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Annabelle C. Collingwood
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Annabelle C. Collingwood
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Annabelle Chariot Collingwood [ID] [Nuevo Usuario] Empty Annabelle Chariot Collingwood [ID] [Nuevo Usuario] {Sáb 16 Mayo 2020 - 2:19}

Annabelle Chariot Collingwood [ID] [Nuevo Usuario] P9ozJ13

Nombre: Annabelle Chariot Collingwood.

Apodo: The Queen.

Raza: Humano.

Sexo: Femenino.

Edad: 21.

Rango/Empleo: Civil.

Clase: Velocidad [1] [Aceleración], Destreza [1] [Postura Perfecta], Agilidad [1] [Amortiguación]  y Fuerza [1] [Estática].

-Beneficios de raza humana: Voluntad de mejora: Los humanos son una raza con increíble tesón, entrenando mucho más duro que las demás razas para alcanzar sus objetivos. De este modo ganan dos rangos adicionales a repartir como deseen entre sus características.
(+1 a Fuerza y +1 Destreza)

Signature:  (Persona sin Akuma)
-
Característica de utilidad:  Ámbito
-
Característica de combate:  Duelo.
-

Estilo de lucha: Joō no Dansu

Ejecución: El estilo de pelea de Annabelle se caracteriza por movimientos fluidos y elegantes, extremidades conscientes de su lugar y memoria muscular casi perfecta. Desde que comenzó a aprender el arte de la espada se concentró severamente en la majestuosidad y la elegancia de la técnica, claramente dignas del estilo de una Reina. No se le ve haciendo movimientos bruscos o desesperados, sino movimientos fríamente calculados y entrenados, además de elegantes y estéticos.

Armas: Annabelle es dueña de tres Katanas y una Kodachi, las cuales a adquirido con el tiempo luego de volver a las ruinas de su antiguo palacio, y encontrar su escondite secreto para sus joyas más preciosas y una cantidad considerable de dinero. Una de sus katanas es mucho más costosa que las otras dos, cuyas calidades son perfectamente ordinarias, y ocurre lo mismo con su Kodachi, invirtiendo un poco más de dinero en ella para que cumpla con la idea que pensó para aquella arma.

Nombre del objeto: Hambre [Katana/Arma Mítica]
Descripción y habilidades: Es una Katana forjada de un acero excelente y un filo envidiable. Su Tsuka es de un puro color blanco con sus respectivos detalles en un tono vino, y su Tsuba tiene una forma característica de diamante que se ve en todas sus armas. El mismo tono vino se extiende a su Saya, combinando perfectamente con lo elegante de su arma. Pero lo que hizo que Annabelle se decantara por comprar esta y no otra, fue el secreto que se guarda en su Tsuka, teniendo esta un compartimiento secreto en el que se guarda un anticoagulante natural y el que se distribuye por su hoja con solo presionar un botón, el anticoagulante es extraído de las sanguijuelas y ella se asegura de comprarlo con regularidad.
   Propiedades exóticas: Dureza, tenacidad y resistencia a la corrosión.

Nombre del objeto: Muerte [Kodachi/Arma Especial]
Descripción y habilidades: Es una Kodachi forjada de un acero excelente y un filo envidiable. Su Tsuka es de un puro color blanco con sus respectivos detalles en un tono vino, y su Tsuba tiene una forma característica de diamante que se ve en todas sus armas. El mismo tono vino se extiende a su Saya, combinando perfectamente con lo elegante de su arma. Pero lo que hizo que Annabelle se decantara por comprar esta y no otra, fue el secreto que se guarda en su Tsuka, teniendo esta un compartimiento secreto en el que se guarda un anticoagulante natural y el que se distribuye por su hoja con solo presionar un botón, el anticoagulante es extraído de las sanguijuelas y ella se asegura de comprarlo con regularidad.

Propiedades exóticas: Dureza, tenacidad y resistencia a la corrosión.

Oficios: Navegante [Rango 0][Cartógrafo], Ingeniero [Rango 0][Robótico] y Cronista [Rango 0][Lingüista].

