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El lento discurrir de viaje de huida eterno (Diario: entrada 20-29) [PASADO] Empty El lento discurrir de viaje de huida eterno (Diario: entrada 20-29) [PASADO] {Dom 27 Ago - 0:05}

El lento discurrir de viaje de huida eterno

Ex Libris Vanko

Entrada 20

Dos días han transcurrido desde que mi destino se entrelazó con las profundidades de la mina costera. En la penumbra de estos corredores subterráneos, mi mente no ha dejado de maquinar, un telar de ideas hiladas con la urgencia de quien no puede darse el lujo de fallar. El tiempo se escabulle como arena entre los dedos, y mientras las sombras juegan en las paredes de esta oscura prisión rocosa, siento la presión constante de un reloj invisible que me insta a no perderme en la laberíntica maraña de pensamientos.

Sin embargo, no puedo permitir que la urgencia me empuje a la precipitación. La astucia es mi aliada, la paciencia mi mejor arma. Es por eso que decido tomar un respiro, permitir que el tiempo se expanda como un río tranquilo, y preparar mi siguiente movimiento con el cuidado de un maestro estratega. Necesito descansar mis músculos y mi mente, permitir que las aguas de la claridad se aquieten dentro de mí.

Los días que vienen serán de preparación. Ordenaré mis pensamientos como si fueran las piezas de un rompecabezas ancestral, cada una encajando en su lugar con una precisión milimétrica. Mi equipaje tomará forma, meticulosamente seleccionado para afrontar los desafíos que se avecinan. Cada herramienta, cada objeto, un tesoro en sí mismo, sintonizado con mi propósito.

La noche se convertirá en mi aliada. Bajo el manto de las estrellas me convertiré en una sombra entre sombras, una presencia que se desliza como el viento entre las rendijas de la realidad. La luna será mi cómplice, y el cielo estrellado será testigo de mi avance silencioso. Los guardias de la ciudad no sentirán mi llegada, y el joyero no advertirá mi presencia hasta que sea demasiado tarde.

El candil aromático parpadea en la oscuridad de mi refugio mientras escribo estas palabras en mi diario. Cada trazo de mi pluma es como una incantación, una promesa sellada en tinta que me compromete con este ajuste de cuentas. El susurro del viento en las galerías de la mina parece llevar consigo la promesa de lo que está por venir.

En los días que vienen, afilaré mi mente y mi determinación como un acero forjado en el corazón del fuego. Cada pensamiento, cada paso, estarán impregnados con la certeza de mi propósito. Y mientras los minutos se deslizan como arenas doradas en el reloj de la vida, sé que me estoy preparando para un enfrentamiento que podría decidir el curso de mi destino. No seré presa, seré el cazador en la danza nocturna de la venganza.

Así, mientras la luna asciende en el firmamento y las estrellas titilan como faros en la negrura, cierro este diario momentáneamente. En las páginas de esta crónica, he tejido mis pensamientos, mis sueños y mis intenciones. Y cuando vuelva a tomar mi pluma, será para narrar el próximo capítulo de esta historia de intriga y osadía en la que me encuentro inmerso.

Entrada 21

Ha llegado el día fatídico, aquel que he visto tejerse en los pliegues oscuros de mis pensamientos, una y otra vez. He cruzado la frontera entre lo ético y lo implacable, dejando caer la cortina de la moralidad y elevando al escenario el acto más oscuro de mi existencia. Bueno, lo sería si no fuera porque este cabrón me vendió por unas migajas. Ese malnacido de joyero, el poseedor de secretos que podrían desatar una tormenta de caos y miseria, ahora yace sin vida a mis pies. La noche, envuelta en sus sombras amantes, ha sido cómplice en mi danza mortal.

En el refugio de la oscuridad, he ascendido a los cielos sobre las alas silenciosas de la noche. La ciudad se extendía bajo mí como un tapiz de luces parpadeantes, cada destello era una historia, una vida. Mi estatura podía ser un problema, aun así he trazado un camino furtivo a través de las corrientes de aire nocturno. Cada ala batida me acercaba a mi objetivo, la joyería que relucía como un faro de tentación.

He descendido a las afueras, una sombra que se desliza entre los callejones y recovecos de la ciudad. Mis sentidos, agudos como garras afiladas, escrutan cada rincón en busca de amenazas. Los guardias, centinelas de la oscuridad, murmuran sus susurros vigilantes. Mi forma corpulenta se mueve como un felino, una presencia en las sombras que apenas toca la superficie del mundo humano.

