Copito medicinal {Priv. Lexy}

Llevaba un tiempo navegando ya por el north blue, le gustaba investigar y ya que nada la ataba a ningún lugar en concreto, había decidido ver las islas que se encontraban en el mar donde había vivido toda su vida, después, tal vez, viajaría a otros lugares en busca de mayor conocimiento. Quería convertirse en una médica reconocida, en alguien que pudiera mitigar el dolor y el sufrimiento en las personas, en alguien que pudiera curar los males que la gente sufría hasta su muerte. Una de sus metas era encontrar o crear curas para algunas de las enfermedades que actualmente no tenían, quería ayudar a las personas de todas las formas que le fueran posibles, aunque nadie lo diría con la personalidad que suele mostrar cara a la galería. Actualmente había decidido embarcarse hasta una isla donde existía una gran cantidad de suministros médicos. Quería conseguir algunas cosas, tenía que re abastecer su equipo médico y de paso le gustaría ver si había algunas cosas nuevas que en otras islas no podrían encontarse.

Desembarco aquella mañana en la isla y se tiro todo el día entre tiendas buscando todo aquello que realmente le fuera necesario para sus planes. La verdad es que estaba bastante contenta, había conseguido casi todo lo que quería, exceptuando un ingrediente especial para una de las medicinas que había creado recientemente y aún estaba experimentando con ella para ver si realmente funcionaba bien o no. Estaba un poco cansada, no había parado desde que sus pies pisaron la isla, la verdad es que cuando Brianna se centraba en una cosa, podía llegar a ser bastante obsesiva y eso podía suponer un problema bastante serio. En ocasiones incluso se olvidaba de comer durante varios días. Tras dejar salir un suspiro ligeramente largo, sintió que se estaba mareando, supuso que sería una bajada de azúcar.

Llevaría sin comer al menos diez o doce horas así que era mejor que comprara alguna cosa para comer. Se acerco a un puestecito para comprar un bocadillo y un refresco y se sentó en un banco para comenzar a comer despacito. Después seguiría buscando cuando se recuperase un poco de aquel mal estar que estaba sintiendo. Saco una hoja que tenía arrugada en el bolsillo donde tenía la lista de lo que buscaba y tan solo quedaba un ingrediente, unas hojas de una planta bastante difícil de conseguir al parecer y que por alguna razón no lograba encontrar de ninguna de las maneras y estaba empezando a ponerla un poco nerviosa. De repente, un viento algo más fuerte le arranco el papel de las manos y voló hasta alguien, quedandose pegada completamente en su cara. Brianna se levanto un poco preocupada y apenada y se acerco —lo siento mucho, el viento me la arranco de las manos— se disculpo e intento recuperar su hoja de papel, se notaba que estaba bastante apenada por lo ocurrido, no esperaba que ocurriese algo parecido.

Vale definitivamente eso no se lo esperaba, no esperaba que una completa desconocida sin venir a cuento le sacara una pistola y le apuntase a la cara como quien no quiere la cosa. Pero mas que achantarse la morena la miro con una ceja arqueada. Realmente parecía surrealista, un suspiro tenue salió de sus labios mientras clavaba los ojos en la mujer armada que se encontraba delante de ella. — si piensas disparar será mejor que lo hagas ahora, como ya e dicho, lamento lo ocurrido, fue un accidente pero tengo un poco de prisa, quiero encontrar esto antes de que el mercado cierre — sin más, doblo la hoja de papel que había recuperado de la cara de aquella joven y se la guardo en el bolsillo. Su misión era encontrar aquellas hojas cuanto antes, definitivamente no quería marcharse de aquella isla sin haber encontrado el motivo principal que la había llevado hasta allí. Una vez que consiguiera el médicamento o mejor dicho, el ingrediente para crear dicho medicamento se metería en su barco al menos durante unos días para ver si era capaz de terminar de desarrollar dicho objeto que tantas ganas tenía de crear.

No es que fuera algo demasiado especial, pero estaba segura de que sería algo agradable para todos aquellos niños enfermos que tenían que tomar medicamentos diariamente y que por obvias razones odiaban. Principalmente por que eran medicinas amargas y molestas de tomar. Su idea era crear una medicina para el catarro que pudiera tener un sabor medianamente aceptable para que pudieran tomarlo de forma sencilla. Además, su idea era pasar completamente del formato pastilla y convertirlas en unas deliciosas gominolas o tal vez en unos caramelos. Con esa idea en mente había estado probando muchas cosas hasta que había encontrado aquella planta, que al parecer, poseía la capacidad de eliminar completamente el sabor del resto de hierbas y permitiendo que posteriormente ella pudiera añadir un saborizante para darles un sabor agradable al paladar.

