pero tampoco tenía porque decir todo de golpe. Así que miré a Bull y le respondí.

- No señor, nada- le dije con tono calmado mientas mantenía mis manos juntas por la espalda- Ha sido un viaje aburrido y quizás me note algo lelo por ello, pero estoy bien señor.

Por muy de buenas que viniera Bull yo no me fiaba de base de nadie de mi entorno de trabajo, pues imagínate de alguien como él. No descartaba que pudiera ir de buenas, pero a veces la paranoia es intensa en mi. Si tuviera que decirle lo que quería decirle, se lo diría un poco más adelantes, al menos una vez escuchara lo que iban a proponerme.

-Bien, ¿Qué necesitan de mi señor?- volví a insistir.

Si Blue Bull ha visto tu mentira o se lo ha tragado está por verse, pues no da muestras claras de lo uno ni de lo otro. Se limita a asentir y alejarse hacia la pantalla. Entonces carraspea ruidosamente para llamar la atención de los marines y agentes. Al ver que no obtiene resultados, hace una mueca de frustración y da varias palmadas con bastante fuerza.

- ¡Todos a vuestros sitios! Empieza la reunión informativa.

Tras ese aviso, todos el mundo se apresura a sentarse en alguna de las sillas. Como estás más cerca, tienes tiempo a escoger en cuál de las tres filas te quieres sentar. Una vez está todo el mundo colocado, un agente que ha quedado de pie se pone junto al proyecto para manipularlo. Las luces se apagan y la luz de la máquina se proyecta sobre la pantalla, mostrando una foto que reconoces: es Kallista.

- El nombre de la operación es Cazando peces a cañonazos. ¿Veis esta foto? Esta "belleza" es líder de un sindicato criminal con influencia en la Senda del Rey desde Arabasta hasta el Archipiélago Shabaody, con base en la Isla del Crimen. La conocen como Kallista, y no porque sea una buena podóloga - Blue Bull sonríe - Su banda se dedica al contrabando de material experimental. ¿La parte deliciosa? Es nuestro material experimental el que venden. Fármacos, armas, drones, químicos... alguien en I+D debe estar haciéndose de oro con esta gente. No podemos dejar que nuestros prototipos acaben en manos de algún Señor de la Piratería, o peor, de la Revolución. El esfuerzo de los chicos de la división científica sería en vano si nuestros enemigos obtienen los planos de sus proyectos antes de que podamos aprovechar la ventaja armamentística.

Ante un movimiento de mano del consultor táctico, el encargado del proyector pone la siguiente diapositiva. Puedes ver al corsario al que eliminaste.

- Este es Alphonse Schwep. Era un miembro de la Marina infiltrado en la piratería para pasar información al Gobierno y vigilar a personas concretas. Tenía la misión de localizar un prototipo de fármaco que había sido robado y que sabíamos por informantes que había acabado en manos de la Marina. Ha sido asesinado, pero antes hizo una llamada a sus superiores informando sobre sus sospechas de que esta gente eran los responsables. Supuestamente tenía pruebas materiales y varias pistas, pero nunca llegó a poder entregarlas. Su navío fue destruido por un tiro en la santabárbara que le mandó directo al fondo del mar. Las pistas apuntan a un bergantín con bandera de Water Seven con el nombre "Lyonnais" en la banda que partió de Mock Town esa misma mañana y volvió tras el incidente. Sabemos que ningún barco de esas características aparece en ningún registro portuario de Water Seven, aunque ya sabíamos que jugarían sucio.

Blue Bull hace un gesto y el agente empieza a pasar diapositivas. Primero muestra un mapa de la isla de Jaya en el que hay señalados un punto en Mock Town y otro en la jungla de South Grave. Después ves una foto de la taberna donde negociaste por tu tratamiento y otra de un almacén en la jungla.

- Gracias al trabajo de mis chicos, sabemos que hay dos localizaciones: una taberna en cuya trastienda la mismísima Kallista lleva a cabo sus negocios sucios y un almacén en la selva de la isla. Probablemente sea donde esconden los prototipos robados. Ahora que los de inteligencia hemos hecho nuestra parte, es hora de que los del músculo os pongáis manos a la obra. Los objetivos son organizar una redada en el almacén y la taberna, asegurar los prototipos y capturar a Kallista viva, bajo órdenes de traerla inmediatamente a Ennies Lobby. Sargento Khâmul, estará al cargo de la operación. Tendrá a estos diez marines a sus órdenes. Sabemos que ha estado antes en Jaya y conoce el terreno, así que su experiencia resultará invaluable. ¿Alguna pregunta?

Mientras se desarrolla la explicación, puedes ver que tanto marines como agentes toman notas en sus libretas. De hecho si ojeas el cuaderno de un recluta a tu lado, verás que está dibujando con bastante precisión un boceto del almacén y la taberna. Ya tiene dibujado uno del mapa de la isla con la localizaciones señaladas. Parece una persona metódica y organizada.

Y aquí está la encrucijada de mi vida. Sabía que tarde o temprano esto me iba a suceder, y debo admitir que me puse algo nervioso. Parecía que la misión era nada más y nada menos que trincar a Kallista...y eso era un problema. Si esa desgraciada me reconocía era capaz de decir a los cuatro vientos que yo era el "traidor", cosa que por el momento desconocían. Lo que si sabían todos era el resto de la historia, mas no el causante, y eso me ponía  en un aprieto. ¿Qué debía hacer? Estaba allí para pedir perdón por mis pecados y ahora me encuentro con todo esto, misión, confianza y deber.