El peligro acecha. Voces lejanas de los guardianes cortan la noche, como siseos en el viento. Un estremecimiento recorre mi espalda, la adrenalina brota en cascadas mientras mis músculos se tensan y flexionan. Huyo por las callejuelas como un viento que barre el polvo, pero el viento no puede borrar las huellas de mis pisadas en la tierra. Me hallo acorralado, entre las paredes de un callejón sin salida, barriles corroídos que señalan mi último refugio.

Respiro, tratando de serenar el frenesí de mi corazón. Mi mente, afilada como una hoja de obsidiana, se aclara. Cierro los ojos un instante, dejando que mis sentidos me hablen en susurros. Un pulso, un latido, una brisa. Abro los ojos, y en la profundidad de esa mirada, recupero el enfoque. Las sombras son mis aliadas, los sonidos mis guías. Mi cuerpo se desliza de entre los barriles y el callejón se convierte en un río oscuro por el que fluyo.

La ciudad es un laberinto de oportunidades y peligros. Cada rincón es un desafío, cada silueta una amenaza potencial. Pero la luna es mi aliada, una cómplice silenciosa que derrama su luz plateada sobre mí. Mis latidos se ralentizan, la sangre se convierte en ámbar líquido que me sumerge en un estado de comunión con el mundo. Escucho los susurros de los gatos callejeros, percibo la somnolencia en los pasos de los guardias. Cada respiración, cada latido del corazón, me conecta con la ciudad como nunca antes.

Y entonces, sin saber muy bien como veo que he llegado ante el edificio de la joyería. La ventana en el piso superior es mi portal, una puerta al corazón mismo de la tentación. Como un espectro, un ladrón de la noche, entro. El joyero duerme, su respiración es un murmullo en el silencio. Un golpe, un instante de dolor, y su mente se sumerge en la oscuridad.

Mi interior se convierte en un sepulcro para su cuerpo inconsciente, siento como sus pulmones se abarrotan de ámbar liquido al respirar, como trata de luchar, pero esta aturdido y desorientado y el ámbar tiene vida propia buscando el fondo de cada uno de sus orificios. De pronto silencio y calma, no hay forcejeo, no hay espasmos, no hay latido. Mi pecho es una tumba donde sus secretos han quedado sepultados. Me deslizo hacia afuera y emprendo el vuelo hacia mi islote.
Una vez allí, en la mina, descargo el cuerpo inerte del joyero, un cadáver que en menos de 3 minutos ya arde. El olor maravilloso, la fragancia del ámbar se mezcla con el aroma de las flores nocturnas. La luna contempla mi victoria, un triunfo teñido de oscuridad.

Y en el silencio que sigue, sigo percibiendo, sigo sintiendo. Cada parte de mí resuena con la experiencia, el subidón de la caza, la danza con la muerte que ha sido lo que me ha pasado en mitad de la noche? que ha despertado en mi? Mi corazón late con la certeza de que he cruzado un abismo, un abismo que no puede ser desandado.

Entrada 22

La mañana en el puerto se desplegaba como un cuadro animado de actividad y ruido. Las voces de los mercaderes entremezcladas con el repiqueteo de las campanas creaban una sinfonía bulliciosa que resonaba en los oídos. Mi mente estaba enfocada en una sola meta: encontrar la forma de escapar de esta isla que había sido mi hogar por tanto tiempo. Mi plan se centraba en la posibilidad de abordar un barco mercante que se dirigiera a destinos desconocidos, lejos de los problemas que me acechaban. Pero había un obstáculo en mi camino: el dinero.

Observé con atención a los barcos que se encontraban atracados en el puerto, escudriñando cada uno de sus detalles en busca de una oportunidad. Mis ojos recorrieron las cubiertas, las velas ondeando al viento y los marineros ocupados con sus quehaceres. Y entonces, como si fuera un rayo de esperanza en medio de la incertidumbre, lo vi: un galeón de considerable tamaño que parecía ser el candidato perfecto para mi plan.