No estaba del todo segura de si podría o no podría conseguir sus objetivos, pero por el momento no iba a darse por vencida, quería lograrlo y eso es lo que haría, probaría cosas hasta que pudiera conseguir el resultado final que estaba buscando. Volvió a centrar entonces su mirada en la joven frente a ella, esperando que al menos hubiera bajado el arma con la que la apuntaba momentos anteriores —disculpa que te moleste otra vez, pero ya que estas aquí ¿sabrías si existe en esta isla otra tienda de ingredientes medicinales diferente a las que puedes encontrar en este mercado? ¿algo mas especial?— esperaba que existiera alguna tienda que poseyera plantas mas curiosas, más difíciles de conseguir, algo así como una tienda completamente especializada en productos exóticos. Eso realmente sería de ayuda para la morena y esperaba que la chica frente a ella supiera de algún lugar parecido o que al menos pudiera orientarla sobre si existía una tienda parecida o eran meras ilusiones de la mujer de violáceos ojos — me llamo Brianna por cierto, lamento no haberme presentado antes — estaba siendo educada aunque su modo de hablar siempre era tosco y demostraba que no se le daba demasiado bien relacionarse con personas a las que no conocía.

No sabía como narices terminaba metiéndose en tantos problemas. Ella solo quería comprar unos cuantos ingredientes medicinales y había terminado con una loca peli azul que se le había echado encima cuando la marina había hecho su aparición, al parecer para que creyeran que ambas estaban juntas y que tuviera que huir con ella. Definitivamente aquello no podía salir bien. Intento pensar en la mejor forma de explicar aquella situación, pero antes de que pudiera hacerlo, los marines ya creían que ella iba con aquella joven que llevaba pistolas descargadas, por que si, la loca había apretado el gatillo pero solo para demostrar que estaba descargada la pistola y menos mal. Ni siquiera le dio tiempo a responder la cantidad de preguntas que le había realizado la joven que ahora la acompañaba cuando tuvo que empezar a correr junto a ella entre callejones para huir de los marines que las perseguían.

— ¿Se puede saber por que nos persiguen? o mejor dicho ¿porque me persiguen a mi? — ella solo era una humilde médica que se había visto obligada a huir de la justicia cuando no tenía por que hacerlo. Sus pasos eran rápidos, menos mal que estaba en forma, de lo contrario los marines las hubieran atrapado hacía ya un largo rato. Entre unos callejones y otros lograron despistarlos, podían escuchar sus gritos mientras el líder del escuadrón o del pelotón les indicaba a sus subordinados que tenían que encontrar a aquellas dos mujeres y no permitir que escaparan. Fantástico, ahora estaba buscada por la justicia en una isla donde solo había atracado para comprar por culpa de una chica a la que ni siquiera conocía.

— Mira, solo quiero que me digas por donde se va a ese mercado, quiero comprar unas cosas e irme de aquí, no tengo nada que ver con lo que hayas o no hayas hecho y sinceramente no me interesa que la marina me persiga sin motivos — bastantes problemas tenía ella encima como para cargar con los que no eran suyos. Se apoyó en una de las paredes mientras su pecho subía y bajaba con rapidez, intentaba recuperar el aliento perdido con aquella carrera apresurada que habían tenido al huir de los marines. Se seco levemente el sudor de la frente y miro a su alrededor, no sabía donde estaban, ni como de lejos estaba el puerto, el mercado donde había estado antes o el mercado al que tenía que ir ahora para encontrar el ingrediente que faltaba. Por el momento, las voces de los marines sonaban lo suficientemente lejos como para que estuviera tranquila y siendo sincera, rezaba por que ninguno de los presentes la hubiera visto lo suficientemente bien como para meterla en líos o para que pudieran dar una descripción física detallada sobre ella.

Si eso ocurría, tendría que ir a uno de los puestos de marines para explicar todo lo ocurrido y si tenía que mentir diciendo que la de pelos azules la había secuestrado lo haría. No quería tener problemas con la justicia y en cierta forma, tampoco estaría mintiendo, había sido secuestrada por un abrazo de lo más sorpresivo por su parte y se había visto obligada a huir ante la confusión que este había generado en los marines. — Espero que la marina no vaya en mi contra ahora por tu culpa, sinceramente, no lo entiendo ¿por que tenías que meterme en este tipo de problemas?— no estaba segura de si lo había echo de forma consciente o es que era tan infantil o despistada que había decidido arrastrarla con ella sin más con tal de pasar un poco el rato, pero aquello realmente podía causarle muchos problemas a la médica y en su cabeza no dejaba de buscar la forma de aclarar toda aquella situación para huir de los problemas tanto como pudiera, no quería que su nombre se viera manchado por una tontería semejante.

