Capitulo 7 - B

Cuando alcancé a Takeshi, Shinji me vio y me preguntó que donde estaba Stinger, no quería que se enterara por ahora, estamos en una misión y las cosas se están desviando un poco, como sigamos así, no hace falta que nos maten los aldeanos, ya lo haremos entre nosotros a este paso. Cuando quise darme cuenta, Shinji dijo que se iba, que tenía algo que hacer… pero a mí no me engaña, el lo que quiere es vengar la muerte de Stinger. Por un lado quería que lo hiciera, pero por otro, no se lo iba a permitir. Corrí a toda velocidad tras él (60 Km/h), a la entrada del túnel y vi como creaba una ola de paladio líquido, una ola enorme, nunca le vi hacer eso antes. Corrí a toda velocidad y dando un pequeño rodeo conseguí rodear la ola ya que solo tenía 8m de longitud, me dirigí a Taiko y lo agarré con la boca y alejé del paladio ya que siento la necesidad de proteger a mis nakamas como pantera a sus crías, y cuando ya pasó todo, solté a Taiko ya que sabe caminar solito y me dirigí a Shinji

Shinji, entiendo tu reacción, pero ahora no podemos matarnos entre nosotros, no lo hagas por favor, te lo pido como amiga y compañera, no te rebajes a su nivel y cumple la misión que es que todos, o bueno… casi todos, salgamos sanos y salvos de aquí.

Mis ojos lo miraban llenos de dolor y esperaba a que comprendiera que no es por Tiko, si no por todos ya que esto podría convertirse en una masacre, pero antes de que pudiera contestar cayó inconsciente al suelo, ni siquiera se con exactitud que haya oído mis palabras. Por lo visto, el crear aquella ola ha agotado su energía… lo agarré de la ropa con la boca y lo subí a mi espalda y miré a Taiko.

No comparto ningún cariño hacia ti, espero que si hay que luchar colabores ya que cada vez somos menos los que están en condiciones para hacerlo, y ahora vamos, no podemos dejar solo a Takeshi.

Me dirigí donde estaba Takeshi, pero no dije nada, no quiero preocuparlo por ahora, ya tiene suficiente con tener que salvarnos el pellejo a todos, simplemente me limito a seguirlo y a mirar a Taiko de reojo para ver que hace mientras oigo de fondo los gruñidos de los aldeanos, cada vez los oía más lejos pero no podíamos confiarnos.

Al parecer mi capitan habia escuchado mi idea y habia decidido seguirla,no se si para mi desgracia o para mi suerte,ya que seguramente esta isla seria peligroso...pero bueno tambien creia que podia cuidarme solo durante las dos horas que dijo el capitan,a si que deberia de intentar darme la mayor prisa posible para investigarlo todo a fondo,aunque no era una de las cosas que mejor se me daban la verdad.
Pegue un buen salto callendo al suelo de la isla,me dirigi por la derecha de la base ya que Camus se fue por el aldo contrario antes que nosotros bajasemos y Kirito se fue por la parte central.

Comence a caminar algo rapido mirando a mi alrededores y no veia nada,solo cosas ruinosas y telarañas,cada vez esto em estaba dejando mas paranoico...y si no habia nadie y era un fantasma y algo a si,me aterrabna algo la idea pero sabia que tenia que vencer a mis pequeños miedos y continuar.Tran mucho andar me fije que cerca mia se abria un camino,soltaba un pequeño resplandor del color de la bala de cañon que nos habian lanzado,esto me sorprendio bastante pues podia servirme de pista para continuar a si que rapidamente me encamine por ahi.Me daba algo de mala espina pero era la mejor pista que podia tener en esos instantes y aunque algunso de mis instintos me decian que era un trampa continue.

Cuando sali del camino me encontr en una especie de pueblo abandonado y como ya dije anteriormente,ruinoso,se parecia algo la base en ese aspecto.
-Nos ha dado por las cosas abandonadas por esta maldita islita la verdad...agg...esto em da bastante mala espina,no se si...a lo mejor ahi alguien por ahi...¡Holaaaa,¿ahi alguien por aqui?!

