Amor gubernamental, intento de bailoteo y muchas cosas bonitas. [Privado Roger y Sakana]

Nada más entrar en el CP ya tenia que andar de un lado para otro para entrenar. Esta vez el mismo gyojin que la otra vez me había enviado una carta para seguir con el entrenamiento, pero esta vez en la Isla Kyuuka. Era un lugar extraño para entrenar, pero no discutiría las órdenes de mis superiores.

Mientras iba hacie el punto de encuentro, veía a la gente por las calles haciendo sus compras y con sus hijos. este lugar era perfecto para tomarse un descanso, pero no tenía ni idea de porqué teníamos que entrenar aquí. No había espacio y no parecía un lugar correcto, pero me quité estas ideas de la cabeza confiando en la eficacia del CP.

Justo a la hora que me había citado aparecí en el lugar y pude ver al gyojin sentado en una mesa con un vaso de agua que le acababan de servir. Por lo menos esta vez no había llegado tarde como en la Isla Gyojin. Miré el reloj para asegurarme de que no era yo la que había tardado, pero como pensaba, la hora era la justa.

Me acerqué hacia él y me quedé de pie justo en frente, mirándole.

-¿Qué es lo que tenemos que entrenar hoy?

Tomé asiento tal y como me dijo el gyojin y esperé sus órdenes. Pensé que me mandaría algún tipo de entrenamiento, o tal vez alguna misión sencilla, pero en lugar de eso me habño de un extraño método de entrenamiento del que nunca había escuchado hablar ni me había hablado mi padre

-¿P.A.T.A.T.A? -pregunté extrañada y sin comprender del todo qué era lo que debía hacer allí.

Parecía que aquel procedimiento consistía en conocer a tu compañero para compenetrarse y formar un mejor aquipo, pero seguia sin saber de qué me servía saber su color favorito si están a punto de matarle. De todos modos no quería contradecir sus órdenes, tal vez sí fuera un procedimiento útil, así que tendría que acatar las normas.

-No quiero nada, gracias. Pues... me gusta... mmh... No tengo muchas aficiones, cuando vivía con mi madre solo entrenaba el karate gyojin, y estos últimos años con mi padre he estado charlando sobre el CP y entrenando más. Supongo que eso es lo único que me entretiene, entrenar para ser la más fuerte algún día.

Estaba cruzado de piernas, mirándola fijamente a los ojos y con una pequeña sonrisa... ahora que me daba cuenta daba bastante miedo, así que dejé de hacer eso.

-Aham, entiendo... muy interesante.

Me había quedado sin argumento y estaba bastante nervioso.

-¿Seguro que no quieres nada? -dije con voz temblorosa. -¡CAMARERO! -grité nervioso mirando hacia todos los lados.

¿Pero que estaba haciendo? Me podían los nervios y mira que estaba entrenado para no perder la cabeza en situaciones límite... siempre podía decir que estaba borracho o algo.

Mientras le contaba todo esto Roger me miraba con una cara extraña que cambió de repente. Tras esto pareció ponerse muy nervioso y llamó al camarero para que se acercara a nosotros.

-No quiero nada, pero estoy segura de que no me has traído solo para esto ¿verdad? -le dije temiéndome lo peor.

-Ya me imagino por lo que estoy aquí, no hace falta que finjas más, dímelo directamente... A los superiores no les gusta como trabajo ¿verdad?