Al parecer se había topado con una ladrona, esperaba que no le robase nada, todo lo que llevaba encima era para hacer medicinas y aunque pudieran ser hierbas valiosas las necesitaba para su trabajo y esperaba que ya que la había metido en un buen lío con la marina, encima no quisiera robarla. Al menos había recuperado un poco el aliento y se sentía algo mejor después de aquella carrera que se habían pegado las dos al huir de los oficiales de marina. No la perdía de vista, la verdad es que no estaba segura de si quería ir con ella o no, pero si realmente la llevaba hasta aquel mercado no opondría demasiada resistencia, necesitaba ese ingrediente y ya había sido lo suficientemente inconsciente de pedirle ayuda a la mujer que le estaba apuntando con un arma en la cabeza, ¿porque no serlo un poco más?

— Esta bien, iré contigo, pero por favor, no me metas en más líos, no quiero tener problemas con la autoridad, no es algo que beneficie en mi trabajo — se dispuso a seguirla entonces, quería llegar al mercado y ver si en alguna de las tiendas o puestos podían encontrar aquellas dichosas hojas, se iba a volver loca si seguía buscando de aquella manera sin encontrar nada de provecho todavía. — Dime...¿no hubiera sido mejor que me dijeras que nos reuniésemos en otro lado antes que arrastrarme contigo? lo digo por eso de que querías seguir hablando conmigo — se rió un poco, la verdad es que era mejor tomarse aquello con cierta gracia y a broma, de lo contrario se empezaría a poner nerviosa y no quería hacerlo, podía resultar complicado para ella, no solía controlar demasiado bien sus nervios.

— ¿Te suelen perseguir mucho los marines? — se preguntaba si era una ladrona muy conocida, ya que había visto aquel collar y el bolso ese que llevaba parecía estar lleno de joyas y de objetos robados para vender, se imaginaba que tan mal no se le daba eso de robar y que seguramente la habrían pillado mas de una vez. Lo que seguramente significaba que tenía una recompensa por su cabeza o al menos por su captura, tampoco es que eso le importase mucho a la doctora, ella simplemente buscaba su camino en el mundo, el hueco que lentamente se iría forjando, intentando no meterse en líos que pudieran realmente acabar con aquel sueño que tenía en mente cumplir. Esperaba que el mercado no estuviera demasiado lejos, el día parecía que se estaba poniendo algo más complicado, el cielo se oscurecía y parecía que empezaría a nevar en cualquier momento y no quería estar en la calle cuando aquella tormenta comenzara.

La chiquilla hablaba por los codos, no es que le resultase molesto ni nada por el estilo, pero le parecía realmente gracioso su comportamiento. Sonrió levemente ante la cantidad de cosas que decía, definitivamente parecía una chiquilla que disfrutaba haciendo travesuras — desde luego, no entiendo como los marines pueden ser tan aburridos, deberían dejar que disfrutes y no meterse donde no les llaman — no es que justificara sus acciones, robar no era algo realmente bueno que digamos, pero no era su problema, por el momento la chica le estaba echando una mano y aunque no podía decir que fueran "amigas" ni mucho menos o que confiara en ella, no tenía por que ser una borde con ella sin necesidad.

— Tampoco sales tan mal, solo han metido la pata con tu nariz, en el gobierno parece que no hay buenos dibujantes o fotógrafos — cuando al fin llegaron al mercado quedo maravillada con lo que veía, era bastante mas grande que el anterior y se notaba que en aquel lugar tenían mercancías mucho mas complicadas de encontrar y exclusivas. Suspiro ante la pregunta de la peliazul, no es que le gustase mucho contar cosas sobre ella, Brianna era bastante reservada respecto a su vida, pero bueno, al menos podría darle un poco de conversación mientras se acercaban a la tienda en cuestión — matasanos como tal no, aunque no niego que de vez en cuando me gustaría cerrarle el pico a alguien, soy doctora y estoy terminando de estudiar para convertirme en cirujana y tal vez en farmacéutica — le gustaba tener una educación completa y respecto a aquella profesión aquellas ramas llamaban bastante su atención.

Ese era el motivo por el que la joven estudiaba tanto, por lo que leía y compraba tantos libros y de paso se dedicaba a experimentar con diferentes sustancias y hierbas. Desde que había salido de su ciudad natal no había parado de estudiar de descubrir cosas nuevas, el lastre de su padre había desaparecido, al menos por ahora y eso era algo maravilloso. Por el momento no sabía nada de él y no es que ella quisiera hacerlo, cuanto mas lejos estuviera aquel señor de ella, mejor que mejor — y supongo que un poco friki de los libros si que soy, me gusta leer bastante y supongo que no tengo mucho más que contar, mi vida no es tan fascinante como seguramente lo es la tuya — seguramente aquella joven había vivido muchas mas aventuras que la de ojos violáceos, pero por el momento, Bri no se quejaba de la vida que había decidido llevar.