Dije a los cuatro vientos a ver si alguien me respondia pero parecia ser que no,entonces me puse a camianr despacio observando el maldito pueblo...

¿Qué ha cojones ha pasado?-se pregunta Stinger.-

Se había despertado en mitad una habitación, estaba confuso y ligeramente mareado. No sabía que podía estar haciendo allí, apenas recordaba nada. A pesar de todo estaba bastante cómodo en la cama en donde se encontraba tumbado y envuelto en unas sábanas. La cana estaba extrañamente limpia en comparación con el resto de la habitación, muy sucia y llena de telarañas. Se levantó de la cama utilizando sólo una sábana para cubrir su desnudo cuerpo. Las ventanas estaban cerradas con maderas, no sabía en que lugar se podría encontrar.

-¿Porqué coño estoy medio en bolas y dónde está mi ropa?-grita el joven cazador.-Sólo espero que ningún desalmado se haya aprovechado de mí-dijo ya más bajo.-

Caminaba por la habitación intentando buscar sus pertenencias. No tardó en encontrarla estaban todas sus armas y su ropa debajo de la cama. Las envolvió con la otra sábana de la cama. Se dispuso a salir de la habitación por la entreabierta puerta. Al abrirla pudo observar unas escaleras y otras tres puertas iguales que de la que había salido. Las abrió de una patada.

Estas habitaciones eran exactamente iguales que el dormitorio en el que estaba. La única diferencia apreciable era la suciedad que inundaba también las camas. Bajó las escaleras. Al bajar llegó a una cocina en la que estaba el fuego encendido. Era obvio que alguien lo tenía en esa casa, no sabía si había sido salvado o secuestrado, no recordaba bien las últimas horas.

-¿Quién me ha traído aquí y qué es lo que hago en esta mierda de casa?-gritó Stinger, algo enfadado.-

Llevábamos días, incluso semanas, navegando por aquellos mares, y todavía no nos habíamos topado con ninguna isla. En un primer momento, me encontraba en el palo mayor junto a mi catalejo, escrutando el horizonte en busca de nuevas noticias, pero la tardanza de las mismas me obligó a descender de los cielos y a internarme en mi camarote; el hecho de que permaneciera ojo avizor no iba a facilitar la llegada a tierra.

La jornadas pasaban lenta e inexorablemente, haciendo alarde de una rutina que no era del gusto de todos. Comíamos, bebíamos, presenciábamos las intensas discusiones entre el capitán y Elizabeth...y así constantemente. Daba la sensación de que estábamos encerrados en una especia de bucle temporal que se repetía una y otra vez. O eso creía.

A pesar de que era una hora avanzada de la noche, me encontraba despierto y sentado en mi cama, apoyando la espalda en el cabezal de la misma y observando el mapa que colgué en la pared el mimo día en el que me introduje en aquella tripulación. Con una cruz roja tachaba los lugares que habíamos recorrido desde el inicio de la aventura: eran pocos, pero como todos sabemos, Arabasta no se construyó en un día. Me incorporé y me dirigí al ojo de buey más cercano a mi posición, aunque sin abrirlo, pues las olas se encontraban tan embravecidas aquella noche que serían capaces de alcanzarlo y llenar mi habitación de agua.

Era extraño, pues aquel fenómeno no venía acompañado por las típicas nubes grisáceas que tapizaban el cielo y no dejaban pasar la luz de la luna. Mis ganas de dormir eran inexistentes, por lo que el remedio para aquel insomnio fue dar vueltas por mi habitación para mirar con escrupuloso detalle cada uno de los rincones de la misma, con la intención de acelerar la llegada del alba. Y así fue, pues antes de que pudiera darme cuenta, los fuertes rayos del sol comenzaron a salir del horizonte y penetraron por las ventanas de mi habitación con una fuerza increíble. Sabía que el inicio de la actividad sería inminente, pero los sucesos acaecidos habían hecho que mis predicciones se vieran adelantadas, hecho comprobado al escuchar a Elizabeth gritar algo desde la cubierta:

"¡Despertad holgazanes! Tierra a la vista."

