Capitulo 7 - B

Me quedé quieta preparada por si nos disparaban de nuevo, pero antes de que diera tiempo a nada más, las plantas comenzaron a quemarse por culpa de Ahiru. Arya intentó ayudar tirando un cubo de agua, o eso parecía, pero cuando se metió en su camarote el fuego siguió propagándose.

-¿Pero qué cojones...? ¡Que alguien apague esto! ¡Droooooooooooooomp! -grité desesperada hacia donde estaba el gigante, él era el único candidato que se me ocurría que podría apagar el fuego fácilmente. Subí al palo mayor para que el fuego no me alcanzara, pero tarde o temprano acabaría devorando el barco.

-¡Deja de hacer el vago y ven aquí a apagar esto! ¿Y se puede saber de qué te ríes?- pregunté confusa. No entendía nada, hasta que el humo comenzó a envolver el barco. No podía casi respirar, y lo peor de todo es que ya no me importaba el fuego, me parecía divertido y no pude evitar sonreír mientras lo miraba. No recordaba haber estado antes tan feliz. No fui capaz de articular más palabras, me quede mirando fijamente las llamas con una sonrisa en el rostro.

Estaba en la cubierta del barco, intentando matar el tiempo con Eli, ya que Erika estaba desaparecida, seguramente leyendo en su camarote y no podía ir a molestar a Arya porque desde que sus cacharros se rompieron está tan mustia que ni respondía a mis provocaciones como es debido. Mataría por poder atrincherarme en la cocina con algún experimento culinario, pero Elizabeth me lo había prohibido puesto que escaseaban las provisiones y no podía derrochar comida hasta conseguir dinero para abastecernos.

Estaba dando cuenta de la tercera botella de ron del día cuando el capitán se acercó a nostras de muy buen humor diciendo no sé qué de una planta espiritual. No lo entendí hasta que Elizabeth no llenó el maldito barco con ellas. Sabía de que se trataba, por supuesto, aunque nunca las había probado ni podría habérmelo permitido: no eran baratas. Aún así, sabía que tenía un amplio mercado e incluso una vez no hace mucho en una taberna conocí a un tipo trabaja para un hombre que las cultivaba en sus terrenos y me habló sobre el tratamiento de la planta.

Cogí una hoja epecialmente verde y la olfateé con curiosidad. No había prestado mucha atención a aquel chavalín, pero si recordaba alguna de las cosas que me había comentado, especialmente sobre la elaboración de alimentos con droga en el interior, que colocaban incluso más que fumarse las hojas. Sonreí con satisfacción y malicia.

--Cuando lleguemos a tierra todo el mundo a vender

Creo que era el plan para la obtención de fondos más original que había propuesto nuestro capitán hasta el momento, pero era una puta genialidad. Así podría volver a las cocinas y de paso conseguir con qué llenar de nuevo la bodega. No soportaba ver mi amada despensa vacía ni un día más.

En ese momento un olor peculiar llegó a mí. Era... bueno, era indescriptible, olía a fogata, pero no precisamente alimentada con leña. Fue entonces cuando vi el fuego. Mierda, eso era culpa de la mascota o de la tonta de Ahiru. ¡Qué se quemaba la plantación!

Tan rápido como pude, corté las plantas más cercanas a mí, las que no se habían empezado a quemar aún y las apilé lejos de la catástrofe. Pensándolo bien, estábamos en un barco de madera y el fuego iba a mandarnos a pique, pero eso lo dejaba para que lo solucionaran las mentes pensantes.

Mmmmh, eh pequeña pirata... Pffff ¡YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA -balbuceó el capitán.

¿Qué coño le pasaba a este? Se le había ido la pinza. Aunque... pensándolo bien... yo también estaba un poco mareada... Se me nublaba el pensamiento. Fugazmente recordé lo poco que sabía sobre nuestra planta espiritual espiritualosa... Solo su humo ya alucinaba a la peña y les hacía ver lucecitas de colores, como esas tan monas que yo estaba viendo ahora, miralas que monas...

Joder, igual yo también estaba ida de la olla.

