Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Lun 20 Mayo 2013 - 0:15}

04/01/2013

Hace demasiado calor...

Vagaba con un rumbo fijo por el reino de Lvneel: encontrar un bar. Había desembarcado allí con mi tripulación para comprar víveres de parte de Sohem, ya que Suzaku para variar estaba dormido. Bajé de mala gana aunque, siendo mi hermano Sohem el que lo mandó, tenía claro que haría más de una cosa. Decidí encontrar un bar, necesitaba urgentemente llenar el gaznate con algo fresco para bajar la temperatura de mi cuerpo.

¿Dónde estará el bar aquí?...no veo ni uno.

El reino de Lvneel era un lugar muy bonito. Se componía de casas y edificios muy bien hechos en un largo camino sobre verdes colinas de suave césped y flores. Después de media hora de búsqueda hallé una tranquila cantina al borde de una de las muchas colinas que había allí. Las puertas estaban muy bien cuidadas. Entré apartando ambas puertas con las manos y observé el panorama. Había muy poca gente. Solo dos mujeres tomando té en una mesa y un hombre bebiendo sake en la barra. Me acerqué a la barra y me senté en un taburete.

~ Camarero, un té blanco, frío por favor. - dije con tono amable.

El camarero no tardó más de cinco minutos en traer mi bebida y la cuenta. La cogí y leí el precio. Cinco berries. Metí la mano en mi cartera y saqué el dinero exacto y lo puse sobre la barra.

Quizás el día no sea tan malo a fin de cuentas...

19/05/2013

Esto no ha cambiado nada desde la última vez que estuve aquí, hace 10 años, que bonito...

Hace dos días que caminaba por estos lares. Estaba buscando a mi madre, pero no la encontraba por ningún lado...me sentía muy triste y cansada. Recordaba este pequeño reino y las veces que había venido con mi madre y mis hermanos a una pequeña casa de té. Un escalofrío recorrió mi cuerpo al llegar a la zona antigua del reino, y decidí buscar aquella casa para relajarme un poquito.

Dónde estará aquella preciosa casita de té, estoy perdidísima.

-Disculpe, ¿la casa de tés de la zona antigua, sabe por dónde cae?. Pregunté amablemente a una viejecita que caminaba por allí cargada de verduras en sus brazos.

La viejecita, muy amable, me dijo que la casa de tés ya no es lo que era, pero que me podría llevar a aquel lugar ya que estaba al lado de su casa. Le pedí permiso a la anciana para ayudarle con sus compras, y nos dirigimos a la casa de tés. Todo el camino fui reconociendo lugares de mi infancia y comentado con ella que yo venía de pequeña por este lugar. Una vez allí, me despedí de la amable anciana, y me dispuse a analizar la antigua casa de tés.

¿Un bar? No puede ser, era un lugar precioso para venir a relajarse...entraré de todas formas.

Aquel bar, tenía unas puertas muy limpias y nuevas, daba buena sensación, asi que entré. Una vez dentro pude observar que no tenía mucha clientela. Dos mujeres tomando una infusión, supongo que recordando viejos tiempos, tenían toda la pinta; y dos caballeros en la barra. Me acerqué a la barra, cerca de un hombre de pelo azul y muy alto, y pedí un té negro con mucha azúcar. Cojí mi té, pagué los 5 berries que costaba, y me senté en una mesa junto a la ventana más grande del bar a jugar con mi navaja, mientras recordaba viejos tiempos e intentaba reconocer a alguna de esas personas...pero nó, no eran conocidos de mi familia.

04/01/2013

Traté de disfrutar del refrescante té que había pedido antes de marchar a hacer las tareas para mi tripulación. En aquel momento una chica entró al bar y se puso a mi lado pidiendo un té negro, muy azucarado. Ni siquiera giré la cabeza de mi té, pero si levanté la mirada levemente a la estantería de botellas, cuyo fondo era un espejo que reflejaba el bar. La chica parecía guapa, tenía el pelo violeta y parecía vestir una camisa violeta con una corbata, ya que era lo que la barra me permitía ver en el reflejo.