Aquella idea me emocionaba, aunque no por ello salí corriendo de mi camarote para comprobarlo, si no todo lo contrario. Volví a sentarme pausadamente, no obstante esta vez en la silla situada frente a mi escritorio. Alargué mi brazo para alcanzar la pluma que reposaba en el tintero y comencé a escribir sobre uno de los diversos papeles que se encontraban desperdigados sobre la superficie de la mesa.

"¡Yargh! Dicen los rumores que muchos pueblerinos buscan una planta con la que hacen viajes espirituales o algo por el estilo. Eso son mierdas, lo que quieren es droga. Algo que les deje como idos y que no sea alcohol... ya sabes por donde voy. Así que ves creando la planta que vamos a venderla en aquel lugar."

El capitán, en otro de sus alardes de inteligencia, quería comercializar sustancias alucinógenas para ganar algún que otro pellizco de dinero. Su palabras, más fuertes de lo normal, retumbaban por toda la Perla Negra, mostrando su ilusión y entrega al plan que él mismo había tramado. De pronto, un fuerte disparo sonó, cual trueno, expandiendo su eco por todo el mar. Seguido de él, otro fuerte golpe y la caída de una gran masa al agua, ¿qué demonios estaba pasando? Dicha caída había causado que el barco se balanceara bruscamente de un lado para otro, lo que provocó que se volcara el tintero sobre las recientemente escritas líneas de mi trabajo. Me levanté y me volví a asomar al ojo de buey, topándome ahora con la visión del capitán sumergido en el agua y gritando sin cesar a Eli:

"¡Crea ya las plantas! ¡No me hagas perder más el tiempo!"

"¡Aquí tienes tu maldita planta!"- contestó Eli elevando la voz a su nivel-"Cuando lleguemos a tierra todo el mundo a vender."

"¡Bien hecho Elizabeth!"

Tras una leve pausa, la voz de Ahiru se unió a la acalorada conversación en cubierta. Era ciertamente extraño, pues debía estar pasando algo importante en la superficie como para hacer que prefiriera interaccionar con la gente antes que dormir.

"¡Fuego! ¡Fuego! Apagad el fuego que se queman las plantitas."

Realmente si que era importante: extremadamente importante. El fuego se propagaría fácilmente por la madera del barco y lo carbonizaría en cuestión de minutos. El problema se agravaría más sumándole el factor Akuma no mi que poseíamos algunos de los tripulantes, pues si caíamos al agua pereceríamos en el fondo del mar para el resto de nuestra existencia. Fui corriendo hacia la puerta de mi camarote con la intención de salir de él y subir a ayudar a mis compañeros, pero lo que pude oír hizo que me parara en seco y prestara mucha atención a las palabras.

"Mmmmh, eh pequeña pirata...Pffff ¡YAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHAHA! Eh locos... vamos a vender esta mierda ¿no? Vamos grumetitos míos, todos a tierra que tenemos que repartir felicidad pirata."

¿Risas? Incluso en esta situación tan crítica el capitán era capaz de estar de broma y cachondeo. Vaya, su irresponsabilidad a veces me pillaba desprevenido.

"¡Oh, fuego purificador! ¡Perdona estas almas en pena que no son capaces de reconocer tu poder! ¡No los mandes al ardiente infierno, elévalos conmigo al paraíso!"

"¡Las llamas no son iguales! ¡Tienen que ser del mismo tamaño y color! ¡ESTÁ TODO MAAAAAAAL!¡Que alguien LO ARREGLE! ¡YAAAA! No quiero ver esto, no quiero ver esto, si no lo veo no está aquí ¡No está!"

"Vamos, Ahiru, no estés triste, aquí todos te queremos. Vamos juntas a hacer bizcochos. ¿Has probado alguna vez los bizcochos espirituales? Yo tampoco, pero tienen que saber de putisima madre."

