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Hikari
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Desde que llegaron a la isla, Hikari había pasado los ¿Dos? ¿Tres? Que mala era contando el tiempo, esos días con el tema de Alpha y tras finalizar con dicho problema, se encontraba de buena mañana pues recién serían las seis de la mañana, en cubierta con una taza de té bien caliente. El tiempo en la isla era frío pero por lo que dijo aquél hombre encargado del parte meteorológico, estaban en una semana bastante calurosa. La muchacha observaba el amanecer tranquilamente dando breves sorbos a su bebida humeante, pensando en cuanto faltaría para llegar a Shabondy, sus anhelos estaban a pocos meses de completarse pero no podía evitar pensar en ¿Llegaría a tiempo?
Una vez amaneció y se terminó la taza, entró en la cocina del barco, lavó la taza, la secó y guardó en su sitio correspondiente, no le salia bien el té pero por lo menos se dejaba beber. Volvió a salir a cubierta cuando de pronto las palabras de Alpha resonaron en su cabeza. Por lo que él decía, había una integrante más en el barco, los ruidos que escuchaba eran de ella, por lo visto no es que algún Homie hiciera ruidos raros o que la madera del barco estuviera podrida, no recuerda bien las palabras del capitán del barco pero era como que estaba enferma, tenía curiosidad de ver a esa muchacha pero si alguien a quien no conoces entra en tu camarote y te pregunta si necesitas algo, quizás se asuste...
Al salir a cubierta, observó la pasarela de madera que lleva desde el barco a puerto, a tierra firme, entre las cajas típicas de los muelles de carga, había alguien, estaba segura, alguien que, al darse cuenta que esta le vio, se dio la vuelta y se alejó. Era un encapuchado, portaba una espada en la cintura eso era evidente, pero no solo eso, a lo lejos pareció que se juntaba con otra silueta más pero la muchacha no tenía vista de águila así que no pudo diferenciar nada... La situación era extraña pero no le dio más importancia, podrían ser ladrones, curiosos, vagabundos o simples borrachos, por lo que intentó no comerse la cabeza...
Hikari llevaba su espada familiar a la cintura, "Yuki" la llevaba en su estómago guardada como siempre, por lo que se "sentía" segura, arma en mano y otra guardada eran más que suficiente para sobreponerse a cualquier problema. No hay que olvidar que en esta isla la ley no existe, llena de piratas y criminales, nada es lo que parece...
Una vez amaneció y se terminó la taza, entró en la cocina del barco, lavó la taza, la secó y guardó en su sitio correspondiente, no le salia bien el té pero por lo menos se dejaba beber. Volvió a salir a cubierta cuando de pronto las palabras de Alpha resonaron en su cabeza. Por lo que él decía, había una integrante más en el barco, los ruidos que escuchaba eran de ella, por lo visto no es que algún Homie hiciera ruidos raros o que la madera del barco estuviera podrida, no recuerda bien las palabras del capitán del barco pero era como que estaba enferma, tenía curiosidad de ver a esa muchacha pero si alguien a quien no conoces entra en tu camarote y te pregunta si necesitas algo, quizás se asuste...
Al salir a cubierta, observó la pasarela de madera que lleva desde el barco a puerto, a tierra firme, entre las cajas típicas de los muelles de carga, había alguien, estaba segura, alguien que, al darse cuenta que esta le vio, se dio la vuelta y se alejó. Era un encapuchado, portaba una espada en la cintura eso era evidente, pero no solo eso, a lo lejos pareció que se juntaba con otra silueta más pero la muchacha no tenía vista de águila así que no pudo diferenciar nada... La situación era extraña pero no le dio más importancia, podrían ser ladrones, curiosos, vagabundos o simples borrachos, por lo que intentó no comerse la cabeza...
Hikari llevaba su espada familiar a la cintura, "Yuki" la llevaba en su estómago guardada como siempre, por lo que se "sentía" segura, arma en mano y otra guardada eran más que suficiente para sobreponerse a cualquier problema. No hay que olvidar que en esta isla la ley no existe, llena de piratas y criminales, nada es lo que parece...
Berry
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La mink despertó acurrucada entre trozos de papel, gracias a tener a fueguitos a su lado la alergía no había sido tan fuerte pero si la tuvo unos días fuera de combate en donde solo se limitaba a comer y dormir. Finalmente esa mañana su nariz amaneció destapada y su cuerpo recuperó la estabilidad para darse un baño caliente, quitando de su sistema el estado febril que le había hecho dar tumbos los días anteriores. Ironicamente no necesitaba mucho más abrigo que su pelaje, una chaqueta violeta larga y unos pantalones largos y gruesos para poderse mover por el barco.
Curioseó los alrededores mientras comía un tarro de arroz, buscando a los homies conocidos o a Alpha informando así que ya podría continuar su entrenamiento pero lejos de eso solo encontró a los cubiertos gestionando la comida y poco más. Algodón de azucar, Suzaku y Alpha no aparecían por ningún lado. Decidió salir al exterior e investigar la zona cuando su pelaje ya estaba seco. No sintió un clima caluroso del que hablaba el tipo del clima, la primer brisa fue suficiente para que Berry se doblara por el frío y tiritara mientras se frotaba con furia los brazos.
—Caluroso mis tetas, esto está helado...—
Masculló para sí misma tratando de entrar en calor con algunos estiramientos y ejercicios básicos, fue mientras realizaba flexiones con una mano que levantó su cabeza y lo que vio le hizo caer de cara contra la cubierta. Por un instante confundió a la desconocida con la artesana de la isla polar, lo que hizo a la zorra ponerse en guardia y vigilarle de lejos. Fue entonces que recordó usar su nariz recientemente destapada y percatarse de que esa mujer no era la artesana tétrica si no alguien muy parecida y quizás del mismo lugar.
—¡Perdona es que te confundí con alguien! Ya sabes alta, larguiruucha, con ojos grises y una espada que da miedo en la cintura. Pero ahora que huelo bien no eres ella. Olvidaba presentarme guapa, soy ¡Berry! Y ya, no hay apellidos ni títulos ni otras cosas....—
La zorra había tardado medio segundo en reducir distancias y pegarse casi como una sombra a la muchacha que dado el tamaño y envergadura de Berry parecía una damisela a punto de ser comida para un animal imponente y de ojos rojos intensos. Para agregar más condimento al asunto, la zorra no paraba de lamer sus garras y olfatear a su alrededor como si su compañera oliese mal pese a ser una mera formalidad para recordar su aroma.
—¿Qué vamos a hacer hoy? Ayudar civiles, capturar criminales, recuperar objetos perdidos, salvar gatitos... Aish, cierto que no hacen eso... mmm... pero podrían.—
La zorra brindó una lista de tareas mas propias de un marine o un vuen samaritano más que de un pirata. Era evidente que había cosas que no abandonaba y las labores rutinarias era una de ellas, al menos inconscientemente ponía temas sobre la mesa de los cuales charlar con su inesperada compañera de viajes.
Curioseó los alrededores mientras comía un tarro de arroz, buscando a los homies conocidos o a Alpha informando así que ya podría continuar su entrenamiento pero lejos de eso solo encontró a los cubiertos gestionando la comida y poco más. Algodón de azucar, Suzaku y Alpha no aparecían por ningún lado. Decidió salir al exterior e investigar la zona cuando su pelaje ya estaba seco. No sintió un clima caluroso del que hablaba el tipo del clima, la primer brisa fue suficiente para que Berry se doblara por el frío y tiritara mientras se frotaba con furia los brazos.
—Caluroso mis tetas, esto está helado...—
Masculló para sí misma tratando de entrar en calor con algunos estiramientos y ejercicios básicos, fue mientras realizaba flexiones con una mano que levantó su cabeza y lo que vio le hizo caer de cara contra la cubierta. Por un instante confundió a la desconocida con la artesana de la isla polar, lo que hizo a la zorra ponerse en guardia y vigilarle de lejos. Fue entonces que recordó usar su nariz recientemente destapada y percatarse de que esa mujer no era la artesana tétrica si no alguien muy parecida y quizás del mismo lugar.
—¡Perdona es que te confundí con alguien! Ya sabes alta, larguiruucha, con ojos grises y una espada que da miedo en la cintura. Pero ahora que huelo bien no eres ella. Olvidaba presentarme guapa, soy ¡Berry! Y ya, no hay apellidos ni títulos ni otras cosas....—
La zorra había tardado medio segundo en reducir distancias y pegarse casi como una sombra a la muchacha que dado el tamaño y envergadura de Berry parecía una damisela a punto de ser comida para un animal imponente y de ojos rojos intensos. Para agregar más condimento al asunto, la zorra no paraba de lamer sus garras y olfatear a su alrededor como si su compañera oliese mal pese a ser una mera formalidad para recordar su aroma.
—¿Qué vamos a hacer hoy? Ayudar civiles, capturar criminales, recuperar objetos perdidos, salvar gatitos... Aish, cierto que no hacen eso... mmm... pero podrían.—
La zorra brindó una lista de tareas mas propias de un marine o un vuen samaritano más que de un pirata. Era evidente que había cosas que no abandonaba y las labores rutinarias era una de ellas, al menos inconscientemente ponía temas sobre la mesa de los cuales charlar con su inesperada compañera de viajes.
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Una frase se coló en los oídos de la muchacha que hizo que esta se girara algo asustada, creía que estaba sola pero de pronto vio a una... Vio a alguien quejarse del frío y moverse de forma rara, se frotaba los brazos, parecía hacer sentadillas, multisaltos, no entendía muy bien que hacía, quien era... Antes de meter la pata quiso tranquilizarse y suponer que era la compañera de la que hablaba Alpha, su ¿Segunda al mando?. Suposición que se confirmó cuando se presentó de forma bastante extraña. Dio una extraña descripción que le hizo recordar a Sowon-sama, larga, ojos grises, pero sobre todo por el dato de la espada terrorífica, era imposible pero recordar a la noble le hizo sonreír. -Buenos días Berry-san, un placer, soy Hikari, una "invitada" supongo- Cierto era que no sabía como describir su estatus en el barco, no era tripulante ni pasajera... Suponía...
La muchacha se sorprendió bastante abriendo los ojos por la gran velocidad que tomó para acercarse a ella, olfateo su aroma mientras se limpiaba las patas, eso agregado a su tamaño daba bastante repelús, pero entendió que no era agresiva, supuestamente era la compañera de Alpha... ¿estaba segura, no?. Como Berry olfateaba a Hikari, esta hizo lo mismo consigo, se olfateo los brazos y el pelo -¿Huelo mal?- Preguntó alto entre tímida y arrepentida, si era verdad que desprendía un tufo desagradable se le caería la cara de vergüenza. Aún que estaba medio tranquila, no había forjado nada por lo que no había sudado... Y se duchó ayer ¿No?
La mujer parecía querer disfrutar el día, ofreció una retahíla de objetivos a realizar bastante extraños, pero Alpha también era extraño así que tampoco se salía fuera de lo común. Un alivio fue que no dijo nada como "Comer Gente" (Aún que seguro que de las dos, Hikari se llevaba la palma de canibalismo) -Pues... Si quiere hacer algo señorita Berry-san, podemos hacer lo que más guste- En la cabeza de la herrera, Berry era usuaria de Zoan, sorpresa se llevará cuando se entere que es un Mink -Me extraña una cosa... Ha dicho "Ayudar a civiles"... Ningún pirata al que haya conocido se ha referido nunca como "Civiles" a los lugareños... ¿Ha sido de algún cuerpo de seguridad?- Su pregunta no era referida al gobierno o marina, si no, más bien, a la guardia de una isla como los samuráis de Wano, guerreros de Arabasta y demás, no pensó en algo tan grande como la realidad...
La muchacha se sorprendió bastante abriendo los ojos por la gran velocidad que tomó para acercarse a ella, olfateo su aroma mientras se limpiaba las patas, eso agregado a su tamaño daba bastante repelús, pero entendió que no era agresiva, supuestamente era la compañera de Alpha... ¿estaba segura, no?. Como Berry olfateaba a Hikari, esta hizo lo mismo consigo, se olfateo los brazos y el pelo -¿Huelo mal?- Preguntó alto entre tímida y arrepentida, si era verdad que desprendía un tufo desagradable se le caería la cara de vergüenza. Aún que estaba medio tranquila, no había forjado nada por lo que no había sudado... Y se duchó ayer ¿No?
La mujer parecía querer disfrutar el día, ofreció una retahíla de objetivos a realizar bastante extraños, pero Alpha también era extraño así que tampoco se salía fuera de lo común. Un alivio fue que no dijo nada como "Comer Gente" (Aún que seguro que de las dos, Hikari se llevaba la palma de canibalismo) -Pues... Si quiere hacer algo señorita Berry-san, podemos hacer lo que más guste- En la cabeza de la herrera, Berry era usuaria de Zoan, sorpresa se llevará cuando se entere que es un Mink -Me extraña una cosa... Ha dicho "Ayudar a civiles"... Ningún pirata al que haya conocido se ha referido nunca como "Civiles" a los lugareños... ¿Ha sido de algún cuerpo de seguridad?- Su pregunta no era referida al gobierno o marina, si no, más bien, a la guardia de una isla como los samuráis de Wano, guerreros de Arabasta y demás, no pensó en algo tan grande como la realidad...
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La mink ladeó la cabeza ante el sufijo en su nombre, no estaba relacionada con las costumbres de una tierra como Wano y el sufijo le hizo mirar a los costados como si hubiese otra persona que se llamase "san" escondida aunque ni sus ojos ni su olfato captaron a otra presencia su haki tampoco le alertó de algún peligro. Sonrió mientras escuchaba lo siguiente sobre ser nueva, aunque no sabía si Alpha aceptaba acompañantes supuso que era una recluta reciente y tal como ella no estaba al corriente de las cuestiones de la banda. Comenzó a recordar lo que Alpha le había dicho para dejarle en claro a Hikari como trabajaban allí y como ella trabajaba, eran ciertas normas de convivencia ya que ella no mandaba a nadie ni se definía como una aspirante a mandamás de ninguna manera, simplemente deseaba que todos siguiesen el mismo camino que el pequeño pirata le había comentado que encajaba muy bien en lo que ella tenía como objetivo de vida. Por lo cual tras escuchar sus palabras le abrazó con fuerza y casi la levantó del suelo al hacerlo, mientras refregaba su cara contra las mejillas de Hikari.