Tomé mi tiempo para estudiarlo desde la distancia, evaluando si podría encontrar un escondite seguro a bordo. Sabía que tenía que ser cuidadoso, un paso en falso y podría arruinarlo todo. Finalmente, después de un par de horas de observación, estaba convencido de que había encontrado mi oportunidad. El galeón parecía lo suficientemente grande como para no prestar atención a un individuo oculto en su bodega.

Mis provisiones y enseres estaban cuidadosamente preparados, listos para ser llevados en mi intento de escapar. Mi corazón latía con una mezcla de emoción y nerviosismo mientras esperaba pacientemente a que cayera la noche. Sabía que mi momento se acercaba, cuando los hombres del galeón se retiraran a sus camarotes y el manto de oscuridad me brindara la cobertura necesaria para infiltrarme en la nave.

El sol comenzó a hundirse en el horizonte, tejiendo tonos dorados y naranjas en el cielo, una despedida de luz antes de la inminente llegada de la noche. El puerto parecía más tranquilo, los mercaderes se dispersaban y los marineros se preparaban para su descanso. Era mi oportunidad.

Con paso sigiloso, me acerqué al galeón elegido, con el corazón latiendo con fuerza en mi pecho. Cada movimiento estaba calculado, cada aliento era un susurro de determinación. Mis manos agarraban firmemente las asas de mis escasos enseres, mientras me acercaba a la entrada de la bodega. La madera crujía bajo mis pies, pero mi determinación era inquebrantable.

La oscuridad de la bodega me envolvió cuando finalmente me deslicé dentro. El aire era húmedo y cargado, el olor del mar y la madera llenaban mis sentidos. Busqué un rincón oscuro y seguro, donde pudiera ocultarme hasta que llegara el momento adecuado. Me acomodé entre las sombras, el corazón latiendo desbocado, mientras esperaba a que la tripulación se sumiera en el sueño.

La noche avanzaba lentamente, cada segundo parecía eterno mientras aguardaba en la penumbra. Las voces y los pasos de los marineros se desvanecieron gradualmente, reemplazados por el susurro del viento y el suave crujir del barco en el agua. Sabía que la oportunidad estaba a punto de llegar.

El silencio finalmente se hizo más profundo, la quietud de la noche era casi tangible. Mi corazón latía en mis oídos mientras me levantaba con precaución, listo para dar el siguiente paso en mi búsqueda de libertad. Las velas del galeón ondeaban suavemente en la brisa nocturna, como guardianes silenciosos de mi secreto plan de escape. Era hora de enfrentar la incertidumbre, de adentrarme en lo desconocido mientras el galeón se balanceaba suavemente sobre las aguas oscuras.

Entrada 23

Tres días habían transcurrido desde que el barco había zarpado de Ilusia, alejándose de la tierra que conocía y sumiéndome en un mar de incertidumbre. Cada día se sentía como un capítulo nuevo en esta historia de escapada, un capítulo que escribía a medida que avanzaba a través de las olas salinas. La cubierta se extendía bajo el cielo, un vasto lienzo azul que me mantenía adivinando el destino de nuestro viaje. A medida que el sol se alzaba y se ocultaba, me aferraba a la esperanza de que mi elección de huir fuera la correcta.

Mi refugio en la bodega de suministros se había convertido en mi pequeño santuario de introspección. Entre cajas y barriles, me sumía en la meditación, cerrando los ojos y dejando que los sonidos del barco y el susurro del mar me envolvieran. Concentraba mi mente en las voces de los marinos, tratando de captar las conversaciones que flotaban en el aire como ecos distantes. Cada palabra, cada risa, cada orden impartida, eran fragmentos de un rompecabezas que intentaba descifrar para descubrir nuestro destino.

La incertidumbre me acechaba constantemente. Anhelaba conocer el rumbo que llevábamos, el punto en el horizonte hacia el cual navegábamos. Era como si estuviera navegando a ciegas en medio de la inmensidad del océano, guiado solo por la estela del barco y mi anhelo de libertad.

A pesar de las dudas y las preocupaciones, encontraba un atisbo de consuelo en mi escondite. La ventaja de permanecer en la bodega de suministros era que nadie sabía de mi presencia allí. Era mi propio pequeño rincón de comodidad, a pesar de la humedad que se filtraba entre las tablas de madera. Cada día que pasaba, fortalecía mi resolución de mantenerme oculto hasta que llegáramos a tierras desconocidas.

