Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Era refrescante estar en una nueva isla que no tuviese ningún tipo de control por el Gobierno Mundial o la Liga, tampoco piratas ni revolucionarios. Solo un árbol ridículamente alto que me había llamado la atención desde lejos, lo suficiente para que le dijera a mi tripulación que quería mirar qué había aquí. Por ahora estaba completamente vacía, pero dudaba mucho que no hubiese ni un alma aquí. Y si al final ese era el caso… ¡Es porque tenía que haber algo aquí de lo más interesante! Bajé de un salto a la playa en cuanto Jin pudo atracar el barco, sintiendo la tan agradable brisa que venía. Ignoré totalmente los consejos que me dieron antes de que me adentrara al bosque.
A pesar de que sí que había bastantes árboles, lo que abundaba eran unas enormes raíces que atravesaban el suelo, provocando pequeñas colinas, y salían luego incluso rompiendo algunos otros árboles que se habían adaptado al terreno y brotaban alrededor de las raíces. No pude evitar pensar en qué tipo de semilla habría dado lugar a tremendo armatoste. Lo normal habría sido pensar que debía ser de un tamaño gigantesco, pero me hacía mucha más gracia creer lo contrario. Que hubiese sido una semilla tan diminuta que toda la energía que tuviera se hubiera concentrado hasta al punto de convertirse en el árbol más grande del mundo. La verdad es que no tenía mucha idea de botánica, por no decir ninguna, pero me hacía ilusión pensar esa fantasía. Pero desde luego no tanta ilusión como me hizo ver el haz de luz que caía directamente sobre una de estas enormes raíces. Era el sitio perfecto para echarse una siesta de lo más agradable, por fin sin el tambaleo de las olas del mar. De un salto me subí a esta, apoyando el pecho contra la calurosa raíz, calentada por el sol. Que me gustasen tanto este tipo de cosas a veces me hacía pensar si era por cuenta propia o era la parte de salamandra que había en la fruta del diablo que me había comido. De todos modos no era algo que me quitase el sueño, no era tan relevante.
Justo cuando estaba a punto de conciliar el sueño, me vino un olorcito de lo más agradable a la nariz. Olfateé un poco más hasta que me di cuenta que era un olor más elaborado, como si alguien estuviese cocinando algo. Parpadeé un par de veces perplejo, al no ver ningún estandarte, insignia, ni puerto operativo; había asumido automáticamente que era una isla deshabitada. Me rugió la tripa al seguir oliendo aquello, no sabía lo que era, pero olía a que estaba buenísimo así que sin dudarlo demasiado, seguí el rastro, saltando de raíz en raíz. Finalmente pude ver el origen de aquello, una de las raíces había sido modificada para que fuese una especie de casa, salía un leve rastro de humo de una chimenea un tanto aparatosa, me imagino que por eso había podido percibir el aroma. Salté a esta y me asomé a una ventana circular, pudiendo ver a lo que parecía ser una mujer enorme cocinando algo. Di un par de toques a la ventana, de modo que pudo verme boca abajo mirándola. Al darme cuenta de que igual era una visión un poco de acosador, fui a bajar, pero en el proceso me resbalé, cayendo al suelo. Me recompuse rápidamente y me asomé a la puerta, que casualmente estaba abierta.
-¡Hola! No he podido evitar oler lo que estás cocinando y la verdad es que se me está haciendo la boca agua. ¿Me das un poco?- Le dije sin ningún tipo de vergüenza.
A pesar de que sí que había bastantes árboles, lo que abundaba eran unas enormes raíces que atravesaban el suelo, provocando pequeñas colinas, y salían luego incluso rompiendo algunos otros árboles que se habían adaptado al terreno y brotaban alrededor de las raíces. No pude evitar pensar en qué tipo de semilla habría dado lugar a tremendo armatoste. Lo normal habría sido pensar que debía ser de un tamaño gigantesco, pero me hacía mucha más gracia creer lo contrario. Que hubiese sido una semilla tan diminuta que toda la energía que tuviera se hubiera concentrado hasta al punto de convertirse en el árbol más grande del mundo. La verdad es que no tenía mucha idea de botánica, por no decir ninguna, pero me hacía ilusión pensar esa fantasía. Pero desde luego no tanta ilusión como me hizo ver el haz de luz que caía directamente sobre una de estas enormes raíces. Era el sitio perfecto para echarse una siesta de lo más agradable, por fin sin el tambaleo de las olas del mar. De un salto me subí a esta, apoyando el pecho contra la calurosa raíz, calentada por el sol. Que me gustasen tanto este tipo de cosas a veces me hacía pensar si era por cuenta propia o era la parte de salamandra que había en la fruta del diablo que me había comido. De todos modos no era algo que me quitase el sueño, no era tan relevante.
Justo cuando estaba a punto de conciliar el sueño, me vino un olorcito de lo más agradable a la nariz. Olfateé un poco más hasta que me di cuenta que era un olor más elaborado, como si alguien estuviese cocinando algo. Parpadeé un par de veces perplejo, al no ver ningún estandarte, insignia, ni puerto operativo; había asumido automáticamente que era una isla deshabitada. Me rugió la tripa al seguir oliendo aquello, no sabía lo que era, pero olía a que estaba buenísimo así que sin dudarlo demasiado, seguí el rastro, saltando de raíz en raíz. Finalmente pude ver el origen de aquello, una de las raíces había sido modificada para que fuese una especie de casa, salía un leve rastro de humo de una chimenea un tanto aparatosa, me imagino que por eso había podido percibir el aroma. Salté a esta y me asomé a una ventana circular, pudiendo ver a lo que parecía ser una mujer enorme cocinando algo. Di un par de toques a la ventana, de modo que pudo verme boca abajo mirándola. Al darme cuenta de que igual era una visión un poco de acosador, fui a bajar, pero en el proceso me resbalé, cayendo al suelo. Me recompuse rápidamente y me asomé a la puerta, que casualmente estaba abierta.
-¡Hola! No he podido evitar oler lo que estás cocinando y la verdad es que se me está haciendo la boca agua. ¿Me das un poco?- Le dije sin ningún tipo de vergüenza.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Por unos segundos me quede paralizado, no sabía quién era ese joven pero estaba claro que no era de la isla. Cuando por fin pude reaccionar agarre lo primero que tenía cerca de mí, que termino siendo un cucharon que había acabado de lavar, y sin querer extendí las alas pero al darme cuenta las escondí tanto como pude tras de mí.
-¿Quién es y como ha encontrado este lugar? Nadie nos ha encontrado nunca, dudo mucho que sea siquiera de aquí – dije mientras lo miraba fijamente con intervalos para poder ver si habían más o estaba solo – Tampoco es muy educado entrar sin más en las casas de los demás.
A pesar de que la casa se había adaptado para que mis 5 metros pudieran vivir entre estas paredes había sitios que se hacían angostos para mis alas, pero sin dejar de mirar al intruso intente buscar una manera de sacarlo de aquí antes de que viniera alguien más o peor, mi maestro.
Estaba a punto de volver a hablar cuando un sonido se escucho a mis espaldas y al girarme solo vi como mis esfuerzos de dos días se habían echado a perder por culpa de ese intruso. Me volví a girar muy molesto pero con mi rostro casi sin expresión y le lance el cucharon con intenciones de golpearle en la cabeza mientras hablaba en voz baja.
-Maldita sea… había estado preparando este estofado durante dos días, solo faltaba que se terminara a fuego lento y… ese maldito… – moví bruscamente las alas para acomodarlas a causa de mi enfado – debería cocinarlo a él…
Me voltee para intentar arreglar todo el desastre que se había producido en la cocina sin prestar mucha atención al joven intruso. Si había algo que me molestara de verdad era que me molestaran en mi momento de cocina.
-¿Quién es y como ha encontrado este lugar? Nadie nos ha encontrado nunca, dudo mucho que sea siquiera de aquí – dije mientras lo miraba fijamente con intervalos para poder ver si habían más o estaba solo – Tampoco es muy educado entrar sin más en las casas de los demás.
A pesar de que la casa se había adaptado para que mis 5 metros pudieran vivir entre estas paredes había sitios que se hacían angostos para mis alas, pero sin dejar de mirar al intruso intente buscar una manera de sacarlo de aquí antes de que viniera alguien más o peor, mi maestro.
Estaba a punto de volver a hablar cuando un sonido se escucho a mis espaldas y al girarme solo vi como mis esfuerzos de dos días se habían echado a perder por culpa de ese intruso. Me volví a girar muy molesto pero con mi rostro casi sin expresión y le lance el cucharon con intenciones de golpearle en la cabeza mientras hablaba en voz baja.
-Maldita sea… había estado preparando este estofado durante dos días, solo faltaba que se terminara a fuego lento y… ese maldito… – moví bruscamente las alas para acomodarlas a causa de mi enfado – debería cocinarlo a él…
Me voltee para intentar arreglar todo el desastre que se había producido en la cocina sin prestar mucha atención al joven intruso. Si había algo que me molestara de verdad era que me molestaran en mi momento de cocina.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Abrí los ojos sorprendido cuando vi las alas de esta mujer tan grande salir a la luz. No era religioso, pero no pude evitar pensar en que debía ser una especie de ángel, luego me vino a la cabeza la opción más lógica: la chica debía haberse comido algún tipo de fruta del diablo zoan sobre pájaros. No pude evitar soltar una pequeña risa cuando la vi defenderse con un cucharón de madera que apenas le tapaba la cara. Le sonreí con ganas ante la pregunta ya que hacía mucho que no lo decía en voz alta y sin más demora le respondí.
-¡Soy Yor D. Krein, futuro rey de los piratas! ¡He encontrado esta isla por casualidad! Vi el árbol enorme y no pude evitar ver de qué iba el sitio; luego fui a echarme una siesta, pero olí lo que estabas cocinando y tenía hambre y… Bueno, el resto ya lo conoces. Ahora, dime cual es tu nom…
Me interrumpió el cucharón volador que pude atrapar al vuelo por poco. La miré con curiosidad porque de repente había decidido ignorarme por completo, dándose media vuelta. Por lo menos pude echarle un mejor vistazo a sus alas, la verdad es que eran muy bonitas, no tanto como las que podía hacer crecer yo, pero bonitas. Le eché un vistazo por encima al resto de la sala, todo parecía estar adaptado al tamaño de la cocinera, lo cual era un poco cómico ya que yo no es que fuera precisamente alto la verdad. Después del trabajo de conocimiento de campo, caminé tranquilamente hasta su lado, viendo la gran olla que estaba intentando arreglar. Sin avisar metí el cucharón para luego probar lo que estaba cocinando. Abrí los ojos un montón, como a un niño al que le habían dado un juguete nuevo.
-¡Esto está riquísimo! No sé qué problema tienes con este estofado, pero si no lo quieres, con gusto me lo quedo yo entero.- Solté una risa divertida en ese momento-. Todavía no me has dicho tu nombre. ¡Y también podría preguntarte qué haces aquí! Este sitio parece estar muy vacío, ¿no te aburres?
Tras decir aquello me senté en la mesa que tenía ahí al lado, esperando a que me contestara. Entonces no pude evitar fijarme un poco más en los muebles, los platos… Aquí debía vivir más de una persona, pero parecía estar fuera por el momento. ¡Bueno, más gente con la que compartir ese delicioso estofado! Porque yo ya había decidido que iba a comer aquí. Que se aguantase mi tripulación, por no haber querido tener aventuras ahora se iban a quedar sin esta comida tan apetitosa.
-¡Soy Yor D. Krein, futuro rey de los piratas! ¡He encontrado esta isla por casualidad! Vi el árbol enorme y no pude evitar ver de qué iba el sitio; luego fui a echarme una siesta, pero olí lo que estabas cocinando y tenía hambre y… Bueno, el resto ya lo conoces. Ahora, dime cual es tu nom…
Me interrumpió el cucharón volador que pude atrapar al vuelo por poco. La miré con curiosidad porque de repente había decidido ignorarme por completo, dándose media vuelta. Por lo menos pude echarle un mejor vistazo a sus alas, la verdad es que eran muy bonitas, no tanto como las que podía hacer crecer yo, pero bonitas. Le eché un vistazo por encima al resto de la sala, todo parecía estar adaptado al tamaño de la cocinera, lo cual era un poco cómico ya que yo no es que fuera precisamente alto la verdad. Después del trabajo de conocimiento de campo, caminé tranquilamente hasta su lado, viendo la gran olla que estaba intentando arreglar. Sin avisar metí el cucharón para luego probar lo que estaba cocinando. Abrí los ojos un montón, como a un niño al que le habían dado un juguete nuevo.
-¡Esto está riquísimo! No sé qué problema tienes con este estofado, pero si no lo quieres, con gusto me lo quedo yo entero.- Solté una risa divertida en ese momento-. Todavía no me has dicho tu nombre. ¡Y también podría preguntarte qué haces aquí! Este sitio parece estar muy vacío, ¿no te aburres?
Tras decir aquello me senté en la mesa que tenía ahí al lado, esperando a que me contestara. Entonces no pude evitar fijarme un poco más en los muebles, los platos… Aquí debía vivir más de una persona, pero parecía estar fuera por el momento. ¡Bueno, más gente con la que compartir ese delicioso estofado! Porque yo ya había decidido que iba a comer aquí. Que se aguantase mi tripulación, por no haber querido tener aventuras ahora se iban a quedar sin esta comida tan apetitosa.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
En silencio observe al joven de arriba abajo mientras recogía los platos que había puesto al lado de donde estaba la olla mientras veía como el joven se llevaba todo el recipiente. Murmure en voz baja y deje el trapo en la mesa.
-El futuro rey de los piratas, ¿he? Solo son sueños de alguien que de seguro se rendirá en a la primera pelea…
Me voltee hacia él al ver como estaba comiéndose el estofado que tanto me costó hacer y había quedado incompleto, parecía disfrutarlo mucho y por una parte me alegre que al menos alguien lo estuviera disfrutando, pero no era el momento de bajar la guardia.
Tenía que asegurarme de echarlo antes de que mi maestro regresara o de lo contrario estaría en problemas. Intente tomarme el momento con frialdad pero esa risa que soltó no me gusto nada, ¿a caso se estaba burlando de mi o sabe lo que soy?
Tarde bastante en empezar a hablar y era notoria mi incomodidad ante esa presencia intrusa.
-¿Qué le hace pensar que le diré mi nombre o cualquier información sobre mi?
Intente ocultar algunas pistas de que había más gente conmigo, intente agarrar una blusa de mi maestro que estaba cerca de la mesa donde estaba sentado el joven, perfectamente podría ser de su talla, si tuviera algo más de torso. Me fije un poco más en el joven, Yor dijo que se llamaba, parecía ser muy joven, a pesar de su pelo algo desaliñado pude ver sus ojos brillar un poco mientras comía y también esa cicatriz en su rostro. No pude evitar hacerme muchas preguntas sobre que le pudo pasar para tener esa cicatriz en la cara, pero no podía permitir que se repitiera los mismos sucesos por no tener cuidado con los demás. Me aleje escondiendo un poco la blusa aunque, como si no hubiera suficientes pistas de que no vivía solo, sobre todo por las zonas que claramente no estaban a mi tamaño, sino al tamaño de mi maestro.
