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¿Quién se opone al Gobierno? Pensemos un poco en quiénes son estos que se hacen llamar adalides de la verdadera justicia y la libertad. Primero tenemos a la Marina, ese nido de traidores del que han salido algunos de los peores enemigos de la humanidad: el Almirante Krauser, el revolucionario que intentó destruir el mundo junto a Brownie. El Vicealmirante Zuko Kasai, quien dejó escapar al peligroso pirata Orión, permitió que el Archipiélago Shabaody cayese en manos de Kepler y luego fue a unirse a las filas de la Revolución. Dark Evans Satou, que decidió dejar las filas de la Marina para hacerse pirata y saquear islas junto a Ivan Markov. Katharina von Steinhell, la Genocida, quien se unió también a las filas de la piratería y asesinó a incontables miles de personas a lo largo de su sangrienta carrera. Y, finalmente, el Architraidor en persona, Lion D. Karl, asesino de dos Almirantes y del antiguo Gorosei, la persona que más ha hecho por la derrota de la humanidad. ¿Puede realmente la Marina desvincularse de este legado? Teniendo en cuenta que el ex-Almirante de Flota Al Naion perdonó la vida al Yonkou Legan Legim, al ex-Almirante Krauser y al Señor del Crimen Anders D. Thawne, no pueden. No hay bandera de justicia tras la que puedan ocultar sus pecados.
Luego tenemos a la Liga de los Mares, un conjunto de traidores, cobardes y oportunistas. Analicemos un poco en detalle a los miembros de esta alianza. ¿Qué motivó el cisma? ¿Una injusticia por parte del Gobierno? ¿Una disputa legal? ¿Búsqueda de independencia? No. Su motivo fue, simple y llanamente, que en el momento en que vieron más beneficios en dar una puñalada que en mantenerse al pie del cañón y aguantar contra la invasión de Kepler unidos. En el momento en que pasamos por nuestro momento más bajo, cuando la humanidad necesitaba de la unión más que nunca, nos abandonaron. Decidieron que preferían no pagar al Gobierno y gestionar su propio ejército que usar para sus propios motivos. ¡Pensadlo bien! ¿Quién lidera esta Liga? ¡Water Seven, una ciudad que escogió como alcalde al Señor del Crimen Anders D. Thawne! ¡Dressrosa, un reino que ha estado en manos de piratas durante décadas y que después se convirtió en el burdel personal de Al Naion y su Brigada Indisciplinada!
Y no podemos no hablar de los auténticos traidores a nuestra especie, la Armada Revolucionaria. Un ejército dispuesto a confraternizar con gyojins, tritones, minks y cualquier monstruo semihumano que cruce su camino. Algunos de vosotros que aún guardáis compasión por estas criaturas y creéis que también merecen respeto, os recuerdo la gran masacre que los gyojins causaron hace sesenta y tres años, cuando todo el peso de su poder cayó sobre las naciones cercanas a la Red Line y sobre Marie Geoise, dirigidos por la pirata gyojin Kiara. Miles de humanos perecieron a manos de estas criaturas. Lo mismo se repitió hace cincuenta años, cuando la reina de la Isla Gyojin, Hipatia Styx, se alió con Kepler y sus tropas trataron de invadir y someter Wano, una nación humana, nuevamente con un saldo astronómico de víctimas humanas. Y desde entonces, centenares de bandas de supremacistas gyojins han seguido el sangriento legado de Kiara e Hipatia a lo largo de las décadas. ¿Cuándo entenderemos que estas especies no son como nosotros? Son violentas, salvajes y hostiles a la humanidad. También hay que hacer un poco de memoria y recordar quién lidera a la Revolución: Dexter Black, un Yonkou. Un sanguinario pirata famoso por hacer amenazas a naciones soberanas y ejércitos, por robar cuanto desea y por asesinar a oficiales de la Marina a sangre fría. Este es el líder de este ejército, ¿y aún hay quien piensa que esta gente defiende la libertad? Ya han empezado a mostrar su verdadero rostro en el East Blue y en otras islas, sometiendo naciones soberanas a su tiránico dominio.