—¡Bienvenida a la familia Hikari! Supongo que ya sabes como va, solo atacamos a los malos piratas o criminales y devolvemos el dinero a los civiles. No atacamos a gente indefensa que no se pueda defender y cuidamos a los ciudadanos, no es bueno robarle a un hombre que solo trata de vender unos cuantos relojes o tintes para vivir mejor por lo que mientras no robes a otros que no sean piratas o criminales estaremos bien. Tampoco me veas como una jefa, eres libre de hacer a tu gusto siempre y cuando no abuses de mi confianza, no quiero enterarme de que has matado a un pobre trabajador por mirarte feo o confundirte con un gato, claro a mí me pasa pero no ando matando a la gente por la calle. ¡Bwahahaha! No hueles mal, solo estaba recordando tu aroma por si te llegas a perder...—
Finalizó Berry soltando a Hikari y dando una peculiar bienvenida a bordo, esperaba que Alpha hubiera dado mas detalles antes que ella o que nada importante se le pasara pero según sus cuentas aquello era lo más importante a destacar al menos de momento. Ante la mención de hacer lo que más le guste Berry mostró una sonrisa coqueta, mientras posaba sus manos en la cintura y destacaba sus grandes pechos por debajo de la chaqueta, una forma un poco explicita de encarar aquel pedido pero era normal que la zorra tuviera aquellos pensamientos.
—Ohh, no sabía que fueras tan directa. ¿Ir a la camita sin haberme invitado a una cita? ¿Ni un trago? Me agrada tu idea, pero debo limpiar el cuarto de los papeles que usé para mi alergia y está algo desordenado por el viaje. Pero en cuanto esté disponible te avisaré guapa.—
Guiñó su ojo mientras soltaba una leve risita, contenta comenzó a hablar sobre sus días en la marina al ser preguntada sobre si perteneció a algún cuerpo de seguridad y la verdad era que guardaba este periodo con gran cariño en parte por todos los amigos que tenía en ese lugar y a quienes deseaba ver más adelante antes de fijar su rumbo al nuevo mundo.
—Fui Teniente de la marina, estuve muy cerca de ser Teniente Comandante ¿Creo? Pero me degradaron antes de eso y decidí dimitir que volver a hacer las mismas cosas para subir a un rango que ya había ejercido y disfrutado. Tengo mis capas guardadas pero suelo usarlas en ocasiones especiales, la verdad fueron buenos tiempos capturamos criminales, matamos a algunos perros del gobierno como les decía mi superior y viajé por muchos lugares. ¿Por qué lo preguntas?—
Respondió con sinceridad la mink mientras nombraba las hazañas y levantaba las garras de sus manos una a una como contando sus méritos y medallas tal niña pequeña en el colegio. Tras lo cual volvió a sentir el frío soplar y se erizó nuevamente, necesitaba entrar en calor y quedarse quieta no le ayudaría, sus ojos rojos fueron a parar a Hikari mientras una sonrisa iluminó el rostro de Berry.
—No podemos ir a mi cama, pero podemos entrenar, una rutina por el pueblo. ¿Correr? ¿Combatir? Dime lo que prefieras, si has visto algo sospechoso podríamos seguirlo puede que encontremos a alguien que necesita ayuda.—
La zorra se colocó en cuatro patas apuntando con su cuerpo hacia el horizonte, la verdad no sabía adonde dirigirse y esperaba la indicación de su compañera para salir disparada a toda velocidad, no es que tuviera otras opciones para dejar de pensar en el frío después de todo.
—¡Bienvenida a la familia Hikari! Supongo que ya sabes como va, solo atacamos a los malos piratas o criminales y devolvemos el dinero a los civiles. No atacamos a gente indefensa que no se pueda defender y cuidamos a los ciudadanos, no es bueno robarle a un hombre que solo trata de vender unos cuantos relojes o tintes para vivir mejor por lo que mientras no robes a otros que no sean piratas o criminales estaremos bien. Tampoco me veas como una jefa, eres libre de hacer a tu gusto siempre y cuando no abuses de mi confianza, no quiero enterarme de que has matado a un pobre trabajador por mirarte feo o confundirte con un gato, claro a mí me pasa pero no ando matando a la gente por la calle. ¡Bwahahaha! No hueles mal, solo estaba recordando tu aroma por si te llegas a perder...—
Finalizó Berry soltando a Hikari y dando una peculiar bienvenida a bordo, esperaba que Alpha hubiera dado mas detalles antes que ella o que nada importante se le pasara pero según sus cuentas aquello era lo más importante a destacar al menos de momento. Ante la mención de hacer lo que más le guste Berry mostró una sonrisa coqueta, mientras posaba sus manos en la cintura y destacaba sus grandes pechos por debajo de la chaqueta, una forma un poco explicita de encarar aquel pedido pero era normal que la zorra tuviera aquellos pensamientos.
—Ohh, no sabía que fueras tan directa. ¿Ir a la camita sin haberme invitado a una cita? ¿Ni un trago? Me agrada tu idea, pero debo limpiar el cuarto de los papeles que usé para mi alergia y está algo desordenado por el viaje. Pero en cuanto esté disponible te avisaré guapa.—
Guiñó su ojo mientras soltaba una leve risita, contenta comenzó a hablar sobre sus días en la marina al ser preguntada sobre si perteneció a algún cuerpo de seguridad y la verdad era que guardaba este periodo con gran cariño en parte por todos los amigos que tenía en ese lugar y a quienes deseaba ver más adelante antes de fijar su rumbo al nuevo mundo.
—Fui Teniente de la marina, estuve muy cerca de ser Teniente Comandante ¿Creo? Pero me degradaron antes de eso y decidí dimitir que volver a hacer las mismas cosas para subir a un rango que ya había ejercido y disfrutado. Tengo mis capas guardadas pero suelo usarlas en ocasiones especiales, la verdad fueron buenos tiempos capturamos criminales, matamos a algunos perros del gobierno como les decía mi superior y viajé por muchos lugares. ¿Por qué lo preguntas?—
Respondió con sinceridad la mink mientras nombraba las hazañas y levantaba las garras de sus manos una a una como contando sus méritos y medallas tal niña pequeña en el colegio. Tras lo cual volvió a sentir el frío soplar y se erizó nuevamente, necesitaba entrar en calor y quedarse quieta no le ayudaría, sus ojos rojos fueron a parar a Hikari mientras una sonrisa iluminó el rostro de Berry.
—No podemos ir a mi cama, pero podemos entrenar, una rutina por el pueblo. ¿Correr? ¿Combatir? Dime lo que prefieras, si has visto algo sospechoso podríamos seguirlo puede que encontremos a alguien que necesita ayuda.—
La zorra se colocó en cuatro patas apuntando con su cuerpo hacia el horizonte, la verdad no sabía adonde dirigirse y esperaba la indicación de su compañera para salir disparada a toda velocidad, no es que tuviera otras opciones para dejar de pensar en el frío después de todo.
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Cada día esta tripulación era más... Atípica, eso pensaba la muchacha y eso que solo conocía a dos, bueno, dos y todos los homies que habían rondando por ahí (Que por otra parte tiene que admitir que es algo muy cómodo tener un séquito de Homies). La mujer agarró a la herrera y no solo la abrazó demostrando fuerza, si no, que se restregaba cara con cara. Le extrañó el primer monólogo de Berry, pero había información útil. Le extrañó que si no hacían daño a civiles, ¿Como había conseguido recompensa Alpha? Quizás no era buena idea mantenerse con ellos pues, aún que a Hikari se le acusa de daños a la marina y fuga, tiene más cosas sobre sus espaldas que claramente no sentarían bien en esta tripulación... Bueno, con confianza preguntaría más cosas sobre ellos, pero había sacado un dato muy importante, no confundir a Berry con un gato... Lo primero que pensó la herrera... ¿Qué será? ¿Qué será? Se quedó pensando.
Bien, lo gracioso de la escena pasó a ser un tanto incomodo cuando a Hikari le pareció entender que Berry había sentido que ella le había tirado los trastos, me he liado, que ella pensaba que ella creía... Bueno, dejemoslo, Hikari se ruborizó de vergüenza al creer que se le había insinuado o eso entendió Berry, pero en seguida se le pasó cuando escuchó lo de "Teniente". Un escalofrío recorrió su columna vertebral, pues con la marina había tenido más roces que los que había tenido con piratas.
Por lo visto la ¿Conejo? dimitió de la marina por problemas con sus superiores o algo así entendió la herrera, no estaba muy metida en esas cosas. Se limitó a sonreír y no pudo evitar pensar en que, quizás era mala idea viajar con ellos...
-¿Sospechoso?- Recordó a aquellos dos hombres, pero no iba a preocupar a Berry con suposiciones -La verdad es que no, podríamos dar un paseo por la ciudad y así mirar si alguien necesita ayuda- Comentó con una sonrisa un tanto tensa, ya que con otro contexto, estas dos mujeres serían enemigas -Quizás haya algún anciano que necesite ayuda con cosas banales de su casa o trabajo, aún que es más probable que encontremos problemas, esta isla está infestada de criminales...- Dijo tras recordar los días anteriores con Alpha y los "problemas" que "solucionaron" (Sí, entre comillas pues los creó ella misma... Pero eso va en otro tema)
Bien, lo gracioso de la escena pasó a ser un tanto incomodo cuando a Hikari le pareció entender que Berry había sentido que ella le había tirado los trastos, me he liado, que ella pensaba que ella creía... Bueno, dejemoslo, Hikari se ruborizó de vergüenza al creer que se le había insinuado o eso entendió Berry, pero en seguida se le pasó cuando escuchó lo de "Teniente". Un escalofrío recorrió su columna vertebral, pues con la marina había tenido más roces que los que había tenido con piratas.
Por lo visto la ¿Conejo? dimitió de la marina por problemas con sus superiores o algo así entendió la herrera, no estaba muy metida en esas cosas. Se limitó a sonreír y no pudo evitar pensar en que, quizás era mala idea viajar con ellos...
-¿Sospechoso?- Recordó a aquellos dos hombres, pero no iba a preocupar a Berry con suposiciones -La verdad es que no, podríamos dar un paseo por la ciudad y así mirar si alguien necesita ayuda- Comentó con una sonrisa un tanto tensa, ya que con otro contexto, estas dos mujeres serían enemigas -Quizás haya algún anciano que necesite ayuda con cosas banales de su casa o trabajo, aún que es más probable que encontremos problemas, esta isla está infestada de criminales...- Dijo tras recordar los días anteriores con Alpha y los "problemas" que "solucionaron" (Sí, entre comillas pues los creó ella misma... Pero eso va en otro tema)
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A la zorra le daba ternura ver el sonrojo en el rostro de Hikari, al parecer era tímida cosa que a Berry no le pareció a primera vista, algo tenían las personas de esa región que aparentaban un aura de seguridad que cuando se rompía le era gracioso a alguien sin mucho pudor como Berry. Si bien le pareció extraño sentir un cambio de actitud al conocer sobre el rango que Berry había ostentado, tal vez como pirata era lógico temer a los marines aunque ellos no mataban o al menos eso le dijeron a la zorra. ¿Habrá estado en prisión? Esperaba que de ser el caso la muchacha se hubiera reformado, pero Berry no juzgaría sin saber y además si no lo repetía en su presencia, ella no era quien para predicar de ejemplos o mandar sobre otros pese a que inconscientemente su manera de ser podía prestarse a ello.
—Problemas, criminales... suena bien, yo te protejo guapa, después de todo tenemos una cita pendiente.—
Bromeó la mink golpeando suavemente el hombro de la mujer con su codo para relajar la tensión que inesperadamente parecía haberse formado, volviendo a una postura erguida mientras caminaba hacia el puerto y luego se ponía a cantar para sí misma observando la ciudad, tratando de despejar su mente del viento y el frío. La primer encrucijada fue decidida por Berry que siguió el camino de la derecha, llegando a una zona de varios comercios como florerías, casas de postres, cafeterías y otras tiendas bastante pintorescas para una ciudad pirata.
—Oh, flores y postrecitos. Hmm, mira eso parece genial. ¿Qué clase de arma es esa?—
Y la zorra se encontraba señalando un largo y grueso "bastón" expuesto en una tienda que se identificaba como "S Shop" claro que Berry solo leía la S dado a que las letras restantes se encontraban tiradas por el suelo. Esa actitud le daba un aire bastante inocente pese a su inicial presentación como toda una experta del placer, quizás una curiosa dicotomía. Sin prestar más atención a las extrañas armas del lugar, pegó su rostro contra el expositor de sushi, con sus ojos dando un recorrido de plato a plato expuesto. Si no fuera por el cristal quizás la mink se hubiera llevado uno o dos a la boca antes de siquiera pagarlos, tomando suavemente la manga del kimono de Hikari le señaló la puerta del local, poniendo ojos de cachorrito para entrar. ¿Era esa la segunda al mando? Pidiendo permiso para visitar un local y con una inocencia digna de una niña pequeña, a lo mejor no era la mejor carta de presentación pero Berry era toda una caja de sorpresas y además deseaba hacer sentir a Hikari como en casa y no bajo una dictadura en la que su voz no fuese oída ni tomada en cuenta.
—Podemos ir a comer, o tal vez quieres seguir recorriendo las calles. No he visto mucha gente por este lugar, puede que estén en alguna fiesta.—
Una fiesta en plena mañana, a lo mejor las costumbres de su tribu también habían llegado lejos y en esa ciudad se festejaba hasta altas horas de la noche. Lo cierto era que las calles parecían desiertas, varios locales apenas estaban abriendo las puertas y daba la sensación de que las dos mujeres tenían todo el lugar para ellas solas, una exclusividad que al menos a Berry le gustaba experimentar de vez en cuando.
—Problemas, criminales... suena bien, yo te protejo guapa, después de todo tenemos una cita pendiente.—
Bromeó la mink golpeando suavemente el hombro de la mujer con su codo para relajar la tensión que inesperadamente parecía haberse formado, volviendo a una postura erguida mientras caminaba hacia el puerto y luego se ponía a cantar para sí misma observando la ciudad, tratando de despejar su mente del viento y el frío. La primer encrucijada fue decidida por Berry que siguió el camino de la derecha, llegando a una zona de varios comercios como florerías, casas de postres, cafeterías y otras tiendas bastante pintorescas para una ciudad pirata.
—Oh, flores y postrecitos. Hmm, mira eso parece genial. ¿Qué clase de arma es esa?—
Y la zorra se encontraba señalando un largo y grueso "bastón" expuesto en una tienda que se identificaba como "S Shop" claro que Berry solo leía la S dado a que las letras restantes se encontraban tiradas por el suelo. Esa actitud le daba un aire bastante inocente pese a su inicial presentación como toda una experta del placer, quizás una curiosa dicotomía. Sin prestar más atención a las extrañas armas del lugar, pegó su rostro contra el expositor de sushi, con sus ojos dando un recorrido de plato a plato expuesto. Si no fuera por el cristal quizás la mink se hubiera llevado uno o dos a la boca antes de siquiera pagarlos, tomando suavemente la manga del kimono de Hikari le señaló la puerta del local, poniendo ojos de cachorrito para entrar. ¿Era esa la segunda al mando? Pidiendo permiso para visitar un local y con una inocencia digna de una niña pequeña, a lo mejor no era la mejor carta de presentación pero Berry era toda una caja de sorpresas y además deseaba hacer sentir a Hikari como en casa y no bajo una dictadura en la que su voz no fuese oída ni tomada en cuenta.
