Rainbow662
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Nivel: 115
Nombre: Okisaka Yaraga
Apodo: Enjambre
Raza: Humano
Sexo: Hombre
Edad: 27
Rango/Empleo: Ciudadano
Isla de origen: Wano (Nuevo Mundo)
Clase:
Maestría extra: Duelo
Estilo de lucha: Okisaka es un experto en el Estilo de los Tres pasos, una escuela de combate que basa su defensa en permanecer prácticamente estático, combatiendo en un área pequeña de un máximo de tres pasos. El espadachín detiene o esquiva los ataques del contrincante casi sin moverse, y pasa al ataque de forma rauda y salvaje, todo lo contrario a su forma de defenderse.
Armas: Okisaka posee una nodachi llamada Kirissho, cuya hoja mide 1,10m, y una katana llamada Arizuka.
Oficios:
Intérprete:
Músico:
Akuma no mi:
Haki: H. armadura de nivel 11 (Sintonía en Armamento) - H. observación de nivel 10 (Sintonía en Visión)
Aspecto: A pesar de ser un mortífero guerrero, Okisaka parece alguien bastante anodino. Es un joven de estatura media y cuerpo atlético, con ese tipo de rostros que pasan totalmente desapercibidos: nariz pequeña, labios finos, una cicatriz en la sien derecha... Ah, y no tiene ojos. Los perdió ante una gente a la que le debía dinero, así que ahora en el lugar donde antes estaban sus ojos pueden verse hormigas y otros insectos correteando, cortesía de su poder. Lleva el pelo, de un color castaño normal e intrascendente, peinado de punta, aunque con un mechón que sobresale sobre su frente.
Su afición por las culturas extranjeras le lleva a vestirse como los pocos viajeros que consiguen llegar a Wano. Aunque usa sandalias de madera, típicas de su patria natal, viste unos pantalones vaqueros que no pegan nada. Bajo un kimono gris con estampado de lunares más oscuros lleva una camiseta blanca.
Personalidad: Okisaka es uno de los tipos más odiados de Ringo, pero lo equilibra un poco con el miedo que le tiene la gente. Por un lado, es un engreído charlatán y mentiroso, obsesionado con las apuestas y miserablemente tacaño; por otro, bajo su habitual sonrisa se esconden una indiferencia absoluta hacia todo y una total falta de escrúpulos que de vez en cuando se hace notar con trágicos resultados.
Desde pequeño convivió con los insectos gracias a su habilidad, así que les cogió cariño. La gente los pisaba y los mataba sin más, cosa que le disgustaba mucho. Siempre le decían que un simple bicho no era para tanto, que no importaba si se moría, lo que le llevaba a pensar que qué más daba si un simple humano se moría. ¿Qué diferencia real había? Para Okisaka, toda forma de vida es igual de frágil e insignificante. Un humano no se diferencia mucho de un insecto, sobre todo si se enfrenta a sus habilidades.
Suele mostrarse alegre, indiferente ante todo. El mundo le hacía gracia, porque ve que la gente se lo toma demasiado en serio. Para él no hay nada de lo que no pueda burlarse, así que se limita a mirar con divertido desprecio a quienes se afanan en trabajar. Puede ser bastante cruel, pero solo porque le divierte ver las reacciones de la gente. Le gusta hacer enfadar a los demás por cosas que él considera triviales.
Trasfondo: Okisaka Yaraga es un cabronazo, o eso piensa todo el mundo. Nacido en la provincia de Ringo, en el país de Wano, llenó la mansión de su familia de insectos que controlaba gracias a su poder y aprendió de ellos lo efímera que es la vida. Descubrió que tomarse tan en serio algo como eso no vale la pena, que es mejor divertirse y no preocuparse mucho. Su propia muerte no le inquieta en absoluto, ni siquiera lamentó cuando le arrancaron los ojos por una deuda de juego. No hay nada más valioso en la vida humana que en la de un insecto, y no es tan tonto como para creer que un insecto importa lo más mínimo.
Historia: Nacido en el helado rincón de Wano conocido como Ringo, Okisaka Yaraga se convirtió en heredero tras la muerte de su hermano mayor. Nunca fue muy amigable, y cuando comió aquella extraña fruta se volvió también extraño. Hablaba con los insectos y pasaba mucho tiempo en su compañía. Lloraba cuando la gente los aplastaba y no entendía que “solo era un maldito bicho”. No se sabe exactamente cuándo empezó a comparar a los humanos y a los insectos. Un día vio morir a un hombre, algo no tan raro en Wano, y se preguntó si también daba igual, si solo era un maldito humano. ¿Había diferencia entre una vida y otra? De ser así, Okisaka no la conocía.