No era solo el capitán, el resto de mis camaradas también dejaban escapar de sus bocas tonterías sin sentido. Todo aquello comenzaba a ser cada vez más y más siniestro. De pronto, un fuerte olor comenzó a penetrar en mi cuarto y a extenderse por él. Me alejé de la puerta y clavé mi mirada en su margen inferior, pudiendo apreciar como un espeso humo blanquecino luchaba por hacerse paso hasta mi.

-¿Que demonios...?- dije mientras habría la puerta.

Para mi sorpresa, todo el pasillo de camarotes estaba siendo inundado por la nube anteriormente descrita, dejando a penas visualizar nada. Comencé a andar y me percaté de que la fuente de aquel humo provenía del exterior, entrando con fuerza por la puerta que separaba la cubierta de las estancias interiores. Avancé lentamente hacia ella, pero algo raro me estaba ocurriendo: mis pensamientos comenzaban a nublarse y mi capacidad motora disminuía por momentos. Tras unos pocos pasos más, tuve que apoyarme en la pared para evitar que mi cuerpo se cayera de bruces contra el suelo.

-Son las plantas alucinógenas de Elizabeth- pensé mientras caminaba restregándome por la pared- ¿Es eso lo que ardía?

Cuando pensaba que mis fuerzas se habían agotado y caería sin remedio ante el poder de las drogas, el barco empezó de nuevo a agitarse de forma extraña, como si estuviera suspendido en el aire. Acto seguido, una sacudida final hizo que perdiera el equilibrio y cayera de espaldas...

"¡SOY EL HEROICO Y SENSUAL DROMP!"

Me incorporé lo más rápido posible y me acerqué a la puerta de salida. Evitando tocar su pomo, que por el fuego anterior se encontraría a una elevada temperatura, tiré la puerta abajo de una patada y salí al exterior. Una vez allí, vi como gran parte de la cubierta lucía unas enormes manchas negras, supuse de quemaduras, y una gran cantidad de plantas adornaban la velas, el mastil y ciertas porciones más del navío.

"¡Todo acabará como empezó!"

Nada más salir, miré hacia mi izquierda, topándome con una Elizabeth desnuda de cintura para arriba que gritaba incoherencias a los cuatro vientos.

"¡Tápate y sigue el plan! ¡O NO LLAMO AL FUEGO!"

Evitando que su cuerpo siguiera expuesto al mundo, el capitán le lanzó un gran paño de tela que, además, cubrió toda la superficie del barco. Di un rodeo alrededor del bulto que producía la figura de Elizabeth bajo la tela y me apoyé en uno de los bordes de la embarcación. Aligeré sustancialmente la masa de mis huesos y salté de forma ligera para aterrizar sin problemas en la isla en la que el barco se encontraba atracado.

-¿Por qué hemos desembarcado sobre tierra?- dije autocuestionándome la rareza del suceso.

Continue caminando por ese poblado que me estab dando una mala espina que no veas.De cualquier parte podria saltarte algun enemigo o algo y ni siquiera te darias cuenta o incluso alguna trampa que los posibles logareños dejaron en antaño,pues parecia que por aqui en mucho tiempo no habia pasado ni dios la verdad.Por eso continue andando expectante de todo lo que podia ocurris aunque siempre seguir el camino violeta que me estaban marcando.Podia ser queesta fuera la trampa mas evidente,o tambien que era el unico lugar seguro...no tenia ni puta idea de que seria pero continue andando.

Tras mucho andar y pensar en esas idioteces el camino termino en un gran circulo en lo que parecia ser un parque...habia varias armas y utensilios de defensa tirados a si que pense que seria un lugar donde antiguamente entrenaban,me acerque al circulo pero una vez entre en el algo me soprendio,una especie de viento me rozo la cara que era en realidad una flecha hacia mi persona,mire de nuevo y pude ver 5 flechas mas,no tenia casi tiempo a si que rapidamente fui corriendo hacia a un lado y di una voltera al final y me aparte rapidamente del circulo en un rango donde las flechas no me alcanzaron

-Joder....que poco a faltado,casi me empalan contra la pared,dios...no se si habre activado alguna trampa al hacercarme al circulo o habra siado una persona pero no puedo arriesgarme a que me sigan viendo...jejeje

Me toque el pecho y entonces empece a convertirme en un cristal era casi tranparente y por lo tanto era bastante dificil verme y aparte si algun rayo de sol me daba podria cegarlos,me serviria,Luego me volvi a acercar al circulo sigilosamente para investigarlo mas a fondo...