Grandes amenazas han sacudido al Gobierno durante estos cincuenta años. Decenas de naciones se perdieron en los comienzos del cisma, cuando la Marina de Al Naion nos tracionó a todos y fomentó la creación de la Liga de los Mares. Aún entonces, decidimos respetar la decisión de estos pueblos soberanos, humanos como nosotros al fin y al cabo. Pero cuando más naciones, intimidadas por Al Naion y la Liga o sobornadas con promesas y oro, continuaron dejando el seno del Gobierno, tuvimos que ponerle freno. Tuvimos que hacerles frente y decirles "hasta aquí". En lugar de sentarse a negociar, la Marina adoptó una actitud hostil y comenzaron los bloqueos marítimos y el secuestro de Umi Reeshas. No nos quedó más remedio que defendernos. Empezaba la Guerra de la Traición.
La Guerra de la Traición es uno de nuestros episodios más tristes y lamentables. Hermano enfrentado a hermano por la ambición de unos pocos, por las aspiraciones y delirios de poder de unos cuantos reyes y de los altos mandos de la Marina. Del lado de los traidores estaban los Almirantes Arthur Silverwing, Jack Suzume y Lion L. Kai, oficiales todos pertenecientes a la brigada de Al Naion, que ninguno era en origen de rango superior a Vicealmirante y a los que Al Naion no dudó en ascender a dedo. No nos olvidemos especialmente del historial de Lion Legim Kai, hermanastro del Architraidor e hijo del mismo infame Yonkou al que Al Naion perdonó la vida. Está visto que para algunos los lazos de sangre pesan más que el deber. Este grupo de traidores dio guerra al Gobierno Mundial durante dieciséis largos años. Las vidas e islas perdidas en el conflicto son innumerables. Nunca podremos dejar de llorar a todos los muertos de esa guerra, y todo cuanto podemos hacer es no dejar que sus pérdidas sean en vano.
No podemos olvidarnos de Kepler, una persona que no ha dudado en aliarse con gyojins e incluso monstruos marinos. Una auténtica enemiga de la humanidad y de la justicia, movida solo por sus egoístas ambiciones. Esta pirata, usando el diabólico poder de una akuma no mi, apareció con su tripulación desde una época pasada hace cincuenta años. Su ataque se llevó a cabo en cinco frentes simultáneos, y fue tan contundente e inesperado que solo pudimos repelerla en uno. Nueva Loguetown fue tomada por sus piratas y convertida en una isla de decadencia y libertinaje. Hallstat fue arrasada y su gobernante, el libertador que intentaba acabar con el decadente linaje Markov, fue asesinado. El reino de Sakura fue saqueado y destrozado. Shabaody perdió cualquier rastro de fuerzas del orden y se convirtió en un nido de piratas, criminales y semihumanos. Solo en Wano logramos resistir la ofensiva. ¿El resultado? Aún no hemos podido recuperar Shabaody. El East Blue se ha perdido de manos tanto del Gobierno como de la Liga, convirtiéndose en un mar de pesadilla gobernado por tiranos locales, reyes piratas y tritones protegidos por la Revolución. Y los traidores ganaron la oportunidad para dar la espalda al Gobierno y hacerle daño.
Pensábamos que ya lo habíamos visto todo. Fue hace treinta años. Habíamos sobrevivido a la invasión de Kepler, que ahora se había contentado con reclamar un pequeño imperio en el Nuevo Mundo y convertirse en Yonkou. La triste Guerra de la Traición había finalizado. Estábamos empezando a enterrar a nuestros muertos y reconstruir nuestras ruinas, cuando la verdadera amenaza nos atacó. Katharina von Steinhell, la Genocida, la más diabólica Yonkou que haya existido. Era el comienzo de la Guerra Celestial. Durante once años resistimos sus ataques. En un inicio, aún debilitados por la Guerra de la Traición y con la naciente Legión aún organizándose, la Genocida logró avanzar por el Nuevo Mundo y amenazar la mismísima capital del Gobierno. Pero perseveramos. Logramos contener al enemigo. Cientos de bravos legionarios dieron sus vidas en las frías aguas del Nuevo Mundo para contener en el mar a von Steinhell, impidiendo que la guerra alcanzase las islas donde sus familias vivían. Steinhell no tardó en mostrar su verdadero rostro. "Si no puedo alcanzaros, os quitaré lo que más queréis." Fue cuando empezó a sembrar el terror entre los civiles, asesinando inocentes en ataques cobardes. Si no podía matar a la Legión, quebraría su alma matando a su gente. Con el corazón pesaroso, perseveramos.Y viendo que sus desorganizadas hordas de piratas y salvajes no podían vencernos, ella y su comandante, el tres veces maldito Ivan Markov, el Necromante, comenzaron el plan más terrible que nunca hayamos contemplado: el Genocidio. Miles de personas fueron entregadas como corderos de sacrificio a Steinhell, quien las asesinó para que Markov usase sus poderes, animase sus cadáveres y los convirtiera en soldados. Entonces, con un ejército inmenso al que se le unían nuestros muertos tras cada batalla, pusieron rumbo a Marie Geoise.