Aspecto: Porcelana… Fina, suave y brillante. Lo que se creía imposible, para ella ha sido un toque de gracia nada más. Una mujer como ella podría ser bendecida con tal belleza, una mujer la cual le arrebataron todo, para que con este don pueda arrebatar lo que le venga en gana. Esa mirada altiva, arrogante y esos ojos acaramelados de un tono azul intenso, rozando el puro color del cielo; una nariz pequeña y perfilada en juego a sus labios suaves y tentadores, cuya tonalidad atractiva y suave del color rojo le delatan de no estar muerta. Por otra parte la tonalidad pálida y mortecina de su piel termina hacer un dúo con el color negro de su cabello, hebra finas que se dejan caer por parte de su rostro y los laterales de su cuello. Deslizando esa mirada traviesa por su cuerpo se notaría la perfección encarnada por cada centímetro de su cuerpo, pudiéndose admirar una figura bastante trabajada; justo como los lienzos de un pintor sobre la tela, suaves trazos que delinean su cuerpo hasta darle contraste a su figura. Con aquella aura imponente, dominante y atrevida, junto a esa mirada fuerte en su rostro termina por traer misterio y caos en la mente de sus espectadores.

Sus ojos no fueron hechos para ver nunca nadie por encima de su alcance, en carencia de necesidad de ello termina por ver a sus contrincantes a la altura del suelo al final de cada encuentro o incluso frente a frente al llegar descubrirlos para este, midiendo un metro con setenta y cinco centímetros. Alto tan banal como la estatura nunca iba a mermar su grandeza y su linaje. Más una simple referencia ¿No? Ya que, un ser de su magnificencia no podría estar nunca por debajo de nadie, y nadie por encima suyo. La otra portada de su ser es el color opuesto del cual la caracteriza su propia genética, haciendo juego con todo cuerpo la tonalidad de las prendas con las cuales viste, eligiendo el color negro azabache. Telas finas y suaves seleccionadas en conjuntos de tipo oriental, pero con modificaciones claros a los kimonos tradicionales, dándole un aspecto ajustado a su cuerpo con el lujo de la ropa que alguien de su alcurnia no debería vestir. Vistiendo prendas de una porción. O inclusive, a veces muchas prendas sobrepuestas, las cuales cubren de forma ajustada la zona de su cintura, e incluso, en muchos casos dejando que su vientre estuviera al descubierto o su espalda, brazos con largas mangas que caen desde sus hombros, teniendo un escote en la zona superior de su pecho en la cual se nota la palidez de sus senos. En la zona de sus codos culmina las mangas, para dar paso a unos guantes de un color negro que le cubren hasta su antebrazo cerca de sus codos. Esta prenda termina dividida en dos pliegues que se cortan por los laterales a la altura de su cintura. Sus piernas van cubierta por botas altas de semi-cuero que llegan por encima de sus rodillas, o también el típico calzado tan común en occidente, haciendo juego con los pliegues sueltos de la prenda superior, además pudiendo admirarse las medias negras altas que suben un poco más de la altura de las botas. Bajo todo, hace juego con ropa interior color negra , con la cual termina por matar la mirada curiosa y perversa en un intento fallido de ver más allá de donde alcanzan sus ojos.

Su belleza normalmente se encuentra acompañada por lujosas joyas, las cuales son su recuerdo de su anterior vida y lo que alguna vez fue, pero lo que ella planea que más pronto que tarde vuelva a ser su realidad.

I-II-III-IV-V

Personalidad:  El ego, el elitismo y la arrogancia es lo que rige la vida de Annabelle. Ella no es, y posiblemente jamás va a serlo, pero se siempre va a creerse y sentirse como si fuese la reina del mundo, como si las personas que caminan a su alrededor le debieran algo por el simple hecho de permitirles existir, como sí que su mirada en algún momento hubiese dado a parar en algún plebeyo fuese motivo de orgullo y debiesen sentirse honrados por ello. En su cabeza el mundo comienza y termina con ella, no existe nadie mejor, nadie que pueda superarla o que tan siquiera pueda hacerle alguna clase de sombra a ella y su grandeza. No puede evitarlo, después de todo, ella fue criada para reinar, y se ve a ella misma como alguien que a avanzado un paso más allá al salir de aquella pequeña isla, y aquel pequeño reino para así descubrir todo un mundo por explorar, un mundo que había estado esperando por ella y que está ansioso porque ella se posicione en la cima y los gobierne.