Por un lado pensaba que quizás si mataba a kallista o la entregaba al Gobierno Mundial estos me perdonarían mi afrenta con una misión bien concluída, sin embargo por le otro, miedo me daba pensar decirle a los altos mandos que yo era el traidor. De esta manera si Kallista me delataba ya estarían sobre aviso, pero ¿Quién no me diría que no podría ir a la misión, y si acabar en un calabozo?. Ya iba preparado para lo segundo, y como mi traición ya era humillante de por si decidí tomar una decisión. Quizás no la más adecuada, pero no soy capaz de ser un mentiroso frente a gente superior a mi, y menos cuando tenía intención de entregarme, al fin y al cabo le debía a Velik una explicación.

Bull nos dijo si teníamos alguna pregunta, mientras yo previamente me había sentado en la segunda fila, y joder si tenía preguntas...vale, creo que se lo diría en cuanto la explicación acabara y nos dieran permiso para levantarnos y llevar a cabo nuestro cometido. Así al menos le pillaría solo a Bull y le expondría todo. Alea iacta est.

¿Que me iba a exponer? Claramente, pero como dije antes, tengo mucho más que perder si Kallista abre la boca. Y en caso de matarla "accidentalmente" antes de que me delate. ¿Quién me garantiza que otros no lo sepan?. No soy un Marine corrupto, y quiero volver al redil de los justos, y si para ello tengo que soportar el encierro y la verguenza, bienvenido sea. Así que esperé a que acabaran de dar la exposición de la misión.

Si Bull acababa y daba permiso para retirarnos todos, le diría a solas.

-Señor, no soy el más conveniente para dicha misión, y creo que debo ser justo y contarle algo si me lo permite- dije con tono calmado.

Por un momento, el rostro de Blue Bull se tuerce en un gesto que contiene tan rápido que no llegas a identificar las emociones presentes. Dirías que le has pillado por sorpresa con eso. Te observa en silencio por un momento y dice:

- La consultoría de inteligencia militar ha decidido que tú eres la persona indicada. Tanto tu perfil como tu experiencia previa te califica para el trabajo y hay una orden firmada desde el cuartel marine de esta ciudad. Sin embargo, si hay algún motivo por el que crees que no estás en condiciones, exponla y se valorará.

En un instante, te vuelves el centro de atención de toda la estancia. Todos los marines y agentes se vuelven hacia ti y te observan, algunos con rostro neutro, otros con curiosidad. Hay quien parece entre extrañado e irritado, tal vez piense que estés intentando escaquearte de tus responsabilidades.

Si querías tener la atención del grupo para confesar, lo has logrado. ¿Ahora qué?

Por todos los dioses ¿Que debo hacer, que puedo hacer, que se espera que haga?. Estaba allí en aquella maldita sala viendo como todos me miraban de forma inquisitorial. ¿De verdad iba a confesar?. Estaba empezando a dudarlo, pue todas aquellas caras que tiempo atrás mostraban miedo o respeto, ahora mostraban duda y confusión. ¿Estaba dispuesto a perder mi honor y mi influencia?¿ Y todo por entregarme?. Mi conciencia no puede soportar una mancha tan grande como la traición, pero tampoco puede soportar verse mermado a una mierda andante. La Marina lo era todo para mi y ahora estaba en la cuerda floja. Quizás mi sinceridad cerraría la tapa de mi ataúd...pero entonces comprendí que quizás, y solo quizás había una salida...y esperaba que pudiera salir bien. No tenía nada que perder, pues dijera lo que dijera e hiciera lo que hiciera estaba jodido.

Así que escuché las palabras de Bull mientras el resto escuchaba atentamente, y finalmente acabé respondiéndole:

-Bueno señor, seguro que había algún rango superior a mi que podría llevar a cabo esa tarea de una forma más eficiente que yo...pero entonces si es una orden no pienso objetar nada y espero cumplir con mi deber tal y como se espera.-dije tratando de tragarme mis propias palabras. Esos criminales no podrán escapar de la justicia.

Algo se rompió en mi cabeza al decir aquella última frase con lo que tenía a la espalda. Pero bueno, tenía un plan en la cabeza y pensaba llevarlo a cabo. Y si salía bien, solo debería soportar a mi conciencia, pero claro, mejor eso que ser condenado al ostracismo y la ignominia....vamos, que sabía que mis pecados volverían a visitarme tarde o temprano.

- ¿Sabemos si Kallista estará en la taberna o el almacén señor?- pregunté mientras mantenía mis manos a la espalda.

Una vez me respondiera a esta cuestión no tendría más que objetar, y esperaría el momento para prepararme y embarcar. Kallista era mía.

Bluebull te sanciona con la mirada y se cruza de brazos.

- Pensaba que en la Marina erais más disciplinados. Todo ese rollo de "si te digo salta, preguntas como de alto" y esas cosas. Se le ha encargado una tarea y no le corresponde a usted cuestionar las decisiones de sus superiores. Si no quería tener responsabilidades, debería haber rechazado el ascenso a sargento y seguir siendo parte de la tropa. Es usted un suboficial, compórtese como tal.

Se gira hacia el resto y los agentes y marines dejan de mirarte, volviendo a sentarse bien. Ves confusión en algunos rostros, en otros, desprecio y condescendencia. Algunos (sobre todo los agentes) no muestran ninguna clase de emoción en su rostro, manteniendo cara de póker.