-No debería estar aquí, así que váyase ahora mismo… ¡Y suelte esa olla, el estofado no es para usted y ni siquiera está bien por su propia culpa! ¡Así que lago, suelta! – le dije mientras intentaba parecer más grande de lo que ya era aleteando ligeramente mis alas y haciendo gestos con las manos para que se bajara de la mesa, sin darme cuenta de que el fuego aun estaba encendido y muy cera de mis plumas negras.
-El futuro rey de los piratas, ¿he? Solo son sueños de alguien que de seguro se rendirá en a la primera pelea…
Me voltee hacia él al ver como estaba comiéndose el estofado que tanto me costó hacer y había quedado incompleto, parecía disfrutarlo mucho y por una parte me alegre que al menos alguien lo estuviera disfrutando, pero no era el momento de bajar la guardia.
Tenía que asegurarme de echarlo antes de que mi maestro regresara o de lo contrario estaría en problemas. Intente tomarme el momento con frialdad pero esa risa que soltó no me gusto nada, ¿a caso se estaba burlando de mi o sabe lo que soy?
Tarde bastante en empezar a hablar y era notoria mi incomodidad ante esa presencia intrusa.
-¿Qué le hace pensar que le diré mi nombre o cualquier información sobre mi?
Intente ocultar algunas pistas de que había más gente conmigo, intente agarrar una blusa de mi maestro que estaba cerca de la mesa donde estaba sentado el joven, perfectamente podría ser de su talla, si tuviera algo más de torso. Me fije un poco más en el joven, Yor dijo que se llamaba, parecía ser muy joven, a pesar de su pelo algo desaliñado pude ver sus ojos brillar un poco mientras comía y también esa cicatriz en su rostro. No pude evitar hacerme muchas preguntas sobre que le pudo pasar para tener esa cicatriz en la cara, pero no podía permitir que se repitiera los mismos sucesos por no tener cuidado con los demás. Me aleje escondiendo un poco la blusa aunque, como si no hubiera suficientes pistas de que no vivía solo, sobre todo por las zonas que claramente no estaban a mi tamaño, sino al tamaño de mi maestro.
-No debería estar aquí, así que váyase ahora mismo… ¡Y suelte esa olla, el estofado no es para usted y ni siquiera está bien por su propia culpa! ¡Así que lago, suelta! – le dije mientras intentaba parecer más grande de lo que ya era aleteando ligeramente mis alas y haciendo gestos con las manos para que se bajara de la mesa, sin darme cuenta de que el fuego aun estaba encendido y muy cera de mis plumas negras.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Solté una pequeña risa cuando comentó aquello. No le iba a recriminar nada, es verdad que de puertas para afuera igual no parecía la persona más estable y fuerte, mis acciones ya le harían ver cómo soy realmente.
-Nah… Ya me he peleado bastantes veces, de hecho, es de lo que mejor se me da… Pocas veces me divierto tanto y me siento más libre que cuando le doy una paliza a un idiota. ¡Aunque últimamente estoy intentando ir más por el lado diplomático!
Antes de que pudiera distraerme con mis propias ideas como solía hacer me paré en seco, no era de muy buena educación hacer eso en casa ajena. Hice un puchero cuando me respondió de forma tan brusca, no entendía qué había hecho mal como para que le hubiera caído tan mal. Quizá no le habría gustado la cicatriz de la cara… O al menos esa era la única razón que se me ocurría para que me mirara tanto ahí.
-¿Porque te lo he pedido por favor? Además, yo me he presentado, es de buen educación corresponder un gesto así, ¿no crees? De todos modos, no hace falta que lo hagas si no quieres, ya se me ha ocurrido un mote para ti. ¿Qué te parece Alitas Negras? Quizá no sea el más original del mundo, pero es que define muy bien.
La miré moverse de un lado para otro haciendo cosas raras, como si no fuese de lo más obvio que no vivía sola, pero por no romperle las ilusiones no le dije nada de nada. Seguí comiendo tranquilamente, el estofado, por muy no terminado como ella decía que estaba, era delicioso. Nunca había probado algo así. Por suerte, no me distraje mucho con la comida ya que observé cómo se acercaba peligrosamente al fuego de la cocina. Me eché un poco para atrás, para no tener la cara prácticamente la cabeza dentro de la olla y moví un dedo, como si fuese un director de orquesta y el fuego de la cocina empezó a serpentear siguiéndole el paso a mi dedo. Aparté así las llamas de la cocinera, llevándolas hasta mi boca, masticándolo y luego lamiéndome los labios.
-¿Cómo lo haces? Hasta el fuego con el que cocinas es absurdamente delicioso, no todos los cocineros saben hacer que su fuego sepa bien, creeme, lo he probado.- Solté una leve risa entonces-. Ah, y para lo grande que eres deberías tener un poco más de cuidado. Aunque bueno, cuando yo crezco también me choco con las cosas de vez en cuando.
-Nah… Ya me he peleado bastantes veces, de hecho, es de lo que mejor se me da… Pocas veces me divierto tanto y me siento más libre que cuando le doy una paliza a un idiota. ¡Aunque últimamente estoy intentando ir más por el lado diplomático!
Antes de que pudiera distraerme con mis propias ideas como solía hacer me paré en seco, no era de muy buena educación hacer eso en casa ajena. Hice un puchero cuando me respondió de forma tan brusca, no entendía qué había hecho mal como para que le hubiera caído tan mal. Quizá no le habría gustado la cicatriz de la cara… O al menos esa era la única razón que se me ocurría para que me mirara tanto ahí.
-¿Porque te lo he pedido por favor? Además, yo me he presentado, es de buen educación corresponder un gesto así, ¿no crees? De todos modos, no hace falta que lo hagas si no quieres, ya se me ha ocurrido un mote para ti. ¿Qué te parece Alitas Negras? Quizá no sea el más original del mundo, pero es que define muy bien.
La miré moverse de un lado para otro haciendo cosas raras, como si no fuese de lo más obvio que no vivía sola, pero por no romperle las ilusiones no le dije nada de nada. Seguí comiendo tranquilamente, el estofado, por muy no terminado como ella decía que estaba, era delicioso. Nunca había probado algo así. Por suerte, no me distraje mucho con la comida ya que observé cómo se acercaba peligrosamente al fuego de la cocina. Me eché un poco para atrás, para no tener la cara prácticamente la cabeza dentro de la olla y moví un dedo, como si fuese un director de orquesta y el fuego de la cocina empezó a serpentear siguiéndole el paso a mi dedo. Aparté así las llamas de la cocinera, llevándolas hasta mi boca, masticándolo y luego lamiéndome los labios.
-¿Cómo lo haces? Hasta el fuego con el que cocinas es absurdamente delicioso, no todos los cocineros saben hacer que su fuego sepa bien, creeme, lo he probado.- Solté una leve risa entonces-. Ah, y para lo grande que eres deberías tener un poco más de cuidado. Aunque bueno, cuando yo crezco también me choco con las cosas de vez en cuando.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
El escuchar esa seguridad me hacia preguntarme si realmente su confianza era tan cierta, quizás si estaba juzgando demasiado temprano al joven muchacho. Mi maestro también me había enseñado a no dejarme llevar por las apariencias y pensar siempre que quizás lo que mostraban no era todo lo que tenían.
En el momento en el que vi como controlo el fuego no supe cómo reaccionar…
¿Qué había sido eso? ¿Acaso era un brujo o un ser mitológico como las hadas de fuego? Espera, eso se supone que no existe.
No entendía como era capaz siquiera de comer fuego aunque más confundido me dejo el hecho que de dijera que ya había comido fuego antes ¿Cómo que el mío era delicioso? ¿Cómo va a estar delicioso el fuego? Este joven estaba lleno de cosas que me confundían cada vez más.
Mire un instante al suelo ocultando mi expresión de puchero cuando solté sin querer entre susurros para mi “No soy un bebé, no tiene que regañarme” recordando que mi maestro siempre me regañaba por no tener más cuidado ya más de una vez había acabado con las alas atoradas en algún sitio o chocándome con el techo, intente deshacerme de esa visión de mi por no mostrar debilidades recordando que ¡acababa de controlar el fuego y lo había devorado como si fuera un mago!
Estaba intentando sacar esos pensamientos de mi cabeza en cuanto recordé que ya me había insistido dos veces por mi nombre y hasta me dijo su nombre, mi maestro ya me habría dado un tortazo por no responder así que no vayamos a por un tercer posible golpe.
-Ah… – Suspire intentando ordenar mi presentación mientras lo observaba con precaución y sin dejar de estar curioso por él – Mi nombre es Holly, Golden D. Holly para ser exactos Sr. Yor… – en ese momento no sabía realmente que hacer solo me quede mirando su cicatriz entre su melena desaliñada mientras bajaba la mano en donde sostenía la blusa de mi maestro.
¿Estoy haciendo lo correcto hablando con extraños sin el consentimiento del maestro? Acomode mis alas negras con pequeños gestos hasta que lucieran bien y solo pude permanecer en silencio. Por una parte quería hacharlo y hacer como si nada hubiera sucedido pero por otra parte tenía miedo, ¿y si sabía que era y se lo contaba a más gente? ¿Debería deshacerme de él para evitar otro final? Aun así sus ojos parecían brillar como los de un niño aun con el estofado en su poder.
En el momento en el que vi como controlo el fuego no supe cómo reaccionar…
¿Qué había sido eso? ¿Acaso era un brujo o un ser mitológico como las hadas de fuego? Espera, eso se supone que no existe.
No entendía como era capaz siquiera de comer fuego aunque más confundido me dejo el hecho que de dijera que ya había comido fuego antes ¿Cómo que el mío era delicioso? ¿Cómo va a estar delicioso el fuego? Este joven estaba lleno de cosas que me confundían cada vez más.
Mire un instante al suelo ocultando mi expresión de puchero cuando solté sin querer entre susurros para mi “No soy un bebé, no tiene que regañarme” recordando que mi maestro siempre me regañaba por no tener más cuidado ya más de una vez había acabado con las alas atoradas en algún sitio o chocándome con el techo, intente deshacerme de esa visión de mi por no mostrar debilidades recordando que ¡acababa de controlar el fuego y lo había devorado como si fuera un mago!
Estaba intentando sacar esos pensamientos de mi cabeza en cuanto recordé que ya me había insistido dos veces por mi nombre y hasta me dijo su nombre, mi maestro ya me habría dado un tortazo por no responder así que no vayamos a por un tercer posible golpe.
-Ah… – Suspire intentando ordenar mi presentación mientras lo observaba con precaución y sin dejar de estar curioso por él – Mi nombre es Holly, Golden D. Holly para ser exactos Sr. Yor… – en ese momento no sabía realmente que hacer solo me quede mirando su cicatriz entre su melena desaliñada mientras bajaba la mano en donde sostenía la blusa de mi maestro.
¿Estoy haciendo lo correcto hablando con extraños sin el consentimiento del maestro? Acomode mis alas negras con pequeños gestos hasta que lucieran bien y solo pude permanecer en silencio. Por una parte quería hacharlo y hacer como si nada hubiera sucedido pero por otra parte tenía miedo, ¿y si sabía que era y se lo contaba a más gente? ¿Debería deshacerme de él para evitar otro final? Aun así sus ojos parecían brillar como los de un niño aun con el estofado en su poder.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Me sentí un tanto más cómodo cuando por fin vi que la mujer se relajaba un poco delante de mí. Desgraciadamente, no pude evitar dejar volar mi imaginación sobre por qué era tan reacia a dejarse charlar amigablemente. Tenía bien claro que nadie que hubiera vivido una buena vida, tranquila y apacible, era tan reservada. Yo desde luego, según esta línea de lógica, era la excepción que confirmaba la regla. Era uno de mis principales objetivos, salvar a la gente que se sentía como yo lo hice durante mucho tiempo. Por eso, cuando escuché ese susurro tan personal, incliné la cabeza con cierta curiosidad, aunque no decidí insistir sobre el tema. Además, lo que no pude evitar fue reírme a carcajadas cuando me llamó de esa manera, llevándome los brazos a la tripa, sosteniéndome a mí mismo.
-Holly, por favor, no me llames señor… Si seguramente soy más joven que tú. Además, por muy capitán pirata que sea, tampoco dejo que mis tripulantes me llamen señor, eso es demasiado raro…- Le dejé el estofado en ese momento sobre la mesa, no queriendo que solo comiese yo-. También tienes un nombre muy curioso, los dos tenemos esa D… Bueno, no sé lo que significa, así que ni idea.
Me levanté de la mesa entonces, caminando para asomarme por la ventana con curiosidad, al final con esta distracción no había ido a investigar el gran árbol que coronaba la isla. Me giré, apoyando la espalda contra la pared para poder mirar a la cara a la intrigante desconocida. Quería investigar un poco la isla, pero no quería despedirme ya de una mujer tan extraña, tenía una sensación tan fuerte de que aquí había algo muy interesante.
-Oye, ¿te importa si me haces un tour por la isla? Es que quiero ver el árbol tan grande que hay ahí fuera… Bueno, técnicamente aquí dentro, que esto es una raíz suya. Perdón, que me pierdo… El caso es que me has caído bien y me gustaría hablar más contigo, pero también tengo un barco al que volver, se supone que iba a por recursos… En mi barco cocina Jin, que es mi segundo al mando, no es tan bueno como tú, pero cocina bastante bien. El que no tiene talento para la cocina soy yo, eso seguro, no me dejan acercarme a los fogones porque siempre me acabo distrayendo con las llamas, se me quema la comida…
Me callé de golpe al darme cuenta de que efectivamente me había ido por las ramas, nunca mejor dicho. Me daba un poco de vergüenza ponerme a hablar de lo mío sin parar, normalmente además no suelo decir nada demasiado interesante. De hecho, lo único que puedo decir a favor de mis conversaciones es que con suerte he podido conocer a gente muy interesante, así que con el tiempo había llegado a la conclusión de que al menos debe ser divertido oírme decir idioteces.
-Holly, por favor, no me llames señor… Si seguramente soy más joven que tú. Además, por muy capitán pirata que sea, tampoco dejo que mis tripulantes me llamen señor, eso es demasiado raro…- Le dejé el estofado en ese momento sobre la mesa, no queriendo que solo comiese yo-. También tienes un nombre muy curioso, los dos tenemos esa D… Bueno, no sé lo que significa, así que ni idea.
Me levanté de la mesa entonces, caminando para asomarme por la ventana con curiosidad, al final con esta distracción no había ido a investigar el gran árbol que coronaba la isla. Me giré, apoyando la espalda contra la pared para poder mirar a la cara a la intrigante desconocida. Quería investigar un poco la isla, pero no quería despedirme ya de una mujer tan extraña, tenía una sensación tan fuerte de que aquí había algo muy interesante.