Siguió la senda del samurái, pero nunca terminó de entender el concepto de honor. No entrenaba para luchar por nada ni por nadie, aunque tampoco sabía por qué lo hacía. Decidió que le gustaba ser fuerte, le divertía, y no necesitaba más. Por eso vivía, por diversión, porque estaba hecho para eso. Apostaba y perdía, robaba y atemorizaba. Cuando perdió los ojos, Okisaka se rió. Le pareció innecesario preocuparse por algo como eso. No tenía ojos; ¿y qué? No era para tanto.
Salió del país un par de veces, pero siempre terminaba volviendo. Ahí fuera había demasiado ruido. Piratas, marines, revolucionarios... Todos se tomaban la existencia demasiado en serio. Él estaba a gusto en su propio reino, su propio hormiguero lleno de pequeños bichitos encerrados en un diminuto mundo. Se convirtió en rōnin y renunció a su herencia, porque tener dinero lo haría todo demasiado aburrido. Era más interesante tener algún obstáculo de vez en cuando, al menos así tendría algo interesante que hacer antes de que alguien lo aplastara como a un bicho.
Habilidades: Okisaka es el mejor contando chistes e historias de todo Wano, o eso dice él. Uno de sus grandes talentos es inventárselas y sacarse unas monedas con ellas. A veces hasta las acompaña con música que él mismo compone o que ha plagiado sin escrúpulos. Si bebe alcohol, cosa que no tolera en absoluto, incluso baila. Por supuesto, nadie que aprecie su vida se atrevería a decirle que lo han visto bailar borracho.
Fortalezas: El mayor talento de Okisaka es hablar. Siempre tiene conversación, siempre sabe qué decir. Se le da muy bien confundir y persuadir usando solo palabras, tanto como provocar a sus rivales para que cometan errores. Con unas cuantas frases bien dichas consigue que el más pintado pierda los nervios y baje la guardia. También es bastante inteligente, aficionado a usar su poder para tender trampas cuando combate.
Torpezas: Okisaka siempre ha sido ambicioso, motivo por el cual es cliente vip en toda sala de apuestas que ha pisado. Pierde dinero con una facilidad pasmosa, sobre todo porque no sabe cuando parar incluso aunque vaya ganando. Tampoco sabe beber -lo sacan del té y su estómago se descompone-, ni comer con palillos, lo cual es un problema en un lugar donde solo se come con palillos. Ha probado a fabricarse él mismo diferentes cubiertos para comer cómodamente, pero no se le da nada bien fabricarlos ni tampoco tiene demasiada imaginación.
Debilidades: Es un tanto confiado y tiende a despistarse bastante cuando no combate en serio. Es más, a menudo olvida dónde ha dejado las cosas, y eso incluye sus propias armas. Como le gusta tanto hablar, suele ponerse a conversar con sus rivales incluso mientras están peleando y es normal que diga algo que no debería o que pierda el tiempo con tanta cháchara. Por ese motivo no se le da bien hacer cosas a contrarreloj.
Inventario: Sus armas y un amplio repertorio de insectos.
Pertenencias: -
Nombre: Okisaka Yaraga
Apodo: Enjambre
Raza: Humano
Sexo: Hombre
Edad: 27
Rango/Empleo: Ciudadano
Isla de origen: Wano (Nuevo Mundo)
Clase:
- Fuerza: Rango 11 - Maestría en Habilidad
- Resistencia: Rango 9 [8 por nivel + 1 por raza] - Maestría en Aguante
- Velocidad: Rango 11 - Maestría en Aceleración
- Destreza: Rango 9 [8 por nivel + 1 por raza] - Maestría en Reflejos
Maestría extra: Duelo
Estilo de lucha: Okisaka es un experto en el Estilo de los Tres pasos, una escuela de combate que basa su defensa en permanecer prácticamente estático, combatiendo en un área pequeña de un máximo de tres pasos. El espadachín detiene o esquiva los ataques del contrincante casi sin moverse, y pasa al ataque de forma rauda y salvaje, todo lo contrario a su forma de defenderse.
Armas: Okisaka posee una nodachi llamada Kirissho, cuya hoja mide 1,10m, y una katana llamada Arizuka.