- Bien, ¿alguna pregunta RELATIVA a la misión? - se gira hacia ti de nuevo - La inteligencia afirma que se le ha visto normalmente en la taberna, pero tal vez sea familiar con el término "persona", sargento. Son criaturas con la mala costumbre de no permanecer todo el tiempo en un mismo lugar - dice en tono sarcástico - Y dado que no tengo manera de adivinar el futuro, no puedo decirle si Kallista estará en unos de esos sitios o disfrutando de un buen brandy en su residencia con el dinero que ha ganado a nuestra costa. Pero para eso está mi gente. El CP se encargará de que vuestra tarea sea simplemente entrar y poner esos músculos en funcionamiento. Para eso está la Marina, ¿no?

Hace un gesto al agente que está manipulando el proyecto y este cambia de diapositiva, mostrando una en que aparecen tres cuadros con nombres. Uno de los cuadros es azul, los otros grises. En el azul pone "equipo Khâmul" y en los otros dos "equipo Conke" y "equipo Bepis". Si lees tu equipo verás una lista de nombres y rangos, entre los que apareces tú y diez marines de entre rango recluta de vanguardia y soldado de primera. Los otros dos equipos no tienen rangos de la Marina, sino rango propios del CP. Puedes leer algunos como "agente de apoyo", "analista" y "agente auxiliar".

- El equipo Conke será la fuerza de exploración. Tendrá la tarea de recabar toda la información posible. Ya han recibido las órdenes y ya están allí. El agente analista Candler será el líder y nexo del equipo Conke con los otros dos líderes. Cada uno de los jefes de equipo recibirá el número del den den mushi de los otros. Ah, recibiréis también un den den mushi especial, una línea segura para evitar filtraciones. Equipo Khâmul, vuestra tarea será llevar a cabo una redada en la taberna. Tenéis la misión de arrestar a todos los presentes, recuperar todo el material presente y traerlos a Ennies Lobby. Tenéis permiso para el empleo de fuerza letal si se resisten, pero recordad que a Kallista la necesitamos viva. En cuanto al equipo Bepis, vuestra tarea será llevar a cabo la redada en el almacén. Asegurad toda la mercancía y preparadla para su transporte. ¿Alguna duda?

Un agente se te acercará y te entregará un dossier con los nombres de los jefes de equipos y sus números de den den mushi, Candler en el caso del equipo Conke y Lay en el del equipo Bepis. También te darán un den den mushi de color gris oscuro. Si no tienes más dudas, te ordenarán dirigirte con tu equipo (los marines presentes) a la entrada de Ennies Lobby, donde un barco (el Pavoroso) os llevará a Jaya.

No le iba a quitar la razón a aquellas palabras. Estábamos para obedecer, no para sugestionar las órdenes. Pero tal y como estaba la cosa ya no me paraba demasiado a preguntar cosas obvias que ante no preguntaba. Puedo entender que mi nerviosismo pudiera notarse, a pesar de estar tranquilo de cara al público.

Negué con la cabeza cuando preguntó si había alguna pregunta, básicamente porque temía que me mordiera la yugular si le preguntaba por alguna cosa más como antes, y no me apetecía cabrear a nadie...cosa rara en mi. Era la primera vez en mi vida en que el miedo lo sentía yo. ¿Por qué tenía la sensación de estar siendo apuntado por miles de armas y miradas inquisitoriales? Quizás sea que me considero culpable.

Se nos expuso el como íbamos a organizarnos y que se esperaba de cada grupo. Se me asignó a unos cuantos marineros para tomar la taberna en una redada. No sé si Kallista iba a estar ahi, y ya ante las dudas que tenía en mi cabeza estaba empezando a dudar que fuera buena idea finiquitarla. Al menos podría intentarlo si lograba entrar yo solo en ese local, lejos de miradas indiscretas, miradas gubernamentales obviamente.

¿Puede un hombre miedo si ya está muerto? Podría decir que si. Me iba a jugar todo a una carta, y ello no implicaba que acabara muerto o encarcelaldo al acabar el día. ¿Sabría el Gobierno de mi traición? ¿Porqué no me apresan de ser así?¿ Soy un imbécil útil? Por todos los dioses...que me apresen, que me revienten pero que me quiten esta incertidumbre de encima. Entonces desperté de mis pensamientos cuando preguntaron si tenía alguna duda...y joder si las tenía, pero no sobre la misión.

-No señor- dije con tono calmado mientras me entregaban el dossier y el den den mushi.

Tras esto se disolvió la reunión y me dirigí junto al resto hacia la entrada de Ennies Lobby, saliendo como Marine, y posiblemente entrando como reo la próxima vez. Subí al Pavoroso tranquilo siguiendo la fila mientras ojeaba de vez en cuando el dossier. Alea iacta est.