-Oye, ¿te importa si me haces un tour por la isla? Es que quiero ver el árbol tan grande que hay ahí fuera… Bueno, técnicamente aquí dentro, que esto es una raíz suya. Perdón, que me pierdo… El caso es que me has caído bien y me gustaría hablar más contigo, pero también tengo un barco al que volver, se supone que iba a por recursos… En mi barco cocina Jin, que es mi segundo al mando, no es tan bueno como tú, pero cocina bastante bien. El que no tiene talento para la cocina soy yo, eso seguro, no me dejan acercarme a los fogones porque siempre me acabo distrayendo con las llamas, se me quema la comida…
Me callé de golpe al darme cuenta de que efectivamente me había ido por las ramas, nunca mejor dicho. Me daba un poco de vergüenza ponerme a hablar de lo mío sin parar, normalmente además no suelo decir nada demasiado interesante. De hecho, lo único que puedo decir a favor de mis conversaciones es que con suerte he podido conocer a gente muy interesante, así que con el tiempo había llegado a la conclusión de que al menos debe ser divertido oírme decir idioteces.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Por un instante me puse a pensar que quizás llamarle señor cuando tenía apariencia tan joven fue un poco resbalón por mi parte y incline la cabeza con un gesto para darle la razón pero por otra parte pensaba que llamar señor a alguien que estaba por encima de uno era una forma de respetarlo, ¿quizás no se podía aplicar siempre?
Observando cómo miraba el árbol se movía tan cómodamente me hacía sentir algo ansioso pero no sabía qué hacer para echarlo de la casa sin que la cosa llegara a ser muy agresiva ni desagradable, tampoco quería mostrar mucha amabilidad a alguien que se había colado en mi casa, me había estropeado mi estofado y encima podría esparcir el hecho de que me vivía en esta zona.
De pronto Yor empezó a hablar sacándome de mis pasamientos y casi me asusto pero rápidamente escuche lo que me estaba diciendo, sinceramente era normal la curiosidad que tenia hacia el árbol, la mayoría de extranjeros se acercaban por esa razón, aunque olvidaban ser cuidadosos y muchos terminaban mal.
Aun recuerdo cuando mi maestro advirtió a unos viajeros de que fueran respetuosos y cuidadosos y si no fuera porque él mismo los rescato del lio hubieran muerto allí.
Me hubiese gustado poder decir que me gustaría hablar más con él como una persona normal pero claramente ese no era el caso y no me podía permitir acomodarme bebiendo de sus historias así que estaba por pedirle que se fuera ya, de pronto que sentí como si este chico no tuviera un punto final en sus conversaciones pero me entro curiosidad que, como dijo, ambos teníamos es D, tampoco sabía bien, bien la historia pero en los textos de mi familia también encontré algo de información sobre la D pero en ese momento no recordaba mucho.
Algo me golpeo en la cara cuando lo escuche pedirme que le hiciera un tour por la isla, créeme en lo más hondo de mi corazón me gustara simplemente poder vivir como otra persona normal, ni siquiera puedo salir de esta casa, tengo que vivir escondido del mundo procurando que nadie sepa de mi, al menos hasta que tenga el poder suficiente para lograr mi propósito.
Mi cuerpo se tenso completamente e inconscientemente abrí las alas tanto que casi tiro algunas cosas hasta el techo me detuvo de abrirlas completamente.
-¡Mejor lárgate de aquí – se perfectamente que él no era culpable de esta ira que sentía dentro de mí, pero por otra parte era un problema del cual tenía que deshacerme – si no lo haces al final me veré obligado a usar la fuerza y créeme estoy siendo muy amable, si fuera por mi maes- – casi cometo el desliz de mencionar a mi maestro frente a él – si fuera por mis normas tendría que haber matado!
Tenía la intención de caminar hacia él para que retrocediera lo suficiente como para que saliera de la casa pero sentía que no me podía mover y no entendía por qué.
Observando cómo miraba el árbol se movía tan cómodamente me hacía sentir algo ansioso pero no sabía qué hacer para echarlo de la casa sin que la cosa llegara a ser muy agresiva ni desagradable, tampoco quería mostrar mucha amabilidad a alguien que se había colado en mi casa, me había estropeado mi estofado y encima podría esparcir el hecho de que me vivía en esta zona.
De pronto Yor empezó a hablar sacándome de mis pasamientos y casi me asusto pero rápidamente escuche lo que me estaba diciendo, sinceramente era normal la curiosidad que tenia hacia el árbol, la mayoría de extranjeros se acercaban por esa razón, aunque olvidaban ser cuidadosos y muchos terminaban mal.
Aun recuerdo cuando mi maestro advirtió a unos viajeros de que fueran respetuosos y cuidadosos y si no fuera porque él mismo los rescato del lio hubieran muerto allí.
Me hubiese gustado poder decir que me gustaría hablar más con él como una persona normal pero claramente ese no era el caso y no me podía permitir acomodarme bebiendo de sus historias así que estaba por pedirle que se fuera ya, de pronto que sentí como si este chico no tuviera un punto final en sus conversaciones pero me entro curiosidad que, como dijo, ambos teníamos es D, tampoco sabía bien, bien la historia pero en los textos de mi familia también encontré algo de información sobre la D pero en ese momento no recordaba mucho.
Algo me golpeo en la cara cuando lo escuche pedirme que le hiciera un tour por la isla, créeme en lo más hondo de mi corazón me gustara simplemente poder vivir como otra persona normal, ni siquiera puedo salir de esta casa, tengo que vivir escondido del mundo procurando que nadie sepa de mi, al menos hasta que tenga el poder suficiente para lograr mi propósito.
Mi cuerpo se tenso completamente e inconscientemente abrí las alas tanto que casi tiro algunas cosas hasta el techo me detuvo de abrirlas completamente.
-¡Mejor lárgate de aquí – se perfectamente que él no era culpable de esta ira que sentía dentro de mí, pero por otra parte era un problema del cual tenía que deshacerme – si no lo haces al final me veré obligado a usar la fuerza y créeme estoy siendo muy amable, si fuera por mi maes- – casi cometo el desliz de mencionar a mi maestro frente a él – si fuera por mis normas tendría que haber matado!
Tenía la intención de caminar hacia él para que retrocediera lo suficiente como para que saliera de la casa pero sentía que no me podía mover y no entendía por qué.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Parpadeé un par de veces cuando vi cómo se ponía de nerviosa. Incliné levemente la cabeza mientras escuchaba lo que decía, no pude evitar sentirme un tanto identificado con cómo se sentía. Se parecía bastante a cómo me sentía cuando vivía con mi familia. No dije nada en ese momento sino que me aparté de la pared y caminé tranquilamente a la puerta, saliendo por esta. Giré a la izquierda para recorrer la pared/raíz hasta donde había una ventana y de un salto me agarré a esta, asomando la cabeza para poder volver a ver a Holly.
-Vale, ya estoy fuera.- Me coloqué un poco mejor como pude en el alféizar de la ventana-. No me has dicho que no a lo de explorar un poco, aunque si que me has hablado, o bueno, has intentando evitar hablarme de un conocido tuyo o algo así… ¿Estoy suponiendo mucho si creo que es esta persona es la que te prohíbe salir de aquí? Suena muy aburrido…
Me mordí el labio intentando pensar qué decir a continuación, quería ayudar sin duda alguna, pero no sabía cómo. Fijé la mirada en la chica de las alas negras y le sonreí. Lo mejor sería improvisar las palabras y ya veremos a dónde llegamos.
-Como yo lo veo tienes dos opciones… La primera es la más fácil, aunque no la recomiendo. Te quedas aquí toda tu vida, encerrada entre estas cuatro paredes que ni siquiera son lo suficientemente grandes como para que quepas de forma cómoda. Te despiertas todos los días para vivir la misma vida, quizá algún día veas un pájaro volar por la ventana y te preguntes a dónde irá, pero no tiene sentido porque ni siquiera podrás imaginarte un lugar porque nunca has estado fuera de esta casa. Personalmente a mí me parece una tortura, quizá incluso peor que la muerte.- Me callé unos segundos para que la idea colara en su cabeza-. Ahora bien, puedes tomar la segunda vía, mi favorita además. Consiste en coger valor y salir por la puerta. Es bastante difícil, el mundo da miedo, pero yo creo que es parte de su encanto. En cada sitio del mundo amanece de forma distinta y se vive distinto, nadie es igual y todo está en constante cambio. ¡Pero eso es lo bonito! Significa que hasta tú puedes cambiar cómo funcionan las cosas.
Suspiré una vez solté todo lo que tenía en mente. Entonces me di cuenta de que todas estas palabras estaban bien, pero necesitaban un ancla en el suelo, algo que les diera credibilidad. Algo humano.
-Eso es lo que hago yo, por cierto. Yo fui como tú, estaba encerrado en casa, haciendo cosas que odiaba hacer y deseando romper mis cadenas para poder ser lo que yo quisiera. No fue fácil, tardé años hasta que pude huir, pero una vez tuve la oportunidad delante de mí, la aproveché.- Solté una pequeña risa entonces-. Además, solo te he pedido que me des un tour por la isla, no creo que sea para tanto.
-Vale, ya estoy fuera.- Me coloqué un poco mejor como pude en el alféizar de la ventana-. No me has dicho que no a lo de explorar un poco, aunque si que me has hablado, o bueno, has intentando evitar hablarme de un conocido tuyo o algo así… ¿Estoy suponiendo mucho si creo que es esta persona es la que te prohíbe salir de aquí? Suena muy aburrido…
Me mordí el labio intentando pensar qué decir a continuación, quería ayudar sin duda alguna, pero no sabía cómo. Fijé la mirada en la chica de las alas negras y le sonreí. Lo mejor sería improvisar las palabras y ya veremos a dónde llegamos.
-Como yo lo veo tienes dos opciones… La primera es la más fácil, aunque no la recomiendo. Te quedas aquí toda tu vida, encerrada entre estas cuatro paredes que ni siquiera son lo suficientemente grandes como para que quepas de forma cómoda. Te despiertas todos los días para vivir la misma vida, quizá algún día veas un pájaro volar por la ventana y te preguntes a dónde irá, pero no tiene sentido porque ni siquiera podrás imaginarte un lugar porque nunca has estado fuera de esta casa. Personalmente a mí me parece una tortura, quizá incluso peor que la muerte.- Me callé unos segundos para que la idea colara en su cabeza-. Ahora bien, puedes tomar la segunda vía, mi favorita además. Consiste en coger valor y salir por la puerta. Es bastante difícil, el mundo da miedo, pero yo creo que es parte de su encanto. En cada sitio del mundo amanece de forma distinta y se vive distinto, nadie es igual y todo está en constante cambio. ¡Pero eso es lo bonito! Significa que hasta tú puedes cambiar cómo funcionan las cosas.
Suspiré una vez solté todo lo que tenía en mente. Entonces me di cuenta de que todas estas palabras estaban bien, pero necesitaban un ancla en el suelo, algo que les diera credibilidad. Algo humano.
-Eso es lo que hago yo, por cierto. Yo fui como tú, estaba encerrado en casa, haciendo cosas que odiaba hacer y deseando romper mis cadenas para poder ser lo que yo quisiera. No fue fácil, tardé años hasta que pude huir, pero una vez tuve la oportunidad delante de mí, la aproveché.- Solté una pequeña risa entonces-. Además, solo te he pedido que me des un tour por la isla, no creo que sea para tanto.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mire a Yor se movía hacia la puerta y desapareció por la izquierda hasta que me aviso por una ventana que ya estaba fuera, sabía que cometí demasiados errores para ocultar el hecho de que vivía con alguien más pero tampoco quería arriesgar la vida de mi maestro.
Me calle y escuche todo lo que me quería decir, mientras intentaba volver a plegar mis alas pero tarde un poco a causa de que se me atoraban en algunos muebles y casi los tiro así que lo tuve que hacer tan lentamente y antinatural que me incomodo mucho. Intente recolocar algunas cosas mientras no dejaba de mantenerlo vigilado. Me hablaba de tener opciones cuando yo solo veía una opción en todo esto pero me al decirme que el quedarme aquí podría ser un destino peor que la muerte me hizo mirar la puerta su silencio se izo notorio pero al retomar sus palabras me hicieron mirar de vuelta hacia él. Vivir y poder salir era algo que realmente quería hacer pero antes de abandonar este lugar sabía que tenía que ser suficientemente fuerte como para poder conseguir mi propósito y sabía que aun no lo era.
Un suspiro salió de su boca, parecía bastante satisfecho con todo lo que había dicho, así que incline la cabeza hacia la derecha mirándolo y tan pronto como volvió a hablar volví a colocar bien mi cabeza, me sorprendió escuchar el hecho de que estuvo encerrado en su propia casa por una parte podía entenderlo, yo siempre estuve aislada de la humanidad pero eso no significaba que no pudiera hacer cosas que quisiera, cuando mi familia aun estaba viva hacíamos todo lo que queríamos y ahora solo me escondo hasta el momento en el que pueda salir con la certeza de que podré luchar con todo y más.
Escuche hasta el final de sus palabras y me quede en silencio unos instantes mientras ordenaba las cosas que quería decirle para poder expresarme bien para él. Suspirando con los ojos cerrados los abrí al segundo y lo miré a los ojos con firmeza.
-Se que puede parecer que la persona con la que vivo me está reteniendo aquí, pero no es el caso, él ha estado cuidando de mi desde hace más de 15 años, si no hubiera sido por él hubiera muerto o me hubieran matado, así que agradecería que no uses una estrategia como esa para ponerme en contra de la situación – me relaje intentando poner alguna cosa más en su sitio aunque estuviera en el sitio con dimensiones pequeñas – entiendo que sientas que parezco un pájaro enjaulado pero esto es solo para mi propia seguridad, supongo que solo estas engañándome o eres ingenuo a lo que realmente soy y sé que actuaras como todos los demás si lo descubres…
Me acerque a la puerta lo justo para que no me dejara de ver.
-No tengo miedo a salir ni lo tengo prohibido, solo me oculto hasta que tenga el poder suficiente para- – me detuve antes de contar todo lo que tenía planeado junto a mi maestro – No me falta valor, solo fuerza y eso es lo que estoy haciendo con mi maestro, obteniendo esa fuerza.
Me agache un poco para poder pasar por la puerta algo que se veía costoso y lo era sobre todo para sacas mis alas pero al final pude salir completamente y me gire hacia Yor.
-Entiendo que has pasado por tus problemas y comparto esa empatía contigo pero mi situación no se puede solucionar como tú crees, no es tan fácil ni siquiera mi maestro lo ha logrado… – estaba a punto de darme la vuelta para volver a entrar antes de que mi maestro regresara pero recordé que me insistía mucho con lo del tour así que me volví hacia él de nuevo – Por cierto, ese tour que tanto quieres hacer se lo puedes pedir a los habitantes de la aldea seguro te lo darán si no terminas en sus estómagos – le dije como burla y me dispuse a entrar.
Al girarme completamente escuche un crujido de algunas ramas y el tintineo de la campana que siempre llevaba mi maestro para poderlo reconocer, estaba cerca.
-Vaya, parece que un ratón se ha colado en mi territorio… Creí que fui bastante claro en no mostrarte a los demás… – asomándose encima de una raíz bastante elevada mantenía su mirada hacia Yor.
