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Elyria Priscraft
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Elyria llegó finalmente a Morment, una ciudad en el reino de Greenlyn. La historia de la nación siempre había fascinado a la marine. Como la reina acabó de tajo con la corrupción de su padre y sus secuaces. Ahora formaba parte de la Marina, y esta tenía un cuartel de entrenamiento en la ciudad.
El por qué de su visita tenía mucho y nada que ver con esta historia. También era un caso de corrupción, pero esta vez no tenía nada que ver con la realeza—al menos, no que supiéramos ahora mismo. Era algo en las propias filas de la Marina. Alvar había recibido varios reportes de sus contactos en el bajo mundo de la ciudad. Un poco como cuándo le ayudo en Karakuri. Al parecer, el Contralmirante Wagner había sido visto hablando con varias personas sospechosas. Entre ellas, quien los informantes pensaron que era Minato Kazuo, procónsul de la Legión. Aunque no había pruebas que indicasen que fuese él realmente; por motivos evidentes, no se movía por una isla de la Liga de los Mares como si nada, tenía que tomar ciertas precauciones.
En cualquier caso, esa simple sospecha fue suficiente para que Elyria pidiese que la pusieran a cargo del caso, como parte del departamento de investigación de la Marina. Bueno, miento, no era el único motivo. Uno de sus objetivos en el cuerpo era acabar con la corrupción. No permitiría que pasase como cuándo formaban parte del Gobierno Mundial, se suponía que representaban la justicia.
Aún así, que Kazuo pudiese estar implicado hacía que a Elyria le hirviese la sangre. Ese hijo de puta era el responsable del desastre que sacudió a Lëxius después del reinado de Catharina. Lanzando una Buster Call, matando y esclavizando a civiles inocentes que poco tenían que ver con los crímenes de la Reina Bruja. Y ahora gobernando con puño de hierro, destruyendo lentamente lo poco que quedaba de la isla. Ya se lo había prometido a Christa en el pasado. Que se haría lo suficientemente fuerte para devolverle la libertad a sus ciudadanos, a su pueblo.
Así que después de insistirle a sus superiores, tomo el control del caso. Podían decir lo que quisieran, pero Elyria era una de sus mejores investigadoras, como demostraba su historial. El rango no lo era todo. Les preocupaba un enfrentamiento directo con el contraalmirante, claramente superior a ella en fuerza. Pero la idea no era detenerlo ella sola, era investigar, conseguir pruebas, y cuándo tuviesen suficiente información, enviar lo que fuese necesario para detenerle. Evitar el conflicto directo era uno de los objetivos de su misión.
Pero bueno, ahora mismo tenía que trabajar en su tapadera. No podía simplemente venir y ponerse a investigar como si nada, eso llamaría demasiado la atención. Así que pidió que la asignaran como instructora en el cuartel de Morment, dónde entrenaría a un grupo de Marines que llevaban poco tiempo como oficiales, o estaban a punto de alcanzar el cargo.
El por qué de su visita tenía mucho y nada que ver con esta historia. También era un caso de corrupción, pero esta vez no tenía nada que ver con la realeza—al menos, no que supiéramos ahora mismo. Era algo en las propias filas de la Marina. Alvar había recibido varios reportes de sus contactos en el bajo mundo de la ciudad. Un poco como cuándo le ayudo en Karakuri. Al parecer, el Contralmirante Wagner había sido visto hablando con varias personas sospechosas. Entre ellas, quien los informantes pensaron que era Minato Kazuo, procónsul de la Legión. Aunque no había pruebas que indicasen que fuese él realmente; por motivos evidentes, no se movía por una isla de la Liga de los Mares como si nada, tenía que tomar ciertas precauciones.
En cualquier caso, esa simple sospecha fue suficiente para que Elyria pidiese que la pusieran a cargo del caso, como parte del departamento de investigación de la Marina. Bueno, miento, no era el único motivo. Uno de sus objetivos en el cuerpo era acabar con la corrupción. No permitiría que pasase como cuándo formaban parte del Gobierno Mundial, se suponía que representaban la justicia.
Aún así, que Kazuo pudiese estar implicado hacía que a Elyria le hirviese la sangre. Ese hijo de puta era el responsable del desastre que sacudió a Lëxius después del reinado de Catharina. Lanzando una Buster Call, matando y esclavizando a civiles inocentes que poco tenían que ver con los crímenes de la Reina Bruja. Y ahora gobernando con puño de hierro, destruyendo lentamente lo poco que quedaba de la isla. Ya se lo había prometido a Christa en el pasado. Que se haría lo suficientemente fuerte para devolverle la libertad a sus ciudadanos, a su pueblo.
Así que después de insistirle a sus superiores, tomo el control del caso. Podían decir lo que quisieran, pero Elyria era una de sus mejores investigadoras, como demostraba su historial. El rango no lo era todo. Les preocupaba un enfrentamiento directo con el contraalmirante, claramente superior a ella en fuerza. Pero la idea no era detenerlo ella sola, era investigar, conseguir pruebas, y cuándo tuviesen suficiente información, enviar lo que fuese necesario para detenerle. Evitar el conflicto directo era uno de los objetivos de su misión.
Pero bueno, ahora mismo tenía que trabajar en su tapadera. No podía simplemente venir y ponerse a investigar como si nada, eso llamaría demasiado la atención. Así que pidió que la asignaran como instructora en el cuartel de Morment, dónde entrenaría a un grupo de Marines que llevaban poco tiempo como oficiales, o estaban a punto de alcanzar el cargo.
Berry
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Emoción, tal vez demasiada, Berry se encontraba en aquella isla por órdenes directas. Una instructora haría acto de presencia para todos aquellos cercanos a recibir la preciada chaqueta, como no, ella estaba en la lista al haber alcanzado en poco tiempo una buena cantidad de medallas. Su actitud en aquel edificio era parecida a la de una mascota emocionada, movía su cola, se desplazaba en cuatro patas y jugueteaba con los sacos de entrenamiento.
No perdía el tiempo de charlar con los demás citados, algunos tenían más medallas otros menos y otros ya portaban la codiciada chaqueta. A Berry se le iluminaban los ojos al verla, tanto que por poco se le salían de sus cuencas. Pese a todo no sabía nada sobre su instructora, solo que era mujer y era muy respetada pero poco más.
—¿Pesa mucho? ¿Cómo hace para no salir volando? ¿Te la dan gratis? ¿Y no se rompe?—
Berry preguntaba a uno de los reclutas mientras tomaba y estiraba la chaqueta, fascinada como niña en una dulcería buscando conocer todos los detalles antes de obtener una. Sus preguntas fueron interrumpidas al ver a alguien llegar, la mink no pudo resistirse a correr estrellandose cómicamente contra la puerta que se abría pero pese al impacto pareció no sentirlo al sacudir su cabeza de lado a lado.
—¡Hey Hey! ¿También vienes a la instrucción? Que curiosos ojos... ¿A que me vería bien con una chaqueta?—
Berry no esperó para presumir su figura ante la recién llegada, pese a no haber tratado con esta y al parecer tomarse excesiva libertad en el trato. La mink no le reconocía de nada y para ella era normal un poco de coqueteo al conocer a alguien, aunque se le notaba algo nerviosa y excesivamente emocionada.
—¿Por qué me miran tan raro?—
Preguntó lamiendo la garra izquierda, volviendo a una postura bípeda en el proceso, incrédula de haber llamado la atención de todos. ¿O estaban mirando a la recién llegada? No, era imposible que resistiesen su encanto exótico o eso pensaba la zorra...
No perdía el tiempo de charlar con los demás citados, algunos tenían más medallas otros menos y otros ya portaban la codiciada chaqueta. A Berry se le iluminaban los ojos al verla, tanto que por poco se le salían de sus cuencas. Pese a todo no sabía nada sobre su instructora, solo que era mujer y era muy respetada pero poco más.
—¿Pesa mucho? ¿Cómo hace para no salir volando? ¿Te la dan gratis? ¿Y no se rompe?—
Berry preguntaba a uno de los reclutas mientras tomaba y estiraba la chaqueta, fascinada como niña en una dulcería buscando conocer todos los detalles antes de obtener una. Sus preguntas fueron interrumpidas al ver a alguien llegar, la mink no pudo resistirse a correr estrellandose cómicamente contra la puerta que se abría pero pese al impacto pareció no sentirlo al sacudir su cabeza de lado a lado.
—¡Hey Hey! ¿También vienes a la instrucción? Que curiosos ojos... ¿A que me vería bien con una chaqueta?—
Berry no esperó para presumir su figura ante la recién llegada, pese a no haber tratado con esta y al parecer tomarse excesiva libertad en el trato. La mink no le reconocía de nada y para ella era normal un poco de coqueteo al conocer a alguien, aunque se le notaba algo nerviosa y excesivamente emocionada.
—¿Por qué me miran tan raro?—
Preguntó lamiendo la garra izquierda, volviendo a una postura bípeda en el proceso, incrédula de haber llamado la atención de todos. ¿O estaban mirando a la recién llegada? No, era imposible que resistiesen su encanto exótico o eso pensaba la zorra...
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Finalmente, Elyria llegó al cuartel. Antes de nada, se paso por la habitación que le habían dado, dejando sus cosas y cambiándose de ropa. Por desgracia, hoy tendría que ponerse la chaqueta de la Marina. No le gustaba nada, no iba con su estilo, pero si iba a estar ejerciendo de instructora en el cuartel, no le quedaba otra.
"Estas divina, Ely," dijo Nissa en un tono de burla, sentándose en el hombro de la marine moviendo las piernas. Nissa era una criatura que veía como una personita de luz azul, y podía hacerse visible y audible exclusivamente a quien ella quisiera. Lo cual normalmente era solo Elyria.
"Ja, ja, ja, que graciosa. Pero toca cumplir. Me la quitaré nada mas terminar, no te preocupes, mi sentido de la moda no morirá."
"¿Tu sentido de la moda? ¿Te recuerdo quien te tiene que ayudar a elegir la ropa?"
Elyria alzó una ceja, suspirando. "Vaya, me pregunto que podría estar causando eaa necesidad... No se me ocurre."
"Pues porque estas ci—"
"Joder Nissa, pense que pillabas el sarcasmo."
"¡Claro que lo he pillado! ¡Era broma!" Respondió Nissa indignada, cruzando sus brazos, aún si nadie podía verlo.
"En fin, vamos, que no quiero llegar tarde."
Así que salió de su habitación, caminando hasta la zona de entrenamiento. Lo que no se esperaba era encontrarse tanto revuelo nada más abrir la puerta. Bueno, más que revuelo, una mujer revoltosa. Y no muy atenta, viendo lo que le acababa de decir.
"Y pensaba que la ciega era yo," dijo Elyria, señalando su chaqueta. "Soy la capitana Elyria, sere vuestra instructora estos días."
Dicho esto, le dedicó unos instantes a sentir el ambiente, usando su haki de observación. Parecía que había algunos alumnos fuertes esta vez. Bueno, o al menos le daban esa sensación, aún no estaba al nivel de hacer este tipo de cosas con demasiada preciosión. Aún así era un buen ejercicio, y luego podía ajustarse un poco al probar sus capacidades de primera mano en el entrenamiento.
Nissa, que se había puesto a dar vueltas por el lugar, fijándose en todo—y todos, especialmente en todos—lo que le llamaba la atención, volvió con Elyria, posándose de vuelta en su hombro, como solía frecuentar. Sinceramente, echaba de menos poder verlo. Bueno, poder ver en general, pero bueno. Ya había estado hablando con sus contactos y tenía ciertos... planes. Planes que le ayudarían con su pequeño problema.
"Ely, esa chica te lleva mirando todo el rato, es un poco rara..." Le dijo Nissa, provocando que la marine se girase en dirección a Berry, clavando su mirada ciega, pero penetrante, en sus ojos.
"¿Ocurre algo?" Dijo en un tono serio pero amigable.
"Estas divina, Ely," dijo Nissa en un tono de burla, sentándose en el hombro de la marine moviendo las piernas. Nissa era una criatura que veía como una personita de luz azul, y podía hacerse visible y audible exclusivamente a quien ella quisiera. Lo cual normalmente era solo Elyria.
"Ja, ja, ja, que graciosa. Pero toca cumplir. Me la quitaré nada mas terminar, no te preocupes, mi sentido de la moda no morirá."
"¿Tu sentido de la moda? ¿Te recuerdo quien te tiene que ayudar a elegir la ropa?"
Elyria alzó una ceja, suspirando. "Vaya, me pregunto que podría estar causando eaa necesidad... No se me ocurre."
"Pues porque estas ci—"
"Joder Nissa, pense que pillabas el sarcasmo."
"¡Claro que lo he pillado! ¡Era broma!" Respondió Nissa indignada, cruzando sus brazos, aún si nadie podía verlo.
"En fin, vamos, que no quiero llegar tarde."
Así que salió de su habitación, caminando hasta la zona de entrenamiento. Lo que no se esperaba era encontrarse tanto revuelo nada más abrir la puerta. Bueno, más que revuelo, una mujer revoltosa. Y no muy atenta, viendo lo que le acababa de decir.
"Y pensaba que la ciega era yo," dijo Elyria, señalando su chaqueta. "Soy la capitana Elyria, sere vuestra instructora estos días."
Dicho esto, le dedicó unos instantes a sentir el ambiente, usando su haki de observación. Parecía que había algunos alumnos fuertes esta vez. Bueno, o al menos le daban esa sensación, aún no estaba al nivel de hacer este tipo de cosas con demasiada preciosión. Aún así era un buen ejercicio, y luego podía ajustarse un poco al probar sus capacidades de primera mano en el entrenamiento.
Nissa, que se había puesto a dar vueltas por el lugar, fijándose en todo—y todos, especialmente en todos—lo que le llamaba la atención, volvió con Elyria, posándose de vuelta en su hombro, como solía frecuentar. Sinceramente, echaba de menos poder verlo. Bueno, poder ver en general, pero bueno. Ya había estado hablando con sus contactos y tenía ciertos... planes. Planes que le ayudarían con su pequeño problema.
"Ely, esa chica te lleva mirando todo el rato, es un poco rara..." Le dijo Nissa, provocando que la marine se girase en dirección a Berry, clavando su mirada ciega, pero penetrante, en sus ojos.
"¿Ocurre algo?" Dijo en un tono serio pero amigable.
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La mink no pudo contener su asombro, más bien su mándibula por poco cae al suelo del impacto al escuchar el rango de capitana que la mujer portaba. Desde que ingresó a la marina había sido una de sus metas, uno de sus sueños, sus ojos rojos brillaban mientras la zorra caminaba en cuatro patas olfateando para identificar el aroma de la mujer. Despertaba admiración, para Berry era como estar frente a una estrella o una versión mejorada de si misma. No pudo evitar proyectarse en Elyria e imaginarse portando tal chaqueta, moviendo sus brazos y desplegando epicidad con cada paso.
—Capitana...—
Masculló lamiendo el pelaje de sus garras, aún fantaseando con la idea de golpear mientras la capa ondeaba como una bandera sobre su espalda. Siendo un símbolo de belleza y glamour, asi como de autoridad mayor. Lo mejor de todo era que aprendería de una experimentada, lo cual sin dudas le ayudaría, se comenzó a estirar en el suelo minutos antes de ser confrontada por Elyria.
Parpadeó un tanto sorprendida, colocandóse de pie y acercando sus ojos rojos a los de la capitana.Tal vez había malinterpretado sus murmullos por una especie de llamado, o era que de alguna manera le había notado como una sombra que le perseguía de cerca. Por suerte Berry mantenía un poco de formalidad y no se acercó todo lo que hubiera querido, esos ojos habían perdido su luz pero extrañamente la mink se sentía observada. Su rostro pasó de sorpresa a curiosidad, aunque nuevamente su rostro se inundó de admiración, supuso que aquello era parte de la barrera entre ellas. Realmente imponía, era como si su cuerpo fuese recorrido por descargas eléctricas, algo le decía que no solo era el rango esa mujer debía ser fuerte.
—Hmmm... que extraño. Al parecer no sirve de nada esconderlo, disculpe mi emoción y mis formas pero es la primera vez que tengo el placer de que una capitana dedique su tiempo a mi formación y pienso aprovecharlo. De más está decir que la admiro, y que estoy lista para golpear tantos barcos como diga. ¿O empezaremos con el ejercicio con pesas en el cuerpo? Es raro no veo buques o pesas...—
Berry crujió sus nudillos mientras estiraba su cuello, pensaba que aquel entrenamiento sería algo tan drástico como lo que acostumbraba aunque pudo divisar algunas caras de temor por sus comentarios.
—¿Qué? ¿Ninguno golpea barcos para entrenar en sus días libres? ¿O hacen cien repeticiones mientras estan atados a una roca enorme en cada pierna? Que aburrido...—
Suspiró la mink mientras guardaba las distancias con su superior, dedicando una sonrisa amigable. Tal vez no la vería pero esa no era una razón para perder los modales y su emoción por entrenar debía expresarse. Según ella, eso garantizaría un mejor ambiente y que la capitana pudiese imponer su ritmo sin ninguna presión.
—Capitana...—
Masculló lamiendo el pelaje de sus garras, aún fantaseando con la idea de golpear mientras la capa ondeaba como una bandera sobre su espalda. Siendo un símbolo de belleza y glamour, asi como de autoridad mayor. Lo mejor de todo era que aprendería de una experimentada, lo cual sin dudas le ayudaría, se comenzó a estirar en el suelo minutos antes de ser confrontada por Elyria.
Parpadeó un tanto sorprendida, colocandóse de pie y acercando sus ojos rojos a los de la capitana.Tal vez había malinterpretado sus murmullos por una especie de llamado, o era que de alguna manera le había notado como una sombra que le perseguía de cerca. Por suerte Berry mantenía un poco de formalidad y no se acercó todo lo que hubiera querido, esos ojos habían perdido su luz pero extrañamente la mink se sentía observada. Su rostro pasó de sorpresa a curiosidad, aunque nuevamente su rostro se inundó de admiración, supuso que aquello era parte de la barrera entre ellas. Realmente imponía, era como si su cuerpo fuese recorrido por descargas eléctricas, algo le decía que no solo era el rango esa mujer debía ser fuerte.
—Hmmm... que extraño. Al parecer no sirve de nada esconderlo, disculpe mi emoción y mis formas pero es la primera vez que tengo el placer de que una capitana dedique su tiempo a mi formación y pienso aprovecharlo. De más está decir que la admiro, y que estoy lista para golpear tantos barcos como diga. ¿O empezaremos con el ejercicio con pesas en el cuerpo? Es raro no veo buques o pesas...—
Berry crujió sus nudillos mientras estiraba su cuello, pensaba que aquel entrenamiento sería algo tan drástico como lo que acostumbraba aunque pudo divisar algunas caras de temor por sus comentarios.
—¿Qué? ¿Ninguno golpea barcos para entrenar en sus días libres? ¿O hacen cien repeticiones mientras estan atados a una roca enorme en cada pierna? Que aburrido...—
Suspiró la mink mientras guardaba las distancias con su superior, dedicando una sonrisa amigable. Tal vez no la vería pero esa no era una razón para perder los modales y su emoción por entrenar debía expresarse. Según ella, eso garantizaría un mejor ambiente y que la capitana pudiese imponer su ritmo sin ninguna presión.