Qué chica tan curiosa...

La muchacha pagó el dinero que costaba su té y se marchó a sentarse en una mesa, al lado de una ventana, donde comenzó a mirar por ella y jugar con una navaja que sacó. No la di demasiada importancia aunque sí lo hizo el hombre que se encontraba bebiendo a mi lado. Hasta ahora no me había percatado de que tenía un pequeño cuchillo en la mano el cual empuñó dirigiéndose despacio hacia la muchacha, por su espalda.

¿No será capaz de...?

Me levanté con el té en la mano derecha, alarmado por mi instinto. Tenía todas las sospechas de que aquel hombre pensaba atacar a la muchacha del pelo violeta y no podía permitirlo. No es que vaya salvando a la gente en todas las situaciones pero no me parecía correcto quedarme quieto mientras observaba una agresión por la espalda. Además, es raro que un hombre ataque a una muchacha que acaba de llegar, sin ninguna razón y por la espalda. Comencé a dirigirme hacia el hombre despacio y me acerqué justo detrás de él, tocando sus lumbares con el mango de mi espada Shimei Kaeru, la cual agarraba con la mano izquierda. En ese momento estábamos situados unos metros más atrás que la muchacha que seguía jugando con su navaja en la mesa.

~ Yo que tú, me largaría antes de perder la capacidad de usar ese cuchillo... - dije susurrando al oído a aquel hombre de forma amenazante.

No quería que la muchacha se alarmara y menos aún las mujeres que estaban tomando té ya que podrían salir corriendo pidiendo auxilio y yo era un pirata con recompensa, no quería que apareciera un destacamento de marines. Estaba preparado para actuar si era necesario pero no lo fue. El hombre no tardó más de unos segundos en soltar su arma que cayó al suelo clavándose en él. Acto seguido comenzó a andar hacia las puertas del bar hasta abrirlas y salir por ellas. Parecía que al final todo estaba resuelto, por lo que dí otro sorbo al té.

19/05/2013

Llevaba ya un rato jugando con mi navaja, pero mi té aún no lo había catado...quemaba demasiado. Levanté un segundo la vista, y ví como uno de los dos hombres que estaba en la barra, se iba del bar apretando su puño derecho en señal de enfado mientras me miraba de reojo sonriendo lascivamente, cosa que odio mucho, pero preferí ignorarle.

Que tipo más descarado, mejor que se vaya de aquí.

El hombre ya había abandonado el bar, entonces bajé la mirada de nuevo. En la hoja de mi navaja pude ver que el otro hombre de la barra, el de pelo azul, estaba justo detrás de mi. Me giré rapidamente, mirándole con el ceño un tanto fruncido, y le miré de arriba abajo. Al llegar a los pies, me fijé en que había una navaja clavada en el suelo, entre el hombre de pelo azul y la silla dónde yo estaba sentada.

-¿Qué estás haciendo ahí detrás? ¿Esa navaja es tuya?. Pregunté al hombre peliazul con gesto extrañado.

Giré mi cabeza de nuevo hacia la puerta, y volví a mirar al hombre esperando respuesta. Y aproveché para analizarle, me encantaba analizar gente nueva. El chico era muy alto y fuerte, tenía buen aspecto; además llevaba muñequeras, por lo que deduje que usaba sus manos de forma habitual. También me fijé en que tenía una barba de pocos días... Por último, lo que más destacaba de él, era que llevaba una espada en su cinturón, y la tenía sostenida por el mango. Estaba segura de que era espadachín.

Parece un chico normal, pero hay algo de él que no me inspira confianza... Quizás que vaya por ahí con una espada, sin importarle nada; o su mirada un tanto amenazante.