- M-maestro… – sabia que ya no podía hacer nada para calmar el ambiente, mi maestro era muy protector y además de ser muy estricto con eso.
Me calle y escuche todo lo que me quería decir, mientras intentaba volver a plegar mis alas pero tarde un poco a causa de que se me atoraban en algunos muebles y casi los tiro así que lo tuve que hacer tan lentamente y antinatural que me incomodo mucho. Intente recolocar algunas cosas mientras no dejaba de mantenerlo vigilado. Me hablaba de tener opciones cuando yo solo veía una opción en todo esto pero me al decirme que el quedarme aquí podría ser un destino peor que la muerte me hizo mirar la puerta su silencio se izo notorio pero al retomar sus palabras me hicieron mirar de vuelta hacia él. Vivir y poder salir era algo que realmente quería hacer pero antes de abandonar este lugar sabía que tenía que ser suficientemente fuerte como para poder conseguir mi propósito y sabía que aun no lo era.
Un suspiro salió de su boca, parecía bastante satisfecho con todo lo que había dicho, así que incline la cabeza hacia la derecha mirándolo y tan pronto como volvió a hablar volví a colocar bien mi cabeza, me sorprendió escuchar el hecho de que estuvo encerrado en su propia casa por una parte podía entenderlo, yo siempre estuve aislada de la humanidad pero eso no significaba que no pudiera hacer cosas que quisiera, cuando mi familia aun estaba viva hacíamos todo lo que queríamos y ahora solo me escondo hasta el momento en el que pueda salir con la certeza de que podré luchar con todo y más.
Escuche hasta el final de sus palabras y me quede en silencio unos instantes mientras ordenaba las cosas que quería decirle para poder expresarme bien para él. Suspirando con los ojos cerrados los abrí al segundo y lo miré a los ojos con firmeza.
-Se que puede parecer que la persona con la que vivo me está reteniendo aquí, pero no es el caso, él ha estado cuidando de mi desde hace más de 15 años, si no hubiera sido por él hubiera muerto o me hubieran matado, así que agradecería que no uses una estrategia como esa para ponerme en contra de la situación – me relaje intentando poner alguna cosa más en su sitio aunque estuviera en el sitio con dimensiones pequeñas – entiendo que sientas que parezco un pájaro enjaulado pero esto es solo para mi propia seguridad, supongo que solo estas engañándome o eres ingenuo a lo que realmente soy y sé que actuaras como todos los demás si lo descubres…
Me acerque a la puerta lo justo para que no me dejara de ver.
-No tengo miedo a salir ni lo tengo prohibido, solo me oculto hasta que tenga el poder suficiente para- – me detuve antes de contar todo lo que tenía planeado junto a mi maestro – No me falta valor, solo fuerza y eso es lo que estoy haciendo con mi maestro, obteniendo esa fuerza.
Me agache un poco para poder pasar por la puerta algo que se veía costoso y lo era sobre todo para sacas mis alas pero al final pude salir completamente y me gire hacia Yor.
-Entiendo que has pasado por tus problemas y comparto esa empatía contigo pero mi situación no se puede solucionar como tú crees, no es tan fácil ni siquiera mi maestro lo ha logrado… – estaba a punto de darme la vuelta para volver a entrar antes de que mi maestro regresara pero recordé que me insistía mucho con lo del tour así que me volví hacia él de nuevo – Por cierto, ese tour que tanto quieres hacer se lo puedes pedir a los habitantes de la aldea seguro te lo darán si no terminas en sus estómagos – le dije como burla y me dispuse a entrar.
Al girarme completamente escuche un crujido de algunas ramas y el tintineo de la campana que siempre llevaba mi maestro para poderlo reconocer, estaba cerca.
-Vaya, parece que un ratón se ha colado en mi territorio… Creí que fui bastante claro en no mostrarte a los demás… – asomándose encima de una raíz bastante elevada mantenía su mirada hacia Yor.
- M-maestro… – sabia que ya no podía hacer nada para calmar el ambiente, mi maestro era muy protector y además de ser muy estricto con eso.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Tragué saliva, me estaba poniendo un poco nervioso cuando volví a escuchar que se negaba. Notaba todas las escamas de mi forma de lagarto erizarse. Algo me decía, ya fuera instinto o suerte, que si me marchaba y dejaba a Holly aquí, tanto ella como yo perderíamos algo valioso. Entendía todo lo que decía y realmente no había mucho que pudiera objetar, tampoco se puede ayudar a alguien que no quiere la ayuda aunque la necesite. Supongo que una vez vives tanto tiempo en una jaula, la jaula se confunde mucho con lo que piensas que debe ser la vida.
-Sé un par de cosas sobre querer tener fuerza y obtenerla. Como yo lo veo, la fuerza se puede manifestar de las formas más curiosas, ya sea física o espiritualmente. Si deseas cualquiera de las dos, te aseguro que encerrada no vas a descubrirlas. Siento mucho decir que si tu maestro piensa que manteniéndote aquí para siempre vas a conseguir evolucionar, entonces es un iluso.
Me callé cuando me pareció escuchar a alguien acercándose, parece ser que Holly también se dio cuenta, aunque tarde. Miré en silencio al hombre que tenía delante de mí. Era fuerte, podía verlo en cómo me miraba, su pose, su aura de confianza… Le sonreí divertido, dando un paso al frente sin un ápice de temor en mi ser.
-Lo siento mucho, amigo, pero yo nunca pido permiso para ir a donde quiero y si este es tu territorio, entonces lo tienes muy mal protegido.- Me crucé de brazos, sin apartar la mirada de él-. Venía solo a explorar un poco la isla, pero me encontré con Holly y, como podrás imaginarte, tengo la mala costumbre de meterme donde no me llaman. No he podido evitar fijarme que la pobre chica no tiene permitido salir de esta casa.
Rechiné los dientes con cierto enfado en ese momento, una figura de poder no permitiendo a alguien ser libre. Era una historia que tenía tan marcada a fuego en mi mente que solo imaginarmelo podía ponerme de mal humor, cosa que no era fácil.
-A mi lo que me parece es que no tienes la fuerza necesaria para asegurarte de que sea feliz en un mundo tan divertido como es en el que vivimos. Por tanto, si tengo que darte una paliza para convenceros a los dos de que sois unos idiotas, no dudaré en hacerlo. ¿Qué es una vida sin peligro y sin explorar el mundo? No es más que un chiste de mal gusto.
Puse un pie un poco más atrás y alcé los brazos para ponerme en pose de combate. No sabía si el hombre iba a aceptar lo que estaba diciendo, pero de cualquier modo, si iba a tener que pelear, no me iba a contener ni un poco. Este era mi juramento, liberar al mundo entero y cada pequeña situación contaba.
-Sé un par de cosas sobre querer tener fuerza y obtenerla. Como yo lo veo, la fuerza se puede manifestar de las formas más curiosas, ya sea física o espiritualmente. Si deseas cualquiera de las dos, te aseguro que encerrada no vas a descubrirlas. Siento mucho decir que si tu maestro piensa que manteniéndote aquí para siempre vas a conseguir evolucionar, entonces es un iluso.
Me callé cuando me pareció escuchar a alguien acercándose, parece ser que Holly también se dio cuenta, aunque tarde. Miré en silencio al hombre que tenía delante de mí. Era fuerte, podía verlo en cómo me miraba, su pose, su aura de confianza… Le sonreí divertido, dando un paso al frente sin un ápice de temor en mi ser.
-Lo siento mucho, amigo, pero yo nunca pido permiso para ir a donde quiero y si este es tu territorio, entonces lo tienes muy mal protegido.- Me crucé de brazos, sin apartar la mirada de él-. Venía solo a explorar un poco la isla, pero me encontré con Holly y, como podrás imaginarte, tengo la mala costumbre de meterme donde no me llaman. No he podido evitar fijarme que la pobre chica no tiene permitido salir de esta casa.
Rechiné los dientes con cierto enfado en ese momento, una figura de poder no permitiendo a alguien ser libre. Era una historia que tenía tan marcada a fuego en mi mente que solo imaginarmelo podía ponerme de mal humor, cosa que no era fácil.
-A mi lo que me parece es que no tienes la fuerza necesaria para asegurarte de que sea feliz en un mundo tan divertido como es en el que vivimos. Por tanto, si tengo que darte una paliza para convenceros a los dos de que sois unos idiotas, no dudaré en hacerlo. ¿Qué es una vida sin peligro y sin explorar el mundo? No es más que un chiste de mal gusto.
Puse un pie un poco más atrás y alcé los brazos para ponerme en pose de combate. No sabía si el hombre iba a aceptar lo que estaba diciendo, pero de cualquier modo, si iba a tener que pelear, no me iba a contener ni un poco. Este era mi juramento, liberar al mundo entero y cada pequeña situación contaba.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Sabía que había una diferencias para conseguir la fuerza pero tampoco teníamos muchas opciones si queríamos que nadie decidiera hacer lo mismo que la ultima vez o decidan enviar al gobierno por nuestras cabezas… creo que la forma de mi maestro es, por ahora, la más segura que veo y que lo llame iluso me hace pensar que no es completamente consciente de mi situación.
Todos mis pensamientos se rompieron cuando vi a ambos mantener la mirada en sus ojos.
Miré a Yor contestar a mi maestro con una mezcla de confusión, miedo y sorpresa, no esperaba que actuara de esta manera tan ¿brusca? Nunca se me ocurriría dirigirme a él de ese modo. Su postura rebosaba un aura de desafío y realmente me tenía preocupado, no recuerdo a nadie que haya desafiado a mi maestro y lo haya ganado, aunque realmente las nuevas generaciones han llegado a ser una caja de sorpresas.
Mi maestro parecía estar realmente molesto con la presencia de Yor, tenía un mal presentimiento hacia él y se le notaba en su postura, se había vuelto algo rígida.
Nos quedamos en silencio escuchando las palabras de Yor y no podía evitar mirar a mi maestro de vez en cuando mientras Yor hablaba para ver su reacción, realmente no me esperaba esa actitud tan desafiante hacía mi maestro y eso estaba creando tensión en aumento en el ambiente y no me atrevía a pronunciar ni un sonido, en cambio mi maestro estaba a punto de destrozar la zona de la raíz en donde estaba apoyando su mano al ver a Yor en postura de combate.
Con un salto demostrando su agilidad a pesar de su edad, camino hacía Yor, por un momento me miro para comprobar mi estado y volvió la vista hacía Yor, parecía que estaba analizando mejor sus intenciones antes de tomar cualquier decisión.
-Supongo que no eres consciente de la situación de Holly a pesar de todo y estas tomando las decisiones por él – observando la postura de Yor con atención analizando sus puntos débiles y sus puntos fuertes si es que quería batirse en combate cuerpo a cuerpo – no se cuando habéis hablado ni cuanto te ha contado sobre la situación en la que se encuentra, pero creo que no estás entendiendo bien el porqué esta en esta zona… – mirando hacia Holly en con una mezcla de preocupación hacia ella y un poco de seriedad por haber bajado la guardia, según él mismo.
Su aura y actitud se volvieron serios y su actitud hacía Yor se había vuelto como la de un padre que estaba protegiendo a su hija de un mal pretendiente que la llevaría por una senda llena de penurias. Parecía que en cualquier momento empezarían a pelear pero simplemente se quedo frente a él, no sé si estaba analizando, juzgándolo o si simplemente estaba buscando alguna manera de echarlo, pero lo que estaba claro que el silencio se estaba haciendo notorio entre ellos dos y que cada vez notaba más tensión.
Todos mis pensamientos se rompieron cuando vi a ambos mantener la mirada en sus ojos.
Miré a Yor contestar a mi maestro con una mezcla de confusión, miedo y sorpresa, no esperaba que actuara de esta manera tan ¿brusca? Nunca se me ocurriría dirigirme a él de ese modo. Su postura rebosaba un aura de desafío y realmente me tenía preocupado, no recuerdo a nadie que haya desafiado a mi maestro y lo haya ganado, aunque realmente las nuevas generaciones han llegado a ser una caja de sorpresas.
Mi maestro parecía estar realmente molesto con la presencia de Yor, tenía un mal presentimiento hacia él y se le notaba en su postura, se había vuelto algo rígida.
Nos quedamos en silencio escuchando las palabras de Yor y no podía evitar mirar a mi maestro de vez en cuando mientras Yor hablaba para ver su reacción, realmente no me esperaba esa actitud tan desafiante hacía mi maestro y eso estaba creando tensión en aumento en el ambiente y no me atrevía a pronunciar ni un sonido, en cambio mi maestro estaba a punto de destrozar la zona de la raíz en donde estaba apoyando su mano al ver a Yor en postura de combate.
Con un salto demostrando su agilidad a pesar de su edad, camino hacía Yor, por un momento me miro para comprobar mi estado y volvió la vista hacía Yor, parecía que estaba analizando mejor sus intenciones antes de tomar cualquier decisión.
-Supongo que no eres consciente de la situación de Holly a pesar de todo y estas tomando las decisiones por él – observando la postura de Yor con atención analizando sus puntos débiles y sus puntos fuertes si es que quería batirse en combate cuerpo a cuerpo – no se cuando habéis hablado ni cuanto te ha contado sobre la situación en la que se encuentra, pero creo que no estás entendiendo bien el porqué esta en esta zona… – mirando hacia Holly en con una mezcla de preocupación hacia ella y un poco de seriedad por haber bajado la guardia, según él mismo.
Su aura y actitud se volvieron serios y su actitud hacía Yor se había vuelto como la de un padre que estaba protegiendo a su hija de un mal pretendiente que la llevaría por una senda llena de penurias. Parecía que en cualquier momento empezarían a pelear pero simplemente se quedo frente a él, no sé si estaba analizando, juzgándolo o si simplemente estaba buscando alguna manera de echarlo, pero lo que estaba claro que el silencio se estaba haciendo notorio entre ellos dos y que cada vez notaba más tensión.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Negué la cabeza con fuerza de un lado a otro.
-¡No tengo ni idea de qué le pasaba y hasta que lo has dicho creía que era una ella, no un él!- Dije con fuerza y sin ningún tipo de vergüenza-. Ha intentado no decir nada de ti y ha fingido vivir solo, así que no tienes que enfadarte con Holly por nada de lo que haya ocurrido aquí. Lo único que sé es que hay algo en mis tripas que me está diciendo que debo hacer algo al respecto y mi instinto no me ha fallado nunca.
Fruncí el ceño, esta situación no me estaba gustando nada, había gato encerrado. Algo al respecto de toda esta situación me escamaba, pero no podía averiguar qué era concretamente. Cuando iba a abalanzarme al combate, entonces lo vi. Durante un segundo el viejo le dedicó una mirada de preocupación a Holly. Hice una mueca entonces, esto iba a ser más complicado de lo que me pensaba. Abandoné la posición de combate y me crucé de brazos, ya no tenía intenciones hostiles, pero tampoco estaba dispuesto a ceder ni un paso.
-¡Retiro todo lo que he dicho hasta ahora! Bueno, no todo, solo la parte en la que te he faltado al respeto a ti. No me había dado cuenta de que te preocupabas de verdad por él.- Asentí con fuerza, esto me cuadraba mucho más-. Sin embargo, no pienso desistir. Holly se vendrá conmigo sí o sí.