—Podemos ir a comer, o tal vez quieres seguir recorriendo las calles. No he visto mucha gente por este lugar, puede que estén en alguna fiesta.—
Una fiesta en plena mañana, a lo mejor las costumbres de su tribu también habían llegado lejos y en esa ciudad se festejaba hasta altas horas de la noche. Lo cierto era que las calles parecían desiertas, varios locales apenas estaban abriendo las puertas y daba la sensación de que las dos mujeres tenían todo el lugar para ellas solas, una exclusividad que al menos a Berry le gustaba experimentar de vez en cuando.
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Parecía que aún que había dimitido, el alma de Berry era totalmente marine, no dudó en centrar su atención en "problemas", pero claro, si había tenido una vida militar normal era que no se desintoxicara de la noche a la mañana. Paseando por la parte de puerto hasta llegar a las tiendas, algo tenía a la herrera alerta, no había nadie, era pronto y se veía como se acercaban pero aún no tenía movimiento la zona, aún así se sentía observada. Pensó que eran tonterías por lo que siguió caminando con Berry mientras hablaban de cosas sin importancia...
Así se le quedó el rostro cuando Berry preguntó sobre aquella "arma" que tenían expuesta en la tienda -Me.. Me temo... Me temo que eso no.. No es...- Pero como alguien tan tímida en el fondo que nunca había tenido un encuentro de ese tipo, es más, una relación a secas iba a explicar algo tan vergonzoso, lujurioso y vergonzoso... ¿He dicho vergonzoso? -Es un mortero... Con eso se... Se hace... Se cocina en grandes ollas para mucha gente...- Y así de tranquila se queda -¡Mira Berry, es precioso!- Gritó de pronto agarrando la mano de la mujer para sacarla de esa tienda tan terrorífica. Para llegar a una tienda de ropa... De muy poca ropa... El escaparate estaba lleno de ropa interior de cuero adornada con látigos... -¡SANTA FORJA!- Gritó asustada dando otro buen tirón a Berry hasta llegar a una taberna de mala muerte -¡Ah eso me refería!- Dijo señalando un queso redondo que había en la barra, de un color un tanto dudoso -¿Te apetece almorzar aquí?- Había comido, pero eso no era un problema para la usuaria de la Baku Baku no mi -Tiene buena pinta- Comentó, y así era, tenía buena pinta, si obviamos al camarero lleno de cicatrices, costras y posiblemente alguna benerea peligrosa, las mesas a las cuales se le pegaba de todo, no, no, no exagero, si miras la tercera de la izquierda tiene toda la cubertería pegada bajo la mesa de la mierda que tiene.. ¡Mira, mira, tiene hasta un baso al revés! Las cortinas con más lamparones (manchas) que una cueva de murcielagos y ¡Ostias, mira eso! Por debajo de la puerta del baño salía agua turbia...
-¡Camarero! Un café, unas tostadas con una tabla de embutidos, el queso este que no falte- Comentó totalmente energética con la cara más tensa que sonrisa de perro y hasta sudando por conseguir cambiar de tema y no tener que explicar esas cosas horrendas a Berry
- Cara de Hikari:
Así se le quedó el rostro cuando Berry preguntó sobre aquella "arma" que tenían expuesta en la tienda -Me.. Me temo... Me temo que eso no.. No es...- Pero como alguien tan tímida en el fondo que nunca había tenido un encuentro de ese tipo, es más, una relación a secas iba a explicar algo tan vergonzoso, lujurioso y vergonzoso... ¿He dicho vergonzoso? -Es un mortero... Con eso se... Se hace... Se cocina en grandes ollas para mucha gente...- Y así de tranquila se queda -¡Mira Berry, es precioso!- Gritó de pronto agarrando la mano de la mujer para sacarla de esa tienda tan terrorífica. Para llegar a una tienda de ropa... De muy poca ropa... El escaparate estaba lleno de ropa interior de cuero adornada con látigos... -¡SANTA FORJA!- Gritó asustada dando otro buen tirón a Berry hasta llegar a una taberna de mala muerte -¡Ah eso me refería!- Dijo señalando un queso redondo que había en la barra, de un color un tanto dudoso -¿Te apetece almorzar aquí?- Había comido, pero eso no era un problema para la usuaria de la Baku Baku no mi -Tiene buena pinta- Comentó, y así era, tenía buena pinta, si obviamos al camarero lleno de cicatrices, costras y posiblemente alguna benerea peligrosa, las mesas a las cuales se le pegaba de todo, no, no, no exagero, si miras la tercera de la izquierda tiene toda la cubertería pegada bajo la mesa de la mierda que tiene.. ¡Mira, mira, tiene hasta un baso al revés! Las cortinas con más lamparones (manchas) que una cueva de murcielagos y ¡Ostias, mira eso! Por debajo de la puerta del baño salía agua turbia...
-¡Camarero! Un café, unas tostadas con una tabla de embutidos, el queso este que no falte- Comentó totalmente energética con la cara más tensa que sonrisa de perro y hasta sudando por conseguir cambiar de tema y no tener que explicar esas cosas horrendas a Berry
Berry
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La zorra ladeó la cabeza, le parecía un arma por su tamaño y grosor pero según Hikari aquello era un instrumento de cocina, necesitaría uno a lo mejor a Alpha le gustaría un nuevo homie en la cocina. Aunque pese a intentar entrar la mujer la arrastró a otra tienda, una de ropa interior bastante exagerada y de cuero, Berry no comprendía como eso podría ser cómodo si ya la ropa interior común le molestaba y por esa razón pocas veces se ponía un sujetador, además por el tamaño de su busto era complicado encontrar la talla adecuada para su cuerpo.
—Son ¿Bonitos? Pero muy incómodos, a menos que busques que te la saquen rápido, no te juzgaré si usas de esos pero si buscas que alguien te lo saque yo-—
No pudo terminar la frase que fue nuevamente empujada a una taberna, una con un queso que claramente estaba más que fermentado y eso que a Berry le encantaba el queso azul. La samurai le indicó de comer ahí mientras le mostraba las maravillas del lugar, no recordaba algo tan sucio desde que limpió todo el cuartel como castigo, aunque ese hecho le hizo formular una idea complicada de rechazar. Se acercó a la barra y habló con el dueño sin darle mucha importancia a su aspecto, creyendo que era un señor bastante desafortunado o que se había metido en muchas peleas, a Berry le agradaban las cicatrices ya que demostraban la experiencia de los mayores.
—¿Es gratis si limpio todo este lugar?—
—Buena broma gato parlante, nadie ha limpiado en años, pero si logras que al menos las mesas estén presentables les daré el almuerzo gratis y con los ingredientes en vigencia en lugar de la mierda que siempre servimos.—
—¿Gato? ¡Soy una zorra! Mire bien mi colita, es obvio que no soy un gato, acaso no ve lo esponjosa y suavecita que dan ganas de morderla—
Y una vez más Berry paso del enfado a perseguirse la cola corriendo en cuatro patas hasta morderla, justo en el momento en que el dueño tras suspirar pesadamente le arrojó el balde con los cepillos, esponjas y productos de limpieza claramente fuera de fecha. La mink se levantó tras revolcarse con su cola entre los dientes y asintió, tomando los productos sin rechistar mientras le indicaba a Hikari que esperase cerca de la barra. Sonriente como si aquella tarea fuese un entrenamiento la mink se ató los cepillos a sus garras delanteras y comenzó a ir de mesa a mesa, de silla a silla cantando una tonada bastante extraña.
—Lava lava colita de iguana, si no lavas hoy no comerás mañana... lava lava colita de iguana...—
Sorprendentemente dado la fuerza de Berry la suciedad salía a las pocas fregadas y tras unos cuantos minutos de soportar la tortuosa canción de la zorra esta se desató los cepillos y levantó el pulgar antes de atarse los cepillos a los pies y comenzar a realizar unos cuantos ejercicios de piernas que raspaban el suelo y lo llenaban de espuma dado su fuerza trasera. Vamos que su cuerpo no era producto de esteroides si no de puro trabajo duro y esfuerzo, lo cual se demostró al cabo de unos minutos cuando el suelo, mesas y sillas estaban relucientes pero mojados. La zorra terminó por usar su chaqueta para secar las sillas y mesa que separó para Hikari sin pudor de mostrar sus pechos en todo su esplendor antes de cubrirlos nuevamente.
—Comida gratiiiis, ven Hikari, toma asiento...—
El dueño se quedó con una cara de piedra y la mandíbula parecía que casi tocaba el suelo, nunca esperó que aquel gato parlante de pocas neuronas supiera limpiar con tal destreza el lugar. Incluso dudaba si contratarla para que fuera una limpieza total, pero un trato era un trato y al cabo de un rato llevó la comida prometida a Berry quien ya tenía hambre luego del ejercicio.
—Son ¿Bonitos? Pero muy incómodos, a menos que busques que te la saquen rápido, no te juzgaré si usas de esos pero si buscas que alguien te lo saque yo-—
No pudo terminar la frase que fue nuevamente empujada a una taberna, una con un queso que claramente estaba más que fermentado y eso que a Berry le encantaba el queso azul. La samurai le indicó de comer ahí mientras le mostraba las maravillas del lugar, no recordaba algo tan sucio desde que limpió todo el cuartel como castigo, aunque ese hecho le hizo formular una idea complicada de rechazar. Se acercó a la barra y habló con el dueño sin darle mucha importancia a su aspecto, creyendo que era un señor bastante desafortunado o que se había metido en muchas peleas, a Berry le agradaban las cicatrices ya que demostraban la experiencia de los mayores.
—¿Es gratis si limpio todo este lugar?—
—Buena broma gato parlante, nadie ha limpiado en años, pero si logras que al menos las mesas estén presentables les daré el almuerzo gratis y con los ingredientes en vigencia en lugar de la mierda que siempre servimos.—
—¿Gato? ¡Soy una zorra! Mire bien mi colita, es obvio que no soy un gato, acaso no ve lo esponjosa y suavecita que dan ganas de morderla—
Y una vez más Berry paso del enfado a perseguirse la cola corriendo en cuatro patas hasta morderla, justo en el momento en que el dueño tras suspirar pesadamente le arrojó el balde con los cepillos, esponjas y productos de limpieza claramente fuera de fecha. La mink se levantó tras revolcarse con su cola entre los dientes y asintió, tomando los productos sin rechistar mientras le indicaba a Hikari que esperase cerca de la barra. Sonriente como si aquella tarea fuese un entrenamiento la mink se ató los cepillos a sus garras delanteras y comenzó a ir de mesa a mesa, de silla a silla cantando una tonada bastante extraña.
—Lava lava colita de iguana, si no lavas hoy no comerás mañana... lava lava colita de iguana...—
Sorprendentemente dado la fuerza de Berry la suciedad salía a las pocas fregadas y tras unos cuantos minutos de soportar la tortuosa canción de la zorra esta se desató los cepillos y levantó el pulgar antes de atarse los cepillos a los pies y comenzar a realizar unos cuantos ejercicios de piernas que raspaban el suelo y lo llenaban de espuma dado su fuerza trasera. Vamos que su cuerpo no era producto de esteroides si no de puro trabajo duro y esfuerzo, lo cual se demostró al cabo de unos minutos cuando el suelo, mesas y sillas estaban relucientes pero mojados. La zorra terminó por usar su chaqueta para secar las sillas y mesa que separó para Hikari sin pudor de mostrar sus pechos en todo su esplendor antes de cubrirlos nuevamente.
—Comida gratiiiis, ven Hikari, toma asiento...—
El dueño se quedó con una cara de piedra y la mandíbula parecía que casi tocaba el suelo, nunca esperó que aquel gato parlante de pocas neuronas supiera limpiar con tal destreza el lugar. Incluso dudaba si contratarla para que fuera una limpieza total, pero un trato era un trato y al cabo de un rato llevó la comida prometida a Berry quien ya tenía hambre luego del ejercicio.
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Por lo visto, los nervios de Hikari le pasaron una mala jugada, entró para librarse de explicaciones incomodas y ahora estaba preguntando si su fruta sería capaz de digerir tanta bacteria del lugar. Interesante fue, que cuando el hombre llamó gato a la muchacha esta rápidamente le corrigió haciendo participe a la herrera de que tipo de animal era. Parece ser que era una zoan tipo zorro... ¿Sería casualidad que toda la conversación que ha entablado y situación que ha vivido con Berry este ligado de una forma muy extraña? ¿O era un efecto secundario de la fruta? Claramente no le iba a preguntar que si ofrecerse tanto era cosa de su personalidad o por efectos de ser una zorra zoan... Buff, que bruto queda eso... También esperaba con toda su alma que lo de limpiar el lugar sea cosa de ella, pues no tenía ninguna gana de ponerse a trabajar para esta guarrada de sitio...
Tras morderse la cola en lo que parecía un torbellino infinito, (Hikari pensaba que o no paraba o al final se daba un cabezazo con la barra) aceptó el reto, agarró los cepillos y se puso como una loca a limpiar. Entendía que como marine estaría acostumbrada a este tipo de trabajo pero ¿En serio lo hacía de pleno gusto? Era una mujer muy rara... Por que era mujer... ¿No? (Si no lo fuera, explicaría por que le tira tanto los tejos). Pero en seguida pudieron verificar tanto el camarero como la herrera como los que habían ya en la taberna, que era mujer, cuando tremendos atributos fueron mostrados al público. Muchas narices sangraron, muchos hombres se desmayaron, Hikari se sonrojó y miró hacia otro lado, el camarero solo dejó los ojos abiertos -No se si alucinar por la forma de limpiar o por esos...- El hombre no pudo seguir -¡A comer!- Gritó Hikari para evitar que acabe su frase... La herrera se sentó junto a Berry mirando a los lados de forma tímida, estaba pasando un mal rato -¿Por... por qué has usado... tu ropa para secar este sitio? No vas a quitar las manchas- Preguntó, no sabía ni que hacer ni decir. Al poco rato el camarero le llevó un buen almuerzo, parecía estar dentro de una fecha saludable y en buenas condiciones, depositó dos vasos y una jarra pero el agua de la jarra era de un tono rosado, eso era por la isla y una mala depuradora de agua, pero no afectaba al sabor -¿Por qué limpiar este sitio? o mejor, ¿Como conociste a Alpha? ¿Que te hizo, a ti una marine, unirse a un pirata?- Quería conocer más en profundidad a la otra integrante del barco, aún que ya conocía de ella, partes que no le hacían falta...