04/01/2013

La muchacha se giró hacia la puerta atraída por el hombre que se marchaba del bar. Acto seguido se giró para mirarme. No sabía como se había dado cuenta de mi presencia puesto que no habíamos hecho casi ruido y desde que el hombre se movió. La muchacha me examinó de arriba a abajo para finalmente fijarse en la navaja clavada en el suelo. La muchacha de pelo violáceo la miró unos segundos para volver a mirarme a la cara y cuestionarme qué hacía ahí y aquella arma si era mía. Traté de ser sincero aunque realmente no tenía la seguridad de que la muchacha fuera a creerme, ya que era una historia un tanto peculiar.

~ Pues verás, el tipo que se ha marchado se acercaba a ti con ella en la mano y me pareció peligroso por lo que decidí... - removí el té mirando al techo con gesto dubitativo - … persuadirlo sutil y amablemente de que abandonara sus intenciones. - finalicé dando un trago al té.

Entonces me cambié de lugar y me apoyé levemente sobre la mesa mirando a la chica del pelo violeta desde su derecha, sosteniendo la copa con mi mano derecha y cambiando levemente de posición mis espadas para que no me estorbaran al apoyarme.

~ Y dime señorita... ¿podría tener ese hombre algún motivo para querer atacarla?. - dije interrogante, con tono amigable.

Después de eso, di un trago al té, muy leve. Realmente una parte de mi quería pensar en que aquel hombre no había querido más que robarla quizás o solo fuera borracho. Sin embargo otra parte de mi me decía que quizás tuviera un especial interés en aquella chica. Dicha idea se acentuó cuando caí en la cuenta de que había sido capaz de saber que estaba a su espalda sin ni siquiera mirarme. Esperé su respuesta cruzándome de brazos apoyado sobre la mesa.

Esta chica puede no ser nadie, o ser importante...no voy a quedarme con las ganas.

19/05/2013

El hombre de pelo azul me dirigió la palabra, era buena señal, no creía que nadie fuera a hablar conmigo si tenía intenciones de hacerme daño. Escuché atentamente lo que me explicó. Aseguraba que el hombre que se había marchado se había dirigido a mi con malas intenciones. Pero yo no acababa de creérmelo.

¿Por qué aquel hombre iba a ayudar a una desconocida?

El hombre de pelo azul se apoyó en mi mesa, no paraba de armar con sus espadas, me estaba poniendo un poco nerviosa. Cogí mi taza de té con la mano izquierda, ya que en la derecha sostenía mi navaja con firmeza; me la bebí de un sorbo, la dejé en la mesa y suspiré cerrando los ojos por un segundo. Seguidamente miré al hombre a la cara.

-Si no me equivoco, ese hombre podría ser de una banda de piratas a la que yo arrebaté uno de sus más importantes miembros. Dije sin parpadear. -Pero no sería capaz de hacerme nada. No hacía falta que me ayudaras, aún así, gracias.

Asentí mostrando una leve sonrisa. Cerré mi navaja, la puse sobre la mesa, y alargué mi mano hacia el hombre en señal de agradecimiento, y proseguí.

-Mi nombre es Megumi, Megumi Murasaki, un placer contar con su ayuda.

Sonreí mientras esperaba que me devolviera el apretón de manos.

04/01/2013

La muchacha bebió de un trago su té y suspiró profundamente. Me contó que quizás aquel hombre fuera miembro de una banda pirata. El motivo de su odio hacia ella podría radicar en que ella mató a uno de sus miembros más importantes hace tiempo. Sin embargo la muchacha aseguraba estar segura de que no podría haber llegado a hacerle daño. Me sorprendió tal seguridad de una señorita aunque sospechaba que escondía mucho más que aquello que yo podía ver desde fuera. Después de una leve sonrisa, la muchacha cerró la navaja dejándola en la mesa y levantó la mano para saludarme y presentarse como Megumi Murasaki, a la vez que me agradecía la ayuda refiriéndose a mi de forma peculiar.

¿Con SU ayuda?...JAJAJAJA

No pude evitar reír internamente debido a su educación. Me había llamado de usted, disimuladamente, sin quererlo, lo cual me hizo pensar que le parecía un viejo. Cogí suavemente la mano de la señorita girándola para besar su reverso levemente mientras me presentaba.