El capitán me lanzó un trozo de tela que sacó mágicamente de su bolsillo.

-¡Tápate y sigue el plan! ¡O NO LLAMO AL FUEGO!

¿El capitán tenía el poder de invocar al fuego? Todo tenía sentido, para poder despertarnos el capitán tenía que llamar al fuego. Mientras tanto, estaríamos atrapados en este extraño sueño.

-No pienso taparme, total, esto es un sueño, nada es real ¡Libres domingos y domingas!

Tras decir esto me quité los pantalones e hice que de mi cintura crecieran unas hojas de gran tamaño que se me quedaron a modo de falda. Poco después, de mis pechos brotó una hoja en cada uno cubriéndolos. Esto era un sueño, pero no quería parecer una cualquiera.

Bajé del barco y me situé junto a Aspros. Qué sedoso tenía el pelo. Alcé la mano para acariciárselo y después mi giré hacia Dromp.

-Yo puedo crear más plantas de esas cuando vea gente. Coged las que queráis y vamos a venderlas.

Debía obedecer y tener contento al capitán para que llamara a las llamas y pudiéramos despertar.

Stinger vociferaba, se le podía escuchar en toda la casa. Sus gritos no tardaron en ser escuchados. Se pudo oír un golpe seco seco como si algo hubiese sido golpeado por una madera. Esto hizo que se callara y prestase atención a lo que había escuchado, alguien debía de estar en esa habitación, quizás el que lo había secuestrado (y quizás "aprovechado" de él). Se escucharon unos pasos en el piso de arriba, poco a poco iban bajando por la escaleras.

Salió un figura por el pequeño pasillo que había en las escaleras. Se le escuchaba como una voz de mujer ronca, y más gruesa de lo normal. Se frotaba la frente como si le doliese algo, quizás se había dado un golpe en la cabeza aquella extraña mujer. Poco a poco empezó a acercarse hacia él y pudo notar que no era una mujer... Se sentó y puso algo en el fuego.

-Te encontramos hace unas ¿2 semanas? eso no me acuerdo, te saco una de mis compañeras del agua, estabas casi muerto... Por cierto me llamo Leo, Leo Ferte-

Se asustó al contemplar a eso. Retrocedió contra el mueble de la cocina, cogiendo con fuerza la sábana que le cubría la parte inferior de su cuerpo.

-Feo Fuerte-repitió susurrando Stinger casi automáticamente y sin apenas darse cuenta.- ¿Porqué estoy aquí?-preguntó asustado.-

En ese momento se acordó de algo, estaba medio desnudo y se había despertado algo mareado en una cama que él no recordaba. Y aquello que se había aproximado hacia él era... lo que lo había metido en esa casa y probablemente habría sido un poco "cariñoso" con él al haberse quedado inconsciente. Estaba en shock, no se esperaba algo así, su hombría había sido mancillada.

-Espero que no me hayas hecho nada raro-dijo tartamudeando.-

Tragó saliva. Aún estaba contra aquel mueble sujetando con fuerza aquella sábana.

-Dime qué es lo que pasó y dónde estoy, apenas recuerdo nada y no tengo ni idea de dónde estoy. ¿Hay más cómo tú?-preguntó.-Soy Red Stinger, por cierto...-