-Eh locos... vamos a vender esta mierda ¿no?
- Joder Capi... joder, esa idea es cojonuda. ¡Con razón eres el capi, Capi! -me empecé a reír yo sola. Normalmente mis carcajadas eran estruendosas, pero esta vez me salía la risa floja -Nos vamos a hacer de oro. Y ahora... ahora yo me voy a la cocina a preparar bizcochos espirituales. ¡Jeje, he dicho espiritual! ¿Donde coño está la cocina?

Estaba a punto de entrar en mi camarote, cuando un fuerte olor acre empezó a invadir el pasillo. Tardé unos segundos en reconocer el olor e instantáneamente volví corriendo sobre mis pasos ¿No había apagado ya la fogata? A medida que me acercaba a la puerta, y el humo se iba volviendo más y más intenso, mi mente empezaba a nublarse y a distraerse con las vetas de la madera...

¿A dónde iba? ¡Una puerta! Alargué una mano para coger el pomo pero me distraje con mis dedos ¿Siempre habían parecido palos de helado? Levanté la mirada y vi la puerta ¡Una puerta! ¡Eso no estaba allí antes! Me habría pasado toda la vida mirándola, era tan bonita...

Entonces escuché las voces de mis compañeros al otro lado, pero ¿Seguro que eran mis compañeros? ¿Seguro que no era una gran águila cósmica de colores que había venido a llevarnos al reino cósmico de colores de las águilas cósmicas de colores?

Rápidamente abrí la puerta y salí a cubierta. Allí no había ningún águila, pero el humo era mucho más espeso. Era algo impresionante ¿Cómo podía algo estar en un sitio y no estar al mismo tiempo? Intenté cogerlo con la mano, pero se me escapaba, era tan fugaz como la vida, como un eructo o como un pedo del Capitán. Impresionante...

Avanzando entre el humo cósmico choqué con alguien y me hice un poco de daño ¿El dolor existía o era solo una ilusión? ¿Acaso era como el humo? Me encantaba el humo... pero Unity no era humo y yo me había chocado con Unity no con el humo, porque no te puedes chocar con el humo a no ser el humo decidiera que te chocaras con él. Cómo molaba el humo...

-Unity, tía ¡No eres humo! -exclamé ¿¡Cómo no me había dado cuenta antes!?

Spoiler:

Cada vez hacía más calor, el sudor perlaba mi frente y era asfixiante. Me quité la camisa y la tiré al fuego, sin pensar en las consecuencias. La verdad es que nada me importaba en ese momento, a pesar de que el barco se podría hundir en escasos minutos y yo morir ahogada en el mar, era feliz.

No me quería acercar mucho al borde, estaba algo mareada y podría caerme de cabeza, pero el fuego me llamaba. Las llamas se agitaban cada vez con más fuerza a unos metros bajo mis pies y sentía la necesidad de unirme a su danza, de fundirme con ellas y ser uno.

¿Pasaría algo si bajaba unos segundos? Me daba la impresión de que las llamas no me quemarían, ellas eran mis amigas y querían jugar conmigo. Seguro que si me lanzaba desde aquella altura serán capaces de frenar mi caída.

Las llamas cada vez crecían más, llegaban hasta las plantas de mis pies y las rozaban provocándome leves cosquillas, pero ¿Cómo habían crecido tanto? Miré mejor hacia abajo, pero no era capaz de distinguir a qué altura estaba. Solo sabía que ellas me querían casi tanto como yo las quería a ellas. Eran tan brillantes y cálidas...

Notaba como mi cuerpo se caía y me agarré con más fuerza. No notaba ya las llamas ¿Habría sido verdad que me habían llegado a los pies? De haber sido así todos habrían muerto, pero si era eso lo que el fuego quería había que respetarlo. Aunque tal vez se pudiera llevar bien con mis compañeros.

Me puse en pie como pude y comencé a gritar con los brazos en alto.

-¡Oh, fuego purificador! ¡Perdona estas almas en pena que no son capaces de reconocer tu poder! ¡No los mandes al ardiente infierno, elévalos conmigo al paraíso!

Estaba un poco nerviosa, no sabía bien cómo debía dirigirme a mi nueva deidad, esperaba que fuera capaz de perdonarles la vida al resto de la banda.

Noté de nuevo que caía y me senté velozmente antes de que ocurriera una desgracia.

El fuego era imparable, cada vez abarcaba más terreno, y para colmo, las órdenes de Eli se vieron aplacadas a causa de ese olor tan extraño. La verdad es que no había llegado a entender para qué necesitábamos esas plantas, algo de venderlas dijo la segunda al mando pero ¿para qué?