Tras unos segundos me llevé las manos a la cabeza, preocupado. No tenía ni idea de cómo conseguirlo, el viejo cascarrabias parecía ser también muy cabezota. Solté un gruñido de frustración mientras me frotaba la cabeza intentando pensar en alguna solución.
-¡Pero tampoco quiero pelearme contra un ser querido de Holly! Escuchame, viejo, si hace falta me quedaré aquí hasta que cambies de opinión o te dé un algo por ser tan mayor y pueda irme con él sin problema. Yo ya me he decidido que quiero a Holly como cocinero en mi barco, ¡su comida es deliciosa! Y el fuego que usa es tan cálido y cariñoso…
Solté entonces el aire que había acumulado en mi interior por la tensión, que se había disipado una vez me propuse no pelear. Aun así, en vez de ser aire lo que salió por mi boca fue una pequeña llamarada, casi como si yo mismo fuera un mechero. No le di mucha importancia, a veces pasaba.
-¡No tengo ni idea de qué le pasaba y hasta que lo has dicho creía que era una ella, no un él!- Dije con fuerza y sin ningún tipo de vergüenza-. Ha intentado no decir nada de ti y ha fingido vivir solo, así que no tienes que enfadarte con Holly por nada de lo que haya ocurrido aquí. Lo único que sé es que hay algo en mis tripas que me está diciendo que debo hacer algo al respecto y mi instinto no me ha fallado nunca.
Fruncí el ceño, esta situación no me estaba gustando nada, había gato encerrado. Algo al respecto de toda esta situación me escamaba, pero no podía averiguar qué era concretamente. Cuando iba a abalanzarme al combate, entonces lo vi. Durante un segundo el viejo le dedicó una mirada de preocupación a Holly. Hice una mueca entonces, esto iba a ser más complicado de lo que me pensaba. Abandoné la posición de combate y me crucé de brazos, ya no tenía intenciones hostiles, pero tampoco estaba dispuesto a ceder ni un paso.
-¡Retiro todo lo que he dicho hasta ahora! Bueno, no todo, solo la parte en la que te he faltado al respeto a ti. No me había dado cuenta de que te preocupabas de verdad por él.- Asentí con fuerza, esto me cuadraba mucho más-. Sin embargo, no pienso desistir. Holly se vendrá conmigo sí o sí.
Tras unos segundos me llevé las manos a la cabeza, preocupado. No tenía ni idea de cómo conseguirlo, el viejo cascarrabias parecía ser también muy cabezota. Solté un gruñido de frustración mientras me frotaba la cabeza intentando pensar en alguna solución.
-¡Pero tampoco quiero pelearme contra un ser querido de Holly! Escuchame, viejo, si hace falta me quedaré aquí hasta que cambies de opinión o te dé un algo por ser tan mayor y pueda irme con él sin problema. Yo ya me he decidido que quiero a Holly como cocinero en mi barco, ¡su comida es deliciosa! Y el fuego que usa es tan cálido y cariñoso…
Solté entonces el aire que había acumulado en mi interior por la tensión, que se había disipado una vez me propuse no pelear. Aun así, en vez de ser aire lo que salió por mi boca fue una pequeña llamarada, casi como si yo mismo fuera un mechero. No le di mucha importancia, a veces pasaba.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Por un instante mi maestro soltó un suspiro y por la mirada que le hizo en ese momento a Yor, parecía que estuviera diciendo “otro chico más de los que hasta que no les explicas hasta lo que comes no va a entender”. Por otro lado parecía no dudar en lo que le decía Yor, me relajo eso.
Vi como Yor parecía que iba a atacarlo pero se detuvo, no sé exactamente porque desistió, estaba siendo muy terco desde el momento que apareció. Tenía los brazos cruzados pero sentía que no iba a irse aun y mucho menos abandonar su idea de sacarme de mi supuesta jaula.
Mi maestro estaba algo calmado pero sabía que cuando alguien hablaba de su instinto era algo que se tenía que tener en cuenta, para bien o para mal y no dudo en recordármelo con una mirada rápida a los ojos. Mi mirada se fue a Yor al mismo tiempo que la de mi maestro.
Al escuchar a Yor retractarse de sus palabras nos dejo a ambos algo desconcertados aunque al parecer yo era el más desconcertado ya que al mirar a mi maestro no parecía tan sorprendido, en su rostro pude entrever una leve sonrisa pero volvió a su expresión seria, no creía que fuera bueno dar a su cachorro al primero que se lo pidiera o exigiera.
El gruñido que soltó Yor me hizo pensar que también era consciente de la terquedad de mi maestro, lo cual yo sabía muy bien. Durante todos estos años lo he experimentado muy bien y en muy pocas veces había decido ante mí. Era gracioso recordar esas situaciones algo que realmente me hacia esbozar una leve sonrisa en ese momento de tensión entre ellos dos.
Mi maestro estaba más o menos tranquilo, no le importaba si se quedaba hasta que se cansara, estaba seguro que terminaría abandonado así que no le tomo importancia, hasta que menciono que estaba muy mayor, algo parecía arderle por dentro, lo sabía, esa expresión que contenía si ira detrás de unos ojos cerrados, sabía bien que cuando cerraba los ojos de esa manera con esa expresión era para no romperte la cabeza o alguna cosa peor.
- Eres muy descarado al decir que soy muy mayor… Solo tengo 44 años muchacho…– dijo con un tono firme, pero sabias que se estaba conteniendo la ira – Haz lo que quieras, no me importa, vas a desistir tarde o temprano o puede que el que muera antes seas tú mismo… – mientras se dirigía donde estaba – Holly entra, aun tienes que terminar ese estofado que tanto querías hacer, ¿no?
En ese momento sentí que hasta la punta de todas mis plumas ardía.
-Bueno… hablando de eso, tenemos un problema y empieza por aquí – señale a Yor – el estofado ha sido jorobado por él y encima se lo ha tagado todo…
Un silencio cubrió el aura de mi maestro y lentamente miro hacia Yor, murmuro algo que no logre entender pero no parecía algo bueno, eso estaba claro.
-Entra, ya hare algo improvisado yo, no le des muchas más vueltas… – sin darme mucho tiempo a reaccionar me insistió con una mano para entrar.
Mire por última vez a Yor antes de entrar pero mi maestro se quedo algo más a fuera.
-Por el bien de Holly, antes de si quiera poder tener la oportunidad de pensar en llevártelo deberías saber realmente su situación, pero no me puedo permitir el lujo de dejar que lo descubras – con un sonido fuerte cerró la puerta – voy a preparar el plato que tanto te gusta de setas, pude conseguir bastantes y parecen buenas – dijo mientras se doblaba las mangas hasta los codos dirigiéndose a la cocina – no te preocupes mucho, se que no le has dicho nada, te conozco bien, aunque estoy seguro de que tus intentos de ocultar que vives conmigo no te salieron muy bien – me soltó una risa pensando en cómo de torpe habría sido.
Me limite a esperar sentado como buenamente pude para no tirar nada con las alas mientras con una leve sonrisa como contestación y miré por la ventana pensando en cómo reaccionaria Yor después de todo esto.
Vi como Yor parecía que iba a atacarlo pero se detuvo, no sé exactamente porque desistió, estaba siendo muy terco desde el momento que apareció. Tenía los brazos cruzados pero sentía que no iba a irse aun y mucho menos abandonar su idea de sacarme de mi supuesta jaula.
Mi maestro estaba algo calmado pero sabía que cuando alguien hablaba de su instinto era algo que se tenía que tener en cuenta, para bien o para mal y no dudo en recordármelo con una mirada rápida a los ojos. Mi mirada se fue a Yor al mismo tiempo que la de mi maestro.
Al escuchar a Yor retractarse de sus palabras nos dejo a ambos algo desconcertados aunque al parecer yo era el más desconcertado ya que al mirar a mi maestro no parecía tan sorprendido, en su rostro pude entrever una leve sonrisa pero volvió a su expresión seria, no creía que fuera bueno dar a su cachorro al primero que se lo pidiera o exigiera.
El gruñido que soltó Yor me hizo pensar que también era consciente de la terquedad de mi maestro, lo cual yo sabía muy bien. Durante todos estos años lo he experimentado muy bien y en muy pocas veces había decido ante mí. Era gracioso recordar esas situaciones algo que realmente me hacia esbozar una leve sonrisa en ese momento de tensión entre ellos dos.
Mi maestro estaba más o menos tranquilo, no le importaba si se quedaba hasta que se cansara, estaba seguro que terminaría abandonado así que no le tomo importancia, hasta que menciono que estaba muy mayor, algo parecía arderle por dentro, lo sabía, esa expresión que contenía si ira detrás de unos ojos cerrados, sabía bien que cuando cerraba los ojos de esa manera con esa expresión era para no romperte la cabeza o alguna cosa peor.
- Eres muy descarado al decir que soy muy mayor… Solo tengo 44 años muchacho…– dijo con un tono firme, pero sabias que se estaba conteniendo la ira – Haz lo que quieras, no me importa, vas a desistir tarde o temprano o puede que el que muera antes seas tú mismo… – mientras se dirigía donde estaba – Holly entra, aun tienes que terminar ese estofado que tanto querías hacer, ¿no?
En ese momento sentí que hasta la punta de todas mis plumas ardía.
-Bueno… hablando de eso, tenemos un problema y empieza por aquí – señale a Yor – el estofado ha sido jorobado por él y encima se lo ha tagado todo…
Un silencio cubrió el aura de mi maestro y lentamente miro hacia Yor, murmuro algo que no logre entender pero no parecía algo bueno, eso estaba claro.
-Entra, ya hare algo improvisado yo, no le des muchas más vueltas… – sin darme mucho tiempo a reaccionar me insistió con una mano para entrar.
Mire por última vez a Yor antes de entrar pero mi maestro se quedo algo más a fuera.
-Por el bien de Holly, antes de si quiera poder tener la oportunidad de pensar en llevártelo deberías saber realmente su situación, pero no me puedo permitir el lujo de dejar que lo descubras – con un sonido fuerte cerró la puerta – voy a preparar el plato que tanto te gusta de setas, pude conseguir bastantes y parecen buenas – dijo mientras se doblaba las mangas hasta los codos dirigiéndose a la cocina – no te preocupes mucho, se que no le has dicho nada, te conozco bien, aunque estoy seguro de que tus intentos de ocultar que vives conmigo no te salieron muy bien – me soltó una risa pensando en cómo de torpe habría sido.
Me limite a esperar sentado como buenamente pude para no tirar nada con las alas mientras con una leve sonrisa como contestación y miré por la ventana pensando en cómo reaccionaria Yor después de todo esto.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
-Anda, solo 44 años.. Bueno, sigue siendo el doble de mi edad, creo que no me he equivocado demasiado en lo que he dicho.- Abrí los ojos mucho cuando me delató sin ningún ápice de arrepentimiento-. ¡Chivato! ¡Ya te vale! Creía que éramos amigos y me has delatado en un segundo, eso sí que está feo.
Incliné la cabeza con cierta curiosidad cuando volvió a mencionar el problema de Holly. No paraban de hablar de él como si fuese algún criminal de guerra, eso solo despertaba más mi curiosidad. ¿Qué habría hecho para no poder salir de su hogar? ¿Quién le perseguía? Por supuesto no me dio tiempo a preguntar nada de eso ya que muy pronto me dieron un portazo. Dio un par de golpecitos en el suelo, pensando seriamente en lo que hacer a continuación. Que no entendía su situación… ¡Y una mierda!
-¡Todo eso son idioteces! ¡Por supuesto que sé cómo se siente!- Tras decir aquello, hice brotar mis alas en la espalda, volando hasta la ventana para que se me viese bien-. ¡Yo también tengo alas! ¡También me buscan en el mundo por mis acciones, soy un pirata y el gobierno y la liga quieren mi cabeza! ¡Yo también viví encerrado en casa hasta que decidí tomar la justicia por mi mano! ¡Y también adoro la comida!
Tras decir aquello, me di cuenta de que por mi nariz estaba saliendo humo, debido a mi enfado. Me calmé un poco y aterricé en el suelo. Fruncí el ceño molesto y con mi fuego creé una hamaca en el aire en la que me recosté, sin quemarme yo ni mi ropa. Nunca había probado a hacer algo así, me salió natural. Supongo que la convicción puede ser muy buen maestro. Una vez me puse cómodo, me crucé de brazos. De aquí no me iba a mover en un rato largo.
-Podéis esconderos ahí dentro todo lo que queráis, que yo seguiré esperando aquí fuera.
Incliné la cabeza con cierta curiosidad cuando volvió a mencionar el problema de Holly. No paraban de hablar de él como si fuese algún criminal de guerra, eso solo despertaba más mi curiosidad. ¿Qué habría hecho para no poder salir de su hogar? ¿Quién le perseguía? Por supuesto no me dio tiempo a preguntar nada de eso ya que muy pronto me dieron un portazo. Dio un par de golpecitos en el suelo, pensando seriamente en lo que hacer a continuación. Que no entendía su situación… ¡Y una mierda!
-¡Todo eso son idioteces! ¡Por supuesto que sé cómo se siente!- Tras decir aquello, hice brotar mis alas en la espalda, volando hasta la ventana para que se me viese bien-. ¡Yo también tengo alas! ¡También me buscan en el mundo por mis acciones, soy un pirata y el gobierno y la liga quieren mi cabeza! ¡Yo también viví encerrado en casa hasta que decidí tomar la justicia por mi mano! ¡Y también adoro la comida!
Tras decir aquello, me di cuenta de que por mi nariz estaba saliendo humo, debido a mi enfado. Me calmé un poco y aterricé en el suelo. Fruncí el ceño molesto y con mi fuego creé una hamaca en el aire en la que me recosté, sin quemarme yo ni mi ropa. Nunca había probado a hacer algo así, me salió natural. Supongo que la convicción puede ser muy buen maestro. Una vez me puse cómodo, me crucé de brazos. De aquí no me iba a mover en un rato largo.
-Podéis esconderos ahí dentro todo lo que queráis, que yo seguiré esperando aquí fuera.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
En cierto me hico gracia la reacción que había tenido Yor en el momento en que lo delate, aunque no hubiese dicho nada en ese momento, casi suelto una risa pero intente ocultarlo bien mientras me fijaba si se había percatado.
La voz de Yor nos sacudió en un momento y al voltear nuestra cabeza lo vimos en la ventana “¡¿Tiene alas?! ¡¿Tenia alas antes?! ¿Son de fuego o me lo parece a mi?” Su voz volvió a resonar dentro de casa y sus palabras entraban y resonaban en mi cabeza “¿También lo buscan?”
-Pero a él lo buscan por sus acciones, no por lo que es… –dijo mi maestro como si supiera lo que estaba pensando.
-Lo sé, somos muy diferentes, yo no debo ser visto o me mataran sin lugar a duda…
Mi maestro se dirigió a Yor, al verlo como estaba decidió echar un trapo en la ventaba sujetado como buenamente pudo para que no lo viéramos, al menos desde la cocina.