Tras morderse la cola en lo que parecía un torbellino infinito, (Hikari pensaba que o no paraba o al final se daba un cabezazo con la barra) aceptó el reto, agarró los cepillos y se puso como una loca a limpiar. Entendía que como marine estaría acostumbrada a este tipo de trabajo pero ¿En serio lo hacía de pleno gusto? Era una mujer muy rara... Por que era mujer... ¿No? (Si no lo fuera, explicaría por que le tira tanto los tejos). Pero en seguida pudieron verificar tanto el camarero como la herrera como los que habían ya en la taberna, que era mujer, cuando tremendos atributos fueron mostrados al público. Muchas narices sangraron, muchos hombres se desmayaron, Hikari se sonrojó y miró hacia otro lado, el camarero solo dejó los ojos abiertos -No se si alucinar por la forma de limpiar o por esos...- El hombre no pudo seguir -¡A comer!- Gritó Hikari para evitar que acabe su frase... La herrera se sentó junto a Berry mirando a los lados de forma tímida, estaba pasando un mal rato -¿Por... por qué has usado... tu ropa para secar este sitio? No vas a quitar las manchas- Preguntó, no sabía ni que hacer ni decir. Al poco rato el camarero le llevó un buen almuerzo, parecía estar dentro de una fecha saludable y en buenas condiciones, depositó dos vasos y una jarra pero el agua de la jarra era de un tono rosado, eso era por la isla y una mala depuradora de agua, pero no afectaba al sabor -¿Por qué limpiar este sitio? o mejor, ¿Como conociste a Alpha? ¿Que te hizo, a ti una marine, unirse a un pirata?- Quería conocer más en profundidad a la otra integrante del barco, aún que ya conocía de ella, partes que no le hacían falta...
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La mink levantó la mirada al ser cuestionada sobre usar su ropa para secar, se encogió de hombros con un porte relajado mientras comenzaba a reír. No esperaba que a su compañera le gustase mojarse el trasero para comer y mientras llegaba la comida expresó su respuesta más sincera.
—No sé a ti pero no me gusta sentarme en algo mojado para comer, no buscaba quitar manchas solo no estar comiendo sobre una silla húmeda y una mesa resbaloza.—
Afirmó para crujirse los dedos al ver el arroz que le servían como plato principal y comenzar a devorarlo como un perro hambriento. Su boca se llenaba con arroz antes de masticarlo y tragarlo, mientras sus dos garras tomaban trozos de arroz más grandes que eran forzados a bajar mediante grandes sorbos de agua.
Berry no era precisamente la más sutil en cuanto a comer tras el entrenamiento, ni parecía haberse aprendido las normas básicas de comportamiento al casi hablar con la boca llena ante las insistentes preguntas. Por suerte, dada la posibilidad de llenar a la joven de arroz, la mink pudo reprimir su impulso y tragar primero.
—¿Por qué no? Es entrenamiento gratis, no llevo dinero encima y podemos comer todo lo que queramos sin deber un berrie. Además ayudo a ese pobre hombre a tener su lugar presentable, lo cual le traerá nuevos clientes y podrá pagar a alguien que limpie junto a que su comida no se va a pudrir al tener gente a la que alimentar. ¡Me encanta ayudar a la gente! ¿No es eso lo que buscas? Un mundo sin crimen, sin injusticias, libres y donde todos puedan vivir seguros...—
Berry no parecía una pirata de las habituales, ni siquiera se identificaba como tal si no como una zorra libre. Su sonrisa y gestos a la hora de contar sus metas, junto a la felicidad por haber hecho una buena acción le alejaban del estigma violento y criminal que rodeaba el imaginario colectivo.
—Lo conocí cuando me caí en una fuente, en una isla del North Blue en mis primeros días como marine. Pudo haberme matado sin mucho esfuerzo, pero me mostró que solo le interesaba cazar gente mala y que odiaba las injusticias tanto como yo. Hice una promesa de acompañarlo y nunca rompo mis promesas. Además es guapo y abrazable ¿Qué más necesito?—
Comenzó a reír describiendo su primer encuentro con Alpha, como había peleado con un cazador y como se habían besado por primera vez. También introdujo a la samurai a las reglas que Alpha tenía sobre no atacar a los débiles y cuidar a los inocentes en la medida de lo posible. Robando solo a piratas que lo merecieran según su juicio, pese a que Berry tenía una visión algo más dura en que había gente que no merecía vivir dado su maldad.
—Pero mucho hablar de mí. ¿Que hay de ti? ¿Tienes una fruta para transformarte? ¿Tiras rayos? ¿Te vuelves espuma? Oh oh, dejame adivinar. ¡Te desnudas y vuelves a los otros piedra! Ahora entiendo porque no querias mirar mis pechos, una vez te miraste al espejo y te volviste piedra. Hmmm, pero si fuera así ¿Cómo te pudiste descongelar?—
La zorra había inventado la fruta más improbable posible, pero tal vez solo buscaba conocer más de Hikari sin ahondar en sus problemas, una charla relajada aunque dado las pocas habilidades sociales de Berry se desviaba al lado más pervertido posible casi sin darse cuenta.
—No sé a ti pero no me gusta sentarme en algo mojado para comer, no buscaba quitar manchas solo no estar comiendo sobre una silla húmeda y una mesa resbaloza.—
Afirmó para crujirse los dedos al ver el arroz que le servían como plato principal y comenzar a devorarlo como un perro hambriento. Su boca se llenaba con arroz antes de masticarlo y tragarlo, mientras sus dos garras tomaban trozos de arroz más grandes que eran forzados a bajar mediante grandes sorbos de agua.
Berry no era precisamente la más sutil en cuanto a comer tras el entrenamiento, ni parecía haberse aprendido las normas básicas de comportamiento al casi hablar con la boca llena ante las insistentes preguntas. Por suerte, dada la posibilidad de llenar a la joven de arroz, la mink pudo reprimir su impulso y tragar primero.
—¿Por qué no? Es entrenamiento gratis, no llevo dinero encima y podemos comer todo lo que queramos sin deber un berrie. Además ayudo a ese pobre hombre a tener su lugar presentable, lo cual le traerá nuevos clientes y podrá pagar a alguien que limpie junto a que su comida no se va a pudrir al tener gente a la que alimentar. ¡Me encanta ayudar a la gente! ¿No es eso lo que buscas? Un mundo sin crimen, sin injusticias, libres y donde todos puedan vivir seguros...—
Berry no parecía una pirata de las habituales, ni siquiera se identificaba como tal si no como una zorra libre. Su sonrisa y gestos a la hora de contar sus metas, junto a la felicidad por haber hecho una buena acción le alejaban del estigma violento y criminal que rodeaba el imaginario colectivo.
—Lo conocí cuando me caí en una fuente, en una isla del North Blue en mis primeros días como marine. Pudo haberme matado sin mucho esfuerzo, pero me mostró que solo le interesaba cazar gente mala y que odiaba las injusticias tanto como yo. Hice una promesa de acompañarlo y nunca rompo mis promesas. Además es guapo y abrazable ¿Qué más necesito?—
Comenzó a reír describiendo su primer encuentro con Alpha, como había peleado con un cazador y como se habían besado por primera vez. También introdujo a la samurai a las reglas que Alpha tenía sobre no atacar a los débiles y cuidar a los inocentes en la medida de lo posible. Robando solo a piratas que lo merecieran según su juicio, pese a que Berry tenía una visión algo más dura en que había gente que no merecía vivir dado su maldad.
—Pero mucho hablar de mí. ¿Que hay de ti? ¿Tienes una fruta para transformarte? ¿Tiras rayos? ¿Te vuelves espuma? Oh oh, dejame adivinar. ¡Te desnudas y vuelves a los otros piedra! Ahora entiendo porque no querias mirar mis pechos, una vez te miraste al espejo y te volviste piedra. Hmmm, pero si fuera así ¿Cómo te pudiste descongelar?—
La zorra había inventado la fruta más improbable posible, pero tal vez solo buscaba conocer más de Hikari sin ahondar en sus problemas, una charla relajada aunque dado las pocas habilidades sociales de Berry se desviaba al lado más pervertido posible casi sin darse cuenta.
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Ver a Berry comer era algo bastante... Como decirlo sin ofender... Escatológico, pero notar la energía y las ganas de comer de la muchacha daban una sensación de familiaridad, como a ella le daba igual lo que pensaran a Hikari le parecía que estaba cómoda ante su presencia. Ella también empezó a comer de forma más tranquila y sosegada, como lo hacía la familia herrera de Wano para dar buena presencia. Luego Berry respondió a sus preguntas, era bastante interesante las respuestas. ¿Buscar un mundo sin crimen? Era una ilusión que parecía sacada de un crío, ¿Entrenamiento gratis y ayudar a un más que posible criminal? Esta mujer tenía la brújula de la moral tocada pero eso le daba un toque de inocencia que llamaba la atención y la muchacha de Wano no pudo evitar alegrarse por ella y entristecerse por si misma. Para ella, podía matar al tabernero sin dejarle cualquier remordimiento en la cabeza en cambio a la Ex-marine esa idea seguramente le impactaría...
Las razones por las que se unió a Alpha eran bastante razonables, él le perdono la vida y ella aceptó ser su subordinada (Seguramente no fue así ni de lejos pero así lo entendió ella) Pero tocó un tema interesante la zorrilla, la fruta... -Me temo que no tengo poderes de akuma no mi, aún que no se nadar igualmente, ya podría tener alguna de esas habilidades jeje...- ¡Mentirosa! Pero no se fiaba de ellos todavía, muy poca gente sabía lo de su poder y ninguno vivía fuera de Wano a excepción de su hermana... -¿Cual crees que me pegaría más?- Preguntó curiosa para hablar de algo... No tenía la confianza para decirles que podía comer cualquier cosa... comer cualquier cosa... ¿Cualquier? Se le había pasado por la cabeza retar a Berry a comer arroz, pero eso daría más preguntas que diversión... Así que lo dejaría estar... Por ahora... Pero podía ser algo divertido más adelante
A cuatro mesas por detrás de ellos, se sentaron dos hombres, capucha puesta, vestidos de verde que de vez en cuando miraban de reojo, se habían puesto tras de Hikari y murmuraban en voz muy baja, se habían pedido dos cervezas, quizás solo eran civiles, ¿Que pensará la muchacha de la forja cuando se fije? No eran los mismos que en el puerto de por la mañana, no parecían estar obcecados con nadie en especial, simplemente hablaban entre ellos, miraban fugazmente a todos los de la taberna y seguían bebiendo...
Las razones por las que se unió a Alpha eran bastante razonables, él le perdono la vida y ella aceptó ser su subordinada (Seguramente no fue así ni de lejos pero así lo entendió ella) Pero tocó un tema interesante la zorrilla, la fruta... -Me temo que no tengo poderes de akuma no mi, aún que no se nadar igualmente, ya podría tener alguna de esas habilidades jeje...- ¡Mentirosa! Pero no se fiaba de ellos todavía, muy poca gente sabía lo de su poder y ninguno vivía fuera de Wano a excepción de su hermana... -¿Cual crees que me pegaría más?- Preguntó curiosa para hablar de algo... No tenía la confianza para decirles que podía comer cualquier cosa... comer cualquier cosa... ¿Cualquier? Se le había pasado por la cabeza retar a Berry a comer arroz, pero eso daría más preguntas que diversión... Así que lo dejaría estar... Por ahora... Pero podía ser algo divertido más adelante
A cuatro mesas por detrás de ellos, se sentaron dos hombres, capucha puesta, vestidos de verde que de vez en cuando miraban de reojo, se habían puesto tras de Hikari y murmuraban en voz muy baja, se habían pedido dos cervezas, quizás solo eran civiles, ¿Que pensará la muchacha de la forja cuando se fije? No eran los mismos que en el puerto de por la mañana, no parecían estar obcecados con nadie en especial, simplemente hablaban entre ellos, miraban fugazmente a todos los de la taberna y seguían bebiendo...
Berry
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La mink terminó de comer y mientras limpiaba sus dientes con una garra escuchó que Hikari no sabía nadar. Claro que Berry no podía disfrutar las playas como cuando era una niña pero conocía como nadar y enseñarle a Hikari no sería complicado. Golpeó su puño con la palma de su mano teniendo una idea aunque negó con la cabeza antes de hablar.
—Pensaba en ir a nadar para enseñarte pero acabamos de comer y nos daría un calambre. Pero no debes temer al agua, a menos que te metas muy profundo y te hundas podemos practicar en la orilla. Además tu cuerpo con un bikini se vería genial, justo estamos en una isla fría... ¡Pff! Olvida eso, mejor nadamos en una isla calentita o le pedimos a Alpha una psicina parlante.—
Berry comenzó a reír mientras escuchaba la pregunta sobre que fruta consideraba atractiva para Hikari. La mink se puso a pensar por unos momentos hasta que las ideas venían a su mente, no sabía que poderes le gustarían a la samurai.
—Bueno, te gustan las espadas tal vez una fruta que te permitiera forjar espadas comiendo carbón o una fruta de poder crear armas con solo pensarlo. Aunque sigo pensando que la de desnudarte y petrificar sería muy buena. Solo te quitas algo y pam ganaste una pelea, ¿Desnuda Desnuda no mi? Aunque siempre puedes optar por la fruta de arroz o mayonesa, tendrías comida gratis.—
Berry comenzó a reír tras dar sus ideas fue cuando sus ojos se anrrieron al ver a unos sujetos encapuchados entrar al lugar. La zorra no fue nada discreta apuntando a estos con uno de sus dedos mientras le hablaba a su compañera.
—¡Mira esas capas! Son muy geniales, aunque no llueve dan un aire de misterio y parecen muy cómodas. Imagina tener una de esas y ya no ser Berry si no ser ¡Super Berry! La aliada de la oscuridad ¡Fiuum!—
La zorra hacia algunas poses con un mantel imitando la apariencia de esos hombres, algo de ellos no les agradaba, mirabaan mucho a Hikari y por norma general le solían mirar más a ella por ser una zorra parlante. ¿Celos? Para nada, a Berry le parecía sospechoso que estuvieran centrando su atención en la espada que esta tenía en su cintura pero fingiría ser una idiota y torpe hasta conocer las intenciones de los tres. Bajo el mantel ya se había puesto en guardia, se acercó a Hikari resbalando con el mantel cómicamente y cayendo a sus pies.
—¡No olvides abrocharte los zapatos!—
Comentó la mink fingiendo ayudar a la samurai, sin embargo, se encontraba en la posición perfecta para defenderle de ser necesario, todo oculto bajo su semblante cómico y despreocupado.
—Pensaba en ir a nadar para enseñarte pero acabamos de comer y nos daría un calambre. Pero no debes temer al agua, a menos que te metas muy profundo y te hundas podemos practicar en la orilla. Además tu cuerpo con un bikini se vería genial, justo estamos en una isla fría... ¡Pff! Olvida eso, mejor nadamos en una isla calentita o le pedimos a Alpha una psicina parlante.—
Berry comenzó a reír mientras escuchaba la pregunta sobre que fruta consideraba atractiva para Hikari. La mink se puso a pensar por unos momentos hasta que las ideas venían a su mente, no sabía que poderes le gustarían a la samurai.
—Bueno, te gustan las espadas tal vez una fruta que te permitiera forjar espadas comiendo carbón o una fruta de poder crear armas con solo pensarlo. Aunque sigo pensando que la de desnudarte y petrificar sería muy buena. Solo te quitas algo y pam ganaste una pelea, ¿Desnuda Desnuda no mi? Aunque siempre puedes optar por la fruta de arroz o mayonesa, tendrías comida gratis.—
Berry comenzó a reír tras dar sus ideas fue cuando sus ojos se anrrieron al ver a unos sujetos encapuchados entrar al lugar. La zorra no fue nada discreta apuntando a estos con uno de sus dedos mientras le hablaba a su compañera.
