Rylanor
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Tener un descanso de vez en cuando era de agradecer. Estaba acostumbrado a los rigores de la vida en la Legión. De hecho, en comparación a su infernal entrenamiento en el G-5, la vida de soldado era casi hasta agradable. Sin embargo los legionarios no contaban con muchos días de permiso, menos aquellos que servían en la 17ª cohorte. La 17ª era parte del Ejército Auxiliar de Paraíso, cuyo cometido era funcionar no como una guarnición acuartelada o fuerza de pacificación, sino como tropas en acción constante que eran enviadas de un frente a otro para apoyar a las guarniciones locales o ejércitos en conflicto. Eso suponía que contaban con menos ocasiones para disfrutar de días de permiso, pues la mayor parte del tiempo estaban bajo el reglamento de movilización bélica. En la práctica, la 17ª cohorte actuaba como si estuviese siempre en guerra.
Tras la última operación en la Ruta de los Desiertos, camino de su siguiente destino, el magíster Aulo había decidido dar a su tropa una ocasión para descansar. Tenían solo dos días libres, pero serían en Dark Dome. Eso suponía una deliciosa ocasión para salir de fiesta, beber y gastar la paga en los casinos de la ciudad. Y, para variar, podría ir vestido de civil en lugar de con su uniforme de legionario. Y por supuesto, había escogido uno de sus extravagantes trajes de Dressrosa: una camisa blanca de mangas muy holgadas, un chaleco marrón de cuero, pantalones algo más oscuros ajustados, botas y un sombrero de ala ancha con pluma. Al sumar a su atuendo su estoque, tenía toda la pinta de un mercenario o alguien similar.
Rylanor y sus compañeros de decuria, luciendo atuendos tan llamativos como el suyo, cruzaron la entrada del lujoso casino Camelia Azul con paso seguro y confiado. El ambiente dentro del establecimiento era una sinfonía de luces parpadeantes y sonidos de monedas cayendo en las máquinas tragamonedas. El estruendo de las risas y las apuestas llenaba el aire, creando una atmósfera electrizante. A medida que avanzaban por el local, el joven soldado captó miradas curiosas y cautelosas. Su apariencia única y el aspecto que tenían despertaban el interés de los demás visitantes. No tardaron en notar que algunos de los jugadores se apartaban discretamente, tal vez intimidados por la presencia imponente de los legionarios. Rylanor se preguntó si los habían confundido con matones de alguna de las mafias locales.
El grupo de amigos se dirigió hacia una de las mesas de juego, donde un crupier elegante los recibió con una sonrisa profesional. Rylanor tomó asiento y se sumergió en la emoción del juego, dejando que la adrenalina llenara sus venas. Sus compañeros se unieron a la diversión, apostando con entusiasmo y riendo mientras las cartas decidían el destino de sus duramente ganados sueldos, que con toda seguridad pronto acabarían en manos del casino.
Tras la última operación en la Ruta de los Desiertos, camino de su siguiente destino, el magíster Aulo había decidido dar a su tropa una ocasión para descansar. Tenían solo dos días libres, pero serían en Dark Dome. Eso suponía una deliciosa ocasión para salir de fiesta, beber y gastar la paga en los casinos de la ciudad. Y, para variar, podría ir vestido de civil en lugar de con su uniforme de legionario. Y por supuesto, había escogido uno de sus extravagantes trajes de Dressrosa: una camisa blanca de mangas muy holgadas, un chaleco marrón de cuero, pantalones algo más oscuros ajustados, botas y un sombrero de ala ancha con pluma. Al sumar a su atuendo su estoque, tenía toda la pinta de un mercenario o alguien similar.
Rylanor y sus compañeros de decuria, luciendo atuendos tan llamativos como el suyo, cruzaron la entrada del lujoso casino Camelia Azul con paso seguro y confiado. El ambiente dentro del establecimiento era una sinfonía de luces parpadeantes y sonidos de monedas cayendo en las máquinas tragamonedas. El estruendo de las risas y las apuestas llenaba el aire, creando una atmósfera electrizante. A medida que avanzaban por el local, el joven soldado captó miradas curiosas y cautelosas. Su apariencia única y el aspecto que tenían despertaban el interés de los demás visitantes. No tardaron en notar que algunos de los jugadores se apartaban discretamente, tal vez intimidados por la presencia imponente de los legionarios. Rylanor se preguntó si los habían confundido con matones de alguna de las mafias locales.
El grupo de amigos se dirigió hacia una de las mesas de juego, donde un crupier elegante los recibió con una sonrisa profesional. Rylanor tomó asiento y se sumergió en la emoción del juego, dejando que la adrenalina llenara sus venas. Sus compañeros se unieron a la diversión, apostando con entusiasmo y riendo mientras las cartas decidían el destino de sus duramente ganados sueldos, que con toda seguridad pronto acabarían en manos del casino.
Mako
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Por la puerta del gran casino apareció un joven "hombre" (más adolescente con dos pelos en el pecho pero...) dicho "hombre" era un joven de unos veinte años, carácter de quarterback de instituto, niño más que mimado y un tanto repelente, con más dinero del que podría gastar en el día de hoy en este casino. Dicho muchacho era uno de los hijos de los "Fereon" quienes se dedicaban al tráfico de animales exóticos, no era de las mejores familias de los bajos fondos en Dark Home pero tenían reputación ¿Y por qué estoy hablando de este niñato? Por que con su entrada triunfal lo hacían cinco hombres vestidos de negro, entre ellos Mako. Habían sido contratados para "proteger" o más bien vigilar que el niño no se metiera en problemas, era su cumpleaños y quería vencer al casino pero su padre sabía que el mocoso le traería problemas.