~ Hayato Shakkin, querida. A tu disposición. – dije solemnemente. - ¿Y qué hace una linda señorita como vos aquí?.

Tenía que intentar saber de donde venía, quizás fuera otra caza recompensas detrás del dinero de mi cabeza. A fin de cuentas, he visto teatros mejor montados que este.

19/05/2013

Me quedé asombrada de tal caballerosidad, no todos los días un hombre se me presenta besándome la mano, en el fondo me encantó. Últimamente me había acostumbrado a presentarme con mi navaja en posición de defensa, o que algún hombre se acercara por mi espalda para decirme su nombre mientras amenazaba con matarme...claro, que estos días lo único que he hecho, es pelear contra piratas conocidos de mi padre.

-¿Ha...Hayato?, un nombre un tanto peculiar. Dije un poco sonrojada ya que me había llamado linda señorita.

Me preguntó que estaba haciendo allí, muy amable, pero no sabía si debía contarle la verdad.

¿Por qué debería explicarle a un desconocido mi presencia en este lugar?

Pero, por otra parte, al besar mi mano me había dado muy buena sensación...no estaba segura de lo que debía hacer. Así que decidí contarle lo básico.

-Me he ido de casa hace unos días, y he venido a dar a esta isla, me gusta mucho caminar. Además, a Lvneel venía de pequeña con mi familia a dar largos paseos y tomar té. Precisamente este bar antes era la casa de tés a la que venía siempre, y he decidido visitarla. Dije sonriendo. -¿Y que hace un espadachín en esta isla con sus espadas tan a la vista?

Quería entender como alguien puede estar tan loco de ir por ahí con sus espadas sin problema alguno, estaba segura de que algo escondía. Crucé mis dedos y apoyé los codos sobre la mesa a espera de una respuesta. Pero antes de darle opción a responder, le ofrecí acompañarme.

-Puedes coger una silla y sentarte si lo deseas. Dije amablemente.

04/01/2013

A la señorita Megumi le pareció curioso mi nombre y se sonrojó un poco. Tras un poco pensar, la chica me contó que se había ido de casa y que había pasado por aquí a recordar viejos tiempos. Habló sobre que solía venir aquí de pequeña a beber té. Además, preguntó por qué llevaba mis espadas tan a la vista. Su pregunta fue algo extraña, supuse que sospechaba algo raro de mi pero, antes de poder responder, la muchacha me invitó a sentarme a su lado. Eso me alegró, la chica me daba cancha. Decidí coger una de las sillas a su derecha y sentarme, apoyando al lado mis espadas.

~ Pues, ¿por qué iba a esconderlas? Jajaja – dije riendo levemente mientras apoyaba ambos codos en la mesa - Un espadachín usa espadas, no hay más vuelta de hoja, ¿no crees?.

Entonces miré a los ojos de Megumi, pero paraba de vez en cuando para observar por la ventana ya que me daba la sensación de que aquel hombre volvería con más piratas, dispuesto a matar a esa mujer. Además...quizás también quisieran tomarla conmigo.

~ Sabes, Megumi-chan, quizás deberíamos irnos a otro lugar...creo que vamos a tener compañía. - dije seriamente mientras señalaba con el índice derecho por la ventana.

Mis temores se confirmaban, por la última colina, el mismo hombre volvía acompañado de otros tres más. Rasqué mi perilla y tras tres golpecitos en la mesa me levanté rápidamente colocándome las espadas correctamente.

Me parece que tienen bastante interés en ella para ser solo una chica...

19/05/2013

El hombre de pelo azul se sentó a mi derecha dejando sus espadas cerca. Me explicó que no había ninguna razón por la que esconder sus espadas ya que un espadachín las usa. Acepté su respuesta, tenía razón.

Lo que arma con las espaditas dichosas, me pone muy nerviosa.

Me fijé en que me miraba a los ojos, se podía deducir que no era un mentiroso, tenía mirada transparente. Entonces me alertó, señaló a la ventana con su mano derecha, y con tono serio me dijo que sería más seguro ir a otro lugar. Parecía estar seguro de que aquel hombre volvería.