Oficios:
Intérprete:
- Bailarín: Rango 13
- Ilusionista: Rango 13
Músico:
- Solista: Rango 13
Akuma no mi:
- Nombre: Mure Mure no mi
- Tipo: Paramecia
- Poder: Convierte al usuario en un hombre-enjambre, pudiendo alojar en su cuerpo a cuanto insecto desee y controlarlos a su voluntad.
Haki: H. armadura de nivel 11 (Sintonía en Armamento) - H. observación de nivel 10 (Sintonía en Visión)
- Técnicas:
- Ejército de monstruos ardientes: Okisaka libera de su dedo índice unos cuantos miles de hormigas paraponeras que atacan al enemigo. La picadura de estos insectos produce un dolor similar al de un balazo.
Nube voladora: Como camuflaje, ocultación o simple fanfarronería, Okisaka sopla una auténtica nube negra formada por cientos de moscas.
Tsunami de un millón de patas: Del cuerpo de Okisaka brotan miles de insectos de todo tipo que se abalanzan sobre todo cuanto esté a su alcance.
Ráfaga de zumbidos: Consiste en liberar decenas de avispones venenosos, cada uno del tamaño de un gato.
Parásitos de acero: En la hoja de la nodachi habitan pequeñas larvas que se adhieren a la herida provocada por el arma, se introducen bajo la piel de la víctima y se alimentan de su sangre.
Masticadoras: Okisaka arroja desde sus manos o hace brotar desde cualquier parte de su cuerpo unas orugas carnívoras de crecimiento rápido que se alimentan de su haki. Pueden alcanzar perfectamente los tres metros de longitud, y se lanzan sobre cualquier adversario para intentar devorarlo.
Ola de luz celestial: Okisaka da un rápido giro sobre sí mismo y proyecta una onda cortante con forma de media luna.
Terro volador: Usando una gran cucaracha voladora que habita dentro de él, Okisaka hace que sus alas emerjan de su espalda y de ese modo puede volar.
Brillitos con alas: Gracias a un grupo de luciérnagas, la oscuridad ha dejado de ser un problema. Okisaka puede liberarlas o simplemente hacer que brillen dentro de él.
Curación de mil patas: Cualquier herida que reciba será cerrada rápidamente por los insectos que viven en su cuerpo. También puede sustituir un miembro cercenado por un bonito y exagerado ciempiés venenoso.
Aspecto: A pesar de ser un mortífero guerrero, Okisaka parece alguien bastante anodino. Es un joven de estatura media y cuerpo atlético, con ese tipo de rostros que pasan totalmente desapercibidos: nariz pequeña, labios finos, una cicatriz en la sien derecha... Ah, y no tiene ojos. Los perdió ante una gente a la que le debía dinero, así que ahora en el lugar donde antes estaban sus ojos pueden verse hormigas y otros insectos correteando, cortesía de su poder. Lleva el pelo, de un color castaño normal e intrascendente, peinado de punta, aunque con un mechón que sobresale sobre su frente.
Su afición por las culturas extranjeras le lleva a vestirse como los pocos viajeros que consiguen llegar a Wano. Aunque usa sandalias de madera, típicas de su patria natal, viste unos pantalones vaqueros que no pegan nada. Bajo un kimono gris con estampado de lunares más oscuros lleva una camiseta blanca.
Personalidad: Okisaka es uno de los tipos más odiados de Ringo, pero lo equilibra un poco con el miedo que le tiene la gente. Por un lado, es un engreído charlatán y mentiroso, obsesionado con las apuestas y miserablemente tacaño; por otro, bajo su habitual sonrisa se esconden una indiferencia absoluta hacia todo y una total falta de escrúpulos que de vez en cuando se hace notar con trágicos resultados.
Desde pequeño convivió con los insectos gracias a su habilidad, así que les cogió cariño. La gente los pisaba y los mataba sin más, cosa que le disgustaba mucho. Siempre le decían que un simple bicho no era para tanto, que no importaba si se moría, lo que le llevaba a pensar que qué más daba si un simple humano se moría. ¿Qué diferencia real había? Para Okisaka, toda forma de vida es igual de frágil e insignificante. Un humano no se diferencia mucho de un insecto, sobre todo si se enfrenta a sus habilidades.
Suele mostrarse alegre, indiferente ante todo. El mundo le hacía gracia, porque ve que la gente se lo toma demasiado en serio. Para él no hay nada de lo que no pueda burlarse, así que se limita a mirar con divertido desprecio a quienes se afanan en trabajar. Puede ser bastante cruel, pero solo porque le divierte ver las reacciones de la gente. Le gusta hacer enfadar a los demás por cosas que él considera triviales.