A pesar de que el pensamiento de poder gobernar al mundo por el simple hecho divino de sus existencia suene estúpido, tonto e imposible, para Annabelle no existe otra realidad, y nunca se a permitido escuchar a nadie que trate de decirle que ella no es nadie para creer que el mundo pueda estar en sus manos. Después de todo, a ella mientras crecía nunca se le negó nada, cada cosa que pidió término por dársele, sin importar lo tonto de sus caprichos. Además de que cada persona de su vida se encargó de decirle que el mundo debía sentirse agradecido de que alguien como ella existiese, que había nacido para ser venerada. Por lo que ¿Con que otro pensamiento había podido crecer? Y también aquel pensamiento la llevo a pensar de que a pesar de que la realidad es que es una mujer hermosa, en su cabeza su belleza es sin igual. No hay otra mujer en el mundo que se compare a ella, y ni siquiera aquel cuerpo pequeño pero esbelto, de curvas pronunciadas y atributos sugerentes, en contraste con mujeres mucho más altas y dotadas, logra que Annabelle se amedentre.

A ella realmente nunca llego a importarle el bienestar de su gente, para ella no había nada más absurdo que preocuparse por ellos. Después de todo, su responsabilidad era brindarle comodidades ¿Verdad? Ella sería su reina, era su deber venerarla, proporcionarle dinero y verla como lo que realmente era: Una diosa encarnada. Por lo que nunca le tembló la voz ni dudo cuando era hora de aumentar los impuestos, siempre se aseguró de que su padre los subiera más de lo necesario, sin importarle la miseria que podrían llegar a pasar los menos favorecidos. Después de todo ¿Acaso valía la vida de un plebeyo que no podía tan siquiera mantenerse a sí mismo? ¿Qué no tenía siquiera un apellido que precediera su nombre?

Annabelle está orgullosa de ella y de su linaje, de aquella sangre de monarquía que corre por sus venas y que la hace sentirse lo suficientemente importante, perfecta y relevante para juzgar a cada persona que se cruce en su camino, sin sentarse a meditar tan siquiera un segundo las circunstancias. Para ella su sangre es la mejor, y que en ella alcanzo la perfección que no puede superarse. Su ego la precede. Nunca a permitido que nadie le diga que hacer, siempre a defendido lo que piensa y no sabe que significa lo que es bajar la cabeza. Ella es Annabelle Chariot, es la futura reina del mundo y no tiene porque, bajar la cabeza frente a nadie. Su opinión es la única que cuenta, su voz la única que debe ser escuchada.

Trasfondo: Annabelle es la princesa de una isla gobernada por monarquía, la cual tiene una buena economía, además de ser considerablemente grande. Sus padres murieron en el ataque a su castillo, pero el hermano menor de su padre, su esposa e hijos aún están con vida, gobernando en el lugar luego de lograr “masacrar” a la familia principal. Cualquier persona que conozca a Annabelle puede decir con claridad que ella se aleja totalmente de lo que es considerado como “buena persona” solo se preocupa por ella, y piensa que el no complacerla es un crimen que hará que paguen cuando sea Reina. Por lo que no puede decirse que realmente tenga amigos, aunque si tuvieran que preguntarle en el mundo, en quien confiaría, ella no dudaría en nombrar a Astartea aunque tenga años sin verla. Pero es totalmente lo contrario con sus enemigos, después de todo, tiene a su tío y su familia en su contra, además de gran parte de la población de la isla, golpeados y resentidos por su reinado egoísta. La gente de su reino no le interesa, solo quiere sentirse alabada, sus padres están muertos, por lo que nuevamente, la única persona que le queda es Astartea. Pero ¿Acaso eso es importante? Ella va a dominar el mundo, y no permitirá que nadie la vuelva a olvidar.