-Por lo que me has dicho antes, le dejaste bien claro al hombre que abandonara sus intenciones y se fuera de aquí, no debería volver, y menos a tener ninguna pelea aquí dentro. Dije convencida.

Pestañeé, y me fijé en que Hayato se rascó la perilla, dio tres golpes en la mesa, y se levanto apresurado colocándose las espadas. No quería girarme hacia la ventana por miedo a que aquel hombre hubiera vuelto...pero cogí aire, y giré mi cabeza. En efecto, aquel hombre venía a lo lejos, y no venía solo, traía otros tres hombres consigo.

Como venga buscando pelea, la va a tener, no va a ser él quien me amargue el día aquí en Lvneel.

Guardé la navaja en mi media izquierda y me levanté de la silla lentamente sin hacer ruido. Agarré del brazo a Hayato y me acerqué a él.

-Hayato, vámonos de aquí sin que nos vean, no quiero pelea hoy... Susurré en su oído. -Por favor...

En mis ojos se reflejaba un miedo evidente. Estaba esperando a que Hayato me ayudara por segunda vez, pero ahora porque yo se lo pedí.

04/01/2013

Cuando me levanté Megumi me agarró del brazo y me pidió por favor que no entabláramos combate, no quería pelear. Lo pidió susurrando a mi oído y por favor. No podía negarme pero, debía pensar rápido, esos hombre se dirigían al bar. Entonces se me ocurrió una idea, quizás no la mejor, pero una idea.

~ Escóndete en la despensa de provisiones. - dije seriamente a Megumi haciendo una pausa para mirarla – ¡Ya!

Me acerqué rápido al camarero y saqué de mi bolsillo 50 berries, poniéndolos sobre la barra mientras miraba al hombre a los ojos.

~ Nos hemos ido hace unos minutos, dirección norte. - dije con tono autoritario hacia el camarero.

Tras eso me dirigí a la mesa donde teníamos los vasos y cogí el mío del que quedaba aún la mitad, bebiendo lo que quedaba de un trago y dejándolo de nuevo donde estaba. Así no sospecharían. Acto seguido entré en la despensa de provisiones agarrando a Megumi y cerré la puerta con la llave que había dentro. Parecía que todo iba bien salvo por dos cosas: la dichosa despensa no era más que una habitación pequeña y Megumi y yo estábamos muy apretados; y la segunda...

No...no por favor...

~ Joder... - dije susurrando – ...he pisado un bicho. - susurré mientras levantaba levemente el pie intentando mirarlo.

19/05/2013

Hayato me dijo que me escondiera en la despensa, me lo dijo muy convencido. No creía que el dueño del bar me dejara esconderme allí sin ninguna razón, pero, no había otra opción ya que los piratas estaban ya muy cerca de la puerta del bar. Me apresuré y busqué con mis ojos la despensa, al final de la barra pude ver un cartel en el que ponía despensa, y fui hacia allí. Al llegar a la puerta, me giré y vi como Hayato le decía algo al camarero y le daba algo de su bolsillo.

¿Qué estará haciendo este hombre ahora? Espero que no se le ocurra dejarme sola en la despensa.

Seguidamente Hayato se acercó a la mesa en la que habíamos estado sentados hablando y le dio un último sorbo a su té. Se acercó a donde estaba yo y nos metimos en la despensa. Cerró con llave para asegurar que no entraran aquí, pero con lo apretados que estábamos no cabía ni una mosca más.

Uff...que calor hace aquí, no sé cuanto voy a poder aguantar...

-¿Eh! ¿Qué ha sido eso Hayato? Ha sonado como si hubieras pisado una pobre cucaracha. Dije mirando a Hayato enfadada. -¡HAYATO!

Envuelta en la furia que me había dado que alguien pisara un bicho, le di un puñetazo a Hayato con mi mano derecha en su moflete izquierdo y le lancé contra la puerta, tirándola al suelo con él encima.