La Genocida y el Necromante representaron tal amenaza que incluso declarados enemigos del Gobierno y la humanidad como la Liga, la Revolución y dos de los otros tres Yonkous se unieron a la batalla para detenerles. En una dura batalla en la cima del mundo, en la Ciudad Celestial de Marie Geoise, la Guerra Celestial llegó a un alegre fin con los humanos luchando, pese a sus diferencias, como un frente unido contra el apocalíptico ejército de horrores no muertos liberado por la Genocida. Si tan solo, tras ese horrendo conflicto, hubiesen comprendido que era el momento de dejar definitivamente nuestras diferencias y unirnos como hermanos bajo una única bandera, entonces los horrores que soportamos habrían tenido un sentido. Pero no, tras la batalla y una vez vencido el enemigo común, rechazaron la mano de amistad del Gobierno. Nadie quería renunciar a su poder por el bien de todos. A la conclusión de la guerra, la rebelde nación de Lëxius que había sustentado a la Genocida como su base de poder, fue mostrada clemencia siendo admitida como un Protectorado Proconsular, bajo el mando del honorable Procónsul Minato Kazuo, un veterano que ya fuera Almirante de Flota antes de la Traición.
La Genocida y el Necromante lograron huir de Marie Geoise, pero poco después se mataron el uno al otro. Es bien conocida la traicionera naturaleza del linaje Markov: los tres Markov conocidos han sido una maldición diferente para el mundo. Derian Markov traicionó al Gobierno Mundial y arrastró al North Blue a una terrible guerra hace sesenta y un años. Iliana Markov continuó el legado de su padre y trató de reunificar su imperio. Y el Necromante Ivan Markov, hijo de Derian, aterrorizó al mundo durante más de tres décadas. Aunque que se matasen el uno al otro fue una bendición, vino a un terrible precio. Antes de morir, los dos piratas se sumieron en una orgía de sangre y muerte, y en un solo día arrasaron el reino de Prodence al completo. Un orgulloso reino que se había alzado como un bastión de civilización en mitad del caos del Nuevo Mundo durante más de un milenio, desaparecido en pocas horas, su gente convertida en horrores de pesadilla y su cultura aniquilada.
Los treinta años siguientes han sido de reconstrucción. Esta vez sí, pudimos llorar a nuestros muertos, volver a levantar nuestros países y hacer nacer de las cenizas de la Marina leal algo nuevo y más fuerte: la Legión. Un ejército donde sólo los más fuertes y más leales son admitidos. Un ejército al servicio de la justicia y la humanidad. La Legión ha triunfado donde la Marina fracasó. Mediante una estrategia magistral, la Legión logró engañar a una gran flota marine para que navegase directamente hacia el territorio del Yonkou Lion D. Émile, el hijo del Architraidor, y se destruyesen el uno al otro. Aprovechando que tanto el hijo como el hermanastro de Lion D. Karl estaban ocupados y enzarzados en una guerra y sin capacidad de prestarle auxilio, la Legión atacó la isla de Mystoria, una tierra tomada por la Revolución y sus crueles aliados gyojin. En la batalla logramos debilitar lo suficiente al Architraidor como para que la valiente legionaria Iris "Lanza Divina" diese el golpe de muerte a Karl y liberase al mundo de su presencia. En un último acto de cobardía, la Revolución hizo estallar una serie de armas de Lëxius, robadas a la Genocida en la Guerra Celestial, que destruyeron la isla y la contaminaron para siempre.
Hemos demostrado que no retrocederemos ante nadie. Ahora toca demostrar nuestro compromiso: no hemos venido para traer muerte. Hemos venido para traer una nueva era de paz en que todos los humanos se abracen en armonía, como hermanos. Una era sin guerras en que todas las naciones estén unidas. Una era donde la piratería haya sido erradicada. Donde los semihumanos puedan vivir en sus islas pero no representen una amenaza para nuestra especie. Luchamos por un futuro mejor, uno de luz. Y por el bien del futuro que la humanidad merece, seguiremos en pie plantando guardia.
Aut victoria aut nihil.
Belisarius, Cónsul de la Legión.
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