El viaje en el Pavoroso dura una semana. Si aprovechas para relacionarte con tus soldados durante este tiempo o como mínimo te interesas por quiénes son, acabarás sabiendo lo siguiente de ellos:

- Cabo Rock Sun, un hombre de mediana edad, pelo color caoba con entradas. Es el médico del equipo.
- Soldado de primera Enel Yeti, un adolescente de pelo verde obsesionado con el hip hop.
- Soldado de primera Montse Taro, una mujer morena alta y fuerte de cuerpo.
- Soldado de primera Burns, un joven pelirrojo con el pelo pinchudo.
- Recluta de cobertura Red Ox, una mujer bajita, con el pelo recogido en una cola de caballo larga. Es la especialista en reconocimiento.
- Recluta de vanguardia Nessie Tera, una tiradora bastante habilidosa y malhablada.
- Recluta de vanguardia Bang, un hombre de color malhumorado y poco hablador.
- Recluta de vanguardia Buffalo, un espadachín que usa un mandoble.
- Recluta de vanguardia Trolebús. Lo llaman cuando hay que limpiar.
- Recluta de vanguardia Neri Durin, un soldado amante de la guerra tradicional. Nunca se olvida de su bayoneta.

Llega al fin el día de la operación. Llegas a cubierta y te encuentras con un espectáculo curioso. El barco no tiene las enseñas de la Marina y... tus soldados no llevan el uniforme ni las armas. Bueno, en realidad las llevan, pero no a la vista. Si te fijas verás a Buffalo metiendo su espada dentro de una funda de guitarra, a Neri envolviendo en tela su fusil y a otros escondiendo armas más pequeñas dentro de sus ropas. Por lo demás, la ropa que llevan es de civil. Tal vez incluso pudieran colar por piratas. En el momento en que llegas, hacen el saludo militar y el cabo Rock Sun dice:

- Listos para la operación, sargento. ¿Cuáles son sus órdenes?

El capitán del barco, Ade Gator, se acerca también.

- Denos la orden, sargento Khâmul. ¿Dónde desembarcaremos?

Spoiler:

Bien, parecía que íbamos de incognito. Algo totalmente lógico si pretendíamos hacer lo que íbamos a hacer. Por primera vez me sentí ,muy raro al estar en cubierta junto al resto en vez de estar preparando mi traje para desembarcar. Pero bueno, estábamos allí, de incógnito y ataviados con nuestras armas más o menos ocultas. Yo solo llevaba un pequeño puñal escondido en la bota izquierda mientras que mi espada la llevaba cubierta por un tela atada a la espalda, dejando que el cabello me tapara su empuñadura, ahora tapada por la tela.

Caminé por cubierta y me acerqué hasta mis subordinados con calma mientras el cabo Rock Sun esperaba órdenes. Así que ordené a todos que se acercaran y saqué el mapa con la X, la cual suponía que estaba la taberna donde debíamos hacer la redada.

-Bien caballeros aquí estamos. Todos tendrán un papel que cumplir una vez bajemos de este barco. Entraremos por aquí- dije señalando la entrada de Mouth Bay que figuraba en el mapa- Entraremos como cualquier otro navío sin llamar la atención en la medida de lo posible, y atracaremos en los muelles de la villa de Mock Town como un barco más de visitantes. -dije antes de mirar a Red.-Red Ox, seréis la primera en bajar del barco y haréis un reconocimiento rápido de la zona, si localizáis algo que os llame la atención venid a comunicarlo de inmediato por le medio que estiméis oportuno, pero asegúrate de que no os vean, os oigan y ni sigan ¿Podrá hacerlo?. Nessie, Bufalo y Durin y yo esperaremos en el barco.

Entonces miré al resto.

-Montse, Sun, Burns y  Eneal bajaréis a la villa. Mezclaros  por los distintos locales, ver como está el panorama. Fingir  que queréis beber, divertiros, pero tened todos los ojos abiertos y las orejas todavía más. Si veis algo, informad de inmediato también, pero nada de buscar bronca y las armas guardadas en todo momento.


Cogí algo de aire para concretar las ultimas posiciones.

-Trolebús y Bang vigilaréis el barco en caso de que salgamos los que nos quedamos en él hasta la llegada de los primeros reportes. Si la cosa se complicara, o pasara algo llamadme. De no poder hacerlo bajad la vela  mayor, así sabremos que algo va mal.Una vez peinéis la zona esperaremos el reporte del equipo Conke..bien ¿Alguna duda señores?

Si las tenían se las respondería, sino me sentaría en un barril a la espera. No era buena idea precipitarse y era mejor asegurar el tiro...vamos, que había que localizar la tasca donde estuviera Kallista. Por mi parte aprovecharía para llamara por el den den mushi que me habían facilitado al líder del equipo Conke, encargado del reconocimiento propiamente, si me cogía la llamada le diria:

-Aquí el sargento Khâmul, mis chicos y yo ya estamos en los muelles de Mock Town, tengo a cinco hombres que van a bajar a la villa para asegurar la zona mezclándose con los habitantes. El resto esperamos en el barco su reporte. ¿Hay nuevas? -dije en alusión a que ellos estaban mucho antes que nosotros  en la isla.

Mientras das las órdenes, los marines te escuchan en silencio. A decir verdad, tal vez te ha llamado la atención lo poco disciplinados que son estos soldados. No son insubordinados ni desobedientes, pero les falta esa actitud propia de un recluta que ha pasado por la academia y recibido una buena paliza del instructor por llevar el cuello de la camisa mal o no saber realizar el saludo militar a la perfección. No es tampoco que sean unos desastres, pero tienen un je ne sais quoi. Es decir, la actitud al aceptar órdenes o cuadrarse y su forma de estar general... es como si no estuviesen muy acostumbrados a un ambiente militar. Tal vez el ambiente en Ennies Lobby sea más distendido y por eso hayan perdido la costumbre. Por otro lado... has estado tiempo en Ennies Lobby. Sabes que en comparación con otros cuarteles que has visto el ambiente es en algunos aspectos algo distendido... pero sobre todo entre los oficiales. No lo tienes tan claro con la tropa.