Un humo denso comenzó a condensarse a nuestro alrededor. No parecía humo de fuego normal, tenía un olor extraño, y los miembros de la banda se comportaban de una manera inusual. Me daba que esa planta no era muy normal, y me di cuenta demasiado tarde.

Pronto empezó a afectarme a mí también. Notaba como mi cuerpo se relajaba y eso me estaba poniendo nerviosa. Me alejé corriendo del fuego todo lo que pude y observé el panorama ¡Nada estaba en su sitio!

-¡Las llamas no son iguales! ¡Tienen que ser del mismo tamaño y color! ¡ESTÁ TODO MAAAAAAAL! -grité sin poder evitarlo. -¡Que alguien LO ARREGLE! ¡YAAAA!

Una extraña ira crecía cada vez más en mi interior. No soportaba ver tanto desorden, y unas lágrimas de impotencia comenzaron a resbalar por mis mejillas mientras me tiraba al suelo hecha una bola.

-No quiero ver esto, no quiero ver esto, si no lo veo no está aquí ¡No está!

Escuchaba el crepitar de las llamas, las voces de los tripulantes, el mar... Y nada sonaba igual. Me tapé los oídos mientras tarareaba una canción melódica para no saber nada de aquel desastre. Cerré los ojos y pude ver que imágenes sin sentido se arremolinaban en mi mente, era relajante, todas aquellas luces y figuras idénticas y simétricas.

¿Dónde se escondía la cocina? Cocina mala, no quería que la encontrara. Iba dando tumbos por la cubierta, con las preciosas hojas espirituales en mi bolsa, en los bolsillos y hasta dentro del escote. Algo chocó contra mí, pero no era la cocina.

-Unity, tía ¡No eres humo! -dijo Arya. Tenía los ojos enrojecidos y una sonrisa desquiciada. Estaba muy mona.

Me quedé pensando un momento en sus palabras y me di cuenta de que tenía razón.

-¡Es verdad! ¡No me había dado cuenta hasta ahora -entonces empecé a reírme de nuevo -Ay, rubia, pero que divertida eres, sí es que te quiero mazo.

Abracé a Arya con fuerza, levantándola y dándole una vuelta en el aire para luego depositarla en el suelo con cuidad. Bueno, quería dejarla con cuidado, pero me temblaban las piernas un poco.

Ahiru empezó a gritar. ¿Por qué gritaba? ¿Por qué querría alguien gritar en un día tan fantástico? Todo eran colorines, las lucecitas no paraban de titilin... titirin... tituitirin... ¡Eso que hacen las luces para brillar! Parecían luciérnagas en apareándose.

Además, las llamas hacían que el barco brillara con reflejos rojos. Jo, que bonito. Eh, mi abrigo también era rojo. Y mi falda. No molaba, el rojo era un color feo, era más bonito el rosa, como el pelo de Ahiru.

Me acerqué a la chica que se retorcía por el sufrimiento como un precioso gusanito de seda y me la eché al hombro.

-Vamos, Ahiru, no estés triste, aquí todos te queremos -me encaminé a la cocina o a donde yo creía que estaba la cocina, con ella en brazos -Vamos juntas a hacer bizcochos. ¿Has probado alguna vez los bizcochos espirituales? Yo tampoco, pero tienen que saber de putisima madre.

-¡Es verdad! ¡No me había dado cuenta hasta ahora. Ay, rubia, pero que divertida eres, sí es que te quiero mazo- y me cogió en brazos y me levantó. Dar vueltas en sus brazos fue lo más increíble que me había pasado nunca, el mundo giraba y se convertía en un enorme borrón de colores cósmicos, pero yo no me mareaba ni nada.

Después me dejó en el suelo y fue muy raro, porque el mundo seguía girando aunque yo estaba quieta ¿Y si el mundo no se para nunca? ¿Y si está siempre girando y un día salimos disparados? Que mal rollo cósmico...

Ahiru gritaba, el fuego me rodeaba con sus colores y yo me tumbé en cubierta, mirando el cielo azul que se movía en círculos ¿Hasta dónde llegaba el cielo? ¿Hasta el infinito? ¿O más allá?