Mis pensamientos y reflexiones se entrelazaban con los vaivenes del barco, creando una especie de conexión con el mismo. Era como si estuviera en sintonía con la embarcación, compartiendo su viaje a través del vasto océano. A veces, cuando el sol se ponía y las estrellas se alzaban en el cielo nocturno, me permitía soñar con la libertad que me esperaba al final de este viaje. Un futuro incierto, pero lleno de posibilidades.

A medida que las horas y los días avanzaban, me aferraba a esa sensación de esperanza y a mi lugar en la bodega, un escondite que se había convertido en mi aliado silencioso en esta aventura. Mi camino hacia la libertad estaba en marcha, un camino que había elegido con determinación y que estaba dispuesto a seguir, sin importar los obstáculos que encontrara en el camino.

Entrada 24

Casi dos semanas han transcurrido desde que me refugié en la bodega de este barco, y el paso del tiempo comienza a distorsionarse, haciéndome dudar de mi propia percepción. El confinamiento en este espacio reducido ha comenzado a jugar con mis sentidos y mi cordura, como si las paredes mismas de la bodega se cerraran sobre mí, convirtiéndose en una prisión mental que desafiaba mi resistencia.

A medida que los días se sucedían uno tras otro, me encontraba sumido en una rutina de meditación constante, un intento desesperado de mantener un vínculo con la realidad. Sin embargo, incluso esa práctica estaba empezando a desvanecerse en una neblina de extrañeza. Ayer, mientras buscaba solaz y paz mental, me vi atrapado en una experiencia insólita. Sensaciones extrañas se filtraron en mi mente, voces susurrantes que parecían provenir de presencias sobrenaturales. Eran como ecos distorsionados que resonaban en mi cabeza, susurros indescifrables que me sumergían en una especie de ensoñación. Mi mente se convirtió en un torbellino de pensamientos confusos, como si hubiera abierto una puerta hacia un reino desconocido y misterioso.

Las noches, en lugar de traer descanso, me sumergían en un mundo aún más enigmático. Cuando cerraba los ojos y me entregaba al sueño, me hallaba en un lugar que no reconocía: un puerto en el que nunca había estado, con calles y edificios que parecían ajenos a mi experiencia. Las visiones eran vívidas y desconcertantes, como si estuviera viendo a través de los ojos de otra persona en otro tiempo y lugar. La confusión se mezclaba con la inquietud, y me despertaba en la bodega con el corazón palpitando, tratando de encontrar un punto de referencia en la realidad que comenzaba a desvanecerse.

La falta de contacto con el exterior de la bodega y la repetición de los mismos muros oscuros estaban empezando a tener un efecto profundo en mi percepción. Me sentía mareado, como si el mundo que conocía se estuviera difuminando y desvaneciendo, dejándome atrapado en una especie de limbo. La incertidumbre del viaje, sumada a la falta de contacto con la tripulación y la constante sensación de confinamiento, estaba comenzando a erosionar mi estabilidad mental.

A pesar de todo, sigo aferrándome a la esperanza de que esta situación mejore. La promesa de la libertad al final de este viaje sigue siendo mi faro en medio de la oscuridad. Cada día, luchando contra las visiones y las sensaciones que amenazan con arrastrarme hacia la locura, recuerdo por qué tomé esta decisión en primer lugar. La determinación sigue ardiendo en mi pecho, y aunque el camino es tortuoso y desafiante, estoy decidido a enfrentarlo con valentía y resistencia.

Entrada 25

Hoy ha sido un día que desafía toda lógica y comprensión. Después de una noche de sueños desconcertantes, me desperté con una sensación de aturdimiento que amenazaba con desequilibrarme aún más. Decidí sumergirme en la meditación en un intento desesperado de aliviar el hambre que me asolaba y el constante mareo que me aquejaba. En medio de esa práctica, algo increíble ocurrió: un silencio profundo descendió sobre mi mente y mi entorno, como si el universo mismo hubiera contenido su aliento para permitirme observar y escuchar.

Fue un momento de asombro, como si hubiera sido suspendido en el tiempo y el espacio. Pude sentir con una claridad sorprendente el golpe rítmico de las olas chocando contra el casco del barco. Cada impacto resonaba en mi interior, como si fuera capaz de sentir las vibraciones mismas del mar a través de las paredes de la bodega. Pero no fue solo eso; de alguna manera, empecé a percibir a mis compañeros a bordo. Sus presencias eran como chispas de energía que se entrelazaban con la mía. Y entonces, como si una ventana se hubiera abierto en mi mente, comencé a escuchar las conversaciones que sutilmente se tejían entre ellos.