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Elyria esbozó una sonrisa ante la emoción de la mink, riendo un poco por lo bajo. Siempre daba gusto conocer a gente animada en una Marina llena de demasiados formalismos en muchas ocasiones. Sobretodo siendo un entrenamiendo para oficiales o gente que estaba cerca de serlo.
"Vaya vaya, Ely, cualquiera diría que hace unos años eras tu la amargada del cuartel. Por suerte Alvar te ha hecho ver la luz. Y la pared..."
"Nis—" Elyria tosió para disimular su casi grito, ocultando su sonrojo. Cabe decir que era complicado con una tez tan clara.
Mientras tanto, Berry seguía a lo suyo, presumiendo ante el resto de su forma de entrenar. Le recordaba a las historias que había leido sobre Garp. Aunque bueno, no era la primera persona que Elyria conocía que entrenaba tan a lo bruto. Ella solía ser un poco mas metódica y cuidadosa en sus entrenamientos, aún si se llevaba al limite. Bueno, menos ese año... y esa montaña que tuvo que escalar. Le dolía todo el cuerpo solo de pensar en ello. Aunque le hizo más fuerte.
"Cada uno tiene sus propias formas de entrenar, tampoco tienes que ponerte así. Pegarle puñetazos a un barco no te hace mejor que nadie. ¿Cuál es tu nombre por cierto?"
Al escuchar la respuesta, asintió con la cabeza con una sonrisa. "Un placer, espero mucho de tí despues de tu entusiasmo, no me decepciones."
Dicho esto, se separó de ella, presentándose y hablando con el resto de alumnos. Parecían un grupito interesante. Entonces les dio un rato para prepararse y los mando fuera a calentar un poco. Mientras tanto, ella fue al almacen a buscar unas cosas.
Al volver a subir, se acercó a Berry, dandole un golpecito en el hombro.
"Ven un momento," dijo en un tono tranquilo y sin prisas, indicándole que la siguiera. "Tengo que darte algo, ya que ibas tan de chula." Elyria rió por lo bajo, llevándola donde había dejado todo lo que había ido a buscar antes. Entonces cogió un set de pesas corporales, estirándo el brazo para entregárselas.
"Hoy vas a entrenar con esto puesto. ¿No decías que querías estas cosas? Espero que no fuese solo de boquilla."
Y realmente, Elyria pensaba que lo decía en serio. Aun si su haki no era super fiable todavía, podía sentir la fuerza y la voluntad de la mink. Confiaba en que pudiese con esto. Y sinceramente, tenía curiosidad de como pelearía contra el resto con esos impedimentos.
Elyria le dió la espalda, caminando hacia donde estaba el resto del grupo.
"Bueno chicos, vamos a comenzar con unos duelos cuerpo a cuerpo, quiero ver como os moveis. Por supuesto, los que useis espada tendreis que ponerle protección al filo," Dijo Elyria, señalando una caja llena de materiales.
Cuando todos terminaron los preparativos, hizo las parejas y se puso a observar los combates, prestando especial atención al de Berry.
"Vaya vaya, Ely, cualquiera diría que hace unos años eras tu la amargada del cuartel. Por suerte Alvar te ha hecho ver la luz. Y la pared..."
"Nis—" Elyria tosió para disimular su casi grito, ocultando su sonrojo. Cabe decir que era complicado con una tez tan clara.
Mientras tanto, Berry seguía a lo suyo, presumiendo ante el resto de su forma de entrenar. Le recordaba a las historias que había leido sobre Garp. Aunque bueno, no era la primera persona que Elyria conocía que entrenaba tan a lo bruto. Ella solía ser un poco mas metódica y cuidadosa en sus entrenamientos, aún si se llevaba al limite. Bueno, menos ese año... y esa montaña que tuvo que escalar. Le dolía todo el cuerpo solo de pensar en ello. Aunque le hizo más fuerte.
"Cada uno tiene sus propias formas de entrenar, tampoco tienes que ponerte así. Pegarle puñetazos a un barco no te hace mejor que nadie. ¿Cuál es tu nombre por cierto?"
Al escuchar la respuesta, asintió con la cabeza con una sonrisa. "Un placer, espero mucho de tí despues de tu entusiasmo, no me decepciones."
Dicho esto, se separó de ella, presentándose y hablando con el resto de alumnos. Parecían un grupito interesante. Entonces les dio un rato para prepararse y los mando fuera a calentar un poco. Mientras tanto, ella fue al almacen a buscar unas cosas.
Al volver a subir, se acercó a Berry, dandole un golpecito en el hombro.
"Ven un momento," dijo en un tono tranquilo y sin prisas, indicándole que la siguiera. "Tengo que darte algo, ya que ibas tan de chula." Elyria rió por lo bajo, llevándola donde había dejado todo lo que había ido a buscar antes. Entonces cogió un set de pesas corporales, estirándo el brazo para entregárselas.
"Hoy vas a entrenar con esto puesto. ¿No decías que querías estas cosas? Espero que no fuese solo de boquilla."
Y realmente, Elyria pensaba que lo decía en serio. Aun si su haki no era super fiable todavía, podía sentir la fuerza y la voluntad de la mink. Confiaba en que pudiese con esto. Y sinceramente, tenía curiosidad de como pelearía contra el resto con esos impedimentos.
Elyria le dió la espalda, caminando hacia donde estaba el resto del grupo.
"Bueno chicos, vamos a comenzar con unos duelos cuerpo a cuerpo, quiero ver como os moveis. Por supuesto, los que useis espada tendreis que ponerle protección al filo," Dijo Elyria, señalando una caja llena de materiales.
Cuando todos terminaron los preparativos, hizo las parejas y se puso a observar los combates, prestando especial atención al de Berry.
Berry
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Berry se giró algo confundida por aquel "Nis—" al verla cubrirse su rostro pensó que se trataba de un estornudo, quizás estornudaba de forma graciosa por lo cual la mink sonrió de oreja a oreja expresando un "salud" por lo bajo mientras proseguía investigando los alrededores intentando averiguar que clase de entrenamiento se llevaría a cabo.
—¿Mejor que alguien? No me interesa eso, solo quiero ser la mejor versión de mi misma. Si mi objetivo fuese superar a otro solo me limitaría al proyectar algo inalcanzable en otra persona, solo busco superar mis propios límites para ser ese héroe que los civiles necesitan.—
Berry sonrió guiñando su ojo, llevando su pulgar a su pecho, si bien admiraba a otros y mostraba respeto ante los rangos superiores jamás los había visto como superiores o inferiores, simplemente eran sus colegas. El viejo le había enseñado a mantener los pies en el suelo y sus entrenamientos no tenían otro objetivo más que el volverse fuerte por el bien mayor.
—Soy Berry, mucho gusto.—
Se presentó colocando sus dedos a cada lado de su sonrisa, en un gesto algo gracioso y exagerado, aunque no ocultaba que estaba realmente contenta. Al ser elogiada e incluso decirle que esperaba mucho de ella hizo sonrojar a la zorra, que movía la cola de lado a lado como una niña que recibe un autografo de su ídolo. Su mente solo pensaba en dar su mejor versión, estaba tan emocionada que comenzó a calentar con muchas ganas apenas se lo pidieron.
Al ser llamada Berry se emocionó e incluso le brillaron los ojos al ver el set de pesas. Era tan bonito y sofisticado, lo tomó con emoción y sin rechistar se lo colocó buscando alguno para su cola pese a que debió conformarse con lo clásico. Comenzó a dar pequeños brincos con bastante comodidad, tratando de ver que tanto las pesas le limitaban.
—¡Wiii! Esto se siente mejor que las que hago con piedras, y se adaptan muy bien a mi cuerpo, no debo preocuparme por que hagan ruido o se desprendan...¡Muchas gracias Capitana Elyria! Prometo darles un buen uso...—
Más que un castigo Berry lo interpretó como un regalo, saltando y golpeando el aire mientras regresaba y escuchaba las instrucciones. Un duelo cuerpo a cuerpo se sentía como un entrenamiento ideal, solo había un problema, controlarse. Berry se colocó unos guantes y pidió a su pareja que se colocase un casco, algunas rodilleras e incluso un chaleco protector pese a ella no utilizarlos.
—¿No es un poco demasiado Berry-san?—
Preguntó el hombre sintiendo que era un globo tras colocarse tanta protección. Berry movió sus garras relajando sus dedos.
—Estás perfecto, no quiero enviarte a la enfermería por error... No me gusta limitarme.—
Y tras la señal la mink se acercó cerrando distancias, sus golpes resonaban contra los acolchados objetos de protección. Pese a ser superada en altura, el marine comenzó a retroceder acorralado por los golpes de Berry. Incluso algunos llegaron a hundir el chaleco, lo cual hizo al hombre esgrimir un quejido y bajar su guardia, tres ganchos conectaron directo a la cabeza.
El hombre incó su rodilla algo mareado, no comprendía como los golpes le dolían tanto, como si una especie de armadura chocase contra su piel en lugar de esos guantes. Berry se mantenía en movimiento, saltando frente a él, esbozando una sonrisa.
Los brazos de la mink se sentían pesados y calientes, sus piernas también, estaba sudando pero mantenía su sonrisa. Si dolía era que estaba funcionando, el hombre se levantó y aprovechó el desliz de la mink para encajar un golpe a su mejilla. En lugar de chillar o llorar, la mink sonrió con fiereza.
—¡Buen golpe! ¡Sigamos así sin limitarnos!—
Tomó al marine de la chaqueta con un fuerte agarre, sujetando su cuerpo contra su hombro izquierdo para usar su pierna contra el pie del mismo y en un instante tumbarlo sobre su cabeza. Un aterrizaje de espaldas al suelo, cortesía de Berry y enseñado por su instructor. Sin dudas la mink era una combatiente más que competente a mano limpia, su pareja más bien parecía tratar de seguirle el ritmo. Se levantó sacudiendo el polvo y volviendo a la carga, siendo recibido por los gritos euforicos de la zorra.
El entrenamiento se convirtió en un intercambio de golpes, una lucha de resistencias que Berry pronto comenzó a dominar. Lentamente los golpes del hombre dejaron de llegar y su guardia flaqueó. Un sonoro golpe interrumpió el bullicio del lugar instaurando un silencio debido a que todos voltearon , en el momento exacto en el cual el hombre caía de espaldas al suelo jadeando. Frente a él Berry se encontraba de pie, limpiando con su brazo izquierdo las gotas de sudor que caían por su rostro.
—Creo que me volví a pasar... ¿Estás bien?—
Extendió su mano al hombre quien jadeando la estrechó y volvió a levantarse ayudado por la mink. Todo le daba vueltas y pese a los guantes su rostro se había hinchado un poco, Berry buscaba disimularlo abanicando con sus manos.
—Ay no, tu cara, ehmmm un poco de hielo y como nuevo...—
Rascó su cabeza sacando su lengua y disculpandose por los golpes, esperaba no haber arruinado su entrenamiento con tan solo unos minutos de combate. La mink buscó con ojitos de cachorro a Elyria, no deseaba llevarse una reprimenda tan pronto. Incluso había tomado muchos recaudos para no romper algún hueso, el marine no estaba herido, solo un poco golpeado. ¿Y ella? Mostraba algunos raspones, ciertas magulladuras cerca del labio, pero se veía tan natural que solo se notaban al mirarla fijamente.
—¿Mejor que alguien? No me interesa eso, solo quiero ser la mejor versión de mi misma. Si mi objetivo fuese superar a otro solo me limitaría al proyectar algo inalcanzable en otra persona, solo busco superar mis propios límites para ser ese héroe que los civiles necesitan.—
Berry sonrió guiñando su ojo, llevando su pulgar a su pecho, si bien admiraba a otros y mostraba respeto ante los rangos superiores jamás los había visto como superiores o inferiores, simplemente eran sus colegas. El viejo le había enseñado a mantener los pies en el suelo y sus entrenamientos no tenían otro objetivo más que el volverse fuerte por el bien mayor.
—Soy Berry, mucho gusto.—
Se presentó colocando sus dedos a cada lado de su sonrisa, en un gesto algo gracioso y exagerado, aunque no ocultaba que estaba realmente contenta. Al ser elogiada e incluso decirle que esperaba mucho de ella hizo sonrojar a la zorra, que movía la cola de lado a lado como una niña que recibe un autografo de su ídolo. Su mente solo pensaba en dar su mejor versión, estaba tan emocionada que comenzó a calentar con muchas ganas apenas se lo pidieron.
Al ser llamada Berry se emocionó e incluso le brillaron los ojos al ver el set de pesas. Era tan bonito y sofisticado, lo tomó con emoción y sin rechistar se lo colocó buscando alguno para su cola pese a que debió conformarse con lo clásico. Comenzó a dar pequeños brincos con bastante comodidad, tratando de ver que tanto las pesas le limitaban.
—¡Wiii! Esto se siente mejor que las que hago con piedras, y se adaptan muy bien a mi cuerpo, no debo preocuparme por que hagan ruido o se desprendan...¡Muchas gracias Capitana Elyria! Prometo darles un buen uso...—
Más que un castigo Berry lo interpretó como un regalo, saltando y golpeando el aire mientras regresaba y escuchaba las instrucciones. Un duelo cuerpo a cuerpo se sentía como un entrenamiento ideal, solo había un problema, controlarse. Berry se colocó unos guantes y pidió a su pareja que se colocase un casco, algunas rodilleras e incluso un chaleco protector pese a ella no utilizarlos.
—¿No es un poco demasiado Berry-san?—
Preguntó el hombre sintiendo que era un globo tras colocarse tanta protección. Berry movió sus garras relajando sus dedos.
—Estás perfecto, no quiero enviarte a la enfermería por error... No me gusta limitarme.—
Y tras la señal la mink se acercó cerrando distancias, sus golpes resonaban contra los acolchados objetos de protección. Pese a ser superada en altura, el marine comenzó a retroceder acorralado por los golpes de Berry. Incluso algunos llegaron a hundir el chaleco, lo cual hizo al hombre esgrimir un quejido y bajar su guardia, tres ganchos conectaron directo a la cabeza.
El hombre incó su rodilla algo mareado, no comprendía como los golpes le dolían tanto, como si una especie de armadura chocase contra su piel en lugar de esos guantes. Berry se mantenía en movimiento, saltando frente a él, esbozando una sonrisa.
Los brazos de la mink se sentían pesados y calientes, sus piernas también, estaba sudando pero mantenía su sonrisa. Si dolía era que estaba funcionando, el hombre se levantó y aprovechó el desliz de la mink para encajar un golpe a su mejilla. En lugar de chillar o llorar, la mink sonrió con fiereza.
—¡Buen golpe! ¡Sigamos así sin limitarnos!—
Tomó al marine de la chaqueta con un fuerte agarre, sujetando su cuerpo contra su hombro izquierdo para usar su pierna contra el pie del mismo y en un instante tumbarlo sobre su cabeza. Un aterrizaje de espaldas al suelo, cortesía de Berry y enseñado por su instructor. Sin dudas la mink era una combatiente más que competente a mano limpia, su pareja más bien parecía tratar de seguirle el ritmo. Se levantó sacudiendo el polvo y volviendo a la carga, siendo recibido por los gritos euforicos de la zorra.
El entrenamiento se convirtió en un intercambio de golpes, una lucha de resistencias que Berry pronto comenzó a dominar. Lentamente los golpes del hombre dejaron de llegar y su guardia flaqueó. Un sonoro golpe interrumpió el bullicio del lugar instaurando un silencio debido a que todos voltearon , en el momento exacto en el cual el hombre caía de espaldas al suelo jadeando. Frente a él Berry se encontraba de pie, limpiando con su brazo izquierdo las gotas de sudor que caían por su rostro.
—Creo que me volví a pasar... ¿Estás bien?—
Extendió su mano al hombre quien jadeando la estrechó y volvió a levantarse ayudado por la mink. Todo le daba vueltas y pese a los guantes su rostro se había hinchado un poco, Berry buscaba disimularlo abanicando con sus manos.
—Ay no, tu cara, ehmmm un poco de hielo y como nuevo...—
Rascó su cabeza sacando su lengua y disculpandose por los golpes, esperaba no haber arruinado su entrenamiento con tan solo unos minutos de combate. La mink buscó con ojitos de cachorro a Elyria, no deseaba llevarse una reprimenda tan pronto. Incluso había tomado muchos recaudos para no romper algún hueso, el marine no estaba herido, solo un poco golpeado. ¿Y ella? Mostraba algunos raspones, ciertas magulladuras cerca del labio, pero se veía tan natural que solo se notaban al mirarla fijamente.
Elyria Priscraft
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Elyria sonrió ante la respuesta de la Mink. Un poco cursi y típico para su gusto, tal vez, pero respetable. Y bueno, parecía que ella lo decía en serio. También le recordaba un poco a Yor. Aunque sinceramente, no sabría decir si eso era algo bueno o no.
Cuándo se emocionó de esa manera por unas simples pesas, Elyria no pudo más que reír en voz alta. Apoyó una mano en su propia cintura, mirándola con una sonrisa perpleja.
“Berry, te recuerdo que formas parte de la Marina. Si necesitabas una pesas corporales para entrenar solo tenías que pedirlas, están en cualquier cuartel en el que se haga un mínimo de entrenamiento,” dijo Elyria, llevándose una mano a la cara a modo de facepalm. “En fin, cuando acabemos con esto me lo recuerdas y voy contigo a conseguirte unas. No tiene sentido que te tengas que poner a hacerlo con piedras…”
En cualquier caso, siguió con lo suyo, y pronto los diferentes marines estaban combatiendo entre ellos. Elyria se paseó por el patio de entrenamientos del cuartel, fijándose en todos y tomando notas en su cuaderno, planeando entrenamientos personalizados. Después de todo, la intención del ejercicio era ver sus capacidades en combate cuerpo a cuerpo de un vistazo. Ella se fijaba en sus auras usando el haki de observación, y Nissa le ayudaba con lo más visual. Tenía que reconocer que su compañera había mejorado mucho en ese aspecto. Últimamente, sus indicaciones y la información que le daba en el día a día eran bastante claras. Aunque eso no quitaba que estuviese ansiosa por poder volver a ver. Gracias a unos contactos de Alvar y a su recompensa por alcanzar el rango de Capitana, podría conseguir unos ojos biónicos y volver a ver al fin. Le daba un poco de miedo, pero no se echaría atrás. Extrañaba demasiado su visión.
Pero sin lugar a dudas, el combate que mas resaltaba era el de la mink. Podía sentir su agresividad, y aparentemente su rival llevaba protección. Un poco extraño todo, vamos. Aún así, pudo notar la potencia de sus golpes, y cómo acabo noqueando al oponente.
Elyria se acercó a ambos, tomando la postura de reposo, con las manos tras su espalda.