—¡Mira esas capas! Son muy geniales, aunque no llueve dan un aire de misterio y parecen muy cómodas. Imagina tener una de esas y ya no ser Berry si no ser ¡Super Berry! La aliada de la oscuridad ¡Fiuum!—
La zorra hacia algunas poses con un mantel imitando la apariencia de esos hombres, algo de ellos no les agradaba, mirabaan mucho a Hikari y por norma general le solían mirar más a ella por ser una zorra parlante. ¿Celos? Para nada, a Berry le parecía sospechoso que estuvieran centrando su atención en la espada que esta tenía en su cintura pero fingiría ser una idiota y torpe hasta conocer las intenciones de los tres. Bajo el mantel ya se había puesto en guardia, se acercó a Hikari resbalando con el mantel cómicamente y cayendo a sus pies.
—¡No olvides abrocharte los zapatos!—
Comentó la mink fingiendo ayudar a la samurai, sin embargo, se encontraba en la posición perfecta para defenderle de ser necesario, todo oculto bajo su semblante cómico y despreocupado.
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Un escalofrío recorrió la espalda de la muchacha cuando Berry mostró intención de enseñar a nadar, la escena aparecía en la cabeza de la joven como ella en un lago intentando no morir mientras perdía las fuerzas y esta jovencita sin poder ayudarle pues nada más tocar el agua tendrían el mismo destino, las dos perderían las fuerzas y se ahogarían... Tendría que comer a todas horas para tener la escusa de la digestión o al final acabarían sabiendo que algo raro pasa ¿Miedo al agua? No podía decirlo, esta usuaria sería capaz de obligarla a enfrentarse, parecía algo ingenua, quizás mentir con la comida sería un punto...
La selección de frutas fue bastante peculiar, pues la primera no iba muy desencaminada, claro que no era exactamente así, volvió a salir un desnudo y finalmente comida en abundancia... Esa habría sido buena, poder crear Odon en Wano habría sido su lotería millonaria.
Cada vez la ex-marine se superaba más, sorprendiendo a la gente, esta vez no solo fue a Hikari, también a las personas que iban vestidas de forma muy sospechosa aún que quizás solo sean raros... Aún que para raro, la peluda que abrochaba los zapatos de la herrera cuando estos no tenían ni cordón... -¡Hikari "La fugitiva" quedas arrestada por el gremio de cazadores "Espada de media noche"- gritó uno de los encapuchados mientras sacaba su espada -¡Somos cazarecompensas, estamos aquí solo por esa pirata de la tripulación "Salamandra" no interfiráis y nadie saldrá herido!- Anda, ese mote sorprendió a Hikari, había escuchado algunos pero nunca "La fugitiva" Quizás por sus escapadas de los calabozos y cárceles -Gracias por la conversación, nos vemos en el barco y ya te contaré por qué me siguen- Comentó en voz baja para Berry agachando la cabeza y con una sonrisa, dicho esto se levantó y salió corriendo, saltó y atravesó la ventana de la taberna. Podría haber peleado con ellos, pero ni a Alpha ni a Berry les gusta que se ataquen a civiles y aún que quizás esos cazadores no tenían nada de santo, a ojos políticos, eran de los buenos
Los cazadores no dudaron ni un segundo en saltar por la misma ventana, eran dos con espada, la cual habían vuelto a enfundar para una mejor posición de "Carrera". Empezaron a callejear y mientras Hikari iba por donde le parecía bien, los cazadores se sabían muy bien las calles, las habían estudiado para las cazas que realizan en ellas. Por lo que se separaron y estaban haciendo la estrategia de la "pinza" poco a poco acotaban a Hikari.
Claramente l aherrera huye para no tener que inmiscuir en un problema moral a su nueva compañera de viaje
La selección de frutas fue bastante peculiar, pues la primera no iba muy desencaminada, claro que no era exactamente así, volvió a salir un desnudo y finalmente comida en abundancia... Esa habría sido buena, poder crear Odon en Wano habría sido su lotería millonaria.
Cada vez la ex-marine se superaba más, sorprendiendo a la gente, esta vez no solo fue a Hikari, también a las personas que iban vestidas de forma muy sospechosa aún que quizás solo sean raros... Aún que para raro, la peluda que abrochaba los zapatos de la herrera cuando estos no tenían ni cordón... -¡Hikari "La fugitiva" quedas arrestada por el gremio de cazadores "Espada de media noche"- gritó uno de los encapuchados mientras sacaba su espada -¡Somos cazarecompensas, estamos aquí solo por esa pirata de la tripulación "Salamandra" no interfiráis y nadie saldrá herido!- Anda, ese mote sorprendió a Hikari, había escuchado algunos pero nunca "La fugitiva" Quizás por sus escapadas de los calabozos y cárceles -Gracias por la conversación, nos vemos en el barco y ya te contaré por qué me siguen- Comentó en voz baja para Berry agachando la cabeza y con una sonrisa, dicho esto se levantó y salió corriendo, saltó y atravesó la ventana de la taberna. Podría haber peleado con ellos, pero ni a Alpha ni a Berry les gusta que se ataquen a civiles y aún que quizás esos cazadores no tenían nada de santo, a ojos políticos, eran de los buenos
Los cazadores no dudaron ni un segundo en saltar por la misma ventana, eran dos con espada, la cual habían vuelto a enfundar para una mejor posición de "Carrera". Empezaron a callejear y mientras Hikari iba por donde le parecía bien, los cazadores se sabían muy bien las calles, las habían estudiado para las cazas que realizan en ellas. Por lo que se separaron y estaban haciendo la estrategia de la "pinza" poco a poco acotaban a Hikari.
Claramente l aherrera huye para no tener que inmiscuir en un problema moral a su nueva compañera de viaje
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De un momento al otro los cazadores salieron corriendo tras Hikari, aunque algo le hacía ruido a Berry y fue entonces cuando el hombre gritó que los cazadores no habían pagado ni dejado dinero. Y la zorra lo verificó por si misma, al haber salido corriendo tras Hikari la mesa había quedado vacía sin ninguna moneda. La zorra se quitó el mantel y comenzó a correr tras ellos, ignorando que Hikari le había dicho de reunirse en el barco.
—¡Esperen no han pagado!—
Gritaba la zorra quien les perdió de vista entre los otros civiles pero su nariz captaba a Hikari a quien por suerte había olfateado.
Tras desplegar sus alas comenzó a volar, pudo ver a la samurai corriendo sin rumbo y lentamente encerrarse en un laberinto de edificios sin salida. Se preparó para advertirle, aterrizando en un techo cercano mientras ocultaba sus alas sin que la herrera se percatase de su presencia. Sin embargo, el techo estaba sucio como todo en esa ciudad y resbaló solo para caer sobre una bolsa de harina de uno de los callejones apareciendo en una explosión blanca al costado de Hikari corriendo como un puma blanco a gran velocidad y tosiendo nubes de algodón.
—¡Harina! Digo ¡Hikari! Esos tipos no pagaron lo que ordenaron. Creí que estarían contigo, espera un minuto. ¡Ven aqui!—
La mink cubierta todavía de harina se abrazó a su compañera y la hizo ingresar a un depósito abandonado donde ambas se adentraron rodando hasta ingresar a una caja o mejor dicho la caja les cayó encima. La zorra cerró sus ojos concentrando su haki de observación sintiendo las presencias hostiles cerca y con una garra le indicó a Hikari no hacer ruido.
—¡Maldición la hemos perdido otra vez! Por algo le dicen la fugitiva...—
—Deberíamos volver a esa taberna, esa zorra con tetas nos salio a correr por no pagar y no me fío de lo que puedan hacernos los piratas si se enteran de nuestra presencia o mandan a alguien a cobrar las deudas.—
Los hombres revisaron el callejón y parecieron alejarse aunque el haki de observación de Berry no falló. Al sentirlos cerca nuevamente la mink hizo que Hikari agachase la cabeza colocando su garra encima.
La mink supuso que habían visto el desastre enharinado pero por suerte al correr en cuatro patas había hecho sus huellas con las almohadillas de sus patas y los cazadores las confundieron con un gato al que espantaron al golpear unas cajas.
—Pff, estuvo cerca...—
La mink comenzó a reír una vez los cazadores ya se habían marchado y se sacudio como un cachorro dejando parte de su cara enharinada pero su cuerpo ya era más oscuro junto a sus tatuajes dorados algo apagados, tendría que ducharse otra vez.
—Si seguías corriendo al doblar la esquina te hubieran cortado la cabeza, pude ver que te dirigías a un callejón cuando venía. ¡No tienes que agradecer!—
Salió de la caja mientras caminaba hasta la calle donde tomó agua de un balde para lavarse la cara. Se sacudió mientras terminaba de limpiar las garras con su lengua, su actitud se notaba bastante relajada y se le notaba feliz por haber evitado una muerte.
—Los cazadores no son malos, solo hacen su trabajo, me agrada que no hayas querido dañarles pero la próxima no corras sin saber donde estás yendo.—
Berry guiñó su ojo derecho estirando su cuerpo como todo un cachorro, lejos de presumir de su fuerza o parecer alguien impresionante la zorra había hecho parecer todo cuestión de suerte y azar.
—¡Esperen no han pagado!—
Gritaba la zorra quien les perdió de vista entre los otros civiles pero su nariz captaba a Hikari a quien por suerte había olfateado.
Tras desplegar sus alas comenzó a volar, pudo ver a la samurai corriendo sin rumbo y lentamente encerrarse en un laberinto de edificios sin salida. Se preparó para advertirle, aterrizando en un techo cercano mientras ocultaba sus alas sin que la herrera se percatase de su presencia. Sin embargo, el techo estaba sucio como todo en esa ciudad y resbaló solo para caer sobre una bolsa de harina de uno de los callejones apareciendo en una explosión blanca al costado de Hikari corriendo como un puma blanco a gran velocidad y tosiendo nubes de algodón.
—¡Harina! Digo ¡Hikari! Esos tipos no pagaron lo que ordenaron. Creí que estarían contigo, espera un minuto. ¡Ven aqui!—
La mink cubierta todavía de harina se abrazó a su compañera y la hizo ingresar a un depósito abandonado donde ambas se adentraron rodando hasta ingresar a una caja o mejor dicho la caja les cayó encima. La zorra cerró sus ojos concentrando su haki de observación sintiendo las presencias hostiles cerca y con una garra le indicó a Hikari no hacer ruido.
—¡Maldición la hemos perdido otra vez! Por algo le dicen la fugitiva...—
—Deberíamos volver a esa taberna, esa zorra con tetas nos salio a correr por no pagar y no me fío de lo que puedan hacernos los piratas si se enteran de nuestra presencia o mandan a alguien a cobrar las deudas.—
Los hombres revisaron el callejón y parecieron alejarse aunque el haki de observación de Berry no falló. Al sentirlos cerca nuevamente la mink hizo que Hikari agachase la cabeza colocando su garra encima.
La mink supuso que habían visto el desastre enharinado pero por suerte al correr en cuatro patas había hecho sus huellas con las almohadillas de sus patas y los cazadores las confundieron con un gato al que espantaron al golpear unas cajas.
—Pff, estuvo cerca...—
La mink comenzó a reír una vez los cazadores ya se habían marchado y se sacudio como un cachorro dejando parte de su cara enharinada pero su cuerpo ya era más oscuro junto a sus tatuajes dorados algo apagados, tendría que ducharse otra vez.
—Si seguías corriendo al doblar la esquina te hubieran cortado la cabeza, pude ver que te dirigías a un callejón cuando venía. ¡No tienes que agradecer!—
Salió de la caja mientras caminaba hasta la calle donde tomó agua de un balde para lavarse la cara. Se sacudió mientras terminaba de limpiar las garras con su lengua, su actitud se notaba bastante relajada y se le notaba feliz por haber evitado una muerte.
—Los cazadores no son malos, solo hacen su trabajo, me agrada que no hayas querido dañarles pero la próxima no corras sin saber donde estás yendo.—
Berry guiñó su ojo derecho estirando su cuerpo como todo un cachorro, lejos de presumir de su fuerza o parecer alguien impresionante la zorra había hecho parecer todo cuestión de suerte y azar.
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De pronto de forma inesperada cual bomba dejada caer desde un avión a más pies de los que puede ver una persona... Pues eso, un avión, algo cayó al lado de Hikari creando una gran nube de polvo o harina en este caso... ¿Por qué era harina verdad? Lo que nos falta, una Berry encocada. La ex-marine agarró a la herrera y la metió dentro de ¿Donde estaban? Bueno, la metió dentro para acabar dentro de una caja de madera y con una garra en los labios de la humana, una situación bastante sexy e intima si Berry fuera un tipo fuerte pero atlético, confiado, seguro de si mismo, de pronto le vinieron dos imágenes a la cabeza lo que hizo que se ruborizara pero como estaban a oscuras, nadie se dio cuenta.
Cuando Berry explicó el por qué se había entrometido, Hikari que tonta no es, entendió dos cosas, una que debía agradecer a su compañera la ayuda aún que estuviera espiando sus posiciones, la segunda es que era más fuerte de lo que aparentaba o creía la propia ¿Wanabaniense? Berry no solo la siguió y observó, si no, que también se adelantó e interceptó, por lo que no había que subestimar a esta muchachita -Igualmente gracias- Dijo mientras con su mano quitaba suavemente la harina de la cara de la Mink.
Tras limpiar por encima las manchas de blancas de la cara de la zorra, Hikari se levantó quitando la caja -Verdad, ellos solo quieren llevar a un criminal ante la justicia y cobrarse así el pan de su casa, prometo intentar no dañar a nadie que no se lo merezca- Lo intentaría, eso sí, pero no iba a prometer más, si le hubiesen encerrado en un callejón, los habría matado y comido para no dejar rastro pero la Mink le había seguido así que menos mal que no habían llegado al callejón, para la próxima se tiene que asegurar que Berry no está cerca... Esto de ocultarse le iba a ser bastante complicado -Quizás sea mejor que vaya al barco a esperar que zarpe, si paseo mucho por estas calles, al final voy a encontrarme con problemas- Comentó mientras poco a poco y de forma prudente sacaba el pescuezo por la puerta del almacén para saber si había alguien más rondando los alrededores -Quizás fugarme de la cárcel no fue tan buena idea como parecía, tendría que haber dejado que me juzguen y haber pagado cárcel o berries en cuestión- Lo decía por la marine, pero vamos, ni pensarlo se iba a dejar atrapar y quedarse entre los barrotes. Era un alma libre
Cuando Berry explicó el por qué se había entrometido, Hikari que tonta no es, entendió dos cosas, una que debía agradecer a su compañera la ayuda aún que estuviera espiando sus posiciones, la segunda es que era más fuerte de lo que aparentaba o creía la propia ¿Wanabaniense? Berry no solo la siguió y observó, si no, que también se adelantó e interceptó, por lo que no había que subestimar a esta muchachita -Igualmente gracias- Dijo mientras con su mano quitaba suavemente la harina de la cara de la Mink.