Brianna tenía cada vez más claro que aquella jovencita era una delincuente de primera categoría. Pero por el momento parecía que se estaba comportando bien con ella y no tenía motivos para no hacerlo. La doctora no buscaba problemas, simplemente un poco de ayuda y era de las que si podía ayudar lo hacía. No es que quisiera comprometerse a venderle nada, si fuera para consumo de la peliazul no tenía ningún problema, pero si se dedicaba a vender aquellas sustancias podía meterla en un problema con las autoridades y no tenía ganas de lidiar con ellos. — Si son para tu consumo propio sin problema, no quiero meterme en líos con los marines o el cp, tengo bastante encima ya — se rió suavemente recordando a los hombres de su padre, que la perseguían como perros rabiosos.

La siguió hasta que entraron en aquella tienda, al parecer era de una conocida y según podía ver, se llevaban bastante bien. Echo un vistazo rápido por la tienda, admirando lo que tenía en las estanterías por si podía llevarse alguna otra cosa que pudiera llamar su interés ademas de lo que estaba buscando. Aunque no estaba segura de poder encontrarlo allí tampoco, esperaba que lo tuviera. No quería seguir retrasando sus experimentos durante más tiempo — ni rica ni del gobierno, solo busco ingredientes — se encogió de hombros mientras aclaraba aquello y sacaba el papel que antes había chocado contra la cara de su nueva y temporal compañera.

— Pero nunca dejo una deuda, si tiene la mercancía que quiere, la pagare con gusto — los ojos de Brianna se mostraron serios, con una mirada fuerte y decidida, esa mirada que en su isla denominaban como la mirada de una bruja. Los ojos misteriosos de una bruja que podría hechizar tu alma y hacer contigo lo que quisieran, aunque en realidad, tan solo eran unos ojos de un color poco usual y con un brillo que los hacía ver misteriosos y en ocasiones algo mágicos. Pero eran simples apariencias, no había más magia dentro de la joven que la que pudiera proporcionarle la Akuma que le habían obligado a comer y en ocasiones ni siquiera eso era suficiente como para considerarla mágica.

Espero para ver si le decía algo sobre el ingrediente apuntado en la hoja y después volvió a hablar — me gustaría llevarme un poco de esa Artemisa China que tienes detrás y también un poco de Bacopa — se notaba que sabía perfectamente de lo que estaba hablando, después de todo y como le había dicho a la muchacha de pelo azul, Brianna pasaba mucho tiempo con la nariz metida dentro de los libros y su memoria la ayudaba muchísimo a lo que es el aprendizaje rápido de conceptos y a recordarlos sin mayor problema.

Suspiro, reprimiendo un malicioso comentario hacía la señora cuando le dio el precio. No quería pelear con ella, después de todo había encontrado los ingredientes que quería y eso era más importante que el orgullo de una vieja cascarrabias. Saco del monedero la cantidad que había dicho la joven peliazul y pago los ingredientes que posteriormente recogió de la mesa y después fue guardando uno a uno en la bolsa. — Muchas gracias — tras decir aquello simplemente dio un paso atrás esperando que aquellas dos mujeres terminasen de negociar lo que fuera que estuvieran haciendo. No le apetecía alargar mucho más aquella visita así que prefirió guardar silencio.

Una vez que las dos terminaron con sus negocios con la señora, salieron de la tienda. La doctora desvió la mirada hacía la joven a su lado para ver si tenía alguna otra idea en mente antes de decir cualquier cosa, pero la verdad es que no tenía muchas ganas de seguir en aquella isla por el momento. Le venían pisando los talones y cuando más lejos estuviera de aquellos hombres que la seguían mejor que mejor. — Gracias por tu ayuda, la verdad es que no sabía donde encontrar lo que me faltaba, con esto podré terminar mis investigaciones — se coloco bien el abrigo y el bolso. — Creo que es momento de separarnos, debo volver al barco — después de todo se iría en cuanto colocara todo de nuevo para partir.

Sus viajes por el momento no tenían fin y no solía permanecer demasiado tiempo en una misma isla, por lo tanto, no es que quisiera alejarse de la peli azul rápidamente, simplemente estaba siguiendo su forma de moverse desde hacía ya un largo tiempo atrás. El barco la estaba esperando, su nuevo destino y sus nuevas investigaciones por lo que no quería seguir esperando por mucho más tiempo. Estaba ansiosa de poder aprender más y de probar todo aquello que su mente pudiera pensar, se notaba que estaba bastante ansiosa de probar aquellas hierbas.