Entró como si fuera suyo, recordemos que el casino le pertenece a la familia "Li" Mako había trabajado para casi todas las familias de Dark Home y sabía que esto podría complicarse hasta tal magnitud que solo cinco personas no conseguirían nada. Primero cayó la Ruleta Arabastiense, donde gano, perdio, volvio a ganar, otra vez y una vez más... El tipo tenía suerte y sabía lo que se hacía pero cada vez que ganaba increpaba a los demás jugadores con un "Hoy es mi día no el vuestro jajaja" o un "Paquete" o el que más repetía y se te metía en la oreja "MAAATAAAOOOOO"
Iba a ser una noche complicada, uno de los afectados se levantó y amenazó al chaval, que por cierto, se llamaba JuanAlberto de todos los santos, por eso lo llamo niñato, por abreviar. Cuando le amenazó tres de los cinco se pusieron en modo "pecho palomo" otro estaba por ahí haciendo a saber qué y Mako vigilando los guardias del casino. La cosa no pasó de ahí pero ese hombre, quien había insultado y amenazado al chico fue al baño... El hombre entró y fue a los baños de pared, se bajó la bragueta, saco la pichulina y empezó a orinar con la mano derecha apoyada en la pared como si el péndulo liberado afectase al equilibrio, ahí estaba tan tranquilo hasta que... Su cabeza golpeó la pared de forma brusca, cayó hacia atrás de culo manchándose un poco los pantalones y cuando se quiso dar cuenta tenía un arma la cual fue introducida en su boca -Bien, te disculparás con el muchacho y te irás ¿Lo has entendido? (asiente) bien, límpiate antes...- Mako le había pillado en su momento intimo, con su mano le empujó la cabeza contra la pared y lo amenazó...
Qué? Aaaaa eres de los que piensan que fue un golpe bajo, a traición, que no tiene honor.. ¿Y? No entiendo tú problema...
Entró como si fuera suyo, recordemos que el casino le pertenece a la familia "Li" Mako había trabajado para casi todas las familias de Dark Home y sabía que esto podría complicarse hasta tal magnitud que solo cinco personas no conseguirían nada. Primero cayó la Ruleta Arabastiense, donde gano, perdio, volvio a ganar, otra vez y una vez más... El tipo tenía suerte y sabía lo que se hacía pero cada vez que ganaba increpaba a los demás jugadores con un "Hoy es mi día no el vuestro jajaja" o un "Paquete" o el que más repetía y se te metía en la oreja "MAAATAAAOOOOO"
Iba a ser una noche complicada, uno de los afectados se levantó y amenazó al chaval, que por cierto, se llamaba JuanAlberto de todos los santos, por eso lo llamo niñato, por abreviar. Cuando le amenazó tres de los cinco se pusieron en modo "pecho palomo" otro estaba por ahí haciendo a saber qué y Mako vigilando los guardias del casino. La cosa no pasó de ahí pero ese hombre, quien había insultado y amenazado al chico fue al baño... El hombre entró y fue a los baños de pared, se bajó la bragueta, saco la pichulina y empezó a orinar con la mano derecha apoyada en la pared como si el péndulo liberado afectase al equilibrio, ahí estaba tan tranquilo hasta que... Su cabeza golpeó la pared de forma brusca, cayó hacia atrás de culo manchándose un poco los pantalones y cuando se quiso dar cuenta tenía un arma la cual fue introducida en su boca -Bien, te disculparás con el muchacho y te irás ¿Lo has entendido? (asiente) bien, límpiate antes...- Mako le había pillado en su momento intimo, con su mano le empujó la cabeza contra la pared y lo amenazó...
Qué? Aaaaa eres de los que piensan que fue un golpe bajo, a traición, que no tiene honor.. ¿Y? No entiendo tú problema...
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Pocos podían tumbar bebiendo a Rylanor. Sus amigos solían llamarle "esponja" en tono jocoso. Aún así, no era inmune al alcohol, y tras una generosa cantidad de cócteles y la tercera ronda de chupitos con sus compañeros de decuria, empezaba a sentir los efectos de la bebida. La noche (técnicamente era mediodía, pero en Dark Dome siempre era de noche) iba bien para los legionarios, y pese a sus menguantes carteras estaban pasándolo en grande. Tras apostar en las carreras de súper patos de Arabasta y pasar por el bufé del casino a hincharse con todo lo que pudieran echarle la zarpa, acabaron en las mesas.
Lo que había empezado como una noche agradable, sin embargo, comenzó a aguarse por culpa de un niño desagradable en una mesa de ruleta cercana. El desgraciado estaba armando jaleo e insultando a todo el mundo. Por su actitud y ropas parecía una persona que se había pasado toda la vida recibiendo todos sus caprichos y sin que nadie le tosiera. Un niño rico malcriado. Alguien como él acabaría puesto en su lugar en un instante si no estuviera rodeado de escoltas.
- No les prestes atención. No merece la pena meterse en líos. Recuerda que aquí la gente con dinero suele ser gente metida en negocios chungos - le dijo uno de sus compañeros. Esa llamada de atención causó que Rylanor se dase cuenta de que llevaba un rato mirando en dirección al chaval con cara de pocos amigos. Por suerte, no parecía que se hubiera fijado en él. Resopló y volvió a prestar atención al juego - mételo cinco minutos conmigo y le arreglaba los modales. Y la cara - respondió.
Pese a su enfado inicial, acabó centrándose de nuevo en el juego y logrando ignorar el jaleo de la mesa de al lado. A decir verdad, más que el juego en sí lo que le divertía era la camaradería con los otros soldados y liberar algo de tensión con humor malo y piques amistosos. Algo más tarde, la llamada de la naturaleza le llevó a los servicios a hacer un número dos. Mientras terminaba de limpiarse y subirse los pantalones, escuchó ruido fuera de la cabina. Un golpe seguido de unas palabras autoritarias y severas. Probablemente otra persona hubiese esperado un par de minutos cautelares. Otra opción hubiese sido salir discretamente y evitando mirar a nadie al rostro. Pero ese no era el estilo de Rylanor.