Historia:  Aquel pacifico mar, aquellas suaves olas que tan acostumbrada había estado de ver desde la ventana de su habitación en aquel palacio que la había visto crecer. Había pasado sus primeros años estudiándolo, averiguando cada cosa que estuviera a su alcance sobre él y como este parecía conectar al mundo en el que vivían. Aquel mundo que en sus primeros años de vida erróneamente había pensado que se resumía a su isla. Podía recordar a sus padres con facilidad, la imagen de su padre era la que más presente estaba en su cabeza, aquel distinguido hombre que la había enseñado que el mundo se resumía a ella.

Su padre se había encargado de decírselo, de hacerle saber que la sangre real había llegado a su cúspide en ella, que no había nadie que pudiese ser superior. Que el trono del mundo era suyo, y debía tomarlo algún día sin importar lo que sucediera. Nadie más había heredado su porte, nadie más tenía sus modales y era un insulto a su sangre que aun así alguien hubiese tenido el descaro de hacerla en menos. Ella era perfecta, no como los demás, todo en ella lo era y todos debían servirle, venerarla y estar agradecidos si su mirada en algún momento recaía en ellos. Los plebeyos debían besar el suelo por el que caminaba.

De su madre no recordaba demasiado, de ella solo había heredado la belleza, en ella no había nada más que buscar, o algo que quisiese tener. Su sangre no era como la suya, y lo único bueno que había podido heredarle era por lo que su padre la había escogido a ella de entre tantas mujeres.

Sus primeros años los pasó en aquel lujoso palacio en el centro de aquella hermosa y gran isla, ya que el del mundo estaba siendo ocupado por intrusos que no eran como ella ¡Intrusos que no le llegaban siquiera a los talones! ¡Pero que aun así podían ostentar aquellos títulos que le pertenecían! ¡Tener el descaro de tomar las decisiones que decidían el rumbo del mundo!

Pero antes de que ese día llegase, algo más ocurrió, algo que no imaginaba que pudiese pasarle a alguien como ella. En una fresca noche de otoño una flota de piratas llegaron a la costa donde estaba su palacio, y como era de esperarse fueron directamente hasta el para arrasar con todo lo que hubiese dentro. Los recuerdos de ese día son confusos y extraños, y ella no es capaz de recordar con exactitud que paso. Su memoria llega hasta el punto donde los sirvientes la estaban sacando de su cama, tratando de ayudarla a escapar mientras su mirada daba con los cadáveres de sus padres en medio de la enorme escalera que conectaba el piso superior con el inferior de su palacio. Para luego escuchar una fuerte explosión que la hizo caer y perder el conocimiento.

Cuando despertó se vio a si misma siendo cargada por un hombre que no conocía, y que no entendía porque se atrevía a tocarla ¡A ella! Pero sin importar cuanto trato de hablar, cuanto trato de quejarse y decir algo, su boca no obedeció a sus demandas. Sentía su cuerpo frio, entumecido y adolorido, además del miedo latente de tratar de mover alguna extremidad y que esa no le respondiese, por lo que simplemente se dejó arrastrar nuevamente por las brumas del sueño.

Cuando despertó por segunda vez le costó recordar que había pasado, pero las imágenes fueron llegando lentamente hasta su memoria, y el cómo habían manchado con la distinguida sangre de su padre el suelo, hizo que en un segundo todo su ser se llenase de rabia ¡¿Cómo habían podido atreverse?! ¡Ellos! ¡Unos sucios y analfabetas piratas a invadir su palacio! En un momento trato de levantarse, pero solo en ese instante fue consciente de que sus manos estaban atadas al igual que sus pies, y que además, había una sonda conectada a su hombro. El aire escapo de sus pulmones al notar aquello, el como aquel liquido amarillento estaba adentrándose en su cuerpo sin que ella pudiese hacer nada, sin que ella lo hubiese permitido. Pero lo más aterrador sin duda alguna era que la piel de sus brazos estaba abierta, sostenida con una especie de alambres, permitiéndole ver como lo que debía ser carne y musculo, ahora era reemplazado con una especie de metal liso que no le permitía ver que había debajo de eso. Aterrada giro la cabeza, notando que sus piernas estaban igual, abiertas, expuestas y con algo que no debía estar introducido en ellas.