Tras limpiar por encima las manchas de blancas de la cara de la zorra, Hikari se levantó quitando la caja -Verdad, ellos solo quieren llevar a un criminal ante la justicia y cobrarse así el pan de su casa, prometo intentar no dañar a nadie que no se lo merezca- Lo intentaría, eso sí, pero no iba a prometer más, si le hubiesen encerrado en un callejón, los habría matado y comido para no dejar rastro pero la Mink le había seguido así que menos mal que no habían llegado al callejón, para la próxima se tiene que asegurar que Berry no está cerca... Esto de ocultarse le iba a ser bastante complicado -Quizás sea mejor que vaya al barco a esperar que zarpe, si paseo mucho por estas calles, al final voy a encontrarme con problemas- Comentó mientras poco a poco y de forma prudente sacaba el pescuezo por la puerta del almacén para saber si había alguien más rondando los alrededores -Quizás fugarme de la cárcel no fue tan buena idea como parecía, tendría que haber dejado que me juzguen y haber pagado cárcel o berries en cuestión- Lo decía por la marine, pero vamos, ni pensarlo se iba a dejar atrapar y quedarse entre los barrotes. Era un alma libre
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La mink no pudo evitar reír al escuchar lo que Hikari le comentaba de los cazadores, asintió ante el agradecimiento aunque negó con la cabeza sobre el trabajo de los cazadores. Levantó su mirada mientras cruzaba sus brazos, su rostro mostraba seguridad ante lo que estaba por comentar. Tenía amigos cazadores y sabía muy bien que su trabajo no era enjuiciar, eso era cosa de la marina o si tenías suerte entre la mala suerte de la Legión.
—¡Bwahahaha! Un buen chiste, los cazadores solo quieren tu cabeza y les da igual la justicia, solo eres un precio y hay que tener muy buena suerte para encontrarte con un cazador con moral. Creí que sabrías eso, claro asumiendo que conoces a la mujer tenebrosa.—
Berry explicó luego como ella y una cazadora habían trabajado codo a codo para matar a unos criminales, también de como con otro cazador habían eliminado a una banda de bandidos de las montañas en el North Blue. Tenía experiencia en esas cosas y pese a no dudar de que Hikari podía ser fuerte, no quería que se metiera en problemas que podía evitar.
—¿Fugarte? Por eso creo que el sistema de los marines no ayuda, no ayudamos a cambiar a la gente solo se la encierra y no he visto a nadie abandonar la vida de crimen si no aumentar su reincidencia. Pero ya no estoy en ese mundo, es trabajo para Elyria y mis otros amigos, en cuanto a nosotras tenemos que volver al barco y entrenar un poco.—
Berry golpeó sus puños mientras sonreía, parecía lista para iniciar una rutina de entrenamientos apenas llegasen.
—Te encantará el entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, o saltar la soga, también podemos apostar prendas a quien se caiga primero y terminar todas sudadas... ¿Ehm? Mejor iniciar con lo más suave, un pequeño ejercicio de combate desarmado o con espadas aunque yo no se usar esas cosas...—
La zorra comenzó a caminar en dirección al barco mientras seguía enumerando los diversos entrenamientos que tenía en mente, cada uno más loco y pesado que el anterior. La zorra tenía la esperanza de entrenar bastante con su nueva compañera, sin prestar mucha atención a la diferencia física entre ambas, a la vez que cada tanto soltaba un coqueteo o un ejercicio que involucraba un castigo comprometedor.
—¡Bwahahaha! Un buen chiste, los cazadores solo quieren tu cabeza y les da igual la justicia, solo eres un precio y hay que tener muy buena suerte para encontrarte con un cazador con moral. Creí que sabrías eso, claro asumiendo que conoces a la mujer tenebrosa.—
Berry explicó luego como ella y una cazadora habían trabajado codo a codo para matar a unos criminales, también de como con otro cazador habían eliminado a una banda de bandidos de las montañas en el North Blue. Tenía experiencia en esas cosas y pese a no dudar de que Hikari podía ser fuerte, no quería que se metiera en problemas que podía evitar.
—¿Fugarte? Por eso creo que el sistema de los marines no ayuda, no ayudamos a cambiar a la gente solo se la encierra y no he visto a nadie abandonar la vida de crimen si no aumentar su reincidencia. Pero ya no estoy en ese mundo, es trabajo para Elyria y mis otros amigos, en cuanto a nosotras tenemos que volver al barco y entrenar un poco.—
Berry golpeó sus puños mientras sonreía, parecía lista para iniciar una rutina de entrenamientos apenas llegasen.
—Te encantará el entrenamiento de combate cuerpo a cuerpo, o saltar la soga, también podemos apostar prendas a quien se caiga primero y terminar todas sudadas... ¿Ehm? Mejor iniciar con lo más suave, un pequeño ejercicio de combate desarmado o con espadas aunque yo no se usar esas cosas...—
La zorra comenzó a caminar en dirección al barco mientras seguía enumerando los diversos entrenamientos que tenía en mente, cada uno más loco y pesado que el anterior. La zorra tenía la esperanza de entrenar bastante con su nueva compañera, sin prestar mucha atención a la diferencia física entre ambas, a la vez que cada tanto soltaba un coqueteo o un ejercicio que involucraba un castigo comprometedor.
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No entendió a que se refería con la mujer tenebrosa, quizás alguna cazarecompensas con la que hay que tener cuidado o de renombre importante, ya obtendría más datos más adelante, lo que no conseguía era "coger el truco" a Berry, dijo lo de los cazadores por que pensaba que era toda bondad, pero tras comentar que había matado tanto a piratas como a bandidos dejó a la herrera algo confundida. No sabía por donde tirar, si ser buena o ser mala, si mataba a los cazadores malo, pero ¿Sí eran piratas estaba bien? ¿Qué tipo de moral es esa? Esta muchacha es rara.
No se llega a saber bien bien como pasan de hablar sobre marines a que tienen que entrenar en el barco. Con alguien que cambia tanto de idea o más bien que es un barco a merced de cuatro vientos (Aún que tratándose de Berry podrían decirse de veinte vientos) no sabía si era buena idea combatir, quizás la acaba destripando sin querer, Hikari era pirata y ella lo sabía, matarla no afectaría a su conciencia.
La ex-marine parecía estar deseosa de entrenar pero lo que no sabía la pequeña zorra es que Hikari, en Wano era toda una experta en... Darse a la fuga. Dejó que Berry siguiera caminando y a la que vio un punto ciego se metió en un callejón como el que no quiere la cosa y empezó a correr para alejarse de la Mink. No podríamos decir que Hikari es una baga por que podría pasarse horas y horas en una fragua, pero lo de entrenar no era lo suyo, a veces lo hacía, pero más bien por un motivo en concreto o por algún derrame cerebral momentáneo, si no, lo evitaba... No confundir con sus rutinas de "mantenimiento" cuando entrena sobre todo en cubierta es su momento "zen" para no perder su esencia, pero entrenos extra y así de sopetón... Provocaban el mote de la pirata.. Vamos, que se ha dado a la fuga...
No se llega a saber bien bien como pasan de hablar sobre marines a que tienen que entrenar en el barco. Con alguien que cambia tanto de idea o más bien que es un barco a merced de cuatro vientos (Aún que tratándose de Berry podrían decirse de veinte vientos) no sabía si era buena idea combatir, quizás la acaba destripando sin querer, Hikari era pirata y ella lo sabía, matarla no afectaría a su conciencia.
La ex-marine parecía estar deseosa de entrenar pero lo que no sabía la pequeña zorra es que Hikari, en Wano era toda una experta en... Darse a la fuga. Dejó que Berry siguiera caminando y a la que vio un punto ciego se metió en un callejón como el que no quiere la cosa y empezó a correr para alejarse de la Mink. No podríamos decir que Hikari es una baga por que podría pasarse horas y horas en una fragua, pero lo de entrenar no era lo suyo, a veces lo hacía, pero más bien por un motivo en concreto o por algún derrame cerebral momentáneo, si no, lo evitaba... No confundir con sus rutinas de "mantenimiento" cuando entrena sobre todo en cubierta es su momento "zen" para no perder su esencia, pero entrenos extra y así de sopetón... Provocaban el mote de la pirata.. Vamos, que se ha dado a la fuga...
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Berry estaba tan metida en su mundo que de no ser porque el aroma de Hikari comenzó a alejarse no se hubiese percatado de que le dejaron sola hablando. Giró su cabeza y se revisó a ella misma para comprobar que no hubiera aplastado o empujado a la samurai mientras caminaba sin mirar. Para luego bajar sus orejas colocando su mano en el mentón y apretando sus labios mientras pensaba, una sonrisase dibujó en su rostro mientras comenzaba a saltar emocionada.
—¡Qué buena idea jugar a las escondidas! Está bien empezaré a contar cerrando los ojos ¡Uno, dos, tres...! ¡Espera pero si ya lleva más de diez! ¡Lista o no aquí voy!—
La zorra se colocó en cuatro patas tomando carrera y saliendo disparada a toda velocidad, seguía el aroma de la mujer y también utilizaba su haki para tratar de localizarle si era que estaba oculta tras una roca o bajo una manta. Claro que Berry creía inocentemente que aquello era un juego para entrenar sus sentidos y movilidad por entornos urbanos, usando los techos de los edificios como plataformas mientras agilmente se trepaba por los paredones de algunos callejones.
—¡Te encontré!—
Gritó la mink saltando desde un tejado sin calcular bien la distancia y casi incrustándose contra un muro a la derecha de la samurai de no ser porque la madera le amortiguó. Su intención era abrazarla desde la izquierda pero dado unos céntimetros mal calculados la mink pasó como una esfera negra por delante de Hikari y solo detuvo su rodada al golpear unos barriles que reposaban contra la pared. Una estruendosa aparición para una Berry que empapada en vino lanzaba un chorro de líquido morado por sus labios como esas estatuas de ls fuentes.
—¡Ñam! No estaba malo, lo que deja la gente en la calle. ¿Qué jugamos ahora?—
Comentó la mink sacudiendo sus prendas empapadas y luciendo su cuerpo mucho más marcado dado a que su pelaje al estar mojado definía mucho más su figura. Si se ignoraba el hecho de que era una zorra de casi dos metros y de apariencia imponente hasta podían decir que era guapa. Se acercó a la herrera lamiendo el vino de sus garras, para que esta no se perdiese otra vez, era curioso primero le dijo de volver al barco para no causar revuelo por la ciudad y ahora le proponía juegos en medio de esta.
—¡Soy buena jugando a las escondidas! En mi tribu jugabamos en la noche y con los ojos vendados, creo que te alcancé en tiempo record pero no había jugado con una chica tan escurridiza.—
Declaró la mink sacando pecho de sus hazañas en su niñez mientras alzaba las orejas lista para escuchar el siguiente juego, Hikari había resultado alguien divertida y a Berry le caía bien. Su sonrisa amistosa delataba que se estaba divirtiendo con las ocurrencias que la samurai solía tener casi al instante.
—¡Qué buena idea jugar a las escondidas! Está bien empezaré a contar cerrando los ojos ¡Uno, dos, tres...! ¡Espera pero si ya lleva más de diez! ¡Lista o no aquí voy!—
La zorra se colocó en cuatro patas tomando carrera y saliendo disparada a toda velocidad, seguía el aroma de la mujer y también utilizaba su haki para tratar de localizarle si era que estaba oculta tras una roca o bajo una manta. Claro que Berry creía inocentemente que aquello era un juego para entrenar sus sentidos y movilidad por entornos urbanos, usando los techos de los edificios como plataformas mientras agilmente se trepaba por los paredones de algunos callejones.
—¡Te encontré!—
Gritó la mink saltando desde un tejado sin calcular bien la distancia y casi incrustándose contra un muro a la derecha de la samurai de no ser porque la madera le amortiguó. Su intención era abrazarla desde la izquierda pero dado unos céntimetros mal calculados la mink pasó como una esfera negra por delante de Hikari y solo detuvo su rodada al golpear unos barriles que reposaban contra la pared. Una estruendosa aparición para una Berry que empapada en vino lanzaba un chorro de líquido morado por sus labios como esas estatuas de ls fuentes.
—¡Ñam! No estaba malo, lo que deja la gente en la calle. ¿Qué jugamos ahora?—
Comentó la mink sacudiendo sus prendas empapadas y luciendo su cuerpo mucho más marcado dado a que su pelaje al estar mojado definía mucho más su figura. Si se ignoraba el hecho de que era una zorra de casi dos metros y de apariencia imponente hasta podían decir que era guapa. Se acercó a la herrera lamiendo el vino de sus garras, para que esta no se perdiese otra vez, era curioso primero le dijo de volver al barco para no causar revuelo por la ciudad y ahora le proponía juegos en medio de esta.
—¡Soy buena jugando a las escondidas! En mi tribu jugabamos en la noche y con los ojos vendados, creo que te alcancé en tiempo record pero no había jugado con una chica tan escurridiza.—
Declaró la mink sacando pecho de sus hazañas en su niñez mientras alzaba las orejas lista para escuchar el siguiente juego, Hikari había resultado alguien divertida y a Berry le caía bien. Su sonrisa amistosa delataba que se estaba divirtiendo con las ocurrencias que la samurai solía tener casi al instante.
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Dos calles rectas, una a la derecha, otra a la izquierda y recto, así decidió moverse para escapar de forma diagonal de la locuaz compañera temporal de travesía. Se alejó bastante, ya podía respirar tranquila, observaba los puestos y tiendas de las calles, la gente, evitaba a todo el que fuera con capucha o tuviese algún tipo de parecido a un cazador, hasta pudo comprar una manzana roja brillante de sabor intenso, pero toda su ilusión pasó a segundo plano cuando de pronto cual bala de cañón algo negro con pequeños toques de dorado aparece de la nada y se estampa contra unos barriles, el olor a vino se hizo intenso y de entre todo aquél estropicio, apareció Berry.
Maldito monstruo, por eso siempre los marines acababan atrapando a Hikari, eran unos rastreadores precisos y meticulosos ¿¡Como puñetas le había encontrado tan rápido!? Pero sinceramente la herrera dudaba que esta muchacha fuera tan profesional... ¡Ajá, ahí esta su secreto! Se hace la tonta para encubrir sus grandes capacidades de búsqueda, hace que tropieza todo el rato con la harina y ahora con el vino (Soy el único que ha pensado en conejo rebozado con salsa de vino?) pero en realidad está tapando sus verdaderas habilidades, esta mujer era un oponente terrorífico, menos mal que la tenía de compañera y así tenía que seguir siendo -¿Jugar? ¡No, no! Menos mal que has aparecido... Esto.. Me he... ¡Me he perdido! sí, eso, estaba detrás tuyo escuchando atentamente tu historia tan interesante y de pronto me he visto perdida por los callejones...- Seguro que para mantener su tapadera Berry se haría la idiota y se lo creería, era una mente maléfica... Luego vino la proposición -Pero ya que lo has mencionado... ¿Por qué no jugamos? Ahora me toca a mi, ¡Yo te pillaré en tiempo record!- Comentaba mientras apoyaba los brazos en la pared y empezaba a contar...