-Ese jovenzuelo… – mi maestro estaba empezando a irritarle Yor aunque no lo quisiera mostrar – No le prestes atención, empieza a preparar la mesa que queda poco para que esté listo.
Me levante despacio y cuando estaba por tomar los platos escuche tibiamente a Yor diciendo que no se iba a ir y parece que mi maestro también porque escuche un ruido fuerte del pequeño pote de especias que tenía en la mano. Termine de poner todo en la mesa lo más rápido que pude y tome asiento pero me había olvidado de poner el jarrón de flores que siempre colocaba en el centro, estaba por levantarme pero de pronto una mano lo coloco enfrente de mí.
-Esta vez conseguí las flores, no tomé muchas por si se marchitaban rápido – las dejo en el centro y sirvió dos platos en la mesa – aun queda bastante, así que si hay hambre no se puede decir que no hay comida – a pesar del momento su voz sonaba tranquila.
El olor a setas inundaba toda la casa, lo cual no era difícil ya que tampoco era una casa muy grande o espaciosa y se notaba que había sido modificada para que yo cupiera con el paso de los años.
La voz de Yor nos sacudió en un momento y al voltear nuestra cabeza lo vimos en la ventana “¡¿Tiene alas?! ¡¿Tenia alas antes?! ¿Son de fuego o me lo parece a mi?” Su voz volvió a resonar dentro de casa y sus palabras entraban y resonaban en mi cabeza “¿También lo buscan?”
-Pero a él lo buscan por sus acciones, no por lo que es… –dijo mi maestro como si supiera lo que estaba pensando.
-Lo sé, somos muy diferentes, yo no debo ser visto o me mataran sin lugar a duda…
Mi maestro se dirigió a Yor, al verlo como estaba decidió echar un trapo en la ventaba sujetado como buenamente pudo para que no lo viéramos, al menos desde la cocina.
-Ese jovenzuelo… – mi maestro estaba empezando a irritarle Yor aunque no lo quisiera mostrar – No le prestes atención, empieza a preparar la mesa que queda poco para que esté listo.
Me levante despacio y cuando estaba por tomar los platos escuche tibiamente a Yor diciendo que no se iba a ir y parece que mi maestro también porque escuche un ruido fuerte del pequeño pote de especias que tenía en la mano. Termine de poner todo en la mesa lo más rápido que pude y tome asiento pero me había olvidado de poner el jarrón de flores que siempre colocaba en el centro, estaba por levantarme pero de pronto una mano lo coloco enfrente de mí.
-Esta vez conseguí las flores, no tomé muchas por si se marchitaban rápido – las dejo en el centro y sirvió dos platos en la mesa – aun queda bastante, así que si hay hambre no se puede decir que no hay comida – a pesar del momento su voz sonaba tranquila.
El olor a setas inundaba toda la casa, lo cual no era difícil ya que tampoco era una casa muy grande o espaciosa y se notaba que había sido modificada para que yo cupiera con el paso de los años.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Abrí los ojos indignado cuando vi que me habían tapado la ventana. Entiendo que igual no están acostumbrados a visitas, pero era de una descortesía enorme hacer eso. Total, tampoco es como si yo estuviese siendo un problema tan grave y si tan preocupado estaba el viejales ese por Holly, debería haber intentado silenciarme o algo para asegurarse de que no iba por ahí desvelando el secreto. Bueno, no lo iba a hacer de todos modos, ¡pero el riesgo estaba ahí! No iba a hacer falta porque estaba seguro de que vendría conmigo de todos modos, aunque eso solo hacía toda esta situación aún más desagradable, esto era directamente perder el tiempo sin lugar a dudas.
-Bueeeeno… Sé que queréis mantener todo esto como un secreto y tal, pero yo tengo una tripulación de la que soy responsable y seguro que si tardo demasiado empezarán a preocuparse por mí… Y entonces vendrán a buscarme y verán esta casa y probablemente a vosotros y claro… En fin, espero que esta situación se resuelva pronto entonces.
No era muy fan de hacer este tipo de comentarios pasivo-agresivos, pero ya me estaba viendo obligado a hacerlo. Resolver esta situación sin violencia era muy difícil. No quería secuestrar a Holly y mucho menos pelearme con su figura paterna, si al menos no le tuviera cariño sería mucho más fácil para mí, pero parecían quererse. No lo entiendo, no pude recibir mucho cariño parental por problemas de la vida. De todos modos, la gota que colmó el vaso fue cuando empecé a oler lo que fuera que estuvieran comiendo dentro. Me volvió a sonar la tripa y es que, aunque antes ya hubiera comido, estar molesto siempre me daba hambre, era algún tipo de acto reflejo. Supongo que es porque estar incómodo lo relaciono con una temporada de mi vida en la que siempre tenía hambre. Dicho esto, me acerqué lentamente hasta la ventana, sin quitar el trapo que me impedía la visión.
-Eh… ¿Podéis al menos pasarme un plato de lo que estáis comiendo? Es que huele muy bien…
La vergüenza era algo que a estas alturas ya había perdido, supongo que por ser pirata. Además, esta gente ya me había visto un poco hacer el idiota.
-Bueeeeno… Sé que queréis mantener todo esto como un secreto y tal, pero yo tengo una tripulación de la que soy responsable y seguro que si tardo demasiado empezarán a preocuparse por mí… Y entonces vendrán a buscarme y verán esta casa y probablemente a vosotros y claro… En fin, espero que esta situación se resuelva pronto entonces.
No era muy fan de hacer este tipo de comentarios pasivo-agresivos, pero ya me estaba viendo obligado a hacerlo. Resolver esta situación sin violencia era muy difícil. No quería secuestrar a Holly y mucho menos pelearme con su figura paterna, si al menos no le tuviera cariño sería mucho más fácil para mí, pero parecían quererse. No lo entiendo, no pude recibir mucho cariño parental por problemas de la vida. De todos modos, la gota que colmó el vaso fue cuando empecé a oler lo que fuera que estuvieran comiendo dentro. Me volvió a sonar la tripa y es que, aunque antes ya hubiera comido, estar molesto siempre me daba hambre, era algún tipo de acto reflejo. Supongo que es porque estar incómodo lo relaciono con una temporada de mi vida en la que siempre tenía hambre. Dicho esto, me acerqué lentamente hasta la ventana, sin quitar el trapo que me impedía la visión.
-Eh… ¿Podéis al menos pasarme un plato de lo que estáis comiendo? Es que huele muy bien…
La vergüenza era algo que a estas alturas ya había perdido, supongo que por ser pirata. Además, esta gente ya me había visto un poco hacer el idiota.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mientras estábamos empezando a comer y mientras mantenía un silencio tranquilo no pude evitar pensar en la situación, era muy diferente a todas las otras veces, principalmente porque estos no solían llegar a ver mis alas pero está claro que los que si lo hacían no solían salir de la isla, no al menos recordando los eventos que habían vivido allí.
Podía sentir una cierta inquietud, mi maestro aun no había tomado ni una sola medida para prevenir el posible desastre, solo lo había dejado allí tranquilamente y conociéndole ya lo habría tratado.
-Maestro… – realmente no sabía cómo formular la pregunta, mire por un instante el plato y luego la ventana intentando ordenar todo en mi cabeza y volví a mirarlo a los ojos – ¿Cómo es que lo ha dejado tranquilamente?
Mantuvimos un instante la mirada, me fije que había dejado el cubierto con la comida en este en el plato, parecía que quisiera preguntarse a si mismo porque lo hizo y cuando estaba por decirme algo se escucho la voz de Yor hablando de su tripulación.
-Tiene compañeros… ¿nos causaran problemas?
-Está claro que eso va a pasar – me dijo con una voz suave y baja solo para mí – la pregunta real es si nos van a causar más problemas con el muchacho vivo o muerto...
Me estremecí al escucharlo, realmente estaba claro que no podía dejarlo ir como si nada, todo podría pasar si se lo contaba a alguien pero por alguna razón sentía que a pesar de dejarlo vivo no tenía mucha idea de cuál era mi secreto. Escuche los dientes masticar las setas y me gire hacia su boca como si quisiera asegurarme de que lo que estaba escuchando era lo que estaba pasando, entonces me miro a los ojos.
-Se que te preocupa y realmente tendríamos que hacer algo al respecto – tomo un sorbo de su copa de vino negro que siempre se sirve con cualquier plato que le hago – pero, ¿realmente tiene idea de que estamos ocultando? No tiene pinta, creo que lo mejor es pensar en alguna excusa para desviar cualquier suposición que pueda hacer de que eres un Lunario y quizás solo tenga que escarmentarlo para que se vayan de esta zona, al menos…
Me puse a pensar mientras volvía a comer el plato.
-Le falta un poco de esa especia – dije en bajo mientras ladeaba mi cabeza hacia la izquierda cerrando los ojos.
-No empieces, ya sabes que no podré igualar nunca tus habilidades culinarias… – parecía que empezaba a cansarse con solo pensar en todo lo que le podría decir del plato y tomo otro sorbo de vino.
-Perdón – no me había percatado del comentario que acababa de hacer – igualmente, estoy de acuerdo con lo que acaba de decir, tampoco me parece una persona tan perspicaz como para haberse dado cuenta de que soy un Lunario, teniendo en cuenta que prácticamente estamos extintos…
De pronto nuestras voces suaves se vieron interrumpidas por la voz de Yor pidiendo un plato, en cierto modo me daban ganas de levantarme y darle algo de comer, sentía que no era mala persona y tampoco era algo malo darle algo de comer pero no iba a dejarme llevar por esa parte de mi y menos con mi maestro delante.
-Aaaah… ese jovenzuelo – estaba claro que no le caía bien, pero tampoco tenía odio hacia él – ¿acaso no tiene vergüenza? No tiene ni un tipo de educación hacia las cosas privadas…
En cierto modo me hacía gracia ver esas reacciones por parte de él y me limite a ver cuál sería su próximo movimiento, su reacción me dejo saco una pequeña sonrisa.
Podía sentir una cierta inquietud, mi maestro aun no había tomado ni una sola medida para prevenir el posible desastre, solo lo había dejado allí tranquilamente y conociéndole ya lo habría tratado.
-Maestro… – realmente no sabía cómo formular la pregunta, mire por un instante el plato y luego la ventana intentando ordenar todo en mi cabeza y volví a mirarlo a los ojos – ¿Cómo es que lo ha dejado tranquilamente?
Mantuvimos un instante la mirada, me fije que había dejado el cubierto con la comida en este en el plato, parecía que quisiera preguntarse a si mismo porque lo hizo y cuando estaba por decirme algo se escucho la voz de Yor hablando de su tripulación.
-Tiene compañeros… ¿nos causaran problemas?
-Está claro que eso va a pasar – me dijo con una voz suave y baja solo para mí – la pregunta real es si nos van a causar más problemas con el muchacho vivo o muerto...
Me estremecí al escucharlo, realmente estaba claro que no podía dejarlo ir como si nada, todo podría pasar si se lo contaba a alguien pero por alguna razón sentía que a pesar de dejarlo vivo no tenía mucha idea de cuál era mi secreto. Escuche los dientes masticar las setas y me gire hacia su boca como si quisiera asegurarme de que lo que estaba escuchando era lo que estaba pasando, entonces me miro a los ojos.
-Se que te preocupa y realmente tendríamos que hacer algo al respecto – tomo un sorbo de su copa de vino negro que siempre se sirve con cualquier plato que le hago – pero, ¿realmente tiene idea de que estamos ocultando? No tiene pinta, creo que lo mejor es pensar en alguna excusa para desviar cualquier suposición que pueda hacer de que eres un Lunario y quizás solo tenga que escarmentarlo para que se vayan de esta zona, al menos…
Me puse a pensar mientras volvía a comer el plato.
-Le falta un poco de esa especia – dije en bajo mientras ladeaba mi cabeza hacia la izquierda cerrando los ojos.
-No empieces, ya sabes que no podré igualar nunca tus habilidades culinarias… – parecía que empezaba a cansarse con solo pensar en todo lo que le podría decir del plato y tomo otro sorbo de vino.
-Perdón – no me había percatado del comentario que acababa de hacer – igualmente, estoy de acuerdo con lo que acaba de decir, tampoco me parece una persona tan perspicaz como para haberse dado cuenta de que soy un Lunario, teniendo en cuenta que prácticamente estamos extintos…
De pronto nuestras voces suaves se vieron interrumpidas por la voz de Yor pidiendo un plato, en cierto modo me daban ganas de levantarme y darle algo de comer, sentía que no era mala persona y tampoco era algo malo darle algo de comer pero no iba a dejarme llevar por esa parte de mi y menos con mi maestro delante.
-Aaaah… ese jovenzuelo – estaba claro que no le caía bien, pero tampoco tenía odio hacia él – ¿acaso no tiene vergüenza? No tiene ni un tipo de educación hacia las cosas privadas…
En cierto modo me hacía gracia ver esas reacciones por parte de él y me limite a ver cuál sería su próximo movimiento, su reacción me dejo saco una pequeña sonrisa.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Fruncí el ceño cuando no obtuve respuesta alguna. Una cosa era que no dejase que Holly saliera para ir de aventuras, eso podía entenderlo porque dejar a un hijo partir, por lo que había leído en algún libro, era algo bastante difícil por cosas de sentimientos y tal. ¿Pero negarle un plato de comida a alguien con hambre? Eso sí que estaba feo de verdad, que poco respeto hay hoy en día, estos viejos ancianos amargados… Bueno, soy un pirata, así que si no querían dármelo, lo conseguiría yo por mi cuenta.
Junté ambas palmas y después las fui separando poco a poco, creando una cuerda de fuego que conectaba ambas. Mientras silbaba tranquilamente fui dando forma a la cuerda, alargándola. Cuando por fin la terminé, la acerqué a mi ropa para comprobar si lo había hecho bien. Efectivamente, solo calentaba, no quemaba ni prendía en llamas el material. Lo que mucha gente desconoce del fuego es que si lo tratas con cariño, solo calienta. Mi fuego podía ser abrasador y, de hecho, una vez prendí fuego a una persona; pero también podía ser gentil, como una manta en una noche de invierno. Solté la cuerda que se quedó flotando en el aire y moví el dedo para que se enroscara sobre sí misma hasta crear la forma de una red. Sonreí satisfecho con el resultado e hice que la llama entrara por la ventana, que por supuesto no quemó el trapo que la cubría.
Vale, Yor, céntrate, antes estuviste dentro, cierra los ojos y recuerda el sitio. Bien, podía más o menos recordar la disposición de la sala, no era demasiado difícil. Con cuidado moví el dedo a la izquierda, moviendo la llama hacia la izquierda, intentando llegar hasta donde había visto la olla con la comida. Respiré hondo, intentando visualizar la cocina. Entonces me calmé todo lo que pude, la cocina empezó a tomar forma en mi cabeza, haciendo que sonriera levemente. Qué buena memoria tengo. Lo que me descolocó un poco fue que en este esquema mental también aparecieron unos dos luceros azules que tenían una vaga silueta humanoide, eso no lo había imaginado yo. Un momento… ¡Esto era como en el casino aquel! Creía que me lo había imaginado, pero esto era algo que podía hacer… ¿Tendría algo que ver con lo del haki de armadura? Estas habilidades provienen de uno, de su interior… Bien, pues ahora dominaría esta.