- ¿Sabías que está feo meterle cosas en la boca a la gente sin su consentimiento? - comento con sorna mientras salía de la cabina del inodoro - Suéltale - apretó amenazadoramente el puño, haciendo crujir sus nudillos. Reconocía al matón. Era uno de los guardaespaldas del niñato. No parecía demasiado fuerte o grande, de hecho Rylanor le sacaba varias cabezas. No buscaba una pelea, pero no podía permitir un abuso semejante delante de él. Con suerte, bastaría con intimidarlo un poco para que se detuviera. Por desgracia había tenido que dejarla el estoque en la entrada. Si lo hubiera sabido, lo hubiese doblado y escondido en su ropa usando su habilidad... pero ya era tarde para lamentarse.
Lo que había empezado como una noche agradable, sin embargo, comenzó a aguarse por culpa de un niño desagradable en una mesa de ruleta cercana. El desgraciado estaba armando jaleo e insultando a todo el mundo. Por su actitud y ropas parecía una persona que se había pasado toda la vida recibiendo todos sus caprichos y sin que nadie le tosiera. Un niño rico malcriado. Alguien como él acabaría puesto en su lugar en un instante si no estuviera rodeado de escoltas.
- No les prestes atención. No merece la pena meterse en líos. Recuerda que aquí la gente con dinero suele ser gente metida en negocios chungos - le dijo uno de sus compañeros. Esa llamada de atención causó que Rylanor se dase cuenta de que llevaba un rato mirando en dirección al chaval con cara de pocos amigos. Por suerte, no parecía que se hubiera fijado en él. Resopló y volvió a prestar atención al juego - mételo cinco minutos conmigo y le arreglaba los modales. Y la cara - respondió.
Pese a su enfado inicial, acabó centrándose de nuevo en el juego y logrando ignorar el jaleo de la mesa de al lado. A decir verdad, más que el juego en sí lo que le divertía era la camaradería con los otros soldados y liberar algo de tensión con humor malo y piques amistosos. Algo más tarde, la llamada de la naturaleza le llevó a los servicios a hacer un número dos. Mientras terminaba de limpiarse y subirse los pantalones, escuchó ruido fuera de la cabina. Un golpe seguido de unas palabras autoritarias y severas. Probablemente otra persona hubiese esperado un par de minutos cautelares. Otra opción hubiese sido salir discretamente y evitando mirar a nadie al rostro. Pero ese no era el estilo de Rylanor.
- ¿Sabías que está feo meterle cosas en la boca a la gente sin su consentimiento? - comento con sorna mientras salía de la cabina del inodoro - Suéltale - apretó amenazadoramente el puño, haciendo crujir sus nudillos. Reconocía al matón. Era uno de los guardaespaldas del niñato. No parecía demasiado fuerte o grande, de hecho Rylanor le sacaba varias cabezas. No buscaba una pelea, pero no podía permitir un abuso semejante delante de él. Con suerte, bastaría con intimidarlo un poco para que se detuviera. Por desgracia había tenido que dejarla el estoque en la entrada. Si lo hubiera sabido, lo hubiese doblado y escondido en su ropa usando su habilidad... pero ya era tarde para lamentarse.
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Tras la aparición del hombre pidiendo cosas que no iban a pasar a Mako, este sacó el arma de la boca del hombre, se levantó y miró al nuevo personaje en escena, le iba a contestar pero simplemente sería perder le tiempo y no podía permitirse una pelea en el baño, no había venido a eso, tenía un trabajo y había que completarlo, por lo que con la punta del arma, abrió uno de los grifos para que se lavase las manos, momento que aprovechó el hombre que estaba tirado en el suelo, para levantarse y salir corriendo -Ya no se disculpará...- Guardó el arma y miró al hombre -Está tan feo meterse en conversaciones ajenas como no tirar de la cadena tras descomer en un baño que está sorprendentemente limpio por otra parte- Agregó mientras el grifo seguía corriendo, en ese momento entró otro de los guardaespaldas del niñarro, (mezcla de niñato y cagarro) -Mako, tenemos problemas, el cliente está bastante borracho y esta causando más problemas de los debidos, los del casino nos han "pedido" que nos vayamos pero el señorito no quiere irse, dice que ha venido a vaciar el casino y no se irá hasta conseguirlo...- En ese momento se fijó en la situación y la supo leer -¿Necesitas ayuda?- Mako simplemente sonrió -No, puedes irte, vigila al cliente, este hombre estaba apunto de lavarse las manos mientras ayudaba a un tipo que había resbalado y yacía tirado en el suelo... Ahora intentaré convencer al chico- Agregó mientras observaba al cagón...
Se crujió el cuello, esperó a que su compañero se fuera y agregó algo -Es un consejo, no una orden, pero debería tener un poco más de... Precaución, en esta isla, meter las narices en asuntos ajenos puede costarle caro, suerte ha tenido que a topado conmigo, que puedo apreciar lo que ha intentado hacer con ese hombre, pero aquí, sobre todo en el barrio en el que está, es mejor venir, divertirse e irse, no mezclarse... Los asuntos ajenos suelen salpicar y todos estamos mejor sin manchas- Lo intentó decir como consejo, le agregó una opinión personal y escondió una amenaza, pero no lanzada por él, simplemente es lo que la isla aguarda, escuchar una mala conversación, cruzarse con quien no se debe o simplemente mirar a alguien peligroso y no se escapa sin consecuencias de dicho embrollo..
Se dio la vuelta, se miró en el espejo, tranquilamente se arregló la corbata y con toda la calma saldría de los baños si nadie se lo impedía para intentar convencer al becerro que tenía que proteger para salir del casino antes de que se convirtiera en un problema de familias
Se crujió el cuello, esperó a que su compañero se fuera y agregó algo -Es un consejo, no una orden, pero debería tener un poco más de... Precaución, en esta isla, meter las narices en asuntos ajenos puede costarle caro, suerte ha tenido que a topado conmigo, que puedo apreciar lo que ha intentado hacer con ese hombre, pero aquí, sobre todo en el barrio en el que está, es mejor venir, divertirse e irse, no mezclarse... Los asuntos ajenos suelen salpicar y todos estamos mejor sin manchas- Lo intentó decir como consejo, le agregó una opinión personal y escondió una amenaza, pero no lanzada por él, simplemente es lo que la isla aguarda, escuchar una mala conversación, cruzarse con quien no se debe o simplemente mirar a alguien peligroso y no se escapa sin consecuencias de dicho embrollo..