Unity me había llamado rubia ¿Qué significaba ser rubia? Me llevé una mano a la cabeza y me solté el pelo, me sentía aprisionada ¡El pelo tenía que ser libre! ¡Libre como el humo!

Unity desapareció por una puerta (¡Puerta! ¡Qué concepto más hermoso!) con Ahiru bajo el brazo y yo las seguí. Por el camino me deshice de mi corsé ¡Los corsés son malos! ¡No te dejan ser como el humo! Y empecé a deshacerme de la falda. Unity era impresionante, Unity era cósmica.

Tras el balazo de cañón que vino hacia nosotros y que Kirito rápidamente despejó, me di cuenta de que nadie se encontraba en la torre de vigilancia ni en las cercanías. Al caer la bala al agua, la explosión creó una gran onda en el agua que hizo que el barco tomara impulso y fuese con la corriente a favor hacia el muelle. No había ni un alma en el muelle, lo cual me tenía desconcertado y un poco mosqueado. Comencé a observar todo lo que nos rodeaba pero no veía nada más que telarañas, casas abandonadas y soledad. Miré a Kirito y le dije:

- Capitán, tú decides, yo voy a bajar a inspeccionar esto igualmente a ver si encuentro al gracioso que nos ha disparado, pero si tienes que añadir algo antes de disiparnos, este es el momento.

Me quedé esperando la respuesta del capitán y mientras iba preparándome para bajar del barco a dar una vuelta por allí.

-Cría cuervos y te sacarán los ojos-dijo taiko dentro del túnel.-

Stinger pudo oírlo debido a su transformación en forma híbrida, que tenía los sentidos de vista, oído y olfato mucho más desarrollado que las de un humano común. Esto lo distrajo lo suficiente como para prestarle nuevamente atención, lo demás le importaba ya poco, primero daría una paliza al nuevo y después haría lo mismo con los aldeanos.

Descendió hacia dónde estaba el nuevo. Entró en el hueco con él.

-Dime lo mismo a la cara, o es que sólo sabes hablar a espaldas de alguien, después eres tú el que me recrimina por hablar así de la rubia-amenazó Stinger sonriente.-

Apenas entraba en aquél agujero debido a su inmenso tamaño. Lo cogió por el pecho de la ropa con el brazo derecho y lo sacó del túnel. Empezó a volar con este en una de sus garras sobrepasando la altura del muro de acero, reforzado con paladio. Llegaron a 50 metros de altura.

-¿Ahora me vas a demostrar tu poder "amiguito" o prefieres que te deje caer?-dijo Stinger con el brazo estirado y con el nuevo colgando de su brazo.-Si me pides perdón a lo mejor te perdono la vida-soltó una carcajada.-

Aún estaba en el agua, que era de un color azul intenso... precioso, metálico, sangriento... ¡ERA MI MOMENTO! Era el capitán Marea Dromp hijo de Dromp Dromp nieto de Tulipano el gigante. Tenía que ser el héroe más grande jamás visto.

Aún tenía activado el Kami-e y tenía los nervios a flor de piel pero estaba a su vez muy relajado y lo veía todo bonito.
¡OH MAR! Que ancho y largo eres, incluso más que yo. Oh mar que azul eres, azul como el color azul y salado como una montaña de sal.
¡PARA DE DISTRAERTE DEL TEMA! Tengo que salvarlos.

Entonces me pude dar cuenta de que el barco en llamas iba directo a un muelle... y que solo yo podía salvarlo así que me sumergí todo lo que pude en el agua.

-SORU-

Se formo una gigantesca ola detrás de mí y de golpe desaparecí. Cuando estaba cerca del barco use el paseo lunar para salir del agua de golpe haciendo que el barco se tambalease en gran medida.

-¡SOY EL HEROICO Y SENSUAL DROMP!

Entonces con el Seimei Kikan hice que mi pelo creciera mucho en un abrir y cerrar de ojos. Y con él agarré el barco para posteriormente volver a usar el Geppou para así elevar el barco del agua y terminar aterrizando estrepitosamente en tierra dejando el barco anclado en la tierra y no en el mar como era normal.
Por el movimiento todas las hojas se habían ido volando y las llamas se esfumaron. Solté mi pelo del barco y lo volví a su forma normal.