Alguien con la intención tan oculta se iría, se escondería tan bien... Tendría que aceptar cuando se encuentren por la noche o al día siguiente, a saber, que era la mejor jugando a las escondidas...
Pensamiento: "Bien Berry, ¿eres tonta y aceptarás el juego o eres lista y te ocultarás en las sombras?"
- Cara de Hikari:
Maldito monstruo, por eso siempre los marines acababan atrapando a Hikari, eran unos rastreadores precisos y meticulosos ¿¡Como puñetas le había encontrado tan rápido!? Pero sinceramente la herrera dudaba que esta muchacha fuera tan profesional... ¡Ajá, ahí esta su secreto! Se hace la tonta para encubrir sus grandes capacidades de búsqueda, hace que tropieza todo el rato con la harina y ahora con el vino (Soy el único que ha pensado en conejo rebozado con salsa de vino?) pero en realidad está tapando sus verdaderas habilidades, esta mujer era un oponente terrorífico, menos mal que la tenía de compañera y así tenía que seguir siendo -¿Jugar? ¡No, no! Menos mal que has aparecido... Esto.. Me he... ¡Me he perdido! sí, eso, estaba detrás tuyo escuchando atentamente tu historia tan interesante y de pronto me he visto perdida por los callejones...- Seguro que para mantener su tapadera Berry se haría la idiota y se lo creería, era una mente maléfica... Luego vino la proposición -Pero ya que lo has mencionado... ¿Por qué no jugamos? Ahora me toca a mi, ¡Yo te pillaré en tiempo record!- Comentaba mientras apoyaba los brazos en la pared y empezaba a contar...
Alguien con la intención tan oculta se iría, se escondería tan bien... Tendría que aceptar cuando se encuentren por la noche o al día siguiente, a saber, que era la mejor jugando a las escondidas...
Pensamiento: "Bien Berry, ¿eres tonta y aceptarás el juego o eres lista y te ocultarás en las sombras?"
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Al parecer Hikari se había perdido, la pobre muchacha era muy torpe si iban en linea recta y había dado tantas vueltas por su cuenta. Abrazó a Hikari tiernamente mientras le acariciaba la cabeza, su rostro seguía sonriente aunque ahora incorporaba un suspiro de alivio.
—¡Que bueno que te he encontrado! No te volveré a perder, aunque tampoco desconfío de tus capacidades pero es mejor no perderse.—
La zorra concluyó riendo antes de que sus orejas se parasen como antenas ante la propuesta de jugar e instintivamente comenzara a correr frente a la cuenta regresiva aunque se detuvo en la esquina pensativa. Si se iba sola la pobre muchacha se perdería tratando de encontrarla y podría acabar muerta, perdida o muerta y perdida.
—Es que no lo entiendes, si me voy ella se irá para el otro lado y puede perderse. ¿Qué dices que haga?—
Le susurró a un gato que había en el callejón solo para recibir un "Meow" de respuesta, Berry negó con la cabeza ante lo que ella interpretaba como perder adrede ya que rompía el juego limpio. Otro maullido y a Berry pareció encenderse una lámpara aunque en realidad era un farol sobre su cabeza.
—Esconderme a simple vista, es genial gatito, si me escondo a simple vista podré cuidarla. ¡Solo debo encontrar ropa!—
Giró su cabeza para ver que el gato trepaba hasta un tendero con varias prendas de ropa. La mink tomó algunas como una camisa blanca y unos shorts marrones, para luego utilizar su fruta para tomar su forma humana, ocultando sus orejas bajo una gorra y su cola enroscada como un cinto. Se miró a un trozo de espejo y faltaba algo. ¡Eureka! Compró unos lentes de sol negros para colocarse en los ojos y ocultó sus manos en los bolsillos mientras se ponía a andar dejando sus pechos rebotar bajo la holgada camisa.
—Disculpe, señorita, ¿Busca a alguien?—
Habló al ver como Hikari tomaba una ruta completamente al azar, fingiendo una voz ruda y de pirata, trataba de sonar tan amenazante como Alpha o al menos eso era si no centraban sus ojos en los enormes pechos bajo la camisa.
—Estas tierras son peligrosas y más cuando estás frente a una pirata de cien millones.—
Declaró Berry en su papel de "Beta la pirata que caza piñatas", por lo menos esa frase sonó tan real dado su tamaño y un pequeño brillo rojo dado la luz sobre sus lentes que pocos dudaron de su veracidad e incluso algunos transeuntes soltaron un suspiro comentando por lo bajo que esa mujer enorme era muy famosa. La típica histeria colectiva dado lo buena que era Berry fingiendo sus propias emociones, por dentro se estaba matando de risa pero por fuera su sonrisa salvaje en cuerpo humano era una clara señal de peligro.
—¡Que bueno que te he encontrado! No te volveré a perder, aunque tampoco desconfío de tus capacidades pero es mejor no perderse.—
La zorra concluyó riendo antes de que sus orejas se parasen como antenas ante la propuesta de jugar e instintivamente comenzara a correr frente a la cuenta regresiva aunque se detuvo en la esquina pensativa. Si se iba sola la pobre muchacha se perdería tratando de encontrarla y podría acabar muerta, perdida o muerta y perdida.
—Es que no lo entiendes, si me voy ella se irá para el otro lado y puede perderse. ¿Qué dices que haga?—
Le susurró a un gato que había en el callejón solo para recibir un "Meow" de respuesta, Berry negó con la cabeza ante lo que ella interpretaba como perder adrede ya que rompía el juego limpio. Otro maullido y a Berry pareció encenderse una lámpara aunque en realidad era un farol sobre su cabeza.
—Esconderme a simple vista, es genial gatito, si me escondo a simple vista podré cuidarla. ¡Solo debo encontrar ropa!—
Giró su cabeza para ver que el gato trepaba hasta un tendero con varias prendas de ropa. La mink tomó algunas como una camisa blanca y unos shorts marrones, para luego utilizar su fruta para tomar su forma humana, ocultando sus orejas bajo una gorra y su cola enroscada como un cinto. Se miró a un trozo de espejo y faltaba algo. ¡Eureka! Compró unos lentes de sol negros para colocarse en los ojos y ocultó sus manos en los bolsillos mientras se ponía a andar dejando sus pechos rebotar bajo la holgada camisa.
—Disculpe, señorita, ¿Busca a alguien?—
Habló al ver como Hikari tomaba una ruta completamente al azar, fingiendo una voz ruda y de pirata, trataba de sonar tan amenazante como Alpha o al menos eso era si no centraban sus ojos en los enormes pechos bajo la camisa.
—Estas tierras son peligrosas y más cuando estás frente a una pirata de cien millones.—
Declaró Berry en su papel de "Beta la pirata que caza piñatas", por lo menos esa frase sonó tan real dado su tamaño y un pequeño brillo rojo dado la luz sobre sus lentes que pocos dudaron de su veracidad e incluso algunos transeuntes soltaron un suspiro comentando por lo bajo que esa mujer enorme era muy famosa. La típica histeria colectiva dado lo buena que era Berry fingiendo sus propias emociones, por dentro se estaba matando de risa pero por fuera su sonrisa salvaje en cuerpo humano era una clara señal de peligro.
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No terminó de contar cuando la muchacha se dio cuenta que la mujer zorra había salido por patas, la gente que pasaba por ahí miró raro, pero Hikari se limitó a sonreír y a empezar a caminar, sabía que la observación de esa mujer estaba a otro nivel, le había encontrado con anterioridad fácilmente y si era tan lista como la herrera creía que era, no se habría escondido, estaría en un lugar oculta, al acecho, observando... Era un ser malévolo y perverso. La naciente en Wano empezó a caminar por donde había ido Berry, como si estuviera buscando, observaba por las esquinas y en los contenedores, hacía parecer que si estaba jugando, pero al pasar por una frutería, entró a comprar un par de manzanas más (Que comió rápidamente), al caminar por delante de la panadería, agarró un par de panecillos con crema (Que comió rápidamente) y así, haciendo turismo...
Por el camino se encontró con algo inesperado, una mujer, sospechosa cuanto menos y rara, rara también era un rato, se presentó frente a Hikari como una pirata de cien millones de berries por su cabeza, afirmando que este era un lugar peligroso, por lo que el asunto estaba claro... Habían dos posibilidades, que fuera verdad y que no, pero lo que estaba segura es que su intención era la del robo. No te presentas delante de nadie así como así y dices peligro y te presentas... Claramente quería intimidar con los cien millones pero no lo iba a conseguir... -No se quien eres, ni que quieres, pero me importa menos que nada lo peligroso que sea el barrio o los berries que valga tu hueca cabeza... Si no te largas de mi vista, perderás un brazo- Claramente si era mentira, la mejor estrategia era plantar cara, que sepa lo que es una verdadera pirata, pero si era verdad, da igual lo que dijera, iba a tener problemas igual, puesto que no se iba a dejar robar...
Pero de pronto algo le vino a la cabeza ¡¡BERRY!! No, no se había dado cuenta que quien tenía en frente era ella, pero que le estaba observando sí, si ahora, de la nada mataba a esta mujer, quedaría como agresiva o asesina y le echarían del barco o peor, Alpha la cazaría... Por lo que tenía que evitar el conflicto como sea... -No tengo tiempo, estoy a otras cosas, no molestes...- Su tono seguía siendo seco y autoritario
Por el camino se encontró con algo inesperado, una mujer, sospechosa cuanto menos y rara, rara también era un rato, se presentó frente a Hikari como una pirata de cien millones de berries por su cabeza, afirmando que este era un lugar peligroso, por lo que el asunto estaba claro... Habían dos posibilidades, que fuera verdad y que no, pero lo que estaba segura es que su intención era la del robo. No te presentas delante de nadie así como así y dices peligro y te presentas... Claramente quería intimidar con los cien millones pero no lo iba a conseguir... -No se quien eres, ni que quieres, pero me importa menos que nada lo peligroso que sea el barrio o los berries que valga tu hueca cabeza... Si no te largas de mi vista, perderás un brazo- Claramente si era mentira, la mejor estrategia era plantar cara, que sepa lo que es una verdadera pirata, pero si era verdad, da igual lo que dijera, iba a tener problemas igual, puesto que no se iba a dejar robar...
Pero de pronto algo le vino a la cabeza ¡¡BERRY!! No, no se había dado cuenta que quien tenía en frente era ella, pero que le estaba observando sí, si ahora, de la nada mataba a esta mujer, quedaría como agresiva o asesina y le echarían del barco o peor, Alpha la cazaría... Por lo que tenía que evitar el conflicto como sea... -No tengo tiempo, estoy a otras cosas, no molestes...- Su tono seguía siendo seco y autoritario
Berry
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La mink ahora como humana sonrió ante las provocaciones, le gustaba jugar su papel como la caza piñatas, por lo cual rugió fuertemente ante el desafío de Hikari. Todos voltearon la cabeza al verla, mientras esta crujía sus nudillos en clara señal de aceptar, era hasta tierno ver a una figura tan delicada y bajita hacer frente a semejante mastodonte sin temblar. Sonrió mientras se ponía en guardia, la caza piñatas estaba lista para lucirse un poco, no quería dañar a Hikari para Berry era solo un juego por lo cual debía seguir las condiciones de los villanos que había leído en las revistas y en el estereotipo de personas que solía reducir cuando trabajaba en la marina.
—Entonces está decidido ¡Sentirás el poder de Betha la pirata caza piñatas!—
Pero al momento de levantar el puño la mujer cambió de tema rápidamente, diciendo que no tenía tiempo y tratando de escapar, la mink interpretó esto como que realmente la había asustado y siguiendo su pobre actuación golpeó el suelo con fuerza dejando un pequeño hueco entre ambas. No quería dejarle avanzar ya que conocía rumores de la zona a sus espaldas, una zona donde todos los piratas se dedicaban a golpearse y pelear para descargar sus frustraciones. Hikari no merecía ir a parar a un lugar como aquel y ser atacada a traición, aunque Berry tenía en claro que no podría actuar amigablemente o toda su puesta en escena se vendría abajo.
—¡TU NO PASARÁS!—
Tomó un palo de escoba y lo golpeó contra el suelo con tal fuerza que este se hizo pedazos, haciendo que una Berry con una gota de sudor cayendo por su cabeza tirase los fragmentos a un lado y se aclarase la garganta. Si algo creían los que pasaban y miraban la escena era que aquella pirata era un peligro, incluso algunos evitaban tocarla mientras seguían caminando, porque claro estaba orquestando toda una escena en mitad de una de las calles más frecuentadas del lugar y gritando a los cuatro vientos que era una tal Betha la cazapiñatas.
—Ehem... lo que quiero decir es ¡No avanzarás si no es sobre mi frio, muerto e inanimado cuerpo de diosa!—
Señaló con su dedo a Hikari mientras ponía una sonrisa salvaje, volviendo a alzar sus puños, pero entonces una explosión proveniente de sus espaldas le hizo voltear mientras con ambas manos se sujetaba su sombrero a la cabeza evitando que este salga volando y se descubra todo. Dos piratas comenzaban a empujar a todos los que veían, parecían cargar dinero y la mink no tuvo que atar cabos para identificarlos como ladrones.
Tomó a uno de la mandíbula cuando pasó frente a ella y lo estampó contra el suelo mientras hizo lo propio con el segundo con un fuerte golpe en la cabeza. Los golpes fueron tales que al caer ambos hombres regordetes estaban inconscientes, no estaban muertos pero tardarían un buen tiempo en recobrar el sentido, aunque eso no dejaba de ser un problema, Berry tenía que inventarse una excusa para actuar contra piratas y más aún sonar lo suficientemente ruda para que Hikari no creyese que le estaba cuidando todo el tiempo.
—¡Nadie interrumpe a Betha la cazapiñatas!—
Rugió siguiendo su actuación mientras recogía las bolsas de dinero, teniendo una excusa para que Hikari le siguiese a un lugar seguro claro si en verdad quería permanecer con "Berry" o ganarse su confianza como una pirata de bien. No era lo más bueno del mundo, pero Berry reconocía que de dejarse atrapar o luego de jugar podría devolver el dinero fácilmente siguiendo el aroma de sus dueños o simplemente invertirlo en sus negocios para que no hubiera sospechas, todo estaba fríamente calculado o al menos eso creyó la mink en su divertida visión de las cosas.
—¡Guahahaha! ¡Me llevaré este dinero y no podrás impedirlo la fugitiva! ¿Dejarás que tu barco se entere de que no has ayudado a unos pobres comerciantes a recuperar su oro?—
La mink sacó su lengua mientras comenzaba a correr en dirección al puerto con ambas bolsas de dinero, observando de reojo si Hikari decidía seguirle o si de lo contrario debería reforzar aún más su actuación.