“Buen combate, chicos. Aunque se suponía que solo era un pequeño calentamiento para tantear y que pudiese evaluar vuestra fuerza,” dijo en un tono algo más serio. Entonces arrancó dos hojas de su cuaderno, entregándole una a cada uno. En ellas había indicaciones personalizadas para continuar el entrenamiento básico del día de hoy. Bueno, para la mayoría. En el caso de Berry, quería comprobar su fuerza, así que solo ponía que se quitase las pesas y se preparase para tener un combate de entrenamiento con ella en la playa.
Elyria se alejó, entregándole las indicaciones al resto, y se metió en el cuartel a coger unas cosas antes de dirigirse al lugar donde había quedado con la mujer. Le saludó con la cabeza al encontrarla allí, y se acercó a dejar unos cubos llenos de líquido en la arena.
“Yo que tú me alejaría un poco,” dijo dándole unos segundos antes de meter una pequeña pastilla en cada cubo. Se alejó corriendo a toda velocidad, y en casi un instante, el contenido de los cubos comenzó a aumentar su volumen, desbordando y manchando un area bastante generosa del arena de la playa.
“Vamos a combatir aquí. Quiero ver como te manejas con movimiento limitado. No vale volar ni usar técnicas aereas, por supuesto.”
Y sin esperar más, se quitó las botas y los calcetines para no ponerlos perdidos y dio un fuerte salto a la zona de arena oscura. Esta se había convertido en una especie de fango denso, que cubría unos diez centímetros por encima de los tobillos y dificultaba mucho el movimiento en tierra. Por supuesto, dentro de unas horas se secaría y volvería a la normalidad. Elyria no pretendía cargarse una playa para hacer un simple entrenamiento.
“Venga, muéstrame lo que sabes hacer.”
Cuándo se emocionó de esa manera por unas simples pesas, Elyria no pudo más que reír en voz alta. Apoyó una mano en su propia cintura, mirándola con una sonrisa perpleja.
“Berry, te recuerdo que formas parte de la Marina. Si necesitabas una pesas corporales para entrenar solo tenías que pedirlas, están en cualquier cuartel en el que se haga un mínimo de entrenamiento,” dijo Elyria, llevándose una mano a la cara a modo de facepalm. “En fin, cuando acabemos con esto me lo recuerdas y voy contigo a conseguirte unas. No tiene sentido que te tengas que poner a hacerlo con piedras…”
En cualquier caso, siguió con lo suyo, y pronto los diferentes marines estaban combatiendo entre ellos. Elyria se paseó por el patio de entrenamientos del cuartel, fijándose en todos y tomando notas en su cuaderno, planeando entrenamientos personalizados. Después de todo, la intención del ejercicio era ver sus capacidades en combate cuerpo a cuerpo de un vistazo. Ella se fijaba en sus auras usando el haki de observación, y Nissa le ayudaba con lo más visual. Tenía que reconocer que su compañera había mejorado mucho en ese aspecto. Últimamente, sus indicaciones y la información que le daba en el día a día eran bastante claras. Aunque eso no quitaba que estuviese ansiosa por poder volver a ver. Gracias a unos contactos de Alvar y a su recompensa por alcanzar el rango de Capitana, podría conseguir unos ojos biónicos y volver a ver al fin. Le daba un poco de miedo, pero no se echaría atrás. Extrañaba demasiado su visión.
Pero sin lugar a dudas, el combate que mas resaltaba era el de la mink. Podía sentir su agresividad, y aparentemente su rival llevaba protección. Un poco extraño todo, vamos. Aún así, pudo notar la potencia de sus golpes, y cómo acabo noqueando al oponente.
Elyria se acercó a ambos, tomando la postura de reposo, con las manos tras su espalda.
“Buen combate, chicos. Aunque se suponía que solo era un pequeño calentamiento para tantear y que pudiese evaluar vuestra fuerza,” dijo en un tono algo más serio. Entonces arrancó dos hojas de su cuaderno, entregándole una a cada uno. En ellas había indicaciones personalizadas para continuar el entrenamiento básico del día de hoy. Bueno, para la mayoría. En el caso de Berry, quería comprobar su fuerza, así que solo ponía que se quitase las pesas y se preparase para tener un combate de entrenamiento con ella en la playa.
Elyria se alejó, entregándole las indicaciones al resto, y se metió en el cuartel a coger unas cosas antes de dirigirse al lugar donde había quedado con la mujer. Le saludó con la cabeza al encontrarla allí, y se acercó a dejar unos cubos llenos de líquido en la arena.
“Yo que tú me alejaría un poco,” dijo dándole unos segundos antes de meter una pequeña pastilla en cada cubo. Se alejó corriendo a toda velocidad, y en casi un instante, el contenido de los cubos comenzó a aumentar su volumen, desbordando y manchando un area bastante generosa del arena de la playa.
“Vamos a combatir aquí. Quiero ver como te manejas con movimiento limitado. No vale volar ni usar técnicas aereas, por supuesto.”
Y sin esperar más, se quitó las botas y los calcetines para no ponerlos perdidos y dio un fuerte salto a la zona de arena oscura. Esta se había convertido en una especie de fango denso, que cubría unos diez centímetros por encima de los tobillos y dificultaba mucho el movimiento en tierra. Por supuesto, dentro de unas horas se secaría y volvería a la normalidad. Elyria no pretendía cargarse una playa para hacer un simple entrenamiento.
“Venga, muéstrame lo que sabes hacer.”
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Para su fortuna no hubo reclamos, ni nada parecido, solo una simple advertencia de que habían tomado el entreno muy enserio. Algo que Berry hacía a menudo, su naturaleza y emoción por el combate le hacían romper sus límites a cambio de excederse sin querer. Aún meditaba lo de pedir pesas a los cuarteles, necesitaba rentar algunas para llevar de viaje, pese a que hacer pesas de piedras también era divertido. La mink sentía las diferencias y ventajas, no eran ruidosas, se adaptaban mejor y trabajaba mejor su cuerpo sin riesgo de cortarse o hacerse daño por movimientos bruscos.
—Oww, es mi culpa creo que nos dejamos llevar por la emoción...—
Comentó la mink rascando su cabeza, sus ojos brillaron al leer la nota, un combate personal con una capitana era sin dudas un sueño. Podría probarse contra una oficial de la marina, sin limitaciones, podría experimentar que tan lejos se encontraba de alguien como ella. No había mayor honor ni tesoro a ojos de la mink que el derecho de entrenar con alguien con mucha más experiencia y recorrido. Por tanto se quitó las pesas de inmediato, y partió rumbo a la playa esperando por la capitana, mientras se sentaba a contemplar el mar.
—Ha pasado mucho tiempo... Pero finalmente creo que estoy progresando, me pregunto que estarán haciendo. Si una fiesta, una ceremonia, el mar se ve bonito cuando piensas en tu hogar. ¿Verdad? Oh, lo siento no fue mi intención...—
Berry sacudió sus manos frente a su cara avergonzada, estaba tan sumida en sus pensamientos que había olvidado por completo que Elyria no podía ver. Pese a esto se alejó corriendo a cuatro patas al ver a la mujer haciendo lo propio, no sabía que demonios era aquella sustancia, pero no quería averiguarlo por mano propia. Finalmente la oficial le indicó que ya podían saltar al lugar, hizo lo propio retirando sus zapatos y sintiendo sus pies con mayor libertad.
—Ohh, se siente como caminar en dulce, es una sensación muy extraña... Sin volar ni saltar, entendido...—
Cerró sus puños los cuales comenzaron a generar chispas, primero se sintió como un chasquido y luego los puños de la mink se rodearon de electricidad. Berry sonrió emocionada, comenzando a acercarse lentamente con la guardia en alto y tratando de adaptarse a la sensación de aquella arena fangosa. Conocía que el hecho de limitar su velocidad no sería problema si lograba cercar distancias, si conseguía llevar todo a su terreno.
Pero Elyria le había observado, claramente buscaría dificultarle la tarea de alcanzarla, detuvo su paso. Estudió como un animal la postura de la mujer, los brazos de Berry eran largos pero funcionaban mejor a distancias cortas. Entonces lo recordó, no todo su cuerpo eran los brazos.
Hundió sus garras en la arena e inclinó su cuerpo hacia delante mientras rotaba su cuerpo como un zorro mostrando su trasero y su cola moverse de lado a lado. Una distracción un tanto inusual para que Elyria tuviese poco tiempo de reacción ante los pies que se despegaban de la arena y avanzaban en una doble patada hacia su estómago. Una postura inusual incluso para Berry, pero la mink había aprendido que no siempre bastaría con dar puñetazos y ante alguien que tiene la ventaja era mejor sorprender, incluso si sus piernas no eran tan letales como sus garras.
—Oww, es mi culpa creo que nos dejamos llevar por la emoción...—
Comentó la mink rascando su cabeza, sus ojos brillaron al leer la nota, un combate personal con una capitana era sin dudas un sueño. Podría probarse contra una oficial de la marina, sin limitaciones, podría experimentar que tan lejos se encontraba de alguien como ella. No había mayor honor ni tesoro a ojos de la mink que el derecho de entrenar con alguien con mucha más experiencia y recorrido. Por tanto se quitó las pesas de inmediato, y partió rumbo a la playa esperando por la capitana, mientras se sentaba a contemplar el mar.
—Ha pasado mucho tiempo... Pero finalmente creo que estoy progresando, me pregunto que estarán haciendo. Si una fiesta, una ceremonia, el mar se ve bonito cuando piensas en tu hogar. ¿Verdad? Oh, lo siento no fue mi intención...—
Berry sacudió sus manos frente a su cara avergonzada, estaba tan sumida en sus pensamientos que había olvidado por completo que Elyria no podía ver. Pese a esto se alejó corriendo a cuatro patas al ver a la mujer haciendo lo propio, no sabía que demonios era aquella sustancia, pero no quería averiguarlo por mano propia. Finalmente la oficial le indicó que ya podían saltar al lugar, hizo lo propio retirando sus zapatos y sintiendo sus pies con mayor libertad.
—Ohh, se siente como caminar en dulce, es una sensación muy extraña... Sin volar ni saltar, entendido...—
Cerró sus puños los cuales comenzaron a generar chispas, primero se sintió como un chasquido y luego los puños de la mink se rodearon de electricidad. Berry sonrió emocionada, comenzando a acercarse lentamente con la guardia en alto y tratando de adaptarse a la sensación de aquella arena fangosa. Conocía que el hecho de limitar su velocidad no sería problema si lograba cercar distancias, si conseguía llevar todo a su terreno.
Pero Elyria le había observado, claramente buscaría dificultarle la tarea de alcanzarla, detuvo su paso. Estudió como un animal la postura de la mujer, los brazos de Berry eran largos pero funcionaban mejor a distancias cortas. Entonces lo recordó, no todo su cuerpo eran los brazos.
Hundió sus garras en la arena e inclinó su cuerpo hacia delante mientras rotaba su cuerpo como un zorro mostrando su trasero y su cola moverse de lado a lado. Una distracción un tanto inusual para que Elyria tuviese poco tiempo de reacción ante los pies que se despegaban de la arena y avanzaban en una doble patada hacia su estómago. Una postura inusual incluso para Berry, pero la mink había aprendido que no siempre bastaría con dar puñetazos y ante alguien que tiene la ventaja era mejor sorprender, incluso si sus piernas no eran tan letales como sus garras.
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A Elyria le gustaba pelear con alguien que no se iba a contener. En un entorno seguro, claro, cuando se da encontronazos con un grupo de nazis no es tan divertido como en un entrenamiento. Ella, al contrario, si tenía que controlar su fuerza, obviamente. No iba a darle un combate facil, ni a mimarla, pero tampoco quería dejarle heridas permanentes. Solo era un entrenamiento al fin y al cabo.
Había visto pelear a Berry, y era bastante evidente que intentaría llegar al cuerpo a cuerpo, teniendo en cuenta el tipo de terreno y sus capacidades. Sería interesante ver como se las apañaba al ver que no era tan facil conseguirlo.
Por fín, llegó el primer ataque. Y no sin un comentario de Nissa sobre por qué demonios estaba intentando distraerla moviendo el culo y la cola. ¡A una ciega! Al parecer también necesitaba una clase sobre prestar atención a los puntos fuertes y débiles de sus rivales. Al menos había tomado un enfoque interesante al tomar esas posturas y atacar con sus piernas.
Elyria, por su parte, también tenía otras intenciones con este combate. Al ver la fuerza de la mink, pensó que podría utilizarla a su favor para terminar de perfeccionar su haki de armadura. Alvar le había dado unas indicaciones, pero todo era bastante abstracto. Al fin lo más útil era la memoria de su cuerpo y de su alma sobre cuándo lo usó en Jellystone. Aunque aún le costaba pensar en ello. Zero...
En cualquier caso, viendo venir el ataque, tenía dos opciones. Una era simplememte esquivarlo, pero eso no ayudaría en nada a lo que buscaba. Así que optó por bloquear el golpe con su cuerpo. Apretó su estomago, concentrando sus fuerzas, intentando recordar eso que había hecho instintivamente la última vez. Además, por si acaso, ya que la marine era una mujer precavida, usó su energia elemental de hielo para congelar parte de la humedad de su cuerpo, creando una pequeña armadura en la zona del impacto. Romperse los huesos tantas veces en tan poco tiempo le había enseñado un par de cosas.
Al recibir el impacto, sintió como algo aparte del hielo absorbía parte de la fuerza recibida. Aún así, no se acercaba en nada a lo que había hecho aquella vez. Se sentía... incompleto. En cualquier caso, retrocedió un par de centímetros, mostrándole una sonrisa a Berry.
"No esta nada mal, tienes buen impacto," dijo en un tono bastante calmado, antes de pegar un fuerte pisotón en el suelo.
El fango, o como queramos llamarlo, salpicó por los aires, poniéndolo todo perdido y reduciendo la visibilidad. Por suerte, había una persona a la que eso no le afectaba demasiado.
Aprovechando el momento, Elyria levantó la otra pierna. Giró su cuerpo más de lo que normalmente podría, gracias a que su otro pie era un buen ancla al estar en una suatancia tan viscosa. Y entonces, con una velocidad y fuerza impresionantes, dió una fuerte patada en dirección al pecho de Berry, atenta a que haría contra un ataque de ese calibre.
Había visto pelear a Berry, y era bastante evidente que intentaría llegar al cuerpo a cuerpo, teniendo en cuenta el tipo de terreno y sus capacidades. Sería interesante ver como se las apañaba al ver que no era tan facil conseguirlo.
Por fín, llegó el primer ataque. Y no sin un comentario de Nissa sobre por qué demonios estaba intentando distraerla moviendo el culo y la cola. ¡A una ciega! Al parecer también necesitaba una clase sobre prestar atención a los puntos fuertes y débiles de sus rivales. Al menos había tomado un enfoque interesante al tomar esas posturas y atacar con sus piernas.
Elyria, por su parte, también tenía otras intenciones con este combate. Al ver la fuerza de la mink, pensó que podría utilizarla a su favor para terminar de perfeccionar su haki de armadura. Alvar le había dado unas indicaciones, pero todo era bastante abstracto. Al fin lo más útil era la memoria de su cuerpo y de su alma sobre cuándo lo usó en Jellystone. Aunque aún le costaba pensar en ello. Zero...
En cualquier caso, viendo venir el ataque, tenía dos opciones. Una era simplememte esquivarlo, pero eso no ayudaría en nada a lo que buscaba. Así que optó por bloquear el golpe con su cuerpo. Apretó su estomago, concentrando sus fuerzas, intentando recordar eso que había hecho instintivamente la última vez. Además, por si acaso, ya que la marine era una mujer precavida, usó su energia elemental de hielo para congelar parte de la humedad de su cuerpo, creando una pequeña armadura en la zona del impacto. Romperse los huesos tantas veces en tan poco tiempo le había enseñado un par de cosas.
Al recibir el impacto, sintió como algo aparte del hielo absorbía parte de la fuerza recibida. Aún así, no se acercaba en nada a lo que había hecho aquella vez. Se sentía... incompleto. En cualquier caso, retrocedió un par de centímetros, mostrándole una sonrisa a Berry.
"No esta nada mal, tienes buen impacto," dijo en un tono bastante calmado, antes de pegar un fuerte pisotón en el suelo.
El fango, o como queramos llamarlo, salpicó por los aires, poniéndolo todo perdido y reduciendo la visibilidad. Por suerte, había una persona a la que eso no le afectaba demasiado.
Aprovechando el momento, Elyria levantó la otra pierna. Giró su cuerpo más de lo que normalmente podría, gracias a que su otro pie era un buen ancla al estar en una suatancia tan viscosa. Y entonces, con una velocidad y fuerza impresionantes, dió una fuerte patada en dirección al pecho de Berry, atenta a que haría contra un ataque de ese calibre.
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El impacto se sintió frio, era curioso que ese golpe le recordase a las veces que ponía su cuerpo en hielo para calmar su dolor. Volvió a ponerse de pie tras el golpe, retomando una postura de defensa clásica con sus garras a la altura de su mentón. Analizaba la situación, eso no se sintió como haki, era parecido al electro en cierta medida pero todavía dudaba. Si se estaba enfrentando a una oponente capaz de protegerse con otra armadura estaba en una seria desventaja. Podía usar su haki para romper la defensa, pero no bastaría si la capitana también era capaz de emplearlo.
Suspiró, olfateó el aire buscando respuestas, luego su mente pareció conectar dos neuronas. Si era ciega debía estar empleando algo para ver, si ese contratiempo le había hecho descuidar su haki de armadura tenía una oportunidad. Aunque claro una cosa era tener esa oportunidad y otra muy diferente emplearla en contra de su superior. Berry no era tonta, una ciega no llega a ser capitana por lástima, si eso no había forzado su retiro significaba que aquella debilidad ya no era drástica.
—Y tú eres muy bonita, quiero decir, supuse que tu ceguera no te resultaba desventajosa y tuve razón. Puede decirse que prevenías ese golpe, no se sintió como golpear un cuerpo y estoy segura que nos vamos a divertir...—
Berry sonrió antes de sentir la fuerza de la capitana, ese pisotón había sido asombroso. Berry inhaló aire para localizar correctamente a la capitana, ya que sus ojos solo veían fango y una silueta algo escondida. Se preparó para un ataque, agachando su cuerpo y cerrándose en una guardia para avanzar entre el fango.
Pronto la patada se hizo visible, la mink conocía que recibir el impacto sin más podría ser un contratiempo, preparó su puño derecho y canalizó su fuerza, haki y electro en un golpe frontal chocando con el pie de la capitana en una fuerte colisión. Apretó sus dientes, sintiendo como su cuerpo cedía ante la fuerza incalculable del impacto terminando la colisión forzosamente cuando su mano se elevó involuntariamente hacia atrás y sus pies retrocedieron arrastrando una cantidad considerable de fango formando pequeños canales entre la posición de la mink y el lugar de impacto.
—Tsssk... creí que podría aguantarlo pero me alegra no haberlo recibido con mi cuerpo, algo me decía que lo desviase...—
Sacudió su garra sintiendo calor en la misma, como si hubiera impactado contra alguna montaña o una piedra. Berry sonreía, le gustaba esa sensación de igualdad e incluso inferioridad, colocó sus puños en guardia para luego chasquear sus uñas.