Quien… Se… Creía… El… Que… ¡Le había hecho eso!

Con frustración termino por gritar con fuerza, hasta que su garganta dolió y su boca se secó, pero nadie fue, en ningún momento nadie fue a darle ninguna respuesta y aquel liquido amarillento nunca se acabó. Luego de un par de horas una mujer fue a asearla y llevarla al baño, y la princesa contuvo las lágrimas de impotencia cuando aquella plebeya tuvo la osadía de tocarla, de aprovecharse de la debilidad que estaba ocasionándole aquel líquido para tocar aquellas partes de ella misma que no le había permitido tocar ni siquiera a su criada de más confianza. Y sin importar cuanto pregunto, cuanto grito, aquella mujer no abrió la boca en ningún momento para explicarle nada, y tal como llego, se fue en el más completo y abrumador silencio.

Así pasaron días, o quizás semanas ¿Cómo podía saberlo si ni siquiera le decían que hora era? ¿Si era de día o era de noche? En aquella misma posición, con la misma rutina de la mujer que iba a asearla y llevarla al baño, que de un momento a otro también comenzó a alimentarla, siempre con aquella sonda en el brazo ¿Acaso aquel liquido era interminable? ¿Acaso sabían quién  era ella? Ella era la reina, la legitima reina de aquella isla ¿Cómo podían atreverse a tratarla de aquella forma? No sabía que estaban haciéndole, pero de lo que si estaba segura era de que algo en ella estaba cambiando. En algunos momentos sentía frio, mientras que otros un calor intenso que parecía derretir sus músculos, pero sin duda alguna los peores eran los momentos en los que el dolor la iba desde la punta de sus pies, hasta el último de sus cabellos.

Pero un día todo cambio, de un momento a otro el líquido amarillo que siempre estaban suministrándole se cortó, y por primera vez en meses pudo sentir su cuerpo, pudo mover sus extremidades, de forma torpe, pero pudo moverlas. A aquel suceso le siguió una explosión que cortó la electricidad e hizo que las ataduras de sus manos se abriesen, por lo que ni lenta ni perezosa se puso de pie, pero otra explosión la hizo trastabillar y le permitió notar que lo que fuera que estaba sucediendo era en su piso, y que si en algún momento iba a tener una oportunidad de escapar, era esa.

Por lo que termino por reunir toda la fuerza que le quedaba para llegar a la puerta, notando con alivio como el apagón aparentemente la había abierto también. Con cuidado asomo su cabeza por la puerta, y solo pudo ver como una pared de fuego se aproximaba en su dirección, por lo que sin pensarlo demasiado comenzó a correr hacia el gran hoyo, dando una última mirada a la que había sido su prisión durante los últimos meses, notando la inscripción de la puerta:

“Princesa
Annabelle
Chariot
Collingwood
Experimento A113”

Esas simples palabras le bastaron para comprobar que realmente le habían hecho algo. Como pudo termino por bajar por los escombros de aquel agujero y escapó, corriendo lo más rápido que pudo, alejándose de aquel lugar.

De aquello ya habían pasado dos años, dos años en los que pudo ver que todo lo que había conocido no era como realmente se manejaba el mundo. En cómo el mundo no se resumía a su pequeña isla, en aquel pequeño reino que en algún momento había soñado con gobernar. El mundo era mucho más grande, era un enorme reino que estaba esperando que la perfección de la realeza lo gobernara. Ese mundo la estaba esperando, y ella, iba a hacerles el favor de ponerse a la cabeza, pues, ese era su destino.

Ella iba a gobernar el mundo. Y nadie podría impedirlo.