- Igual, jefe, intentar pasar por un "barco de visitantes" en una isla de piratas, no cuela - dice Enel, en tono socarrón.

Rock Sun le da un codazo en el estómago y lo censura con la mirada. El soldado Enel se agarra el estómago con una mueca de dolor y, una vez se recompone, se cuadra ante ti.

- Lo siento, sargento.

- Partiremos de inmediato, jefe de equipo - dice el cabo.

- Mis chicos prepararán la maniobra de atraque - añade el capitán.

Dada la naturaleza de la misión, no vais en un reconocible galeón de guerra de la Marina, sino en un discreto bergantín del Cipher Pol sin enseñas ni marcas reconocibles. Así pues, aunque tus chicos han llevado a cabo algunas labores, la tripulación no son militares. Los marines que has enviado bajan por la pasarela y se apresuran a cumplir sus labores, salvo por Red Ox, que se mueve con una discreción envidiable, descolgándose por uno de los cabos de los amarres y saltando a los de otro barco. Pronto la pierdes de vista. Supones que, siguiendo tus órdenes de que no la vean, está evitando que alguien se percate de que ha bajado de este barco.

- Bienvenido a Jaya, señor K - dice una voz rasposa, de hombre mayor - Hemos revisado la isla y vigilado los movimientos del sindicato Tres Estrellas. Tenemos localizada la residencia de Kallista y sabemos cuántos hombres tienen. Unos diez guardias vigilan el almacén en todo momento. Le contaría más, pero usted se ocupa de la taberna, ¿verdad? La taberna es un objetivo más fácil y más difícil al mismo tiempo. Suele haber unos seis guardias, a veces alguno más o menos. Los cambios de guardia, que son cada seis horas, no se realizan de manera completa; cada hora se termina el turno de uno de los seis guardias, de manera que siempre hay al menos cinco guardias en posición. ¿Por qué digo que puede ser más difícil? Suele haber algún cliente, y muchos son criminales peligrosos que sin lugar a dudas se resistirán a la redada por la fuerza. No estamos en una ciudad amiga, así que no podemos descartar que si hacemos mucho ruido aparezcan otros piratas a echarnos por la fuerza de la ciudad. Kallista está allí de lunes a jueves desde las diez de la mañana hasta la una de la tarde. En ese momento va a comer al mejor restaurante de la isla, la Gorgona Roja. En ocasiones come con otros señores del crimen, en otras lo hace con otros miembros de su sindicato. Luego vuelve a la taberna tras un paseo y trabaja de tres a siete. Deja a alguno de sus subalternos atendiendo a los clientes y se marcha a su mansión. La mansión está a las afueras, en la colina al oeste de Mock Town. Dicen que en un pasado le perteneció al antiguo cazador de recompensas Dark E. Satou, cuando se creyó que podía convertir una isla de piratas en un lugar pacífico y legal. De viernes a domingo no trabaja a las mañanas, solo a la tarde. Y bien, ¿cómo quiere hacer esto?

Contestes lo que contestes, luego volverá Red Ox. Te informará de que la ciudad parece en calma. No ha visto nada particularmente llamativo, salvo por un par de bandas piratas de novatos peligrosos: "Almeja" Guy, un pirata gyojin con 34.000.000 por su cabeza y la banda de los Piratas del Vendaval, cuyo capitán vale 42.000.000. Algo después recibes una llamada de Rock Sun, que te indica que ya están situados en negocios y tabernas cercanas a la del sindicato criminal y esperando a tus órdenes. No han percibido actividad fuera de lo común, algún cliente de Kallista entrando o saliendo, pero poco más. ¿Qué harás?

Es martes, seis y cuarto de la tarde.

La llamada había sido de lo más productiva, puesto que me habían dado todos los detalles acerca de la rutina de Kallista. Parecía que había hecho bien en llamar antes de tomar una decisión precipitada.  Estuve por unos segundos pensativo a la  pregunta  ¿Cómo quiere hacer esto?, hasta que al final le dije lo que pensaba a través del den den mushi.

-Atacar de frente es un suicidio, atacar cuando tiene una guardia reducida también, no podemos jugárnosla a fallar o a llamar la atención de la villa. Debemos capturarla y salir del paso cuanto antes- Cogí un poco de aire- Quizás lo más sensato y dada la hora sea emboscarla de camino a su mansión y le diré el porqué. Primero la cogeríamos fuera de la villa, con lo cual si hacemos ruido no atraeremos demasiadas miradas. Podemos esperar atrincherados o ocultos en la senda hasta que den las siete y salga del lugar rumbo a su casa. Debería ser fácil, la cogemos por sorpresa, la reducimos y nos la llevamos sin llamar la atención. No hay sangre, no hay demora...limpio y sin levantar sospechas...al menos hasta que descubran que falta su jefa.