-¿Se puedes saber qué haces? ¿Qué te ha echo la pobre cucaracha a ti para que la aplastes de esa forma? Grité muy enfadada con el puño aún cerrado.

Seguí mirándole a esperas de que dijera algo para excusarse, pero estaba segura de que no tendría ninguna buena excusa. Aún así le quería escuchar.

04/01/2013

Megumi me preguntó muy seria si había pisado un cucaracha. Realmente la expresión fue “pobre cucaracha”.

¿Pobre?, ¿qué tienen esos bichos de pobres?.

Hecha una furia, Megumi me propinó un tremendo puñetazo que me lanzó hacia la puerta sacándola de su marco y haciéndome entrar de nuevo al bar. Me sorprendió la extraordinaria fuerza que la señorita tenía y lo bien que la empleaba. Aquello me parecía de lo más surrealista. Sabía de sobra que no lo había hecho a posta. Me levanté rápido de allí, las mujeres que tomaban té estaban sorprendidas y el camarero no daba crédito a lo que veía pues seguía con la boca abierta desde la barra.

~ ¿¡Por qué iba a pisar un bicho!? - dije mirando a Megumi.

No comprendía como podía haberse molestado tanto por un simple bicho. Era algo que no me entraba en la cabeza. Durante nuestra discusión los hombres que pretendían atacar a Megumi llegaron a escena abriendo la puerta del bar y acercándose a nosotros. Estaban callados y parecían haber perdido el espíritu de pelear por nuestra discusión. Parecían tan confusos como el camarero o las señoras. Se pusieron alrededor nuestro, dos de ellos justo detrás mío, otro detrás de Megumi y el primer hombre que trató de matarla justo a nuestra derecha, a unos dos metros.
Aún con su puño cerrado, Megumi me pedía explicaciones por haber pisado esa cucaracha.

~ ¡Ha sido sin querer! - exclamé mirándola.

Éramos como dos niños discutiendo quién había sido el culpable.

19/05/2013

Estaba hecha una furia. El sonido de un bicho siendo pisado, era horrible para mis oídos, no era capaz de soportar que nadie matara un pobre animal que lo único que hace es intentar sobrevivir. Y Hayato lo había hecho.

Se merecía ese puñetazo.

Entonces se levantó del suelo rápido del suelo. Me pude fijar en que todo el bar estaba mirándonos sorprendidos, no creo que entendieran lo que había pasado. Hayato me preguntó un tanto molesto porqué iba a haber pisado él un bicho, y añadió que había sido sin querer. Yo sabía que lo había hecho, me daba igual las excusas que me pusiera, el daño al bicho ya se lo había hecho.

-¡Ten más cuidado donde pisas entonces! De todas formas el bicho ya está muerto así que no lo puedes arreglar de ninguna forma. Dije enfadada mientras seguía enseñándole mi puño. -¿Te gustaría que te pisaran a ti cuando estuvieras tan tranquilo paseando? ¿¡A que no!?

Giré mi cabeza y todo el bar seguía mirándonos. Pero había gente nueva. El hombre que había intentado hacerme daño antes, estaba entrando con sus tres compañeros, pero les ignoré, ya que ahora mismo tenía otro asunto más importante entre manos, la muerte de la pobre cucaracha. Hayato no entendía lo que era para mi ver a un pobre bichito morir a manos de un humano descuidado. En consecuencia de mis nervios, extendí mi brazo izquierdo hacia atrás con mucha furia. Noté algo, pero supuse que simplemente había sido alguna viga de madera del bar, o posiblemente mi propia imaginación. Y seguí discutiendo con Hayato.

¡Eres un sinvergüenza! Le grité mientras me cruzaba de brazos.