Eran murmullos suaves al principio, pero luego se volvieron más nítidos y definidos. Hablaban del Gran Line y sus misterios insondables, del Paraíso y sus tesoros ocultos. Discutían sobre los puertos y los mercados que anhelaban alcanzar, compartiendo sus esperanzas y ambiciones en sus tonos de voz. Mi mente se convirtió en un receptor de estas voces, como si el viento mismo llevara sus palabras directamente a mis oídos.

La sensación era abrumadora, y mi corazón latía con una mezcla de emoción y desconcierto. ¿Cómo podía estar experimentando algo así? ¿Era esto una manifestación de mi propia locura, una creación de mi mente trastornada? Traté de asirme a la realidad, de comprender lo que estaba sucediendo, pero las sensaciones y las voces parecían ser reales y tangibles.

En ese momento, la duda y la confusión se entrelazaron con la maravilla y la fascinación. Me sentía como si estuviera al borde de una comprensión profundamente trascendental, pero al mismo tiempo me preocupaba que esto fuera un camino hacia la locura absoluta. ¿Cómo podría explicar esto a alguien más? ¿Acaso estaría perdiendo el control de mi propia mente?

A medida que el silencio que había caído sobre mí comenzó a desvanecerse, me encontré en un estado de turbación interna. Agotado y sabiendo que tenía que enfrentar esta nueva realidad, que tenía que explorar esta habilidad inesperada que había surgido en mí. Pero una pregunta seguía resonando en mi cabeza: ¿Qué significaba todo esto? ¿Qué tipo de camino había comenzado a recorrer en medio de esta maraña de voces, sensaciones y sueños? Las respuestas eran elusivas, y mientras el barco continuaba navegando hacia destinos desconocidos, me encontraba atrapado en un torbellino de emociones y preguntas sin respuesta.

Entrada 26

Después de una travesía que se extendió como una eternidad, el barco finalmente arribó a su destino, las aguas del Paraíso. Sus aguas se agitaron con una intensidad nueva mientras la embarcación sorteaba los cabos gemelos que marcaban la entrada a este lugar de maravillas desconocidas. La navegación se volvió más desafiante y enérgica, un reflejo de la intensidad del viaje que habíamos emprendido.

En medio de esta travesía agitada, me encontré enfrentando la realidad de mi situación precaria. Mis provisiones de comida habían sido agotadas durante los días que se habían sentido como una tortura interminable. Para sobrevivir, me vi recurriendo a los barriles de la bodega, extrayendo de ellos lo necesario para llenar mi estómago hambriento. Sin embargo, mi conciencia y sentido de justicia me impulsaron a dejar monedas en el camastro del cocinero, una compensación simbólica por lo que estaba tomando. Las noches eran testigos silenciosos de este ritual, un gesto modesto en medio de mi lucha por sobrevivir en las sombras.

La pasada noche, me decidí a enfrentar mi desesperada necesidad de aire fresco y la visión del cielo despejado. Reuniendo todas las energías que tenía, me aventuré en el camarote del capitán mientras este roncaba en su sueño. Su habitación irradiaba una autoridad tangible, y en la mesa principal yacía un mapa, desplegado y marcado con meticulosidad. Mis ojos se posaron en el nombre de una isla que hasta entonces solo había existido en historias y rumores: Greenlyn. Era un indicio claro de nuestro destino, un punto de referencia en medio de este vasto océano de incertidumbre.

El descubrimiento me llenó de una mezcla de emociones. Por un lado, estaba el alivio de saber hacia dónde nos dirigíamos, de tener un objetivo concreto después de tantos días de navegación ciega. Por otro lado, el mapa y la isla marcada eran como una promesa de aventuras y misterios por descubrir, una oportunidad de escapar de la oscuridad de la bodega y enfrentar lo que me aguardaba en tierra firme.

Con esta revelación latente en mi mente, regresé a mi confinamiento en la bodega. Aunque aún estaba lejos de mi destino, el simple hecho de tener una dirección a la que apuntar llenó mis pensamientos de anticipación y esperanza. Greenlyn se alzaba en el horizonte de mi futuro, y aunque el camino hacia allí sería desafiante y posiblemente peligroso, sabía que no podía quedarme en la sombra para siempre. Cada día que pasaba en esa bodega oscurecida me recordaba que, tarde o temprano, tendría que enfrentar mi destino con valentía y determinación.