Volví a calmarme, se me facilitaba mucho la tarea cuando estaba centrado. Los contornos de los muebles se delinearon más, las figuras se distinguieron como Holly y el viejo carcamal. Sonreí, la emoción llenando mi cuerpo. Hasta mi red de fuego había aparecido, ¿cómo era siquiera posible que se pudiera hacer esto? La sensación era como dar forma a un sueño, como si lo que viera fuera real, pero pudiera escaparse si intentaba agarrarlo entre mis manos.
Bueno, el lado positivo de todo esto es que se me facilitó con creces la tarea de robar un poco de esa comida. Metí el fuego en la olla y mi fuego sirvió como cuenco. Saqué este nuevo cuenco por la ventana y miré mi tesoro con ilusión. Lo sostuve con ambas manos y di un merecido sorbo.
-¡Te ha quedado muy bien, Holly! Tienes mis felicitaciones, sí señor.- Eructé entonces, ups.
Junté ambas palmas y después las fui separando poco a poco, creando una cuerda de fuego que conectaba ambas. Mientras silbaba tranquilamente fui dando forma a la cuerda, alargándola. Cuando por fin la terminé, la acerqué a mi ropa para comprobar si lo había hecho bien. Efectivamente, solo calentaba, no quemaba ni prendía en llamas el material. Lo que mucha gente desconoce del fuego es que si lo tratas con cariño, solo calienta. Mi fuego podía ser abrasador y, de hecho, una vez prendí fuego a una persona; pero también podía ser gentil, como una manta en una noche de invierno. Solté la cuerda que se quedó flotando en el aire y moví el dedo para que se enroscara sobre sí misma hasta crear la forma de una red. Sonreí satisfecho con el resultado e hice que la llama entrara por la ventana, que por supuesto no quemó el trapo que la cubría.
Vale, Yor, céntrate, antes estuviste dentro, cierra los ojos y recuerda el sitio. Bien, podía más o menos recordar la disposición de la sala, no era demasiado difícil. Con cuidado moví el dedo a la izquierda, moviendo la llama hacia la izquierda, intentando llegar hasta donde había visto la olla con la comida. Respiré hondo, intentando visualizar la cocina. Entonces me calmé todo lo que pude, la cocina empezó a tomar forma en mi cabeza, haciendo que sonriera levemente. Qué buena memoria tengo. Lo que me descolocó un poco fue que en este esquema mental también aparecieron unos dos luceros azules que tenían una vaga silueta humanoide, eso no lo había imaginado yo. Un momento… ¡Esto era como en el casino aquel! Creía que me lo había imaginado, pero esto era algo que podía hacer… ¿Tendría algo que ver con lo del haki de armadura? Estas habilidades provienen de uno, de su interior… Bien, pues ahora dominaría esta.
Volví a calmarme, se me facilitaba mucho la tarea cuando estaba centrado. Los contornos de los muebles se delinearon más, las figuras se distinguieron como Holly y el viejo carcamal. Sonreí, la emoción llenando mi cuerpo. Hasta mi red de fuego había aparecido, ¿cómo era siquiera posible que se pudiera hacer esto? La sensación era como dar forma a un sueño, como si lo que viera fuera real, pero pudiera escaparse si intentaba agarrarlo entre mis manos.
Bueno, el lado positivo de todo esto es que se me facilitó con creces la tarea de robar un poco de esa comida. Metí el fuego en la olla y mi fuego sirvió como cuenco. Saqué este nuevo cuenco por la ventana y miré mi tesoro con ilusión. Lo sostuve con ambas manos y di un merecido sorbo.
-¡Te ha quedado muy bien, Holly! Tienes mis felicitaciones, sí señor.- Eructé entonces, ups.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Mi maestro se levanto para ir a darle un plato de la comida que había preparado mientras lo veía tranquilamente desde mi sitio llevándome otro bocado acompañado de un sorbo de vino que le robe con discreción mientras estaba de espaldas.
De pronto escuche un “¡maldito!” silencioso de parte de mi maestro, se había dado cuenta que faltaba la olla, no era algo que le gustara mucho puesto que aparte de que era la única que teníamos no es que nos hubiera costado barata.
-¿Qué sucede? –me levante y intente dirigirme hacia la cocina pero me detuvo en seco su mano pidiéndome autoritariamente que me quedara donde estaba– ¿M-maestro… Que sucede?
-Ese maldito ha robado la olla… –se disponía a salir de la casa solamente para que le devolviera la olla pero de pronto al escuchar la voz de Yor parecía más dispuesto a darle una golpiza para enseñarle que tenía unos límites.
Escuche el eructo que soltó, por una parte estaba molesto por el robo que se había sumado al hecho que me destrozo el estofado pero también me sentía algo satisfecho al saber que alguien se sentía más que satisfecho con un plato mío, a pesar de que no estuviera ni completo ni perfecto.
Cuando vi al maestro salir decidí sacar al menos la cabeza para poder ver lo que sucedería.
Lo vi acercarse a Yor con paso fuerte y firme, estaba molesto y lo sentía, mis plumas se erizaban a cada paso que les ponía más cerca.
-Escúchame bien, una cosa es que vengas a explorar, no tengo nada en contra, otra cosa es que te quieras llevar a mi Holly de aquí, eso no lo voy a tolerar –dijo mientras le señalaba autoritariamente con su dedo índice – Una cosa es que nos pidas comida y la otra es que nos robes.
Sentía como su voz se elevaba más mientras sentía como su energía se hacia más intimidante.
-¡Si te hubieras esperado hubieses tenido un plato de comida tranquilamente pero ahora solo has conseguido que te vaya a dar un lección, así que suelta la olla y ponte en guardia, niño! –dijo eso aunque prácticamente le arranco la olla de las manos y la lanzo hacia mi sin siquiera mirar.
Rápidamente salí para poder tomar la olla con suavidad y así dejarla en la cimera para poder lavarla después, tan pronto la deje salí tan rápido como pude para poder ver lo que iba a suceder, una pelea entre Yor y mi maestro.
-Lo primero en esto es presentarse adecuadamente Hui Wáng –dijo mientras se ponía en posición de combate.
De pronto escuche un “¡maldito!” silencioso de parte de mi maestro, se había dado cuenta que faltaba la olla, no era algo que le gustara mucho puesto que aparte de que era la única que teníamos no es que nos hubiera costado barata.
-¿Qué sucede? –me levante y intente dirigirme hacia la cocina pero me detuvo en seco su mano pidiéndome autoritariamente que me quedara donde estaba– ¿M-maestro… Que sucede?
-Ese maldito ha robado la olla… –se disponía a salir de la casa solamente para que le devolviera la olla pero de pronto al escuchar la voz de Yor parecía más dispuesto a darle una golpiza para enseñarle que tenía unos límites.
Escuche el eructo que soltó, por una parte estaba molesto por el robo que se había sumado al hecho que me destrozo el estofado pero también me sentía algo satisfecho al saber que alguien se sentía más que satisfecho con un plato mío, a pesar de que no estuviera ni completo ni perfecto.
Cuando vi al maestro salir decidí sacar al menos la cabeza para poder ver lo que sucedería.
Lo vi acercarse a Yor con paso fuerte y firme, estaba molesto y lo sentía, mis plumas se erizaban a cada paso que les ponía más cerca.
-Escúchame bien, una cosa es que vengas a explorar, no tengo nada en contra, otra cosa es que te quieras llevar a mi Holly de aquí, eso no lo voy a tolerar –dijo mientras le señalaba autoritariamente con su dedo índice – Una cosa es que nos pidas comida y la otra es que nos robes.
Sentía como su voz se elevaba más mientras sentía como su energía se hacia más intimidante.
-¡Si te hubieras esperado hubieses tenido un plato de comida tranquilamente pero ahora solo has conseguido que te vaya a dar un lección, así que suelta la olla y ponte en guardia, niño! –dijo eso aunque prácticamente le arranco la olla de las manos y la lanzo hacia mi sin siquiera mirar.
Rápidamente salí para poder tomar la olla con suavidad y así dejarla en la cimera para poder lavarla después, tan pronto la deje salí tan rápido como pude para poder ver lo que iba a suceder, una pelea entre Yor y mi maestro.
-Lo primero en esto es presentarse adecuadamente Hui Wáng –dijo mientras se ponía en posición de combate.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Lo miré con cierta curiosidad, observando sin miedo cómo se acercaba el anciano hasta mí. no sabía por qué se estaba enfadando tanto, al fin y al cabo él ya disfrutaba de toda la comida de Holly todos los días, ya podía aprender un poco y empezar a compartir con los demás. Fruncí el ceño cuando me quitó la olla, todavía no había terminado con lo que había dentro. Sin embargo, la apatía se fue cuando se presentó, un poco de educación siempre sentaba bien. Puse mis manos en mis caderas, inflando un poco el pecho.
-¡Eso está mucho mejor! Como ya he dicho, mi nombre es Yor D. Krein, futuro rey de los piratas. Y si me ibais a dar un plato, ¿qué más da que lo haya cogido yo antes? Verás, anciano, cuando quiero algo voy a por ello, no espero a que me den las cosas ya hechas.- Reí un poco, esto empezaba a entretenerme-. Y por eso quiero a tu hijo en mi tripulación, necesito un buen cocinero para alcanzar el One Piece.
Le dije aquello a posta para provocarlo, la última vez que le dije viejo no se lo había tomado demasiado bien. Yo también me puse en posición de combate, la energía del abuelo no era para nada débil y si quería pelear, le iba a dar una pelea. Aun así, no pude evitar sonreír divertido. Me daba igual lo fuerte que fuera, estoy convencido de que yo lo era más y, sinceramente, si quería sacar algo de provecho de esta pelea, mejor sería imponerme normas y así mejorar de verdad. Sin duda, iba a aprender a hacer eso de la visión especial, no podía seguir ignorando las señales, mi espíritu estaba gritándome que mejorase, suficiente Yor dormido ha habido. Vacié la cabeza de preocupaciones y eché medio cuerpo hacia atrás, listo para la pelea.
El viejo se movió primero con una sorprendente velocidad para su edad. Yo esquivé por los pelos, ¿cómo demonios iba a poder calmarme como para usar esa velocidad si tenía a este chalado a punto de darme en cada golpe? Ni siquiera podía esquivar todos los ataques, por suerte el haki de armadura evitaba que sufriese daños graves, pero el tío desde luego sabía cómo golpear. No iba a devolver ningún ataque hasta que pudiera hacer lo mío, estaba decidido. Movimientos rápidos que debía analizar y comprender con calma. Un… ¡Un baile! Mis padres se habían encargado a conciencia de enseñarme bien a hacer bailes de gala, esos pasos intrincados, girando, un pies detrás de otro, mientras mantenías la mirada bien fijo en tu acompañante, siempre atento ante cualquier desliz. Si podía llevarlo a esta situación quizá me ayudase.
Cogí aire y devolví tanto cuerpo y mente a esos tiempo. Miré sus pies unos segundos, todo estilo de ataque tenía sus pautas, sus posiciones. No era muy diferente de un baile, solo tenía que entender el ritmo. Me llevé unos cuantos golpes en el proceso, si no quería caer derrotado, debía empezar a dejar de ser un saco de boxeo. No podía dejar que mi mente se preocupase por ello, necesitaba seguir el compás. Dejé que el viejo me guiase, que llevará la iniciativa y seguí sus pautas. Pronto el combate se convirtió en un vórtice de pasos y esquivas medidas, casi automático. Y entonces cerré los ojos. El movimiento repetitivo de mi cuerpo en este rato y la paz mental de seguir un compás me facilitaron el trabajo. Las figuras difusas que había estado viendo se tornaron en siluetas de gran semejanza sobre lo que era mi entorno. De forma intuitiva entendía perfectamente la posición de mi cuerpo, mi alma. Cualquier cosa que se moviera, lo sentía como una perturbación en el orden de las cosas. Los objetos estáticos eran engranajes de un todo. Y empecé a esquivar los movimientos de Hui Wáng, casi como si fuese un bailarín en una pedante obra de ballet.
En un rápido movimiento aproveché un golpe de palma abierta del anciano para posicionarme detrás de él y lanzar un fuerte puñetazo que se paró a escasos centímetros de su espalda. Sonreí, aún con los ojos cerrados.
-Si quieres seguir con la pelea, te recomiendo que ahora te lo tomes en serio o va a ser muy aburrido para los dos.
-¡Eso está mucho mejor! Como ya he dicho, mi nombre es Yor D. Krein, futuro rey de los piratas. Y si me ibais a dar un plato, ¿qué más da que lo haya cogido yo antes? Verás, anciano, cuando quiero algo voy a por ello, no espero a que me den las cosas ya hechas.- Reí un poco, esto empezaba a entretenerme-. Y por eso quiero a tu hijo en mi tripulación, necesito un buen cocinero para alcanzar el One Piece.
Le dije aquello a posta para provocarlo, la última vez que le dije viejo no se lo había tomado demasiado bien. Yo también me puse en posición de combate, la energía del abuelo no era para nada débil y si quería pelear, le iba a dar una pelea. Aun así, no pude evitar sonreír divertido. Me daba igual lo fuerte que fuera, estoy convencido de que yo lo era más y, sinceramente, si quería sacar algo de provecho de esta pelea, mejor sería imponerme normas y así mejorar de verdad. Sin duda, iba a aprender a hacer eso de la visión especial, no podía seguir ignorando las señales, mi espíritu estaba gritándome que mejorase, suficiente Yor dormido ha habido. Vacié la cabeza de preocupaciones y eché medio cuerpo hacia atrás, listo para la pelea.
El viejo se movió primero con una sorprendente velocidad para su edad. Yo esquivé por los pelos, ¿cómo demonios iba a poder calmarme como para usar esa velocidad si tenía a este chalado a punto de darme en cada golpe? Ni siquiera podía esquivar todos los ataques, por suerte el haki de armadura evitaba que sufriese daños graves, pero el tío desde luego sabía cómo golpear. No iba a devolver ningún ataque hasta que pudiera hacer lo mío, estaba decidido. Movimientos rápidos que debía analizar y comprender con calma. Un… ¡Un baile! Mis padres se habían encargado a conciencia de enseñarme bien a hacer bailes de gala, esos pasos intrincados, girando, un pies detrás de otro, mientras mantenías la mirada bien fijo en tu acompañante, siempre atento ante cualquier desliz. Si podía llevarlo a esta situación quizá me ayudase.