Se dio la vuelta, se miró en el espejo, tranquilamente se arregló la corbata y con toda la calma saldría de los baños si nadie se lo impedía para intentar convencer al becerro que tenía que proteger para salir del casino antes de que se convirtiera en un problema de familias
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Valoró las respuestas y actitud del matón. Por un lado no le gustaba ni un poquito lo que había hecho. Esa manera de amenazar a alguien era excesiva. Por otro, podía haber pedido ayuda a su compañero para atacarle. Además le había dado un consejo a pesar de que se había metido en su trabajo. No era un buenazo, pero tampoco parecía una terrible persona. Tras pensarlo un poco llegó a la conclusión de que no era muy diferente a muchos de sus compañeros de decuria; una persona no inherentemente cruel pero de moral laxa y dispuesto a hacer cosas retorcidas por su trabajo. Al igual que desaprobaba los actos de sus compañeros pero mantenía una actitud cordial con ellos, nada le impedía hacerlo con aquel tipo. Al fin y al cabo había soltado al hombre.
- No es mi estilo quedarme callado y mirar a otro lado si hay problemas, menos si veo algo que considero injusto - señaló con palabras calmadas. A continuación se encogió de hombros - esta claro que esta isla no es mi lugar. Tampoco pretendo quedarme mucho tiempo - ni estaba en sus manos escoger, en realidad. Se acercó al grifo y empezó a lavarse las manos - No pareces mal tipo. En otra situación te invitaría a un chupito, pero creo que el trabajo te llama. Suerte.
Salió del baño y se dirigió a la mesa de juegos, donde sus compañeros estaban aún en plena partida... o lo que quedaba de ellos. Habían salido toda la decuria menos la decuriona. De los nueve, solo quedaban tres en la mesa. Cuando preguntó qué había pasado, le explicaron que dos se habían ido a por bebida, otro a las tragaperras y el cuarto estaba desaparecido. A saber en qué andaría metido. Decidió no darle importancia y se sumó a la nueva ronda. El juego era extraño y complicado y combinaba varios juegos de cartas con la ruleta y el uso no agresivo de pollo armados. A decir verdad no tenía muy claro qué ocurría la mitad de las rondas, pero era muy entretenido de ver.
Nuevamente el griterío volvió a atraer su atención a la mesa de al lado. El niñato estaba gritando a los seguratas del casino. Por un lado no era asunto suyo, por otro era como ver un accidente en pleno desarrollo. No era capaz de apartar la mirada.
- No es mi estilo quedarme callado y mirar a otro lado si hay problemas, menos si veo algo que considero injusto - señaló con palabras calmadas. A continuación se encogió de hombros - esta claro que esta isla no es mi lugar. Tampoco pretendo quedarme mucho tiempo - ni estaba en sus manos escoger, en realidad. Se acercó al grifo y empezó a lavarse las manos - No pareces mal tipo. En otra situación te invitaría a un chupito, pero creo que el trabajo te llama. Suerte.
Salió del baño y se dirigió a la mesa de juegos, donde sus compañeros estaban aún en plena partida... o lo que quedaba de ellos. Habían salido toda la decuria menos la decuriona. De los nueve, solo quedaban tres en la mesa. Cuando preguntó qué había pasado, le explicaron que dos se habían ido a por bebida, otro a las tragaperras y el cuarto estaba desaparecido. A saber en qué andaría metido. Decidió no darle importancia y se sumó a la nueva ronda. El juego era extraño y complicado y combinaba varios juegos de cartas con la ruleta y el uso no agresivo de pollo armados. A decir verdad no tenía muy claro qué ocurría la mitad de las rondas, pero era muy entretenido de ver.
Nuevamente el griterío volvió a atraer su atención a la mesa de al lado. El niñato estaba gritando a los seguratas del casino. Por un lado no era asunto suyo, por otro era como ver un accidente en pleno desarrollo. No era capaz de apartar la mirada.
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Todo se calmó, no valía la pena meterse en más problemas. Mako salió del baño observando al hombre que no tiró de la cadena (será guarro) y donde se sentaba, luego fue con el maldito niñato, se puso por medio de los de seguridad y él -Pedimos disculpas señores, será mejor que nos vayamos, yo me ocupo- Los de seguridad asintieron -Mako, llevarlo fuera antes de que sea tarde- sí, el segurata conocía a Mako, habían trabajado juntos en "cosillas" totalmente li... lici... ilici.. bueno, en cosillas. Mako se giró y empezó a hablar con el muchacho quien se negaba en rotundo... A todo esto vino otro de los encargados de proteger al niño mimado, agarrando su mano derecha con la izquierda, parecía que le dolía. Le susurró algo a Mako en el oído y el ambiente entre ellos cambió -Nos vamos, es una orden- Dijo en tono seco, autoritario y mirando fijamente a su cliente ¿Le había dado una orden? Sí, ¿Razón? Él no era el cliente, su padre sí y era al único que obedecía, las ordenes eran claras, nada de problemas y algo pasó, no solo que el niño estuviera insoportable como crío de siete años en un arrebato de supermercado por no comprarle las galletas que le gustan, algo había hecho cambiar la paciencia del moreno... En menos de lo que canta un gallo, llegaron a la entrada, canjearon las fichas que quedaban o había ganado y una vez tenían el dinero se marcharon a otro lugar...