Intentó correr sabiendo el resultado, sus pies se adentraban en la arena, aunque luego inclinó su cuerpo utilizando los canales producto de su retroceso para resbalar y deslizarse a una velocidad bastante mayor a la esperada. Clavó su pierna antes de pasarse y encaminó con sus garras el giro, quedando justo al costado de Elyria.
¿Un ataque por la espalda? No, eso era muy obvio ante alguien que ya conocería ese truco tras tantos intentos, la mink agachó su cuerpo acortando distancias y lanzando un potente gancho desde el costado inferior derecho de la mujer con clara intención de golpear su mentón o su mejilla. Era un golpe potente, Berry no se pensaba limitar tras el "saludo" de la capitana, su rostro mostraba una sonrisa salvaje era una de esas veces donde se estaba divirtiendo.
Suspiró, olfateó el aire buscando respuestas, luego su mente pareció conectar dos neuronas. Si era ciega debía estar empleando algo para ver, si ese contratiempo le había hecho descuidar su haki de armadura tenía una oportunidad. Aunque claro una cosa era tener esa oportunidad y otra muy diferente emplearla en contra de su superior. Berry no era tonta, una ciega no llega a ser capitana por lástima, si eso no había forzado su retiro significaba que aquella debilidad ya no era drástica.
—Y tú eres muy bonita, quiero decir, supuse que tu ceguera no te resultaba desventajosa y tuve razón. Puede decirse que prevenías ese golpe, no se sintió como golpear un cuerpo y estoy segura que nos vamos a divertir...—
Berry sonrió antes de sentir la fuerza de la capitana, ese pisotón había sido asombroso. Berry inhaló aire para localizar correctamente a la capitana, ya que sus ojos solo veían fango y una silueta algo escondida. Se preparó para un ataque, agachando su cuerpo y cerrándose en una guardia para avanzar entre el fango.
Pronto la patada se hizo visible, la mink conocía que recibir el impacto sin más podría ser un contratiempo, preparó su puño derecho y canalizó su fuerza, haki y electro en un golpe frontal chocando con el pie de la capitana en una fuerte colisión. Apretó sus dientes, sintiendo como su cuerpo cedía ante la fuerza incalculable del impacto terminando la colisión forzosamente cuando su mano se elevó involuntariamente hacia atrás y sus pies retrocedieron arrastrando una cantidad considerable de fango formando pequeños canales entre la posición de la mink y el lugar de impacto.
—Tsssk... creí que podría aguantarlo pero me alegra no haberlo recibido con mi cuerpo, algo me decía que lo desviase...—
Sacudió su garra sintiendo calor en la misma, como si hubiera impactado contra alguna montaña o una piedra. Berry sonreía, le gustaba esa sensación de igualdad e incluso inferioridad, colocó sus puños en guardia para luego chasquear sus uñas.
Intentó correr sabiendo el resultado, sus pies se adentraban en la arena, aunque luego inclinó su cuerpo utilizando los canales producto de su retroceso para resbalar y deslizarse a una velocidad bastante mayor a la esperada. Clavó su pierna antes de pasarse y encaminó con sus garras el giro, quedando justo al costado de Elyria.
¿Un ataque por la espalda? No, eso era muy obvio ante alguien que ya conocería ese truco tras tantos intentos, la mink agachó su cuerpo acortando distancias y lanzando un potente gancho desde el costado inferior derecho de la mujer con clara intención de golpear su mentón o su mejilla. Era un golpe potente, Berry no se pensaba limitar tras el "saludo" de la capitana, su rostro mostraba una sonrisa salvaje era una de esas veces donde se estaba divirtiendo.
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Elyria alzó una ceja ante el comentario de la mink, extrañada. ¿Le estaba coqueteando en medio de un combate? Bueno, desde luego parecía que la vergüenza no era un problema que le afectase demasiado.
No pudo evitar sonreir cuándo Berry bloqueó el ataque de esa forma, aún si la hizo retroceder bastante en el fango. También le sorprendió sentir que era capaz de usar haki de armadura. ¿Sería también capáz de usar el de observación? Tenía que comprobarlo. El electro ya no le pilló tan desprevenida, claro, no era la primera mink que conocía.
"Vaya, lo realmente sorprendente es que hayas tenido tiempo de reaccionar. No esta mal."
Ante el siguiente ataque de Berry, la capitana volvía a tener las mismas opciones que antes. Con un simple movimiento de caderas sería capáz se esquivarla sin dificultad. Pero de nuevo. Haki de Armadura. Y ahora que sabía que ella podía usarlo, sus probabilidades de controlar el suyo aumentaban por la resonancia de sus hakis. Además, quería probar a imbuir a Khione del mismo, ya que tenía entendido que este podía extenderse a las armas. Y su querida katana era como una parte más del cuerpo para ella.
Así que, en un esfuerzo de concentración, intentó cubrir el arma. Era complicado redirigirlo allí con un contról tan debil, pero podía sentirlo. Aunque cuándo llegó el golpe, notó como de nuevo le faltaba algo, así que tuvo que recurrir a la fuerza bruta.
Bloqueó con Khione, su katana, retrocediendo de nuevo unos centímetros, gratamente impresionada por la potencia del impacto. Por supuesto, el metal estaba cargado con energía elemental de hielo, no quería chamuscarse con el electro. Y por supuesto también, no uso el filo. No era plan de amputar extremidades.
"Tranquila, no te voy a cortar, no es mi primer rodeo. Pero no me gusta combatir con armas falsas, creo que me entiendes en eso," dijo con una sonrisa. Le tenía demasiado cariño a Khione como para usar una espada de madera. Tenía que tener algo más de cuidado y medir sus fuerzas, pero al final eso también se convertía en un ejercicio importante.
Sin perder ni un instante, Elyria aprovechó la falta de movilidad de Berry, dando un fuerte taconazo en el suelo. Este congeló parte del fango, atrapando con firmeza la pierna que había clavado antes como apoyo para poder pivotar en su ataque. Entonces aprovechó la fuerza de sus piernas para saltar hacia delante, yendo a darle un fuerte rodillazo en el estómago. Este fue encadenado con una fuerte patada ascendente con la otra pierna, dando una voltereta hacia atras en el aire para no perder el tempo. Intentó cargar ambos golpes con haki de armadura, aunque de nuevo, sintiendo que le faltaba algo, sin saber el qué exactamente.
No pudo evitar sonreir cuándo Berry bloqueó el ataque de esa forma, aún si la hizo retroceder bastante en el fango. También le sorprendió sentir que era capaz de usar haki de armadura. ¿Sería también capáz de usar el de observación? Tenía que comprobarlo. El electro ya no le pilló tan desprevenida, claro, no era la primera mink que conocía.
"Vaya, lo realmente sorprendente es que hayas tenido tiempo de reaccionar. No esta mal."
Ante el siguiente ataque de Berry, la capitana volvía a tener las mismas opciones que antes. Con un simple movimiento de caderas sería capáz se esquivarla sin dificultad. Pero de nuevo. Haki de Armadura. Y ahora que sabía que ella podía usarlo, sus probabilidades de controlar el suyo aumentaban por la resonancia de sus hakis. Además, quería probar a imbuir a Khione del mismo, ya que tenía entendido que este podía extenderse a las armas. Y su querida katana era como una parte más del cuerpo para ella.
Así que, en un esfuerzo de concentración, intentó cubrir el arma. Era complicado redirigirlo allí con un contról tan debil, pero podía sentirlo. Aunque cuándo llegó el golpe, notó como de nuevo le faltaba algo, así que tuvo que recurrir a la fuerza bruta.
Bloqueó con Khione, su katana, retrocediendo de nuevo unos centímetros, gratamente impresionada por la potencia del impacto. Por supuesto, el metal estaba cargado con energía elemental de hielo, no quería chamuscarse con el electro. Y por supuesto también, no uso el filo. No era plan de amputar extremidades.
"Tranquila, no te voy a cortar, no es mi primer rodeo. Pero no me gusta combatir con armas falsas, creo que me entiendes en eso," dijo con una sonrisa. Le tenía demasiado cariño a Khione como para usar una espada de madera. Tenía que tener algo más de cuidado y medir sus fuerzas, pero al final eso también se convertía en un ejercicio importante.
Sin perder ni un instante, Elyria aprovechó la falta de movilidad de Berry, dando un fuerte taconazo en el suelo. Este congeló parte del fango, atrapando con firmeza la pierna que había clavado antes como apoyo para poder pivotar en su ataque. Entonces aprovechó la fuerza de sus piernas para saltar hacia delante, yendo a darle un fuerte rodillazo en el estómago. Este fue encadenado con una fuerte patada ascendente con la otra pierna, dando una voltereta hacia atras en el aire para no perder el tempo. Intentó cargar ambos golpes con haki de armadura, aunque de nuevo, sintiendo que le faltaba algo, sin saber el qué exactamente.
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Los elogios parecían un acto de respeto mutuo, en la tribu mink muchas veces se conocía mejor a una persona con los puños mas que con las palabras y allí estaba intercambiando palabras con una mujer en la cual Berry se proyectaba en un futuro. Alguien fuerte, serena y con el temple necesario para ayudar a otros a progresar. El segundo impacto no tardó en llegar, esta vez chocando contra un arma, quizás Berry mostró más asombro por la resistencia del arma que por el miedo a ser cortada aunque Elyria pareció interpretar lo contrario.
—Descuida, sé que te estás conteniendo y que tampoco hemos venido a perder extremidades o algo similar. Pude verlo, no lo sé explicar fue como una visión muy breve, pero sentí que si su patada hubiese sido seria me hubiera roto la mano o dislocado el brazo.—
Berry sonrió todavía sacudiendo el brazo que había empleado para bloquear el golpe. Su mirada reflejaba la emoción de ser compañera de entrenamiento de alguien tan poderosa, presintiendo que ese entrenamiento tenía alguna finalidad oculta que la mink debería descubrir por su cuenta e incluso buscarle un beneficio.
Cerró sus ojos pensando en que podría emplear ese momento, tal vez por ese descuido fue muy tarde cuando intentó mover su cuerpo encontrando el suelo congelado y a una capitana viniendo a toda velocidad contra ella. La mink debió reaccionar rápido, colocando ambas garras delante de su estómago para contener o al menos amortiguar el golpe.
La misma fuerza del impacto pudo liberar su pierna atrapada, casi a tiempo para evadir la mayor parte de la patada que rozó su mentón y sacudió su cabeza hacia atrás haciendo que retrocediese contra su voluntad aumentando la distancia entre ellas. La mink incó su rodilla, volviendo a inclinar su cabeza para lamer su garra izquierda, mientras tomaba un momento para ponerse de pie nuevamente.
—Esa patada fue muy buena, por poco me haces ver la playa dar vueltas. No estuvo mal... me gustaría usar este tiempo para pulir algo. Desde el primer día intenté usar el electro de manera natural, meditando, forjando mi estilo, recuerdo los meses que pasé buscando la manera de perfeccionar aún más mi dominio. Hace unas semanas se me ocurrió algo... ¿Qué tal si usted me da una mano?—
La mink clavó su garra en su hombro, dejando fluir la electricidad por el interior de su brazo, era algo arriesgado y todavía no había recibido alguna instrucción. Su músculo lentamente se tonificó aumentando un poco su tamaño y mostrando las capacidades de la mink de una forma más llamativa. Se lanzó esperando encajar un golpe con aquel brazo, suponiendo que portaría una fuerza mayor.
Era evidente que Berry buscaba una forma algo arriesgada de aumentar aún más sus capacidades físicas. Tras lanzar el primer golpe cargado se avalanzó aprovechando el impulso, buscando abrazar a la capitana, un gesto que parecía otro de sus intentos de ligoteo pero con una finalidad clara. Su intención era sujetarla desde la cintura para caer al suelo junto con ella y llevar la lucha al suelo, a una distancia donde no pudiese usar sus piernas y el entrenamiento se convirtiese en un intercambio de puños a corto rango. Si lograba tirarla y sentarse sobre ella la capitana no tendría más opción que responder su invitación.
La mink podía parecer tonta y su forma de combatir no era algo de mucha ciencia, pero reconocía que la capitana confiaba sobretodo en sus piernas y solo podía recurrir a una lucha de puños si es que no quería terminar como un saco de boxeo. Después de todo, si quería probar que esa técnica aumentaba en algo su fuerza o solo era un cambio estético debía golpear y no solo ser apaleada.
—Descuida, sé que te estás conteniendo y que tampoco hemos venido a perder extremidades o algo similar. Pude verlo, no lo sé explicar fue como una visión muy breve, pero sentí que si su patada hubiese sido seria me hubiera roto la mano o dislocado el brazo.—
Berry sonrió todavía sacudiendo el brazo que había empleado para bloquear el golpe. Su mirada reflejaba la emoción de ser compañera de entrenamiento de alguien tan poderosa, presintiendo que ese entrenamiento tenía alguna finalidad oculta que la mink debería descubrir por su cuenta e incluso buscarle un beneficio.
Cerró sus ojos pensando en que podría emplear ese momento, tal vez por ese descuido fue muy tarde cuando intentó mover su cuerpo encontrando el suelo congelado y a una capitana viniendo a toda velocidad contra ella. La mink debió reaccionar rápido, colocando ambas garras delante de su estómago para contener o al menos amortiguar el golpe.
La misma fuerza del impacto pudo liberar su pierna atrapada, casi a tiempo para evadir la mayor parte de la patada que rozó su mentón y sacudió su cabeza hacia atrás haciendo que retrocediese contra su voluntad aumentando la distancia entre ellas. La mink incó su rodilla, volviendo a inclinar su cabeza para lamer su garra izquierda, mientras tomaba un momento para ponerse de pie nuevamente.
—Esa patada fue muy buena, por poco me haces ver la playa dar vueltas. No estuvo mal... me gustaría usar este tiempo para pulir algo. Desde el primer día intenté usar el electro de manera natural, meditando, forjando mi estilo, recuerdo los meses que pasé buscando la manera de perfeccionar aún más mi dominio. Hace unas semanas se me ocurrió algo... ¿Qué tal si usted me da una mano?—
La mink clavó su garra en su hombro, dejando fluir la electricidad por el interior de su brazo, era algo arriesgado y todavía no había recibido alguna instrucción. Su músculo lentamente se tonificó aumentando un poco su tamaño y mostrando las capacidades de la mink de una forma más llamativa. Se lanzó esperando encajar un golpe con aquel brazo, suponiendo que portaría una fuerza mayor.
Era evidente que Berry buscaba una forma algo arriesgada de aumentar aún más sus capacidades físicas. Tras lanzar el primer golpe cargado se avalanzó aprovechando el impulso, buscando abrazar a la capitana, un gesto que parecía otro de sus intentos de ligoteo pero con una finalidad clara. Su intención era sujetarla desde la cintura para caer al suelo junto con ella y llevar la lucha al suelo, a una distancia donde no pudiese usar sus piernas y el entrenamiento se convirtiese en un intercambio de puños a corto rango. Si lograba tirarla y sentarse sobre ella la capitana no tendría más opción que responder su invitación.
La mink podía parecer tonta y su forma de combatir no era algo de mucha ciencia, pero reconocía que la capitana confiaba sobretodo en sus piernas y solo podía recurrir a una lucha de puños si es que no quería terminar como un saco de boxeo. Después de todo, si quería probar que esa técnica aumentaba en algo su fuerza o solo era un cambio estético debía golpear y no solo ser apaleada.
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Elyria sonrió de lado ante el comentario de Berry, asintiendo con la cabeza.
"Si te pasas el día pegándole puñetazos a buques se guerra. Una patadita de nada no puede haberte hecho mucho daño, ¿no?" Dijo mientras reía alegremente.
Un poco de acción nunca venía mal para entrar en calor. Y llevaba tiempo sin pelear así en un entorno seguro, sin tener que proteger la vida de nadie ni sabiendo que podría acabar muerta al mínimo error. Era un soplo de aire fresco, una expresión curiosa para referirse a darse de golpes.
"Y no está nada mal ese Haki de Armadura, parece que en eso me has superado. Por ahora al menos."
Al conseguir conectar los golpes, Elyria pudo sentir como eran algo mas potentes de lo normal para la fuerza que había usado. Debía ser por el haki de armadura, aunque sentía que aún le faltaba para pulirlo. Al menos había mejorado mucho después de la ayuda de Alvar estas últimas semanas, aún si todavía le faltaba ese algo para dominarlo. El problema es que era algo tan abstracto y personal, que era imposible de explicar. Tenías que encontrarlo por ti misma y sentirlo en tu cuerpo. Y para eso tenía que recibir golpes.
Elyria asintió con la cabeza ante la petición de la mink, dándole unos segundos para recomponerse. Tenía curiosidad por lo que fuese a hacer.
" Adelante, sin miedo. Y no hacen falta esas formalidades conmigo, no te preocupes."
Entonces pudo sentir como aumentaba su fuerza de repente. Algo relativamente común y esperable entre los luchadores de su especie, así que pudo interpretarlo incluso antes de que Nissa se lo dijese super emocionada. Tomo una posición defensiva, con Khione por delante y firmeza. Y entonces llegó el ataque.
Bloqueó el primer golpe con Khione sin demasiada dificultad, volviendo a intertar usar el haki con el mismo éxico que las dos últimas veces. Para el segundo prefirió esquivar con un salto, notando sus intenciones. Era de primero de cuerpo a cuerpo no dejar que tu rival se lleve la pelea a su terreno.
"Berry, querida, no voy a dejar que me llenes el pelo de arena fangosa tirándome al suelo."
Mientras hablaba, aprovechó que la mink estaba vulnerable al haberse lanzado así para enviar otra patada a la altura de su pecho. Una patada a la velocidad que usaría peleando en serio, aunque bajando la fuerza justo antes del impacto. Aunque no sin recuperarla al contacto, empujando con fuerza, buscando así lanzarla por los aires en dirección al mar. Tenía curiosidad por ver que hacía contra algo así. Después de todo, en un mundo como el suyo, ser usuario de akuma tenía una debilidad muy facilmente explotable.
"Si te pasas el día pegándole puñetazos a buques se guerra. Una patadita de nada no puede haberte hecho mucho daño, ¿no?" Dijo mientras reía alegremente.
Un poco de acción nunca venía mal para entrar en calor. Y llevaba tiempo sin pelear así en un entorno seguro, sin tener que proteger la vida de nadie ni sabiendo que podría acabar muerta al mínimo error. Era un soplo de aire fresco, una expresión curiosa para referirse a darse de golpes.
"Y no está nada mal ese Haki de Armadura, parece que en eso me has superado. Por ahora al menos."
Al conseguir conectar los golpes, Elyria pudo sentir como eran algo mas potentes de lo normal para la fuerza que había usado. Debía ser por el haki de armadura, aunque sentía que aún le faltaba para pulirlo. Al menos había mejorado mucho después de la ayuda de Alvar estas últimas semanas, aún si todavía le faltaba ese algo para dominarlo. El problema es que era algo tan abstracto y personal, que era imposible de explicar. Tenías que encontrarlo por ti misma y sentirlo en tu cuerpo. Y para eso tenía que recibir golpes.