Trasfondo: Okisaka Yaraga es un cabronazo, o eso piensa todo el mundo. Nacido en la provincia de Ringo, en el país de Wano, llenó la mansión de su familia de insectos que controlaba gracias a su poder y aprendió de ellos lo efímera que es la vida. Descubrió que tomarse tan en serio algo como eso no vale la pena, que es mejor divertirse y no preocuparse mucho. Su propia muerte no le inquieta en absoluto, ni siquiera lamentó cuando le arrancaron los ojos por una deuda de juego. No hay nada más valioso en la vida humana que en la de un insecto, y no es tan tonto como para creer que un insecto importa lo más mínimo.
Historia: Nacido en el helado rincón de Wano conocido como Ringo, Okisaka Yaraga se convirtió en heredero tras la muerte de su hermano mayor. Nunca fue muy amigable, y cuando comió aquella extraña fruta se volvió también extraño. Hablaba con los insectos y pasaba mucho tiempo en su compañía. Lloraba cuando la gente los aplastaba y no entendía que “solo era un maldito bicho”. No se sabe exactamente cuándo empezó a comparar a los humanos y a los insectos. Un día vio morir a un hombre, algo no tan raro en Wano, y se preguntó si también daba igual, si solo era un maldito humano. ¿Había diferencia entre una vida y otra? De ser así, Okisaka no la conocía.
Siguió la senda del samurái, pero nunca terminó de entender el concepto de honor. No entrenaba para luchar por nada ni por nadie, aunque tampoco sabía por qué lo hacía. Decidió que le gustaba ser fuerte, le divertía, y no necesitaba más. Por eso vivía, por diversión, porque estaba hecho para eso. Apostaba y perdía, robaba y atemorizaba. Cuando perdió los ojos, Okisaka se rió. Le pareció innecesario preocuparse por algo como eso. No tenía ojos; ¿y qué? No era para tanto.
Salió del país un par de veces, pero siempre terminaba volviendo. Ahí fuera había demasiado ruido. Piratas, marines, revolucionarios... Todos se tomaban la existencia demasiado en serio. Él estaba a gusto en su propio reino, su propio hormiguero lleno de pequeños bichitos encerrados en un diminuto mundo. Se convirtió en rōnin y renunció a su herencia, porque tener dinero lo haría todo demasiado aburrido. Era más interesante tener algún obstáculo de vez en cuando, al menos así tendría algo interesante que hacer antes de que alguien lo aplastara como a un bicho.
Habilidades: Okisaka es el mejor contando chistes e historias de todo Wano, o eso dice él. Uno de sus grandes talentos es inventárselas y sacarse unas monedas con ellas. A veces hasta las acompaña con música que él mismo compone o que ha plagiado sin escrúpulos. Si bebe alcohol, cosa que no tolera en absoluto, incluso baila. Por supuesto, nadie que aprecie su vida se atrevería a decirle que lo han visto bailar borracho.
Fortalezas: El mayor talento de Okisaka es hablar. Siempre tiene conversación, siempre sabe qué decir. Se le da muy bien confundir y persuadir usando solo palabras, tanto como provocar a sus rivales para que cometan errores. Con unas cuantas frases bien dichas consigue que el más pintado pierda los nervios y baje la guardia. También es bastante inteligente, aficionado a usar su poder para tender trampas cuando combate.
Torpezas: Okisaka siempre ha sido ambicioso, motivo por el cual es cliente vip en toda sala de apuestas que ha pisado. Pierde dinero con una facilidad pasmosa, sobre todo porque no sabe cuando parar incluso aunque vaya ganando. Tampoco sabe beber -lo sacan del té y su estómago se descompone-, ni comer con palillos, lo cual es un problema en un lugar donde solo se come con palillos. Ha probado a fabricarse él mismo diferentes cubiertos para comer cómodamente, pero no se le da nada bien fabricarlos ni tampoco tiene demasiada imaginación.
Debilidades: Es un tanto confiado y tiende a despistarse bastante cuando no combate en serio. Es más, a menudo olvida dónde ha dejado las cosas, y eso incluye sus propias armas. Como le gusta tanto hablar, suele ponerse a conversar con sus rivales incluso mientras están peleando y es normal que diga algo que no debería o que pierda el tiempo con tanta cháchara. Por ese motivo no se le da bien hacer cosas a contrarreloj.
Inventario: Sus armas y un amplio repertorio de insectos.
Pertenencias: -
Deathstroke
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
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Agilidad
Destreza
Precisión
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Akuma no mi
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