No sabía cuánto tiempo llevaba en el palo mayor. Solo sabía que el calor de las llamas era cálido a la par que atrayente. No podía dejar de pensar en qué pasaría si me lanzaba. Tal vez las llamas me acogieran en sus brazos, o a lo mejor eran infinitas y me pasaba toda la eternidad cayendo entre ellas. Incluso a veces creía realmente que había caído, aunque luego misteriosamente estaba de nuevo en el mismo lugar.

Estaba inmersa en mis pensamientos cuando un grito me hizo despertar. Parecía que era del capitán, pero estaba muy alejado. Me encontraba en un estado de completa relajación, cuando el barco comenzó a agitarse de manera excesiva. Sabía que no podría agarrarme lo suficiente, así que hice que unas lianas emergieran de las palmas de mis manos y se agarraran al mástil, así, sin usar la fuerza conseguiría permanecer sujeta.

Miré a todos los lados para intentar averiguar qué ocurría, pero lo único que pude ver es como el capitán se convertía en un monstruo peludo que llevaba a gran velocidad el barco hasta el puerto. Nunca había estado tan confundida, pero por suerte, el barco no se tambaleó mucho tiempo, y en unos segundos estábamos ya a salvo.

Miré hacia abajo buscando a mis amigas, pero no estaban allí, seguramente por culpa del capitán. Me lancé hacía la cubierta y fui descendiendo poco a poco con las lianas hasta tocar el suelo.

-Maldito gigante, se han ido por tu culpa. Estúpido y sensual Dromp -refunfuñé en voz algo más baja.

La cubierta había quedado con un tono negruzco a causa del fuego, pero no me importaba en aquellos momentos, yo solo quería volver a verlas.

Bajé del barco despreocupada. Se me había olvidado por completo el disparo y que mi camisa había sido devorada por el fuego. Me quedé quieta en tierra, esperando a mis compañeros y pensando en mis luminosas amigas que se habían esfumado.

La gran bala de cañon la habia conseguido mover nuestro capitan,haciendo que no nos diese...aunque bueno,creo que tuvimos algo de mala suerte,ya que la bala tras caer al mar produjo una explosocion que revomio el mar e hizo que el barco se acercara muy rapidamente a la base de la que nos habian lanzado esa maldita bala.
Entonces me pude dar cuenta de que la base estaba totalmente abandonada...me quede algo pensativo,era poco probable que el que habia lanzado la bala hubiese podido escapar muy lejos y era muy raro que aparte de estar todo abandonado nos la lanzara,quien se iba a poner a lanzar cañonazos a todos los visitantes desde una base abandonada,no tenia sentido alguno,pero bueno tampoco me importaba,ahora lo que debiamos hcer era encontrarle por lo que me puse de acuerdo con camus para baja e inspeccionar el lugar haber si le encontrabamos...

-Umm... creo que podriamos separarnos los tres e ir investigarnos por nuestra cuenta y reunirnos de nuevo en el barco en unas horas si no encontramos nada,a si no nos molestaremos demasiado...yo suelo hacer mucho ruido y no creo que te guste camus jajaj,bueno Kirito,tu decides,aunque veo que Camus va a bajar igualmente...

Les dije a mis dos namakas,a mi casi nunca me gustaba ir a investigar las cosas con otras personas,bueno no es que no me gustase pero yo siempre solia molestar demasiado ya que hacia demasiado ruido y no era muy sigiloso,a si que pensaba que esta era la mejor idea.

Estaba en la cocina, preparando bizcochitos con Ahiru y Arya. Normalmente me gustaba cocinar sola y sin nadie en la cocina... ¿Por qué? Con lo divertido que era estar con mis amigas. Era lo único que podía hacer más divertido la fabricaciones de bizcochos, que era la cosa más divertida del mundo. Ver como se iban mezclando los colorines, como la masa tomaba forma... Dios, no podía haber nada más apasionante en el mundo. ¿Por qué había estado malgastando mi vida en cosas inútiles cuando podía haberme dedicado a preparar bizcochos?

Molí las plantitas espirituales para echarlas en el bizcochos, mezclandolas con la harina, el aceite, las plantas, el chocolate, los bizcochos, el aceite, el azúcar, más azúcar la harina de aceite... ¡Pero si no existe la harina de aceite! Era tan gracioso que me puse a reír como una loca y se me calló al suelo un paquete de harina de acei... no, de harina normal y me llenó por completo. Ahora era blanca, blanca como un fantasma o una croqueta de bacalao. Quizás si me metía en el horno yo también me haría un bizcocho.