Elyria asintió con la cabeza ante la petición de la mink, dándole unos segundos para recomponerse. Tenía curiosidad por lo que fuese a hacer.
" Adelante, sin miedo. Y no hacen falta esas formalidades conmigo, no te preocupes."
Entonces pudo sentir como aumentaba su fuerza de repente. Algo relativamente común y esperable entre los luchadores de su especie, así que pudo interpretarlo incluso antes de que Nissa se lo dijese super emocionada. Tomo una posición defensiva, con Khione por delante y firmeza. Y entonces llegó el ataque.
Bloqueó el primer golpe con Khione sin demasiada dificultad, volviendo a intertar usar el haki con el mismo éxico que las dos últimas veces. Para el segundo prefirió esquivar con un salto, notando sus intenciones. Era de primero de cuerpo a cuerpo no dejar que tu rival se lleve la pelea a su terreno.
"Berry, querida, no voy a dejar que me llenes el pelo de arena fangosa tirándome al suelo."
Mientras hablaba, aprovechó que la mink estaba vulnerable al haberse lanzado así para enviar otra patada a la altura de su pecho. Una patada a la velocidad que usaría peleando en serio, aunque bajando la fuerza justo antes del impacto. Aunque no sin recuperarla al contacto, empujando con fuerza, buscando así lanzarla por los aires en dirección al mar. Tenía curiosidad por ver que hacía contra algo así. Después de todo, en un mundo como el suyo, ser usuario de akuma tenía una debilidad muy facilmente explotable.
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Como había imaginado aquel intento fracasó pero la mink pudo probar su punto, era necesario recortar distancias ya que si Elyria estuviese tan segura de sus puños no hubiese evadido. Era la primera vez que Berry notaba haberla llevado al punto de necesitar evadir una maniobra incluso si esta pudiese llevarle a un contacto prolongado. Comenzaba a entender un poco como enfrentar a la mujer, sin embargo quedar desprotegida era algo habitual y al sentir el golpe aproximarse pudo alcanzar a colocar su garra para minimizar el dolor.
No esperaba comenzar a ser elevada, la zorra pudo darse cuenta de la intención de su rival. Desplegando sus hermosas alas no para volar si no para tensarlas y dar un aleteo intenso en dirección contraria a la patada generando que en lugar de elevarse, su cuerpo solo sufriese un brinco y cayese en cuatro patas contra la arena fangosa.
—Todavía no me toca un baño, y como no usé mis alas para volar no he roto ninguna regla...—
Berry bromeó mostrando sus alas blancas mientras rodeaba su cuerpo con ambas buscando una estrategia. Parecía una especie de ser celestial indagando internamente como proseguir. Recordó las instrucciones de anteriores maestros, relajarse, buscar un punto débil. Estaba luchando contra una ciega que de algún modo le veía y predecía todo lo que planeaba, le recordaba en parte al haki de observación del cual ella solo tenía visiones involuntarias.
Si tan solo ese ruido sordo en sus oídos dejase de molestar, la mink abrió los ojos sorprendida, ¿Acaso se le había metido fango en sus orejas? Pero más que eso una idea se le vino en mente, mientras su cuerpo comenzaba a crecer en tamaño y mutar a la figura de una esfinge. Su rostro humanizado, su cuerpo pesado hundiendose en el fango y sus gigantescas alas blancas.
—No suelo usar esta forma para el combate, es muy pesada... ¿Puedo llamarte Ely?—
Comentó la mink para elevar sus dos garras delanteras frente a ella, no tardó en chocarlas con gran fuerza entre ellas, un aplauso que ensordeció el entorno y bastó para que de sus oídos fuese expulsado el barro que se había metido. Un ¡plop! de alivio para la mink al sentir el aire nuevamente entrar y un pitido que indicaba que su audición seguía perfecta. Sin embargo, esperaba que Elyria lo tuviese más complicado, al haber escuchado semejante estruendo el chirrido debía ser dificil de evadir y su concentración mermaría durante unos segundos.
Los suficientes para que la mink se impulsara hacia delante y volviendo a su forma común diese una voltereta en el aire, cayendo desde el cielo con un potente golpe cargado de electro y haki usando aquel brazo que continuaba estimulado. El objetivo era la cabeza, pero la mink aprovecharía la maniobra para intentar tomar los hombros de su capitana y utilizar su peso para hacerla caer tal vez cayendo con su trasero en la cara de la pobre mujer. Pero eso lo hacía más divertido ¿no?
No esperaba comenzar a ser elevada, la zorra pudo darse cuenta de la intención de su rival. Desplegando sus hermosas alas no para volar si no para tensarlas y dar un aleteo intenso en dirección contraria a la patada generando que en lugar de elevarse, su cuerpo solo sufriese un brinco y cayese en cuatro patas contra la arena fangosa.
—Todavía no me toca un baño, y como no usé mis alas para volar no he roto ninguna regla...—
Berry bromeó mostrando sus alas blancas mientras rodeaba su cuerpo con ambas buscando una estrategia. Parecía una especie de ser celestial indagando internamente como proseguir. Recordó las instrucciones de anteriores maestros, relajarse, buscar un punto débil. Estaba luchando contra una ciega que de algún modo le veía y predecía todo lo que planeaba, le recordaba en parte al haki de observación del cual ella solo tenía visiones involuntarias.
Si tan solo ese ruido sordo en sus oídos dejase de molestar, la mink abrió los ojos sorprendida, ¿Acaso se le había metido fango en sus orejas? Pero más que eso una idea se le vino en mente, mientras su cuerpo comenzaba a crecer en tamaño y mutar a la figura de una esfinge. Su rostro humanizado, su cuerpo pesado hundiendose en el fango y sus gigantescas alas blancas.
—No suelo usar esta forma para el combate, es muy pesada... ¿Puedo llamarte Ely?—
Comentó la mink para elevar sus dos garras delanteras frente a ella, no tardó en chocarlas con gran fuerza entre ellas, un aplauso que ensordeció el entorno y bastó para que de sus oídos fuese expulsado el barro que se había metido. Un ¡plop! de alivio para la mink al sentir el aire nuevamente entrar y un pitido que indicaba que su audición seguía perfecta. Sin embargo, esperaba que Elyria lo tuviese más complicado, al haber escuchado semejante estruendo el chirrido debía ser dificil de evadir y su concentración mermaría durante unos segundos.
Los suficientes para que la mink se impulsara hacia delante y volviendo a su forma común diese una voltereta en el aire, cayendo desde el cielo con un potente golpe cargado de electro y haki usando aquel brazo que continuaba estimulado. El objetivo era la cabeza, pero la mink aprovecharía la maniobra para intentar tomar los hombros de su capitana y utilizar su peso para hacerla caer tal vez cayendo con su trasero en la cara de la pobre mujer. Pero eso lo hacía más divertido ¿no?
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Elyria se sorprendió gratamente cuando la mujer paró el impulso con sus alas.
"Hey Ely, ¿eso no va un poco contra las leyes de la física?" Dijo Nissa mientras giraba alrededor de su cabeza algo confusa. "¿Cómo pudo parar en seco un empujón así de un aleteo?"
"Ni idea, debe ser algo de su fruta. O que hizo algo más que no viste," susurró Elyria a su compañera para que solo ella pudiese escucharle.
"¡Claro que lo vi todo!" Dijo cruzandose de brazos para hacerse la enfadada. Aunque nadie lo fuese a ver.
Elyria no pudo evitar reir por lo bajo, e intento disimular tosiendo un poco. Bastante cutre la verdad. En cualquier caso, movió la cabeza en dirección a Berry, sonriendo como una madre orgullosa de las notas de su hija en el colegio. ¿Llegaría a sentir algo así cuando Anais creciera?
"Nada mal, sargento Berry. Caer al mar significa una muerte casi segura para usuarios de akuma. Es una vulnerabilidad demasiado explotable en este mundo, aún si es terriblemente ignorada en los fanfics de OnePad. Harías bien en priorizar el defenderte contra estos ataques. Muchos aprendemos a usar esta debilidad."
Entonces, sintió como poder de Berry aumentaba, mientras escuchaba grititos de emoción por parte de Nissa. Elyria pensó que parecía que se estaba transformando, y con su fruta probablemente. Sus palabras lo confirmaron. Y las de Nissa ya ni te cuento.
"¡Halaaa! ¡Una esfinge, que chulada!" Dijo Nissa feliz como una niña pequeña, dando vueltas por el aire.
Elyria sonrió felizmente ante la actitud de su compañera, y esta vez fue algo más facil de disimular.
"Claro, todos me llaman Ely. Bueno, casi todos. Pero sin problema, Berry."
Entonces, gracias a su haki, pudo sentir la intención del ataque de la mink. Pero aún así, le pitaban los oidos por el ruido que había hecho. Joder, ahora me va a tocar lidiar con los vecinos cuándo vengan a quejarse al cuartel... Pensó Elyria, suspirando por lo bajo mientras bloqueaba su garra con Khione sin dificultad, volviendo a intentar cubrirla de haki. Con el mismo éxito de siempre, claro.
"Berry, ese tipo de trucos tal vez funcionen con un criminal cualquiera. Pero no vas a hacerle nada a alguien con haki del rey con cosas así. A no ser que se sobreconfíe o le pilles distraido con otras cosas. Y aún así no haría demasiado..." Dijo en un tono algo mas serio.
Finalmente contraataco con un último golpe, congelando su mano con la fuerza elemental de Khione para dejarla pegada al arma, antes de soltar una patada ascendente en su pecho. Tenía suficiente fuerza para hacerle bastanre daño, pero no para hacerle heridas graves ni romperle nada.
"Y tienes que aprender a atacar sin dejar tantas vulnerabilidades. Eres fuerte y tienes mucha potencia, pero te falta cubrir posibles aberturas."
Dicho esto, le dió la espalda. Salió del fango, caminando tranquilamente hacia sus cosas. Entonces cogio una toalla, se limpio los pies en la orilla y se puso calcetines y botas.
"Eso es todo por hoy. Tengo cositas que hacer. Nos vemos mañana en el cuartel. Haremos un entrenamiento distinto al de hoy."
Y se fue a investigar.
"Hey Ely, ¿eso no va un poco contra las leyes de la física?" Dijo Nissa mientras giraba alrededor de su cabeza algo confusa. "¿Cómo pudo parar en seco un empujón así de un aleteo?"
"Ni idea, debe ser algo de su fruta. O que hizo algo más que no viste," susurró Elyria a su compañera para que solo ella pudiese escucharle.
"¡Claro que lo vi todo!" Dijo cruzandose de brazos para hacerse la enfadada. Aunque nadie lo fuese a ver.
Elyria no pudo evitar reir por lo bajo, e intento disimular tosiendo un poco. Bastante cutre la verdad. En cualquier caso, movió la cabeza en dirección a Berry, sonriendo como una madre orgullosa de las notas de su hija en el colegio. ¿Llegaría a sentir algo así cuando Anais creciera?
"Nada mal, sargento Berry. Caer al mar significa una muerte casi segura para usuarios de akuma. Es una vulnerabilidad demasiado explotable en este mundo, aún si es terriblemente ignorada en los fanfics de OnePad. Harías bien en priorizar el defenderte contra estos ataques. Muchos aprendemos a usar esta debilidad."
Entonces, sintió como poder de Berry aumentaba, mientras escuchaba grititos de emoción por parte de Nissa. Elyria pensó que parecía que se estaba transformando, y con su fruta probablemente. Sus palabras lo confirmaron. Y las de Nissa ya ni te cuento.
"¡Halaaa! ¡Una esfinge, que chulada!" Dijo Nissa feliz como una niña pequeña, dando vueltas por el aire.
Elyria sonrió felizmente ante la actitud de su compañera, y esta vez fue algo más facil de disimular.
"Claro, todos me llaman Ely. Bueno, casi todos. Pero sin problema, Berry."
Entonces, gracias a su haki, pudo sentir la intención del ataque de la mink. Pero aún así, le pitaban los oidos por el ruido que había hecho. Joder, ahora me va a tocar lidiar con los vecinos cuándo vengan a quejarse al cuartel... Pensó Elyria, suspirando por lo bajo mientras bloqueaba su garra con Khione sin dificultad, volviendo a intentar cubrirla de haki. Con el mismo éxito de siempre, claro.
"Berry, ese tipo de trucos tal vez funcionen con un criminal cualquiera. Pero no vas a hacerle nada a alguien con haki del rey con cosas así. A no ser que se sobreconfíe o le pilles distraido con otras cosas. Y aún así no haría demasiado..." Dijo en un tono algo mas serio.
Finalmente contraataco con un último golpe, congelando su mano con la fuerza elemental de Khione para dejarla pegada al arma, antes de soltar una patada ascendente en su pecho. Tenía suficiente fuerza para hacerle bastanre daño, pero no para hacerle heridas graves ni romperle nada.
"Y tienes que aprender a atacar sin dejar tantas vulnerabilidades. Eres fuerte y tienes mucha potencia, pero te falta cubrir posibles aberturas."
Dicho esto, le dió la espalda. Salió del fango, caminando tranquilamente hacia sus cosas. Entonces cogio una toalla, se limpio los pies en la orilla y se puso calcetines y botas.
"Eso es todo por hoy. Tengo cositas que hacer. Nos vemos mañana en el cuartel. Haremos un entrenamiento distinto al de hoy."
Y se fue a investigar.
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Berry se sentía plena gracias a aquel combate amistoso, sin embargo, notó que sus planes no funcionaban y las palabras de Ely lo confirmaron apenas chocaron nuevamente. La capitana le dio un golpe algo fuerte que le incrustó contra la arena pese a concentrar su haki y endurecer su defensa todo lo posible el dolor fue algo más fuerte de lo esperado, pese a reirse por tal impacto suspiró molesta al reconocer que no había dado todo lo necesario.
—Bueno, es verdad, sobria no hago gran cosa. Necesito pulir mis técnicas y asi llegar a sorprender mejor... solo no quise lastimarme o ponerle en riesgo innecesariamente. Prácticaré en sus consejos y mañana me tendrá en el cuartel Capitana digo Ely es decir... bah... ya sabe.—
La mink sonrió mientras se frotaba el pecho adolorida pero contenta de encontrar alguien que pudiera hacerle ver sus errores antes de que estos le costasen la vida. Observó a Ely alejarse, Berry decidió hacer lo propio al saber que el entrenamiento del día siguiente iba a ser diferente.
Decidió aplicar el consejo de su superior y pidió un par de pesas corporales para salir a entrenar en la playa. La luz de la luna iluminaba sus tatuajes mientras el sudor recorría su cabello, golpe tras golpe repetía en su mente el combate de aquel día. Buscando en cada movimiento sorprender, aunque la imagen mental de Ely terminaba por encontrar una apertura en cada intento.
Intentar agarrarla era una tarea imposible, la mink reconocía een cada golpe que dejaba un lugar sin cubrir o un potencial hueco. ¿Se había vuelto descuidada? ¿O eran sus ansias de un combate de resistencias lo que le llevaba a no tener una buena defensa? Meditó su estilo, era evidente que muchos rivales podrían limitarse a cansarla en un futuro. Necesitaba una técnica eficaz, algo que sirviese a distancia y a la vez garantizara un golpe limpio.
—Una postura fluida... lo tengo... ahora debo pensar en usar mi brazo como si fuese un arma y no solo una bala de cañón...—
La figura de Sasaki se le vino a la mente, más bien de sus espadas, un golpe que simulara un corte y se pudiese desprender de su cuerpo por la pura potencia del mismo. Algo que pudiese hacer que se mueva como las olas y golpease como un látigo afilado. La mink se dedicó a probar su teoría hasta altas horas de la noche, cada vez que lo lanzaba podía ver que la figura de Ely lo llegaba a bloquear o esquivar pero a la vez ella estaba en buena posición para aprovechar esto.
Entrenaba también su guardia, su haki de armadura, necesitaba ser más fuerte. Necesitaba golpear más duro, a la vez necesitaba desarrollar ese golpe para no volver a quedar expuesta y mantener su guardia preparada para oponentes mucho mas resistentes que los bandidos comunes.
Regresó al cuartel todavía con las pesas, el cabello alborotado y una sonrisa en su rostro. El sueño la invadió, durmiendo plácidamente hasta que los sonidos matutinos le despertaron, volviendo al lugar donde había conocido a Ely. Su rostro portaba un somnoliento estado, nisiquiera se había quitado las pesas y su uniforme estaba algo desarreglado, pero no quería llegar tarde aunque tal vez lo estaba haciendo...
—Bueno, es verdad, sobria no hago gran cosa. Necesito pulir mis técnicas y asi llegar a sorprender mejor... solo no quise lastimarme o ponerle en riesgo innecesariamente. Prácticaré en sus consejos y mañana me tendrá en el cuartel Capitana digo Ely es decir... bah... ya sabe.—
La mink sonrió mientras se frotaba el pecho adolorida pero contenta de encontrar alguien que pudiera hacerle ver sus errores antes de que estos le costasen la vida. Observó a Ely alejarse, Berry decidió hacer lo propio al saber que el entrenamiento del día siguiente iba a ser diferente.
Decidió aplicar el consejo de su superior y pidió un par de pesas corporales para salir a entrenar en la playa. La luz de la luna iluminaba sus tatuajes mientras el sudor recorría su cabello, golpe tras golpe repetía en su mente el combate de aquel día. Buscando en cada movimiento sorprender, aunque la imagen mental de Ely terminaba por encontrar una apertura en cada intento.
Intentar agarrarla era una tarea imposible, la mink reconocía een cada golpe que dejaba un lugar sin cubrir o un potencial hueco. ¿Se había vuelto descuidada? ¿O eran sus ansias de un combate de resistencias lo que le llevaba a no tener una buena defensa? Meditó su estilo, era evidente que muchos rivales podrían limitarse a cansarla en un futuro. Necesitaba una técnica eficaz, algo que sirviese a distancia y a la vez garantizara un golpe limpio.
—Una postura fluida... lo tengo... ahora debo pensar en usar mi brazo como si fuese un arma y no solo una bala de cañón...—
La figura de Sasaki se le vino a la mente, más bien de sus espadas, un golpe que simulara un corte y se pudiese desprender de su cuerpo por la pura potencia del mismo. Algo que pudiese hacer que se mueva como las olas y golpease como un látigo afilado. La mink se dedicó a probar su teoría hasta altas horas de la noche, cada vez que lo lanzaba podía ver que la figura de Ely lo llegaba a bloquear o esquivar pero a la vez ella estaba en buena posición para aprovechar esto.
Entrenaba también su guardia, su haki de armadura, necesitaba ser más fuerte. Necesitaba golpear más duro, a la vez necesitaba desarrollar ese golpe para no volver a quedar expuesta y mantener su guardia preparada para oponentes mucho mas resistentes que los bandidos comunes.
Regresó al cuartel todavía con las pesas, el cabello alborotado y una sonrisa en su rostro. El sueño la invadió, durmiendo plácidamente hasta que los sonidos matutinos le despertaron, volviendo al lugar donde había conocido a Ely. Su rostro portaba un somnoliento estado, nisiquiera se había quitado las pesas y su uniforme estaba algo desarreglado, pero no quería llegar tarde aunque tal vez lo estaba haciendo...