En el callejón de detrás del casino yacía un hombre tirado en el suelo, parecía dormido pero no, estaba muerto... Una pelea callejera, tenía marcas de puñetazos pero no había que ser muy listo para ver que la causa de la muerte era la mala suerte, una caída que acabó golpeando la nuca de aquél hombre contra cualquier porquería que había en el callejón. El cuerpo estaba parcialmente tapado, habían bolsas de basura ocultando la silueta, solo se le veía un pie, pero había que centrar la vista para darse cuenta ¿Que habría pasado? No se sabía pero supongo que a alguien le interesará saber como ese tipo había acabado cruzando al más allá...
Mientras tanto en la repentina fuga del casino, el niñarro insistía en ir de p... a visitar a unas amigas suyas un ratito, al ser su cumpleaños y que era la misión encargada de los guardaespaldas, fueron a aquél local mientras de los cinco, dos entraron, uno esperaba en la puerta de atrás y dos en la de delante, Mako estaba en la de delante... Los dos que entraron vigilarían la puerta del pu... Habitación... De la habitación donde se reunía el muchacho con sus compañeras
En el callejón de detrás del casino yacía un hombre tirado en el suelo, parecía dormido pero no, estaba muerto... Una pelea callejera, tenía marcas de puñetazos pero no había que ser muy listo para ver que la causa de la muerte era la mala suerte, una caída que acabó golpeando la nuca de aquél hombre contra cualquier porquería que había en el callejón. El cuerpo estaba parcialmente tapado, habían bolsas de basura ocultando la silueta, solo se le veía un pie, pero había que centrar la vista para darse cuenta ¿Que habría pasado? No se sabía pero supongo que a alguien le interesará saber como ese tipo había acabado cruzando al más allá...
Mientras tanto en la repentina fuga del casino, el niñarro insistía en ir de p... a visitar a unas amigas suyas un ratito, al ser su cumpleaños y que era la misión encargada de los guardaespaldas, fueron a aquél local mientras de los cinco, dos entraron, uno esperaba en la puerta de atrás y dos en la de delante, Mako estaba en la de delante... Los dos que entraron vigilarían la puerta del pu... Habitación... De la habitación donde se reunía el muchacho con sus compañeras
Rylanor
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Por suerte, al poco rato el niñato se marchó. Había llegado un tipo dispuesto a ponerlo en su lugar y llevárselo por las malas. Ahora solo faltaba que alguien le diese un par de bofetadas. Probablemente los castigos físicos no fuesen el mejor método de enseñanza (a Rylanor le parecían repulsivos), pero tipos como aquel le hacían plantearse que a veces no estaban tan mal. Bufó y desvió la mirada hacia el extraño juego. No entendía muy bien qué función cumplía, pero el crupier había puesto un gato sobre la mesa de juego. Probablemente tenía algo que ver con el castillo de naipes que habían tenido que levantar.
Dos rondas después sus bolsas de fichas estaban bastante más ligeras. Seguían sin entender en qué consistía lo que acababan de jugar, pero al menos se habían reído un rato y tenían historias nuevas que contar en el futuro. Se alejaron de la mesa y comenzaron a debatir qué hacer a continuación.
- Primero deberíamos buscar al resto. Vinimos juntos por algo - dijo uno.
- Tonterías. No estamos para hacer de niñeras.
- Como mínimo sabemos dónde está Bill. ¿Por qué no nos pasamos por las tragaperras a buscarlo y a partir de ahí decidimos? - propuso Rylanor.
Como nadie tenía una idea muy clara de qué hacer, aceptaron la propuesta y marcharon juntos hacia la zona de las máquinas. Allí encontraron al susodicho junto a los otros tres desaparecidos. Reunido de nuevo todo el grupo, tras un breve debate la mayoría decidió que querían visitar el barrio rojo, para consternación de Rylanor. Como no le apetecía quedarse solo, decidió ir con ellos igualmente. A las malas podía tomarse unas copas mientras el resto hacían sus cosas.
Al salir del casino les recibió la jungla de luces artificiales que era Dark Dome. Aunque se mantuvieron por las calles principales, abarrotadas de gente y los ruidosos vehículos metálicos que transitaban por el centro de la calle, era difícil no ver el contraste entre barrios e imaginarse lo peligroso que sería abandonar las luminosas avenidas centrales y adentrarse en las callejuelas mal iluminadas de los barrios residenciales. El recorrido no fue demasiado largo; tras quince minutos de paseo entraron en el barrio rojo de la ciudad. El lugar era discretamente indiscreto; era difícil confundir a qué se dedicaban los locales pero ningún cartel era explícito. Cuando sus compañeros al fin escogieron un local y Rylanor decidió quedar en la terraza tomando un whisky, se fijó en la puerta de uno de los locales. Soltó una suave risa, negó con la cabeza y se acercó.
- Qué pequeño es el mundo. ¿Te ha tocado venir a hacer de guardia mientras el niño se divierte?
Dos rondas después sus bolsas de fichas estaban bastante más ligeras. Seguían sin entender en qué consistía lo que acababan de jugar, pero al menos se habían reído un rato y tenían historias nuevas que contar en el futuro. Se alejaron de la mesa y comenzaron a debatir qué hacer a continuación.
- Primero deberíamos buscar al resto. Vinimos juntos por algo - dijo uno.
- Tonterías. No estamos para hacer de niñeras.
- Como mínimo sabemos dónde está Bill. ¿Por qué no nos pasamos por las tragaperras a buscarlo y a partir de ahí decidimos? - propuso Rylanor.
Como nadie tenía una idea muy clara de qué hacer, aceptaron la propuesta y marcharon juntos hacia la zona de las máquinas. Allí encontraron al susodicho junto a los otros tres desaparecidos. Reunido de nuevo todo el grupo, tras un breve debate la mayoría decidió que querían visitar el barrio rojo, para consternación de Rylanor. Como no le apetecía quedarse solo, decidió ir con ellos igualmente. A las malas podía tomarse unas copas mientras el resto hacían sus cosas.