A cada paso que daba dentro de aquel túnel, la situación empeoraba enormemente, ya no solo por la turba que intentaba entrar en el túnel creado por Takeshi, sino también porque dos de los miembros del gremio estaban fuera en una encarnizada batalla, golpes, alaridos de dolor y solo uno de ellos sobrevivio. Pronto me di cuenta de que Ikku estaba mirando ese dantesco espectáculo:
- IKKU NO SIGAS MIRANDO.
A pesar de mis suplicas ikku no podía apartar la vista y estaba demasiado lejos de ikku para hacer algo, sin embargo lo intenté, fui hacia ella, desafortunadamente no llegue a tiempo y vio toda la pelea. Después fue hacia el cuerpo inerte de Stinger y comenzó a llorar, a continuación se dirigió a Taiko, el cual asesinó a stinger y le dijo algo que no pude escuchar. Después me toco a mi dirigirme a taiko.
- Chaval, te diré que poco me importa que hayas matado a ese hombre, lo que no me ha gustado tanto es que mi compañera Ikku lo haya visto todo, simplemente recalcar que no te has cortado un pelo ¿eh, machote?. Bueno a lo que iba, no se cuan fuerte es Ikku mentalmente, pero como no pueda recuperarse y olvidar lo que ha pasado lo pasará realmente mal y no tolero que nadie le haga daño, del tipo que sea, a uno de mis nakamas y menos a ella asi que… Ve con ojo, porque yo personalmente no conoci demasiado a Stinger pero parece ser que era un buen amigo de Ikku asi que probablemente tarde o temprano te lo haga pagar caro lo que acabas de hacer.
Me di la vuelta y pronto divisé en la lejanía a Ikku la cual estaba con Takeshi y fui hacia ellos y cuando estuve a su altura me acerque a Ikku le puse una mano en el hombro y le dije:
- Siento no haberte impedido que vieras esa masacre. Se que antes intenté ligar contigo, pero también se ser un amigo y además, como siempre digo, en mi siempre tendrás un hombro en el que poder llorar y un corazón que te escuchará.
Al acabar de decir esto le sonreí, pero pronto Shinji se acercó a nosotros preguntó por Stinger y acto seguido se dio la vuelta y se dirigió hacia la entrada y eso solo podía significar una cosa el castigo para Taiko iba a dar comienzo, esto provocó que Ikku lo siguiera en su forma de pantera a toda velocidad para impedir que shinji se vengara de Taiko. Sabía que la reacción de Shinji e Ikku les podría costar cara si los aldeanos lograban alcanzarlos asi que los segui. Sabía que no podría alcanzarla, pero corriendo lo máximo que me permitían mis piernas logre al menos no perderla de vista. De pronto vi como una ola gigante se dirigía a Taiko a toda velocidad, pero este fue salvado por Ikku quien pronto volvió a dirigirse donde estaba Takeshi con Shinji montado en ella, ya que había caído inconsciente por el gran esfuerzo que tuvo que realizar para hacer la gran ola. Yo en poco tiempo también logré alcanzarles y menos mal que lo hice porque el paladio nos perseguia, sin embargo, Takeshi logró sellarlo tras un muro de acero. Y pronto Takeshi acabó el túnel y vimos por fin la luz del sol.

Alcanzamos a Takeshi y el dijo que Myo-o llevara a Shinji, por lo que le di su cuerpo y me transformé en humana, estaba cansada de estar tanto tiempo en mi forma completa de pantera.

Gracias

Le sonreí y luego mire a Sinclair, ya que antes de yo correr para salvar a Taiko dijo unas palabras que sacaran mi lado sensible, algo que no suele ocurrir.

- Siento no haberte impedido que vieras esa masacre. Se que antes intenté ligar contigo, pero también se ser un amigo y además, como siempre digo, en mi siempre tendrás un hombro en el que poder llorar y un corazón que te escuchará.

Sinclair, te lo agradezco pero el que lo haya visto no me va a hacer mas débil, si no todo lo contrario, solo es cuestión de algo de tiempo. Y te agradezco mucho el que me ofrezcas tu hombro y tu corazón para desahogarme pero… ahora no es momento para ello, debemos salir de aquí y ponernos a salvo.

Lástima que sea tan mujeriego, es un buen chico.

Me limpié las últimas lágrimas que me quedaban y luego lo volví a mirar con mis amables ojos morados, aun que aun seguían llenos de tristeza y dolor.