-Jo, tías, ser un bizcocho tiene que ser la cosa más guay del mundo.

Me sentía ligera como una pluma y estaba muy feliz. ¿Cómo no estarlo con todas esas lucecitas de colores que bailaban por la cocina? Me daban ganas de cantar y canté a viva voz mientras cocinaba.

Ahiru estaba temblando, agarrando el bol donde mezclaba el aceite con la harina como si fuera una cría de koala que viniera del cosmos sideral. Me acerqué a ella y comencé a acariciarle el pelo.

-Ahiru, amiga, que suave tienes el pelo. Es como tocar una nube -dije muy concentrada en mi tarea.

De pronto el barco enteró tembló y provocando que varias bandejas de bizcochos aún por hornear cayeran al suelo. Pensé que podía ser que el barco hubiera levantado el vuelo y se dirigiera a otros planetas a hacer un viaje astral al origen de la creación, pero se detuvo enseguida. Recogí los bizcochos caídos.

-No pasa nada, el suelo es algo natural, la madre tierra no puede hacer daño a sus hijos. ¿Sabes, Ahiru? Yo he creado estos bizcochos, por tanto soy su madre. Y como tú me has ayudado eres el padre. ¡Tenemos unos niños preciosos! -dije muy orgullosa de mis churumbeles -¿Y tú, Arya? ¿Quieres ser también el padre?

La cocina de Unity era el sitio más cósmico del mundo. Unity cogía un montón de cosas y las mezclaba para hacer una masa cósmica ¿El mundo es el mundo en realidad, o es un bizcocho a medio hacer?

-Tías, si el mundo es un bizcocho ¿Nosotros somos los muñequitos que se ponen encima de las tartas? ¿Somos de mazapán? ¿O de jengibre? ¿Va a venir alguien a comernos? Qué mal rollo cósmico... -todo lo que decía me sonaba perfectamente lógico.

Entonces, Unity se cubrió de harina y se transformó en la luna ¡En la luna! Yo me quedé mirándola con los ojos como platos. Era tan hermosa que no podía parar de mirarla, se movía como si flotara, aunque claro, con su transformación en satélite era normal. La luna flota, más que el humo incluso. Cómo mola la luna...

El barco dio una sacudida brusca y yo estuve a punto de caerme de la mesa, como un bizcocho más. Era culpa de mis botas, seguro. Los zapatos se cargan la energía cósmica, lo sabe todo el mundo. Intenté desatarme los cordones, pero mis dedos se enredaban; los palos de helado no eran nada útiles. Finalmente, conseguí liberar mis pies y los dejé al aire, libres como pajarillos.

-No pasa nada, el suelo es algo natural, la madre tierra no puede hacer daño a sus hijos. ¿Sabes, Ahiru? Yo he creado estos bizcochos, por tanto soy su madre. Y como tú me has ayudado eres el padre. ¡Tenemos unos niños preciosos! ¿Y tú, Arya? ¿Quieres ser también el padre? -la luna me preguntaba si quería ser el padre de sus hijos ¡Qué suerte! ¡Estaba tan feliz! Bajé de la mesa de un salto y me dirigí descalza hasta mi luna. El tacto de la harina bajo mis pies era increíble, tan tranquilizadoramente cósmico...

-De acuerdo, pero Ahiru y yo también queremos ser cósmicas -declaré, y cogí el paquete de harina cósmica y rocié lo que quedaba sobre las dos-. Y mi nombre ahora es Rayo de luna -me gustaba mucho más mi nuevo nombre, era más que cósmico, era... sideral. Para celebrar mi cambio de identidad, le dí un beso en la frente a Ahiru y otro a Unity.

Esperé bajo el barco, pero no apareció ninguno de la tripulación. Me sentía tan sola y triste de repente, todos me abandonaban, mi tripulación, mis amigas las llamas... Me entraron unas terribles ganas de llorar, y sin poder evitarlo, unas tímidas lágrimas se empezaron a asomar por mis ojos, para posteriormente brotar con más fuerza.