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Elyria aún tenía una misión en el día de hoy. Investigar la supuesta corrupción del contralmirante Wagner en Greenlyn, y su posible relación con Minato Kazuo. Gracias a Alvar, tenía ciertas pistas sobre dónde empezar a buscar. Y lo más importante. Con quién hablar.
También tenía que revisar los documentos sobre las distintas transacciones y movimientos de la Marina, buscando incongruencias y cosas sospechosas o que deberían estar ahí pero faltan. Todos estos documentos se guardaban a buen recaudo en el cuartel. Aunque eso lo haría por la noche, era un trabajo bastante más aburrido, y requería bastante concentración. También tendría que hacerlo poco a poco. Después de todo, el objetivo era no llamar demasiado la atención. Bueno, y que se lo tenía que leer todo Nissa. Por suerte, y para nada por guionazo, el contraalmirante estaría en Water 7 unas semanas para una reunión de urgencia. Evidentemente, planificada a propósito por el departamento de investigación y anticorrupción de la Marina, para darle espacio a Elyria.
En cualquier caso, salió por la isla a investigar. Hoy no haría demasiado, de nuevo por no llamar demasiado la atención. Solo le echó un ojo—pun not intended—a la zona. Dónde se movía más la gente, de qué hablaban, la distribución de las calles y locales. Se hizo un mapa mental de todo. La intención era no alertar a nadie, pero nunca estaba de más ser precavida e investigar posibles rutas de escape. O de persecución, por supuesto.
Ya por la noche, se puso con Nissa a echarle un ojo a varios documentos, sin éxito. Todo parecía estar en orden por ahora. Aunque bueno, eso era lo esperable a estas alturas, una operación de corrupción de este calibre no iba a dejar pruebas obvias. Necesitaría investigar más para empezar a relacionar y a unir puntos. Ahí es donde caían todos. Es fácil destruir documentos, o ocultar tu rastro, pero no dejar ningúna incongruencia era muchísimo más dificil. Y un ojo experto podía encontrarlas. Con días o más bien semanas de trabajo y muchos dolores de cabeza, pero podía encontrarlas.
Al día siguiente, tocaba entrenar de nuevo. Se encontró a Berry en el cuartel, medio dormida y desarreglada a apenas unos minutos del entrenamiento.
“Qué pintas tienes, Berry. ¿Acaso te acabas de levantar?” Dijo Elyria en tono de broma. Aunque detrás de la broma parecía encontrarse la verdad.
El entrenamiento general de hoy fue lo que cabría esperar, sin ninguna incidencia que valiera la pena mencionar. De nuevo le dejó a la sargento una nota para que viniese a la playa. Esta vez no necesitaban el fango del otro día, pero bueno, le gustaba el paisaje. Y sí. Nissa se burló de ella cuándo lo dijo. Pero a Elyria le gustaba estar en sitios bonitos, aún si ni siquiera podía verlos.
También tenía que revisar los documentos sobre las distintas transacciones y movimientos de la Marina, buscando incongruencias y cosas sospechosas o que deberían estar ahí pero faltan. Todos estos documentos se guardaban a buen recaudo en el cuartel. Aunque eso lo haría por la noche, era un trabajo bastante más aburrido, y requería bastante concentración. También tendría que hacerlo poco a poco. Después de todo, el objetivo era no llamar demasiado la atención. Bueno, y que se lo tenía que leer todo Nissa. Por suerte, y para nada por guionazo, el contraalmirante estaría en Water 7 unas semanas para una reunión de urgencia. Evidentemente, planificada a propósito por el departamento de investigación y anticorrupción de la Marina, para darle espacio a Elyria.
En cualquier caso, salió por la isla a investigar. Hoy no haría demasiado, de nuevo por no llamar demasiado la atención. Solo le echó un ojo—pun not intended—a la zona. Dónde se movía más la gente, de qué hablaban, la distribución de las calles y locales. Se hizo un mapa mental de todo. La intención era no alertar a nadie, pero nunca estaba de más ser precavida e investigar posibles rutas de escape. O de persecución, por supuesto.
Ya por la noche, se puso con Nissa a echarle un ojo a varios documentos, sin éxito. Todo parecía estar en orden por ahora. Aunque bueno, eso era lo esperable a estas alturas, una operación de corrupción de este calibre no iba a dejar pruebas obvias. Necesitaría investigar más para empezar a relacionar y a unir puntos. Ahí es donde caían todos. Es fácil destruir documentos, o ocultar tu rastro, pero no dejar ningúna incongruencia era muchísimo más dificil. Y un ojo experto podía encontrarlas. Con días o más bien semanas de trabajo y muchos dolores de cabeza, pero podía encontrarlas.
Al día siguiente, tocaba entrenar de nuevo. Se encontró a Berry en el cuartel, medio dormida y desarreglada a apenas unos minutos del entrenamiento.
“Qué pintas tienes, Berry. ¿Acaso te acabas de levantar?” Dijo Elyria en tono de broma. Aunque detrás de la broma parecía encontrarse la verdad.
El entrenamiento general de hoy fue lo que cabría esperar, sin ninguna incidencia que valiera la pena mencionar. De nuevo le dejó a la sargento una nota para que viniese a la playa. Esta vez no necesitaban el fango del otro día, pero bueno, le gustaba el paisaje. Y sí. Nissa se burló de ella cuándo lo dijo. Pero a Elyria le gustaba estar en sitios bonitos, aún si ni siquiera podía verlos.
Berry
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Berry no pudo evitar bostezar abriendo su boca ampliamente mientras colocaba sus brazos como si fuesen las patas delanteras de un cachorro y estiraba su espalda moviendo pesadamente su cola. Observó a Ely tan regia y elegante como el primer día, tal vez era cosa del rango o se había pasado la mañana con un mejor tiempo que ella, fuera como fuese era un divertido contraste entre un desastre y un elegante superior.
—Buen día Ely, estuve entrenando hasta tarde y la verdad me levanté hace unos minutos creí que llegaba temprano. ¡Buaa! Ñam, pero si me da un poco de entrenamiento para entrar en calor me tendrá fresca como lechuga.—
Llevó su mano a la frente con el típico saludo militar claramente dormida al mezclar el formalismo con la típica charla que tienes con algún conocido en el bar. Aunque no mentía en sus palabras, al iniciar el entrenamiento poco a poco fue abandonando ese estado, para que nuevamente volviese esa loca mink algo hiperactiva que saltaba por todos lados mientras portaba sus bonitas pesas corporales.
Sonrió al leer nuevamente la nota, para quitarse las pesas y seguir a Ely. Esta vez llevando una jarra en forma de calabaza atada a su cintura, la cual depositó a una distancia prudente mientras realizaba su rutina de estiramientos. La arena había borrado gran parte de su entrenamiento pero aún se apreciaban algunos trazos finos por donde la mink había ejercitado y golpeado.
—Traje eso para más tarde, esta vez no voy a luchar solo con lo básico. Pero de momento podemos iniciar prácticando donde quedamos, he estado puliendo mi guardia y repitiendo nuestro combate muchas veces en mi mente. Me has dado muchas palizas anoche, y no de la forma que me gustaría...—
La mink guiñó su ojo mientras se ponía en guardia, empleando su haki de armadura para reforzarse y estimulando ambos brazos con electro sin la necesidad de inyectarlos. Aumentando un poco la musculatura de estos, avanzaba rápido, tal vez por genes o simplemente por esfuerzo. Sea como fuera inclinó su cuerpo de manera exagerada, con su cabeza casi tocando la arena, para acto seguido impulsarse hacia delante y con uno de sus brazos lanzar una onda cortante. Claramente esa técnica no estaba completa pero Ely no lo sabía, jugaba con la sorpresa, aprovechando para avanzar tras la onda cortante que se rompió antes de impactar en su objetivo mostrando a Berry que había saltado y ahora se encontraba en una posición de altura frente a su oponente.
La mink sonrió llevando un puño hacia atrás, ya que conocía lo que Ely podía llegar a pensar de no aprender de sus errores, pero en lugar de lanzar un golpe la zorra siguió de largo aterrizando tras la mujer e intentando tomarla por sorpresa, si era que aquella finta funcionaba. Buscando con su agarre rotar sus puños y empujarla unos metros, aún no podía mandarla a volar como hubiera deseado, pero ya estaba incorporando novedosas maneras de lidiar contra oponentes más duros. Levantando su guardia y retrocediendo unos pasos, mientras daba pequeños saltitos en la arena.
—Me llevará unos días más perfeccionarlas, pero creo que no pude aguantar la ansiedad de mostrarte lo mucho que me esfuerzo. Además dicen que el cuerpo se adapta mejor prácticando, ¿Algún consejo?—
Preguntó atenta y concentrada en Ely, no dejaba de seguirla con su mirada, conociendo su velocidad podía ser atacada en cualquier segundo por lo que no podía permitirse perder el foco en un combate tan desfavorable.
—Buen día Ely, estuve entrenando hasta tarde y la verdad me levanté hace unos minutos creí que llegaba temprano. ¡Buaa! Ñam, pero si me da un poco de entrenamiento para entrar en calor me tendrá fresca como lechuga.—
Llevó su mano a la frente con el típico saludo militar claramente dormida al mezclar el formalismo con la típica charla que tienes con algún conocido en el bar. Aunque no mentía en sus palabras, al iniciar el entrenamiento poco a poco fue abandonando ese estado, para que nuevamente volviese esa loca mink algo hiperactiva que saltaba por todos lados mientras portaba sus bonitas pesas corporales.
Sonrió al leer nuevamente la nota, para quitarse las pesas y seguir a Ely. Esta vez llevando una jarra en forma de calabaza atada a su cintura, la cual depositó a una distancia prudente mientras realizaba su rutina de estiramientos. La arena había borrado gran parte de su entrenamiento pero aún se apreciaban algunos trazos finos por donde la mink había ejercitado y golpeado.
—Traje eso para más tarde, esta vez no voy a luchar solo con lo básico. Pero de momento podemos iniciar prácticando donde quedamos, he estado puliendo mi guardia y repitiendo nuestro combate muchas veces en mi mente. Me has dado muchas palizas anoche, y no de la forma que me gustaría...—
La mink guiñó su ojo mientras se ponía en guardia, empleando su haki de armadura para reforzarse y estimulando ambos brazos con electro sin la necesidad de inyectarlos. Aumentando un poco la musculatura de estos, avanzaba rápido, tal vez por genes o simplemente por esfuerzo. Sea como fuera inclinó su cuerpo de manera exagerada, con su cabeza casi tocando la arena, para acto seguido impulsarse hacia delante y con uno de sus brazos lanzar una onda cortante. Claramente esa técnica no estaba completa pero Ely no lo sabía, jugaba con la sorpresa, aprovechando para avanzar tras la onda cortante que se rompió antes de impactar en su objetivo mostrando a Berry que había saltado y ahora se encontraba en una posición de altura frente a su oponente.
La mink sonrió llevando un puño hacia atrás, ya que conocía lo que Ely podía llegar a pensar de no aprender de sus errores, pero en lugar de lanzar un golpe la zorra siguió de largo aterrizando tras la mujer e intentando tomarla por sorpresa, si era que aquella finta funcionaba. Buscando con su agarre rotar sus puños y empujarla unos metros, aún no podía mandarla a volar como hubiera deseado, pero ya estaba incorporando novedosas maneras de lidiar contra oponentes más duros. Levantando su guardia y retrocediendo unos pasos, mientras daba pequeños saltitos en la arena.
—Me llevará unos días más perfeccionarlas, pero creo que no pude aguantar la ansiedad de mostrarte lo mucho que me esfuerzo. Además dicen que el cuerpo se adapta mejor prácticando, ¿Algún consejo?—
Preguntó atenta y concentrada en Ely, no dejaba de seguirla con su mirada, conociendo su velocidad podía ser atacada en cualquier segundo por lo que no podía permitirse perder el foco en un combate tan desfavorable.
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Elyria sonrió orgullosa cuando la mink comenzó a despertarse a base de puñetazos, y siguió con el entrenamiento con normalidad, sin dejar desatendido a nadie.
Al llegar a la playa, no pudo evitar fijarse en la calabaza. Cuando le dijo que no iba luchar solo con lo básico, más que responder su pregunta, quedó con más dudas en su cabeza. ¿Sería algún tipo de arma? A saber, ya lo descubriría.
“Así me gusta, veo que has estado entrenando. A no ser que a una foca le haya dado por deslizarse por la arena,” dijo Elyria, ignorando por completo el coqueteo. Por llamarlo de alguna forma, no es como si la mink disimulara demasiado.
Entonces, sin ningún tipo de aviso, sintió como la mink le atacaba con una onda cortante. Desenvainó a Khione rápidamente para bloquear, pero entonces se rompió, sin llegar a ella. Parecía que aún la estaba practicando. Al notar que intentaba atacar por la espalda, no pudo evitar reír, girando en un instante para bloquear con su arma, cubriéndola de haki. En ese bloqueo sintió algo nuevo, algo de lo que le faltaba para dominarlo, una de esas sensaciones tan abstractas que resultan imposibles de describir. Pero aún así, sintió que seguía faltando algo. Aunque ya estaba cerca.
“Con lo de no ser predecible no me refería a que me atacases antes de empezar, Berry,” dijo Elyria en un tono jocoso, riendo por lo bajo. “Y ya te dije que no puedes sorprender así a alguien con haki de observación. Estas peleando contra alguien que ve venir tus movimientos. Más o menos. Es raro de explicar”
Elyria se llevó una mano a la cintura, y dió un salto hacia atrás. “Y esto es una onda cortante. Presta atención,“ dijo antes de dar un salto, pegando un mortal en el aire para crear dos ondas cortantes con sus piernas. En dirección al mar, obviamente, no quería matar a la pobre mink con un ataque así.
“Tienes que concentrar la fuerza y la velocidad del impacto en un area muy fina. Requiere mucha práctica, pero se que no tienes problemas con matarte a entrenar.“
Acto seguido, hizo un corte rápido con Khione, cargándolo con su energía elemental y reduciendo la potencia para no cargarse la playa. Este impactó contra la orilla, creando un surco en la arena y congelando el mar en un radio de cinco metros desde la zona de impacto.
“Y no se exactamente como funciona vuestro electro, pero tal vez puedas usarlo en tu beneficio para un ataque aún más poderoso.”
Berry
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Tal y como esperaba no lograba sorprenderle por mucho tiempo, oncluso en su cabeza no había visto una sola vez a Ely mostrar asombro siempre parecía estar preparada. Chasqueó sus garras mientras escuchaba aquello del haki de observación parecía trampa e incluso dudaba de que tuviese algún punto flojo. Pese a intentar planear algo solo podía pensar en luchar de forma impredecible pero incluso así, si era capaz de ver venir cada acción sería un posible fracaso.
—Hmm, entonces estoy peleando contra alguien que tiene visiones y sabe exactamente que haré si lo pienso demasiado. Por eso traje la jarra, debe ser más complicado para alguien saber que hará alguien borracho que actua por simple instinto. Aunque me alegra verte reír un poco, lo hace más sencillo para no estresarme.—
Berry no pudo evitar su asombro ante la demostración de las ondas cortantes y prestó atención como un pequeño cachorro, moviendo la cabeza asintiendo y tomando nota mental de las indicaciones. Concentrar el golpe en en punto muy fino y luego lanzarlo con potencia, tal vez lo que fallaba en la ejecución era su intento por hacerlo más grande de lo habitual por lo que podía observar entre más fino mejor era el corte.
—Entonces en lugar de eso debería hacer algo como esto...—
Esta vez Berry no tomó una postura tan exagerada ni tensa, dejó su brazo derecho relajado mientras lo impulsaba con un suave pero poderoso balanceo, tal y como si fuese un látigo desprendiendo de sus garras una onda cortante más fina y curvada aunque en lugar de impactar el agua se elevó debido a la poca precisión en la cual había salido. Berry observó a la capitana emocionada, solo debía pulir un poco más la trayectoria y pronto podría emplearlo en una pelea sin que saliese tan desviado.
No menor fue su sorpresa tras la segunda demostración, por poco su boca cae al suelo ante un poder tan poderoso como elegante, ahora entendía el frío del día anterior y el hielo que le había atrapado no parecía algo de fruta si no más bien una especie de Electro humano. De hecho Berry se jactaba de su conocimiento interno del electro y los modos en los cuales ella lo aplicaba. Todavía estaba entrenando aquella técnica que se aprovechaba del electro en todo su explendor pero se encontraba lejos de dominarla. Sentía que no solo recaía en la fuerza si no en un poco de destreza que le era de momento insuficiente.
—Por lo que puedo explicar funciona como lo has sentido, simplemente generamos electricidad por nuestro pelaje y luego la liberamos o concentramos para golpear. En mi caso los tatuajes brillan al concentrarlo, entrené varios meses para lograr que mi electro se distinga del resto de mi raza por eso cuando lo uso...—
Berry levantó su garra mostrando como un aura dorada se desprendía de su pelaje, olvidando por completo la ceguera de su colega, a veces parecía moverse mejor que un vidente y por este motivo la mink solía olvidarse de que estaba usando otros medios para ver.
—Oh, lo siento, a veces pareces ver mejor que yo. A lo que iba estoy prácticando en algo así...—
La mink dio un salto comenzando a girar sobre si misma, su cuerpo se comenzó a rodear de electricidad, a medida que su descenso se hacía inmediato, preparó su puño impactando finalmente parte de la arena congelada con un puñetazo de extremo poder. El gélido elemento se partió cayendo en forma de brillante estela alrededor del cuerpo de la mink aún impregnada y rodeada de estática junto a pequeños relámpagos dorados. El golpe había logrado partir la zona de impacto y formar un pequeño cráter aunque Berry se limitó a negar con la cabeza.
—Todavía no llega a lo que deseo, cuando logre la perfección debería derribar e incluso hacer volar edificios, esto todavía está algo verde...—
Comentó con algo de desilución en su voz pese a que en el momento de levantar su puño la grieta en la arena se expandió por la playa creando un pequeño pero profundo barranco donde se deslizaba una pequeña cascada de arena. Sin dudas Berry era fuerte, y si aquello era algo que le causaba desilución, el golpe perfeccionado de esa técnica llegaría a ser algo verdaderamente monstruoso.
—Hmm, entonces estoy peleando contra alguien que tiene visiones y sabe exactamente que haré si lo pienso demasiado. Por eso traje la jarra, debe ser más complicado para alguien saber que hará alguien borracho que actua por simple instinto. Aunque me alegra verte reír un poco, lo hace más sencillo para no estresarme.—
Berry no pudo evitar su asombro ante la demostración de las ondas cortantes y prestó atención como un pequeño cachorro, moviendo la cabeza asintiendo y tomando nota mental de las indicaciones. Concentrar el golpe en en punto muy fino y luego lanzarlo con potencia, tal vez lo que fallaba en la ejecución era su intento por hacerlo más grande de lo habitual por lo que podía observar entre más fino mejor era el corte.