Dicho esto colgaría, a no ser que me dijeran algo más. Llamaría a los que estábamos en el barco para exponerles las órdenes:

-Caballeros, nos han dado la ubicación del objetivo. A las siete, en apenas cuarenta y cinco minutos, el objetivo saldrá de su establecimiento rumbo a su mansión, a las afueras de la ciudad. Nuestro objetivo es interceptarla de camino, capturarla y largarnos cuanto antes sin armar demasiado revuelo.- miré ahora a los vigilantes del barco- Trolebús y Bang seguiréis en el barco y lo tendréis a punto en una hora máximo para abandonar el puerto desde nuestra partida. Mantendréis el contacto con nuestros hombres que están en las tabernas y locales observando, si ven a Kallista que os lo comuniquen de inmediato, y ergo, a mi. Al menos así sabremos sus movimientos hasta que abandone la villa.

Miré ahora a Red, recién llegada.

-Red, Nessie, Buffalo, Durin y vos vendréis conmigo. Te adelantarás a nosotros y buscarás el sendero que va desde la mansión a la villa. Nosotros mientras tanto nos prepararemos para la emboscada. En cuanto te adelantes y veas al objetivo haz un silbido, a poder ser emula un pájaro o algo. Eres especialista en reconocimiento, así que tendréis vuestras tretas para dar aviso de forma discreta ¿no?- dije antes de mirar a Nessie, Buffalo y Durin- Vosotros vendréis conmigo. Durin y Bufalo  y yo trataremos de roderla y hacer que se rinda. Sois ávidos con la espada y las técnicas tradicones con espada, o al menos dicen en sus fichas. En cuanto usted Nessie, quiero que uséis vuestra puntería para que en caso de que la cosa se desmadre, disparéis a la cabeza de Kallista...se que la necesitamos viva, pero antes mis hombres.

Joder...lo que me había costado creerme esa última frase.

-Pero no salga de la cobertura forestal ¿Me entiende?-dije antes de mirar a todos- ¿Listos?. Bajemos a tierra pues y metámonos por calles secundarias en grupos de dos. Yo y Nessie iremos por el Oeste todo lo rápido que podamos, y vosotros dos, Durin y Buffalo por el Este de la villa. Nos reunimos en quince minutos fuera de la aldea rumbo a la mansión de la colina.

Y antes de levantar sesión concluí:

-Si se nos llega a dar aviso de que va acompañada o algo por el estilo no actuaréis hasta que de la orden, pues quizás debamos tomar otras medidas. Por el momento este es el plan caballeros, vamos.

Levanté la mano con intención de que todos se preparan  y estuvieran listos para bajar al puerto.

¿Cómo se han complicado tanto las cosas? Durin extiende la mano hacia a ti y tiene un último espasmo antes de quedarse quieto. Un poco más lejos, Nessie está empalada contra un árbol por varias lanzas negras. Se le ha soltado la coleta y el pelo le cae sobre la cara, tapándosela. Buffalo esta unos metros más allá, sobre un charco de sangre. Por último, Red Ox está inconsciente con una herida en el cuero cabelludo.

Si esperabas detener a Kallista con cuatro reclutas, parece que estabas equivocado. Vas a necesitar tomar cartas personalmente.

Un poco antes

Preparar la emboscada no fue un problema. El camino a la mansión de Kallista no estaba oculto. Por el camino, Nessie recibe una llamada de Red Ox avisándole de que todo está listo y que Durin y Buffalo ya están situados en un lugar perfecto. Una vez llegáis, ves que el terreno es un camino de tierra de unos dos metros y medio de ancho rodeado de elevados árboles de clima selvático. Red Ox salta desde una rama a recibiros.

- Está todo listo. He recibido una llamada de los chicos de la taberna, Kallista viene de camino. Deberíamos escondernos.

Eso hacéis. Aún tuvisteis que esperar un rato, pero finalmente apareció esa mujer con dos escoltas. Lleva un traje formal con pantalones y chaqueta, y no parece esperarse en absoluto lo que planeabais. O eso parecía. Nessie fue rápida, logrando abatir desde su escondite a uno de los guardias con un preciso tiro. Buffalo se lanza a por el otro derribándolo con un golpe de su espalda. Ese es el momento en que Kallista, antes de que tú, Red Ox o Durin empecéis vuestro ataque, empieza a girar mientras saca de su chaqueta y lanza un montón de varillas negras cortas. En el aire, estas se convierten en lanzas, y la letal lluvia abate a tus hombres. Tres de las lanzas van a por ti, así que deberías hacer algo al respecto. Buffalo logra cubrirse con el cuerpo del guardaespaldas, pero Kallista despliega otra lanza en su mano y golpea con ella su sien, noqueándolo.

- Tú... ¿a qué has venido? - frunce el ceño - Bueno, no pasa nada. Es evidente que eres un idiota codicioso y vas a morir. Si querías arrestarme, deberías haber traído algo más que cuatro novatos.

¿Sabes de esos momentos en que todo se definiría con una palabra? Yo si, y la palabra sería : "Oportunidad". Mis "soldados" por llamarlos así de alguna forma cayeron de golpe como una fila india de naipes. Aunque debo admitir que me sorprendió que la tiradora hubiera hecho bien su trabajo al igual que el espadachín. Estos dos a pesar de que la primera estaba muerta y empalada y el segundo inconsciente al menos había logrado acabar con la escolta de Kallista. Vamos, que todo ha salido mejor de lo previsto. Sabía que los novatos no durarían ni un asalto contra una líder criminal, y por ello han sido mi equipo. Si me hubiera llevado a los otros "veteranos" quizás la cosa se me hubiera torcido un poco. Necesitaba no tener testigos de lo que iba a hacer, y ahora tenía a Kallista frente a mi, y sola.