-¡¿Por qué nadie me quiere?! -grité en un arrebato completamente irresponsable por mi parte. Aún no sabíamos quién había disparado o qué tipo de gente podía haber en la isla, pero mi principal preocupación en esos momentos era conseguir que la gente me quisiera.

Subí velozmente al barco gracias al impulso de unas lianas y me tambaleé un poco. Después, me dirigí a la cocina, donde se encontraban Ahiru y los fantasmas de Unity y Arya.

-Pero... ¿Cuándo habéis muerto? -pregunté volviendo a llorar -¿Quién os ha hecho esto? ¡Lo pagará! Amigas mías ¿Vosotras me quisisteis mientras vivíais? Yo os quiero mucho y ahora nunca podré abrazaros porque os atravesaré ¡Mataré y descuartizaré al que me ha privado de vuestros abrazos y no en ese orden! ¿Dónde está? -dije mirando a todos lados sin lograr ver más que unas motas borrosas.

Todo era muy irreal, mis compañeras no podían estar muertas ¿Y si todo era un sueño? Tenía toda la pinta. Salí corriendo de la cocina y me dirigí a Dromp.

-Capitán ¿Acaso esto es un sueño? -pregunté confusa. A lo mejor las plantas nos habían hecho caer dormidos y ahora estábamos todos durmiendo en la cubierta y corriendo peligro. -Debemos despertarnos, podemos morir.

Hice que aquellas plantas volvieran a crecer por todo el barco en un intento desesperado de volver a la vida real.

-¡Todo acabará como empezó! -grité alzando los brazos y esperando de un momento a otro abrir lo ojos y despertar de aquella pesadilla.

A todo esto, se me había olvidado por completo que mi camisa había quedado hecha cenizas a causa de las llamas, por lo que mi parte superior se encontraba al descubierto.

En la cubierta del barco no había nadie y en la arena estaba Elizabeth... ¿llorando? Si, llorando. Así que pisé tierra y también pude ver como la segunda al mando se metía en la cocina para posteriormente salir de nuevo a la cubierta y gritar cuatro cosas y con sus pechos al viento hacer que crecieran plantas y bla, bla, bla.

¡CUANTAS COSAS EN UN SOLO MOMENTO!

Saqué la tela de mi bolsillo y se la lancé, tapando gran parte de la cubierta. El golpe con la tela habría sido bastante fuerte.

-¡Tápate y sigue el plan! ¡O NO LLAMO AL FUEGO!

Dicho esto me giré para mirar con alegría la isla... quería patos, muchos patos para comer. Y esperaba que esta isla estuviera repleta de ellos.

Takeshi, el jefe del gremio vino para decirme a mí y a mis nakamas que nos diéramos prisa, en lo que estaba de acuerdo ya que los habitantes de aquel pueblo cada vez se oían más y mas cerca, y eso me preocupaba.

Eh vosotros dejar de hacer el gilipollas de comportaros como unos críos y cumplir vuestra misión.

Joder, chicos, nunca madurarán.

De pronto, la cosa se puso más seria entre ellos, stinger subió al nuevo a unos 50m, eso hizo que me alterara y preocupara.

¡BAJAR DE AHÍ!

Grité desesperada pero no me oyeron ya que estaban a mucha altura. El nuevo empezó a hartarse y una ira tremenda se apoderó de él. Primero le dio un golpe en la nariz y comenzaron a descender, luego le arrancó las alas, después, cuando ya aterrizaron, apoyó su mano en su pecho para utilizarlo y no salir herido, algo que probablemente le rompió un par de huesos y por último comenzó a golpearlo con ese brazo enorme, en frente de mis ojos. No me lo podía creer, estaba viendo morir a uno de mis nakamas, y mientras lo hacía recordaba como conocí a Stinger en aquel bar mientras bebía sake y ese gilipollas de deadpool me fastidiaba… por aquel entonces no sabía que era uno de mis nakamas, pero me cayó bien desde un principio.

Mientras el nuevo golpeaba a Stinger decía frases que me herían, ya que por muy gilipollas que era Stinger, tenía algo que me divertía, sobre todo cuando me decía pequeña gatita.