—Entonces está decidido ¡Sentirás el poder de Betha la pirata caza piñatas!—
Pero al momento de levantar el puño la mujer cambió de tema rápidamente, diciendo que no tenía tiempo y tratando de escapar, la mink interpretó esto como que realmente la había asustado y siguiendo su pobre actuación golpeó el suelo con fuerza dejando un pequeño hueco entre ambas. No quería dejarle avanzar ya que conocía rumores de la zona a sus espaldas, una zona donde todos los piratas se dedicaban a golpearse y pelear para descargar sus frustraciones. Hikari no merecía ir a parar a un lugar como aquel y ser atacada a traición, aunque Berry tenía en claro que no podría actuar amigablemente o toda su puesta en escena se vendría abajo.
—¡TU NO PASARÁS!—
Tomó un palo de escoba y lo golpeó contra el suelo con tal fuerza que este se hizo pedazos, haciendo que una Berry con una gota de sudor cayendo por su cabeza tirase los fragmentos a un lado y se aclarase la garganta. Si algo creían los que pasaban y miraban la escena era que aquella pirata era un peligro, incluso algunos evitaban tocarla mientras seguían caminando, porque claro estaba orquestando toda una escena en mitad de una de las calles más frecuentadas del lugar y gritando a los cuatro vientos que era una tal Betha la cazapiñatas.
—Ehem... lo que quiero decir es ¡No avanzarás si no es sobre mi frio, muerto e inanimado cuerpo de diosa!—
Señaló con su dedo a Hikari mientras ponía una sonrisa salvaje, volviendo a alzar sus puños, pero entonces una explosión proveniente de sus espaldas le hizo voltear mientras con ambas manos se sujetaba su sombrero a la cabeza evitando que este salga volando y se descubra todo. Dos piratas comenzaban a empujar a todos los que veían, parecían cargar dinero y la mink no tuvo que atar cabos para identificarlos como ladrones.
Tomó a uno de la mandíbula cuando pasó frente a ella y lo estampó contra el suelo mientras hizo lo propio con el segundo con un fuerte golpe en la cabeza. Los golpes fueron tales que al caer ambos hombres regordetes estaban inconscientes, no estaban muertos pero tardarían un buen tiempo en recobrar el sentido, aunque eso no dejaba de ser un problema, Berry tenía que inventarse una excusa para actuar contra piratas y más aún sonar lo suficientemente ruda para que Hikari no creyese que le estaba cuidando todo el tiempo.
—¡Nadie interrumpe a Betha la cazapiñatas!—
Rugió siguiendo su actuación mientras recogía las bolsas de dinero, teniendo una excusa para que Hikari le siguiese a un lugar seguro claro si en verdad quería permanecer con "Berry" o ganarse su confianza como una pirata de bien. No era lo más bueno del mundo, pero Berry reconocía que de dejarse atrapar o luego de jugar podría devolver el dinero fácilmente siguiendo el aroma de sus dueños o simplemente invertirlo en sus negocios para que no hubiera sospechas, todo estaba fríamente calculado o al menos eso creyó la mink en su divertida visión de las cosas.
—¡Guahahaha! ¡Me llevaré este dinero y no podrás impedirlo la fugitiva! ¿Dejarás que tu barco se entere de que no has ayudado a unos pobres comerciantes a recuperar su oro?—
La mink sacó su lengua mientras comenzaba a correr en dirección al puerto con ambas bolsas de dinero, observando de reojo si Hikari decidía seguirle o si de lo contrario debería reforzar aún más su actuación.
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La mujer fue insistente, lanzó un palo de escoba que se rompió como si eso fuera a intimidar a la joven de Wano, ¿pensaba que era así de impresionable? Pero lo de después cambió el ambiente, claramente fue una amenaza hacia Hikari que no iba a dejar pasar. Apretó los dientes de la rabia y la muchacha no es precisamente... Tranquila... -¿Que no qué?- Perguntó ante el claro desafió de la mujer ¿Pirata cazapiñatas? ¿Que mierda de nombre...? Bueno da igual... -Pues el resultado será fácil, solo tengo que matar...- No pudo acabar la frase cuando una explosión se hizo presente alrededor de las dos mujeres levantando una nube de humo rodeo a las muchachas y no tardaron en aparecer dos personas con dinero, ¿Como sabía que era dinero? Perdían billetes cada ciertos metros... "¿Billetes?" Pensó la joven quien tras ver como Berry terminaba rápidamente con los dos susodichos. En ese momento pensó en agarrar las bolsas de dinero pero la maldita cazapiñatas se puso por medio y salió corriendo...
Hikari se quedó quieta un momento, algo le mosqueaba... -¿Mi barco?- Se preguntó en voz alta, ¿Como sabía esa mujer que en el barco de Alpha...? ¡Será zorra! Digo... Bueno, yo no, lo pensó ella... En ese momento Hikari salió corriendo tras la muchacha, claramente algo estaba pasando ¿La habían puesto a prueba? -¡Devuelve el dinero!- Claramente si era una prueba ahora tenía un buen motivo para acabar con la vida de esa mujer, era una pirata y encima agresiva y ladrona, por lo que ya tenía una justificación, pero eso pasaría después de torturarla para que le contara que estaba pasando aquí. Si no, siempre podía comerse el cadáver de la mujer y aquí no ha pasado nada... Y el dinero... Se lo quedaría claramente...
Empezó a correr por las calles, le costaba seguir a su objetivo pues era bastante rápido pero la herrera no se quedaba atrás, tenía la mano derecha sobre el mango de su espada preparada para desenvainar en el momento oportuno -¡Vuelve aquí! ¡Ese dinero no te pertenece!- Claramente no, lo decía para quedar bien, pero en realidad quería ese dinero... ¿Como podía hacer para quedarse el dinero o una parte y que ni Berry ni Alpha se enfadaran?
Hikari se quedó quieta un momento, algo le mosqueaba... -¿Mi barco?- Se preguntó en voz alta, ¿Como sabía esa mujer que en el barco de Alpha...? ¡Será zorra! Digo... Bueno, yo no, lo pensó ella... En ese momento Hikari salió corriendo tras la muchacha, claramente algo estaba pasando ¿La habían puesto a prueba? -¡Devuelve el dinero!- Claramente si era una prueba ahora tenía un buen motivo para acabar con la vida de esa mujer, era una pirata y encima agresiva y ladrona, por lo que ya tenía una justificación, pero eso pasaría después de torturarla para que le contara que estaba pasando aquí. Si no, siempre podía comerse el cadáver de la mujer y aquí no ha pasado nada... Y el dinero... Se lo quedaría claramente...
Empezó a correr por las calles, le costaba seguir a su objetivo pues era bastante rápido pero la herrera no se quedaba atrás, tenía la mano derecha sobre el mango de su espada preparada para desenvainar en el momento oportuno -¡Vuelve aquí! ¡Ese dinero no te pertenece!- Claramente no, lo decía para quedar bien, pero en realidad quería ese dinero... ¿Como podía hacer para quedarse el dinero o una parte y que ni Berry ni Alpha se enfadaran?
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La persecución era divertida, Hikari le perseguía por la ciudad y pese a tener que bajar un poco el ritmo la zorra le guió mediante callejones y pasillos a las afueras del puerto. Bien todo pudo terminar ahí, pero las palabras de Hikari ameritaban una escena, una pequeña lucha y para que mentirse, la zorra estaba emocionada con un combate contra su compañera de aventuras. Dejó las bolsas en el suelo, para darse la vuelta y seguir en su actuación, su rol como villana de una historia.
—¡Yo Betha la cazapiñatas acepto tu desafío!—
Declaró señalando a la samurai que le había seguido con gritos que a la mink le habían gustado, ese dinero no le pertenecía y el estar dispuesta a matarla para defender a los ciudadanos. La mink tenía claro que Alpha había elegido bien, tras golpear la calle con su pierna derecha Betha la cazapiñatas se colocó en su posición ruda de batalla dispuesta a enfrentarse a la espada de Hikari.
—¡Es hora de pasar a la acción! ¡Golpe de...!—
Y ahí cayó en cuenta, no podía usar los nombres reales de sus ataques ni el electro, debía pensar algo para usar y no ser descubierta. La zorra se quedó estática en su lugar, de hecho pareció quedar congelada en su postura durante unos segundos pensando en como luchar. Finalmente sacudió su cabeza y golpeó sus mejillas con las palmas de sus manos, si no podía usar técnicas bastaría con solo usar sus puños.
—¡Te mostraré como rompo una piñata!—
Se impulsó flexionando sus rodillas mientras llevaba sus puños hacia atras, con los codos pegados a su cintura, un movimiento que cerró distancias antes de que un firme pero potente golpe fuesse disparado desde el lado derecho con claro objetivo de impactar en la mejilla de la joven. La mink no se detuvo, lanzando otros dos golpes intentando golpear el costado y un último golpe que de impactar buscaba la altura del pectoral izquierdo. Una rápida pero potente ráfaga de cinco impactos, cada cual con más fuerza que el anterior pero que no llevaban haki ni clara intención de destrozar, Berry solo estaba jugando a ser la jefaza final de algún juego.
—¡Este es el poder de Betha! ¿Te rindes o quieres terminar adornando mi colección de piñatas?—
Declaró haciendo poses rídiculas que ella asociaba a los piratas rudos y más malvados con los que se había cruzado, la mink estaba inmersa en su papel ocultando sus impulsos al morderse la ropa cuando posaba, era todo un espectaculo mirarla y no echarse a reír. Pero así era Betha la malvada pirata que cazaba piñatas para reventarlas a golpes.
—¡Yo Betha la cazapiñatas acepto tu desafío!—
Declaró señalando a la samurai que le había seguido con gritos que a la mink le habían gustado, ese dinero no le pertenecía y el estar dispuesta a matarla para defender a los ciudadanos. La mink tenía claro que Alpha había elegido bien, tras golpear la calle con su pierna derecha Betha la cazapiñatas se colocó en su posición ruda de batalla dispuesta a enfrentarse a la espada de Hikari.
—¡Es hora de pasar a la acción! ¡Golpe de...!—
Y ahí cayó en cuenta, no podía usar los nombres reales de sus ataques ni el electro, debía pensar algo para usar y no ser descubierta. La zorra se quedó estática en su lugar, de hecho pareció quedar congelada en su postura durante unos segundos pensando en como luchar. Finalmente sacudió su cabeza y golpeó sus mejillas con las palmas de sus manos, si no podía usar técnicas bastaría con solo usar sus puños.
—¡Te mostraré como rompo una piñata!—
Se impulsó flexionando sus rodillas mientras llevaba sus puños hacia atras, con los codos pegados a su cintura, un movimiento que cerró distancias antes de que un firme pero potente golpe fuesse disparado desde el lado derecho con claro objetivo de impactar en la mejilla de la joven. La mink no se detuvo, lanzando otros dos golpes intentando golpear el costado y un último golpe que de impactar buscaba la altura del pectoral izquierdo. Una rápida pero potente ráfaga de cinco impactos, cada cual con más fuerza que el anterior pero que no llevaban haki ni clara intención de destrozar, Berry solo estaba jugando a ser la jefaza final de algún juego.
—¡Este es el poder de Betha! ¿Te rindes o quieres terminar adornando mi colección de piñatas?—
Declaró haciendo poses rídiculas que ella asociaba a los piratas rudos y más malvados con los que se había cruzado, la mink estaba inmersa en su papel ocultando sus impulsos al morderse la ropa cuando posaba, era todo un espectaculo mirarla y no echarse a reír. Pero así era Betha la malvada pirata que cazaba piñatas para reventarlas a golpes.
Hikari
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Por fin llego a alcanzar a la mujer, estaba delante de ella con las bolsas en el suelo tras de si, la herrera se había dado cuenta que estaban yendo dirección a puerto, no hacía falta una brujula, ir en bajada demostraba donde estaba la playa en una isla. La mujer amenazó y parecía pronunciar una técnica pero de pronto se quedó congelada, como atrapada en el tiempo, a Hikari le caía una gota por la frente de "En serio" pero continuó con la pantomima.
Antes de poder prepararse, observó como se encogía corporalmente, entendió que venía un ataque y desenvainó su espada lo más veloz que pudo pero sorprendentemente la distancia se acortó como si nuevamente el tiempo se hubiera parado... ¿Quizás esa era una habilidad secundaria de su fruta? ¿Se le pausó el tiempo a ella para luego recuperarlo de golpe y ser más veloz? Una metralleta de puñetazos encajaron en el cuerpo de Hikari, todos ellos, al no esperarse esa velocidad le pilló desprevenida. Era rápida pero pareció controlarse, al encajar los golpes lo bueno que tubo es que se quedó estática en el sitio, se desplazó sí, pero no perdió distancia y eso lo aprovechó...
Con una sonrisa en la cara a la vez que escupía un poco de sangre de alguna encía, Hikari lanzó una estocada directa al cuadriceps derecho de la muchacha para intentar frenar su velocidad, apuntaba en el centro, no quería hacerle un corte no, quería atravesarle la pierna. Sabía que era superior por lo que pensó que esquivar ese ataque le sería fácil luego miró a la oponente -¿Dejas el dinero tirado? ¿Y a esos no les dices nada? Te están robando...- Comentó señalando a la espalda de Berry. Si esa treta infantil funcionaba, Hikari lanzaría con la parte roma de la espada, no con el filo, si no con la espalda de la hoja, un corte (bueno, golpe) Al cuello intentando acertar. Si funcionaba era como decir "Te he decapitado" sin correr el riesgo de que una cabeza ruede por el suelo. Aún seguía creyendo que era la verdadera forma de berry la usuaria zoan que controla el tiempo
Antes de poder prepararse, observó como se encogía corporalmente, entendió que venía un ataque y desenvainó su espada lo más veloz que pudo pero sorprendentemente la distancia se acortó como si nuevamente el tiempo se hubiera parado... ¿Quizás esa era una habilidad secundaria de su fruta? ¿Se le pausó el tiempo a ella para luego recuperarlo de golpe y ser más veloz? Una metralleta de puñetazos encajaron en el cuerpo de Hikari, todos ellos, al no esperarse esa velocidad le pilló desprevenida. Era rápida pero pareció controlarse, al encajar los golpes lo bueno que tubo es que se quedó estática en el sitio, se desplazó sí, pero no perdió distancia y eso lo aprovechó...
Con una sonrisa en la cara a la vez que escupía un poco de sangre de alguna encía, Hikari lanzó una estocada directa al cuadriceps derecho de la muchacha para intentar frenar su velocidad, apuntaba en el centro, no quería hacerle un corte no, quería atravesarle la pierna. Sabía que era superior por lo que pensó que esquivar ese ataque le sería fácil luego miró a la oponente -¿Dejas el dinero tirado? ¿Y a esos no les dices nada? Te están robando...- Comentó señalando a la espalda de Berry. Si esa treta infantil funcionaba, Hikari lanzaría con la parte roma de la espada, no con el filo, si no con la espalda de la hoja, un corte (bueno, golpe) Al cuello intentando acertar. Si funcionaba era como decir "Te he decapitado" sin correr el riesgo de que una cabeza ruede por el suelo. Aún seguía creyendo que era la verdadera forma de berry la usuaria zoan que controla el tiempo
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