Eso no impidió que viera como efectivamente era una usuaria, la cual  comenzaba a lanzar virotes a modo de lanzas. Todos acabaron muertos salvo Buffalo que logró cubrirse con el cadáver de uno de los guardaespaldas de Kallista, sin embargo, fue noqueado al momento por una de esas lanzas, quedando inconsciente.

Por mi parte veía como tres de esas lanzas venían directamente a por mi. Y como no tenía demasiado tiempo de respuesta opté por cortar por lo sano, y nunca mejor dicho.


Levante mis dos brazos hacia arriba y moviendo cada uno hacia el lado opuesto del otro hice un rápido movimiento, similar a una X, de un total de diez hilos ( cinco por cada dedo de la mano) hacia adelante con la intención de cortar en muchos trocitos a aquellos proyectiles punzantes que venían hacia mi. Vamos,  que era como rayar queso.  Que podía haber cogido con tres hilos el otro cadáver del guardaespaldas, si, pero tardaría un poco más en hacer el movimiento y levantar el cuerpo para detener el golpe, así de esta forma podía actuar más rápido y en menor tiempo si optaba por cortarlas. Además los hilos prácticamente no se veía, y eso quedaba divino visto desde fuera.

Si lo lograba me quedaría escuchando las palabras de Kallista mientras miraba a mis "compañeros" muertos en el suelo (salvo uno claramente). Y como no sabía si "los árboles tienen oídos" procuré mantener  un discurso adecuado.

- En nombre de la Marina le hago saber que queda detenida Kallista -dije desenfundando mi espada "roja" mientras me ponía en posición de combate.

Mientras hacía esto no podía evitar que si, efectivamente, era idiota y codicioso, pero si me quitaba a Kallista de en medio, el camino se me iba a despejar muchísimo.. además podía alegar que fue en "defensa propia", además ¿Quién iba a decir lo contrario?. "Los muertos no cuentan cuentos"

Tu defensa tiene un fallo grave: para golpear una lanza cuando te viene de frente tienes un área de impacto muy pequeña. Aún así había posibilidades de que golpeases las lanzas, pero era una apuesta arriesgada y sale mal: las tres lanzas pasan entre tus hilos y te impactan en el torso. Debido a que son armas muy ligeras y tu corpulencia física, no te causan daños graves, pero probablemente cuando te las quites, el filo dentado hará unos feos desgarros en la herida. Kallista frunce el ceño y mete la mano de nuevo dentro de su traje.

- Ahora te haces el digno, ¿verdad? Cuando viniste arrastrándote en busca de una cura, la Marina y la justicia no parecían importarte tanto.

La criminal saca entonces tres pelotitas negras con un trazado de líneas gris metálico. Las mueve en su mano y las aprieta. Entonces, te sonríe y dice:

- Eres un cabronazo resistente, pero suelo guardarme los juguetitos más útiles de tu Gobierno para mí misma.

Entonces tira las tres pelotas al aire. Estas giran describiendo una parábola hacia ti. Puedes ver como chispas empiezan a saltar entre ellas y de repente, en cuanto van a estar sobre ti, potentes descargas eléctricas salen de las tres pelotas. Las descargas tienen un radio de dos metros en torno a las pelotas, pero además varios rayos más largos salen hacia cada lanza.

daños:

La defensa había fallado, y por primera vez notaba unas heridas que hasta ahora no había sentido. Normalmente el traje me amparaba de recibir dicho golpes, pero ahí el sentirlo en mi propia carne era bastante desagradable. Recibí los impactos lanzando un leve quejido debido a las heridas que me habían provocado. Quise en un primer momento quitármelas, pero quizás era mejor no hacerlo por ahora. Básicamente porque si me las quitaba haría la herida más grande, y sangraría más, pero bueno,  de momento podía moverme. Sin embargo mientras esto sucedía Kallista me estaba hablando, y razón no le faltaba.

- He perdido la dignidad por mis actos, pero eso no quita  que deba cumplir mi deber- al menos una última vez.

Entonces vi que lanzó aquellas esferas, concretamente tres,  sobre mi. Parecía que podían general un campo eléctrico y que aquellas descargas me darían de lleno si no me apartaba cuanto antes del radio de acción. Así que procuré rápidamente saltar hacia atrás. Estando en el aire de este salto extendería mi mano derecha hacia atrás, lanzando varios hilos desde mi mano que se agarraron al primer árbol que vi, con el objetivo de salir disparado hacia atrás todavía más, y así ganar distancia. Durante esta acción aprovecharía  para colocar mi otra mano con el gesto de "pistola" y disparar tres balas de "hilo" contra aquellas pelotas, con el objetivo de destruirlas o al menos dañarlas.

Si esto salía bien estaría unos metros más atrás de Kallista.

Spoiler:

Logras apartarte echándote hacia atrás y usando tus hilos para impulsarte. Notas un dolor bastante desagradable en el torso al echarte hacia atrás con las lanzas colgando y moviéndose dentro de las heridas. Y entonces, cuando disparas tus proyectiles de hilo, las tres bolas liberan su carga eléctrica. Estabas ya fuera del radio de acción, pero de cada bola sale un rayo dirigido hacia cada lanza del lugar: tanto hacia a las lanzas de tus soldados caídos como a las tuyas. La descarga eléctrica recorre tu cuerpo haciéndote convulsionar y causándote dolor. Aunque durante apenas un momento, ha bastado para dejarte los músculos entumecidos. Hay sin embargo una buena noticia: tus tres balas impactan en las bolas, destruyéndolas.