Al salir del casino les recibió la jungla de luces artificiales que era Dark Dome. Aunque se mantuvieron por las calles principales, abarrotadas de gente y los ruidosos vehículos metálicos que transitaban por el centro de la calle, era difícil no ver el contraste entre barrios e imaginarse lo peligroso que sería abandonar las luminosas avenidas centrales y adentrarse en las callejuelas mal iluminadas de los barrios residenciales. El recorrido no fue demasiado largo; tras quince minutos de paseo entraron en el barrio rojo de la ciudad. El lugar era discretamente indiscreto; era difícil confundir a qué se dedicaban los locales pero ningún cartel era explícito. Cuando sus compañeros al fin escogieron un local y Rylanor decidió quedar en la terraza tomando un whisky, se fijó en la puerta de uno de los locales. Soltó una suave risa, negó con la cabeza y se acercó.
- Qué pequeño es el mundo. ¿Te ha tocado venir a hacer de guardia mientras el niño se divierte?
Mako
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Algunas chicas salieron un par de veces para ofrecer sus servicios a los dos de la puerta, uno no le iban ese "terreno de juego" por eso decidió la puerta, el otro era moreno, con gafas y se llamaba Mako, para que no quepa duda... Tras la negativa de ambos dejaron de salir y se centraron en los clientes -No entiendo como puede gustar un sitio así- Dijo Bley, -Animales...- Ante la respuesta del calvo el compañero de melena media y rubia hizo la clara mueca de no haber entendido un carajo -Animales Bley, se dejan llevar por sus instintos y pequeños diablillos con ropa provocativa se aprovechan para llenar sus arcas, aún que llenan más las de la madam y los dueños que los suyos propios- La explicación dejaba claro que el sitio tampoco era del agrado del mercenario...
Al rato, no pudo evitar sonreír también, leve, efímera pero al ver al tipo del casino que sonreía no pudo mantener sus labios quietos, luego vio como se acercó y habló -Cuando ofrezco mis servicios lo hago a tiempo completo, haga lo que haga el cliente...- Si hubiera querido protección mientras... Hacían cosas... Cosas a oscuras... No cosas oscuras, si no a oscuras... Que pudiera ser que también fueran de índole... bueno, ya me has entendido, si el cliente lo hubiera pedido también habría entrado en la habitación pero eso sería una escena que quedaría grabada a fuego en la mente traumatizada de Mako -¿Y usted?- Iba a preguntar si iba a entrar pero entre que le daba igual y que parecía una pregunta impertinente paró, no tendría que haber hecho ni esta ultima pero por educación cayó en una pregunta de las que te dejan entre la espada y la pared ¿Falta de respeto, intromisión? No quería que alguien tuviera la idea equivocada de él mismo.. -Mil disculpas señor Mako, iré un momento al baño, si me disculpan- Educado, formal, este chico le caía bien al moreno, entró en el sitio directo al baño dejando en la puerta del local a los dos solos
Mako se acomodó la americana y miró al chico -No quiero ser entrometido, ni mucho menos decirle a alguien lo que tiene que hacer, pero... ¿Podría decirme como son sus compañeros? Como ha podido comprobar mi cliente es... "Especial" merece una protección "Digna" por lo que me gustaría saber si tengo que hacer algo para intentar sacarlo de aquí en cuanto termine o puedo dejarle que recupere energías en el bar del local- "Digno" por no decir al completo, "especial" por no cambiarlo por gilipollas... Le gustaba tomarse una copa en el bar pero la iba a liar al ciento por ciento...
Al rato, no pudo evitar sonreír también, leve, efímera pero al ver al tipo del casino que sonreía no pudo mantener sus labios quietos, luego vio como se acercó y habló -Cuando ofrezco mis servicios lo hago a tiempo completo, haga lo que haga el cliente...- Si hubiera querido protección mientras... Hacían cosas... Cosas a oscuras... No cosas oscuras, si no a oscuras... Que pudiera ser que también fueran de índole... bueno, ya me has entendido, si el cliente lo hubiera pedido también habría entrado en la habitación pero eso sería una escena que quedaría grabada a fuego en la mente traumatizada de Mako -¿Y usted?- Iba a preguntar si iba a entrar pero entre que le daba igual y que parecía una pregunta impertinente paró, no tendría que haber hecho ni esta ultima pero por educación cayó en una pregunta de las que te dejan entre la espada y la pared ¿Falta de respeto, intromisión? No quería que alguien tuviera la idea equivocada de él mismo.. -Mil disculpas señor Mako, iré un momento al baño, si me disculpan- Educado, formal, este chico le caía bien al moreno, entró en el sitio directo al baño dejando en la puerta del local a los dos solos
Mako se acomodó la americana y miró al chico -No quiero ser entrometido, ni mucho menos decirle a alguien lo que tiene que hacer, pero... ¿Podría decirme como son sus compañeros? Como ha podido comprobar mi cliente es... "Especial" merece una protección "Digna" por lo que me gustaría saber si tengo que hacer algo para intentar sacarlo de aquí en cuanto termine o puedo dejarle que recupere energías en el bar del local- "Digno" por no decir al completo, "especial" por no cambiarlo por gilipollas... Le gustaba tomarse una copa en el bar pero la iba a liar al ciento por ciento...
Rylanor
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No se había equivocado con aquel tipo, era agradable. Otros matones de la mafia que había conocido parecían tener un clavo entre las pelotas; solo sabían mostrar músculo y amenazar. En cambio él hasta había sonreído, aunque fuese solo un momento. Casi hasta parecía una persona decente, si no fuese porque trabajaba en Dark Dome. Nadie que trabajase en Dark Dome era decente si quería sobrevivir. Esa era la clase de isla que era. Es lo que ocurre cuando el Gobierno no cumple con su papel y deja al Bajo Mundo extender sus telarañas de corrupción sin control.
- ¿Yo? - preguntó Rylanor, al principio distraído - Acompaño a mi dec... mis amigos. Querían venirse al Barrio Rojo. No es mi estilo, pero al menos puedo seguir bebiendo mientras ellos se lo pasan bien.