¡¡Esta va por Islas Kyuuka!!, ¡¡Estas son Por Suzaku y Sohem Shakkin!!, ¡¡¡Y esta va por mi!!!, ¡¡¡Este es mi poder!!!, Todo ha terminado

Era lo que decía el nuevo mientras le pegaba, cuando pronunció ´´todo a terminado´´ mi pelaje corto se puso de punta, me acerqué a su cuerpo inerte, lo miré con mis ojos verdes esmeralda y no pude evitar derramar un par de lágrimas, y luego otro par, y otro sucesivamente… pero no podía derrumbarme, debíamos salvar la vida de los demás, me acerqué al nuevo y lo mire con mis ojos llorosos llenos de ira.

Eres un ser realmente despreciable, acabas de matar a uno de mis nakamas, no te mereces la vida, no te mereces mi respeto, no mereces nada. Cuando llegaste me pareciste un tio majo a pesar de todo, pero que sepas que si no te mato aquí y ahora es porque tengo una misión que cumplir y eres del mismo gremio y no quiero convertirme en un ser tan miserable y rastrero como tú.

Me di la vuelta y corrí hacia donde esta mi jefe esperando nuevas órdenes, lo miré con los ojos aun llorosos pero intentando sonreír con la esperanza de que no se diera cuenta de mi estado de ánimo, hacía mucho que no lloraba, y me fastidia hacerlo.

¿Cuáles son las nuevas órdenes?

Le pregunté a Takeshi con una voz un poco entrecortada pero que a penas se notaba.

Caminó con paso lento por la cueva mientra sigo a Take sin perderle de vista, ya que si lo hacia corría el riesgo de que me perdiera... y ahora que lo pienso como mierda se supone que me puedo perder si se supone que soy un navegante?. En unos 2 minutos o 3 Iku nos alcanzó ... pero vi algo en sus ojos... están llenos de dolor. Inmediatamente me di cuenta de que Stinger no la sigue.

-Iku... donde esta Stinger????-

Solamente al ver la expresión y los ojos llorosos de Iku me di cuenta de lo que paso. Puede que haya burlado a Take, pero Iku no me engañara a mi. Stinger y Taiko se supone que se iban a pelear... pero creo que Taiko llego demasiado lejos. Apreté los puños con rabia. Stinger es fuerte, me niego a creer que esta muerto. Stinger fue mi primer amigo dentro de la tripulación. Una expresión de odio lleno mis ojos, odio hacia una sola persona: Taiko.

-Take, Iku, saldre de esta cueva tengo cuentas que atender con alguién-

Sin darles tiempo de responder, me di la vuelta y me dirijo a paso decidido a la salida de la cueva con solo un objetivo en mente. Me tomó solo un minuto llegar a la entrada de la cueva y al ver a Taiko a punto de entrar a la cueva una furia invadió mi cuerpo. Para no dejarlo entrar me puse en frente de la cueva. Mis ojos se fijaron en el cuerpo de Stinger y un par de lagrimas salieron de mis ojos. Empecé a recordar como fue que conocí a Stinger en ese bar en Shellstown y como fue que nos hicimos amigos al invitarle una botella y enfrentándome junto a el contra la marine. Mi mirada se poso en Taiko nuevamente.

-Sabes???... Stinger fue mi primer amigo... es por eso que... por nuestra amistad te haré pagar por lo que hiciste-

Formé una gran cantidad de paladio líquido... una cantidad que nunca he formado hasta ahora. El paladio tomo forma de una ola gigante... mas grande que la que hice en Shellstown. Mientras que esa fue de unos 5 metros, esta es unos 15 metros o mas de altura y unos 8 metros de anchura. Agregué pinchos en la ola y la lancé. Esto va por ti Stinger.

-Paladium Ultimate Secret Technique : Paladium Spiky Tsunami (AB + Haki Básico)

Sin ver el resultado de mi técnica, volví a entrar a la cueva. Solamente escucho el ruido de la ola golpeando y arrasando. Ni yo se cuando la ola se detendrá. Rápidamente vuelvo donde Iku y los demás.

-Sigamos, ya hice lo que tuve que hacer-

Mantuve la caminata, mientras que a lo lejos todavía escucho el ligero ruido de la ola arrasando. De repente me tome el pecho y caí. Empiezo a respirar con fuerza e intento mantener mis ojos abiertos. Stinger fue vengado... pero esa ola gato lo último que me queda. Con ese último pensamiento caigo inconsciente.