- ¿Te he dado permiso para tocar mis juguetes? De acuerdo, marinerito, vamos a bailar.

Kallista saca un tercer objeto de su chaqueta. Parece un látigo, aunque es muy largo, el mango es metálico y tiene un botón rojo. La criminal lo despliega y pulsa el botón. Al momento del cuerpo del látigo empiezan a salir chispas. Con gran soltura, empieza a mover el látigo en amplios movimientos, haciendo que la cuerda se mueva trazando ondas y destellos eléctricos. Cerca de ti un golpe del látigo corta una rama gruesa sin dificultades. Tras preparar su arma y empezar a moverla, Kallista lanza una sucesión de tres latigazos contra ti a gran velocidad que remata intentando enganchar una de las tres lanza con la cuerda y tirar de ella violentamente. Si no tienes cuidado, te llevarás unas cuantas descargas eléctricas y cortes.

- ¡Las palabras vacías sin fuerza para respaldarlas no sirven de nada!

aclaraciones:

Quizás no era una buena idea al fin y al cabo el dejarme  las lanzas clavadas en el torso. Pues había dejado un punto débil a la vista que Kallista estaba usando a su favor. Cuando me eché hacia atrás noté como aquellas puntas dentadas se movían con mi carne, haciéndome sangrar un poco. Por fortuna pude disparar a aquellas tres bolas y destruirlas gracias a mi Itt-hit, a pesar de que no pude evitar aquella descarga eléctrica que me dio de lleno.

Sabía como era aquel dolor pues no hace mucho había recibido una descarga similar cuando poseía todavía mi traje, y duele, duele mucho. No pude evitar convulsionar en el suelo y recordar que todavía estaba vivo, ya que el constante dolor que estaba sufriendo me lo recordaba en todo momento. Mis músculos parecían haberse entumecido por aquella descargar, y como era obvio estaba en el suelo tirado. Pero bueno, las bolas estaban rotas.

Traté de levantarme como pude, y Kallista sacó uno de sus juguetes nuevos, un látigo...eléctrico. ¿Qué le pasaba a esta mujer con la electricidad?. Y encima hablaba con sorna. Alcé la mirada y pude ver como aquella mujer lanzaba tres acometidas con su látigo, con el objetivo, al menos parecía contra las lanzas de mi pecho. Sabía que si una de esos golpes de látigo me daba, fin.

Así que rápidamente me eché hacia atrás de un gran salto con cada una de sus acometidas, con el objetivo de que su látigo no pudiera tocarme. Al menos así podría evadir el golpe temporalmente y ganar distancia. Una vez me echara hacia atrás con la última acometida de látigo agarraría una a una las lanzas y me las quitaría del pecho tirando de ellas. Como era obvio grité de dolor pero mi mirada estaba clavada en Kallista. Estaba cansado y furioso, y el dolor si bien presente, estaba algo tapado porque esta tía me había cansado realmente. Tiro las lanzas ensangrentadas al suelo antes de decir:

- El único permiso que te voy a dar es el de hacer una llamada a tu abogado.-dije mientras  extendía mi mano hacia adelante, manteniendo la distancia previa con Kallista, para ver como de mi mano brotaban muchos hilos que se entrelazaban rápidamente.

-Itto-Fokusu.

Una gran lanza de hilo salió disparada hacia Kallista con gran velocidad hacia la mano que sostenía su látigo, con el objetivo de que le empalase la palma de la mano y soltara su arma.

spoiler:

Mientras te echas para atrás te encuentras con un problema: no estás en un campo despejado donde tengas espacio ilimitado para echarte hacia atrás. Recuerda, estás en un camino no muy ancho rodeado de árboles. Así que cuando te vas a echar hacia atrás, tropiezas con la raíz de un árbol y un latigazo te cruza el pecho, arrancándote ropa, piel y cortándote la carne, además de causarte una nueva descarga eléctrica. A continuación te arranca una de las lanzas con el último golpe, aunque por suerte para ti la lanza sale con bastante limpieza. Sin embargo eso no te libra de otra descarga corta. Notas que es realmente diestra con el látigo.

- ¿Eso es todo?

Entonces tiras la lanza hacia Kallista, pillándola por sorpresa. Sin embargo tanta descarga eléctrica te ha dejado los músculos agarrotados y te cuesta apuntar. Eso y que Kallista acabe reaccionando hacen que no logres atravesar su mano, dándole en su lugar en el costado. Con un gruñido de dolor, se arranca la lanza y te mira con furia.

- Así que lo de antes no fue un truco... eres usuario.

Te mira con cautela y se pone en posición de nuevo. Entonces mueve su látigo haciendo que trace rápidos y frenéticos movimientos frente a ella, de manera que si intentas acercarte te lleves un latigazo. Entonces se acerca un paso para intentar arrinconarte contra los árboles y, con un veloz movimiento de muñeca, lanza un único ataque con el látigo. Este traza un corte horizontal desde tu derecha hacia tu izquierda, en un arco muy amplio a la altura de tu estómago. Tienes un árbol contra tu espalda, así que esquivar será complicado. Tras lanzar el golpe, vuelve a formar esa zona de movimientos de látigo frente a ella.

- ¡Lace Storm!