Rylanor era malo ocultando cosas y lo sabía. Había salvado a tiempo y cambiado "decuria" por "amigos", pero sería evidente que algo ocultaba. Con suerte, en una ciudad llena de secretos como aquella, el hombre no le daría más vueltas de las necesarias. Tal vez hasta lo viese normal. Con suerte, claro. En realidad tenía la horrenda sensación de que sonaría muy sospechoso en un mal sentido.
- La verdad... son gente un poco belicosa - respondió. Era la pura verdad. Sus compañeros estaban cansados tras meses de actividad de isla en isla. Si les provocaban, veía poco probable que no respondieran violentamente. Tenían los humos muy subidos y habían bebido bastante. Y no todo el mundo tenía su resistencia al alcohol - te recomiendo que evitéis ese local - señaló con la cabeza - si tu cliente les provoca, no creo que se lo piensen dos veces antes de pasar a las manos. Por cierto, soy Rylanor - le tendió la mano, amistosamente.
- ¿Yo? - preguntó Rylanor, al principio distraído - Acompaño a mi dec... mis amigos. Querían venirse al Barrio Rojo. No es mi estilo, pero al menos puedo seguir bebiendo mientras ellos se lo pasan bien.
Rylanor era malo ocultando cosas y lo sabía. Había salvado a tiempo y cambiado "decuria" por "amigos", pero sería evidente que algo ocultaba. Con suerte, en una ciudad llena de secretos como aquella, el hombre no le daría más vueltas de las necesarias. Tal vez hasta lo viese normal. Con suerte, claro. En realidad tenía la horrenda sensación de que sonaría muy sospechoso en un mal sentido.
- La verdad... son gente un poco belicosa - respondió. Era la pura verdad. Sus compañeros estaban cansados tras meses de actividad de isla en isla. Si les provocaban, veía poco probable que no respondieran violentamente. Tenían los humos muy subidos y habían bebido bastante. Y no todo el mundo tenía su resistencia al alcohol - te recomiendo que evitéis ese local - señaló con la cabeza - si tu cliente les provoca, no creo que se lo piensen dos veces antes de pasar a las manos. Por cierto, soy Rylanor - le tendió la mano, amistosamente.
Mako
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-Mako- Contestó directamente respondiendo la mano de Rylanor, parecía alguien agradable, era hasta como una gota de rocío en un día caluroso pero no podías fiarte, lo que abunda en esta isla son las... Ni acabar de pensar pude, cuando un ruido me hizo asustarme, observé lo alto del edificio, una de las ventanas se había roto y pude ver claramente quien caía de las alturas, mis ojos se abrieron, salí corriendo para coger al vuelo el cuerpo humano que se precipitaba al vació pero era consciente que aún que llegase a tiempo no podría haber salvado al muchacho. El cuerpo cayó a plomo, se golpeó contra el duro suelo de las calles adoquinadas y salpicó al tocar este con la cabeza, me paré un segundo sin entender que había pasado, agarré la cabeza del chaval tapando la herida pero sangraba a borbotones, a los pocos segundos se escucha a un par de mujeres gritar... -¡Que c*** ha pasado!- Grité, de la puerta principal del local salió mi compañero Bley atando su cinturón, al escuchar el ruido había salido directo del baño sin vestirse adecuadamente -¡¿Que ha pasado?!- preguntó asustado -¡Eso es lo que tienes que saber, sube arriba y descubrelo!- Ordené...
No podía hacer más por el muchacho, estaba claro que su cerebro se hinchó por el golpe, ya ni un cirujano podía devolverle el pulso que era imposible notar en su cuello, no le solté, miré a Rylanor -No se lo que ha pasado, pero este chico era importante, mejor que te muevas antes de que lo hagamos nosotros...- No lo tenía confirmado, pero en mi cabeza ya pensaba que los compañeros de este chaval habían hecho de las suyas, ¿Quizás se había topado con ellos? Podía haber sido cualquiera, un competidor de la familia, las chicas por algo que hiciese a saber, pero lo primero que pensé era en los compañeros de este tipo...
Alcé la vista y vi a mis otros dos compañeros en la ventana -¡Que ha pasado!- Solté al chico, saqué mi arma y apunté a la puerta del local -No saldrá nadie hasta que no me digáis que puñetas está pasando, vosotros incluidos- Si se escapaba el culpable, estábamos todos muertos
No podía hacer más por el muchacho, estaba claro que su cerebro se hinchó por el golpe, ya ni un cirujano podía devolverle el pulso que era imposible notar en su cuello, no le solté, miré a Rylanor -No se lo que ha pasado, pero este chico era importante, mejor que te muevas antes de que lo hagamos nosotros...- No lo tenía confirmado, pero en mi cabeza ya pensaba que los compañeros de este chaval habían hecho de las suyas, ¿Quizás se había topado con ellos? Podía haber sido cualquiera, un competidor de la familia, las chicas por algo que hiciese a saber, pero lo primero que pensé era en los compañeros de este tipo...
Alcé la vista y vi a mis otros dos compañeros en la ventana -¡Que ha pasado!- Solté al chico, saqué mi arma y apunté a la puerta del local -No saldrá nadie hasta que no me digáis que puñetas está pasando, vosotros incluidos- Si se escapaba el culpable, estábamos todos muertos
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Rylanor siguió a Mako cuando este echó a correr. Sin embargo, aunque ambos estaban en forma atlética, no llegaron a tiempo. El cuerpo se estampó contra los adoquines con un desagradable sonido que le hizo cerrar los ojos y apretar los dientes. Tras quedarse inmóvil por un momento, paralizado por el shock, se aproximó a Mako y al cuerpo inmóvil. Era el chico de antes, el cliente al que el guardaespaldas estaba protegiendo. Un escalofrío recorrió la espalda de Rylanor y la garganta se le tensó al ver la horrenda herida de su cabeza. Ignorando el caos a su alrededor y los gritos de calvo y su compañero, Rylanor se agachó preocupado junto al chaval y trató de buscarle el pulso, sentir su respiración o encontrar cualquier señal de que seguía vivo. Se mordió el labio inferior con rabia, mientras las lágrimas inundaban su rostro.