Al cabo de unos minutos, Takeshi acabó aquel túnel que me parecía interminable y por fin vimos la luz del Sol y todos salimos de él, bueno… casi todos ya que entre una cosa y la otra, perdimos de vista a Rankiji, algo que me hizo preocuparme bastante y pregunté alterada a todos…

¿Alguien vio a Renkiji?

Si pierdo a otro compañero no me lo perdonaré en la vida…

De pronto me acuerdo de que shinji sigue inconsciente por lo que me dirijo hacia él y le doy un bofetón para que se despierte, luego me siento a su lado para ver si da resultado.

Arya roció más harina sobre nosotras, hasta que estábamos blancas como muñecos de nieve. Después no beso a cada una. Yo no contesté, estaba empezando a marearme mirando los copos de harina flotar a mi alrededor para caer al suelo cuando soplaba el polvillo que había sobre mis brazos.

Tuve que dejar de lado ese placer para el espíritu cuando la campana de horno señaló que los bizcochos ya estaban listos. Abrí la tapa del horno para sacarlos. Estaban un poco calientes. ¡Uy que tonta! Se me había olvidado coger un trapo para no quemarme. La piel de las manos se me estaba empezando a poner rojiza, que bonito...

Cogí el primer trapo que vi y saque los bizcochos. Hice lo mismo con el resto de bandejas cuando estuvieron listas y guardé la bollería en una caja. En ese momento Elizabeth entró en la cocina. Estaba un poco diferente... ¿Se había cortado el pelo?

-Pero... ¿Cuándo habéis muerto? ¿Quién os ha hecho esto? ¡Lo pagará! Amigas mías ¿Vosotras me quisisteis mientras vivíais? Yo os quiero mucho y ahora nunca podré abrazaros porque os atravesaré ¡Mataré y descuartizaré al que me ha privado de vuestros abrazos y no en ese orden! ¿Dónde está?

Lo que decía Elizabeth no tenía sentido. ¿Estaba muerta? Me miré a mi misma como pude. Estaba muy blanca y ahora que lo decía me sentía bastante liviana, llevaba un rato sintiéndome así. Entonces tenía sentido. ¡¿Quién había sido?! ¡Pero sí yo no hacía daño a nadie, solo quería preparar bizcochos!

-Pero... pero no puedo estar muerta. ¿Habéis sido vosotras? -miré a Arya y a Ahiru -Si yo... si yo os quería. ¿C-cómo os habéis atrevéis a hacerme algo así?

Dicho eso me eché a llorar. Creo que no había llorado tan fuerte en mi vida, me dolía el pecho de sollozar.

-¡Me voy de este horrible lugar, donde en cuanto me doy la vuelta me matan! ¡Y me llevo los bizcochos conmigo!

Dicho esto salí de la cocina con la caja y no paré hasta bajar a tierra.

El Okama se rio un poco por las palabras de Stinger, una risita algo femenina, después de ello le clavo la mirada, unos ojos anaranjados y le contesto en un tono que ya no era femenino sino más bien de advertencia

-Vamos por partes, primero deberías de agradecer que te salvara la vida, Melodiam tenía pensado convertirte en uno de sus conejillos de indias, si te vas ahora en el muelle ahí dos barcos piratas que podes usar para salir de la isla si quieres quedarte... Dudo por salvarte de nuevo...-dijo Leo.-

-¿Quién es Melodiam?-preguntó Stinger.-

Dichas esas palabras la pava comenzó a sonar por el agua caliente evaporándose y el Okama se deshizo en cintas dejando un Den Den Mushi en la silla rodeado de cintas de millares de colores. Stinger quedó extrañado por la habilidad del okama. Tenía dudas todavía acerca de bastantes cosas pero quería salir rápido de esa casa y volver a la isla, de la que aún todavía recordaba algunas cosas, cogió el Den Den mushi.