Cogí aire y devolví tanto cuerpo y mente a esos tiempo. Miré sus pies unos segundos, todo estilo de ataque tenía sus pautas, sus posiciones. No era muy diferente de un baile, solo tenía que entender el ritmo. Me llevé unos cuantos golpes en el proceso, si no quería caer derrotado, debía empezar a dejar de ser un saco de boxeo. No podía dejar que mi mente se preocupase por ello, necesitaba seguir el compás. Dejé que el viejo me guiase, que llevará la iniciativa y seguí sus pautas. Pronto el combate se convirtió en un vórtice de pasos y esquivas medidas, casi automático. Y entonces cerré los ojos. El movimiento repetitivo de mi cuerpo en este rato y la paz mental de seguir un compás me facilitaron el trabajo. Las figuras difusas que había estado viendo se tornaron en siluetas de gran semejanza sobre lo que era mi entorno. De forma intuitiva entendía perfectamente la posición de mi cuerpo, mi alma. Cualquier cosa que se moviera, lo sentía como una perturbación en el orden de las cosas. Los objetos estáticos eran engranajes de un todo. Y empecé a esquivar los movimientos de Hui Wáng, casi como si fuese un bailarín en una pedante obra de ballet.
En un rápido movimiento aproveché un golpe de palma abierta del anciano para posicionarme detrás de él y lanzar un fuerte puñetazo que se paró a escasos centímetros de su espalda. Sonreí, aún con los ojos cerrados.
-Si quieres seguir con la pelea, te recomiendo que ahora te lo tomes en serio o va a ser muy aburrido para los dos.
StarWaf
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Todo estaba sucediendo muy rápido, pero tantos años junto a Hui Wáng habían hecho que me acostumbrara a sus movimientos y velocidad, conocía tanto como se movía que sabía perfectamente que ese no era su verdadero estilo de lucho y mucho menos su total capacidad de fuerza y velocidad. ¿Quería comprobar de que era capaz el chico antes de ponerse serio? O por otra parte ¿quería darle una última oportunidad?
Hui Wáng no le mucha importancia a que le llamara anciano o viejo, pues estaba en medio de un combate y sabía muy bien cómo controlar sus emociones, siempre había luchado de forma implacable con una tranquilidad inquebrantable. Si todo eso hubiese sucedido sin el combate, de seguro Hui Wáng hubiese desatado toda su ira sobe Yor.
Los movimientos de ambos se volvieron más fluidos, Yor empezó a seguir mejor el ritmo de mi maestro después de cerrar sus ojos, estaba claro que no era solo una boca llenándose en vano. Mis ojos no podían apartase, quería analizar toda el combate, hasta el más minino detalle, siempre me venía bien ver a mi maestro luchar, podía llegar a entender mucho mejor sus técnicas cuando las veía en su plenitud, él siempre se contenía conmigo.
De repente Yor aprovecho un movimiento de Hui Wáng y se posiciono detrás de él. Escucho sus palabras y con calma giro lo justo para poderlo ver de reojo, su mirada era calmada pero solo verla sentías como en sus ojos brillaban desafiantes.
-Solo así no conseguirás dominar tu haki de percepción y mucho menos lograrías vencerme… –aprovecho el momento para darle una patada y al momento que Yor quiso esquivarlo revertió el movimiento golpeándole en costado interno de su rodilla para luego lanzarle un golpe con su palma en el vientre, eso lo lanzo bastante lejos—he vivido muchas peleas, dominado muchas artes de lucha, un novicio como tu ni las sobras de la comida de Holly merece…
Empezó a caminar con tranquilidad, aun así sus pasos se sentían pesados, estaba determinado en que, independientemente del resultado, Yor saliera hecho polvo.
-Aaah… —no pude evitar suspirar, estaba conteniendo toda la admiración y las ansias que tenia de ver las técnicas de Hui Wáng en vivo, aunque no creo que usara todo su poder en contra de Yor… —esto será algo interesante de ver…
En estas ocasiones siempre tiendo a poder sentirme como cuando era pequeño, ver pelear a mi maestro se sentía como cuando mi padre entrenaba a mi hermano, Balveer, él siempre fue bueno en todo pero todo eso era fruto de horas y horas de entrenamiento, dedicación, cada cosa que se proponía siempre se implicaba en su totalidad para que de ojos hacia fuera se percibiera como que había sido perfecto desde nacimiento en todo, como un soldado fuerte, como un hijo perfecto.
Incluso cuando se trataba de cuidarme, siempre cedía ante mis peticiones, intentando hacer las cosas de forma correcta, al final logre que conmigo pudiera ser más él, estar tranquilo sin la presión de ser perfecto y así los días le pasaban de manera más amena, hasta logro perfeccionar mejor su habilidad con la katana de doble filo de nuestro padre, al punto de poder usar la propia katana de padre.
Era muy agradable recordar eso cuando veía a Hui Wáng, realmente sentía como si volviera a ver a mi padre. Era algo que no podía dejar que percibiera Yor, así que sacudí un poco las alas y concentre todo mi ser para poder ver hasta el más mínimo detalle en los movimientos de ambos.
Hui Wáng no le mucha importancia a que le llamara anciano o viejo, pues estaba en medio de un combate y sabía muy bien cómo controlar sus emociones, siempre había luchado de forma implacable con una tranquilidad inquebrantable. Si todo eso hubiese sucedido sin el combate, de seguro Hui Wáng hubiese desatado toda su ira sobe Yor.
Los movimientos de ambos se volvieron más fluidos, Yor empezó a seguir mejor el ritmo de mi maestro después de cerrar sus ojos, estaba claro que no era solo una boca llenándose en vano. Mis ojos no podían apartase, quería analizar toda el combate, hasta el más minino detalle, siempre me venía bien ver a mi maestro luchar, podía llegar a entender mucho mejor sus técnicas cuando las veía en su plenitud, él siempre se contenía conmigo.
De repente Yor aprovecho un movimiento de Hui Wáng y se posiciono detrás de él. Escucho sus palabras y con calma giro lo justo para poderlo ver de reojo, su mirada era calmada pero solo verla sentías como en sus ojos brillaban desafiantes.
-Solo así no conseguirás dominar tu haki de percepción y mucho menos lograrías vencerme… –aprovecho el momento para darle una patada y al momento que Yor quiso esquivarlo revertió el movimiento golpeándole en costado interno de su rodilla para luego lanzarle un golpe con su palma en el vientre, eso lo lanzo bastante lejos—he vivido muchas peleas, dominado muchas artes de lucha, un novicio como tu ni las sobras de la comida de Holly merece…
Empezó a caminar con tranquilidad, aun así sus pasos se sentían pesados, estaba determinado en que, independientemente del resultado, Yor saliera hecho polvo.
-Aaah… —no pude evitar suspirar, estaba conteniendo toda la admiración y las ansias que tenia de ver las técnicas de Hui Wáng en vivo, aunque no creo que usara todo su poder en contra de Yor… —esto será algo interesante de ver…
En estas ocasiones siempre tiendo a poder sentirme como cuando era pequeño, ver pelear a mi maestro se sentía como cuando mi padre entrenaba a mi hermano, Balveer, él siempre fue bueno en todo pero todo eso era fruto de horas y horas de entrenamiento, dedicación, cada cosa que se proponía siempre se implicaba en su totalidad para que de ojos hacia fuera se percibiera como que había sido perfecto desde nacimiento en todo, como un soldado fuerte, como un hijo perfecto.
Incluso cuando se trataba de cuidarme, siempre cedía ante mis peticiones, intentando hacer las cosas de forma correcta, al final logre que conmigo pudiera ser más él, estar tranquilo sin la presión de ser perfecto y así los días le pasaban de manera más amena, hasta logro perfeccionar mejor su habilidad con la katana de doble filo de nuestro padre, al punto de poder usar la propia katana de padre.
Era muy agradable recordar eso cuando veía a Hui Wáng, realmente sentía como si volviera a ver a mi padre. Era algo que no podía dejar que percibiera Yor, así que sacudí un poco las alas y concentre todo mi ser para poder ver hasta el más mínimo detalle en los movimientos de ambos.
Dorito
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Sentí la gran raíz del árbol contra mi espalda, haciendo que me mareara por unos segundos. Ese viejo me había dado tan fuerte que estaba incrustado en la madera, salí de ahí y me quité un poco el polvo y tierra que había sobre mi ropa. Noté entonces un hilo de sangre bajar por mi nariz, cosa que también limpié. Miré con detenimiento al anciano, el tío desde luego era más duro de lo que me pensaba.
No aparentaba ser demasiado fuerte, si no lo estuviera viendo con mis propios ojos simplemente pensaría que es un anciano más con un muy mal humor. Sin embargo, había hablado del haki de percepción, cosa que no tenía ni idea de que existía. Sabía que había de armadura, de hecho, podía utilizarlo, pero no se me había ocurrido hasta ahora que hubiese más de un tipo de haki. Me mordí los labios, reprimiendo la emoción que sentía en ese instante. Estaba delante de un adversario de lo más interesante, podría aprender bastante de este combate, ganara o no al final. Si tenía este tipo de habilidades, seguro que podía usar el otro haki y por tanto no tenía por qué preocuparme por mi fuerza. Bueno, quizá sí un poco, no quiero matar al viejo sin querer en un descuido o algo por el estilo.
-De acuerdo, perdón por ser un creído. Voy a luchar en serio contigo, por favor, haz lo mismo.
Cualquiera que me mirara a los ojos ahora mismo sabría que estaba deseoso de luchar, el espíritu de curiosidad y de mejorar que habitaba en mí nunca acababa, menos cuando se me presentaba una ocasión como aquella. Comencé entonces mi transformación, no me iba a andar con tonterías esta vez. Fui creciendo en altura conforme mis extremidades se alargaban, mi piel poco a poco se fue tornando escamosas, de un negro brillante con manchas amarillas. Por supuesto, de mi espalda baja salió una cola de salamandra que dio un golpe en el aire como si de un látigo se tratara. Mis ojos se coloraron de negro absoluto, con unos iris amarillos. Finalmente, mi pelo se transformó en el fuego mismo, crepitando con energía. Volví mi mirada a mi contrincante y me lancé hacia él de un salto. Intenté mantener el haki de percepción centrado, notando mi cuerpo en toda su extensión, hasta la cola. Era más capaz de coordinar mi cuerpo para hacer lo que quisiera, estaba en armonía.
Una vez llegué hasta él di un fuerte pisotón en el suelo de modo que me quedé clavado en el suelo, aprovechando la inercia para hacer que mi cuerpo girara con fuerza y mi cola se convirtiera en un peligroso látigo que el anciano pudo esquivar sin problemas. Ya me había demostrado que aunque pudiera sentir mejor cuáles eran sus movimientos, podía cambiarlos de modo que no me diera tiempo a reaccionar, a saber cómo de entrenado tenía él su haki para ver el alma de las cosas. Aun así, no dejé que eso me intimidara y seguí atacando con todo lo que tenía.
Seguía esquivando, cosa que empezaba a frustrarme. De golpe, me vino una idea a la cabeza, haciendo que sonriera. Pude ver en la cara del viejo que él también había visto lo que yo. No obstante, lancé mi ataque antes de que reaccionara a tiempo. De mi boca salió una gran llamarada que creó un muro de fuego a su alrededor, de modo que no pudiera esquivar echándose a algún lado. Aprovechando esto, cubrí mi garra derecha con haki de armadura y le asesté un fuerte golpe en todo el pecho. Aun así, él lo paró con ambas manos, supongo que haciendo uso de esta habilidad porque de lo contrario no habría podido pararlo. Sonreí satisfecho cuando aun así pude ver que el golpe había hecho mella en él.
La pelea se había vuelto mucho más interesante y me sentía totalmente en la zona, los golpe iban uno detrás de otro y no podía sino admirar a mi adversario, todos sus movimientos tenían una intención y saltaba a la vista que había sido curtido en miles de peleas. Esta isla cada vez era más divertida.
No aparentaba ser demasiado fuerte, si no lo estuviera viendo con mis propios ojos simplemente pensaría que es un anciano más con un muy mal humor. Sin embargo, había hablado del haki de percepción, cosa que no tenía ni idea de que existía. Sabía que había de armadura, de hecho, podía utilizarlo, pero no se me había ocurrido hasta ahora que hubiese más de un tipo de haki. Me mordí los labios, reprimiendo la emoción que sentía en ese instante. Estaba delante de un adversario de lo más interesante, podría aprender bastante de este combate, ganara o no al final. Si tenía este tipo de habilidades, seguro que podía usar el otro haki y por tanto no tenía por qué preocuparme por mi fuerza. Bueno, quizá sí un poco, no quiero matar al viejo sin querer en un descuido o algo por el estilo.
-De acuerdo, perdón por ser un creído. Voy a luchar en serio contigo, por favor, haz lo mismo.
Cualquiera que me mirara a los ojos ahora mismo sabría que estaba deseoso de luchar, el espíritu de curiosidad y de mejorar que habitaba en mí nunca acababa, menos cuando se me presentaba una ocasión como aquella. Comencé entonces mi transformación, no me iba a andar con tonterías esta vez. Fui creciendo en altura conforme mis extremidades se alargaban, mi piel poco a poco se fue tornando escamosas, de un negro brillante con manchas amarillas. Por supuesto, de mi espalda baja salió una cola de salamandra que dio un golpe en el aire como si de un látigo se tratara. Mis ojos se coloraron de negro absoluto, con unos iris amarillos. Finalmente, mi pelo se transformó en el fuego mismo, crepitando con energía. Volví mi mirada a mi contrincante y me lancé hacia él de un salto. Intenté mantener el haki de percepción centrado, notando mi cuerpo en toda su extensión, hasta la cola. Era más capaz de coordinar mi cuerpo para hacer lo que quisiera, estaba en armonía.
Una vez llegué hasta él di un fuerte pisotón en el suelo de modo que me quedé clavado en el suelo, aprovechando la inercia para hacer que mi cuerpo girara con fuerza y mi cola se convirtiera en un peligroso látigo que el anciano pudo esquivar sin problemas. Ya me había demostrado que aunque pudiera sentir mejor cuáles eran sus movimientos, podía cambiarlos de modo que no me diera tiempo a reaccionar, a saber cómo de entrenado tenía él su haki para ver el alma de las cosas. Aun así, no dejé que eso me intimidara y seguí atacando con todo lo que tenía.
Seguía esquivando, cosa que empezaba a frustrarme. De golpe, me vino una idea a la cabeza, haciendo que sonriera. Pude ver en la cara del viejo que él también había visto lo que yo. No obstante, lancé mi ataque antes de que reaccionara a tiempo. De mi boca salió una gran llamarada que creó un muro de fuego a su alrededor, de modo que no pudiera esquivar echándose a algún lado. Aprovechando esto, cubrí mi garra derecha con haki de armadura y le asesté un fuerte golpe en todo el pecho. Aun así, él lo paró con ambas manos, supongo que haciendo uso de esta habilidad porque de lo contrario no habría podido pararlo. Sonreí satisfecho cuando aun así pude ver que el golpe había hecho mella en él.
La pelea se había vuelto mucho más interesante y me sentía totalmente en la zona, los golpe iban uno detrás de otro y no podía sino admirar a mi adversario, todos sus movimientos tenían una intención y saltaba a la vista que había sido curtido en miles de peleas. Esta isla cada vez era más divertida.
Contenido patrocinado
Fama
Recompensa
Características
fuerza
Fortaleza
Velocidad
Agilidad
Destreza
Precisión
Intelecto
Agudeza
Instinto
Energía
Saberes
Akuma no mi
Varios
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
|
|