Laxus [Ficha]

Nivel 1: Adquiere una fuerza mayor a cualquier otra persona normal y por lo tanto una resistencia a la par.
Nivel 7: Pueden resistir golpes que noquearían a otros y asestar golpes capaces de hacer lo propio.
Nivel 14: Está tan acostumbrado a recibir golpes contundentes que apenas siente dolor por los mismos siempre y cuando no sean golpes totalmente poderosos. Su fuerza ha aumentado mucho.
Nivel 23: Habiendo aprendido todo lo básico, se decanta por un estilo concreto de lucha.

Nivel 1: Siempre te ha interesado la medicina y cerrar heridas, pero tan solo puedes desinfectar heridas y hacer vendajes muy toscos e inexpertos.
Nivel 12: Posees los conocimientos suficientes para realizar primeros auxilios a heridas leves, desinfectarlas o evitar que se infecten y realizar vendajes de bastante consistencia. Aprendes usar la aguja para coser y cerrar heridas, pero todavía eres malo en este ámbito por lo que tardas demasiado como para hacerlo durante una batalla. Reconoces algunas de las enfermedades más comunes.
Nivel 23: Has obtenido los conocimientos básicos para ser un Médico decente, ahora te especializarás en una subrama con la que mejorar tus habilidades.

Nivel 1: Siempre has querido navegar, manejar tu propio barco, pero aún te queda un pequeño camino que recorrer para lograr esto. Sabes manejar barcos sobre aguas muy tranquilas, pero las olas y los intentos de atracar el barco, así como las maniobras navales, son una auténtica pesadilla para ti.
Nivel 12: Has comprendido como funciona un barco, pudiendo navegar por aguas tranquilas a la perfección y por aguas con ligeras turbulencias con algo de dificultad. Sabes entrar y salir de los puertos con barcos de tamaño medio. 
Nivel 23: Tras mejorar tus habilidades de navegación te especializas en una rama. Además, comprendes como guiarte por un mapa oficial y los cambios que puede haber en el clima, aunque con dificultad.

Nota: Tanto el cartógrafo como el climatólogo mejorarán sus habilidades de navegación normales, así como ambos sabrán de mapas y del clima. Sin embargo, uno será claramente mejor en unos aspectos y el otro en otros diferentes.

Laxus navegaba con tranquilidad. Estaba durmiendo y roncaba como un cerdo, estaba agotado de ir y venir sin mucho sentido, aunque claro… Cualquiera que hubiera sufrido lo de él lo habría hecho. Despertó algo molesto, aun no podía creer lo que le había pasado… Era absurdo, al borde de romper las leyes de la física cuántica y espacio temporales… No tenía idea como es que le había pasado. Suspiró mientras ahora se estiraba y pensaba en sus siguientes actos, estaba perdido… Pero no en un sentido físico, aunque sí tal vez un poco, pero también en un sentido temporal y de épocas… Había llegado de unos 18 años después y ahora había retrocedido un par de años. ¿Razón?...
 
 
– ¡Laxus, pedazo de idiota! ¿En qué idioma quieres que te lo diga? – me gritaba mi abuelo. Su tono era bastante enojado y sus facciones lo demostraban. ¿Por qué me gritaba? Fácil, no quería aceptar la idea que mi padre, el tal Midorima Shintaro, me hubiera abandonado. Y ya con 18 años era hora de salir a buscarlo, darle un buen puñetazo y entender porque me dejó tirado ¿Tan poco valía para él? Quizás no era tiempo para seguir lamentándome por pequeñeces e idioteces como me decía mi abuelo. Un hombre de setenta años, bastante canosos y con ojos azules. Su rostro representaba experiencia y fuerza. Y claro, era bastante fuerte, él fue el que me entrenó y me enseñó todo lo necesitaba saber para defenderme solo. – No necesitas saber de tu padre. ¡Por algo te abandono! – vociferaba con fuerza. En cierta medida, quizás tenía razón y debía dejarlo hasta ahí y seguir mi vida. En mi isla del South Blue y seguir viviendo con mis amigos, en paz y en calma, pero ¿Era lo necesario? No, claro que no. Necesitaba saberlo, una necesidad biológica e imperante en todas y cada una de mis células de mi cuerpo.
 
– Tengo que saberlo. ¡¿Entiendes la necesidad de saber por qué tu padre te abandonó?! – en un segundo lo agarre del cuello y lo empuje contra la pared de la casa. – Solo te pido un poco de comprensión, viejo. – mis ojos verdes estaban clavados en los suyos. Mi tono de voz era serio, demostrándole que estaba listo para ir a buscar respuestas. – No me infravalores, sé los riesgos pero estoy más que listo para todo. Puedo sobrevivir por mi cuenta. ¡Por favor, viejo! – vi como es que el mundo se daba vuelta y era porque mi abuelo (no de sangre, vaya… Si no aquella persona que se apiadó de mi cuando era un infante) me había tumbado.
 
– Claro que lo entiendo, pero sigue sin ser necesario. Laxus, idiota. – aquel hombre le gustaba decirme idiota. Sí, admito que lo soy, quizás solo sea un niño chico buscando una meta absurda pero era mía y él debía respetarla. Le gustara o no. Era mi decisión, mi camino de vida y por lo que estaba dispuesto a morir en el intento. – ¿Por qué lo quieres buscar? ¿Qué tan importante es para ti? – y entonces las sentí, sus lágrimas cayendo lentamente en mi rostro. Pero no, no era el momento de sentir lástima por él, si me doblaba ante simples lágrimas no iba a sobrevivir solo.
 
– Es cierto, no me ayudó nunca. Pero quiero oír de su boca porque no me crio él. Según sé… Era un pirata… – tomé una pausa… Esa palabra, “Pirata”, solo le traía malos recuerdos a mi maestro. Ellos fueron los causantes de la muerte de su esposa y su hija, quizás eso le molestaba y no quería que él fuera como esos insectos. Pero no era tan débil y no tenía un corazón tan malo y sucio. No, él era mil veces diferente. – Pero solo quiero respuestas, y ¡MORIRÍA POR ELLAS! – grité con fuerza. Era la primera vez que le levantaba la voz. Mi abuelo me dejó, de un solo golpe, inconsciente.
 
Al despertar, me encontraba en medio del océano con una nota extraña. Por la letra era de mi abuelo. Decía:
 
Te daré una oportunidad. Lucha por tus sueños y solo no mueras en el intento. Por cierto… Quizás las cosas estén un poco cambiadas y no todo sea como antes. Pero en fin, te dejo el resto a ti. Buena suerte en tu camino.
 
 
Desde ese día que estaba perdido. Navegando sin rumbo en un era diferente… ¿Cómo mierda había llegado ahí? ¿Qué secretos le escondió su abuelo? Suspiró mientras nuevamente se tumbaba en su barco y se quedaba dormido. Odiaba tener que recordar el pasado, y peor, aun odiaba tener vacíos en su memoria. Pero ahora, tendría la oportunidad de buscar a su padre y cumplir una meta anhelada, darle un buen puñetazo. Se durmió con una sonrisa mientras pensaba en todas las posibilidades y metas que les traía esta nueva era.