Entrada 27

Con el transcurso de los días y el avance de mi viaje, finalmente llegamos a un puerto en una isla desconocida para mi. El momento de atracar trajo consigo una mezcla de emociones en mi interior. Por un lado, había un atisbo de expectativa ante la posibilidad de explorar tierras nuevas, pero por otro lado, una sensación de ansiedad me envolvió. La noche anterior había estado plagada de sueños confusos, en los que me encontraba en una ciudad resplandeciente, en medio de luces parpadeantes y calles asfaltadas. Era un paisaje que parecía estar en las antípodas de lo que esperaba encontrar en Greenlyn. Sin embargo, no pude evitar cuestionar si estos sueños eran una señal del destino o simplemente el producto de mi imaginación ansiosa.

Intenté refugiarme en el barco, mantenerme apartado de las conjeturas y preocupaciones que me asaltaban. Esperaba pacientemente, confiando en que pronto volveríamos a ponernos en ruta hacia nuestro verdadero destino. Sin embargo, las horas y los días pasaron lentamente, y una desesperación latente comenzó a tomar forma en mi mente. Una sensación inquietante de peligro y decadencia se filtró en mis pensamientos, y los olores desagradables de muerte y desesperanza parecían flotar en el aire. Las noches se convirtieron en un desafío para mi tranquilidad, llenas de angustia y sueños perturbadores que dejaban una impresión persistente en mi mente.

Finalmente, llegó el momento de escuchar el regreso de los marinos al barco. Voces maldiciendo su suerte y el brillo de sus miradas derrotadas hablaban por sí mismos. Al parecer, la isla a la que habíamos llegado era un centro de entretenimiento, un lugar de juego y apuestas donde muchos de ellos habían decidido poner en riesgo sus salarios. La imagen de aquellos hombres, abatidos por la pérdida y la frustración, me recordó lo impredecible y a menudo cruel que podía ser la fortuna en estas tierras desconocidas.

Finalmente, el día de la partida llegó. Nuestro barco se liberó de las ataduras del puerto y lentamente se alejó de la isla. Con cada golpe del viento y cada movimiento del mar, el bullicio tumultuoso de mi mente comenzó a desvanecerse. El horizonte se extendía ante mí, una vasta extensión de oscuridad y misterio. Mientras avanzábamos en la noche, dejando atrás las luces titilantes y los ecos de desesperación, encontré un cierto grado de alivio en la tranquilidad relativa del océano. Mi mente, una vez abrumada por el tumulto de pensamientos, comenzó a encontrar una sensación de calma en la vastedad nocturna que se extendía a mi alrededor.

Entrada 28

Después de nuestra última parada, el ciclo de viaje y espera se ha vuelto una constante. Mis días se han convertido en una sucesión de dormir y meditar, en un esfuerzo por conservar energía y mantenerme funcionando con el mínimo gasto. Mi vida en la bodega del barco se ha vuelto monótona, marcada por la incertidumbre y la espera interminable. Me sumerjo en mis prácticas de meditación, buscando un refugio en la calma interior mientras las horas pasan lentamente.

Entre los susurros y conversaciones de los marinos, he captado fragmentos de información sobre el contralmirante Ryugo y la misteriosa isla Jellystone. Parece que esta isla es una especie de tierra salvaje, dominada por la naturaleza indómita, con una única edificación que alberga al mencionado marine. Las historias sobre esta isla han tejido un velo de curiosidad en mi mente, una mezcla de temor y fascinación por lo que podríamos encontrar allí.

Aprovechando la ocasión de nuestra parada, nuestro barco ha decidido abastecer al contralmirante Ryugo con suministros, una oportunidad para establecer una especie de intercambio. Mientras los marinos descargaban y entregaban provisiones en la única estructura de la isla, mi mente vagaba por los detalles que había escuchado. Un contralmirante en una isla salvaje, una figura de autoridad en medio de un entorno impredecible. Me pregunto qué tipo de vida debe llevar allí y qué lo motiva a permanecer en un lugar tan inhóspito.