Habilidades:

-¡Que soy tu Reina!: Annabelle fue criada como si fuese el centro del universo, por lo que es muy complicado intimidarla. No importa el derroche de poder de su oponente, o el cargo que este ostente, Annabelle no se verá intimidada. Siempre siendo ella misma por donde pase y contra quien se enfrente. [Esto no la hace inmune a los efectos del Haki]

-El saber de mi posición: Ella iba a ser la Reina de una isla prospera, y aquello solo puede significar una cosa: Estudios. Desde que tuvo uso de razón fue sumergida en libros, y educada por los mejores profesores de su isla. Desde economía hasta literatura, todo está en su cabeza y nunca se permitirá olvidar lo que a aprendido.

-Ser Reina es más que tener la sangre: Como se a de esperar, un reino no puede ser regido por un gobernante tonto sin caer en desgracia. Por lo que Annabelle desde que nació y al ser perfecta para su papel, fue dotada con una inteligencia sobresaliente, además de una mente fría para resolver problemas bajo presión y cuando todo se siente perdido.

Fortalezas: Annabelle es una persona con una mente muy fuerte, difícil de trastornar o distraer, y claramente, de intimidar. No importa si un oponente es más poderoso que ella o demuestra su crueldad sin tapujos, la princesa no va a dejarse llevar por el miedo, y mucho menos permitirá que su salud mental sea afectada. [Claramente esto no significa que sea inmune a los efectos del Haki]

Torpezas: El que Annabelle no pueda ser intimidada con facilidad es algo que le a traído problemas en más de una ocasión. Después de todo, no le permite asimilar cuando es mejor huir a enfrentarse en una confrontación, por lo que más de una vez a estado a punto de ser asesinada por no tener el instinto de huir sin sentirse indigna.

Debilidades:

-¡Nunca voy a admitir que eres mejor que yo!: Por el hecho de no admitir que alguien está sobre ella, Annabelle no puede darse cuenta de cuando un oponente es demasiado fuerte para sus habilidades, lo que a llevado a una derrota aún más deshonrosa de lo que le hubiese dejado admitir la superioridad del enemigo. Una voluntad de acero y un gran ego no siempre le aseguran la victoria en las batallas.

-Solo se de lo que es verdaderamente importante: Annabelle tiene muchos estudios, y podría llevar sin dificultad una nación. Pero esto no le garantiza saber de qué se trata el mundo real, y mucho menos como viven los “Plebeyos”. Las situaciones del día a día se le complican por no saber cómo se supone que debe actuar, y lo hace aún más cuando recuerda que aquellos estúpidos plebeyos no son capaces de reconocer a un ser superior entre su miseria.

-¿Sentimientos? ¿Qué hay de útil en ellos?: Annabelle es una mujer brillante, una tirana arrogante, pero sin duda alguna muy inteligente. Pero aquello no significa que pueda entender los sentimientos de los demás. La mujer es terrible en ello, y aunque alguien se dignase a explicarle lo que le sucede, ella igualmente no podría entender, y tacharía todo como una gran estupidez.

Equipo:
-Sus tres espadas y su Kodachi.
-Ropa, mucha ropa que se ajusta al estilo de vestir que adquirió luego de escapar.
-Joyas que tiene guardadas como un recuerdo, y para lucirlas cuando puede.
-Herramientas de dibujo.
-Herramientas para la mecánica.
-Libros de lenguas.
-Su corona favorita.
-Artículos de Higiene y maquillaje.

Pertenencias: -

Referida: Por Zaina Nitocris.


Última edición por Annabelle C. Collingwood el Dom 17 Mayo 2020 - 15:27, editado 4 veces


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Annabelle Chariot Collingwood [ID] [Nuevo Usuario] Empty Re: Annabelle Chariot Collingwood [ID] [Nuevo Usuario] {Dom 17 Mayo 2020 - 3:56}

Annabelle Chariot Collingwood [ID] [Nuevo Usuario] KQD8zUo

Recuerda pasarte por tu censo, que intuyo será el de ciudadanos.


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