- Está muerto - dijo secamente, conteniendo malamente su furia. ¿Por qué tenía que ser tan cruel la vida? Aquel crío podía haber sido un borde, un malcriado y un desagradable, pero nada de eso era merecedor de ver su existencia truncada a tan corta edad. Ni siquiera había tenido la oportunidad de crecer, madurar y convertirse en alguien diferente. Observó su rostro sin vida, nublado tras el velo de lágrimas que cubría sus ojos. Escuchó a Mako dirigirse a él, pero no le estaba escuchando. En ese momento solo sentía su corazón acelerarse y sus manos crisparse en puños.
- Alguien va a pagar - declaró, con la voz quebrada por las emociones. Se incorporó y se secó las lágrimas con la manga de la camisa. Observó con furia el edificio mientras trataba de mantener la calma y razonar la situación. Había caído desde la ventana del tercer piso. El asesino tenía que seguir dentro. Bajó la mirada hacia el cadáver, atravesado por la tristeza y la ira, cuando algo captó su atención. Una flor asomaba de uno de los bolsillos de la chaqueta del chico. Una flor que antes no había estado ahí. Se agachó a recogerla y la observó de cerca. Era una camelia.
- Os ayudaré, no puedo mantenerme inmóvil cuando alguien comete un acto tan cruel. Por cierto, ¿esto te dice algo? - preguntó, enseñándole la flor.
- Está muerto - dijo secamente, conteniendo malamente su furia. ¿Por qué tenía que ser tan cruel la vida? Aquel crío podía haber sido un borde, un malcriado y un desagradable, pero nada de eso era merecedor de ver su existencia truncada a tan corta edad. Ni siquiera había tenido la oportunidad de crecer, madurar y convertirse en alguien diferente. Observó su rostro sin vida, nublado tras el velo de lágrimas que cubría sus ojos. Escuchó a Mako dirigirse a él, pero no le estaba escuchando. En ese momento solo sentía su corazón acelerarse y sus manos crisparse en puños.
- Alguien va a pagar - declaró, con la voz quebrada por las emociones. Se incorporó y se secó las lágrimas con la manga de la camisa. Observó con furia el edificio mientras trataba de mantener la calma y razonar la situación. Había caído desde la ventana del tercer piso. El asesino tenía que seguir dentro. Bajó la mirada hacia el cadáver, atravesado por la tristeza y la ira, cuando algo captó su atención. Una flor asomaba de uno de los bolsillos de la chaqueta del chico. Una flor que antes no había estado ahí. Se agachó a recogerla y la observó de cerca. Era una camelia.
- Os ayudaré, no puedo mantenerme inmóvil cuando alguien comete un acto tan cruel. Por cierto, ¿esto te dice algo? - preguntó, enseñándole la flor.
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Mi equipo estaba ajetreado, podía escuchar sus gritos y movimientos cerca, hasta el encontronazo que tenían con los amigos de Rylanor me temía una matanza rápida pero sangrienta, me imaginaba que uno de cualquier grupo, tanto como los amigos de Ryly como mis compañeros, alguien sacaría un cuchillo o una pistola y cometería el primer error, luego los del equipo contrario reaccionarían con la misma fuerza y todo eso sin saber si habíamos sido nosotros -¿Quien ha podido ser? ¿Nosotros? ¿Ellos? ¿Otros?- Las preguntas eran demasiadas y el tiempo muy breve, hasta que Rylanor dio con la clave -¿Eso es una camelia?- Pregunté, me puse blanco no, lo siguiente, sí, sí, mi moreno bronceado brillante chocolate de modelo de revista se volvió "Casper" el fantasma valiente, pero quitar el adjetivo, he de admitir que me puse nervioso... -¡Parad, todos abajo, YA!- Grité, al poco estaban todos mis compañeros frente a mi y una vez vieron la camelia... -Estamos muertos- Dijo uno, -¡Yo me largo, no me pagan lo suficiente!- Gritó otro -¡Quietos, si cunde el pánico moriremos al ciento por ciento! Si abandonamos los "Fereon" acabarán con nosotros ya sea por dejar que ocurra, por intentar huir o por no solucionarlo pero podemos decir lo mismo de...- Ni lo nombré, sin darme cuenta ya había dicho un nombre ante desconocidos... -Hay que solucionarlo- La moral cayó en picado y todos empezaron a correr en diferentes direcciones, todos menos Bley -¿Y que hacemos?- Preguntó el pobre, nervioso y acojonado, era joven, estaba aquí por deudas de sus padres, se lo iban a merendar en cualquier momento... -Investigar, descubrir quien lo ha hecho y valorar cuan cerca tenemos la soga del cuello...
Me dispuse a caminar en busca de información cuando Bley me paró -¿Si lo que necesitamos es información, por qué los has reunido? Si hubieran seguido buscando...- Tenía razón, podría haber escondido esa Camelia pero... -Fácil, el club de chicas ya habrá informado a sus contactos, así que, si nos buscan a todos por separado, tardarán más en dar con nosotros... Son simples conejos para sus perros de presa, rápido o nos atraparán- No reparé en Rylanor, ya le había descartado y la prisa me invadía -En otra ocasión Rylanor, disculpa el haber sospechado de tus amigos- Dicho eso.. ¡Al lío!
Me dispuse a caminar en busca de información cuando Bley me paró -¿Si lo que necesitamos es información, por qué los has reunido? Si hubieran seguido buscando...- Tenía razón, podría haber escondido esa Camelia pero... -Fácil, el club de chicas ya habrá informado a sus contactos, así que, si nos buscan a todos por separado, tardarán más en dar con nosotros... Son simples conejos para sus perros de presa, rápido o nos atraparán- No reparé en Rylanor, ya le había descartado y la prisa me invadía -En otra ocasión Rylanor, disculpa el haber sospechado de tus amigos- Dicho eso.. ¡Al lío!
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