04/01/2013

Megumi me reprochó que tuviera más cuidado. Que aunque el bicho ya estaba muerto y no podía arreglarlo no estaba bien. En uno de sus nerviosos movimientos extendió su brazo izquierdo golpeando a uno de los piratas que cayó fulminado por el golpe, aunque ninguno de los dos nos inmutamos. En ese momento solo existía para nosotros la otra persona. El gesto de Megumi me molestó y me puso algo nervioso, no me gustaba que me amenazaran con ese tipo de movimientos por lo que hice réplica de él.

~ ¡TE HE DICHO QUE HA SIDO SIN QUERER!. ¡UN ACCIDENTE!.

Mientras gritaba a Megumi para excusarme moví mis brazos atrás con energía. Intenté que éste movimiento fuera una réplica al de Megumi pero lo único que conseguí fue golpear las narices de los dos piratas situados a mi espalda, cayendo estos fulminados, sin darme cuenta.
Tras unos minutos de miradas tensas entre Megumi y yo el pirata restante a mi derecha intervino en la situación. Éste era el mismo que detuve antes en el bar.

- Esto...yo... - dijo con tono leve, asustado por la magnitud de nuestra discusión.

~ ¿¡No ves que estamos discutiendo!? - dije con tono agresivo mirando al pirata.

19/05/2013

Me mantuve firme, cruzada de brazos y con cara de enfado. Escuché lo que Hayato me decía, pero sin mostrarle la menor importancia. Había matado a un bicho y estaba empeñado en decir que era sin querer. yo me sentía mal, siempre me había sentido como uno de ellos, otro animal más, y Hayato no imaginaba lo que era eso para mi. Los animales se habían portado mejor conmigo que la mayoría de las personas.

-¡Y YO TE HE DICHO QUE LO HAS HECHO QUERIENDO! Grité muy enfadada.

En ese momento vi como dos hombres que se encontraban ligeramente situados detrás de Hayato, se desplomaban hasta caer al suelo y quedarse allí tirados. Pero seguí reprochándole a Hayato la muerte de la cucaracha. Incluso le saqué la lengua en señal de que no me importaba lo que me dijera en esos momentos.
Escuché una voz meterse en nuestra discusión. Una voz que no conocía y que no tenía nada que hacer ahí, y giré mi cabeza para ver de quien se trataba. Era el pirata que al principio de mi estancia en este bar quiso matarme.

Será posible...este pirata no me va a dejar en paz, ¿o qué?

Hayato no dejó al pirata decir nada, me pareció perfecto; eso sí, él no iba a ser el único que le dijera algo a aquel hombre tan maleducado.

-¿Tú otra vez por aquí? Maleducado, será mejor que no te metas en discusiones ajenas o acabarás mal parado. Dije mirándole enfurecida.

Volví mi mirada hacia Hayato, y le miré amenazándole con mis dos puños. Estaba a punto de decirle algo al hombre peliazul, pero el pirata volvió a decir algo.

-Yo venía a vérmelas contigo, piratuela de poca monta. Dijo riéndose.

Entonces tapé con mi mano derecha la boca de Hayato para que no dijera nada, le aparté y le tiré contra la barra. Fui hasta donde estaba el pirata, me paré ante él, me reí, y me dirigí hacia las puertas de bar para irme de allí.

Están todos locos.

04/01/2013

Megumi seguía empeñada en que lo había hecho a posta. Incluso sacó su lengua para enrabietarme y vaya que si lo consiguió. Además también le reprochó al pirata que había mandado callar. Tras volver a amenazarme con sus puños el pirata se dirigió a la chica amenazándola. Quise reprocharle de nuevo al pirata pero Megumi me tapó la boca y me apartó hacia la barra.

¿Qué va...a hacer?

Con el genio que se gastaba esperaba que le atizara un tremendo golpe y lo mandara a volar pero sin embargo Megumi se acercó al pirata y después de soltar una sonora carcajada se fue del bar sin hacer absolutamente nada. Creo que jamás vi a nadie comportarse así. Decidí ir detrás de ella por lo que comencé a andar hacia la puerta y cuando me crucé con el pirata le di dos golpecitos en el hombro mientras le susurraba.

~ Ni lo intentes. - con una sonrisa en la acra.

