Toda llama acaba extinguiéndose.

Hacía mucho tiempo que no pisaba esta zona y, pensándolo bien, es gracioso que las veces que lo he hecho haya sido siempre por la misma razón. En un principio no es que rolee demasiado, que es un punto a tener en cuenta, pero si encima a eso le añadimos reveses del destino que han roto la poca inspiración y ganas que tenía por el rol... Pues me encuentro en un punto muerto.

Y es que la verdad es que ya poco me ata a este sitio. Mentiría si negara que estos cinco años no han significado nada para mí pues, entre amigos, una o dos parejas, y muchísima gente de la que no podré olvidarme jamás, este foro ha sido para mí mucho más que una página: ha sido una familia. Como en toda familia he tenido mis peleas, mis discusiones, mis momentos de enfado, sí... Pero también he vivido momentos fantásticos; risas con amigos y gente que he querido; estupideces propias de hermanos que saben que, por mucho que puedan decirse, siempre se tendrán el uno al otro. Pero mucha de esa gente se fue hace mucho tiempo del foro, y aunque sigue habiendo gente con la que, aún así, seguiré hablando... Ya no es un sitio hecho para mí.

Nunca se me han dado bien las despedidas, para qué negarlo, ¿no? Pero hay veces que no queda más remedio y, esta, es una de esas ocasiones especiales en las que, con los ojos inundados de lágrimas, tengo que deciros adiós. Me encantaría dedicaros a todos y cada uno de vosotros unas palabras especiales, pero solo estaríamos retrasando lo inevitable. Todo el que me conozca sabe qué y qué no les podría decir. Lo que sí que os podría decir a todos, y es algo de lo que no me arrepiento absolutamente nada, es que me alegro de haber podido malgastar tiempo de mi vida con vosotros y que, de alguna forma u otra, os quiero.

Porque así es la vida, unos vienen y otros van; el fuego da calor, pero toda llama acaba extinguiéndose. Y la que ardía en el fondo de mí lo hizo hace mucho tiempo.

No tengo mucho más que decir aparte de que sigáis con vuestro camino: recordad que, incluso la más pequeña chispa de esperanza, es capaz de provocar cambios. Y que quizá, solo quizá... Yo estoy provocando uno.