—Entonces en lugar de eso debería hacer algo como esto...—
Esta vez Berry no tomó una postura tan exagerada ni tensa, dejó su brazo derecho relajado mientras lo impulsaba con un suave pero poderoso balanceo, tal y como si fuese un látigo desprendiendo de sus garras una onda cortante más fina y curvada aunque en lugar de impactar el agua se elevó debido a la poca precisión en la cual había salido. Berry observó a la capitana emocionada, solo debía pulir un poco más la trayectoria y pronto podría emplearlo en una pelea sin que saliese tan desviado.
No menor fue su sorpresa tras la segunda demostración, por poco su boca cae al suelo ante un poder tan poderoso como elegante, ahora entendía el frío del día anterior y el hielo que le había atrapado no parecía algo de fruta si no más bien una especie de Electro humano. De hecho Berry se jactaba de su conocimiento interno del electro y los modos en los cuales ella lo aplicaba. Todavía estaba entrenando aquella técnica que se aprovechaba del electro en todo su explendor pero se encontraba lejos de dominarla. Sentía que no solo recaía en la fuerza si no en un poco de destreza que le era de momento insuficiente.
—Por lo que puedo explicar funciona como lo has sentido, simplemente generamos electricidad por nuestro pelaje y luego la liberamos o concentramos para golpear. En mi caso los tatuajes brillan al concentrarlo, entrené varios meses para lograr que mi electro se distinga del resto de mi raza por eso cuando lo uso...—
Berry levantó su garra mostrando como un aura dorada se desprendía de su pelaje, olvidando por completo la ceguera de su colega, a veces parecía moverse mejor que un vidente y por este motivo la mink solía olvidarse de que estaba usando otros medios para ver.
—Oh, lo siento, a veces pareces ver mejor que yo. A lo que iba estoy prácticando en algo así...—
La mink dio un salto comenzando a girar sobre si misma, su cuerpo se comenzó a rodear de electricidad, a medida que su descenso se hacía inmediato, preparó su puño impactando finalmente parte de la arena congelada con un puñetazo de extremo poder. El gélido elemento se partió cayendo en forma de brillante estela alrededor del cuerpo de la mink aún impregnada y rodeada de estática junto a pequeños relámpagos dorados. El golpe había logrado partir la zona de impacto y formar un pequeño cráter aunque Berry se limitó a negar con la cabeza.
—Todavía no llega a lo que deseo, cuando logre la perfección debería derribar e incluso hacer volar edificios, esto todavía está algo verde...—
Comentó con algo de desilución en su voz pese a que en el momento de levantar su puño la grieta en la arena se expandió por la playa creando un pequeño pero profundo barranco donde se deslizaba una pequeña cascada de arena. Sin dudas Berry era fuerte, y si aquello era algo que le causaba desilución, el golpe perfeccionado de esa técnica llegaría a ser algo verdaderamente monstruoso.
Elyria Priscraft
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Elyria se llevó una mano a la cara cuando Berry le contó para qué era calabaza. Y ella pensando que sería algún tipo de arma especial, madre mía. Pero parece que solo quería emborracharse. A ver, funcionar funcionaría, más o menos. A cambio de perder muchas otras facultades. En cualquer caso, no se lo permitiría. Iba contra su código de honor beber estando de servicio, y ella estaba a su cargo ahora mismo. Además, con la naturaleza de su investigación, nunca se sabía cuándo las cosas se iba a poner feas.
"Lo siento, pero no puedo dejarte beber alcohol de servicio. Es nuestro deber estar en plenas capacidades en todo momento por si hay alguna emergencia. Así que deja la calabaza en el suelo, Berry," dijo en un tono algo serio, aunque sin tampoco estar echándole la bronca.
Cuando la mink levantó el brazo para hacerle la demostración, pudo sentir la fuerza y la energía de su electro. Aunque claramente no podía ver lo que pretendía enseñarle, así que se rió en voz alta cuando Berry se dio cuenta. Sin embargo, Nissa si era capaz de verlos, y volaba en circulos emocionada.
"Que chulooo, que pena que no puedas verlo, Ely."
Elyria sonrió, dirigiéndose a Berry. "No veo nada, solo siento. Un año siendo ciega te obliga a adaptarte." Y bueno, también tenía a su compañera y amiga Nissa. Aunque eso no era algo que le contase a cualquiera. Ignoremos que Julianna lo consiguió descubrir, eso fue un despiste.
De nuevo, Elyria pudo notar la energía y el poder que emanaba de Berry, incluso sintiendo la vibración atravesando su cuerpo por la potencia del impacto. Bastante impresionante, la verdad. Aunque según ella, buscaba darle mucha más fuerza al golpe.
"Vaya vaya, si que aspiras alto Berry, me gusta. Ya es un ataque increible, aunque un poco lento tal vez, te será complicado usarlo y atinar contra un rival más rapido que tú. Tal vez podrías practicar el darle flexibilidad, aumentar o bajar la potencia del ataque a cambio de velocidad. Así podrías adaptarte mucho mejor a cada situación y rival."
En cualquier caso, y sin avisar, Elyria aprovechó el despiste de Berry para atacarle con Khione, usando un corte en horizontal contra su estómago. Por supuesto, sin usar el filo. También cargó el ataque con energía elemental de hielo, así que si impactaba con algo, lo congelaría por completo.
"Ah, y esto ha sido un poco por atacarme antes de que empezasemos el entrenamiento. Y bueno, como entrenamiento para estar siempre atenta, nunca se sabe si tienes un francotirador apuntando a tu cabeza o un loco con un cuchillo a tu espalda. El haki de observación se convierte en algo bastante indispensable cuando te adentras en lugares peligrosos."
"Lo siento, pero no puedo dejarte beber alcohol de servicio. Es nuestro deber estar en plenas capacidades en todo momento por si hay alguna emergencia. Así que deja la calabaza en el suelo, Berry," dijo en un tono algo serio, aunque sin tampoco estar echándole la bronca.
Cuando la mink levantó el brazo para hacerle la demostración, pudo sentir la fuerza y la energía de su electro. Aunque claramente no podía ver lo que pretendía enseñarle, así que se rió en voz alta cuando Berry se dio cuenta. Sin embargo, Nissa si era capaz de verlos, y volaba en circulos emocionada.
"Que chulooo, que pena que no puedas verlo, Ely."
Elyria sonrió, dirigiéndose a Berry. "No veo nada, solo siento. Un año siendo ciega te obliga a adaptarte." Y bueno, también tenía a su compañera y amiga Nissa. Aunque eso no era algo que le contase a cualquiera. Ignoremos que Julianna lo consiguió descubrir, eso fue un despiste.
De nuevo, Elyria pudo notar la energía y el poder que emanaba de Berry, incluso sintiendo la vibración atravesando su cuerpo por la potencia del impacto. Bastante impresionante, la verdad. Aunque según ella, buscaba darle mucha más fuerza al golpe.
"Vaya vaya, si que aspiras alto Berry, me gusta. Ya es un ataque increible, aunque un poco lento tal vez, te será complicado usarlo y atinar contra un rival más rapido que tú. Tal vez podrías practicar el darle flexibilidad, aumentar o bajar la potencia del ataque a cambio de velocidad. Así podrías adaptarte mucho mejor a cada situación y rival."
En cualquier caso, y sin avisar, Elyria aprovechó el despiste de Berry para atacarle con Khione, usando un corte en horizontal contra su estómago. Por supuesto, sin usar el filo. También cargó el ataque con energía elemental de hielo, así que si impactaba con algo, lo congelaría por completo.
"Ah, y esto ha sido un poco por atacarme antes de que empezasemos el entrenamiento. Y bueno, como entrenamiento para estar siempre atenta, nunca se sabe si tienes un francotirador apuntando a tu cabeza o un loco con un cuchillo a tu espalda. El haki de observación se convierte en algo bastante indispensable cuando te adentras en lugares peligrosos."
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Berry chasqueó su lengua soltando un bufido que sonó más como un ronrroneo algo cansado, su rostro demostraba su inconformidad no ante la idea de no beber si no ante no poder mostrar su estilo en todo su explendor. La mink agachó la cabeza, dejando caer los brazos desganada, no podía contradecir a un superior y menos uno que le estaba ayudando tanto a mejorar y ver sus falencias. Eso necesitaba Berry, entrenar con personas más poderosas ya que su propio nivel se le quedaba corto, negó con la cabeza tratando de volver a poner una sonrisa.
—Entiendo, es una pena, cuando construí mi estilo de pelear pensé en homenajear a mi tribu y sus tradiciones muchas veces parece una danza o un baile peligroso de puños y llamas. No es algo que haga pensando en escaparme de las obligaciones, si no para honrar todas las costumbres que me formaron desde la infancia. Aunque, respetaré tus palabras, no quisiera desobedecer a alguien en servicio y menos cuando me está ayudando tanto con estas lecciones personales.—
La mink levantó su cabeza para mostrar una radiante sonrisa, y levantar su pulgar a Ely aunque esta solo pudiese sentir sus buenas vibras o eso entendió la mink. Se imaginaba lo complicado que era para alguien vivir sin su vista al estar tan acostumbrada, ella tenía su olfato, pero los humanos seguramente lo pasarían muy mal al momento de encontrar alguna solución. Por suerte existía el haki.
—Un año, debió ser, fatal. No me imagino vivir sin poder apreciar el rostro de las personas o los paisajes, admiro que pese a todo sigas ejerciendo. Si yo pasara por algo similar no sé si pudiera, a lo mejor sí porque me obligo a seguir, siempre me he obligado a seguir. Pero no todos son como yo y sé que varios renunciarían antes de seguir lidiando con un camino tan cuesta arriba.—
Contestó ante la confirmación de la ceguera de Ely, que se tomase el asunto con tanto humor también reconfortaba a la mink, cualquier otro en su posición le hubiera mandado a callar desde el primer despiste pero la capitana siempre mantenía esa actitud positiva ante sus constantes errores. Escuchó con atención las indicaciones, nunca se había detenido a pensar que un ataque pensado para ser el golpe de gracia dejaba tantas desventajas.
Quizás porque la zorra simplemente lo ideaba buscando el resultado final de demoler edificios o destrozar un area grande en un solo impacto. Pese a ser lento tenía esa finalidad de destrucción masiva, asintió con su cabeza y estaba por responder cuando ocurrió.
Su cabeza le punzó como si una aguja se metiese en su cerebro, su pelaje se erizó y la imagen de una espada golpeando su estómago pasó frente a ella como una imagen en cámara lenta pero de aquellas tan estáticas como viejas. Sintió el frío al tratar de visualizar mejor aquella escena comenzó a oscurecerse de repente, incluso se sacudió como si se tratase de un gato salpicada por el agua. Fue algo borroso, tal vez demasiado fugaz y que no estaba segura de estar viviendo o simplemente desvariando. Parpadeó solo para ver a Ely ejecutar el golpe en cuestión de décimas de segundo después, confundida, se apartó con un salto pudiendo evadir casi por fortuna el golpe sin ser alcanzada gracias a ese extraño pero oportuno deja vú.
Alcanzó el suelo tras de ella, golpeando su cabeza con una de sus garras como siempre hacía cuando tenía esos episodios. Le había ocurrido en el pasado, pero muchas veces no aparecían como en el día anterior en el cual no pudo presentir ni un ataque que la capitana le había encajado. Todavía no entendía muy bien como controlarlo, tal vez no le interesaba contra oponentes débiles, lo sentía como hacer trampa ser capaz de presentir algo que todavía no sucedía, incluso se culpaba muchas veces por aprovecharse de aquella involuntaria ventaja pese a ser casi nula en ese estado actual. Una alarma aleatoria que solo permitía anticiparse a décimas de segundos y no todas las veces terminaban en aquel final feliz.
—Yo... no sé que ocurrió, fue como verlo venir pero solo un momento, ugh me ocurre a veces como cuando escapé de unos bandidos o cuando sentí algo poderoso una vez. No lo controlo bien, me estoy enfocando en mejorar mi haki de armadura y mis capacidades físicas. Ya habrá tiempo para lidiar con mis visiones...—
La mink volvió a una postura normal preparando su guardia, buscando aplicar los conceptos de Ely y fortalecer sus propias técnicas para lograr el objetivo de volverse mucho más poderosa tras esa sesión. Después de todo, sentía que no era la única aprovechando la oportunidad para mejorar sus capacidades y no quería defraudar a alguien que le había reconocido entre muchos otros.
—Entiendo, es una pena, cuando construí mi estilo de pelear pensé en homenajear a mi tribu y sus tradiciones muchas veces parece una danza o un baile peligroso de puños y llamas. No es algo que haga pensando en escaparme de las obligaciones, si no para honrar todas las costumbres que me formaron desde la infancia. Aunque, respetaré tus palabras, no quisiera desobedecer a alguien en servicio y menos cuando me está ayudando tanto con estas lecciones personales.—
La mink levantó su cabeza para mostrar una radiante sonrisa, y levantar su pulgar a Ely aunque esta solo pudiese sentir sus buenas vibras o eso entendió la mink. Se imaginaba lo complicado que era para alguien vivir sin su vista al estar tan acostumbrada, ella tenía su olfato, pero los humanos seguramente lo pasarían muy mal al momento de encontrar alguna solución. Por suerte existía el haki.
—Un año, debió ser, fatal. No me imagino vivir sin poder apreciar el rostro de las personas o los paisajes, admiro que pese a todo sigas ejerciendo. Si yo pasara por algo similar no sé si pudiera, a lo mejor sí porque me obligo a seguir, siempre me he obligado a seguir. Pero no todos son como yo y sé que varios renunciarían antes de seguir lidiando con un camino tan cuesta arriba.—
Contestó ante la confirmación de la ceguera de Ely, que se tomase el asunto con tanto humor también reconfortaba a la mink, cualquier otro en su posición le hubiera mandado a callar desde el primer despiste pero la capitana siempre mantenía esa actitud positiva ante sus constantes errores. Escuchó con atención las indicaciones, nunca se había detenido a pensar que un ataque pensado para ser el golpe de gracia dejaba tantas desventajas.
Quizás porque la zorra simplemente lo ideaba buscando el resultado final de demoler edificios o destrozar un area grande en un solo impacto. Pese a ser lento tenía esa finalidad de destrucción masiva, asintió con su cabeza y estaba por responder cuando ocurrió.
Su cabeza le punzó como si una aguja se metiese en su cerebro, su pelaje se erizó y la imagen de una espada golpeando su estómago pasó frente a ella como una imagen en cámara lenta pero de aquellas tan estáticas como viejas. Sintió el frío al tratar de visualizar mejor aquella escena comenzó a oscurecerse de repente, incluso se sacudió como si se tratase de un gato salpicada por el agua. Fue algo borroso, tal vez demasiado fugaz y que no estaba segura de estar viviendo o simplemente desvariando. Parpadeó solo para ver a Ely ejecutar el golpe en cuestión de décimas de segundo después, confundida, se apartó con un salto pudiendo evadir casi por fortuna el golpe sin ser alcanzada gracias a ese extraño pero oportuno deja vú.
Alcanzó el suelo tras de ella, golpeando su cabeza con una de sus garras como siempre hacía cuando tenía esos episodios. Le había ocurrido en el pasado, pero muchas veces no aparecían como en el día anterior en el cual no pudo presentir ni un ataque que la capitana le había encajado. Todavía no entendía muy bien como controlarlo, tal vez no le interesaba contra oponentes débiles, lo sentía como hacer trampa ser capaz de presentir algo que todavía no sucedía, incluso se culpaba muchas veces por aprovecharse de aquella involuntaria ventaja pese a ser casi nula en ese estado actual. Una alarma aleatoria que solo permitía anticiparse a décimas de segundos y no todas las veces terminaban en aquel final feliz.
—Yo... no sé que ocurrió, fue como verlo venir pero solo un momento, ugh me ocurre a veces como cuando escapé de unos bandidos o cuando sentí algo poderoso una vez. No lo controlo bien, me estoy enfocando en mejorar mi haki de armadura y mis capacidades físicas. Ya habrá tiempo para lidiar con mis visiones...—
La mink volvió a una postura normal preparando su guardia, buscando aplicar los conceptos de Ely y fortalecer sus propias técnicas para lograr el objetivo de volverse mucho más poderosa tras esa sesión. Después de todo, sentía que no era la única aprovechando la oportunidad para mejorar sus capacidades y no quería defraudar a alguien que le había reconocido entre muchos otros.
Elyria Priscraft
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Elyria suspiró ante la explicación de Berry, aunque la escuchó entera antes de abrir la boca. Tampoco era una maleducada.
"No he dicho que lo hagas para huir de tus obligaciones, Berry. Pero somos la Marina, y tenemos un papel que cumplir. El alcohol inhibe tu juicio y tus sentidos, empeora tus reflejos y te hace pensar peor tus acciones. Y aumenta considerablemente el riesgo de que algún civil salga herido. Y no creo que seas el tipo de persona que permite que eso ocurra si puede evitarlo. Proteger a los que no pueden protegerse a si mismos es nuestro deber, Berry, nunca lo olvides y usalo para volverte más fuerte por una buena causa. No todos somos como esas sucias ratas del gobierno..." Eso último lo dijo con un tono de odio y asco en su voz. Ni siquiera se molestó en ocultarlo. Todo el que la conocía minimamente sabía de su ofio a la Legion y el gobierno en general. Esos que tomaron la ruta cobarde en la guerra del Cismo."
Cuando le hablo sobre su ceguera, dejo salir otro tipo diferente de suspiro, mirando al cielo.
"No es nada facil, no. Mentiría si dijese que no echo de menos poder ver el mundo y a la gente. Pero aprendes a vivir con ello, aunque sea algo triste. Y bueno, no puedo retirarme. No hasta que limpie la marina de sus restos de corrupción. Y no sabría que hacer con mi vida si no pudiese proteger a los de—Perdona, que no me callo ni debajo del agua."
Elyria sonrió como una madre satisfecha cuando Berry esquivo el golpe, tomando una distancia prudente por si le daba por contraatacar.
"Eso ha sido impresionante, Berry, no esperaba menos de tí," dijo Elyria con una amplia sonrisa en su rostro, tomando una postura agil que servía tanto para atacar como para defender. "Y parece que vamos al reves, yo estoy intentando perfeccionar la armadura. Me salvo la vida hace no mucho..."
Elyria atacó, pero su cabeza fue invadida por todo lo ocurrido en Jellystone; la muerte de Zero, Anais, que casi muere ella misma... Respiró profundamente para recuperar la compostura, pero había algo en su cabeza que no se iba. Respiró de nuevo, usando los ejercicios que le había enseñado Alvar y le habían salvado tantas veces. Y esta vez, logro controlarlo.
Sintió como una especie de armadura abrazaba su pierna, mientras lanzaba una fuerte patada al costado de Berry. También pudo sentir lo ultimó que hizo antes de caer inconsciente en aquel combate en jellystone. Rayos negros con raiz en su pierna, algo que ni siquiera la propia Alvar era capaz de comprender. Haki de rey.
Preocupada por lo que pudiese pasar, desvió el golpe, girando sobre si misma y golpeando el suelo. La patada creo un gran crater en la arena, e incluso pudo sentir como se rompía ligeramente el cielo. Nada del otro mundo, pero una entrada tímida a un poder que daba miedo.