-Gracias por todo, no estoy seguro de por qué me has ayudado, pero te lo agradezco igualmente-dijo Stinger, sin mucho convencimiento en sus propias palabras, mientras se dirigía hacia la salida.-

Sólo estaba con la sábana envuelta en la cintura y con una bolsa en la que tenía sus pertenencias corriendo hacia la puerta. No estaba seguro de qué habría fuera. Sin embargo poco le importaba le dio una patada y hecho la puerta abajo, no tenía ganas de abrirla con la mano. Se convirtió en su forma animal, sin embargo no se transformó en su forma común de grifo, sino en un águila de tamaño normal.

Esto fue algo que le preocupaba bastante, era posible que su fruta hubiese cambiado o "mutado", es como si estuviese en otro cuerpo. De todas formas no lo pensó mucho y salió volando en busca de algo que recordase con claridad. Se elevó a gran altura, estaba ya a 300 metros sobre el suelo, desde esa posición podía ver con claridad, incluso a un pequeño roedor, como una ardilla o un conejo,

Volaba por los alrededores del pueblo. Poco a poco al ver esas calles, le venían flashes de imágenes y recuerdos, como de un sueño que no recordaba del todo bien, era como si ya hubiese estado en esa isla, tenía un deja vu.

-¿A qué se refería con que no podrá salvarme de nuevo si salía a la isla?. ¿Significa que ya me ha salvado y que esta isla es peligrosa?-se pregunta Stinger en el aire.-

Con la visión que tiene acerca de gran parte de la isla no debería tardar en encontrar algo interesante o al menos algo que pueda aclararle mejor las dudas que tenía sobre la isla y su memoria.

Poco a poco me fui adentrando por aquel lugar, hasta aparecer ante mis pies un camino que me llevó hasta la sala de vigilancia, desde donde habían lanzado aquella bala. La puerta estaba cerrada, así que decidí tirarla al suelo disparando con una escopeta de uranio que salía desde mi brazo. Apunté a las bisagras, y las destrocé, tras esto le pegué una patada a la puerta y la tiré abajo. Entré y me di cuenta de que no había nadie, era un tanto extraño, así que me puse a investigar toda la sala a ver si encontraba algo interesante.

Parecía que me iba a tocar ir sola, pero Unity bajó también del barco un unos bizcochos. No sabía si querría venir conmigo o marcharse al más allá, pero en estos momentos no quería ir sola.

-Oye, ¿quieres venir conmigo a vender los bizcochos y las plantas? Vamos vamos vamos.

Comencé a andar esperando que alguien me siguiera, emocionada con nuestro nuevo negocio.

Habia conseguido como ya dije anteriormente esquivar las felchas satisfactoriamente,no habia sido dificil pues con una simple voltereta lo habia conseguido sin mas la verdad,pero igualmente hice mi traje de "camuflaje" por si las moscas pues uno nunca sabe lo que puede pasar en realidad a si que por eso me camufle.Tras eso volvi a acercarme lentamente al circulo e investigarlo un poco para ver lo que habia dentro,fui lentamente por si acaso el criculo era alguna trampa de verdad y no habia sido una persona la que me habia lanzado la flechas,despues de ver lo un poco mire al lugar donde me ahbia desplazo con la voltereta y vi una puerta que parecia que habian roto hace poco tiempo la verdad,me daba un poco de miedo pero como anteriormente con el camino violaeta rompi las pocas tablas de madera que quedaban por que las habia tapiado anteriormente...

-Que sea lo que dios quiera...jajajaj...vamos haya
Dije mientras que me metia dentro aunque la oscuridad lo cegaba todo y casi ni podia ver...

Vi como a la lejanía se levantaba una fina capa de humo... parecía ser de un derrumbamiento, y si las cosas se derrumbaban sería porque había gente y la gente compra... ¡Y NOSOTROS VENDEMOS!

-¡YAAAARGH! Vamos marineros, tenemos que llegar hasta el pueblo para vender nuestra mercancía. Riqueza, fama y poder nos esperan.


El efecto de aquella droga ya se me estaba pasando, pero ahora me dolía mucho la cabeza y tenía un hambre atroz, de todas formas aún seguía drogado y sonriente. Quizás me quedaran una o dos horas de efecto... o tres, o cien. No se contar. Ni siquiera se si se me estaba pasando el efecto... todo esto era y es muy curioso.