Finalmente alcancé a Megumi, que no había ido muy lejos, y la agarré del brazo para que parara, dándola la vuelta para que pudiera escucharme con claridad.

~ Oye...lo siento, de verdad. Si te sirve como pago, te acompaño por un tiempo y te ayudo... Tengo la sensación de que no será la última vez que te metas en líos. - dije con tono reconciliador.

Esperaba que Megumi me perdonara por aquella tontería y me dejara acompañarla. Jamás había discutido así con alguien y aunque estaba enfadado, en el fondo lo estaba disfrutando a base de bien. Me caía genial aquella chica.

19/05/2013

Estaba decidida a irme de allí. Aquel pirata maleducado no me iba a dejar en paz si no desaparecía de aquel bar, por lo que tenía que irme rápido lejos para que no me encontrara. Me dirigía a la puerta mientras el resto del bar me miraba, tuve que aguantarme mi carácter una vez más.

Porque me miran, tampoco ha sido para tanto ¿no?

La discusión con Hayato también había tocado mis nervios, pero eso no debía afectarme ya que últimamente las peleas son mi pasatiempos. El último mes lo había pasando de discusión en discusión y de pelea en pelea, pero estaba harta ya, aunque en el fondo sabía que no acabaría ahí la cosa; pero no quería tener ningún enemigo en Lvneel, así que la mejor opción era irme y dejar las cosas tal cual estaban. Casi había llegado a la puerta, cuando Hayato me agarró del brazo y me dio la vuelta.

Se... ¿se está disculpando?

Le miré un tanto extrañada, no me esperaba una disculpa del chico del pelo azul, pero me alegró que me la diera. Como era de esperar, le perdoné; aquel chico se merecía también mis disculpas, aún no podía controlar mis impulsos. Seguidamente se ofreció a acompañarme y ayudarme, no necesitaba ayuda de nadie, pero la compañía de alguien me iba a venir mejor que bien. Así que me relajé y le miré.

-Hayato yo...yo, lo siento mucho. Pero quiero que entiendas los lazos que tengo con los animales. Le dije con voz calmada. -Respecto a lo de acompañarme, mi respuesta es un sí, al fin y al cabo, tu compañía me vendrá muy bien.

Cogí su mano en señal de hacer las paces, giré mi cabeza sonriendo, y vi como el pirata se acercaba por detrás de Hayato.

¿Otra vez vuelve?

Pero el pirata pasó de largo y se fue por donde había venido. Todo se había calmado, yo estaba feliz y parecía que la demás gente del bar estaba aliviada. Nos tocó pagar los destrozos de la puerta de la despensa pero, no nos molestó en absoluto; al fin y al cabo, aquella puerta nos había servido para librarnos de aquel pirata. También pasó por mi cabeza la opción de que la cucaracha fuera la que dio su vida por nosotros, en tal caso, estábamos bien.

Hayato, un hombre con mucho valor donde los haya. Después de mucho tiempo, tenía a alguien a mi lado.

Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado]

Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Lun 20 Mayo 2013 - 0:15}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Lun 20 Mayo 2013 - 0:55}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Lun 20 Mayo 2013 - 13:13}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Lun 20 Mayo 2013 - 14:42}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Lun 20 Mayo 2013 - 20:15}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Lun 20 Mayo 2013 - 22:02}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Mar 21 Mayo 2013 - 14:42}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Mar 21 Mayo 2013 - 16:16}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Mar 21 Mayo 2013 - 17:35}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Mar 21 Mayo 2013 - 19:21}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Mar 21 Mayo 2013 - 23:06}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Mar 21 Mayo 2013 - 23:45}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Miér 22 Mayo 2013 - 12:40}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Miér 22 Mayo 2013 - 13:39}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Miér 22 Mayo 2013 - 14:25}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Miér 22 Mayo 2013 - 16:24}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Miér 22 Mayo 2013 - 19:56}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {Miér 22 Mayo 2013 - 22:11}

Re: Insecticida natural (Megumi y Hayato) [Pasado] {}