"¡Joder!" Gritó Elyria, exaltada. "Joder, joder, joder, ¿¡qué demonios ha sido eso!? Menos mal que desvíe el golpe, no se si lo hubieses sobrevivido. Ni si quiera puse tanta fuerza..."
Elyria cayó de culo al suelo, y levando la mano en señal de stop para indicarle a Berry que estaban en pausa para que no atacase. Tenía que comprender lo que acababa de hacer. Era demasiado peligroso no hacerlo.
"No he dicho que lo hagas para huir de tus obligaciones, Berry. Pero somos la Marina, y tenemos un papel que cumplir. El alcohol inhibe tu juicio y tus sentidos, empeora tus reflejos y te hace pensar peor tus acciones. Y aumenta considerablemente el riesgo de que algún civil salga herido. Y no creo que seas el tipo de persona que permite que eso ocurra si puede evitarlo. Proteger a los que no pueden protegerse a si mismos es nuestro deber, Berry, nunca lo olvides y usalo para volverte más fuerte por una buena causa. No todos somos como esas sucias ratas del gobierno..." Eso último lo dijo con un tono de odio y asco en su voz. Ni siquiera se molestó en ocultarlo. Todo el que la conocía minimamente sabía de su ofio a la Legion y el gobierno en general. Esos que tomaron la ruta cobarde en la guerra del Cismo."
Cuando le hablo sobre su ceguera, dejo salir otro tipo diferente de suspiro, mirando al cielo.
"No es nada facil, no. Mentiría si dijese que no echo de menos poder ver el mundo y a la gente. Pero aprendes a vivir con ello, aunque sea algo triste. Y bueno, no puedo retirarme. No hasta que limpie la marina de sus restos de corrupción. Y no sabría que hacer con mi vida si no pudiese proteger a los de—Perdona, que no me callo ni debajo del agua."
Elyria sonrió como una madre satisfecha cuando Berry esquivo el golpe, tomando una distancia prudente por si le daba por contraatacar.
"Eso ha sido impresionante, Berry, no esperaba menos de tí," dijo Elyria con una amplia sonrisa en su rostro, tomando una postura agil que servía tanto para atacar como para defender. "Y parece que vamos al reves, yo estoy intentando perfeccionar la armadura. Me salvo la vida hace no mucho..."
Elyria atacó, pero su cabeza fue invadida por todo lo ocurrido en Jellystone; la muerte de Zero, Anais, que casi muere ella misma... Respiró profundamente para recuperar la compostura, pero había algo en su cabeza que no se iba. Respiró de nuevo, usando los ejercicios que le había enseñado Alvar y le habían salvado tantas veces. Y esta vez, logro controlarlo.
Sintió como una especie de armadura abrazaba su pierna, mientras lanzaba una fuerte patada al costado de Berry. También pudo sentir lo ultimó que hizo antes de caer inconsciente en aquel combate en jellystone. Rayos negros con raiz en su pierna, algo que ni siquiera la propia Alvar era capaz de comprender. Haki de rey.
Preocupada por lo que pudiese pasar, desvió el golpe, girando sobre si misma y golpeando el suelo. La patada creo un gran crater en la arena, e incluso pudo sentir como se rompía ligeramente el cielo. Nada del otro mundo, pero una entrada tímida a un poder que daba miedo.
"¡Joder!" Gritó Elyria, exaltada. "Joder, joder, joder, ¿¡qué demonios ha sido eso!? Menos mal que desvíe el golpe, no se si lo hubieses sobrevivido. Ni si quiera puse tanta fuerza..."
Elyria cayó de culo al suelo, y levando la mano en señal de stop para indicarle a Berry que estaban en pausa para que no atacase. Tenía que comprender lo que acababa de hacer. Era demasiado peligroso no hacerlo.
Berry
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Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
La mink escuchó atentamente las razones de Ely ante sus costumbres, se parecían en muchas cosas aunque distaban en otras como la manera de ver o mejor dicho hacer las cosas. Si bien Berry tenía claro su deber de proteger civiles a toda costa, no guardaba un rencor a la Legion de tal forma como lo expresaba su superior. No le interesaba mucho la disputa politica, estaba bien a su modo y seguiría lo que le dijeran que debía hacer, suspiró ante los temas de corrupción en eso si había tenido experiencia de primera mano en aquel tiroteo donde parecía una zona liberada en pleno gobierno de la marina.
—Yo me he comprometido a eliminar la corrupción, pero como podrá ver funciono mejor en las calles protegiendo civiles y haciendo lo mio. No creo que se me diera bien las tareas de espionaje o investigación a menos que consistieran en rastrear a alguien con mi nariz. Pero mis instintos no me permitirían mantener un bajo perfil por mucho tiempo...—
Lamió su garra derecha, era evidente que la zorra podía ser de todo menos una espía, si bien no comentó nada sobre la Legion prefiriendo cerrar la boca antes de que una broma o un comentario pudiesen ser tomados como un insulto a los ideales de Ely. El término ratas del gobierno le gustó, aunque debería aprender con quienes usarlo incluso dentro de la misma marina, no todos parecían sentir la causa con tanta pasión.
—En mi caso inicié con el haki de armadura, siento que tener visiones es hacer trampa, como guerrera iría contra mis principios empezar a ver venir cada golpe y humillar de tal manera a mis rivales. Pero supongo que cuando sea más fuerte deberé incorporarlo, hay personas muy poderosas en el mundo y si no tomo medidas estaría dando ventaja. Por más orgullosa que sea, no me sentiría bien si fuese un blanco tan fácil.—
El conflicto era evidente, tarde o temprano enfrentaría a personas como Elyria a diario, ya no serían criminales de un millón, dos millones o medio millón que no suponían más que un juego. Serían personas como Elyria, con más de quince o veinte millones, capaces de dejar cicatrices permanentes en ella tal y como la ceguera de su capitana. Resistirse era dejarse expuesta, era haber trabajado tanto para nada, tenía la fuerza y estaba desarrollando lo necesario para ser un rival formidable, sonrió mientras aguardaba a la capitana.
Se lanzó hacia ella, un choque frontal era lo que buscaba, reducir distancias para poder golpear. Pero algo no iba bien, notó a Ely extraña, tal vez había pasado poco con ella pero su semblante no pareció el habitual. Dudó si impactar, cargando su puño de todas maneras al ver que la mujer volvía a la carga, estaba a punto de colisionar cuando ocurrió ese evento que le frenó en seco.
Era una fuerza devastadora, un golpe que sin dudas le hubiese reventado como una piñata de cumpleaños de no ser por la rápida acción de Ely. Incluso su golpe cargado con electro, haki y potenciado por la electricidad que estimulaba su brazo pareció una simple brisa comparado con aquella patada que hasta dividió el cielo. Una proeza que Berry más que miedo vislumbró como oro puro.
—¡Woooow! Eso fue ¡Impresionaaaante! ¿Y no pusiste mucha fuerza? ¿Cómo lo haces? Es decir eso me hubiese mandado derecho a terapia intensiva o al cielo de los zorros. O tal vez me mandaba al espacio. ¡Imagina si hubieses puesto toda tu fuerza en eso podrías hasta destruir toda la isla de un golpe! Eso es lo que siempre soñé hacer, debes enseñarme, pero me estoy emocionando tal vez cuando sea más poderosa podemos intentar...—
Berry pasó de la sorpresa a la emoción moviendo su cola de lado a lado, haciendo piruetas en la arena y corriendo en cuatro patas alrededor de su capitana en completo extasis. Tanto disfrutaba que tardó en volver a su personalidad más seria, cuando los instintos finalmente bajaron y cayó en cuenta de que Elyria podría estar asustada o incluso aterrada de haber empleado algo así en contra de un colega.
Se sacudió la arena como un cachorro y volvió a su lado, inclinando su cuerpo para estar a la altura de Ely, no quería tocarla por miedo a que todavía siguiese en shock. Simplemente le miraba con una prudente distancia, pero sin demostrar temor, la muerte nunca le había intimidado siendo inculcada desde el primer día para vivirlo como si fuese el último.
—Perdona, me he emocionado mucho al verte hacer lo que sea que fuese eso. Sé que es un poder que puede darte miedo, tal vez te sientas culpable de casi reventarme, pero juro que todo está bien y seguiremos entrenando juntas. No te tengo miedo Ely, y no es por hacerme la valiente, no veo malas intenciones en ti y compreendo que ese poder no fue algo intencional. Trata de respirar, despejar tu mente, deja todo salir y vuelve a tu eje...ehm eso me decían en mi tribu cuando mandaba a volar a alguien sin querer...—
Berry se rascó la cabeza sonrojada por sonar como una anciana dando consejos de autoayuda, aunque esperaba que su pequeña sonrisa ayudase a Ely a volver a su temple pese a no verla. Se acercó buscando alguna botella de agua entre lo que habían llevado y se la tendió rápidamente a su capitana, haciendo señas de que lavase su cara para volver a caer en cuenta de su error.
—Dios que tonta soy, estaba diciendo más bien gesticulando sin sentido, lava tu cara si quieres y bebe un poco, esto tengo una botella de agua aqui. Descuida, no es mi jarrita, juro que no es alcohol es de las tuyas... confía en mí...—
La mink volvió a ponerse roja cayendo en cuenta que estaba balanceando la botella frente a una ciega, de verdad para la próxima noche lo escribiría en la arena unas cien veces antes de empezar a entrenar.
—Yo me he comprometido a eliminar la corrupción, pero como podrá ver funciono mejor en las calles protegiendo civiles y haciendo lo mio. No creo que se me diera bien las tareas de espionaje o investigación a menos que consistieran en rastrear a alguien con mi nariz. Pero mis instintos no me permitirían mantener un bajo perfil por mucho tiempo...—
Lamió su garra derecha, era evidente que la zorra podía ser de todo menos una espía, si bien no comentó nada sobre la Legion prefiriendo cerrar la boca antes de que una broma o un comentario pudiesen ser tomados como un insulto a los ideales de Ely. El término ratas del gobierno le gustó, aunque debería aprender con quienes usarlo incluso dentro de la misma marina, no todos parecían sentir la causa con tanta pasión.
—En mi caso inicié con el haki de armadura, siento que tener visiones es hacer trampa, como guerrera iría contra mis principios empezar a ver venir cada golpe y humillar de tal manera a mis rivales. Pero supongo que cuando sea más fuerte deberé incorporarlo, hay personas muy poderosas en el mundo y si no tomo medidas estaría dando ventaja. Por más orgullosa que sea, no me sentiría bien si fuese un blanco tan fácil.—
El conflicto era evidente, tarde o temprano enfrentaría a personas como Elyria a diario, ya no serían criminales de un millón, dos millones o medio millón que no suponían más que un juego. Serían personas como Elyria, con más de quince o veinte millones, capaces de dejar cicatrices permanentes en ella tal y como la ceguera de su capitana. Resistirse era dejarse expuesta, era haber trabajado tanto para nada, tenía la fuerza y estaba desarrollando lo necesario para ser un rival formidable, sonrió mientras aguardaba a la capitana.
Se lanzó hacia ella, un choque frontal era lo que buscaba, reducir distancias para poder golpear. Pero algo no iba bien, notó a Ely extraña, tal vez había pasado poco con ella pero su semblante no pareció el habitual. Dudó si impactar, cargando su puño de todas maneras al ver que la mujer volvía a la carga, estaba a punto de colisionar cuando ocurrió ese evento que le frenó en seco.
Era una fuerza devastadora, un golpe que sin dudas le hubiese reventado como una piñata de cumpleaños de no ser por la rápida acción de Ely. Incluso su golpe cargado con electro, haki y potenciado por la electricidad que estimulaba su brazo pareció una simple brisa comparado con aquella patada que hasta dividió el cielo. Una proeza que Berry más que miedo vislumbró como oro puro.
—¡Woooow! Eso fue ¡Impresionaaaante! ¿Y no pusiste mucha fuerza? ¿Cómo lo haces? Es decir eso me hubiese mandado derecho a terapia intensiva o al cielo de los zorros. O tal vez me mandaba al espacio. ¡Imagina si hubieses puesto toda tu fuerza en eso podrías hasta destruir toda la isla de un golpe! Eso es lo que siempre soñé hacer, debes enseñarme, pero me estoy emocionando tal vez cuando sea más poderosa podemos intentar...—
Berry pasó de la sorpresa a la emoción moviendo su cola de lado a lado, haciendo piruetas en la arena y corriendo en cuatro patas alrededor de su capitana en completo extasis. Tanto disfrutaba que tardó en volver a su personalidad más seria, cuando los instintos finalmente bajaron y cayó en cuenta de que Elyria podría estar asustada o incluso aterrada de haber empleado algo así en contra de un colega.
Se sacudió la arena como un cachorro y volvió a su lado, inclinando su cuerpo para estar a la altura de Ely, no quería tocarla por miedo a que todavía siguiese en shock. Simplemente le miraba con una prudente distancia, pero sin demostrar temor, la muerte nunca le había intimidado siendo inculcada desde el primer día para vivirlo como si fuese el último.
—Perdona, me he emocionado mucho al verte hacer lo que sea que fuese eso. Sé que es un poder que puede darte miedo, tal vez te sientas culpable de casi reventarme, pero juro que todo está bien y seguiremos entrenando juntas. No te tengo miedo Ely, y no es por hacerme la valiente, no veo malas intenciones en ti y compreendo que ese poder no fue algo intencional. Trata de respirar, despejar tu mente, deja todo salir y vuelve a tu eje...ehm eso me decían en mi tribu cuando mandaba a volar a alguien sin querer...—
Berry se rascó la cabeza sonrojada por sonar como una anciana dando consejos de autoayuda, aunque esperaba que su pequeña sonrisa ayudase a Ely a volver a su temple pese a no verla. Se acercó buscando alguna botella de agua entre lo que habían llevado y se la tendió rápidamente a su capitana, haciendo señas de que lavase su cara para volver a caer en cuenta de su error.
—Dios que tonta soy, estaba diciendo más bien gesticulando sin sentido, lava tu cara si quieres y bebe un poco, esto tengo una botella de agua aqui. Descuida, no es mi jarrita, juro que no es alcohol es de las tuyas... confía en mí...—
La mink volvió a ponerse roja cayendo en cuenta que estaba balanceando la botella frente a una ciega, de verdad para la próxima noche lo escribiría en la arena unas cien veces antes de empezar a entrenar.
Elyria Priscraft
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Características
fuerza
Fortaleza
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Precisión
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Instinto
Energía
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Elyria se puso a reirse cuándo Berry trampas al haki de observación, llevando una mano a su propio estómago.
"Berry, por diós," dijo mientras se reía. "Eso es como si yo digo que el haki de armadura es trampa porque no me protejo con mi propia fuerza. Y sí. No hay prisa, ni mucho menos, pero te vendría bien aprenderlo en el futuro."
Después de aquel ataque Elyria estaba sentada en el suelo, con la mirada perdida. Pura costumbre, aún si no podía ver nada. ¿Pero que cojones había sido eso? ¿Que demonios era ese poder? Bueno, lo sabía, mas o menos, pero no lo entendía.
Estaba tan absorta en sus propios pensamientos, en su nube, que ni notó ni escucho la emoción de Berry mientras esta giraba a su alrededor y gritaba. Parte de ella pudo sentir como se le acercaba, pero su cerebro decidió ignorarlo.
Al menos tenía algo claro. No pensaba parar hasta entender que había ocurrido. Ni hasta saber cómo controlarlo, o al menos, cómo frenarlo. Aún era incapaz de hacer ningún tipo de cálculos con ello, y no quería causar daños innecesarios si las cosas se ponían feas en su investigación. O a la propia Berry. Por un segundo vió como la mataba en un parpadeo con esa última patada. No podía perdonaese un despiste de ese calibre. ¿Y si no hubiese reaccionado a tiempo para desviar el golpe? ¿Sería capaz de cargar con toda la responsabilidad de esa muerte? Acabaría completamente rota. Aún más rota de lo que ya estaba...
Ni siquiera pudo escuchar bien los intentos de Berry de recomfortarla, y eso le hacía sentirse aún peor. Se había enterado de la mitad de lo que le había dicho. Así que simplemente asintió con la cabeza sin mucha energía.
Cuándo le ofrecieron una botella de agua, la cogió, bebiéndosela entera de un buche. "Gracias Berry. Y ya se que no me darías alcohol, descuida..."
Elyria suspiró, cansada, y camino hasta la orilla del mar, agachándose para coger algo de agua y mojarse la cara. El problema es que también se mojaron sus zapatos. Y su ropa, cuando le dió por sentarse ahí en medio, de piernas cruzadas y de espaldas al mar. El agua le llegaba hasta la cintura, y las olas chocaban contra su cuerpo mientras ella respiraba profundamente.
Entonces, giró la cabeza en dirección a Berry.
"Perdona, pero necesito algo de tiempo a solas... ¿Podrías volver esta noche?"
"Berry, por diós," dijo mientras se reía. "Eso es como si yo digo que el haki de armadura es trampa porque no me protejo con mi propia fuerza. Y sí. No hay prisa, ni mucho menos, pero te vendría bien aprenderlo en el futuro."
Después de aquel ataque Elyria estaba sentada en el suelo, con la mirada perdida. Pura costumbre, aún si no podía ver nada. ¿Pero que cojones había sido eso? ¿Que demonios era ese poder? Bueno, lo sabía, mas o menos, pero no lo entendía.
Estaba tan absorta en sus propios pensamientos, en su nube, que ni notó ni escucho la emoción de Berry mientras esta giraba a su alrededor y gritaba. Parte de ella pudo sentir como se le acercaba, pero su cerebro decidió ignorarlo.
Al menos tenía algo claro. No pensaba parar hasta entender que había ocurrido. Ni hasta saber cómo controlarlo, o al menos, cómo frenarlo. Aún era incapaz de hacer ningún tipo de cálculos con ello, y no quería causar daños innecesarios si las cosas se ponían feas en su investigación. O a la propia Berry. Por un segundo vió como la mataba en un parpadeo con esa última patada. No podía perdonaese un despiste de ese calibre. ¿Y si no hubiese reaccionado a tiempo para desviar el golpe? ¿Sería capaz de cargar con toda la responsabilidad de esa muerte? Acabaría completamente rota. Aún más rota de lo que ya estaba...
Ni siquiera pudo escuchar bien los intentos de Berry de recomfortarla, y eso le hacía sentirse aún peor. Se había enterado de la mitad de lo que le había dicho. Así que simplemente asintió con la cabeza sin mucha energía.
Cuándo le ofrecieron una botella de agua, la cogió, bebiéndosela entera de un buche. "Gracias Berry. Y ya se que no me darías alcohol, descuida..."
Elyria suspiró, cansada, y camino hasta la orilla del mar, agachándose para coger algo de agua y mojarse la cara. El problema es que también se mojaron sus zapatos. Y su ropa, cuando le dió por sentarse ahí en medio, de piernas cruzadas y de espaldas al mar. El agua le llegaba hasta la cintura, y las olas chocaban contra su cuerpo mientras ella respiraba profundamente.
Entonces, giró la cabeza en dirección a Berry.
"Perdona, pero necesito algo de tiempo a solas... ¿Podrías volver esta noche?"
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