El tiempo en la isla Jellystone es breve, y en menos de 24 horas nos veremos partir nuevamente. A medida que el log pose se ajusta y señala el camino, siento una mezcla de expectativa y aprensión por lo que aguarda en el horizonte. Estamos en un estado constante de movimiento y cambio, y aunque este ciclo pueda parecer agotador, también está lleno de posibilidades. Quién sabe qué encuentros y desafíos nos esperarían en esta isla salvaje de decidir explorarla? y en los destinos que aún no hemos vislumbrado en el Grand Line? Con cada amanecer y cada nuevo puerto, nuestra historia avanza, y estoy decidido a seguir adelante, listo para enfrentar lo que venga a mi encuentro en este viaje sin fin.

Entrada 29

Después de una travesía que pareció interminable, finalmente se avecina el día en que pondremos pie en Greenlyn. Escuché a los marineros comentar con entusiasmo que mañana será el momento de arribar a esa isla. A través de lo que sé y de las conversaciones que he captado durante este largo viaje, Greenlyn se revela ante mí como un destino lleno de promesas y oportunidades, un lugar donde uno puede desvanecerse en los rincones sin llamar demasiado la atención.

La idea de pisar tierra firme una vez más despierta un ardiente anhelo en mi pecho. Después de semanas que se extendieron como un río sin fin, la perspectiva de sentir la arena bajo mis pies y el suelo sólido bajo mis pasos me llena de emoción. Miro hacia adelante a este nuevo capítulo en mi vida, un capítulo que está a punto de comenzar en esta isla de posibilidades.

El eco de las historias de los marineros se convierte en el telón de fondo de mi anticipación. He escuchado sobre los diversos lugares y oportunidades que Greenlyn puede ofrecer. Hay un aire de misterio en torno a esta isla, como si estuviera envuelta en un halo de leyendas y aventuras por descubrir. En esta tierra, uno puede perderse entre las calles sin que nadie lo note, y esa posibilidad de anonimato y libertad es un atractivo irrefrenable.

Mañana, al amanecer, desembarcaremos en Greenlyn y estaré listo para enfrentar lo que el destino tenga preparado para mí. Después de tanto tiempo en el mar, las oportunidades parecen innumerables, como estrellas en la noche despejada. La sensación de que este nuevo capítulo de mi vida está a punto de comenzar me llena de emoción y determinación. Necesitaré encontrar un trabajo, un punto de partida para esta nueva fase, y aunque desconozco qué desafíos y tesoros me esperan en esta tierra desconocida, estoy dispuesto a explorarlos con valentía y curiosidad.

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El lento discurrir de viaje de huida eterno (Diario: entrada 20-29) [PASADO] Empty Re: El lento discurrir de viaje de huida eterno (Diario: entrada 20-29) [PASADO] {Miér 30 Ago - 23:47}

Buenas, soy el encantador moderador que se pasará hoy a revisar este diario.

Bien, la estructura del rol no es tá mal, siendo este lo que parece más un diario de abordo que una narración continua similar a un libro, como poco es original. Si algo que de comentar malo del tipo de narración, es que se me ha echo un poco redundante en alguna de las entradas pues los parrafos eran muy similares y no aportaban información nueva, lo que los hacía más lentos. Por el resto bien escrito, no he visto falta sni nada por el estilo.

Te llevas, los 472 px y los 47 doblones (no los pongas en peticiones, que no es necesario ya lo calculamos nosotros cuando vemos la validación de diarios) y te llevsa el despertar del Haki que te cuesta 10 doblones (aunque un poco por los pelos lo de trascendental), por lo que te quedan un total de 37 doblones.
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El lento discurrir de viaje de huida eterno (Diario: entrada 20-29) [PASADO] Empty Re: El lento discurrir de viaje de huida eterno (Diario: entrada 20-29) [PASADO] {Jue 31 Ago - 9:03}

Acepto la corrección.


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El lento discurrir de viaje de huida eterno (Diario: entrada 20-29) [PASADO] Empty Re: El lento discurrir de viaje de huida eterno (Diario: entrada 20-29) [PASADO] {Vie 8 Sep - 10:46}

Hoja actualizada.
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El lento discurrir de viaje de huida eterno (Diario: entrada 20-29) [PASADO] Empty Re: El lento discurrir de viaje de huida eterno (Diario: entrada 20-29) [PASADO] {}

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